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Full text of "El libro del Centro Asturiano de La Habana 1886-1927"

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El Eibro del 





Centro Asturiano 


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1886-1927 




LA HABANA. 1928 . 


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PROLOGO 


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ha pretendido en estas páginas condensar el espíritu que informó 
la creación dei Centro Asturiano de la Habana y que continúa 
teniendo hoy, a los 42 años de aquella fecha, el mismo ritmo 
generoso y’ democrático e idéntico sentido de con fraternización humana. 

Los hechos de esta historia— maravilloso concierto de voluntades — 
atesoran un fondo de perdurabilidad que apenas requieren ser abocetados 
para destacarse. Poseen tal elocuencia, aún mencionándolos al desgaire 
y sin propósito de fijarlos en mayores caracteres, que presto se advierte 
cómo rompieron con el tradicionalismo de la época, adelantándose hasta a 
las más audaces concepciones de solidaridad social de los tiempos actuales. 

Es ello tanto más admirable, cuanto que el poder del tiempo no 
desvirtúa ni amengua o debilita esta obra, sino que la afirma y amplía 
imprimiéndole en cierto modo carácter de universalidad, Y así adverti- 
mos que lo que se inició como modesta aspiración de mutua ayuda 
entre humildes gentes asturianas adquiere pronto, en el rápido devanar 
de los años, vastas proporciones y bien definido matiz cosmopolita en 
lo que se refiere a la admisión de afiliados. Afirmando siempre su ro- 
busto origen racial, su clara, inequívoca estirpe y su nombre luminoso 
y sonoro, el Centro Asturiano acole a hombres de otras latitudes y de 
otras razas y hasta de antitéticas aspiraciones nacionalistas, en una 
exaltación generosa de los principios en que se inspira, sin exigir más 
que respeto a sus estatutos de fundación, tolerantes y comprensivos, 
redactados con un hondo amor a la libertad de conciencia. ¡Clarividen- 
tes socios fundadores, espíritus tersos, sin mezquindades ni cicaterías, 
cuya videncia de apóstoles con tanta fuerza y expresión tanta nos invita 
a la admiración fervorosa y al aplauso incondicional! 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Hojeando el bellísimo compendio de los 25 primeros años de nuestro 
Centro, escrito por D, José G. Aguirre, tribuno y literato de amplia 
verba y lozana inspiración a quien cupo el insigne honor de sobresalir 
entre los fundadores, se llega a creer que la Asociación no es producto 
de labor colectiva en que colaboraron muchos y excelentes patriotas, 
sino hija del esfuerzo y voluntad de un solo cerebro y una sola dirección, 
que así aparecen sencilla y lógicamente concatenadas sus diversas épo- 
cas, sin que la más leve discrepancia ni el menor titubeo rompan el esla- 
bonamiento de la tesonera empresa, acusando una unidad de criterio real- 
mente pasmosa en colectividades de formación como ésta heterogénea y 
que por tantos trances difíciles hubo de atravesar. Es evidente que a 
diario surgían arduos problemas cuya solución apenas podía ser meditada, 
y sin embargo, desde que se asientan las bases de la fundación hasta los 
días presentes, durante estos ocho lustros de febril actividad e inusitado 
progreso, preside una armonía de conjunto y detalle que ni un segundo 
desentona en el anhelo común de hacer grande y si es posible prepotente a 
la Sociedad, ni detiene, siquiera fuese momentáneamente, su marcha ase en - 
sional, mientras se suceden las juntas de gobierno y a unas directivas susti- 
tuyen otras, todas alentadas por el mismo soplo de ideal, pleno de renuncia- 
ciones y sacrificios que acelerará el curso esplendoroso- de los destinos 
sociales. 

Lo que el Centro Asturiano de la Habana vale, lo que representa, lo 
que hace, no seremos nosotros, devotos de su nombre y significación, 
quienes ahora lo digan. Lo verá el lector a través de este volumen, sur- 
giendo de cada página, que en todas éstas se atisba y se percibe el eco 
de una conducta levantada y de una acción nobilísima, hasta constituir 
grandioso conjunto de acaecimientos perdurables. Hablan por nosotros, 
sustituyen a la torpeza de nuestra pluma y a la endeblez de nuestro léxico, 
sin color ni vivacidad, las estadísticas que aquí aparecen para, con su 
rotundidad aritmética, dar más relieve al orden cronológico de los hechos 
que iremos reseñando. Estos resúmenes en cifras de vidas arrancadas 
a la muerte, de dolores físicos y morales atenuados, de desamparos com- 
batidos, de instrucción y cultura distribuidas con largueza, encierran 
tanta fuerza dialéctica, que hacen innecesarias y supérfluas notas acla- 
ratorias. Ellos proclaman que el Centro Asturiano puede y debe ser 
situado no ya a la cabeza de las instituciones benefactoras de Cuba en 
que figura por derecho propio, sino en lugar de honor entre las que ma- 
yores bienes reportan a la civilización, incluyendo las grandes fundacio- 
nes filantrópicas de los Estados Unidos de América, pues que ni en este 
país, tierra clásica de millonarios altruistas y corporaciones benéficas se 
le halla par ni nada que dignamente pueda parangonársele. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Debiéramos terminar aquí este proemio, mas necesitamos advertir 
que a fin de no hacer interminable y farragoso el presente volumen, 
síntesis de la vida del Centro Asturiano desde su iniciación a los últimos 
días de 1927 en que inaugura majestuoso Palacio, joya de la arquitectura 
renacentista española, hemos prescindido de innumerables detalles y ob- 
servaciones, contra nuestros deseos. Sólo recogimos brevemente, también 
en vista de la concisión a que nos fuerzan las circunstancias, lo que se- 
ñaló un avance o intento de avance y aquello que sería imperdonable dar 
al olvido en vez de acusarlo vigorosamente a fin de que sirva de recuerdo 
bienamado y de saludable enseñanza. 

La circunstancia, deplorabilísima por todos conceptos, de haber 
desaparecido el archivo en el siniestra — 24 de Octubre de 1918 — que 
inesperadamente redujo a escombros nuestra legendaria gloriosa casona, 
aconsejó la redacción de este libro, para que no se pierdan ni ignoren 
sucesos y personas que merecen perdurar en el afecto y amor de 
cuantos figuramos actualmente en las listas de asociados disfrutando de 
ventajas y preeminencias a las que no contribuimos y que graciosamente 
nos fueron legadas. Máxime al disponernos a entrar, a título de dueños, 
en la nueva Casa de Asturias, himno de piedra al arte constructivo y 
relicario de patrias añoranzas que se yergue en el corazón de la ciudad 
y que es con nuestra “Covadonga” la Magna, egregio resumen de la 
potencialidad creadora de los asturianos de Cuba. 

Nuestro recuerdo, aromado de devoción, a los insignes Socios Fun- 
dadores y a los que, cruzados de la misma causa, siguieron sus huellas 
y acrecentaron sus conquistas. Todo nuestro amor, con nuestros cora- 
zones, palpitantes de gratitud, hacia quienes en una forma u otra, forja- 
ron la actual grandeza. 

Noviembre, 1927. 




COMO NACIO EL CENTRO ASTURIANO 









PRESIDENCIA DE D. ANTONIO GONZALEZ PRADO 


CAPITULO I. 


Lecciones de patriotismo— Tres artículos periodísticos y una reunión. 


sacias por tempestades de nieve y granizo, con sus ganados famélicos, exhaustos, y 
sin reservas en los graneros, ofreciendo desolador conjunto de pobreza. Aquellos 
infelices labrantines clamaban auxilio de los poderes públicos y de la caridad particular, 
socorro para impedir la muerte por hambre de sus animales de labranza; socorro 
a fin de no perecer ellos, asimismo, de inanición sobre la tierra un tiempo fecunda 
y entonces transformada en páramo inhóspito y cruel. Al rigor del temporal, 
alud que apenas dejara en pié nada de valor, siguieran alarmantes brotes epidémicos, 
tifus y viruela, que comenzaban a hacer presa en los acongojados vecindarios. Todo 
se conjuraba, pues, para que fuese espantosa la situación por lo que el resto de la pro- 
vincia, en generoso unánime movimiento de condolencia, disponíase a correr en auxilio 
de los damnificados, creando en cada pueblo, en cada rincón de aldea, allí donde hubiere 
un grupo de casas, comités encargados de arbitrar donativos. 

Los asturianos residentes en la I tabana, no quisieron mostrarse indiferentes ni 
retraídos ante estas demandas de caridad. Las noticias de lo que allá pasaba herían 
lo íntimo de sus entrañas, iban a tocar en su corazón pronto a manifestarse en rasgos 
de liberalidad, Y surgieron presto Juntas de socorros. Y estas Juntas amén de ir ele 
puerta en puerta impetrando dádivas, pusieron sus miradas en la "Sociedad Asturiana 
de Beneficencia , constituida en Agosto de 1877 y cuyo funcionamiento se acusaba por 
un auge realmente excepcional. ¿A quién recurrir con más probabilidad de éxito? 


Los cincuenta iniciadores. — Primera Junta Directiva. 


Implantación de los servicios de beneficencia. 



ESPEDIASE ei año 1885 dejando en Asturias estela de desventuras. Cangas 
de l ineo, Tinco, Pola de Allende y otros municipios de la región occidental 
sufrían los rigores de espantosa miseria con sus cosechas agrícolas arra- 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


¿De quién esperar, sino, compenetración y estímulo? Recordábase que la Beneficencia 
ayudara no hacía mucho a los perjudicados en un terremoto ocurrido en un pueblo 
andaluz, Consuegra, y si en este triste caso no faltara su aliento expresado en nada 
exigua limosna, lógico era discurrir que tratándose de desgracia desarrollada en Asturias, 
su auxilio alcanzaría aquella longanimidad compatible con sus no reducidos recursos. 

Empero, no sucedió así. La directiva de la Beneficencia presidida por el inob 
vidable Marqués de Pinar del Río, no tuvo una visión tan trágica de los hechos, que al 
parecer juzgaba exagerados. Y en vez de reunirse inmediatamente para resolver acerca 
de la solicitud de socorro que se le había elevado, pospuso su respuesta hasta su junta 
general reglamentaria de 7 de Marzo de 1886, tres meses después. El desencanto entre 
gran parte de la colonia fué enorme. No se esperaba semejante negativa ni a aquella 
actitud podía hallársele una explicación racional, Y como si esta conducta acicatease 
el amor propio de los peticionarios, éstos redoblaron su actividad, creando rondallas 
y estudiantinas que recorrían las calles colectando dinero en abundancia. El contraste 
era evidente y evidente, asimismo, que estaba rota la unidad de acción y criterio de 
los asturianos, por lo que la asamblea anunciada había despertado vivo interés. 

Llegó al fin esta junta, acto borrascoso que ahondó las diferencias, pues los miem- 
bros directores de la Beneficencia negáronse a votar crédito alguno, abroquelándose 
en preceptos reglamentarios que no autorizaban tales exacciones. Impugnó elocuente- 
mente dicho pretexto el licenciado don Emilio Alvarez Prida, y la reunión— al decir 
del Su Aguirre, de quien tomamos estos y otros datos — ' concluyó en medio casi de un 
tumulto, lanzando algunos fuertes imprecaciones contra la Junta Directiva y dirigiendo 
frases fuertes unos contra otros muchos de la junta general '. Estallara, pues, el cisma, 
la discrepancia fundamental que había de traer la creación del Centro, concretando 
anhelos tiempo antes manifestados con alguna timidez, pero que a la sazón, al calor 
de ío ocurrido adquirían imperiosa e ineludible fuerza ejecutiva. Un semanario, ‘El 
Heraldo de Asturias", def que eran director D. Lucio Suárez Solís y administrador don 
Manuel Fernández Santa Eulalia, ambos avilesinos, sintetizó estas ansias en artículo 
titulado "La Solución —21 de Marzo de 1886— trabajo leidísimo y comentado de muy 
diversos modos por censurarse en él franca y rotundamente a la Beneficencia y decirse 
ya, de manera resuelta: "visto que, sea por defectos en su organización, por negligencia 
en sus directores o por otra causa cualquiera esa sociedad no responde como debiera 
a las necesidades de la provine ta y de la colonia, creemos que la fundación del Centro 
Asturiano se impone de una manera fatal e inevitable. A grandes niales, grandes 
remedios". 

A este trabajo periodístico, tan sencillo y diáfano, siguieron dos más, en sucesivos 
números, desenvolviendo el mismo simpático tema y haciendo resaltar que ambas so- 
ciedades, el futuro Centro y la Beneficencia no podían ser antagónicas, sino que se com- 
plementarían, aquél brindando a sus socios recreo y asistencia médica, ésta perseve- 
rando en su misión de enjugar miserias vergonzantes y recatadas. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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La propaganda] de “El Heraldo ' concitó la inquina de algunos que sospechaban 
que la fundación del Centro, a más de quebrantar a! 'Casino Español — la entidad 
procer, "alfa y omega’’ del españolismo— envolvía algo faccioso, insurgente, con atis- 
bos hasta de anárquico, por i o que la contrarrestaron al uso de la época, coaccionándose 
por parte de no pocos dueños de fábricas y comercios a sus dependientes asturianos a 
fin de que no le prestasen asentimiento. Era delictuoso para el criterio de éstos sentir 
y actuar en asturiano. En vano, afortunadamente. El propósito estaba en marcha 
y lo que recogiera una pluma periodística constituía algo más pujante que una idea 
personalísíma, que una aspiración particular, que un deseo individual. Procedía del 
pueblo, iba del pueblo a !a altura, prendiendo llamaradas de pasión y despertando las 
conciencias a patriotismos rectamente sentidos e interpretados y a realidades que no 
admitían aplazamiento: A los redactores del semanario uníéronseles en seguida pro- 
pagandistas de carácter popular, jóvenes de ánimo varonil, inquietos y liberales, gene- 
rosamente románticos: Antonio González Prado, José Mendivil, Vicente Fernández 
Folgueras, Vicente Fernández Plaza, José G. Aguirre y otros, unos de la sociedad "La 
Covadonga consagrada a festejos típicos y los más de la Coral Asturiana \ quienes 
recorrían tenaces e infatigables la ciudad visitando a sus amigos y exhortándolos a 
figurar en el futuro Centro. 

Así, con celeridad asombrosa, un mes más tarde del primer artículo de "El 
Heraldo", el 2 de Mayo, celebrábase i a reunión en que había de quedar asentado el Cen- 
tro, acto memorabilísimo, que tuvo efecto en el domicilio de la "Coral", Reina y Angeles. 

De ahí, de ese 2 de Mayo histórico y de esa hora en que un puñado de hombres 
de buena voluntad contaron sus anhelos y delinearon sus aspiraciones ha emergido lo 
que no tardando mucho habría de ser la más admirable institución benéfica e instruc- 
tiva, dulce asilo de piedad, santa casa acogedora de dolores, beso de madre, caricia de 
novia, melancólico jardín asturiano en esta tierra luminosa de Cuba, suave y apacible 
remanso hacia el que van nuestras vidas cuando la sin ven tura las acecha y el trabajo las 
quebranta, para en esa "Covadonga” que con tantos ocultos concentos habla a núes- 
tro espíritu creernos en Asturias, asistidos por manos amigas, contemplando escenas 
familiares y oyendo voces fraternas, acaso tiernas canciones de cuna, mientras la salud 
torna y volvemos a reanudar el hilo de la existencia, que es lucha por el pan de cada día. 

Exhumemos los nombres de los cincuenta íntegros asturianos que asentaron las 
bases de la Sociedad: 

D. Antonio G. Prado, que presidió ésta y sucesivas sesiones ; D, Vicente F. Plaza, 
secretario; D. Lucio S. Soíís, D. José G. Aguirre, D* Ramiro Cuadro, D. Manuel García, 
D. Antonio López, D. Ramón del Valle, D. Rufino Saavedra, D. Manuel Meana, don 
José García Menéndez, D, Antonio Montano, D Florentino Menéndez, D. Francisco 
Pérez, D. Celestino Fernández, D, Manuel F. Rodríguez, D. Manuel Luege, D. Fernando 
Miguel, D* Evaristo Alonso, D, Manuel Díaz, D. Nicolás Suárez, D, Francisco Alonso, 
D. Manuel junco, D. Manuel Llera, D. Víctor Suárez, D. José Villazón, D. Constantino 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Rodríguez, D. Francisco Suárez, D. Vicente F. Folgueras, D. José Mendivil, D, Carlos 
García, D. José Menéndez, D. Francisco Cuervo Aguirre, D. Femando Castaño, don 
Demetrio Gómez, D. Francisco Selgas, D. Ramón Fernández, D, José Menéndez, don 
José Cobieílas, D. Ulpiano Hévia, D, José Sánchez, D. Florentino Cabañas, D. Marce- 
lino Fernández, D, Cándido Moran, D. Manuel G. Rodríguez, D Fructuoso Suárez, 
D. Francisco Parrando, D José Villazón y D. Luis González 



Pocos días más tarde 
se anunciaba la segunda 
junta, esta vez para el 
circo -teatro " Jané " — 
frente al hoy teatro ' Mar- 
tí'' — propiedad del 1 Cen- 
tro Catalán \ quien lo 
cedió sin cortapisas ni 
restricciones, en contras- 
te con el ‘Casino Espa- 
ñol’, que a la solicitud 
de cesión de su casa tuvo 
una respuesta lamenta- 
blemente impolítica. 

A este acto asistie- 
ron más de dos mil per- 
sonas, detalle alentador 
que recogió González 
Aguirre para en magni- 
fico discurso hacer resal- 
tar la ausencia de ciertos 
elementos, "lo que indi- 
caba que el movimiento 
había partido de abajo 
y por lo tanto era de 
esperar que se acabasen 
las épocas de las impo- 
s i c i ones ' ' . H ab í a ron tam- 
bién 5uárez Solís, Gonzá- 
lez (D. Nicanor) y Ro- 
ma el le y se eligió la comisión redactora del Reglamento, con encargo de Henar su 
cometido en un plazo no mayor de quince días, compuesta por L"X Sebastián Azcano, don 
José G> Aguirre, D. Lucio Suárez Solís, D. Carlos Glano, D, Ramón Secad.es, D. Regino 
López, D. Sabino Muñíz, D. Vicente F. Plaza, D. José Muñíz Liria, D Pedro Arias 
Cabeza, D. Ricardo García, D, José Iglesias, D. Zoilo Díaz y D, Benito Celorio. 


don ANTONIO GONZALEZ PRADO, PRESIDENTE] DEL 
COMITE GESTOR Y EN REALIDAD PRIMER PRESIDENTE 
GENERAL 


EL. LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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En efecto, desempeñaron su inteligente labor en el escaso tiempo señalado. 
Mientras ellos se reunían redactando los estatutos, otros intensificaban la propaganda 
y desde las páginas de “El Heraldo de Asturias “ — formidable baluarte — seguíase in- 
suflando entusiasmo mediante artículos en que a las bellezas de expresión se unía con- 
tagioso optimismo. Todo era menester, porque la maledicencia y la envidia, viscosas 
y repugnantes, esforzábanse en cortarle las alas al Icaro asturiano que se elevaba so- 
berbio de grandeza sobre la mediocridad, mental de una patriotería torpe e inadecuada. 

Y vino la tercera sesión, seguida de dos más — 5, 6 y 13 de Junio — en las que se 
debatió y aprobó el Reglamento, hallándose el circo jane, donde se verificaron, rebo- 
sante de socios. Distinguiéronse en los debates, por su serenidad y lucidez, los señores 
Romaelle, Corees, Muñíz, Ablanedo, Mendivil, Linares, García Marqués y otros. 

He aquí explicado el objeto de la Asociación: 

“Artículo l ü — Se constituye en la ciudad de la Habana una Sociedad que se 
denominará Centro Asturiano. 

“Artículo 2°. — El propósito del Centro Asturiano es: fomentar y estrechar los 

lazos de unión y vínculos de compañerismo entre los naturales de la Provincia de Astu- 
rias y sus descendientes ; contribuir al mayor realce del nombre de Asturias en la Isla 
de Cuba; proporcionar a los asociados asistencia en sus enfermedades, instrucción y 
lícito recreo: establecer relaciones de amistad con las sociedades de igual índole esta- 
blecidas en la Habana y celebrar todos ios años en uno de los teatros de esta capital 
una función cuyo producto líquido se destinará a aumentar los fondos de la “Sociedad 
As tu r i an a de Ben efi ce nc i a ' 1 

“Artículo 3 o - — Para los fines comprendidos en el artículo anterior existirán tres 
secciones denominadas de “Beneficencia , de “Instrucción* y de “Recreo' 


La comisión gestora, tan activa y celosa, terminaba su brillante cometido, acer- 
cábase al final de la difícil y fatigosa labor convocando a elecciones a fin de designar la 
primera Junta Directiva reglamentaria. 

El anuncio fue seguido de simpática y fecunda rivalidad despertando el espíritu 
batallador de la raza y creándose rápidamente comités patrocinadores de diversas can- 
didaturas. Señalóse la elección para el 24 de Junio, en los salones del “Centro Catalán j 
presidiéndola D. Antonio González Prado con los vocales D, Lucio Solís, D José Men- 
di vil Longoria, D. Vicente Fernández Fol güeras : secretario Sr Fernández Plaza y los 
secretarios escrutadores D. Matías Corees, D. José García Prendes, D. Ricardo García 
Tu ñon y D Ventura Corees, 

Duró ocho horas, desenvolviéndose en ambiente de cordialidad y fr anqueza , no 
obstante la empeñada pugna electoral, y al hacerse el escrutinio y ser proclamada triun- 
fante esta candidatura, resonó clamorosa ovación: 



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BL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Presidente: Excmo, Sr. D. Diego González del Valle. Vice-Pr es idente: Licen- 
ciado D. Emilio Alvarez Prida. Vocales: D. Saturnino Martínez, D. Manuel Argudín, 
D. Bernardo Alvarez, D. Andrés Pérez del Río, D. Antonio Díaz Blanco, D. Manuel 
Moré, D. Francisco González Alvarez, D. Angel A. Arcos, D. Manuel R. Maribona, 
L"). Rafael García Marqués, D. Benito Celorio, D. Rafael Juglar, D< Regino López, 
D ( Sebastián Azcano, D. Bonifacio Fernández, D t Ramón Alvarodíaz, D. Manuel Villa- 
verde, D. Juan Valle, D. Rafael Cortina, D. Manuel Muñíz Uria, D. Ricardo García, 
D. Prudencio Noriéga, D. José M. iglesias y D. Manuel González. 

Vocales Suplentes: D. Mateo González, D* Angel Valdés Palacios, D. Ricardo 

García Tuñón, D. Antonio P f Moré, D* José Mendivil Longoria, D, Gregorio Alonso, 
D. Faustino Bermudez, D, Alejandro Alvarez, D. Manuel P. Pérez, D. Narciso S. Caso, 
D. Bernardo Nuevo García y D. José Manuel García. 

¡El Centro Asturiano era ya espléndida realidad! Vencidas brillantemente las 
dificultades de la gestación, comenzaban otras a buen seguro más difíciles, pero que 
habrían de ser obviadas también con idéntica fortuna, pues a aquellos socios fundadores 
alentábales algo más consciente y eterno que un prurito de clase, y en la consecución 
de su ideario, por sobre las menguadas divisorias de fortuna, de doctrina religiosa o de 
credo político, ponían la reciedumbre de su raza jamás subyugada y eran como los pi- 
cachos de Asturias, que besan las nubes, altivos y fuertes, si se les contrariaba, y como 
los valles natales de alfombrado césped, suaves y plácidos, tiernos y dóciles cuando 
conseguían sobresalir y predominar. 

Fue fructuosa en extremo, hábil y múltiple la gestión de esta primera directiva, 
cuyas tareas dieron comienzo el 23 de Junio en sesión celebrada bajo 3 a presidencia 
del Sr. González del Valle y en el domicilio de éste, calzada de la Reina, 20, o onde quedó 
establecida provisionalmente la Secretaría., Aquella Junta, en la que se contaban hom- 
bres de mucho valer y justas simpatías como Alvarez Prida, vicepresidente, González 
Prado, Saturnino Martínez, García Marqués, Celorio, joglar, Azcano, Fernández Plaza, 
(confirmado en el puesto de secretario que ejerciera interinamente), Prudencio Noriega 
y algunos más, adoptó resoluciones de gran interés, vitalísimas y reveladoras del es- 
píritu arriesgado y organizador de los que la formaban, dispuestos a imprimir al Centro, 
entraña viva de su ser, vasta significación e insospechada magnitud. 

Debemos acentuar la actitud pasiva del presidente general, quien hubiese enti- 
biado el entusiasmo de sus compañeros a no ser éstos de temple recio y de animo firme 
y a no estar en la vicepresidencia fe juvenil simpatía y el claro talento de Alvarez Prida, 
abogado de mérito quien le sustituyó constantemente, pues el Sr, González del Valle 
solo estuvo presente en la toma de posesión. 


Asistencia médica: Acaso el aspecto más interesante fue éste de no rehuir, sino 

por el contrario, acometer de frente y con gallardía el compromiso de brindar asistencia 
médica en clínicas de primera categoría y a domicilio, a los asociados. 


EL LÍBEO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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No hubo discrepancias en cuanto a la urgencia de implantar dicho servicio, no 
obstante saberse su costo, realmente crecido. El primero de Julio fueron puestos al 
cobro los recibos de cuota social (tres pesos billetes: 2,000' socios) y el día 6, es decir, 
cinco días más tarde, suscribíanse contratos, al efecto, con las casas de salud “Quinta 
del Rey \ “La Benéfica * (que pocos años después pasó a ser propiedad del Centro Ga- 
llego), y “La integridad Nacional \ las mejores de aquella época. Y en Septiembre 
se ampliaba el numero con la de "Garcini" también de crédito. ¿Podría desearse más 
diligencia, mayor celo, más acucioso afán por cumplir uno de los primordiales postulados? 

En los mismos días hízose el nombramiento de médicos inspectores y de visita, 
recayendo la elección en el Di\ D. Claudio Delgado (I o . de Julio) y Dn D, Faustino 
Prendes y Alonso (6 de Julio), con obligación ambos de recorrer diariamente las clínicas 
en que hubiese asociados enfermos, a fin de cuidar de su buen trato y asistencia, y con 
la tarea, asimismo, de ofrecer consultas y visitas a domicilio, 

Y dato curioso: el 11 del propio mes de Julio de 1886 ingresó el primer enfermo 
por cuenta del Centro en “La Integridad Nacional". 

La Sección de Beneficencia: Comenzó a actuar a compás del funcionamiento 
normal de la Sociedad, con un Reglamento redactado por los Dres, Delgado y Prendes, 
en el que campea asombrosa previsión y muchos de cuyos extremos aún prevalecen a 
los 40 años de aquella fecha. 

Fueron su primer presidente D. Rafael Cortina; vicepresidente D. Sebastián 
Azcano y vocales (todos de la junta general) D. José García Prendes, D. Eduardo M. 
Lavandera, D. Antonio González Prado, D, Nazarío Rodríguez, D. Manuel Lo vis, 
D. Ramón Díaz Blanco, D. Marcos Moriega, D, Fernando González, D. Severino Pérez 
García, D. F. Alvarez Herrería, D. Constantino Rodríguez, D . Manuel Meana, D. Juan 
Peláez, D. Bernardo González, D. Ramón Secades, D t José Rodríguez, D. Manuel 
González Vega, D. Pelayo Morniella, D, José García Suárez, D. José González González, 
D. Daniel G, Menéndez, D* Juan Santamarina, D, Julián Luis Espina, D. Rodrigo 
Villa, D. Celestino Mora, D. Juan González Velasco, D. Silvestre López, D. Manuel 
López, D. Ramón Oría, D. Fernando Toca, D. Higinio Rodrigo, D. Ildefonso Suárez, 
D. Pedro Fernández Martínez, D. Eulogio Riñóla Forcelledo, D. Ceferino Rodríguez, 
D, José Suárez, D. Jesús Fernández, D* Evelio Cortina, IX Francisco L. López y 
D. Fructuoso Suárez, 

Los mencionados señores tenían a su cargo visitar a diario a los enfermos, inte- 
resándose por su estado, atendiéndoles en cuanto íes fuese posible y procurando en todo 
momento que no les faltase, con el apoyo de su presencia, el aliento de una voz amiga 
y de una mano cariciosa, Y en verdad que cumplían admirablemente su misión, con 
asiduidad y celo que les granjeaba intensas simpatías y afectos, traducidos en aumento 
de asociados y en prestigio para la Sociedad. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Las Quintas estaban muy distantes entre sí, las comunicaciones no eran, ni por 
asomo, lo cómodas, rápidas y baratas de los presentes días por lo que se hace más en- 
comiabíe y más hondamente misericordiosa la labor de aquella y sucesivas secciones 
de Beneficencia, cuyos miembros, hombres de corazón, humildes, tocados de evangélica 
bondad, nos inspiran sincero respeto y a cuyo memoria trazamos estas volanderas líneas 
con el ánimo influenciado por perenne recuerdo de cariño y gratitud. 

Farmacias: El despacho de fórmulas medicínales se confió a las farmacias 'San 

Julián b “La Alianza \ y "La Fe". 


Sección de Intereses Materiales: La compusieron D Manuel González García, 

D. Antonio Díaz Blanco, D. Manuel R, Martínez y D. Manuel Argudín. 

Como su nombre índica ; tenía por objeto — y lo tiene en parte en la actualidad — 
revisar y autorizar todas las cuentas ordenar pagos e intervenir cuanto con el tesoro 
se relacionase. 

Sección de Instrucción: Presidente, D. Saturnino Martínez; vicepresidente, 

D. Ricardo Garda Alvarez. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, D. Manuel R. Mandona; vicepresi- 
dente, D. Regino López. 

Estas dos últimas secciones, aunque designadas reglamentariamente, no comen- 
zaron a actuar por falta de oportunidad. 

Tesorero: D. Manuel Argudín, almacenista de tabaco en rama. 

Secretario: D, Vicente Fernández Plaza, con una asignación mensual de 20Ü 

pesos billetes del Banco. 

Cobrador: D. Francisco Flores, 

Socios Fundadores: En ei primer trimestre se efectuó el sorteo relacionado con 

el número de su inscripción, exceptuándose a los 50 iniciadores cuyo lugar en las listas 
sociales se acordó fuese el mismo conque aparecían en el acta de constitución. 


Relaciones con la Beneficencia Asturiana: En prueba de que no era aserto 
engañoso que ef nacimiento del Centro Asturiano más habría de robustecer que debilitar, 
como se auguraba, la vida de la Beneficencia, consignemos que ya en el primer trimestre 
se díó patente muestra de esta alta política de compenetración y ayuda, adquiriéndose 
un palco para su fiesta teatral del 1 2 de Septiembre y aceptándose mil papeletas de la 
rifa de una “xata" dedicado todo a engrosar los fondos de dicha Sociedad, 


Instalación del Centro: No obstante el corto tiempo que llevaba funcionando 
el Centra — un mes y días — en Junta General de 22 de Agosto manifestóse imperativo e 
inaplazable, e! afán de disponer de un local amplío y cómodo para instalar la Secretaría, 
que continuaba en Reina, 20, domicilio del presidente Sr. González del Valle. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


19 


Sin discusión, con sólo breves conceptos aclaratorios de los Sres. Aguirre y Mu- 
ñíz, fue aprobada por unanimidad la siguiente progresista moción: 

Los que suscriben proponen se faculte a ia junta directiva para que contrate 
un empréstito ya por acciones o ya en la forma que estime más conveniente, a fin de 
reunir los fondos necesarios al objeto de establecer definitivamente el Centro con el 
decoro que exige la importancia de la Colonia Asturiana de la Habana- — A. González 
Prado, Rodrigo Villa Díaz, Juan Peláez Vicente F Folgueras, Manuel Llovio, José 
García Prendes.’ 

El éxito, sin precedentes en entidades similares, el triunfo enorme que entrañaba 
la iniciación con dos mil afiliados; aquella cohesión y disciplina y aquel entusiasmo de 
tan gratas realidades que aconsejara la implantación de los servicios médicos desde el 
mismo mes de haberse puesto al cobro las cuotas sociales eran prenda de garantía para 
acometer con igual fe en el resultado la instalación en domicilio propio, con arreglo al 
decoro- — como se decía en la moción — e importancia del Centro. 

En efecto, la junta general siguiente — 17 de Octubre — aprobó la emisión de diez 
mil vales al portador, por valor de cinco pesos oro español cada uno, amortizadles por 
sorteos mensuales a contar del séptimo mes de efectuada la instalación. 


Organo Periodístico: Teniendo en cuenta los inestimables servicios de O He- 

raldo de Asturias", genuino iniciador y fundador, se Le honró con el título de órgano 
oficial de la Sociedad. 


Dimisión del Presidente: En la junta de 17 de Octubre a que ya hicimos re- 

ferencia — verificada en el Teatro Circo “Jane ' — > se puso término definitivo a la anor- 
malidad que entrañaba la pasiva actitud del Sr, González deí Valle, presentando éste 
la renuncia de su cargo, que le fue aceptada con simpatía y satisfacción. 


Final de año: ¡Qué soberbios seis primeros meses del Centro! ]Con qué pu- 
janza, con qué personalidad, con qué consciencia se iniciaba, pasando por sobre mil 
obstáculos, domeñando el éxito, subyugándolo como si fuese algo suyo, nervio, fibra, 
entraña palpitante!. . . 

Mientras al concluir su primer año de constitución el Centro Gallego sólo había 
podido alcanzar un número de 711 asociados, con $1435,35 en caja, y la Asociación de 
Dependientes al vencer asimismo su período anual primero cerraba sus listas de socios 
efectivos con 677 y disponía de $847.45 en billetes del Banco Español, nuestro Centro, 
a los 90 días justos de vida regular, presentaba el siguiente admirable balance' 



20 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Enfermos asistidos en las Clínicas: 246; recetas despachadas por las diferentes 

farmacias; 969, entre fórmulas y patentes; consultas y visitas médicas: Dr Delgado, 
855; Dr. Prendes, 616; servicios dentales: (Dr. Taboadeia) 54. 

Pagos: a las Clínicas, 2,698 pesos; a las farmacias, 947 ,91. Gastos totales: 
$1,555.97 oro y $5,508.78 billetes. 

Ingresos : 17001 pesos . 

Remanente en caja: 11,492.22 pesos. 

Asociados en 30 de Septiembre: 2,550. 

[Pero aún nos queda mucho por veri Aún tenemos que seguir de sorpresa en 
sorpresa, de asombro en asombro, por caminos erizados de dificultades y de encruci- 
jadas también, que los nuestros salvan, allanan y transforman en hitos gloriosos de la 
raza, jpues por algo eran asturianos! 





CAPITULO II 

PRESIDENCIA DE DON MANUEL VALLE 

I 

DE DICIEMBRE DE 1886 A AGOSTO DE 1887 
Gestiones para adquirir edificio social. —Toros y cañas. 
Compra del palacio del Marques de la Vega de Anzo. 
Dificultades con el “Casino Español 
Otros detalles 


A elección de D, Manuel Valle y Fernández se verificó el 12 de Noviembre 
triunfando por abrumadora mayoría sobre D Juan Antonio Bances, candidato 
también de mucho arraigo y de innúmeras amistades. El acto resultó práctico 
ejemplo de la capacidad política de los asturianos para disfrutar del sufragio y de su 
acertado concepto de ía democracia. 

Posesionóse el Sr. Valle del puesto eí día 12 de Diciembre efectuándose la sesión 
en los magníficos salones de su espléndida casa particular, Galiamo, 102, que puso 
desde entonces a entero y libre uso de la junta directiva. El nuevo presidente no pe- 
caba, ni mucho menos, de locuaz, antes al contrario, de parco y sobrio en palabras, 
si bien sabía expresarse con soltura y hasta en ocasiones, cuando sus nervios se tem- 
plaban al calor de algún debate, con cierta elegante elocuencia hija de su gran since- 
ridad, de su espíritu recto y justo y de su corazón, afectuoso y caritativo. Pertenecía 
a la industria tabacalera en la que ocupaba preeminente puesto como fabricante y al- 
macenista, y su sólida fortuna, debida ai propio esfuerzo y al talento propio, acertaba 
a mitigar en silencio muchas desventuras. Era, en fin, un hombre extremadamente 
espléndido y caritativo, y era, además, en aquellos tiempos de españolismo exaltado, 
un patriota sereno y prudente, de ideas liberales y progresistas, en todas partes bien 
quisto y por todas las clases de la sociedad querido y respetado. 




22 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Su aceptación, pues» de la presidencia del Centro Asturiano significaba para 
éste no sólo un triunfo moral de inestimable valor, sino una fuerte garantía económica. 
Así lo entendieron todos las asociados y así lo revelaron con motivo de la fiesta ono- 
mástica del Sr. Valle el 31 de Diciembre, fecha aprovechada para obsequiarle con lucida 
serenata. Partió la comitiva de la ‘Sociedad Coral — Reina y Angeles — formándola 
varios cientos de asturianos portando hachones encendidos, con la Banda del Regi- 
miento de Ingenieros al frente, y cruzó diversas calles hasta el palacio del Sr. Valle 
en el que se congregara lo más granado del mundo habanero. 




EL INSIGNE BENEFACTOR DON MANUEL VALLE, PRE- 
SIDENTE general desde a isas, a quien en 

GRAN PARTE SE DEBE LA VIDA T GRANDEZA DE 
NUESTRA SOCIEDAD 


Aquella pintoresca ma- 
nifestación fue acogida en ei 
hogar del Sr. Valle con visi- 
bl e con ten to y ev idente 
sorpresa, por cuanto nada se 
sabía de esta singularísima 
adhesión, organizada con 
relativo sigilo por D. Ma- 
nuel R. Maribona y don 
Regino López, presidente 
primero y segundo de la 
Sección de Recreo y Adorno. 

Entre los invitados, 
objeto de múltiples agasajos 
así por D Manuel como por 
su elegante y digna esposa 
Da. Concepción Heres, figu- 
raba el matador de toros y 
correcto caballero D. Luis 
Mazzantmi, quien en el ins- 
tante de brindar por la 
ventura de los dueños de 
la casa, expresó sus deseos 
de contribuir al auge del na- 
ciente Centro Asturiano de- 
dicándole una corrida espe- 
cial después de la temporada 
para que viniera contratado. 


A los pocos días de la toma de posesión reunía el Sr. Valle a la directiva a fin 
de cumplir el acuerdo de concertar un empréstito y tras encarecer la conveniencia de la 
operación, que facilitaría establecer el Centro con arreglo a su importancia, fué ei 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


23 


primero en dar ejemplo suscribiendo crecida cantidad que, al acicatear a los restantes 
directivos hizo que entre estos se cubriese la suma de $ 1 0,000 considerada indispensable; 

D, Manuel Valle Fernández, 1,000 vales, $5,000.00; D, Prudencio Noriega, 200 
vales, $1,000.00; D, Manuel R. Maribona, 200 vales, $1,000,00; D« Emilio Alvarez Pricia, 
D. Manuel Argudín, D. Juan Valle y D. Antonio Díaz Blanco, a 100 vales cada uno, 
$2,000,00; D. Bernardo Alvarez, 50 vales, $250; D. Manuel González, 50 vales, $250.00; 
D. Manuel Moré, D. Ricardo García y D, Benito Celorio, a 25 vales cada uno, $375.00; 
D, Sebastián Azcano, D, Manuel Vil! averde y D, Saturnino Martínez, a 20 vales cada 
uno, $300.00; D, Rafael Cortina, D. Mateo González, D* Rafael Joglar, D. Narcisso 
S. Caso, D. Faustino Ber mudez, D. Manuel Muñíz Uría, D. Ramón Alvarodíaz y 
D. Bonifacio Fernández, a 10 vales cada uno. $400.00; D. Angel Valdés Palacio, D. Ber- 
nardo Nuevo García, D. José Manuel García y D. Rafael García Marqués, a 5 vales, 
$100.00; D, José María Iglesias, D. José Mendivil Longoria y D. Gregorio Alonso, 
a 4 vales, $60.00; D, Regino López y D. Antonio Prendes Moré, a 3 cada uno, $30,00. 

Había ya una base relativamente sólida para pensar que no tardaría en poseerse 
edificio propio o en arrendamiento, a fin de poner término a las dificultades con que 
se tropezaba en cuanto al funcionamiento de las Secciones de Instrucción *y Recreo y 
Adorno, aún inactivas. Y con el propósito de reforzar la suma citada, se decidió dis- 
poner una corrida de toros, estoqueados por Mazzantíni, quien reiterara su oferta an- 
sioso de patentizar su amistad al Sr. Valle y sus simpatías a los asturianos. 

Este festejo taurómaco celebróse el 6 de Febrero de 1887, cediéndose el 20% 
del producto líquido a la Sociedad Asturiana de .Beneficencia. Le precedió inteligente 
propaganda, consiguiéndose que no quedase vacío un solo asiento del vasto coso, con 
lo que la recaudación sino tan cuantiosa como se esperaba fue muy satisfactoria, al- 
canzándose un remanente de $4,029. Por cierto que en los programas de aquella ani- 
mada corrida, en la que actuaron los espadas Mazzantíni y Diego Prieto, (a) “Cuatro 
Dedos' 1 , apareció un dibujo con el futuro edificio del Centro que algunos socios preten- 
dían se construyera en los terrenos llamados del “AplechJ en lo que hoy es Hotel 
“Plaza”, por las calles de Monserrate y Meptuno. 

Además de la lidia formal hubo, como máximo aliciente popular, otra asaz pin- 
toresca y cómica de un torete, a cargo de entusiastas miembros de la Sección de Bene- 
ficencia. con aficiones y hechuras taurinas, los que consiguieron divertir y regocijar al 
público. He aquí esta improvisada cuadrilla : Espada: Antonio G. Prado (a) "Cara 

Ancha . Sobresaliente de espada: Mauricio Rodríguez (a) “Espartero 

Picadores: José García Prendes (a) “Artillero", José Grado (a) “Cabezón"'. 
Manuel García López (a) “Namito ’ y José García Pérez (a) “Voluntario 


N 


Puntillero: Higinio Rodríguez (a) Taravilla, 


í 




24 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Banderilleros: F, L, López (a) "No vá", Vicente F. Folgueras (a) “Asturiano ', 
Nicas io Grado (a) “Regaterín ", Manuel Díaz (a) “Figurín” y Ramón Secades (a) 
"'Ovetense”. 

Fueron madrinas del españolísimo espectáculo Da, Concepción Heres de Valle, 
Da. Marcela Hernández de Alvarez, Da. Angela Senmmanat de Bances, Da. Lut garda 
Muro de Faes, Da. Pilar Cobo de Celorio y Da. Angela Toña reí y de Galán. 


Adquisición del Edificio: Con las cada vez más apremiantes excitaciones a 

instalar holgada v decorosamente el Centro, coincidió una venturosa circunstancia, 
sólo conocida de los miembros de la Junta Directiva, quienes habían convenido por su 
honor mantener en torno de ella absoluto silencio. 

Mientras el estado llano, es decir, ios socios se entretenían discutiendo con ardor 
y vehemencia la oportunidad de adquirir el ya mentado solar del “Aplech la junta 
de gobierno decidía un golpe de audacia, una resolución heroica, valiente, inaudita: 
comprar el magnífico palacio que ocupaba el “Casino Español ', propiedad de ios señores 
D. Martín y D. Anselmo González del Valle, D. Manuel Valle, apoderado de ambas, 
tenía encargo de enagenarlo, y habiéndoselo propuesto al presidente de dicho Casino, 
éste lo rehusó, pretextando dificultades financieras e inconvenientes además del edifi- 
cio que diputaba poco menos que en ruinas. Comentaba ésto el Sr. Valle con sus co- 
legas de la directiva lamentándose de que el Centro Asturiano no dispusiese de dinero 
para hacerse dueño de aquel inmueble, cuando alguien sugirió el recurso de concertar 
otro nuevo empréstito, exclusivamente destinado a tan trascendental finalidad 

Al Sr. Valle, espíritu abierto a los mayores avances, fu ele simpática la indica- 
ción; halláronla otros, asimismo, atinadísima, y aquellos varones, templados en ei más 
puro cariño a su Sociedad, comenzaron a discutir sosegada y reflexivamente, acuciados 
unos por ideas de grandeza, aconsejados otros por la realidad, un poco aceda, de care- 
cerse de garantías y de metálico. Sin embargo, como les dividían criterios noblemente 
interpretados, sin un átomo de perfidia, ajenos a rivalidades y personalismos, lo que 
comenzara por charla de camaradas adquirió proporciones de debate formal, tznío 
que el presidente se creyó obligado a ponerle punto de esta guisa: 

-Señores -cuentan que dijo— no presumí que habríamos de tomar en serio este 
asunto, que, por otra parte, es de mi agrado. También yo soy de los que opinan que 
el Centro puede efectuar la compra sin perjuicio de atender a sus enfermos. Todo 
es proponérselo. ¿Vamos a decidir qué se hace por medio de una votación? Y por 
trece votos contra once, pues sólo se hallaban presentes 24 directivos, se acordó rea- 
lizar gestiones para la adquisición, rogándosele al Sr. Valle escribiese a sus poderdantes 
en solicitud del último precio, sin decirles quién era el presunto comprador, a fin de 
impedir trascendiese al público, evitando así interferencias molestas y perjudiciales, 
que no habrían de faltar. 



el libro del centro asturiano de la habana 


25 


La respuesta de los Sres, González del Valle, aguardada con impaciencia, se 
recibió un mes y siete días después, a fines de Marzo. No eran onerosas las condiciones; 
Noventa mil duros en oro, libres de todo gravamen para el vendedor, en esta forma: 
treinta mil al contado, otros treinta mil un año más tarde y el resto en un plazo igual 
al anterior, o sea a los dos años, quedando la finca hipotecada, a responder al cumplimiento 
del e ontra to . Adem ás por las cantidades de los dos últím os pl azos , u n in t eres d e 1 0 % anua 1 

La directiva, conduciéndose con el sigilo que ya conocemos, hizo esta contra propo- 
sición: ochenta y cinco mil pesos oro español al contado, libres para nosotros y 
pagaderos en la Habana. 

Demás está decir que el Marqués de la Vega de Anzo, que era el vendedor, 
sabía ya para quién se quería su casa, por habérselo comunicado confidencialmente su 
apoderado Sr. Valle. Y su contestación definitiva muy deseada, llegó al fin colmando 
a todos de regocijo: aceptaba el precio de "ochenta y cinco mil pesos, oro" puestos 
en España, libres para él. Excedía de lo que se le ofreciera, mas la directiva reunida 
inmediatamente convino en mostrarse conforme y sin aguardar la presencia del Sr. Valle, 
a la sazón en Pinar del Río, encomendó al vocal D. Prudencio Noríega la urgente tras- 
misión del acuerdo, con ruego de que remitiese a la mayor brevedad los poderes y de- 
más documentos necesarios para ultimar el negocio. 

La noticia pudo ser ya del dominio público, porque el compromiso, aunque no 
notarial, tenía la seriedad indispensable y al divulgarse produjo en los socios extraor- 
dinario contento. El efecto, en cambio, entre los directores del “Casino Español" 
fue depresivo, llevándoles a la poca correcta pretensión de entorpecerlo, cablegrafiando 
ellos por su parte ofertas que mejoraban considerablemente la nuestra. Por suerte, 
llegaban tarde. Los que habían rehusado la primacía de la compra, no titubearon 
al usar procedimientos en pugna con la cordialidad, a fin de impedir que los 
salones que ocupaban pasaran a una entidad de humilde origen y constituida, asi- 
mismo, por gentes de humilde posición. Aquello resultaba vitando, en extremo in- 
soportable, antipatriótico. Y el “totum revoloturn ' llegó a las altas esferas, así mili- 
tares como eclesiásticas y desde el Capitán General, pasando por todas las graduacio- 
nes del Ejército, al Obispo de la diócesis, quien más, quien menos, se llevó las manos 
a la cabeza, en señal de espanto, o se persignó cariacontecido y lloroso, clamando contra 
lo que a juicio suyo constituía delito de lesa patria, ¡Un Centro de tabaqueros y pela- 
fustanes instalarse en pleno parque y tomar posesión de los salones cuna y espejo de 
los sesudos árbitros de la colonia! Tal audacia no podía tolerarse. Significaba la 
subversión del principio de autoridad y mientras unos trataban de hacer presión cerca 
de los vendedores, en Oviedo, a fin de que se eximiesen del compromiso de venta, otros 
iban de zoco en colodro, visitando a D. Manuel Valle, a Alvarez Prida, Celorio, García 
Marqués, Noríega y demás significados elementos asturianos, y ora con halagos, ora 
con ruegos y ya en último recurso con amenazas — las hubo por parte de los militares 
de declarar facciosa a la Sociedad— insistían en que se desistiese de la compra, o en 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


todo caso, se traspasase ésta al "Casino Español”, quien llegó a ofrecer ciento veinte y 
cinco mil pesos en oro Hasta el Marqués de Balboa intervino en el asunto, haciendo una 
proposición de treinta mil duros de utilidad para nosotros sí se le transfería a él la escritura. 

Mas todo infructuoso, por la entereza 

.. ■ . fe» 

e irreductibilidad de los nuestros, y el día 24 
^ en bufete notarial de 

%, ' D. Pedro Rodrí guez Pérez se firmaba la es - 

' IPP ¡felr _ 

| . -■. ■ entura por la aue el Centro Asturiano era 

•:/: ' 

declarado propietario de la casa No. 1 de la 
mtV calle de S. Rafael, ocupada en aquella fecha 

j£". por el "Casino Español”, principal inquilino, 

■ ¡,-^L 

/ 1 no s ^ n que horas antes fuese objeto D. Ma- 

nucí Valle de un requerimiento a nombre 
I W i del presidente de aquél, D. Leopoldo Car- 

vajal, Marqués de Pinar del Río, asistido de 
notario, a fin de que no efectuase la venta, 

¡Habíase realizado el milagro! El 
Centro Asturiano, en embrión casi, fugaz 
esperanza ayer, daba un salto gigantesco pa- 
sando del vivir incierto, sin hogar propio, 
teniendo que desenvolverse al socaire de! 
“Centro Catalán' que le abriera, fraternal, 
sus amplios salones para celebrar las juntas 
generales, a la holgura, pudiéramos- decir 
sibaritismo, de un edificio propio realmente 
espléndido! Pero no sin sacrificios, no sin 
abnegaciones, no sin innumerables rasgos de desinterés por parte de sus componentes. 

Cuando surgió la venturosa iniciativa de la compra, sólo se contaba con los $10 000 
en vales suscritos por miembros de la junta directiva y algunos más, pocos, sobrantes 
de los fondos sociales. Y era forzoso reunir unos $100,000. Inaplazable. Urgentísimo. 
¿A quién pedírselos? ¿A qué puertas llamar? D. Prudencio Noriega — cuyo nombre 
saludamos respetuosos- — que tanto sabía de ternezas conmovedoras, balbució más que 
dijo, la palabra velada por ingénita modestia: 

—Mañana pongo a disposición de esta junta íf diez mil pesos oro" con o sin 
interés, con hipoteca o sin ella, en la forma que se tenga por conveniente, reintegrables 
en los plazos que se desee, y creo, señores, que si cada uno hace lo que puede con 
arreglo a sus recursos, el compromiso está cubierto, 


EL TESORERO— ARQUETIPO DE DESINTE- 
RES Y ENTUSIASMO— DON PRUDENCIO 
NORIEGA, DE SIEMPRE GRATA MEMORIA. 


‘Cinco mil en las mismas condiciones'' oyóse decir a D. Mateo González 
f Dos mil más”, agregó D, Faustino Bermúdez. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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—“Otros dos mil ", dijo D, Manuel González. 

- — "Anótenseme cinco mil’, finalizó el Sr. Valle, que presidía. 

Pero era poco. Necesitábase más, más. Las cantidades disponibles en con- 
junto, no pasaban de cuarenta y siete mil pesos y hasta ochenta y cinco mil que costaba 
la casa, sin los derechos notariales y otros crecidos desembolsos del caso, había una di- 
ferencia enorme, aterradora..* Aquellos varones, sin embargo, nunca pecaron de 
pusilánimes. Alentábales la fe, que logra imposibles. D, Benito Celorio y D. Pru- 
dencio Noriega comprometiéronse a buscar el resto, seguros de hallarle mediante una 
operación hipotecaria. Y a altas horas de la noche— sábado 21 de Mayo — despedíanse 
¡os directivos paladeando de antemano el éxito, presto el ánimo al regocijo, dándose 
cita para el siguiente día en que por ausentarse en dirección a España el culto vice- 
presidente D, Emilio Alvarez Prida todos se congregarían en el restaurante “El Louvre 
a fín de darle su despedida en cordial almuerzo. Y de allí, de este ágape, brotó el dinero 
que se buscaba, facilitado al 8 % anual de interés, por el tesorero D Manuel Argudín, 
a quien convenciera aguda alusión del Sr. Prida que, en su elocuente brindis, instóle 
de modo delicado a prestarle al Centro aquel merítíslmo favor. 

Terminaba la dificultosa etapa, entrábase en el principio del fin, Dos días más 
tarde, la escritura y unos días después, asimismo, los Sres. Noriega (D, Prudencio) y 
González (D. Manuel), extendían a D. Leopoldo Carvajal y Zaldívar y D. Segundo 
García Tuñón, representantes del 'Casino Español ", un contrato de inquilinato por dos 
años, por semestres prorrogadles, reconociendo a favor del propietario del edificio, 
Centro Asturiano, eí derecho a dar dos fiestas anuales en aquellos salones, mediante 
pequeña suma para gastos de alumbrado, comprometiéndose a la vez las juntas di- 
rectivas de las dos sociedades a influir cada una de por sí con objeto de que los socios 
de ellas lo fuesen simultáneamente de ambas, siempre que su posición social se lo per- 
mitiese. Y por último D. Segundo García Tuñón, por cuya iniciativa se había comen- 
zado en Oviedo a preparar la acción de retracto, a fin de conseguir la nulidad de la es- 
critura de compra- venta, se obligaba a poner inmediatamente término a tales prepa- 
rativos en “aras de que las entidades que ambas comisiones representaban conserva- 
sen entre sí las mejores relaciones, considerándose como amigas y en manera alguna 
como adversarias." 

Parecerá algo incongruente que ansiando tanto los asturianos poseer casa pro- 
pia, no se apresurasen a posesionarse del palacio adquirido; pero es que estudiada la 
situación económica, convínose en que no se estaba en condiciones de hacerlo, ya que 
eran cuantiosos ios gastos en que se incurriera, optándose por prorrogarte el contrato 
al Casino y a los comercios situados en la planta baja, cuyos alquileres representaban 
un ingreso no despreciable. 

Sin embargo, en 23 de junio del mismo año, se habilitó un local en los bajos, 
esquina de San José y Monserrate, y allí estuvo establecida la Secretaría hasta el ló 
de Diciembre de 1890. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


No concluyó ahí la odisea de esta adquisición. También hubo calumnias, ver- 
siones mendaces, reticencias y bajas censuras, apropósito de la doble cualidad que con- 
curría en D. Manuel del Valle, como Presidente del Centro y como apoderado del 
Marqués de la Vega de Anzo. Un periódico "El Progreso Mercantil", órgano oficial 
de la Asociación de Dependientes del Comercio, fué de los más significados en ia in- 
juria, que no se perdonaba a los asturianos su prosperidad, y D. Manuel salióle al paso, 
enérgico e írreplicable, cargado de lógica y rebosante de honradez, con hermosa carta 
probando su siempre caballerosa conducta. 

Así finó aquel agitado período, tan esplendoroso y tan gallardo. Con un sobe- 
rano mentís a los malsines que so capa de un patriotismo de selección, hubiesen querido 
ver cómo fracasaba y se hundía el Centro Asturiano, escuela de democracia. Empero, 
no tardarían en recibir nuevas decepciones. Los que al año de vida social realizaran 
ei portento de poner su bandera en el mejor edificio y en el punto más céntrico de la 
ciudad, preparaban otras grandes sorpresas. Tenían el valor de ios conquistadores, 
su terquedad y arrojo. Eran sencillamente, as tu res: talento, corazón e intrepidez. 


Socios Protectores: En agradecimiento a sus deferencias se otorgaron estas 
distinciones a D. Prudencio Rabel 1, presidente del "Centro Catalán", cuyas puertas 
jamás se cerraron para nosotros y al Dr Taboadela, que venía prestando servicios de 
dentista sin estipendio alguno. 


Premios al Mérito: El peso de la Sociedad sabido es que recaía en la Sección 
de Beneficencia, cuyos miembros revelaban espíritu de sacrificio franciscano. En este 
primer año se registraron actos de sobresaliente abnegación que la junta general premia 
concediendo medallas de plata conmemorativas a los vocales D. José García Prendes 
y D. Juan Peláez, y diplomas de honor a D. Manuel González Vega, D, José Rodríguez, 
D. Pelayo Norniella, D. Pedro Fernández, D. Silvestre López, D. Manuel López y 
D. Francisco Rodríguez. 

Ellos se muestran infatigables consolando enfermos y acompañando a su último 
lugar de reposo a los que fallecen; ellos están en cuantos sitios es necesaria su presen- 
cia, y cuando no les corresponde recorrer las clínicas, van a la Secretaría para resolver 
los variados asuntos que demandan su consejo y autoridad o visitan las casas de con- 
terráneos haciendo prosélitos, siempre infatigables, siempre contentos, trasvertiendo 
optimismo. Vivían por el Centro y para el Centro, al que ofrendaban el tesoro de su 
juventud y de su contagioso entusiasmo. 


Elecciones Generales: Con arreglo al Reglamento de entonces, debían cele- 
brarse las elecciones en Agosto, por lo que se convocó para el domingo 7 de dicho mes, 
en el local de la Secretaría. 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Las presidió D. Saturnino Martínez, y fué proclamada la siguiente candidatura: 
Presidente, D. Manuel Valle y Fernández; Vicepresidente, D, Emilio Alvarez Prida; 
Vocales: D, Saturnino Martínez, D. Prudencio Moriega, D. Manuel R. Maribona, 
D. Mateo González, D. Juan Antonio Bances, D. Manuel González, D. Carlos García 
Cué, D Faustino Bermudez, D, Rafael Cortina, D. Juan Valle y Fernández, D. Ra- 
fael García Marqués, D. Francisco González Alvarez, D. Antonio Díaz Blanco, D. Se- 
bastián A zcano, D. Regino López, D. Manuel Villa verde, D. Rafael Jogíar, D. Manuel 
Muñíz Uria, D. Marcelino Arango, D. Alberto Lamerán, D. Carlos Martínez, D, Ro- 
sendo Fernández Gamoneda, D. José Corujo Valvidares, D. José Fernández González, 
Vocales Suplentes: D. Santos García Miranda, D. Ramón Secades, D. Manuel Díaz, 
D Germán Lízarrn, D Manuel Arias, D. Santiago García, D. José Alvarez Herrería, 
D. José García Prendes, D. Manuel Pérez Pérez, D. Eduardo Menéndez Lavandera, 
D. Manuel Martínez y D, J ovino García Menéndez. 


Balance de Año: Fórmulas y patentes despachados por las diversas farmacias: 
6,428 que importaron $6,427,75, Socios asistidos en las Casas de Salud: 1,145. Falle- 
cidos, 5. Ingresos generales, $106,958,84 oro y $88,707.46 billetes. Gastos por todos 
conceptos: $106,889 34 oro y $17,916,46 billetes. Socios en 30 de Julio: 2,915. 




PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

11 

DE ACOSTO DE 1887 A JULIO DE 1888 

Paz . — U ÑAS D 1 ST í NC I ONE S . — EmPREST I TO . — L I M OS NA S , 

Datos estadísticos. 



ÍSTE período fue plácido, tranquilo, como si permanecieren en reposo las 
iniciativas. Se deslizó sin inquietudes ni zozobras, salvo ciertas pasioncillas 
que T reptando a la sombra de la general confianza, pugnaron por encender brasas 
de escándalo entre la junta Directiva y algunos socios a los que se hiciera presumir 
que no todo habían sido intenciones honestas y rectas las traslucidas en la organi- 
zación de polícroma romería asturiana a beneficio de la caja social — días 28, 29 y 
30 de Enero — y que por no haberla favorecido el tiempo, apenas si produjo utilidad 
apreciable. Los directivos, que esperaban recibir parabienes a su infatigable labor, 
halláronse con alusiones aviesas y mezquinas que no podían tolerar sin desdoro de 
su nombre y de la buena fé de su conducta, D. Saturnino Martínez, presidente 
accidental — el Sr. Valle estaba en Saratoga y el Sr, Alvarez Prida en Asturias — 
tronó, magnífico de indignación, contra los maldicientes que recogían el lodazal que 
amontonaban los enemigos gratuitos del Centro para lanzárselo a la faz de varones 
de prístina conducta, y puso su renuncia, así como la de sus compañeros, a dis- 
posición de la samblea que le escuchaba emocionada. Contritos los mendaces que 
dieran pretexto a aquella ardorosa filípica, no se atrevieron a manifestarse y cuentan 
las crónicas de la época, que hablan de ésto extensamente como de algo insólito y ex- 
cepcional, que al concluir el Sr. Martínez sólo se veían manos que se juntaban en uní- 
sono aplauso, miles de manos expr esando admiración y fé a quienes eran tan acreedores 
a pública y solemne alabanza. 


No más que esa nubecifla alígera nubló unos segundos el cielo sin sombras del 
Centro Asturiano. 



32 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Toma de Posesión: La directiva tomó posesión el 20 de Agosto ocupando la 
presidencia el primer vocal D. Juan .Antonio Bañe es , por encontrarse ausentes 
los Sres. Valle y Alvarez Prida, ambos veraneando. 

La designación de Secciones fue hecha en esta forma: 



Sección de Benefi- 
cencia: Presidente, don 
Sebastián Azcano ; vice- 
pr es idente, D. Mateo 
González. Vocales : don 
Julián González, D. Clau- 
dio Escanden, D. Celes- 
tino Areces, D. Constan- 
tino Rodríguez, D José 
Rodríguez, D. Rafael 
González Hévia. D. Ben- 
jamín de la Fuente, don 
Sev crino Pérez, D. Naza- 
rio Rodríguez, D. Fran- 
cisco L. López, D. An- 
tonio González Prado, 
D. Segundo Díaz, D. José 
Grado, D. Bernardo Gon- 
zález, D. Manuel Gon- 
zález, D. José Fernández 
Fernández, D. Antonio 
G. Vega, D. Aurelio 
Cuartas, D. Celestino 
Fernández, D Claudio 
Riera, D. José Menéndez 
Soto, D. Francisco Blan- 
co, D. Facundo Díaz 
Tuero, D. Feliciano Ma- 
drid, D. Manuel Meana, 
D Patricio Pando, don 
Nicasio Grado, D. Juan Peláez, D. José María Pérez, D + Bernardo Blanco, D. José 
Sierra Huergo, D. Manuel García, D, Francisco Pérez, D. Evaristo González, D. Francisco 
Alvarez, D. Juan Arias, D. Rafael Secades, D. Alonso Alonso, D. José García Prendes. 


DON EMILIO ALVAREZ TRIDA, ILUSTRE ABOGADO, QUE 
FUE, CON EL SR. VALLE, ALMA Y VIDA DE LA ASOCIA- 
CION, HABIENDO OCUPADO LA VTCEPRESIDENClA DU- 
RANTE LOS PRIMEROS AÑOS CON SINGULAR IDONEIDAD 
Y HONDO PATRIOTISMO, 


Sección de Instrucción: Presidente, D, Saturnino Martínez; vicepresidente, 
D. José Fernández González. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


33 


Sección de Recreo y Adorno: Presidente, D, Manuel Rodríguez Maribona; vice- 
presidente, D. Regino López. 

Comisión de Intereses Materiales: D. Prudencio Moriega, tesorero; D* Santos 
García Miranda, D. Rafael joglar, y D Rafael García Marqués. 

Comisión de Altas y Bajas: D Alberto Lamerán y D. Ramón Secades, 


Distinción a los Sres. Valle y Prida: La junta general de 22 de Julio nombró 

socios beneméritos a D. Manuel Valle y Fernández, presidente y D. Emilio Alvarez 
Prida, vicepresidente, por los servicios que ambos prestaran, el primero facilitando la 
compra de la casa social v el segundo obteniendo del Ministerio de Fomento, en su viaje 
a la península, una Biblioteca popular para la Sección de Instrucción, así como "El 
Diario de Sesiones" desde 1812 a aquellos días. 

Esta distinción se les consignó "por medio de 
diploma, grabado con letras de oro, y por medalla de 
oro también", según se hizo constar en acta 

Socorros: Durante la estación invernal de este año 
registráronse en diversos puntos de nuestra provincia ver- 
daderas catástrofes ocasionadas por crudísimos temporales 
de nieve, lo que conmovió el espíritu caritativo de la 
Junta Directiva que, al recibir peticiones de auxilio, reunió 
inmediatamente a los socios, quienes condolidos igual- 
mente de la situación, acordaron un donativo de 'mil 
pesos oro", además de disponer una fiesta teatral en la 
que se destacó don Regino López, recaudándose conside- 
rable suma de dinero, 

En junto, se enviaron "dos mil pesos oro", cuya 
distribución se confió a don Federico Bernaldo de Quirós, D. Víctor Heres, D. Gerardo 
Alvarez Prida y D. Manuel Bances. 


Empréstito: A solicitud del Sr. González Aguirre, que juzgaba exagerado el 
interés que se venía abonando por la hipoteca del edificio se concertó un empréstito de 
$48,000 por ocho años, prorrogadles, con la casa bancada de D. Ramón Arguelles, 
destinándose esta suma a la cancelación de la deuda con el Sr. Argudín, y a algunas 
otras atenciones de igual índole. 



don MANUEL RODRIGUEZ 
MARIBONA, PRESIDENTE 
DE DA SECCION DE RE- 
CREO Y ADORNO. 


Cambio de Médicos: Por renuncia del Dr. Delgado— 5 de Octubre — que la 
Junta Directiva aceptó teniendo en cuenta los fundamentos de la misma, fue designado 
para sustituirle en la misma fecha D. Santiago Fernández Boada, médico de notoriedad. 



34 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Loable rasgo: La directiva aceptó, agradecida, una oferta de sus miembros 

D. Prudencio Noriega y D. Manuel González cediendo a favor del Centro los intereses 
devengados por sus préstamos durante los meses de Junio a Septiembre, inclusive, 
ascendentes a $279,90 del primero y $55,98 del segundo, con la condición de abonar 
el título de abogado al Secretario Sr. Fernández Plaza, quien estaba en vísperas de 
concluir la carrera de leyes, siempre que éste se hallase dispuesto a prestar gratis a la 
Sociedad sus servicios profesionales, si se estimase conveniente utilizarlos 


Elecciones: En las de este año, a mediados de Agosto, fueron electos: 

Presidente: D« Manuel Valle y Fernández ; vicepresidente F 1 .: D r Emilio Alvarez 
Prida; Vicepresidente 2°.: D. Ramón Arguelles Alomo, Vocales: D. Manuel R. Ma- 
ntona, D, Prudencio Noriega, D. Juan Valle Fernández, LX Rosendo Fernández Ga- 
món eda, D r José Fernández González, D, Rafael Joglar Peláez, D, Antonio González 
del Río, D. Santiago García, D, Perfecto Faes, D, Alberto I amerán, D. José Garujo 
Valvídares, D, Francisco Arango, D, Germán Lizama, D, Francisco González Alvarez, 
D. Bernardo Prendes, D, Saturnino Martínez, D. Sebastián Azcano, D. Rafael García 
Marqués, D. Santos García Miranda, D Manuel Villa verde, D. Eduardo Blanco, 
D. Celestino Corral, D Ramón Secad es, D. Manuel Pérez Pérez, Vocales suplentes: 
D Esteban Fernández Mayor, D, Antonio López González, D. José García Prendes, 
D. José Cuanda Cangas, D, Miguel Campa, D. Miguel Miranda, D José Fernández 
del Campo, D. Francisco López Valle, D. Macario Pérez, D, Jacinto Suárez, D. Juan 
González, D. Constantino López, 


Datos Estadísticos: Fórmulas medicinales despachadas: 8,427 que importaron 
$219.16 oro y $8,398,94 billetes. 

Enfermos asistidos en las clínicas: 1,517. Importe de sus dietas $21,004 50 oro, 
Soc ios f a 1 1 ec i dos : 49 . 

Socios al finalizar Julio: 2 f 75b 




PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

III 

DE AGOSTO DE 1888 A JULIO DE 1889. 

Incidentes con el "Casino Español" —Ligeras desavenencias. 

Estadística. 

J|Íjf AY barruntos de tempestad . . Los socios, en su mayoría, claman por ocu- 
par su casa, por sentirse dueños de su hogar, disfrutando de lo que con 
tanto ímpetu supieron conseguir. La directiva asiente y conmina al "Casino 
Español 1 \ vencido ya el contrato, a que desaloje el edificio, pero qué si quieres. 
Parlamentan sendas comisiones de allá y de acá ; los astures recelan, husmean trapa- 
tiestas, y en tanto, los días pasan, t+ El "Casino" propone donoso arreglo: seguir él 
disfrutando de lo mejor dándonos a nosotros un ángulo de los entresuelos, por las calles 
de San José y Monserrate y cediéndonos, además, los salones altos seis u ocho veces 
al ano para celebrar fiestas o juntas generales 

Mala la hubisteis. -♦ Tanta generosidad solivianta los ánimos de muchos pai- 
sanos nuestros; amagan riñas, corre libre la perfidia y en cierta nocturna asamblea 
del Centro púsose en fuga, adolorida por la írrespetuosidad de un orador turbulento y 
ansioso de vivir en "panera" propia con regalo y holgura, la directiva en pleno, 
inclusive su Presidente Sr. Valle. Fue preciso que D. Antonio González Prado asumiese 
la Presidencia, mientras a través de las caliginosas sombras, por las calles que apenas 
acertaban a alumbrar los mecheros del gas público, corrían desalados varios socios en 
persecución de los fugitivos hasta hacerles volver nuevamente a la tumultuosa reunión, 
para ser ovacionados y expresar en los cálidos aplausos implícita disculpa a ciertas 
extr al imitaciones de lenguaje e incontenibles fogosidades hijas del medio ambiente: 
allí no había pasado nada ni la directiva era responsable de la contumacia de aquel 
inquilino, obstinado en provocar un desahucio judicial. 

Así transcurrió el año, no del todo inocuo ni estéril por cuanto la Sección de 
Beneficencia siguió desplegando con la autoridad que le caracterizaba, su misericordiosa 



36 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


labor de visitar a los enfermos, y la de Recreo y Adorno organizó dos agradables fun- 
dones escénicas y un gran baile de máscaras, éste en el "Casino Español" — be acuerdo 
con el contrato — que resultaron excepcional mente brillantes. 


Distribución de Secciones: Sección de instrucción: Presidente, D, Saturnino 

Martínez: vicepresidente, D. José Fernández González. Sección de Recreo y Adorno: 
Presidente, D. Rosendo Fernández Gamoneda; vicepresidente, D. Manuel Pérez Pérez 
Comisión de intereses materiales : D. Rafael García Marqués, D. José Corujo Vaívb 
da res y D, Antonio González Prado. Comisión de Altas y Bajas: D. Ramón Secados, 
D, Sebastián Azcano, D. Santos García Miranda, D. Alberto Lamerán y D. Francisco 
Arango. Sección de Beneficencia: Presidente, D Rafael Joglar Peláez; vicepresidente, 
D. Juan Valle y Fernández, 


Estadística: Fórmulas farmacológicas despachadas: 7,637, cuyo costo ascendió 

a $2,522.21 oro. Socios asistidos en las casas de salud: 1,112. Importe: $17,205,1 1 oro. 
Socios fallecidos : 26. 


Asociados en 31 de Julio: 2,624. 





PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

IV 

DE AGOSTO DE 1889 A JULIO DE 1890. 

Pleitos y disgustos— Fallece el Sr. Fernandez Plaza. 
Relación de la Junta Directiva, 



N ano más, jpero qué año! Preñado de sinsabores, incidentes, pleitos, apa- 
: ,v sionamientos, tristes predicciones y angustiosas conjeturas por la actitud del 
"Casino Español” que con mil especiosas excusas mantuvo primero su nega- 
ti va a abandonar la casa que ocupaba. Diéronsele bondadosamente, con bondad harto 
longánima y paciente, largos plazos para hacerlo, mas al vencerse éstos, a falta de 
argumentos que argüir después, oponía una resistencia pasiva, callada e inmoble, 
mientras se sembraba arteramente la cizaña entre los asturianos. La junta general 
era partidaria decidida del desahucio; la directiva creía más cuerdo seguir contempo- 
rizando y de este dualismo surgieron dimisiones sensibles, como la del ilustre presidente 
Sr. Valle; la del vicepresidente, tan útil y tan entusiasta, Sr. Alvarez Prida y la 
del vocal D. Benito Celorio, siempre de ánimo esforzado y varonil, ambos letrados 
prestigiosos. jEl Centro Asturiano se tambaleaba!, . . Y en la sombra — recordemos 
al poeta — los espíritus hostiles a su vida, sonreían. Afortunadamente el asturianismo 
de los dimisionarios estaba enraizado en sus corazones, y volvieron al regazo materno 
así que se percataron de que tan pundonorosa actitud dañaba a los suyos para 
beneficiar a los que, erigiéndose en pontífices del españolismo, se habían colocado en 
la acera de enfrente amenazándonos . . . . i Se frustraban los vitandos deseos!. . * 
Hízose la demanda de desalojo ante ei juzgado; condenóse a la entidad demandada; 
apelo ésta, y un pintoresco juez de instrucción deshizo lo hecho por el municipal, ne- 
gándonos personalidad, . . i Los meses, en tanto volaban!. . . Ya fines de Julio, con- 
clusión del período social, a Madrid iban, buscando la justicia del Tribunal Supremo, 
ios antecedentes del pleito generado por quienes, a título de mejores patriotas, con gusto 
hubiesen revivido un feudalismo de horca y cuchilla, a fin de no ser discutidos. 


38 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En este interregno, que caldeó los ánimos, provocando apasionados debates, 
nuestro Centro registró ¿olorosísima pérdida: la de su Secretario general desde la junta 
de los 50 iniciadores: D. Vicente Fernández Plaza, personalidad eminente, de claro 

talento y vasto saber, licenciado en leyes. Falleció el J 3 de Julio, en Vinales, a donde 
acudiera en demanda de aire puro y vivificador para sus pulmones. Su memoria nos 
será siempre grata 

Y no dá más de sí notable, salvo que se dedicaron mil pesos oro a las víctimas de 
unas inundaciones en Asturias, lo acontecido durante este año. 


Junta Directiva: Actuó la siguiente: Presidente, D, Manuel Valle. Vicepresi- 
dente, D. Emilio A. Prida, Vicepresidente 2% D. Ramón Arguelles, Tesorero: D. Pru- 
dencio Noriega. Vocales: D. Rafael García Marqués, presidente de la Comisión de 
Intereses Materiales; D José García Inclán, D. [Rosendo Fernández Gamoneda, presi- 
dente de la Sección de Recreo y Adorno, D, Santos García Miranda, D. Julián Gon- 
zález, D. Rafael Joglar Peláez, presidente de la Sección de Beneficencia: D Florentino 
Menéndez, D. José Arrojo, D. Francisco Macario Pérez, D. Agustín Arguelles, D Fran- 
cisco de la Cerra y Diepa, D. Santiago García, D. Saturnino Martínez, presidente de 
la Sección de instrucción, D, José Corujo Valvidares, D. José Parrondo Alba, D. Juan 
Valle Fernández, D, Sebastián Azcano, presidente de la Comisión de Altas y Bajas; 
D. Bernardo Alvarez, D. José Cuanda Cangas, D. Manuel Cifuentes, D. Manuel Vi- 
Ilaverde, D. Benito Celorio y D. Ricardo García Cué. Vocales suplentes: D Jacinto 
Suárez, D Manuel Campa, D. Francisco Alvarez Herrerin, D, Antonio Mestas, D José 
Pérez Abella, D. Ramón Díaz, D. Ramón Secad es, D. Miguel Miranda, D. Manuel 
Nicolás, D. Eduardo Blanco, D. Bernardo Infiesto, D. Angel Palacios. 

Socios en Julio: 4,473. 





PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

V 

DE AGOSTO DE 1890 A JULIO DE 1891. 

Toma de posesión del Edificio Social, — Inauguración de este. 


Nombramiento de Secretario— Una jira memorable. 



STE fue un año más fecundo y a la vez más tranquilo, A principios de No- 
viembre recibióse de Madrid la grata nueva de que el Tribunal Supremo 
ordenaba poner al Centro Asturiano en posesión de lo suyo, sin más dilaciones. 


Púsosenos. El 15 de Diciembre entrábamos en la ansiada casa propia, si no con 


redoble de tambores, sí con inefable gozo íntimo, discretamente, sin exteriorizar el 
júbilo para que no se le tuviera por chanzoneta pelantrinesca a costa de los vencidos, 
y sobre la marcha se iniciaron notables obras de reparación y he rmose amiento, primero 


en el piso entresuelo, luego en el principal decorado con 
suntuosidad entonces nada común. Pudo establecerse la 
Biblioteca, haciendo valer los servicios de la Sección de Ins- 
trucción, que hasta aquel año sólo tuviera carácter decora- 
tivo, Y a fin de solemnizar la inauguración del edificio — 24 
de Mayo— incluyendo la conclusión de las reformas del pi- 
so entresuelo, de las que fuera director administrativo tenaz 
e incansable el tesorero D, Prudencio Noriega, ofrecióse 
delicado "bufet” a las autoridades y periodistas y en la 
finca de doña Leonor Herrera — meses después la hoy 
"Covadonga"— ai socaire de enorme ceiba — el famoso 
"Carbayón 1 que todavía presta sombra — reuniéronse más 



de trescientas familias,' — lo mejor de la colonia — yantando 
suculentamente por cuenta propia. . . Al final, versos y 
discursos de D. José Aguirre, D. Benito Celono, D. ¡osé 


EL NOTABLE PERIODISTA 
DON FRANCISCO F. SANTA 
EULALIA, ELECTO SECRE- 
TARIO GENERAL, 


M. Ozón, y D. Ramón Armada Teijeiro, presidente y secretario respectivamente del 


Centro Gallego; D. Juan G. Pumanega, D. José M. Villaverde, don Antonio Díaz 


Blanco, D. José E. Tria y, D, Lucio Solís, dona Eva Canel y D. Saturnino Mar- 



40 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


tínez, el siempre inspirado vate que desgranó delicados pétalos en ioanza de la sin 
par belleza de doña Concepción Heres de Valle, doña María Musset de Noríega y 
otras gentiles damas allí presentes. 

Eligióse también— un gran acierto— Secretario General, en sustitución del pobre 
Fernández Plaza, al periodista avilesino, director de '“El Heraldo de Asturias ", don 
Francisco F. Santa Eulalia, hombre nervioso, menudo, simpático y muy inteligente. 
Ocurría ésto en los primeros días de Enero. 


No fue el Centro Asturiano quien hizo uso primeramente de sus salones altos, 
éstos los “estrenó '—y perdónese la hipérbole, aunque fue un “estreno" sui-génerís, 
con las paredes desnudas, sin muebles y sin sillas que hubieron de llevar los solicitan- 
tes-la Sociedad Cooperativa “La Reguladora" para celebrar junta general — 18 de 
Enero, domingo, de 1890, 


Estadística: Gastos generales, en medicinas: $3,627,04 oro. Por asistencia de 
1,945 enfermas, $23,589.55. Por sueldos de médicos, empleados de Secretaría, etc., 
más importe de varios enterramientos: $10,131.80. 

Ingresos totales: $61,629.56 oro y $27,901.47 billetes. 

Asociados al cerrar el año social en 31 de Julio de 1891: 4,39b 


Junta Directiva: Presidente, D. Manuel Valle; Vicepresidente I o ., D. Saturnino 
Martínez; Vicepresidente 2 a ., D. Benito Celorío, Tesorero, O. Prudencio Noríega, 
Vocales: D. Rafael García Marqués, presidente de la Sección de Beneficencia: D. San- 
tos García Miranda, D. José Arrojo, D. Francisco Macario Pérez, presidente de la 
Sección de Recreo v Adorno; D. Manuel Villaverde, D. Santiago García, D. Jacinto 
Suárez, D. Alberto Lamerán, D. Francisco L. López, D. Florentino Menéndez, D. Ra- 
fael Joglar Pcláez, D. Vlanuel Parrando Alba, presidente de la Sección de Instrucción; 
D. José Cuanda Cangas, D. Sebastián Azcano, D. Antonio I ópez González, D . Bernar- 
do Inhiesto, D. Ramón González, D. Faustino Bermúdez, D, Manuel Nicolás, D. Eduar- 
do Blanco, D. Joaquín Menéndez, D. Constantino López, Vocales suplentes: D. José 
Blanco, D. José M. Vidal, D, Antonio Mestas, D. Ignacio Martínez, D. Fermín Fer- 
nández, D. José Pérez García, D. Ramón Secades, D. Alfredo Selgas, D, Santos Sán- 
chez, D. Manuel Díaz, D, Rafael Cortina y D, Sínforíano Villa, 





PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

% 

VI 

DE ACOSTO DE 1891 A JULIO DE 1892. 

AÑO TRANQUILO* — TORNEO DE A J E D R E Z . — D A D I V A S . 

Notas estadísticas. 


AZ r quietud, dulce modorra, ínterin un ejército de ebanistas, pintores f decoradores 
y hasta percoceros cantan su diario himno al trabajo en los salones principales del 
edificio social, que se quieren regios. , * jEI gasto, no obstante acentuada crisis 
económica, alcanza proporciones asombrosas! Pero, no importa. El Centro Asturiano 
es ya, a sus breves años, como un hidalgo desdeñoso del 
dinero. Y así, en tanto atiende a la maravillosa recons- 
trucción de su palacio, aflígese con las noticias que proceden 
de Consuegra, Andalucía, donde la tierra tembló aven- 
tando cientos de hogares y reduciendo a luto y miseria a 
miles de familias, y abre su escarcela de gran señor y 
envía allá, con gesto de innata bondad, cientos, miles de 
pesetas. No se detiene ahí su munificencia, que también 
don¿i 500 pesos oro para un bello torneo de ajedrez, el 
juego de sabios estrategas, además de ceder su piso entre- 
suelo a fin de celebrarlo en él. . . [Felices tiempos aquellos 
en ios que siempre se disponía de un puñado de monedas 
para atender ciertos deberes sociales! 



8L presidente de la 
SECCION de INSTRUC- 
CION, DON FAUSTINO LA 
VILLA 


Dió más de sí eí año, una reforma importante: la 
cuota mensual de tres pesos billetes es convertida en peso 
y medio plata. Reversión impuesta por el fluctuar de los cambios y que los socios aco- 
gieron sin pena ni gloria. 



42 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

Junta Directiva; Presidente, D. Manuel Valle. Vicepresidente Primero, D. Satur- 
nino Martínez. Vice^Pr es idente Segundo, D. Benito Celorio. Tesorero, D, Prudencio 
Noriega. Vocales: D, Rafael G, Marqués, presidente de la Sección de Beneficencia; 
D. Faustino Bermúdez, D. Manuel R. Maribona, D. José Arrojo, D, Carlos García Cué, 
D, Manuel Nicolás, D. Juan Cueto Odiado, D. Rafael joglar Peláez, D. Ramón Gonzá- 
lez, D. Antonio López González, D. Ramón Fernández Valdés, D. Juan Valle, D. Santiago 
García, D. Benito Inclán, D. Manuel García de la Uz } D. Calixto López Albuerne, 
presidente de la Comisión de Intereses Materiales; D José García inclán, D. Francisco 
L. López, D, Rafael Cortina, D. Rosendo Fernández Gamón eda, presidente de la Sección 
de Recreo y Adorno; D. Ramón López Velézquez, D. Jacinto Suárez y D. Faustino L.a 
Villa, presidente de la Sección de Instrucción, 


Vocales Suplentes; D, Santos González, D, Sebastián Azcano, D. Manuel Mar- 
tínez, D. José Pérez García, D r Eulogio Cuervo, D. Rafael Alonso, D. Juan González, 
D. Bernardo ínfiesto, D. Rafael Fernández, D. Joaquín Ablanedo, D. Juan Pérez y 
D. José Garrió, 


Balance: Gastos totales: $126,765.85 oro y 43,223.33 billetes. 
Ingresos: $130,345.59 oro y 92,969.13 billetes. 

Enfermos: asistidos en las Casas de Salud; 2,462. 

Fallecidos: 40. 

Socios en 31 de Julio: 4,872. 





PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

VII 

DE AGOSTO DE 1892 A JULIO DE 1893. 

Las fiestas del Centenario —Apertura de los salones principales. 
Implantación de las Escuelas Nocturnas. 

Visita de la Infanta Dona Eulalia. 



RAS de ía calma . . * Período social como éste, tan de febril actividad y esplen- 
dor tanto, es difícil que registre otro la Historia si ésta ha de ser veraz. 
Presto lo veréis, en síntesis a que nos obliga el espacio y la ¡ay! lejana 
fecha de los hechos, que entonces loaron las crónicas habaneras con abundosas mues- 
tras de alabanza y que hoy aún leemos con el ánimo emocionado, a pesar de acuciarnos 
otros inquietudes de acaso menos valor espiritual ... Es terrible esto de reseñar lo 
que fué y no volverá sin darle alas a la pluma para describir, por ejemplo, las 
magnas fiestas del cuarto Centenario del Descubrimiento de América — fechas 12, 13, 
14, 1 5 y ló de Octubre— declaradas de carácter nacional y a las que se asoció nuestro 
Centro destacándose en primera fila con bello, artístico arco — ¡1,200 pesos oro!— erigido 
en la calle de San Rafael, frente a la escalera de honor, y con magnífica carroza alegórica 
en la que lucía, castiza y elegante, ataviada a la antigua usanza, hermosa asturiana. 


¡Festejos inolvidables de todo un pueblo!... Días después, cuando todavía los 
nuestros gozaban el éxito de su intervención afortunadísima en aquellas solemnidades, 
el 8 de Diciembre, onomástico de doña Concepción Heres, la gentilísima esposa del señor 
Valle, abríanse al público asombro y a la más sincera admiración, los salones supe- 
riores del Centro Asturiano, para cuyas obras hubo de concertarse un empréstito 
de 45,000 pesos oro con D, Ramón Arguelles. Salones ducales en que se hermanaban 
el arte y el dinero, salones acogedores, penumbrosos y aireados a los que era grato 
acudir buscando un oasis al fuego de la calle; salones que, no obstante su tono de 
aristocracia, tanto tenían de democráticos; bellos salones, fraternos y amigos, con 



44 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


lámparas de complicados arabescos en las que la luz, lluvia de plata, ponía todos los 
cambiantes del iris, cómo nos emocionamos al evocaros, sintiendo el vacío de vuestra 
pérdida definitiva. . . Tomaron parte en la velada inaugural, que ocioso es decir la 
resonancia que alcanzó, además de diferentes artistas, D. Saturnino Martínez, D. José 
González Aguirre y D. Eduardo González Bobes, como oradores de casa; el militar 
español D. Joaquín Ruíz y el insigne repúblico cubano D, Rafael Montoro. 

Meses más tarde celebróse gran fiesta literaria conmemorativa de la apertura 
e inauguración de las Escuelas. ¡La Sección de Instrucción alcanzaba personalidad! 
749 alumnos aparecían inscriptos al dar comienzo el curso, con docto plan de estudios 



DON BENITO CE LORIO, PERSONALIDAD 

eminente DEL PORO, que ocupo LA 

VICEFRE SILENCIA SEGUNDA Y NOS 
DISPENSO SEÑALADOS SERVICIOS. 


a cargo de reputados y bien retribuidos 
profesores. Hablaron en este acto los 
Sres. Aguirre, González Bobes, Suárez 
Solís, D. Saturnino Martínez y el ílus- 
trísimo Rector de la Universidad Nacio- 
nal. Aquella Sección de Instrucción 
patentizó notable valía, redactando ade- 
más de un minucioso y sapiente método 
pedagógico, un Reglamento en que todo, 
hasta lo de apariencia trivial, estaba 
previsto y regulado. ¡No le regateemos 
el aplauso! 

Y la Sección de Recreo y Adorno 
pudo, al fin, hallarse en su verdadero 
carácter con la inauguración del salón de 
actos, que le dio admirable margen para 
probar su entusiasmo entonces y en ios 
bailes de Carnaval. ¡Aquellos Carnavales 
asturianos, tan plenos de alegría y esplen- 
dor, acaso no vuelvan más! Fueron los 
más famosos del año, y según paladina- 
mente se dijo en los periódicos de la época, 
excedieron en brillantez, animación y colo- 
rido a los célebres del “Casino Español . 


En Mayo de 1893 y a su paso para la Exposición de Chicago, visitaron nuestra 
casa los Infantes de España, Doña Eulalia de Borbón y su consorte Don Antonio de 
Grleans. Sirvióles de introductor el Alcalde déla ciudad, D. Luis García Corujedo, paisa- 
no nuestro. Tres nobles damas, doña Concepción Heres de Valle, doña María Vlusset 
de Noríega y doña Avelina Heres de Sainz con la directiva en pleno, diéronles la bien- 
venida ... Presentaciones, frases de congratulación, lisonjas, lunch... ¡El Centro 
Asturiano era, a juicio de la Infanta, lo mejor de la Habana! 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


45 


Junta Directiva. Presidente, D, Manuel Valle, Primer Vicie-Presidente, dan 
Saturnino Martínez, Segundo Vice-Pres idente, D, Benito Celorio. Tesorero, don 
Prudencio Noriega, Vocales : D. Ramón Fernández Valdés, presidente de la Comisión 
de Intereses Materiales; D. Rosendo Fernández Gamoneda, presidente de ía Sección 
de Recreo y Adorno: D, Ramón López Veíázquez, D. Ramón González, D. Juan 
Valle Fernández, D. José Arrojo, D, Carlos García Cué, D. Genaro Ve la seo, D. Jacinto 
Suárez, D. José Garrió, D. Casimiro Alvarez, D. Eduardo Blanco, D. Rafael García 
Marqués, presidente de ía Comisión de Altas y Bajas; D. Francisco López, D. Santiago 
García, D, Rafael Cortina, presidente de la Sección de Beneficencia; D. Faustino Ber- 
mudez, D, Santos González, D Jaime EL Palacios, presidente de la Sección de Instruc- 
ción; D. Bernardo Infiesto, D, Antonio Díaz del Villar, D. Alonso Alvarez y D, Ramón 
Argüe! les. 

Vocales suplentes: D. Marcelino Bances Cuervo, D. Ramón Ci fuentes, D, Ense- 
bio Fernández, D Fulgencio Díaz, D. Juan González, D. Eulogio Cuervo, D. José 
Cueto, D. Ceferino Pérez, D. José Puerta, D. Belisario JMenéndez, D. Alejandro Qui- 
tos y D, Gabriel Rivero 

Socios en 31 de Julio: 7,270. 







PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

VIII 

DE AGOSTO DE 1893 A JULIO DE 1894, 

Sesteando. “—Primeras gestiones para crear el Sanatorio propio. 
Auxilios a las victimas del "Machi chaco' 

Y A LOS HERIDOS DEL RlF F. 



HORA nos toca invertir los términos- tras de la tempestad. . . A los saraos 
y agitaciones del pasado año, sucedió este de plácido sosegar. Todo estuvo 
en reposo, en cuanto a acaecimientos extraordinarios y las Secciones siguieron 
su cotidiana misión sin prisas ni atosigamientos. jEl Centro Asturiano podía ya, cargado 
de honores y prestigio permitirse una larga siesta! Sin 
embargo, . . Como se recibieran quejas de la asistencia que 
se prestaba a ¡os socios en alguna de las Clínicas, lo que era 
tímida aspiración, balbuceo leve, ténue murmullo, adquirió 
sonoridades claras y precisas, ecoicas repercusiones: hacíase 
preciso tener Casa de Salud propia., jí Jé ahí el magno pro- 
blema! ¿No se diputara empresa de gigantes la adquisición ■ 

del palacio social ? Pues quienes llevaran ésta a cabo, no de- ::: 

bían vacilar frente a la solución del nuevo poderoso anhelo. 4 W $ |p¡ *-44 

— ¡Al vado o a la puente! jO herrar o quitar el banco! clama- 7¿. fí 

ron imperiosos vozarrones de asturianos indignados, que pe- j/r 

dían castigo contra ios facedores de agravios a los enfermos. 

Y una Comisión formada por Marqués, Noriega, D. José Kij presidente do la 

COMISION DE ALTAS Y 

Arrojo y otros, dióse a la búsqueda de finca umbrosa bien bajas, don ramón ci- 

T?TfT^'NIT‘R , Q 

orientada susceptible de ser convertida en Sanatorio. Pronto 

sabremos el resultado de sus gestiones.. . Días tristes en el solar patrio Melílla ar^ 
día en guerra, sufriendo nuestro bravo ejército infames asechanzas; Santander, 



48 


EL LIBRO DLL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


la bella ciudad montañesa, era destruida por horrísona explosión a bordo del vapor 
“Machichaco* . r . Para los infelices soldaditos heridos en el Riff y para las víctimas 
santanderinas, destinó nuestro Centro 1,000 duros oro, a distribuir en partes iguales. 
]Dios se lo habrá premiado! 


Junta Directiva. Presidente, D. Manuel Valle Fernandez. Vice-Presídente Pri- 
mero, D, Saturnino Martínez, Vice-Presidente Segundo, D, Rafael García Marqués. 
Tesorero, D, Prudencio No riega. 

Vocales - . D. Ramón López Velázquez, D. Ramón Cifu entes, presidente de la 
Comisión de Altas y Rajas; D. Juan Valle y Fernández, D. Antonio García Castro, 
D. Bernardo Inhestó, D. Faustino Rermüdez, D. Timoteo Grdóñez, presidente de la 
Comisión de Intereses Materiales; D Manuel L. Villaverde, D, Rafael Cortina, presb 
dente de la Sección de Beneficencia ; D Santiago Alonso Gaztambide, D. Manuel P. 
Pérez , D. Manuel Nicolás, D, Juan González, D. José González Fernández, D. Fran- 
cisco L. López, D. Manuel Alvarez del Rosal, Presidente de la Sección de Instrucción; 
D. Rosendo Fernández Gamoneda, presidente de la Sección de Recreo y Adorno; don 
Macario Pérez, D + Marcelino S. García, D. Francisco Palacio, D. Juan Fernández 
Vil larri if D. Antonio García Robes y D. José Garrió. 

Vocales suplentes: D. Donato Argüeiles y Busto, D. José Puerta, D. Víctor 

García Muñíz, D. Salvador Alvarez, D. Juan Fernández, D. Celestino Menéndez, 
D. Joaquín Ablanedo, D. José Fernández, D. Eusebio Fernández, D. José Cueto, don 
Manuel López Suárez y D, Vicente Loríente. 


Notas del balance: Ingresos, 15,437.90 oro y $146,138.06 plata. 
Gastos: $103,922.16 oro y $3 l f 574.47 plata. 

Enfermos asistidos en las Casas de Salud, 2,910. Fallecidos, 51. 

Socios en 31 de Julio: 6,809. 





PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 

IX 

DE AGOSTO DE 1894 A JULIO DE 1895. 

i Quinta propia! — Se pagan por ella sesenta y dos mil quinientos pesos en oro. 
Jubilo general, — Reforma del Reglamento. 


SPIR ABASE ayer a Casa de Salud asturiana Era deseo algo prematuro, 
quizás utópico, sugestivo ensueño no más que para ir calmando impaciencias* 
i Qué lejana se columbraba, pesando sobre el erario deuda crecidísima — ia 
contraída por compra del palacio y sus costosas reformas— y decreciendo alarmante- 
mente las listas de socios por el grito de Baire que, haciendo flamear de un confín a otro 
de Cuba la bandera de ía independencia, sumía al país en dolorosa guerra con su secuela 
de paralización de los negocios, quiebras y miseria general? Pues no obstante, D, Manuel 
Valle— j qué hombre éste, qué hombre! — al que le ofrecen en venta regia finca, la que hoy- 
es grandiosa “Quinta CovadongaJ no desdeña la tentadora oferta a pesar de la 
angustiosa incertidurnbre en que se vive, alboreando cruenta contienda; hace objeciones 
ai proponente, siempre dentro de la mayor reserva, rehuyendo la publicidad; regatea, 
porfía y en diversas entrevistas logra que de la primitiva petición de 'ciento seis 
mil pesos oro español * se descienda a ‘ sesenta y dos mil quinientos *. ¡Una verdadera 
ganga! El Sr. Valle- — vista de lince, dinamismo e intrepidez — teme que aquella ocasión 
de adquirir la mejor propiedad de la Habana se le vaya de las manas y suscribe 
inmediatamente un compromiso, comprándola para él, a reserva de traspasársela a la 
Asociación, si ésta la acepta. jLos asturianos somos dueños desde aquel momento de 
la espléndida y señorial residencia de doña Leonor Herrera, linajuda dama que había 
hecho allí inefable oasis, con tupido arbolado y nemorosos jardines! 

¡Qué sorpresa al esparcirse esta nueva! ¡Qué estremecimiento de júbilo en toda 
la colonia al conocer la desprendida conducta del Sr. Valle! La más procer de las fin- 
cas de la Habana, la que unía a su insuperable situación topográfica extensas, dilatadas 



50 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


proporciones, trocábase en Casa de Salud Covadonga — como el ingenio astur, cer- 
tero y agudo la bautizó en el. acto, en rasgo de filial cariño al histórico lugar de la Re- 
conquista y en tributo a la patria — convertíase en albergue asturiano, prolongación 
amorosa y evocadora del suelo natal! ¡Era mucho corazón el corazón de D. Manuel Valle! 
Loemos asimismo otras nobles actitudes. Aún hoy, a pesar de los años transcurridos, 
que nada existe como el tiempo para desvanecer recuerdos y aventar glorias pretéritas, 
cómo nos emociona, cómo llega a lo íntimo de nuestro ser la memoria de aquellos pai- 
sanos, ricos o pobres, menestrales o comerciantes, que en solidaridad de sentimientos, 

acuciados por un mismo santo aíán, acudieron a nutrir el 
tesoro social con sus donativos y préstamos a ñn de abonar 
los $20,000 del primer plazo, al firmarse la escritura. ¡Que- 
rían relevar al Sr. Valle de este compromiso! Al Sr. Valle 
harto se le adeudaba por diversos conceptos y no parecía 
delicado seguir abusando de su condescendencia. Sus nom- 
bres están vinculados a la Historia social, como igualmente 
los de aquellos animosos socios que, con idéntico propósito 
de arbitrar recursos y en los mismos días tomaron parte en 
concurrida y alegre fiesta taurina, una becerrada, y en cultas 
veladas teatrales que reportaron pingües utilidades. Eran 
tiempos de filantropía y de sacrificio, tiempos de virtud en 
que se probaba el temple asturiano ele cada uno. 

Hemos aludido a una becerrada. ¿Será ocioso decir 
que este pintoresco espectáculo brindó grandes ingresos y 
que los espontáneos toreros merecieron muchas y calurosas palmadas por su tronío y 
estampa taurina? La cuadrilla estaba así formada: Matadores, Enrique Pola (a) 
Electricista; Saturnino Muñíz (a) Curro; Alfonso Sánchez (a) Mazzantini; Jerónimo 
Isoba (a) Astur ianito. 

Picadores, Antonio Fernández (a) Juan Alegre; Simón Solares (a) Roca 
Negra; Fernando Rermúdez (a) Brazo Fuerte; Darío Perez (a) Santanderino; Teodoro 
Torres (a) Calderón; Antonio Hévia (a) Trie huelo. 

Banderilleros, Horacio Ramos (a) El Chato); Fermín Apio (a) Eléctrico; Ceíe- 
rino López (a) Guerrita; José Alvarez García (a) Espartero; Manuel Castrilló (a) Feo; 
José García (a) Pinta; Braulio Quiñones (a) Gallito. 

Todos, más o menos, se distinguieron, pero quien llamó poderosamente la aten- 
ción fue Simón Solares que, pie a tierra, esperó serenamente la acometida de los astados 
señalando magníficos puyazos. Una heroicidad, como se comprenderá. 



DON SIMON SOLARES 
RIAÑÜ, DE QUIEN SU 
HABLA L I NEA S MAS 

abajo 


Ei 7 de Junio de 1895 — no lo olvidemos- — una Comisión, presidida por D, Sa- 
turnino Martínez, posesionábase a nombre del Centro Asturiano de 1a. finca que perte- 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


51 


neeiera a doña Leonor Herrera* ¡Trocárase en asombrosa realidad el ideal acaricia- 
do!.,, En el mismo brillan Le período fué reformado el Reglamento, au meneando a 
cuarenta el número de vocales de la Junta Directiva y suprimiendo los suplentes. 


Junta Directiva: Presidente, D. Manuel Valle, Vice-presidente Primero, don 
Saturnino Martínez. Vice-Pr es idente Segundo, D. Rafael García Marqués. Tesorero, 
D. Prudencio Moriega. 

Vocales: D. Juan Valle y Fernández, D, Manuel Alvarez del Rosal, presidente 
de la Sección de Instrucción; D. Francisco P alacio Ordóñez, presidente de la Sección 
de Recreo y Adorno; D. Ramón López Velázquez, Presidente de la Comisión de Altas 
y Rajas; D, Antonio García Castro, D. Antonio García Robes, Presidente de la Co- 
misión de Intereses Materiales; D. Bernardo Inhestó, D. Enrique Parajón Campo, 
D. Marcelino Bances Cuervo, D. Manuel Saavedra, D, Fernando Fu evo, D. Faustino 
Bermudez, D. Rafael Cortina, D* Manuel P. Pérez, D. Ricardo García González, don 
José Garrió, D, Santiago Alonso Gaztambide, Presidente de la Sección de Beneficencia; 
D. Alonso Alvares, D. Antonio Díaz del Villar, D. Bernardo Fernández, D. José Fer- 
nández Ordóñez, D. Eduardo Blanco, y D. José Lizama Bardales. 

Vocales suplentes: D. Santos García Miranda, D, Cándido García, D, Juan 

Fernández, D. Modesto Fernández, D. José María García, D. Laureano Puente, don 
Víctor García Muñíz, D. José Brañas, D. Rafael Rodríguez, D t Manuel López Suárez, 
D José Cueto y D. Zoilo Díaz. 


Médicos de la Sociedad: Lo eran en esta época los doctores Dueñas, Palacio, 

Casuso, Casariego y Landa, Fernández Boada, Rojas (dentista) y Fernández (D. Santos) 
oculista. 

Estadística: ingresos totales; $12,407.75 oro y $141,602.70 plata. 

Gastos totales: $61,677.39 oro v $! 01, 972. 77 plata. 

Enfermas asistidos: 2,856. Fallecidos, 49, Fórmulas despachadas por las 

farmacias, 21,195, 






PRESIDENCIA DE D. MANUEL VALLE 


X 

DE AGOSTO DE 1895 A JULIO DE 18%. 

COLOCACION DE LA PRIMERA PIEDRA DE LA CaSA DE SALUD. — SOLEMNE CEREMONIA 

Viaje del Sr. Valle— Su postrer donativo 


AL año, que arde en guerra el país. 
Las gentes campesinas reconcén- 
transe en las poblaciones, mien- 
tras el verde esmeralda de los campos se 
tiñe de púrpura y el fuego de fusilería de los 
ejércitos combatientes enciende trágicas ho- 
gueras, a cuyo siniestro resplandor caen los 
hombres. Lucha fratricida, odio de herma- 
nos, sacrificio estéril de unos, gesta augusta 
de otros, todos grandes y heroicos en su 
ofrenda a la patria. Cuba va conquistando 
la soberanía. . .Hambre, dolor, en las ciuda- 
des. La Habana, antes alegre, tiene el gesto 
torvo y huraño con los negocios en suspenso 
y su vida social interrumpida, convertidas 
las calles en campamentos militares y sus 
hospitales colmados de heridos que se retiran 
de las batallas. Atila espolea sus cuadrigas 
y las tierras que no ha mucho fueran 
ubérrimas y lozanas aparecen estériles y 
abandonadas. 




DON JUAN VALLE Y FERNANDEZ, 
TESORERO 


Nuestro Centro se resiente, disminuyen sus ingresos, hay enormes ciaros en las 
filas de socios y crecen, en cambio, las listas de enfermos. La situación es grave. 


54 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Empero, como no es de asturianos amedrentarse, lo más que se concede a la tragedia que 
vive la nación, es suspender bailes, aplazar saraos. . . ¡Las circunstancias así lo aconsejan! 
Mas no del todo, caramba: El 19 de Abril de 18% es colocada solemnemente 

la primera piedra de la Casa de Salud: un airoso pabellón diseñado por el arquitecto 
Toraya, al que se le concedieron 500 pesos de premio. Se celebra espléndida fiesta, y 
la calzada del Cerro, en aquella luminosa mañana primaveral es un constante ir y venir 
de coches conduciendo a las familias más sobresalientes invitadas a la ceremonia, de 
la que fué madrina, ideal por su bondad y su belleza, doña Concepción Heres, esposa 
del respetable y querido Presidente Sr. Valle. Padrino, el Capitán General don Va- 
leriano Weyler y NicoJau, quien ponderó Ja ecuanimidad de los asturianos que, no 
obstante las nebulosidades que impedían descubrir el final de ia guerra acometían una 
obra de intensa significación y trascendencia y de un costo considerabilísimo. Luego, 
'lunch 1 . Y a la tarde, buscando la fresca sombra de las ceibas y los almendros, bailes 

pastoriles, con gaita y tamboril, cantos quin tañeros, impreg- 
nados de fuerte aroma de !a tíerrina, meriendas familiares, 
jubilosa romería y olvido momentáneo de que no muy lejos 
otros hermanos nuestros morían y mataban por ideales patrios. 

Dos meses después el insigne D, Manuel Valle embárcase 
para España. Va enfermo. Gravemente enfermo. . . Acaso 
no retorne * . . Cariñosa despedida en que se procuró velar 
la tristeza de doloroso presentimiento. Y al írse~20 de Junio 
— de nuevo abre su escarcela y es pródigo, generoso, munífi- 
ciente: deja un donativo de 6,000 pesos oro para construir 
otro pabellón en el comenzado Sanatorio. Repitamos lo de 
antes: ¡qué hombre aquel, qué hombre! 


Junta Directiva: Presidente, D. Manuel Valle y Fer- 
nández. Více-Pr es idente Primero, D. Saturnino Martínez, Vice-Presidente Segundo, 
D. Marcelino González García, Tesorero, D. Juan Valle y Fernández. 

Vocales: D, Daniel Ruíz, D. Manuel Alvarez del Real, Presidente de la Sección 
de Instrucción; D> Sabas Emilio Alvaré, D. José Alvarez, Martínez, D. Manuel P. 
Pérez, D. Rafael Joglar, D. Luís García Corujedo, D. Sebastián Azcano, D. Santiago 
A, Gaztambide, presidente de ia Sección de Asistencia Sanitaria; D. Manuel G. Valles, 
D. Ramón Pérez, D. Eduardo Blanco, D* Rafael Fernández, D José María Vidal, 
D. Antonio González, D. José García, D. Laureano Puente, D, Ramón Prieto, D. Fran- 
cisco Palacio Ordóñez, Presidente de la Sección de Recreo y Adorno; D. Aniceto 
Suárez Barcena, D. Manuel Menéndez Parra, D, Perfecto López, D. Jasé Fernández 
Ordóñez, presidente de la Comisión de Intereses Materiales; D. Rosendo Fernández, 
D. José María Villa verde, D, José Manuel García, D. Luis Dosal, D. Cosme Coloría, 



D O N ER AN c 1 SCO P A L A - 
CIO ORDGSÍEZ, PRESI- 
DENTE DE LA SECCION 
DE RECREO Y ADORNO 


55 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D Felipe Porrúa, D. Angel Pérez, D. Víctor A. López, presidente de la Comisión de Altas 
y Bajas; D. José Valdés, D r Valeriano Gutiérrez, D Patricio C, Posada, D. Manuel 
Roces, D Celestino Menéndez, D. Manuel Díaz Arias, D. \4a reclino Martínez 
y D. Ramón González. 

Socios en 31 de Julio: 5,984. * 






(CAPITULO 111 

PRESIDENCIA DE D RAMON ARGUELLES 

DE AGOSTO DE 1896 A JULIO DE 1897. 

Fallecimiento del Sfc Valle --Inenarrable pesar.— Ocupa la presidencia 
el Marques de Arguelles. — Inauguración de la Quinta Covadonga, 
Tres pabellones. — Otras noticias. 


v |l|j^ ON Manuel Valle, el varón justo y ponderado, andaba por Europa alicaído, 
triste, buscando en el cambio de clima y en la ciencia médica alivio a sus 
achaques. . . Y un mal día — 2] de Noviembre de 18%— segó la muerte 
aquella vida tan fecunda en bienes. Acaecía la tremenda desgracia en París, y al 
conocerse aquí, en el escenario de sus generosidades, no hubo corazón que no se 
conmoviese ni labios que no honraran el recuerdo de! finado. El duelo dei Centro 
Asturiano lo compartía la Habana en pleno, como reflejaron los periódicos sin distinción 
de matices, trazándola biografía del Sr. Valle y consagrándole sentidas notas necrológicas. 

Nuestro Centro, abatido por la irreparable pérdida, supo, sin embargo, ser digno 
del ilustre muerto, cuyo nombre, a los treinta años de la llorada muerte, despierta los 
mismos férvidos y unánimes elogios que entonces: dijérase que vive aun y que todavía 
nos preside, paternal y previsor. Aparte de significar ostensible y merecidamente el 
duelo que !e embargaba, acordó erigirle una estatua en el lugar más vistoso de la 'Co- 
vadonga’ 1 , homenaje de gratitud, respeto y perenne devoción hacía quien fue prototipo 
de entusiasmo y desinterés, filántropo sin publicidad, rico sin petulancia, ilustrado sin 
pedantería, sencillo, afable, demócrata y caballeroso. ¡Un hombre excepcional!. 

Pasado el estupor que produjo tamaña desgracia, se pensó buscarle un sustituto 
de idénticas o parecidas cualidades, recayendo la elección en eí Excelentísimo señor don 
Ramón Arguelles, Marqués de Arguelles, opulento banquero, al que éramos deudores 
de asiduas deferencias y singulares mercedes y con el que teníamos serios compromisos 
de dinero. El Sr. Arguelles fue electo por unanimidad y con viva alegría de todos los so- 
cios, reconocidos a sus grandes méritos de asturiano entusiasta, desprendido y respetable. 



58 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En tanto, en la Quinta avanzan las construcciones que ia transformarán en ape- 
tecida Casa de Salud, Todo allí es tráfago, vida, movimiento, acelerándose los tra- 
bajos en gracia al clamoreo de los asociados que desean prescindir definitivamente de 
las Clínicas donde aún .son asistidos y de las que guardan muchas quejas. . . Ai finalizar 
el año 1896, el mismo 31 de Diciembre, son nombrados el Dr. D, Manuel Bango y León 
director y D. Felipe Arango, administrador del Sanatorio, ambos con su respectivo 




Sm &>■ 


personal médico y buro- 
crático, En el cuerpo 
médico figuran D. José 
Casariego, D. Abraham 
Pérez Miró y D. Manuel 
Varona Suárez, de visita ; 
D. Francisco F. González 
y D, Miguel A. Armona, 
internos y externos don 
Manuel Lar ios, D. José 
A, Fresno, D. José Fe- 
rrán, D. Juan B, Pujols 
y D. Agustín Varona y 
G, del Valle, 


No se malgasta el 
tiempo, no, y así, el i 5 
de Marzo de 1-897, a pe- 
sar de la guerra que 
persiste feroz y encona- 
da ocasionando lutos y 
quebrantos, celébrase 
con inusitado esplendor 
la inauguración de la 
Quinta, en la que se ad- 
miran, entre el verde 
lujuriante de la fronda, 
tres hermosos, higiéni- 
cos edificios, bautizados 
con los nombres gratos 
y ecoicos de "Manuel Valle ', " Rafael G. Marqués ' y "Ramón Arguelles ', Asistieron 
al acto el Capitán General Weyler, eí Obispo de la diócesis que bendijo los pabellones, 
el alcalde y otras altas autoridades, amén de inmenso público que discurrió por los 
enarenados jardines, bajo el dosel formado por el tupido ramaje, teniendo celebraciones 
infinitas para cuanto reuniera allí el esfuerzo asturiano. 



DON RAMQN ARGUELLES, MARQUES DE ARGUELLES, 
OTRO DE LOS FILANTROPOS QUE CONTRIBUYERON A 
LA GRANDEZA DE NUESTRA SOCIEDAD 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


59 


Y al siguiente día, lunes, bien de mañana, cuando el sol apenas comenzara a 
dorar las copas verdinegras del arbolado que hacía un edén del Sanatorio, efectuóse el 
traslado de ios enfermos desde las Casas de Salud en que estaban siendo asistidos, ins- 
talándoseles cómoda y amorosamente en lo que era ya su tibio y blando hogar para las 
horas de pesadumbre y de dolor, \ Estaba creada la Quinta “Covadonga”! 

A fin de atender a los gastos, en verdad 
cuantiosos, que acarreó la habilitación de 
estos tres edificios, camas, ropas, mesas, etc., 
hubo necesidad de concertar nuevo emprés- 
tito, este de $35,000 en oro, con el Presidente 
de la Sociedad Sr. Arguelles. 

Pocos días después de la inauguración 
se ordenaron importantes obras, otros pabe- 
llones para enfermos y departamentos de 
cocina y lavandería. ¡Se iba a paso de carga 
a hacer el mejor Sanatorio del mundo! 

Fue en esos días cuando se dispuso, con 
espíritu filántropo y comprensión de la soli- 
daridad, conceder dos camas, gratuita y 
permanentemente, a la altruista Beneficen- 
cia Asturiana. 

Junta Directiva: presidente, D. Manuel 
Valle Fernández, fallecido en París el 21 de 
Noviembre de ] 896. 

Don Ramón Arguelles Alonso, electo 
en Diciembre del mismo año, Vice-Presi- 
dente primero. D. Rafael G. Marqués, Vice- 
presidente segundo, D. José María Villa- 
verde. Tesorero, D. Manuel Menéndez Parra. 

Vocales: D. Manuel A. dei Rosal, presidente de la Sección de Instrucción; 
D. José García Fernández, presidente de la Comisión de Altas y Bajas; D. Ensebio 
Fernández, D. Laureano Puente, D. Patricio C. Posada, D Cosme Colosía, D José 
Garrió, D. Ramón R. Mar ibón a, D. Francisco Blanco, D, Ricardo Iglesias, don 
Rosendo Fernández G amoneda, presidente de la Sección de Recreo y Adorno; D. Anto- 
nio García Castro, presidente de la Sección de Intereses Materiales; D. Eduardo 
Blanco, D. Ramón Pérez, D. José María García, D. Víctor A. López, D. Manuel 
F. Roces, D. Antonio González, D. Rafael Fernández Marinas, D. Santiago A. 
Gaztambide, D. José Fernández Ordóñez, D. Angel Pérez, D. Celestino Menéndez, 
D. Rafael Cortina, D. Segundo Pola, D. Fernando Fueyo, D, José Cuanda 
Cangas, D. JoséLizama Bardales, D. José G + Inclán, D. Estanislao Alvarez, D. Antonio 



DON MANUEL MENENDEZ PARRA, 
TESORERO 



60 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


López, presidente de la Sección de Asistencia Sanitaria; D. José del Real, D. Casimiro 
Heres, D. Saturnino Alvarez, D, Bernardo Fernández, D. Belarmino Alvarez, D. Sal- 
vador González, D. Fernando Aeevedo y D. Manuel González Alvarez, 

Socios en 31 de Julio: 6,598. 




PRESIDENCIA DE D. RAMON ARGUELLES 


DE 1897 A i 899. 

Dificultades económicas. — El bloqueo — Aumento de cuota. 
Levantada conducta del Sfl Arguelles. — - Suspensión de elecciones. 

Repatriación de enfermos. 


OS períodos sociales en uno: desde Agosto de 1897 a Julio de 1899. Lo aconsejó 
así la caótica situación del país, con una guerra interior, oyéndose fuego de 
fusilería a las puertas de la capital, y otra exterior, bloqueada la isla por pode* 
rosa escuadra norteamericana. Fueron meses de dura 
prueba, angustiosos en alto grado, que colocaron a pocos 
pasos de la bancarrota a nuestro Centro, constreñido a 
desenvolverse entre escaseces y penurias, soportadas y 
disimuladas por ei entusiasmo de la totalidad de los 
socios. Hubo, a pesar de ésto, sensibles deserciones, 
numerosas bajas, especialmente cuando se hizo un leve 
aumento en la cuota que de peso y medio plata mensual 
pasó a dos, suma excesiva para los obreros en aquellos días 
de intensa miseria. Y gracias a la constitución de comités 
propagandistas distribuidos por los barrios de la ciudad se 
logró aminorar en parte tan peligroso descenso de la lista 
de afiliados. 

T odas las Secciones, excepto la de Recreo y Adorno, 
siguieron funcionando con la relativa normalidad que per* 
mitían las difíciles circunstancias. El curso escolar, en ambos períodos, se desenvolvió 
brillantemente, no obstante haberse suprimido algunas clases, lográndose halagüeños 
resultados en íos exámenes y ia Sección de Sanidad, la más comprometida y a la que 
más se exigía, tuvo el orgullo de inaugurar un grandioso pabellón, el "Saturnino Martínez'' 



EL- VICEPRESIDENTE SE- 
GUNDO DE INOLVIDABLE 
MEMORIA POR SU DES- 
INTERES, DON JOSE GAR- 
CIA FERNANDEZ 



62 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


y de que los asistidos en el Sanatorio no careciesen de nada para su curación ni en pleno 
bloqueo, meses en que llegó a faltar en la Habana hasta lo más elemental para la vida, 
aún abonando por comestibles y medicinas enorme sobreprecio. 

Se destacó entonces — y plácenos recordarla como justicia a su memoria — la con- 
ducta ejemplarísima del segundo Vice-Presidente D. José García Fernández, autori- 
zando la extracción de su almacén de todos ios víveres que se consumiesen en la "Co- 
vadonga' , a pagar cuando se pudiera y a precios normales. Gracias, pues, a ésto no 
se nos hizo víctimas del escandaloso agio que imperaba, ni nuestras enfermos carecieron 
de pan fresco y buenos alimentos. 

Fue preciso aplazar las elecciones, que debían celebrarse en Agosto de 1898, 
pues con la ciudad sitiada por mar desde 21 de Abril las gentes no parecían interesarse 
sino por la guerra y sus derivaciones y acaso fuese antipatriótico distraer la atención 
de los socios en algo que no tendiera a servir a España. Sin embargo, en Septiembre 
del mismo año se autorizó a la presidencia para reforzar la junta Directiva y cubrir 
algunas vacantes, designando vocales a los Sres. D. Tomás Pérez, D. Rerlarmino Al va- 
rea, D. José María Vidal, D. Eduardo Villamil, D. Ramón Prieto, D. Ramón Alvaro- 
díaz, D. Víctor A. López D. Francisco García, D. Adolfo Díaz y D. Femando Díaz. 

Concertada la paz y reanudado el vivir ciudadano, en 
Diciembre de 1898 se acordó restablecer la primitiva cuota 
de peso y medio, no porque hubiese sido conjurada la crisis 
del tesoro social, sino a fin de contener las bajas, que per- 
sistían a despecho de los comités propagandistas. 

Inicióse el año 1899 con un acontecimiento memorable 
que puso una vez más de relieve la alteza de miras y entu- 
siasmo del Marqués de Arguelles, Presidente del Centro. 
D. Teodoro de Zaldo, hipotecario de la Quinta “Covadonga’J 
al que se le adeudaban los intereses de un año— 1899— sobre 
el capital de $42,500 oro que representaba el gravamen, mas 
los intereses de aquellas intereses dejados de abonar y los 
que correspondían a otro año— 1898 — ascendiendo todo a 
$5,852 25 no sólo venía apremiando para el pago de dicha 
suma y la correspondiente a uno de los plazos vencidos, sino 
que gestionaba traspasar sus derechos hipotecarias, necesitado como se veía, según 
rumor público, de mayor efectivo para sus negocios. 

El problema era serio. Nuestro Centro no disponía de dinero y en estas condi- 
ciones corríase peligro de que la hipoteca fuese a poder de personas interesadas en eje- 
cutarla. El propio Sr. Zaldo llegó a amenazar a D. Ramón Arguelles con cedérsela a 
un sindicato americano, amenaza que tuvo esta respuesta digna y serena: "“A nosotros 
nos tendrá sin cuidado la actitud de ese sindicato: con abonarle sus plazos, asunto con- 
cluido. Y en cuanto a Vd., Sr. Zaldo, si necesita alguna cantidad de más importancia, 
no olvide que soy su amigo y que se la facilitaré particularmente y con todo desinterés 1 '. 



DON ANTONIO GARCIA 
CASTRO. PRESIDENTE 
DE INTERESES MATE- 
RIALES 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


63 


Ante ésto, avínose el S r Zaido a una prudencial espera, conviniendo en que el 
negocio hipotecario no solamente era bueno, sino seguro. Mas esas promesas no fueron 
sinceras, pues días después volvíase a hablar que dicho señor echara a plaza el traspaso 
de la hipoteca. Al Dr. Bango, fué por cierto, a quien con insistencia le propusieron la 
cesión y el Dr. Bango estaba interesadísimo en aceptarla, si no la aceptaba el Sr. Ar- 
guelles. Y como transcurriesen algunos días en esperas e indecisiones, reiteró el Dr. Ban- 
go su propósito en estos concisos y apremiantes términos comunicados verbalmente 
al Secretario del Centro, Sr. Santa Eulalia: —"Dígale Vd. al P residen te que si el mar- 
tes (estábase en domingo) en la misma Quinta y a presencia de otros señores no firma 
[a escritura, yo me quedo con ella." 

El Sr. Arguelles había estado, en verdad, algo indiferente, por no creer cuanto 
se afirmaba acerca de la actitud del hipotecario, pero al convencerse de que la realidad 
era muy distinta, sublevóse su patriotismo, lleno de indignación por lo que descubría 
en el asunto, y en el acto ordenó a su abogado extender la escritura. Pensó, además, 
que era preferible que el acreedor fuese él, que no habría de entorpecer la marcha de 
la Sociedad, antes que alguien ajeno a la misma. 

Cesaban así las zozobras e inquietudes y se ponía fin a 
un asunto desagradable, en torno al cual moviéranse preten- 
diendo acogotar a nuestro Centro, ambiciones inconfesables. 

La ovación que se tributó al Sr, Arguelles en la Junta 
General de Febrero de 1 899 en que se historió lo acaecido, 
resultó ensordecedora, maravillosa eclosión de la gratitud 
más encendida y perdurable. 

Debíanse le entonces $92,155.50 y a la Sra. Vda, de 
Valle $64,677.35 oro. 

En este año de 1899 y con ocasión de Junta General 
celebrada en Julio ya aquietado el país y en rápida normali- 
zación los negocios, se tomó un acuerdo de trascendencia, 
positivo avance en los beneficios que otorga nuestra Socie- 
dad: concesión de pasaje de preferencia para España u otro 
país, a los socios que llevando cierto tiempo inscriptos padez- 
can alguna dolencia cuya curación aconseje cambio de clima. 

Y a cada uno de éstos una cantidad de dinero bastante importante a fin de 
subvenir a los demás gastos del viaje. 

Ha sido autor de la moción D, Juan Rodríguez Suárez — -apoyado por otro 
hombre de valer, D. .Antonio Arango — espíritu progresista, paladín de nobles iniciativas, 
quien encaneció al servicio del Centro, al que todavía le presta el concurso de su 
experiencia y la autoridad de su prestigio, y la defendió con calor y talento, logrando 
que prosperara a pesar de la ruda oposición que se le hizo, A esa iniciativa, 



DON JUAN RODRIGUEZ 
SUAREZ, QUE ENTRE 
OTROS MUCHOS ME- 
RITOS TIENE EL DE 
HABER PROPUESTO LA 
REPATRIACION I>E EN- 
FERMOS 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


64 


hondamente misericordiosa, que implicó costosa y audaz reforma, deben la salud 
miles de compatriotas nuestros y otros el dulce consuelo de morir entre los suyos, 
en los amorosos brazos de los padres, frente al panorama de su niñez y acariciada 
el alma por inefables remembranzas de la infancia. 

Socios en 31 de julio de 1899: 5,174. 

J unt a D i r ect i va : Fres idente , Excm o . S r . D . R am ón 
Arguelles y Alonso, Marqués de Arguelles. Vicepresi- 
dente primero, D t Rafael G. Marqués; Vice-Presidente 
segundo, D José García Fernández. Tesorero, D. Manuel 
Menéndez Parra. 

Vocales: D Saturnino Martínez, D. JoséM. Villa- 

verde, D, Manuel A. del Rosal, presidente de la Sección 
de Instrucción ; D. Santiago A. Gaztambide, presidente 
de la Sección de Asistencia Sanitaria; D, Eduardo Blanco, 
presidente de la Comisión de Intereses Materiales; don 
Casimiro Heres Palacio, presidente de la Sección de Recreo 
y Adorno; D. Segundo Pola, D. José Lizama, D, Fernando 
Fueyo, D. Ricardo Iglesias, D* Antonio García Castro, 
D. José del Real, D Laureano Puente, presidente de ía 
Comisión de Altas v Bajas; D. Patricio Cabeza Posada, D, Bernardo Fernández Váleles, 
D Santos García Miranda, D. Luis Valdés Miranda, D. José Arrojo, D, Lucindo AL 
varec, D. José Fernández López, D, Basilio Díaz de! Villar, D. Ramón Ci fu entes, don 
Isidro Fernández Boada, D, Tomás Alvarez Valdés, D. Manuel Muñíz Uría, D, Faus- 
tino López, D. Antolín del Collado, D. Fernando Díaz, D t Antonio González, D, Bal- 
domcro Fernández, D. José Cuanda Cangas, D, Francisco Blanco, D, Ricardo García 
Miyares, D . Florentino Menéndez, D. Ramón Pérez, D. Laureano Alvarez, D. Ber- 
nardo Fernández, D. Manuel junco Col lía, D. Joaquín Fernández. 



EL PRESIDENTE DE 
RECREO Y ADORNO, 
DON CASIMIRO HERES 
PALACIO 




PRESIDENCIA DE D. RAFAEL GARCIA MARQUES 

DE 1899 A 1900 

Defunción del Marques de Arguelles. — Sus ultimas loables disposiciones. 

LOS PRIMEROS ENFERMOS REPATRIADOS. 

Cambios en la Administración del. Sanatorio. 
Cordialidad. 


S este uno de los ciclos — Agosto de 1899 a J ul ío de 1900 — en que menos se 
acusa la actividad creadora que tan óptimos resultados venía produciendo. 
Verdad que no dejaron de estudiarse algunos proyectos de mejoramiento del 
Sanatorio; que las Secciones de Instrucción, con nuevo plan de enseñanza que brindaba 
más prácticos fines didácticos, y la de Recreo y Adorno con varias fiestas suntuosas, 
contribuyeron a mantener latente el ánimo entusiasta de la colonia; pero en conjunto 
hubo manifiesta calma, en contraste con años precedentes. 

Ejerció la presidencia durante todo ese tiempo, el Sr. García Marqués, ya que 
el Presidente efectivo, D. Ramón Arguelles, hallábase en Europa desde fines de Junio 
de 1899. Al ausentarse y como si previera lo que pocos meses después acaecía, de nuevo 
reveló su afecto al Centro precaviéndole de futuras desagradables contingencias de ín- 
dole económica al señalar espontáneamente y por propia voluntad un seis por ciento 
de ínteres al año a sus créditos hipotecarios- — ascendía antes al 8% — y establecer para 
la liquidación de éstos ventajosísimas condiciones, mediante documento notarial. 

Desgraciadamente aquellas previsoras medidas del noble Marqués de Arguelles 
que tendían a normalizar la vida de la Sociedad, tuvieron carácter de postumo testa- 
mento, su última y definitiva actuación presidencial, como si el espíritu procer del 
ilustre varón ahondara en el futuro: el 11 de Marzo de 1900 exhalaba el postrer suspiro 
en su palacio de la Grafía, concejo de L lañes. No nos fué dable acompañar los precia- 
dos restos a su lugar de eterno descanso, y creyérase que un sino fatal perseguía a nues- 
tro Centro arrebatándole sus Insignes benefactores y presidentes cuando más necesi- 


% 


Jfl 



6b 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


taba de los mismos y llevándolos a morir lejos, a donde nuestro dolor no podía llegar 
sino apagado por la distancia, sin la fuerza y expresión grande y sincera que eran sus 
características. 

No precisa señalar que nuestra Sociedad guardó luto varios días cubriendo con 
crespones el balconaje de la casa social, suspendiendo juegos y recreos y dando asueto 
a los alumnos de tas escuelas. La muerte del Marqués de Arguelles representaba una 
pérdida asaz dolorosa y lamentable. 

Merece consignarse que la moción aprobada el año anterior acerca del embarque 
de enfermos tuvo en este pronto cumplimiento, iniciándose un servicio que por su alto 
significado de lucha contra el dolor, secundando los esfuerzos de la medicina, y por su 
espíritu caritativo, ha merecido y merecerá siempre gratitud de los bien nacidos. Fue- 
ron repatriados 15, d primero el 19 de Octubre de 1899, todos para Asturias, a excep- 
ción de uno que regresó a su provincia de Canarias. 

En el orden interno de la Quinta hubo 
algunos cambios, cesando los señores Admi- 
nistrador y Mayordomo, sustituyéndoles res- 
pectivamente, D, Jesús Fon tenia y D r Ino- 
cencio García Se restableció además, la 
primitiva escala de sueldos para cuantos 
trabajaban en ella, inclusive los médicos que 
habían visto descender sus haberes como 
derivación de la crisis provocada por la 
guerra hispano-am ericen a. 

Un rasgo simpático, que da la norma de 
la idiosincrasia asturiana, antes de concluir 
este resumen: Como llegase a conocimeinto 
de la Junta Directiva que el “Casino Espa- 
ñol 1 se encontraba en trance de desahucio 
por exigencias extemporáneas del propietario 
de la casa que ocupaba— Neptuno y Prado 
— sin serle fácil hallar otra con la premura 
que se le exigía, se decidió por unanimidad, 
respondiendo a consulta del mismo, hecha 
por conducto del Sr, Vitlaverde (D. José 
María), que en el Centro Asturiano tendría 
leal y amable albergue sin límite de tiempo 
ni de espacio: podía considerar suyo nuestro edificio. Fal fue el colofón, propio de 
hidalgos, puesto a las viejas discrepancias. Todo se olvidó en honor del españolismo 
de ambas sociedades. 

Socios en 31 de Julio de 1900: 8,710. 



DON BALDOMCRO FERNANDEZ, 
TESORERO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


67 


junta Directiva: Presidente, Exorno. Sr. D. Ramón Arguelles Alonso, fallecido 
el 21 de Marzo de 1900. 

Vice-Presidente primero, en funciones de presidente, D, Rafael García Marqués, 
Vice-Presidente segundo, D. Eduardo Blanco. Tesorero, D. Baldomcro Fernández. 

Vocales: D. Saturnino Martínez, D, José García Fer- 
nández, presidente de la Comisión de Intereses Materiales; 

D. Casimiro Heres Palacios, D, Manuel Antonio García, don 
Celestino Fernández, D, Joaquín Fernández, presidente de la 
Comisión de Altas y Bajas; D. Rafael Joglar Peláez, D* Fruc- 
tuoso Pandea vene, D. José Fernández López, D. Manuel Al- 
varez del Rosal, presidente de la Sección de Instrucción; don 
José María Villaverde, D. Eustaquio Alonso Forcelledo, don 
Jesús Fontenla, D, Laureano Alvarez, D. Bernardo Fernández, 

D, Ernesto Peña, D. Manuel Alonso Alvarez, D, Santiago 
Alonso Gaztambide, presidente de la Sección de .Asistencia 
Sanitaria; D. José Cor ripio, D. Francisco García Castro, 
presidente de ía Sección de Recreo y Adorno; D, Sergio 
González García, LX Antonio Guerra Caso, D, Adolfo Díaz, 

D. Juan Rodríguez Suárez, D. Ramón Fernández Llano, 

D* Lu is R. Rodríguez, D. Ricardo Iglesias, D, Francisco L, López, D. Angel Arias, don 
José Fernández Martínez, D. José Lízama, D. Ramón Campa, D. José García García, 
D. Pí^ Junco del Pandal, D. Simón Solares, D. Valentín González, D. Segundo Pola, 
D. Eduardo Fernández Castro, D* Juan José Alonso* 



DON SANTIAGO A. GAZ* 
TAMBIDE, PRESIDENTE 
DE ASISTENCIA SANI- 
TARIA 




















PRESIDENCIA DE D RAFAEL GARCIA MARQUES 

DE AGOSTO DE 1900 A JULIO DE 1901. 

Inauguración de los pabellones "Bango" y "Asturias" —Fructuosa propaganda. 





Obito del Secretario Sel Santa Eulalia 


N año plácido 
que se singu- 
lariza por fe- 
cunda actividad. Los so- 
cios aumentan ; la Qu inta 
se engrandece y completa 
con tres magníficos edi- 
ficios: sala de c i rujia — lo 
más perfecto en cuanto 
a higiene — en cuyo fron- 
tis se esculpe el nombre 
insigne del director del 
Sanatorio "Dr. Bango"; 
pabellón "Asturias", de- 
dicado a alojamiento de 
enfermos y eí departa- 
mento de coc ina . I n íci a- 
$en a la vez, otras nota- 
bles obras en el mismo 
lugar, en tanto que las 
Secciones de Instrucción, 
, que ve ir progresando la 
eficiencia de las escuelas; 
Altas y Bajas, Intereses 
Materiales y Recreo y 
Adorno, laboran con 
idéntica constancia que 
la de Sanidad, formando 


DON RAFAEL GARCIA MARQUES, PRESIDENTE, MAS TAR- 
DE PRESIDENTE DE HONOR Y EN LOS ULTIMOS AStOS 
DE SU VIDA, HASTA 1924, EN QLtE DEJO DE EXISTIR, 

secretario general 


70 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


un todo homogéneo que rinde espléndidos resultados. Créanse delegaciones en Pinar de? 
Río, Marianao, Regla y Guanabacoa, y se apunta , a iniciativa de D. Juan Rodríguez 
Suárez, ia fundación de la de Tampa. El Centro Asturiano, pictórico de robustez, se 
asfixia dentro de k capital habanera, y busca salida a su vitalidad extendiéndose 
a los más lejanos puntos de la isla, y aun hasta el extranjero. 

Fallece el cultísimo Secretario don 
Francisco Santa Eulalia. Regresara hacía 
poco de Aviles, aparentemente repuesto 
de la dolencia que le llevó a pasar allá 
una temporada de reposo, y cuando rea- 
nudaba alegre y fuerte sus labores, en las 
que era tan ducho, otra vez asomó la 
tuberculosis que hiciera presa en su gas- 
tado organismo, ocasionándole rápida 
muerte, Sobrevino ésta el 3 de Agosto 
de 1900, un día antes de la solemne inau- 
guración de los pabellones a que hacemos 
referencia, velando la alegría de la fiesta 
el luto que embargaba a todos por la 
pérdida de un funcionario valioso y de 
un hombre leal y afectivo 

Socios en 31 de Julio de 1901 : 10,973- 

Embarcados, 22. Asistidos en la 
1 ‘Covadonga \ 5 , 087 * Fa! I ec idos , 121. 

Junta Directiva: Presidente, don 

Rafael García Marqués. Vice- Presidente 
primero, D. Saturnino Martínez. Vice- 
presidente segundo, D. José García Fernández. Tesorero, L"). José L brama Bardales- 
Vocales: D. José María Vil la verde, D. José Corripio Sánchez, D. Francisco García 
Castro, D. Sergio González García, D. Manuel Antonio García. D. Manuel Alvarez 
del Rosal, presidente de la Sección de Instrucción; D. Manuel Rojo Fernández, don 
Antonio Guerra Caso, D. Valentín González Tuya, presidente de la Sección de Asisten' 
cia Sanitaria; D. Manuel Alonso Alvarez, D Juan Menéndez, D. José María VidaC 
presidente de la Sección de Recreo y Adorno; D, Antero Prieto González, D. Antonio» 
Fernández y González, D José Val des Pérez, D r José Garrió Sánchez, presidente de la 
Comisión de Altas y Bajas; D. Ramón Menéndez Cima, D. Casimiro Reres Palacio, 
D. Rafael Bango García, D. Maximino Fernández SanfeÜz, D. Gabriel García Maribo 
na, D. Manuel Pérez Pérez, D. Francisco Alvarez Fernández, D. Laureano Solares 
Crespo, D. Antonio Rodríguez Alvarez, D. Ramón Fernández Pérez, D. Ramón 



DON JOSE L 12 AMA BARDALES, 
TESORERO 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


7] 


Pérez Rodríguez, D. José María Quesada, D. Luciano Peón Cuesta, D, Rafael Fernández 
Marinas, D. José A, Díaz González, D. Manuel Alvarez Alvarez, D. Francisco 
Fernández García, D. Manuel Meana Alvarez, D. Serafín Fernández García, D, José 
González Cobián, D. José Corojo Va [vida res, D. Rafael Joglar Peláez y D Fran- 
cisco Macario Pérez, 






PRESIDENCIA DE D. SEGUNDO ALVAREZ 


DE AGOSTO DE 1901 A JULIO DE 1902. 


Lucha electoral —Excelente Administración.— Provisión de la Secretaria. 


m 




RIMERA batalla 
comida] realmente 
^ seria y porfiada. 
Contra la reelección de 
García Marqués presén- 
tase la candidatura de 
don Segundo Alvarez 
González, hombre rico, 
de nombre en la ^Aso- 
ciación de Dependientes 
cuya presidencia ocupara 
con acierto y brillantez, 
pero sin historia en el 
Centro Asturiano, al que 
se le trajo a fin de que 
estuviese entre sus pai- 
sanos. Triunfó por exigua 
mayoría de sufragios, ce- 
lebrándose las elecciones 
el 1 1 de Agosto de 1901 . 


El nuevo presidente 
halló la Sociedad en in- 
mejorable situación eco- 
nómica por lo que pudo 
desenvolver afortunadas 
iniciativas, mejorando la 



DON SEGUNDO ALVAREZ GONZALEZ, 
PRESIDENTE GENERAL 


74 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



DON ROSENDO FERNANDEZ G AMONEDA, 
VICEFRESI DEN TE PRIMERO 

Para cubrir el cargo de Secretario 
general, eligióse a don Ernesto Peña. Y el 
So Peña, que reunía excelentes aptitudes, 
renunció al mismo a causa de discrepancias 
con algunos directivos, el 9 de Febrero de 
1902, a los cinco meses de su nombramiento, 
sustituyéndosele con D. Fructuoso R Sonda, 
quien al trimestre escaso de desempeñar 
el puesto vióse precisado a abandonarlo, in- 
gresando en la Quinta ; víctima de larga e 
incurable dolencia. 


asistencia de los enfermos, aumentando el servicio médico, reorganizando ios departa- 
mentos administrativos e iniciando, además de otras innovaciones de orden interno 

en el Sanatorio, la construcción del depar- 
tamento de lavandería a vapor y la del lujoso 
pabellón de hidroterapia y electroterapia. 


Este año fue fundada la delegación de 
Tampa, y la inauguración del curso escolar 
tuvo gratas repercusiones por la selecta ve- 
lada con que se solemnizó y en la que don 
Rafael Fernández de Castro, elocuente par- 
lamentario, vertió sentidos y hermosos con- 
ceptos de con fraternización hispano-cubana. 


Embarcados: 35. Asistidos en el Sanato- DON AXTERO grieto González, 
rioduranteel añosocial: 4690. Fallecidos: 65. tesorero 

Junta Directiva: Presidente, D. Segundo Al varee González. Vicepresidente prime- 
ro, D. Rosendo Fernández Gamoneda Vicepresidente segundo, D Maximino Fernández 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


75 


Sanfetiz. Tesorero: D. Antero Prieto González. Vocales* D. Saturnino Martínez, 
D, Manuel del Rojo Fernández, D, Eustaquio Alonso Forcelledo, D. José Fernández 
López, Presidente déla Sección de Asistencia Sanitaria: D. Luciano Peón Cuesta, D. An- 
tonio Fernández y Fernández, D. Adolfo Díaz y Díaz, D. Joaquín Fernández Marinas, 
Presidente de la Comisión de Altas y Bajas; D. Francisco García Castro, D, Flías Villar 
Caveda, D. Simón Solares Riaño, D. Antonio Fernández González, D, José Corripio, 
D, Rafael Joglar Peláez, D. Valentín González Tuya. D. Manuel Arguelles García, 
D. Valentín Blanco Sánchez, D. Bernardo Fernández Martínez, D, Salvador González 
García, D Antonio Villa García. D. Antonio Martínez González, D. Santiago Villanueva, 
D. Fulgencio Díaz y Díaz, D, Manuel Alonso Alvarez, D, Rafael García Marqués, don 
Manuel Antonio García, Presidente de la Sección de Recreo y Adorno; D. Nicolás Rivera 
y Muñíz, Presidente de la Sección de Instrucción; D. José González Alvarez, D. Sergio 
González, Presidente de la Sección de Intereses Materiales; D, Juan Rodríguez Suárez, 
D. Antonio Guerra Caso, D. Anselmo García Muñíz, D. Pío Junco del Panda!, D, Ra- 
món Pérez Vil lamí!, D. Eugenio Rodríguez García, D. Severino Pando Vega, D. Enrique 
Faedo García, D. Celestino Fernández Gómez y D. Rafael Fernández Marinas, 





4 


PRESIDENCIA DE D. SEGUNDO ALVAREZ 

II 

DE AGOSTO DE 1902 A JULIO DE 1903. 

Discrepancias.— Dares y tomares, — -Dimite el Presidente, — Sensible accidente 
a D. Segundo Alvarez —Su defunción. — Elecciones, 

Presidencia de D, Ramón Perez. 

Son inaugurados el Departamento de Hidroterapia y la lavandería. 

D, Juan G. Puma riega, Secretario 



/ EELIGESE a D. Segundo Alvarez, correspondiendo asía su notoria idoneidad. 
La novel Junta Directiva inicia sus tareas el 19 de Agosto de 1902 relevando de 
sus puestos a D, Carlos García y D. Ramón Membiela, Administrador y Mayor- 
domo del Sanatorio, respectivamente, pasando éste último a ocupar el cargo del primero. 


Surge a seguidas honda división entre el presidente, don Segundo Alvarez con 
algunos adictos suyos, de una parte, y de otra la mayoría de los vocales, acerca de la 
provisión del puesto de Secretario, El Sr, Alvarez opina que es de su competencia y 
albedrío la elección de la persona que habrá de desempeñarlo; !a casi totalidad de los 
directivos entienden que esa facultad es potestativa de la junta de gobierno. No se 
ponen de acuerdo. Conferencias, aplazamientos, y por último, la renuncia del presi- 
dente y la de sus incondicionales amigos. 


Asume la presidencia don Saturnino Martínez, Reúne a sus compañeros y 
acuerdan rogar al S r. Alvarez desista de su actitud. Le visitan el día primero de Oc^ 
tubre de 1902; logran sus propósitos, y cuando ya la paz tornaba, recíbese noticia harto 
penosa: D, Segundo Alvarez ha sufrido grave caída, paseando a caballo por su finca 

de Marianao, y a consecuencia de este accidente, días después, el 14 del mismo Octubre* 
dejaba de existir. 



78 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Otra vez de duelo nuestro Centro. Otra vez el destino le hiere en lo que ama 
y respeta. Y una vez más, la tercera, se vuelve a ene respon ar los balcones de la casa 
solariega y está de pésame la colonia asturiana. D. Segundo Alvares dejó de su breve 
paso por la presidencia huellas perdurables y edificantes. 



DON RAMON PEREZ RODRIGUEZ, PRESIDENTE GENERAL 


Presidencia de don 
R am ón P érez : T r anscu r- 
rido el período de luto, 
se convocó a elecciones 
parciales — 26 de Qctu- 
bre—a fin de elegir Pre- 
s idente y p ro v e e r al gu nos 
cargos de vocales, resul- 
tando electos D. Ramón 
Pérez Rodríguez, para 
la Presidencia, y don 
Manuel González M en- 
dez, D. Segundo He vía 
Cañedo, D, Ramón Díaz 
Prieto, D. Marcelino 
Suárez García y D, Se- 
gundo Rodríguez Menén- 
dez, para las vocal ías. 


El 7 de Diciembre de 
1902 es nombrado Secre- 
tario D, Juan González 
Puma riega , qu ien í : ega ' a I 
puesto precedido de bri- 
llantes referencias, y eí 
p rop io mes es t abléc ese 
la Delegación de l ampa 
(Estados Unidos). 


Ei pabellón de Hidroterapia, estupendamente instalado, como no existe 
ninguno en Cuba que se le aproxime y el de lavandería mecánica, están terminados al 
comenzar el año de 1903 y en consecuencia se disponen diversos festejos en la 
Quinta y en el Centro durante los días 13, 14 y 15 de Febrero, a fin de realzar su 
solemne bendición. Doña María Fernández de Pérez, dignísima esposa del Presidente, 
actuó de madrina del de Hidroterapia, — bautizado con el nombre de “Segundo Alvares'* 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


—en cuyo vestíbulo coloca, en recuerdo de la ceremonia y prueba de su esplendidez, dos 
costosísimos jarrones de porcelana, que constituyen el más artístico y rico adorno de 
aquel lugar. El acto es señorial y se vé enaltecido con el concurso de distinguidas 
familias y múltiples personalidades, a las que se agasaja delicada y espléndidamente. 

La Covadonga, con ambos pabellones, nada tiene que desear en cuanto a 
eficiencia: todo lo que se exige a un Sanatorio modelo, como él es, está allí reunido. 
Es año de éxitos y de actividad, que concluye entre satisfacciones y enhorabuenas, y 
lo que colma ya el contento, autorizando el 13 de Abril de 1903 a la Delegación de 
Tampa, cuya vida se inicia briosamente, para erigir una Clínica por cuenta del Centro. 
Socios al finalizar el período social, en 31 de Julio de 1903: 14 018. 

junta Directiva: Presidente, D. Segundo Alvarez 
González hasta Octubre de 1902. Desde Noviembre del aM'.- . 

propio año a Julio de 1903, D. Ramón Pérez Rodríguez. ■ V 

Vice^P residen te primero, D. Saturnino Martínez. S* ¿ 

Vocales: D. Antonio Fernández González, Presidente . ^ 

de la Sección de Asistencia Sanitaria; D. Sergio González 

García, D. Serafín García Fernández, D. Juan Rodríguez ^ vi 

Suárez, D. Rafael García Marqués, Presidente de la 

Comisión de Intereses Materiales; D. José González 

Cobián, D. Fulgencio Díaz y Díaz, D. Celestino Fernán- 

dez Gómez, D. Casimiro Heres Palacio, don Juan 

Menéndez Martínez, D. Manuel Llames Pérez, D. Luis 

Muñíz Díaz, D. Antonio Pérez Fernández, D. Emilio EL presidente de la 

, COMISION DE ALTAS T 

Rívas Arenas, D. Antonio Rodríguez Alvarez, D. Manuel bajas, don Rafael 

Ardavín Díaz, D. Luis Cofiño Mones, D. Celestino Sua- Fernandez marinas 
rez Alonso, D. Baldomcro Alvarez, D. Rafael Fernández Marinas, Presidente de la 
Comisión de Altas y Bajas; D. Manuel Argüe! Ies García, D. José Garrió Suárez. 
D. Manuel Alvarez del Rosal, Presidente de la Sección de Instrucción; D. Francisco 
García Castro, D. José Fernández López, D. Simón Solares Riaño, D. Francisco 
González Rodríguez, D. Cándido Sierra Porrúa, D, Sabino Alvarez Menéndez, 
D. Saturnino Miguel Toribio, D. Bal bino Balbín Santos, D. Manuel López Busto, 
D José López Fierros, D. José Solís García, D. Dionisio Peón Cuesta, D José Rodríguez 
Acevedo y D José María Vidal, Presidente de la Sección de Recreo y Adorno. 







PRESIDENCIA DE D. SATURNINO MARTINEZ 


DE AGOSTO DE 1903 A JULIO DE 1904 


Pucherazo electoral, — Anulación de Elecciones — D* Saturnino Martínez, 
Presidente —Su enfermedad - — Fallece en Tampa D. Antonio González Prado. 


|fj|lSTINGUESE este 
WM período porque en 

Y él aparece entre 

nosotros por vez primera, 
el fraude electoral, dando 
motivo a que hubieren sido 
declaradas nulas las eleccio- 
nes que se verificaron el 1 9 
de Agosto de 1903, Resultó 
entonces electa la candidatu- 
ra de D. Rosendo Fernández 
Ga moneda, mas éste fue de 
los primeros en aplaudir, por 
justa, aquella declaración de 
nulidad, haciendo constar, 
al propio tiempo, que se le 
había hecho candidato con- 
tra sus deseos y sin consultar 
su voluntad 

Anunciadas nuevamente 
elecciones para el 23 del 
mismo mes, obtuvo mayoría 
el nombre de don Saturnino 
Martínez, el ilustre bardo, 
espíritu gentil, ungido con 
la gracia del genio. 



DON SATURNINO MARTINEZ, INSIGNE POETA, 
PRESIDENTE GENERAL Y PRESIDENTE DE HONOR 


82 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


íZl insigne astur apenas tuvo tiempo a actuar, iras de afortunada interven- 
ción en la velada de reparto de premios y apertura de las clases— 4 de Octubre — en 
que dijo notabilísimo discurso, y de presidir algunas sesiones de la Directiva, víóse 
obligado a ingresar en la Covadonga — febrero de i 90 4—gra veniente enfermo y sin 
esperanzas de curación. 

Sustituyóle el primer Vicepresidente D, Maximino Fernández Sanfeliz hasta 
el mes de Abril y desde éste a la conclusión del año social— Julio de 1904— el segundo 
Vicepresidente D. Antonio Fernández González, 



DON ANTONIO FERNANDEZ GONZALEZ, 
QUE POR SUSTITUCION R L G LAMENTA- 
RIA OCUPO LiA PRESIDENCIA DESDE 
ABRID A JULIO DE 1904 


No ocurre nada sobresaliente durante 
esta época. Se completa el alumbrado 
eléctrico de todo el Sanatorio y se prosiguen 
los trabajos de mejoramiento del mismo 
emprendidos por ja anterior Junta Direc- 
tiva; D. Saturnino Martínez que continúa 
en cama — a despecho del anhelo de la 
colonia entera, unánime en hacer votos 
por su salud— es distinguido con el nombra- 
miento de Presidente de Honor ; concédense 
dos camas gratuitas a la Asociación de la 
Prensa; y días después de haber estado en 
la Habana D. Antonio González Prado para 
defender con su prestigio y su palabra 
convincente la ratificación del acuerdo de 
levantar un Sanatorio en Tampa, aunque 
sin él intervenir en los debates por hallarse 
enfermo, recíbese la desolado ra noticia de 
que aquel singular luchador, presidente 
de los cincuenta nobles organizadores del 
Centro, había fallecido en la mencionada 
población norte-americana. 


Cayó otro de los buenos. De los hé- 
roes, de Jos templados en las grandes bata- 
llas, Y el dolor de la pérdida se traduce en acuerdo de honrar con su áureo nombre 
el primer pabellón que se erija en la Quinta. 


Así se va el año, con esa nota de duelo. 

Socios en Julio de 1904: 15,598. 

Junta Directiva; Presidente, D. Saturnino Martínez. Primer Vicepresidente, 
D, Maximino Fernández Sanfeliz. Segundo Vicepresidente, D. Antonio Fernández 
González Tesorero, D, José Al varé Gutiérrez. Vocales, D, Rafael García Marqués, 


EL LILÍRG DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


83 


O. Ramón Pérez Rodríguez , D. José María Villaverde, D. Manuel Aivarez del RosaL 
presidente de !a Sección de Instrucción; D. Sergio González García, D. Marcial Bar- 
diales Ace vedo, D. Manuel Llames Pérez, D. José Garrió Suárez, D. Serafín Fernández 
García, D. Fernando Fueyo Casal, D. Casimiro Heres Palacio, D Marcos A. Carvajal. 
D. Joaquín Fernández Martínez, D. José Solís García, D. Santos García Miranda, 
D. Manuel López Busto, D, Marcelino Suárez García, D. Aurelio González Castro, 
O. Ricardo Iglesias Oro vio, D, Fulgencio Díaz y Díaz, D. Francisco Ai varea Fernán- 
dez, D Manuel Arda vi n Díaz, D. José García Tuñón Domínguez, D, Víctor Campa 
Blanco, D, José López Fierros, D. Maximino Fernández y González, D. José Al va re 
Gutiérrez, D, Manuel García Pulido, presidente de la Sección de Recreo y Adorno; 
D. Cándido Arango García, D r Antonio Quesacia González, D. José María Fernández 
López, D, Jesús Fernández Díaz, D. Manuel Noval González, D. Ramón Fernández 
Llano, D, Severino Pando Vega, D, Francisco Fernández García, D Manuel Pérez 
Pérez, D. Gerardo de Diego y Diego, D. Nicanor Aivarez Balsinde y D. Jasé Rodríguez 

Las Presidencias de Intereses Materiales y Asistencia Sanitaria las desempeña- 
ron los Vicepresidentes Primero y Segundo, respectivamente. 






PRESIDENCIA DE *D. MANUEL ANTONIO GARCIA 

DE AGOSTO A NOVIEMBRE DE 1904 

Crisis Política — Renuncias y deserciones— Digna actitud de D, Manuel A. García 
División de la Directiva y elecciones generales. 


N contraste con el período electoral pasado, en que se prodigaron trapatiestas 
y zancadillas al uso de los políticos clásicos, en las elecciones de este año— 7 
de Agosto de 1904— se advirtió un desvío desalentador, pasando entre la 
indiferencia de los más. Fue electo Presidente don Rafael García Marqués, que ya 
ocupara íguai cargo en 1900, mas se negó a tomar posesión, lo mismo que el Vicepre- 
sidente primero, nominado con él, D. Eduardo Blanco. 

Esta crisis, que tenía su origen en disgustos de índole personalísima, hubiese 
comprometido seriamente a la Sociedad a seguir el ejemplo de los dimisionarios D. Ma- 
nuel Antonio García, con ellos elegido Vicepresidente segundo. El Sr, García accedió 
a los deseos reiterados del resto de la Directiva y de los socios en general, posesionán- 
dose de la Presidencia el día 19 del propio Agosto, sobreponiendo su entusiasmo astur 
a ios naturales temores que ie embargaban de no acertar, por sencillez de carácter y 
modestia ilimitada, y ad virtiendo que sólo la desempeñaría hasta la conclusión del 
trimestre, declinando el honroso encargo ante la Junta Genera!, 

Y mientras, con el En de normalizar las tareas de las Secciones, fue hecha la 
distribución de éstas en la siguiente forma: 

Sección de Asistencia Sanitaria. Presidente, D. Ramón Fernández Llano. Vice- 
presidente, D. Rafael Fernández Marinas, 

Comisión de Intereses Materiales. Presidente, D José Garrió. Vicepresidente, 
D + Santos García Miranda. 

Comisión de Altas y Bajas. Presidente, D. Joaquín Fernández. Vicepresidente* 
D. Manuel Arguelles. 

Sección de Recreo y Adorno. Presidente, D. Alvaro López. Vicepresidente, 
D. Manuel Llera. 




86 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Instrucción, Presidente, D. Manuel Alvarez del Rosal, Vicepresi- 
dente j D, Amafio Machín González. 

Tesorero, D. Segundo Alvarez García. 

Efectivamente, desvanecidos los ecos triunfales déla velada escolar — ló de Sep- 
tiembre de 1904, “-en la que se dejó oir el verbo tribunicio del insigne profesor de De- 
recho D, Antonio Sánchez de Bustamante, d presidente accidental, D. Manuel Antonio 

— m. f 

García, presentábase ante la Junta de socios de 23 de Octubre, a fin de hacer renuncia 
del puesto en unión de toda la Directiva, 

Se acordó efectuar elecciones el 6 de Noviembre inmediato; aparecieron dos can- 
didaturas, ambas de fuerzas igualadas y entusiasmo que, por lo excepcional, asustó al 
encargado de presidir el acto e hizo que suspendiese éste a pretexto de posible altera- 
ción del orden, Y esta decisión, que provocó clamorosas protestas en aquel instante, 
fue causa de provechosa inteligencia entre los bandos rivales, pues quince días más 
tarde, el domingo 20, aparecía una candidatura de transacción y cordialidad, llevando 
en lo cimero el nombre de D Juan Bances Conde, abogado, joven de sólida fama como 
político y escritor. 





PRESIDENCIA DE D. JUAN BANCES CONDE 

DE 17 DE NOVIEMBRE DE 1904 A JULIO DE 1905 


Admisión de mujeres. “Exención de cuotas a los fundadores — Un ndulto 


^ÍPWjL Sr. Bances 

\$T Conde ocupó la 
Y Presidencia ei 
27 de Noviembre, en cu- 
yo acto, muy importante 
por las promesas que ex- 
puso de desenvolver in- 
tensa propaganda, fueron 
designadas las Secciones, 
quedando así constituida 
la Junta de Gobierno; 
Presidente General, don 
Juan Bances Conde 
Vicepresidente Primero, 
don José Fernandez Ló- 
pez. Vicepresidente Se- 
gundo, D r Faustino Ber* 
mudez Castro. Tesorero, 
D. Segundo Alvarez 
García. 

Comisión de Intereses 
Materiales, Presidente, 
D. Ramón Pérez Rodrí- 
guez. Vicepresidente, don 
O. Francisco García Cas- 
tro. Vocales, D. Rafael 



Dñ. DON JUAN BANCES CONDE, PRESIDENTE 
GENERAL 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


88 


García Marqués, D. Antonio Fernández González, D. Eduardo Blanco, D, Ramón 
López Fernández, D. Sergio González García, D. Rafael Garda Alvarez, D. Serafín 
Fernández García, 

Sección de Asistencia Sanitaria. Presidente, D. Ramón Fernández Llano. Vice- 
presidente, D. Enrique Abad del Cueto. 

Sección de Recreo y Adorno. Presidente, D. Manuel Fresa Victorero. Vice- 
presidente, D Florentino Fernández Miranda, 



DON FAUSTINO BE R MUDEZ CASTRO, 

vicepresidente segundo 


Sección de Instrucción. Presidente, don 
Segundo Pola Gutiérrez. Vicepresidente, 
D. Sebastián Soto Reigada. 

Comisión de Altas y Bajas. Presidente, 
D. Joaquín Fernández Martínez. Vice-pre- 
sidente, D. Rafael Fernández Marinas, Vo- 
cales, D, Gabriel García Alvarez, D. José 
Fernández Fuentes, D. José Rodríguez 
Ace vedo, D. isidro Alvarez López, 13, Emilio 
Menéndez Pulido, D. Manuel Fernández 
Galán y D, Marcelino CarbajaL 

Comisión de Orden. D. Femando Fue- 
yo Casal, D. José Garrió Sánchez, D. Fran- 
cisco Vi I la verde García, D. Faustino Ango- 
nes, D. Manuel San Martín Collado, don 
Antonio Huerta Vallina, D. Amalio Machín 
González, D. Fernando Díaz Pérez, D. Per- 
fecto Cortina Casanueva, D. Santos García 
Miranda, D, José Fernández Castro, D. Ma- 
nuel Antonio García, D, Casimiro Heres 
Palacio, D, Ignacio García Fernández y 
D. Segundo Hevia Cañedo. 


La Sociedad, a contar de esta fecha, reanuda su vivir sosegado. Olvídame las 
discrepancias ; brota vigoroso el anhelo de velar por lo que es hogar, alto blasón, orgullo 
de todos, y el nuevo presidente que acaricia proyectos renovadores, va desarrollando 
éstos a maravilla, en una feliz interpretación de la voluntad social. Las Secciones, como 
sugestionadas por su dinamismo, tienden a multiplicar sus tareas y a imprimirles valor 
de más trascendencia. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


89 


En Abril de 1905 va interesa y preocupa y obliga a cavilar a los directivos un 

/ 

proyecto de Sanatorio para mujeres dentro de la Covadonga, dándoseles, al efecto, 
admisión como asociadas. No se resuelve nada en definitiva, mas la idea apasiona y 
seduce a unos; a otros acoquinan y amedrentan los resultados económicos., que se pre- 
vén desastrosos. 


D. Ramón Membiela, administrador de la Quinta, es 
sustituido por II). Fernando Riaño — -Junio de 190 5— el que 
cesa tres meses más tarde reemplazado por D. Victoriano 
Cué Bobes, electo por mayoría de la Directiva y contra 
las aspiraciones del Sr. Machín, que deseaba pasar de la 
Secretaría general a la administración citada. 


A propuesta de don Ramón Pérez Villamil — 23 de 
Julio de 1905 — tómase acuerdo justiciero en extremo: 
eximir del pago de la cuota mensual a los socios funda- 
dores que se encuentren en mala situación económica, 

Pónese fin a este breve período social, tan pleno 
de robustez sin embargo, logrando de los poderes públicos 
el indulto de desdichado comprovinciano a quien se sentenciara a pena de muerte. 
Esta generosa petición, secundada por ilustres cubanos, nos obliga a gratitud y a 
demostrarla con nuestra máxima recompensa: proclamando Socios de Honor a cuantos 
intervinieron en la concesión de gracia: D Pedro González Llórente, D. Nicolás Rivero 
y Muñíz y D. José María Vil la verde. Y enviando mensajes de reconocimiento a los 
licenciadas D. Mario García Kohly y D. Colín de Cárdenas, y uno especial al Honorable 
Presidente de la República, D. Tomás Estrada Palma, de tan venturosa recordación. 

Socios en Julio de 1905: 18,738. 

Asistidos en la Quinta, 5,752, Fallecidos, 71 . Embarcados, 69. 



EL INSIGNE: PERIODIS- 
TA DON NICOLAS RIVE- 
RO ALONSO, SOCIO DE 
HONOR 






PRESIDENCIA DE D, JUAN BANCES CONDE 

11 

DE JULIO DE 1905 A DICIEMBRE DE 1906. 

Reforma acertada,— Los restos del actor Vico. — Fallecimiento de D. Saturnino 
Martínez,— Nuevo Secretario,— Construcciones en la “CovadongaA 


NTRASE en era de renovación, soplan brisas de juventud y mocedad y pórtese 
orden en todo, cesando la incongruencia de que los períodos sociales comien- 
cen en Julio y terminen en Junio; así como que los edificios del Sanatorio, 
que suponen ya una fortuna respetable, estén sin seguro contra incendio. Para acom- 
pasar los primeros al ritmo de los años astronómicos, se acuerda una prórroga de 
poderes, por lo que ia Junta Directiva electa el 3 de Julio de 1905 y que debiera 
cesar el próximo 30 de Junio de 1906, continua hasta Diciembre de este último año, 
desempeñando sus funciones por espacio de 18 meses. En lo sucesivo el Centro Astu- 
riano tendrá su año económico acorde con el oficial. 

La Junta Directiva de este dilatado período, estuvo formada así: 

Presidente, D. Juan Bances Conde. Vicepresidente primero, D. Manuel Anto 
nio García. Vicepresidente segundo, D, José Carrió Suárez. Vocales, D. Antonio 
González, D. Ramón Fernández Llano, D, Sergio González García, D, Ramón López 
Fernández, D Amallo Machín González, D. Francisco García Castro, D_ Gabriel Gar- 
cía Alvarez, D Rafael F. Marinas, D, Rafael García Alvarez, D. Manuel San Martín 
Collado, D. Isidro Alvarez López, D. Ignacio García Fernández, D. Enrique Abad deí 
Cueto, D. José Fernández Castro, D. Sebastián Soto Reigada, D. Manuel Frera Vic- 
torero, D. Perfecto Cortina Casanova, D. Rafael García Marqués, D, Manuel Llames* 
D, Eduardo Blanco, D. Casimiro Solís, D, José Y iliatón, D. Casimiro Heres, D. Eduardo 
García, D- Joaquín Fernández, D, José González Cobián, D. Enrique Siñerjz, D. Simón 
Solares, D. Amador Pérez García, D. Segundo Hévia, D. Ramón Pérez Villamil, D* Ma- 
nuel Alvarez del Rosal, D, Francisco López, D, Santos García Miranda, D. Aniceto Gon- 
zález, D, Florentino M. Cuervo, D, José Rodríguez Ace vedo y D, Segundo Alvarez García. 



92 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El Sr. Ranees, expansivo, cordial, con un entusiasmo que no admitía tibieza, 
comunica a sus compañeros el temperamento suyo, enemigo de la molicie, y se efectúa 
activa labor propagandista en todos sentidos, singularmente por medio de la prensa 
y con notables fiestas literarias y musicales. 

En este agradable ambiente com- 
préndese con cuánta honda ternura, aún 
pasando por sobre la Infíexibilidad del 
Reglamento, es acogida una súplica de 
D, Segundo Alvares García, D, Sebastián 
Soto Reigada y D. José F, Fuente, a fin 
de que el Centro Asturiano impida que 
los restos mortales del glorioso actor es- 
pañol Antonio Vico, inhumados en el 
Cementerio de Nuevítas (Cuba), vayan a 
parar a la fosa común. Hubiese sucedido 
así, irreparablemente, si nuestro Centro 
no oye estas voces y acude a evita rio, 
adquiriendo la sepultura en que desean- 
saron, rescatados a la pobreza de un 
municipio rural, hasta ser conducidos a 
Madrid. 



Es época de espiritualidad. Cuando 
en Diciembre de 1905 se doblega a la 
muerte otro de los que pusieron corazón, 
alma, vida en el Centro; cuando se abate 
Saturnino Martínez, aquel insigne poeta 

DON JOSE GARRIO SUAREZ, VlCE- 

presidente segundo que pudo ascender al mas alto puesto del 

Parnaso español si no se redujera en su 
modestia a cultivar solamente su huerto interior, cuando le perdemos, además ele 
rendírsele grandes y merecidos honores en el instante del sepelio, se distribuyen a su 
memoria 400 duros entre cuatro asilos benéficos, y se piensa luego en nueva delicada 
ofrenda, acordándose la celebración de una velada necrológica, en la que músicos, 
literatos y oradores cantan los méritos del aeda asturiano y loan su labor, digna de 
las antologías — 12 de Abril de 1906—, Antes, en la Junta General de Enero, y al 
darse conocimiento de la llorada defunción, improvisaron magníficas oraciones, tre- 
mantes de cariño, recordándole entristecidos, el presidente Sr. Ranees, D. Maximino 
Fernández y González, D. Tomás Láiz, D. Jesús Fernández Díaz (que leyó una com- 
posición en verso), D. Rafael Joglar y D, José González Aguirre. 

En Octubre de 1905 dimite la Secretaría General don Juan G. Pumariega, y le 
reemplaza D. Analio Machín González. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


93 


La Sección de Inmigración, este año fundada, realiza eficaz labor, inscribiendo 
3,6541 socios " recién llegados" y prestándoles provechosa tutela. 

La Covadonga sigue sus avances, que asombran a propios y extraños: en Abril 
de 1906 es inaugurado el pabellón "Manuel A. García", soleado, amplio, alegre, con 

capacidad para ochenta camas. 

Y en Mayo del propio año acuérdase levantar en l ampa un edificio para Dele- 
gación de nuestro Centro, 

Socios en 30 de Diciembre de 1906: 25,004. Delegaciones, 33. Enfermas asis- 
tidos en la Quinta, 12,621. Fallecimientos, 141. Embarques, 78.. 





PRESIDENCIA DE D. JUAN BANCES CONDE 
* ni 

ANO 1907. 

Propaganda. —Agasajos al Presidente en Asturias. — Actos caritativos 

D I SI I NCí ONE S . — ir” LOC ü E^NTE BAL AN CE . 


STAMOS ya en el primer año ajustado al oficial que, afortunadamente, es 
otro de bonanza, de una prosperidad asombrosa y de una exterior ilación de 
ío que representa el Centro Asturiano como no se presumiera: mu Itipl {canse 
ios medios de propaganda, folletos gráficos y artículos periodísticos, preferentemente, 
y la labor de los asturianos de Cuba va abriendo en España, a modo de reja 
de arado, surcos profundos de admiración y orgullo racial por su contenido ideo- 
lógico que hace realidad el generoso apostolado “uno para todos y todos para uno" 
de la moderna sociología Pudiéramos recoj er aquí algunos de estos fervoro- 
sos comentarios; pero la necesidad de sintetizar sólo consiente esta leve apostilla a 
hechos que avaloraron nuestro prestigio, como el viaje del presidente Sr. Bances Conde, 
a la tierra natal, efectuado en las postrimerías del verano. Agasajos ele de manera inu- 
sitada, disputándose los principales pueblos de la provincia la satisfacción de obsequiar- 
le, y en Oviedo fueron a recibirle, entre otras personalidades, el gobernador civil y el 
alcaide; el rector de la Universidad, representaciones del Casino, Asociación de la Prensa, 
etc., etc., más numerosos amigos y admiradores. En Previa, cuna del Sr. Bances, el 
entusiasmo popular tuvo proporciones de apoteosis, organizándose festejos de tanto 
esplendor y rumbo que todavía se recuerdan con deleite y orgullo. 

No sólo se enaltecía y rodeaba de vítores al hijo insigne que regresaba de dila- 
tado viaje, sino al triunfador, ai éxito que en él descubrían, y sobre todo al Centro 
Asturiano en su persona, a las asturianos de Cuba y su nobilísima Institución, augusto 
templo en que además de amarse y honrar a España, se lucha contra el dolor del cuer- 
po y del espíritu, se difunde la instrucción y cultura y se mantiene latente el culto a las 
tradiciones patrias y a las costumbres de la inolvidable tierrina. 

He aquí la Directiva de 1907: Presidente, D. Juan Bances Conde, Vicepresi- 
dente primero, D. Maximino Fernández San feliz. Vicepresidente segundo, D. José 




9b 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Garrió Suárez. Tesorero. D, Segundo Aivarez García. Vocales natos, D Rafael Gar- 
cía Marqués, D. Ramón Pérez Rodríguez y D. Manuel A. García. 

Vocales, D. Manuel L lames, D. Eduardo Blanco, D. Casimiro Heres Palacio, 
D. Eduardo García, D. Joaquín Fernandez, D. José González Cobíán, D Enrique Pi- 
nera, D. Simón Solares, D. Amador Pérez García, D Segundo Hévía, D. Manuel Al- 
var ez del Rosal. D, Francisco López r presidente de la Sección de Instrucción; D. Santos 
García Miranda, D, Aniceto González, D. José Rodríguez Ace vedo, presidente de la 

Sección de Propaganda; D. Antonio F. González, presi- 
dente de la Sección de Intereses Materiales; 13. Ramón 
Fernández Llano, D Ramón López Fernández, D. José 
Fernández Fuentes, D. Florentino Miranda, D. Gabriel 
García Aivarez, D. Manuel San Martín Collado, don 
isidro Aivarez López, D. Ignacio García Fernández, 
D Enrique Abad del Cueto, D. Perfecto Cortina Casa- 
nova, D, Pedro González Méndez, D. Juan González 
Punían ega, D José Fernández López, presidente de la 
Sección de Asistencia Sanitaria; D. Vicente Fernández 
Ríaño, D. José Solía, D, Placido F. Cuervo, D. Darío 
Aivarez, D. Hilario Muníz Díaz, presidente de la Sección 
de Recreo y Adorno; D. Jesús Fernández Díaz, D. Cán- 
dido Arango García, D. Manuel Suárez García, D. Fran- 
cisco García Suárez, D. Ladislao M. Menéndez, D. Antonio 
Pérez Fernández, presidente de la Sección de Inmigración; 

D, Santiago A Gaztambide, D. Fernando Blanco, D r Juan 
García Lavandera, D. Francisco G. Rodríguez, D. Antonio 
Díaz Quiñones, D. Rogelio López Pérez y D. José 
González González. 

Principales detalles del año: se iniciaron en la Quinta 
tres importantes construcciones: pabellón para alienados 
y nerviosos; pabellón para tuberculosos y pabellón 
para infecciosos; se donó 500 pesos oro al Comité que 
erigirá un monumento al glorioso general español Vara del 
Rey, héroe de la Loma de San J uan (Santiago de Cuba) ; 
fue organizado un baile a beneficio de las víctimas de 
horrorosa inundación acaecida en Málaga, obteniéndose 
un resultado líquido de $764.57, oportunamente remi- 
tidos al alcalde de dicha ciudad andaluza, y se galardonó 
con el título de Presidente de Honor a D Rafael García Marqués, y con los de 
Socio de Honor a los notables escritores asturianos D. Lucio Suárez Solís y don 
Atan asió R i vero Azpíri. 



DON JOSE RODRIGUEZ 
ACE VED O r PRESIDENTE 
DE LA SECCION DE PRO- 
PAGANDA 



DON ATANAS IO RIVERO* 

eminente literato, 

SOCIO DE HONOR 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


97 


Terminemos con un ligero resumen, demostrativo del auge que adquirió la So- 
ciedad en este qerfodo anual: 

Socios en Diciembre de 1906: 25,004, En igual mes de 1907: 27,881. Aumento, 2,877. 

Capital en Diciembre de 1906: $910,050.88. Capital en Diciembre de 1907: 
$994,058.18. Aumento, $84,007.30. 

Enfermos asistidos en el Sanatorio, 9,908. Fallecimientos, 11. Embarques, 33. 






PRESIDENCIA DE D. JUAN BANCES CONDE 

IV. 

AÑO 1908. 

Visita de la corbeta "Nautilus" — Tercer Centenario de la Universidad Ovetense 
Inauguración de los pabellones ' Benito Celorio 1 ', José García" 
y "Juan Bances Conde". — Delicados motivos para que el Centro 

ABRA SU CASA Y MUESTRE SU INCOMPARABLE QülNTA. 


ANDO el 24 de Junio— fecha inolvidable en los fastos hispano-cubanos — llego 
a la Habana la "Mautílus", nuestro Centro no fue de los más parcos, antes 
a! contrario, en asociarse a los regocijos oficiales y populares que señalaron 
la presencia del primer buque de guerra español después de instaurada la República 
de Cuba. Dispuso un baile de sala en honor de la oficialidad, y la Sección de 
Instrucción, con los alumnos de ambos sexos de las Escuelas, sus profesores, más 
numerosos asociados y una banda de música, fue procesional mente desde el domicilio 
social hasta e! lugar de la bahía donde estaba fondeada la nave hispana, para hacerle 
entrega a su Comandante de precioso álbum, aforrado en piel de Rusia, con canto- 
neras y placa de plata en que se leía patriótica dedicatoria, conteniendo 60 vistas de la 
Covadonga y de los salones de !a Sociedad. Con estos bellos pretextos, se cruzaron 
fogosos discursos congratulatorios, y nuestra colonia destacó su sereno y hondo amor 
a la patria y su culto a la bandera. 

Los marinos españoles estuvieron en el Sanatorio, elogiándolo sinceramente 
entusiasmados. 

Otra nota de subido patriotismo y de gran significación espiritual, la dimos en 
ocasión de velada lírico-dramática— 13 de Agosto: teatro Nacional — -dispuesta a fin 
de arbitrar recursos destinados al esplendor de las solemnidades organizadas por la 
Universidad de Oviedo en la fecha de su tercer centenario. Aquella fiesta de tan egre- 
gia prosapia elevó considerablemente a nuestra colonia en el concepto público, demos- 




100 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


trándose que la riqueza material de la misma se concillaba con un aristocrático sentido 
de la cultura. La suma recaudada. $1,000 00, mereció una expresiva carta de gracias 
del Claustro de Profesores y Rector del glorioso Centro docente, D. Fermín Candía 
Secades, a quien se nombrara en aquellos días Presidente de Honor de la Sección de 
Instrucción y Socio de Mérito de nuestro Centro, distinción que él hubo de estimar 
ext raord i nar iam ente. 

En dichas solemnidades centenarias estuvimos representados por el ilustre re- 
publico, hijo de Cuba, tan ligado a Asturias y en tan íntimo contacto con nosotros. 
D. Rafael María de Labra. 



La inauguración en una misma fecha— 13 de Sep- 
tiembre— de les pabellones Ll jo$é García'', "Juan Bances 
Conde y Benito Celarlo",' — tres opulentos palacios 
consagrados a la medicina, con el sumum de comodida- 
des y exigencias de la más escrupulosa profilaxis— dieron 
pretexto a unas horas de regocijo, invadiendo los jardines 
de Sanatorio enorme publico, asturiano en su totalidad 
y satisfecho justamente de la belleza de su "Covadonga T 
y de sus rápidos y definitivos adelantos. 

Cerremos estas notas exhumando acuerdo propio 
de este período tan propicio a goces espirituales: 


DON PLACIDO F. CUER- 
VO. PRESIDENTE DE LA 
SEO . DE I N S TRUCO IO N 


"Se destinan $300 00 para premiar el mejor cuento 
o crónica escrito en estilo cervantesco, con motivo de los 
Juegos Florales que organiza el 'Diario de la Marina 


en conmemoración del cuarto centenario de la publicación del Quijote". 


Junta Directiva: Presidente, D. Juan Bances Conde, Vicepresidente primero, 
D. Maximino Fernández Sanfeliz. Vicepresidente segundo, D. Antero González Prieto. 
Tesorero, D. Segundo Alvarez García. 

Sección de Propaganda, Presidente, D. Manuel Cuétara Rodríguez. Vicepre- 
sidente, D. Aniceto González. Vocales, D. Antonio Fernández González, D. Enrique 
Abad del Cueto, D Juan García Lavandera y D. Ramón Alvarez Tamargo. 

Sección de Instrucción Presidente, D. Plácido Fernández Cuervo. Vicepresi- 
dente, D. Narciso González Rivera. 

Sección de inmigración. Presidente, D. Antonio Pérez Fernández. Vicepresi- 
dente, D Ignacio García. Vocales, D. José González González, D. José Suárez Arango, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


101 


D. Hilario Muñíz, D. Dionisio Fernández Castro : D Vicente Fernández Riano, D. Fran- 
cisco González Rodríguez. 

Sección de Asistencia Sanitaria, Presidente, D. José Inelán Galán. Vicepresi- 
dente. D. Rafael García Maribona. Vocales, D. Francisco Villaverde, D r José Fernán- 
dez Martínez, D. Severo Redondo Vega, D. Manuel García Fresno, D. José Venero 
Junco, D. Serafín Fernández, D. Darío Alvarez, don 
Manuel García Fresno, D. Cándido A rango, D. Jesús 
González García, D Faustino González López, don 
Manuel Sánchez Carvajal, D. Pedro González, D. Per- 
fecto Cortina, D. Antonio Díaz, D José Solís, don 
Saturnino Alvarez Blanco, D. Francisco García Suárez ; 

D. Manuel Suárez García y D. Manuel P. Pérez. 

Comisión de Intereses Materiales, Presidente, don 
Manuel San Martín. V ice-presidente, D. José Menén- 
dez Menéndez, Vocales, D. Manuel Frera, D. Sergio 
González, D. Florentino Miranda, D> Fernando Blanco, 

D. Santiago A. Gaztamhide, D. isidro Alvarez y D. José 
Antonio Díaz. 

Lnfermos asistidos en la Quinta: 8,839. Fallecidos, 116. Embarcados, 101. 

Niños matriculados en las clases diurnas, 103.. Niñas matriculadas en las mismas 
clases, 75, 

Varones asistentes a las clases nocturnas, 478, 

Clases de Corte, Confección y Labores, más Solfeo y Piano; alumnas, 160. 



DOX MANUEL SAN MAR- 
TIN COLLADO, PRESI- 
DENTE DE LA S. DE IN- 
TERESES MATERIALES 




PRESIDENCIA DE D. MAXIMINO FERNANDEZ SANFELIZ 


I 

ANO 1909. 


Donativos, — Preparando la recepción al Dr, Altámira— El 2 de Mayo fiesta 

OFICIAL DEL CENTRO. — RENUNCIA DEL DIRECTOR DE LA CüVADONGA. 




Nuevos pabellones —Se aconseja la fundación de la Caja de Ahorros, 


A presidencia de 
D. Maximino 
Fernández San- 
feliz, tiene precedente de 
briosa lucha electoral, 
notable porque la colonia 
se fraccionó en dos gran- 
des grupos animados de 
idéntico ardor y con igua- 
les ansias de vencer. Por 
este excepción a lísimo en- 
tusiasmo, que condujo 
a algunos a provocar 
disturbios en el instante 
de la votación, fue pre- 
ciso suspender las eleccio- 
nes anunciadas para el 6 
de Diciembre de 1908, 
celebrándolas, al cabo, 
dentro de mayor calma 
el 20 del mismo mes y en 
medio de insólita ani- 
mación y pintoresca 
behetría, con cientos de 
automóviles y coches em- 
banderados conduciendo 


DON MAXIMINO FERNANDEZ SANFELIZ, PRESIDENTE 

gener al 


104 


EL UBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


votantes, inflamadas arengas, vibrantes panfletos y trenes excursionistas para volcar 
sobre la Habana los electores de las Delegaciones de provincias. Se trataba de dos 
candidaturas igualmente selectas, figurando en la que no obtuvo el triunfo el cuito 
abogado D. Ramón Fernández Llano, para presidente y vicepresidente primero el 
opulento industrial D. Ramón Pérez Rodríguez, 

La parte de la Junta Directiva electa, pues sólo se pudo elegir la mitad, a vir- 
tud de reformas introducidas en el Reglamento, tomó posesión el primer domingo de 
bnero de 1909, cruzándose discursos de cariñosa bienvenida y salutación entre el Pre- 
sidente que cesaba Sr. Bances Conde, y el que le sustituía. Sr. Fernández Sanfeliz 
Quedó asi formada la junta, con sus respectivas secciones; 

Presidente, D. Max imino Fernández 
Sanfeliz. Vicepresidente primero, don 
José Inclán Galán. Vicepresidente se- 
gundo, D. Florentino Miranda Fernán- 
dez* Tesorero, D. Ramón López Fer- 
nández. 

Comisión de Intereses Materiales. 
Presidente, D. Casimiro Heres Palacio. 
Vicepresidente D. Celestino Fernández 
Gómez. Vocales, D Be! armino Alvarez 
Suárez : D, Eustaquio Alonso Forcé! ledo, 
D. Manuel Frera Víctor ero, D jesús 
González García, D. Manuel García Tu- 
ñon, D, Víctor Echevarría García y don 
José Antonio Díaz González. 

Sección de Asistencia Sanitaria. Pre- 
sidente, D. Rafael García Mandona. Vice- 
presidente, D. Eduardo González Bobes. 
Vocales, D. Ramón López Fernández, 
D. Manuel P. Pérez, D. José Garrió 
Suárez, D. Serafín Fernández, D. José M. 
Fernández y González. D. Ramón Alvarez 
Tamargo, D José Venero Junco, don 
Hilario Muñíz Díaz, D. Fulgencio Díaz Díaz, D. Juan Portal Alvarez, D. Belarmino 
López Blanco, D. Celestino Menéndez García, D. Benigno Sánchez López, D. José 
Antonio Ta hordas. D. Corsíno Campa, D Adolfo Hévía Cañedo, D. Manuel No reña 
Reguera, D, Francisco López Menéndez. D. Fernando Lobeto Miguel y D. Maxi- 
miliano Isoba. 

Sección de instrucción Presidente, D. Narciso González Rivera Vicepresi- 
dente, D, Celestino Arguelles Fernández 



DON RAMON LOPEZ FERNANDEZ, 
TESORERO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


m 


Sección de Propaganda, P res id ente, D. Facundo García González. Vicepresi- 
dente, D. Adolfo Díaz Díaz, Vocales, D. Darío Alvarez, D. José Blanco Fernández, 
D. Juan Alvarez García, D. Rafael Menéndez García y D. Saturnino Alvarez Blanco, 

Sección de Inmigración. Presidente, D. Antonio Pérez Fernández. Vicepresi- 
dente, D. Francisco Villaverde Garc a. Vocales, D. José Menéndez Menéndez, D, Ma- 
nuel Cuétara Rodríguez, D. Aniceto González Sánchez, D. Plácido Fernández Cuervo, 
D. José González González y D. Manuel Noval González, 


Se prodigaron durante el año los socorros: $200 a las familias de los reservistas 
que luchan en el Rif, además de abrirse una suscripción; $250 a los deudos de unos 
pescadores de Tazones ahogados en faenas de su oficio; $500 en localidades de una 
fiesta teatral que, para auxilio de los damnificados en terremotos ocurridos en Calabria, 
organizó la Colonia Italiana; y $1,000 a las víctimas de un ciclón en Pinar del Río. 



DON RAFAEL GARCIA MA- 
RI ROÑA, PRESIDENTE DE 
LA SEO. DE ASISTENCIA 
SANITARIA 


Dase otro nuevo toque al problema de la admisión 
de mujeres como asociadas. Los 5 res. González Bobes^ 
Gima Cabal y otros, interesan de la Directiva un acuerdo 
en firme y ésta pasa la instancia a informe de la Sección 
de Asistencia Sanitaria. 


Se anuncia la llegada del profesor D. Rafael Alta- 
mira, representante de la Universidad de Oviedo, en 
viaje de aproximación h i sp ano-americana, y D. Maxi- 
mino Fernández y González, ante este agradable acon- 
tecimiento, excita a sus compañeros de Junta Directiva 
a fin de que se le reciba con el cariño y entusiasmo que 
demandan la espiritualidad del propósito, la alta prosapia 


intelectual del visitante y la representación que ostenta. Y así se decide, eligiéndose 


a los Sres. Bances Conde y García Marqués para que dispongan cuanto juzguen 
menester a un digno recibimiento. 


A solicitud de D. Eduardo G* Bobes es declarado día de fiesta del Centro Astu- 
riano el 2 de Mayo, por ser ésta la fecha de su fundación — -2 de Mayo de 1886 — con- 
memorándose con una velada teatral en honor de los socios fundadores, suspensión de 
las clases y asueto a ios empleados de Secretaría. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En la Covadonga se registran extraordinarios acontecimientos: Dimite el 

ilustre Director Dr Bango, por todos querido y respetado, y le sustituye el Dr Agus- 
tín de Varona — 13 de Julio— pasando a la vez, a la subdirección el notable cirujano 
Dr. Fresno. Se adjudica la construcción de un magno pabellón- — $58,595.0 — al arqui- 
tecto D José Ricardo Martínez. Es proyectado otro para dedicarlo a Laboratorios 
y Departamento de Rayos X. Estudiase la instalación de un gabinete dental dentro 
del Sanatorio. Confíase al escultor D, Restituto del Canto el modelado de una estatua 
que habrá de levantarse en lo más céntrico de la Quinta, rodeada de flores y arbustos, al 

inolvidable D. Manuel Valle. 

Ocupa el puesto de adminis- 
' J| trador D. Rafael Joglar e ingre- 

\ g V san como Médicos de visita 

¡ Ortega, D. Antonio Díaz Al- ¡ 

óertirií y D. Joaquín Diago, 9 
más el oftalmólogo D. Pedro 

Y al insigne D. Manuel ^ ^ 

V. Bango, que tanto hizo por ‘ Jf^ 

elevar la Quinta Covadonoa. 

DR. DON AGUSTIN DE . DR. DON JOSE FRESNO, 

varona, director del a cu vos albores asistió consa- subdirector del sa^ 





PRESIDENCIA DE D. MAXIMINO FERNANDEZ SANFELIZ 

II 

AÑO 1910. 

Llegada de D. Rafael Altamira— Agasajos— Bendición del pabellón "M. F_ 
Sanfeliz" — Las Bodas de Plata del Centro. — Estadística. 

OMIENZA este ejercicio en caima absoluta, pues la renovación de la mitad 
de la junta Directiva- — 5 de Diciembre de 1909— se hizo sin lucha, por una- 
W nimidad, acaso porque sólo correspondía elegir un Vicepresidente segundo, 
cargo éste secundario, y 25 Vocales, o quizá por haberse agotado las fuerzas comba- 
tivas en los comicios del año anterior. El caso es que no hubo sino mero formulismo 
en cuanto a la elección. 

La Junta de Gobierno, fraccionada en Secciones, estaba compuesta de este modo: 
Presidente General, D, Maximino Fernández Sanfeliz, Primer Vicepresidente, D. José 
Incián Galán. Segundo Vicepresidente, D. Florentino Miranda Fernández. Tesorero, 
D. Ramón López Fernández. 

Comisión de Intereses Materiales. Presidente, D. Casimiro Heres Palacio. Vice- 
presidente, D. Celestino Fernández Gómez, Vocales, D. José Fernández López, don 
Leandro Valdés Alvarez, D. Celestino Fernández Reguera, D, Corsino Campa Blanco, 
D. José Alvaré Gutiérrez, D. José Solís García y D. Celestino Arguelles Fernández. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, D. Eduardo González Bobes. Vice- 
presidente, D. Manuel San Martín Collado. Vocales, D. Ramón López Fernández, 
D. José García Fernández, D. José Fernández Fuentes, D, Rafael Fernández Marinas, 
D Isidro Al varec López, D. Cirilo Alvarez, D, Maximiliano Isoba Prado, D. Jenaro 
Ace vedo Solares, D. Juan Alvarez García, D. Maximino Fernández González, D. fosé 
Garrió Suárez, D. Eustaquio Alonso Forcelledo, D. Víctor Echevarría García, don 
Antonio Díaz Quiñones, D. Fernando Lobero Miguel, D Fulgencio Díaz Díaz, D. José 
María Fernández, D. Belarmino López Blanco, D. Adolfo Hévia Cañedo y D. Fran- 
cisco López Menéndez. 




108 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Instrucción* Presidente, D. Dionisio Peón Cuesta. Vicepresidente, 
D. Bel armiño Gómez Cuesta. 

Sección de Recreo y Adorno. Presidente, D. Hilario Muñíz Díaz. Vicepresi- 
dente, D. José Cueto. 

Sección de Propaganda. Presidente, D. Luis R. Rodríguez* Vicepresidente, 
D. José Blanco Fernández. Vocales, D. Narciso González Rivera, D. Benigno Sánchez 
López, D, Angel Préstamo, D Francisco L. López y D. Fructuoso González We$. 

Sección de Inmigración. Presidente, D. Antonio Pérez Fernández* Vicepresi- 
dente, D, Manuel Noreña Reguera. Vocales, D f José Fernández Martínez, D. Juan 
Portal Alvarez, D. Gaspar Tárano Lobo, D. José Pérez Reguera, D* Celestino Menén- 


Dos hechos merecen ser extractados del conjunto de 
este año: la visita del profesor español D. Rafael Alta- 
mira, con los festejos a que díó lugar su estada en la Ha- 
bana, y la inauguración del "Maximino F. Sanfeliz el 
más original, bello y fastuoso de los edificios destinados 
a albergar enfermos, auténtico modelo por la amplitud 
de sus habitaciones, la perfecta aireación de éstas y los 
espaciosos corredores que le circundan. 

El Sr. Alt amira, representante de la Universidad de 
Oviedo y uno de sus catedráticos, tuvo una acogida 
realmente excepcional por lo afectuosa y entusiasta, 
cooperando con unánime voluntad y espontáneos deseos 
cubanos y españoles en hacerle grata su estancia. Nues- 
rendirle pleitesía, como aconsejara oportunamente don 
Maximino Fernández y González, y lo consiguió en forma espléndida y enaltecedora. 
Entre los varios actos que organizamos en su obsequio, refirámonos por su contenido 
tan en consonancia con la significación del insigne huésped, a la velada — 9 de Marzo— 
en los salones de la Sociedad, fiesta que fué durante largo tiempo incentivo a comen- 
tarios honrosos por su cultura, magnificencia y número de espectadores. Aquella 
memorable noche ascendió a las más altas cimas de la elocuencia el nunca bastante 
ponderado cabranense D. Dionisio Peón Cuesta, en quien las palabras eran suave, 
deleitoso fluir de bellezas y de profundos conceptos; también hubo de distinguirse con 
otro discurso, magnífico de forma y fondo, el representante de la Cámara Cubana, 
licenciado en leyes, D. Manuel Fernández Guevara, y por ultimo, puso una nota de 
humorismo astur, agridulce y añorante de la lejana patria, el notable actor grádense 
D. Regino López, que figura entre nuestros iniciadores. D. Rafael Altamira, emocionado 
y agradecido por tan inequívocas señales de admiración y cariño, bordó enternecedoras 


dez y D. José A. Taborcias. 



DON HILARIO MimiS 
DIAZ. PRESIDENTE DE 
LA SBC, DE RECREO Y 
ADORNO 

tro Centro quiso asimismo 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


109 


loanzas de Oviedo y sus hombres, recordando al maestro "Clarín", a Posada, a 
Candía, a Ochoa, a cuantos le hicieron querer, sin aún conocerla, a la capital de 
Asturias, y a todo lo que después de conocerla le invita a amarla como la ama, 
con idolatría de hijo, con infinito, inextinguible apasionamiento* Cálidas ovaciones 
subrayaban cada uno de sus inspirados párrafos, y al final rindiósele inenarrable ova- 
ción expresiva de cómo había sabido llegar hasta lo más íntimo de sus oyentes, durando 
los aplausos varios minutos* 


Cuatro días después, el 13 de Marzo, tenía lugar en el Sanatorio la inauguración 
del que, sin hipérbole, puede calificarse de regio pabellón "Maximino F. Sanfeliz", 
emplazado en el lugar que ocupara el "Buenos Aires", una de las construcciones ar- 
quetipo de los primeros años. 


Frígido un altar en el vasto patio central, allí se dijo 
solemne misa, pronunciando notabilísimo sermón, digno 
de su fama de orador y publicista, el preclaro agustino 
Padre Graciano Martínez, hijo de Pola de Laviana. Apa- 
drinaron el acto la distinguida esposa del presidente del 
Centro, doña María Pa rajón de Fernández y el sabio 
profesor D* Rafael Altamira 

La concurrencia fué, en verdad, excepcional, presen- 
tando la "Covadonga" magnífico aspecto y siendo motivo 
de sinceros elogios por cuantos aún no conocían aquellos 
edénicos parajes, entre cuyas rosaledas se levantan enja- 
belgados pabellones protegidos por tupido arbolado que 
tamiza la luz r dándole suaves tonalidades de crepúsculo, 
y contribuye a embalsamar la brisa 


Además de estas ceremonias de tanta trascendencia, tuvieron efecto otras fiestas 
no menos fastuosas, como la escolar en memoria del insigne Jovellanos—9 de Fnero— y 
la conmemoración del 2 de Mayo homenaje a los socios fundadores, ambas en conso- 
nancia con las tradiciones artísticas y culturales de nuestra institución* 



D* ANTONIO FBRE2 FER- 
NANDEZ, PRESIDENTE 
DE LA SEO, DE INMI- 
GRACION Y SOCIO DE 
MERITO 


Nada se echó en olvido, según se verá por este rápido compendio: Próximo el 
25 aniversario de la fundación del Gen tro^sus bodas de plata — acordóse conmemorarlo 
suntuosamente, convocando a un Certamen literario y disponiendo la redacción de la 
Historia social en aquel primer cuarto de siglo, a fin de componer un volumen, con- 
fiando este delicado trabajo al socio fundador y eminente periodista D. José González 
Aguirre, auxiliado por D. Aveiino Santa Clara. Se decide crear la Delegación de Gijón: 
27 de Noviembre. Hácese socio de Mérito a D. Antonio Pérez Fernández, por sus te- 



no 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


soñeras gestiones como particular y a título de presidente de la Sección de Inmigración, 
a fin de que al Muse! se le declare puerto de escala regular trasatlántica. Se subasta 
la construcción del pabellón de Radioterapia y Laboratorio, adjudicándose en $40, 500.00; 
se decide reedificar el denominado “García Marqués” y ampliar el de enfermedades 
mentales * "Benito CelorioT En Abril pasa a ocupar la presidencia general, por haber 
salido en viaje de veraneo a España el Sr. Fernández San feliz, el primer vicepresidente 
D. José Inclán Galán, 

Socios al cerrar el año: 29,680. Asistidos en la Quinta, 8,000. Fallecidos, 99. 
Embarcados, 76. 

Total de matrículas en las clases diurnas y nocturnas: 2,984. 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


QUINTA COVADONGA: AVENIDA DE JO YELDAN O g r QUE DA ACCESO AL SANATORIO. 
AL FONDO, EL EDIFICIO DE LA ADMINISTRACION 






OLOTON 7 




CAPITULO IV 

PRESIDENCIA DE D, JOSE INCLAN GALAN 

LAS BODAS DE PLATA. — ANO 1911 


Juegos florales — ‘Veladas — D. Luis R, Rodríguez — -Descubrimiento de la estatua 
de D . Man ue l Valle . — -N u e vos p ab e l lon es. — Gen tena r i o de j ove ll a nos 
Nuestra representación en las fiestas del Instituto Gijones 
¿Sanatorio modelo anti -tuberculoso 7 . — Admisión de asociadas 



RIBA a la 
mayoría de 
edad nuestro 


Centro, entra en sus Bo- 
das de Plata con la vida 
que es en él torrente de 
generosidades, ímpetu de 
juventud fecunda y lo- 
zana, señorío y esplen- 
didez, fresco y sonoro reír 
de mocedad fuerte y ro- 
tunda desbordante en 
expresiones de alborozo. 
Veinticinco años más vi- 
gorosos y serenos, más 
ponderados y robustos, 
no se han visto. Nació 
de un gesto romántico, 
hidalgo y bienhechor ; 
pusiéronle espinas en el 
camino que obstaculiza- 
ran sus noveles pasos, 
mas supo esquivarlas y 
seguir, seguir siempre 
tras de la lucecita que 



DON JOSE JNOLAN GALAN, PRESIDENTE GENERAL 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


DON MARTIN DE L 
TORNO. VICESE- 
CRETARIO DEL C. 
ASTURIANO, DIS- 
TINGUIDO ditera 
TO PREMIADO en 
NUESTROS J LIE- 
GOS FLORALES 


A fin de solemnizar debidamente este primer cuarto de siglo, dispusiéronse muy 
delicados y suntuosos festejos, sobresaliendo unos juegos Florales, torneo de la inte- 
ligencia y de ía sabiduría que por su significación de alto valor cultural, diónos honra 
legítima y merecida. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


115 


No es ocioso recordar el nombre de los triunfadores en esta bella justa cuyo ju- 
rado, docto e imparcial, lo formaron don Julián G, Grbón, prosista meritísirno, actual- 
mente en Aviles, su lugar de nacimiento, donde desenvuelve imponderable patriótica 
labor de prensa; D, Manuel María Víllaverde, escritor cubano de hidalga familia villa- 
vi ci os in a, personalidad eminente del periodismo habanero, y nuestro D, Dionisio Peón 
Cuesta, el insigne tribuno de verbo elegante y armonioso, cuyo recuerdo perdurará 
a través de los años. 

Los premios fueron distribuidos así: 

El de obras teatrales, primero y segundo respectivamente, a D. Víctor Bilbao 
Rodríguez y D, Martín del Torno y Aparicio. 

El de cuentos, a D. Atanasio Rivero y D t Manuel Aivarez Marrón, primero y 
segundo, asimismo respectivamente. Y el de poesía a D. Alfredo Alonso y D. Emilio 
Martínez, de igual modo. 

A excepción del señor Bilbao, los escritores laureados son 
asturianos, residiendo en la Habana todos, menos D. Alfredo 
Alonso, que e$ vecino de Gijón. Por cierto que D. Martín del 
Torno, literato de castizo estilo y sólido bagaje intelectual, ocupa 
actualmente el cargo de Vicesecretario del Centro Asturiano, 
en cuya Secretaría también figura como funcionario de grandes 
méritos D. Emilio Martínez, ilustre poeta, fluido y armonioso, 
que a la vez que engarza delicados conceptos emociona por la 
profundidad de sus ideas. Los dos son autores de volúmenes 
que confirman ampliamente su alto rango literario. 

Los señores Aivarez Marrón (don Manuel) y Rivero (don 
Atanasio), gozan de antiguo prestigio, el primero como satírico y 
costumbrista, acaso el de más lectores en español, por la 
sobriedad y justeza de las escenas que retrata, generalmente de carácter asturiano, 
y el segundo como estilista de chispeante ingenio, mordaz y donairoso, cuyo dominio 
de la lengua vernácula le ha colocado en puesto de honor entre los cervantistas. 
Ambos han enriquecido las bibliotecas con libros muy leídos y alabados por la crítica 
nacional y de otros países. 

La entrega ele los galardones a que cada uno se hizo acreedor, más la circuns- 
tancia de solemnizarse el 25 aniversario de la fundación, constituyó un dos de Mayo 
realmente solemne y memorable en los fastos sociales, celebrándose brillantísima velada 
en la que se dejaron oír nuestros principales oradores. , 

Hubo igualmente otros festejos, entre éstos un banquete popular, y un baile; 
sesión magna de la Junta General para entregar a los socios fundadores una medalla 
de oro y un diploma de honor en premio a su constancia; descubrimiento de la estatua 



DON MANUEL AL- 
CA REZ MARRON. 
NUESTRO MAXI- 
MO ESCRITOR COS- 
TUMBRISTA 



116 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


de D. Manuel Valle e inauguración del pabellón de Radiología, además de aparecer 
iluminada durante los ocho días de fiesta i a fachada del edificio y de haberse distri- 
buido cuantiosa suma entre varios asilos benéficos de la Habana y de Oviedo, 

La iniciativa de tan memorables actos corresponde al que entonces era presidente 
de la Sección de Propaganda, D, Luís R. Rodríguez. Y al citar a este consocio, es ati- 
nado que subrayemos su verdadera personalidad societaria, extraordinariamente vigorosa 
Si la presente recopilación histórica no tuviera que ser asaz breve, ei nombre del señor 
Rodríguez y Rodríguez habría de. figurar, a buen seguro, en cada página a partir de 
los primeros años de vida de la Sociedad; pero necesitamos comprimirnos, lo que no 
nos consiente seguirle a través de su intensa labor, que englobaremos en estas líneas 
como homenaje a sus singulares aptitudes, méritos y servicios prestados al Centro 
Asturiano. 

Hombre dinámico, cordial, sencillo y entusiasta, con 
entusiasmo que ni entibian ingratitudes ni amenguan 
injusticias, viene actuando y destacándose desde que niño 
aun, arribó a Cuba, Jamás regateó su concurso, jamás 
eludió su esfuerzo, posponiendo los negocios privados, 
personales, a las conveniencias de la Asociación, 

Las principales iniciativas desde aquella fecha lejana 
de su ingreso en las filas sociales, se deben exclusivamente 
a él o él las ha amparado con su autoridad y con su 
palabra, que acierta a alcanzar períodos inspirados y 
elocuentes. Es un orador analítico, metódico, razonable, 
don luis r. rodríguez, aunque a veces, cuando obedece impulsos de su corazón 

y de su culto a la justicia, llega a la vehemencia, mas sin 
mérito daño ¿de su delicadeza de expresión ni de sus ideas y 

menos de su espíritu apacible y conciliador, en todo instante ponderado y ecuánime. 
Posee también, completo conocimiento del mecanismo de la Sociedad, resultando 
imprescindible consultor en cuantos problemas de alguna gravedad suden presentarse. 
Por todos estimado y querido, unánimemente reconocidas sus cualidades: impecable 
honorabilidad pública y privada; talento nada común; ilustración; juicio sereno y 
lúcido; des apasionamiento y espíritu laborioso e infatigable, D. Luis R. Rodríguez 
merece y merecerá, lo mismo ayer que hoy, igual hoy que mañana, cí respeto y la 
gratitud, sin reservas ni mojigaterías, de nuestra colonia, pues que nos honra, enaltece 
y es a modo de espécimen en que debemos inspirar nuestros actos* 

En las fiestas a que hicimos mención — reanudado el motivo descriptivo— pro- 
nunciaron elocuentes discursos D, Rafael G* Marqués, D* José Inclán, D. Ramón Fer- 
nández Llano, D. Juan Bances Conde, D. Dionisio Peón, D. José María Villaverde, 
D. Maximino Fernández y González, D. Eduardo G. Bobes, D. José González Aguirre, 
D* José F, Fuente, D P Jesús Fernández y otros preeminentes paisanos, Y en el acto 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


117 


inaugural del pabellón de Rayos X — a! que se puso el nombre del Presidente Sr. Inclán- — 
lo mismo que en el de descubrir la estatua del Sr, Valle — ambos en un solo día y como 
parte de los números conmemorativos de las Bodas de Plata — hablaron algunos de los 
ya aludidos, amén del Director Honorario de la “Covadonga'" el sabio Dr. Bango, que 
compuso una loa fervorosa y conmovedora de la figura procer del gran benefactor de 
nuestro Centro. 

El monumento, como testimonio de cariño y veneración hacia el inolvidable 
filántropo, no deja de ser plausible. Fue erigido en la parte central del Sanatorio, frente 
a la Administración y dominando la majestuosa Avenida de J avellanos, en medio de 
lozanos jardines. Compónese su basamento de mármol blanco de Car rara, con un 
airoso grupo alegórico, rematado por la figura en tamaño natural, vaciada en bronce, 
del Sr. Valle. Ejecutó esta obra el escultor asturiano y coasociado D. Restituto del 
Canto* 

Tales fueron, a la ligera reseñadas, las afortunadísimas solemnidades con que 
nuestro Centro liego al veinticinco aniversario de su fundación y que por constituir 
algo excepcional ocuparon la atención de la sociedad y prensa habanera, nada parcas 
en ditirambos y calurosos elogios a la cultura que en días prevaleció, a su lujo y atuendo. 

No se detuvieron ahí las manifestaciones de espiritualidad 
de los nuestros en este año de 1911* Con motivo de solemni- 
zarse en Gijón, a iniciativa de su Instituto, el centenario del 
insigne polígrafo y estadista D* Gaspar Melchor de jovellanos, 
nos asociamos a los festejos celebrados, enviando, con nuestro 
concurso material, nuestra representación, que conferimos a 
dignísimos coasociados. Esta Comisión, en verdad lucida, pues 
intervino destacadamente en diversas ceremonias, estaba así for- 
mada: Presidente de Honor, D* Rafael María de Labra; Presi- 
dente efectivo, D, Ramón Pérez Rodríguez; Vicepresidente, 

D* Donato Argüelles; Secretario, D. Luis R. Rodríguez y 
Vocales, D, Juan Barrees Conde, D. Maximino Fernández San- 
ie! iz, D. Maximino Fernández y González, D, Valeriano Fernán- 
dez, D. Angel G* Posada y D. Emilio Alvargonzález. 

[..os señores Fernández y González (don Maximino), Rodríguez (don Luis R.) 
y Bances Conde (don Juan), viéronse obligados a hablar en diversos actos a nombre 
de nuestro Centro, haciéndolo con la discreción, talento y elocuencia que les caracte- 
riza, cualidades que ensalzan los cotidianos gíjoneses de aquella fecha, que tenemos 
a la vista al trazar estos apuntes y que del mismo modo condensa en cariñoso mensaje 
el entonces alcalde de Gijón D. Dionisio Velasco, al darnos las gracias por el concurso 
prestado al glorioso centenario. 



DON EMILIO MAR- 
TINEZ, NOTABILI- 
SIMO POETA 


lis 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Fué acaso, en una de estas solemnidades del Instituto, donde D. Maximino 
Fernández y González pronunció el más inspirado, grandilocuente de forma y fondo 
de sus discursos. Allí, ante la representación del SS. MM, ostentada por el Infante 
de Borbón y su serenísima consorte, ante el claustro de profesores y representaciones 
de los principales centros docentes de España y del Extranjero, ante la nobleza astu- 
riana y las autoridades de la provincia, ante aquel auditorio selectísimo, genuina expre- 
sión de cuanto vale y representa algo positivo en nuestra patria, alcanzó nuestro don 
Maximino, y con él todos los asturianos de Cuba, honrosísimo, enaltecedor triunfo. 


Las hermosas ideas por él vertidas — tiernas notas de un corazón humilde al verse, 
tras ausencia larga, de retorno a la patria—; los dulces conceptos conque vistió sus 
imágenes, y la ponderación y noble españolismo de sus pensamientos, causaron un 
efecto indescriptible entre sus oyentes que, suspensos y presos en el hechizo de las pa- 
labras del orador, no podían esperar que fuese de Cuba un tan alto y soberano tribuno. 



DON VICTOR BIL- 
BAO, LITERATO Y 
PERIODISTA D E 
A M P L I A CU LT U R A 


Al concluir estalló formidable ovación y cientos de personas 
se levantaron para estrecharle entre sus brazos. Y al siguiente 
día, 3 a prensa toda de España concedía al discurso del Si\ Fernán- 
dez y González preferente atención, dedicándole efusivos parabie- 
nes y saludando en éi al Centro Asturiano de la Habana, tan 
acertado en la elección de su representante. 

Año en verdad fructífero, en él vuelve a hablarse de dos 
proyectos nobilísimos, que están pidiendo corazones que les acoj an 
e inteligencias y voluntades que los traduzcan en hechos: el 
aislamiento de nuestros enfermos tuberculosos y pre tuberculosos 
en Sanatorio "ad hoc", con cuanto la moderna terapéutica 
aconseja, y la admisión de asociadas, asturianas o asturianas por 
adopción o consanguinidad* 


Resucitó el primer tema el Vicepresidente D. Ramón Fernández Llano — 20 de 
Enero — con moción en la que propuso "'se autorizase al Presidente General para cam- 
biar impresiones con los P res id entes de las demás Sociedades hermanas similares por 
si se puede realizar una obra común a los efectos de construir un Sanatorio fuera de la 
Habana, y en el caso de que dicha obra común no pueda realizarse, que pase el asunto 
a estudio de la Sección de Asistencia Sanitaria, a fin de resolver lo que proceda". 


Y el segundo punto— sesión de directiva de 23 de Mayo — lo plantearon D. Eduar- 
do González Bobes y otros señores, recabando "que a la mayor brevedad posible se 
construya en la Quinta Covadonga un pabellón para mujeres, admitiéndose a éstas 
en el Centro en la forma igual o parecida que el Reglamento establece para los varones, 
tres meses antes de inaugurarse el pabellón indicado". 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


119 


Se declara urgente y por unanimidad “se acuerda que la Sección de Propaganda, 
a la que se agregará una Comisión de la Sección de Asistencia Sanitaria, estudie el 
asunto y traiga a la Directiva las bases esenciales para llevarlo a cabo si se entiende 
que así procede”. 

Admirable. La Directiva, justo es consignarlo, no rehuyó el estudio de estos 
vitales y humanísimos asuntos, que ya constituían graves problemas, dignos de pro- 
funda y serena meditación. Más adelante veremos qué suerte corrieron ambas mo- 
ciones, y si ios datos, lamentablemente pobres e inconexos de que nos servimos para 
estos apuntes nos lo permiten, seranos explicado porqué a los 15 años de esa fecha aún 
siguen dichas aspiraciones, tan misericordiosas, tan altruistas y tan profundamente 
liberal la que se refiere a las mujeres, sin haber sido incorporadas a nuestra mutualidad. 

Durante el año se registró una sensible baja: la del socio fundador, que siempre 
se singularizó por su espíritu entusiasta, D, Rafael joglar Peláez, Sorprendióle la 
muerte ocupando el cargo de administrador de la Covadonga. 

Para reemplazarle en dicho puesto, fue designado, interi- 
namente, D. Manuel Suárez Prida, probo auxiliar de la Admi- 
nistración. — 17 de Abril. 

Las Secciones de Propaganda e Instrucción laboraron así 
como las restantes, con celo y éxito. La primera creó las 
Delegaciones de Victoria de las Tunas, Melena del Sur, San 
Nicolás, Los Arabas, Sancti Spíritus y Central “Francisco”, 

La segunda tuvo la satisfacción de organizar espléndida velada 
de reparto de premios, en la que ocupó la tribuna, pronun- 
ciando bellísimo discurso, D, Eduardo Dolz, prestigioso político 
cubano, y de que en la Exposición Nacional se concediese 
Medalla de Oro a los trabajos presentados por las alumnas de 
Labores y Confecciones, uno de los cuales, primoroso juego de 
sillería bordado, mostró deseos de adquirir la señora esposa del 
Presidente de la República, por lo que fue puesto a su disposición, delicadeza a la que 
correspondió tan alta dama donando $100.00 para distribuir entre las niñas que 
lo confeccionaron. 

Terminemos estos apuntes señalando que en la Quinta además de establecerse 
una Escuela de Enfermeros, de la que se esperan salgan profesionales competentes, se 
efectuó completa renovación del material de los gabinetes de oftalmía y laringología, 
dotándoseles de lo más moderno en las respectivas especialidades. 

La presidencia del Sr, Inclán (don José), resultó, por 3o reseñado, fecunda y va- 
riada y no diremos del todo plácida por cuanto el 12 de Mayo, extinguidas las lumina- 
rias y apagados los ecos de las Bodas de Plata, presentó su renuncia, disgustado por las 
acres censuras que, a su Intervención en. dichas fiestas, hizo el asociado, hábil polemis- 
ta y vibrante orador D. Enrique Cima. 



D. ALFREDO ALON- 
SO, L AIJREADO 
POETA ASTURIANO 


120 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El S r. I rielan estuvo alejado de sus tareas varios días accediendo a desempeñar 
nuevamente la presidencia tras visita que, cumpliendo deseos de la Junta de Gobierno, 
le hicieron ios señores Vicepresidente primero y segundo y algunos presidentes de 
Secciones. 

Aquí finaliza el año 1911, que, como advertirá el lector, dio mucho de sí, impere- 
cedero y trascendental. 

Datos estadísticos: Enfermos asistidos en el Sanatorio, 8,526. Operaciones 

quirúrgicas, 3,733. Análisis diversos, 6,380. Fórmulas despachadas por la Farmacia, 
328,954. Embarques, 69, — que importaron $ 3,501.48 oro y $ 3,540.00 plata— En- 
tierros, 149. Socios ai terminar el año, 32,006. 

Escuelas: Se matricularon en las clases diurnas, 197 niñas y 235 niños; en las 
especiales para señoritas, hubo 612 matrículas; en las nocturnas, de varones, 3,014. 

La Biblioteca fue visitada por 56,160 lectores, que dispusieron amén de muchos pe- 
riódicos cubanos, españoles y de otras naciones, de 2,877 volúmenes de positivo interés. 

Comisiones de glosa: Durante el año, actuaron las 
siguientes: D. Manuel A. Marrón, D. Vicente F. Ríaño, 
D. Víctor A. López, D. José Blanco Ibarra y D. Antonio 
Cas trillen. 

D. Eduardo G. Bebes, D, Manuel Arguelles, D* Fer- 
nando Arra nz de la Torre, D Bernardo Par dias y don 
Jesús Fernández. 

D. Juan Rodríguez, D, Antonio Guerra, D. Jesús 
Martínez, D. José Blanco Ibarra, D. Jesús Martínez y 
D, Francisco F, Moldes. 

D. Fernando Arranz de la Torre, D. José G. Prendes, 
D. José Fernández Ordóñez, D. Abelardo López y 
D, Bernardo Pardías. 

¡unta Directiva: Presidente, D, José Inclán Galán Vicepresidente primero, 

D. Ramón Fernández Llano Vicepresidente segundo, D. Florentino Miranda González. 

Vocales: D. Ramón López Fernández, D, Santos García Miranda, D, Casimiro 
Heres Palacio, D. José María Villa verde, D. Francisco García Suárez, D Gumersindo 
Camhlor Pérez, D. Celestino Fernández Gómez, D. Severo Redondo Vega, D. Darío 
Alvares Fernández, D. José Antonio García, D, Evaristo Palacios Fernández, D. Víc- 
tor Echevarría García, D. Manuel González Quiñones, D. Constantino de Diego Gon- 
zález, D. José Cosío Pa rajón, D. Manuel Llano labiado, D. Cándido A rango García, 
D. Manuel Suárez García, D. Pedro González Méndez, D. Manuel García Fresno, 
D, José Alvarez Alvarez, D. Manuel Noreña Reguera, D. Emilio Rivas Arena, don 



D ON DA RIO A LV AR E Z . 
PRESIDENTE DE LA S. 
DE PROPAGANDA 



EL LÍBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Aurelio González Castro, D Luis García Quintana, D José García Fernández, don 
Manuel San Martín del Collado, D. José Fernández López, D. José de Alvaré Gutiérrez, 
D. José Solís García, D. Leandro Va Id es Alvarez, D, Dionisio Peón Cuesta, D. Fruc- 
tuoso González Wes, D. José F, Fuente, D Francisco L. López, D. Cirilo Alvarez 
González, D, Corsino Campa Blanco, D. Rafael Fernández Marinas, D, Isidro Alvarez 
López, D. José Pérez Reguera, D. Gaspar de Tárano y Lobo, D, José Fernández Mar- 
tínez, D< Fernando Lobeto Miguel, D, José Antonio Taborcías. D. Celestino Fernández 
Reguera, D, Luís R, Rodríguez, L). José Cueto González, D. Angel Préstamo del Riego, 
D. Antonio Díaz Quiñones y D, Nicolás Menéndez A reces. 

Vocales natos: D. Rafael García Marqués, D. Manuel Antonio García, don 

Ramón Pérez Rodríguez, D. Juan Bances Conde, D, Maximino Fernández Sanfeliz. 

Sección de Propaganda: Presidente, D. Luis R. Rodríguez, durante ios seis 

primeros meses; luego hasta finalizar el año D. Darío Alvarez. Secretario, D. Jesús 
Morís Díaz. Vicesecretario, D. Segundo Pérez Hévia. 

Vocales: D. Francisco Escalera, D. Rafael Vega, D. Miguel López, D Gabriel 
Cofiño, D. Jesús Fernández Díaz, D. Manuel García Rosales, D. Rafael Fernández, 
D, Ramón R. Membiela, D, Ramón Quesada, D. Vicente Fernández Riaño, D, Jeróni- 
mo García, D. Manuel Prado, D. Alberto Rodríguez, D. Manuel Fernández Alvarez, 
D. Jacinto Torres, D. Manuel Arguelles, D. Francisco García Castro, D. Juan Gar- 
cía Méndez, D. Gregorio Fernández, D. Ramón Fernández, D. Ramón Robledo, don 
Manuel Cuétara, D. Laureano Ania, D. Adolfo Peón Redondo, D. Miguel Linares, 
D Celestino R. Rodríguez, D. Belarmino López Blanco, D, Belarmino Gómez, don 
Eduardo González Bobes, D Jenaro Ace ve do, D. José Garrió Suárez, D, Robus tiano 
Fernández, D. José Blanco Fernández, D, Antonio Pérez Fernández, D. Adolfo Hévia, 
D. Francisco López Menéndez, D. José María Fernández y D. Antonio Arango. 

Sección de Instrucción: Presidente, don José María Villaverde; Vicepresidente, 

D. Manuel Llano Tablado; See reta rio, D. Manuel María Villaverde; Vicesecretario, 
D. Juan Rivero; Bibliotecario, D. Fernando Arranz de la Torre. 

Vocales: D. Ceferino González Lorenzo, D. Benito Ceiorio. D. Joaquín Redon- 
do, D, Manuel Alvarez del Rosal, D. Víctor López, D. Manuel Alvarez Marrón, don 
Julián G. Orbón, D Bernardo Pardías, D, Manuel Arguelles, D. Gerardo García Ro- 
bés, D. Adolfo Peón, D. José Rodríguez Guanche, D. Alvaro Arguelles, D. Ramón 
Sánchez Alvarodíaz, D. Emilio Martínez. D. Francisco F. Moldes, D. Elias Quesada, 
D. José G randa Rivero, D. Luis Yarda, D. Isidoro Aladro, D. Vicente Fernández 
Riaño, D. Francisco García Castro, D. Francisco García Méndez, D Manuel Cuevas, 
D Jesús Fernández Díaz, D. José Valdés, D. Francisco Ortíz González, D. Eduardo 
García Fernández, D. Ramón Alvarez Lorenzana, D. Enrique Llano, D. Ramón In- 
ñesta, D Manuel Prado, D. Florentino Martínez Viilalba, D. Joaquín Mu n tal, don 
Andrés Mon Pérez y D. f Prudencio Alvarez 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


122 


Sección de Recreo y Adorno: Presidente, D. Francisco García Suárez; Vice- 

presidente, D. Cirilo Alvarez; Secretario, D. Enrique Cima Cabal; Vicesecretario, 
D. Antonio Castrillón. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, D. Dio- 

nisio Peón Cuesta; Vicepresidente, D. Gumersindo Cam- 
blor Vocales, D. Francisco L. López, D. Angel Prés- 
tamo, D. Manuel Suárez, D, Santos García Miranda, 
D. Isidro Alvarez, D. José de Alvaré, D. Fructuoso 
González Wes, D, Víctor Echevarría, D. José .Antonio 
García, D. Manuel García Fresno, D. Manuel Noreña, 
D. José Pérez Reguera y D, Cándido Arango. 

Sección de Inmigración: Presidente, D. Manuel 

González Quiñones. 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, don 

DON MANUEL GONGALEZ , ... , 

quiñones, presidente de D. José García Fernández; Vicepresidente, D. Celestino 

LA SBC. DE INMIGRACION p emández 




PRESIDENCIA DE D. MANUEL ANTONIO GARCIA 

AÑO 1912, 

Presidencia relámpago. — La Quinta Govadonga libre de hipotecas 

DOS NUEVOS GRANDES PABELLONES INCENDIO DEL CENTRO ASTURIANO DE TaMPA 

Se deniega la admisión d e mujeres. — -Junta Directiva. 


fmp 

jr KAN hombre 
este D. Manuel 
Antonio García: 
generoso, entusiasta, sen- 
cillo, asturiano en esencia 
y potencia ; valga el decir, 
pero con un espíritu de 
cristal y unos nervios 
asaz quebradizos, prestos 
a distendirse, Elegido 
por dos años y elegido 
entre unánimes adhesio- 
nes, pronto le vemos, a 
mediados de Junio de 
1912, en el primer semes- 
tre de sus funciones pre- 
sidenciales, solicitando 
unos meses de asueto. 
Es el subterfugio para 
irse y abandonar el car- 
go, que ya ie hace sufrir 
rabietas. Poco basta a 
su temperamento suscep- 
tible, profundamente 
delicado. Bajo aquella 
aparente rudeza exterior, 


Secciones. — Datos estadísticos 



DON MANUEL ANTONIO GARCIA, PRESIDENTE GENERAD 


124 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


hay un alma fina, aristocrática, que no se concilía con el batallar de entre bastidores 
ni los alfilerazos de la critica, y cuando, al cato, desoyendo súplicas, consigue la 
licencia pedida, prorroga ésta hasta Diciembre, en que definitivamente, seguido por 
el primer Vicepresidente D. José Al varé, hace renuncia del puesto. ¿Decepcionado de 
sus compañeros 1 ¿Quejoso de no hallar cordialidad y ayuda? A íe que no, pues 
todos le respetaban como amigo y como Presidente. Mas aquel carácter, pródigo en 
ternezas y efusiones, no acertaba a soportar contrariedades, por pequeñas que fueren, 
y menos atisbos de censura. Era la dignidad quintaesenciada. 



DON JOSE DE AL VARE. VICEPRESIDENTE 
PRIMERO 


Los socios lamentaron sinceramente 
tal decisión. Le conocían, aquilataran 
sus excepcionales cualidades y le dijeron 
adiós con infinito pesar. Y en sesión de 
la Directiva — 14 de Noviembre — un 
miembro de la misma, el inquieto don 
Enrique Cima, abriendo un amable pa- 
réntesis a su dialéctica incisiva y volte- 
riana, hizo fervoroso elogio del Sr. García 
(don Manuel A.), llevando al acta, con 
el consenso de sus compañeros, manifes- 
taciones de alto elogio para él y su labor 
presidencial, que reputó acertada y bri- 
llante, y recordando que en período de 
grave crisis, el Sr. García no tuvo incon- 
veniente en aceptar la Presidencia, que 
ocupó desde el 19 de Agosto a 27 de No- 
viembre de 1904 con visible éxito y 
fortuna. 

Sustituyó a D. Manuel A. García el 
primer Vicepresidente D. José de Alvaré, 
y a éstos dos, durante algún tiempo, el 
segundo Vicepresidente D. Francisco 
García Suárez. 


El que hubiere en tan breve tiempo esas mutaciones presidenciales, no parece 
haber afectado a la normal y venturosa marcha de la Sociedad. Esta siguió desenvol- 
viéndose con el brío y la firmeza que le eran peculiares, y así, pudo hacerse ia liquida- 
ción de la hipoteca que pesaba sobre el Sanatorio, ascendente a $64,677.35, extendida 
a favor de la Sra. doña María de la Concepción Heres y Palacio. jCon cuánto júbilo 
acogieron los asturianos esta noticia! Nos urgía sabernos propietarios absolutos de 
aquéllo, tender la vista por la vasta propiedad ágenos a temores, satisfechos de que 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


125 


no se conociesen otros posibles derechos allí que los nuestros, y al fin, lo conseguíamos, 
¡Ya la ’Govadonga" era absolutamente nuestra 1 Recordemos a D. Manuel Valle que 
nos trajo a estas grandezas. 

La Quinta, principal acicate de la labor social recibió en este tiempo poderoso 
impulso, introduciéndose en la misma importantes mejoras, [derruido el pabellón 
"Rafael García Marqués se construyó en e' propio lugar, pero abarcando triple su- 
perficie, uno amplio y so ido de aspecto señorial, bautizado con e) mismo ilustre nom- 
bre del anterior, adjudicándose su edificación a D. Francisco. Díaz Perry en la suma 
de $66,850.00. Y en 5 de Septiembre confióse al mencionado contratista el trabajo de 
levantar el de enfermedades infecciosas por la cantidad de $49,000.00. 

No se detuvieron ahí los progresos 
de la Covadonga: Comenzó a prestar 

servicios ei departamento de Rayos X, 
dirigido por el distinguido radiólogo doctor 
Domínguez Roldan, mejora de gran utili- 
dad que coloca nuestros servicios técni- 
cos en envidiable rango; y a fin de 
ampliar el frente de la Quinta por la 
Calzada del Cerro, se adquirieron en 
$5,000.00 oro español las casas números 
661 y 663, que ocupaban una superficie 
de 440-44 metros. 

En el orden administrativo de i a 
Casa de Salud hubo satisfacciones y con- 
trariedades. En sesión de la directiva de 
15 de Marzo se supo, con unánime com- 
placencia, que tras reiterados ruegos, 
aceptaba el puesto de Administrador don 
Maximino Fernández y González, cuyos 
antecedentes revestían aquel delicado 
cargo de idoneidad y rectitud, compla- 
cencia que se trocó en disgusto y sin- 
cero sentimiento cuando el 1. 4 de Noviem- 
bre, rendida la directiva ante la inutilidad de sus esfuerzos para hacerle desistir de la 
actitud que adoptara, tuvo que aceptar su renuncia, fundamentada en incompatibilidad 
de criterio y atribuciones entre él y la Junta de Gobierno. 



DON FRANCISCO GARCIA SUAREZ, 
VI CE P R ES I D E X T E SEG ü X D O 


126 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Como la dicha no suele ser completa, según el decir, mientras aquí nos afanába- 
mos por acrecentar las propiedades sociales y por redimir éstas de toda gabela, nuestro 
magnífico edificio de Tampa, ciudad norteamericana, era reducido a escombros por 
violento incendio. El siniestro dejó sin su casa, bella construcción que contribuía al 
ornato público, a aquellos entusiastas y laboriosos asturianos, y a pesar de hallarse 
asegurado el inmueble así como el moblaje, recibimos perjuicios en metálico superio- 
res a $40,000.00. 

Acaeció esto en junio y a principios de Septiembre autorizábamos a la Delega- 
ción para levantar un nuevo Centro, tan vasto y suntuoso, por lo menos, como el in- 
cendiado. Era preciso restañar la herida, y la restañábamos en gracia al crédito social 
y al espíritu animoso de aquellos buenos asociadas. 


Perdida en mar de inconvenientes y aplazamientos la moción del Sr. González 
Sobes, demandando acogida, con iguales derechos que los hombres, para las mujeres, 
resucitaron este simpático tema D, Enrique Cima, D. Ignacio García, D. Abelardo 
López, D, Juan Parrando y D. Manuel Arguelles, quienes hicieron llegar a la junta 
Directiva su deseo de que fuese abordado el problema — 20 de Junio-acordándose 
publicar en las revistas "Heraldo de Asturias" y "Crónica de .Asturias" el proyecto y 
su reglamento, a fin de darlos a conocer a los socios y facilitar su discusión en próxima 
asamblea general. 

Se convocó ésta, con carácter de extraordinaria, para el 25 de Septiembre, 

; Cuánto fogoso perorar, cuánto apasionado discutir, qué de controversias y disputas, 
conjeturas y predicciones, cuánto tenaz empeño, por unos y otros, feministas y anti- 
feministas,— llamémosles así— en abono de sus respectivos criterios durante los días 
anteriores a la junta! Todos coincidían en el fondo humanísimo del proyecto, en repu- 
tarlo misericordioso, en darle carácter de equitativo y moral, en anhelar, en suma, 
remedio al desamparo de las mujeres asturianas, principalmente, por ser dolor nuestro, 
sangrante herida nuestra, mas las divergencias comenzaban en cuanto se aludía a que 
el Centro Asturiano variase su ley fundamental, dejando de ser una agrupación de hom- 
bres e incorporando a sus estatutos e introduciendo en su Sanatorio la asistencia mé- 
dica al sexo femenino. Por ambas partes, y acaso no sea necesario acentuarlo, se adu~ 
cían argumentos dignos de meditación, lógicos y sensatos. 

En este ambiente, caldeado ai rojo, se celebró la junta. Mucha espectación. 
Mucho público. Honradez en las intenciones por parte de los impugnadores del pro- 
yecto, Honradez, asimismo en los que ie defendieron, que eran, entre otros, los señores. 
Cima (don Enrique), y González Sobes (don Eduardo), Aplausos para todos. Y 
cuando ya se habían agotado, de una y otra parte, el arsenal de alegatos, réplicas y 
contra réplicas, D Dionisio Peón, que alcanzara uno de sus triunfos oratorios más 
resonantes, propuso lo siguiente: 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


127 


Primero: Que la Ley social se mantenga integra en cuanto a los artículos que 
definen la índole masculina de la misma; y 

Segundo: Que se deje sin efecto cuanto se haya actuado al efecto de ampliar o mo- 
dificar e! carácter actual de la Sociedad. 

La mayoría refrendó con sus votos lo anterior y puso rápido colofón a las sim- 
páticas y progresivas aspiraciones. 


Cerremos también nosotros este boceto histórico, destacando que durante el 
año contribuimos con sendas subvenciones a perpetuar el recuerdo de dos poetas glo- 
ria de la raza: D. Ramón de Campoamor y D. Manuel Curros Enríquez, a quienes se 
proyecta erigir en Na vi a y en Cor uña, respectivamente, el monumento escultórico que 
exprese la admiración a que se hicieron acreedores. 


Junta Directiva de 1912 : Presidente, D. Manuel Antonio García. Vicepresi- 
dente primero, D. José de Al varé. Vicepresidente segundo, D. Francisco García Suá- 
rez. Tesorero, D. Leandro Valdés Alvares 

Vocales: D. Ramón Fernández Llano, D. Víctor Campa Blanco, D. Julio Al* 
varez Arcos, D. Restituto Aivarez González, D. Antonio Pérez Fernández, D. Celestino 
González Francos, D. Manuel Suárez García, D. Enrique Cima Cabal, D. Bal bino 
Balbín Santos, D. Ramón Suárez López, D. Manuel Corujo Vega, D. Hilario Muñíz 
Díaz, D r Hermógenes Poyo Díaz, D. Manuel Vigil Menéndez, D. Manuel S. Suárez, 
D, Angel González González, D. Florentino Menéndez Cuervo, D. Antonio Suárez y 
Suárez, D. Benito Ce lo rio, D. Cipriano Quiñones Rodríguez, D. Ramón Alvares Lo- 
r enzana, D. Julián Llera Pérez, D, Jenaro González Cobián, D. Andrés Mon Pérez, 
D. Fulgencio Díaz Díaz, D. Juan Par rondo Garrido, D. Víctor Menéndez Fernández, 
D. Serafín Fernández García, D. Manuel García Rosales, D. Saturnino Alvares Blanco. 
D Fernando Tolivar Vega, D. Luis González Calero, D. Francisco López Menéndez, 
D. Eustaquio Alonso Forcelledo, D. Manuel San Martín del Collado, D. Ramón In- 
fiesta García, D. Jenaro Acevedo Solares, D. Vicente Fernández Riaño, D. José María 
Fernández González, D, Abelardo López González, D, jesús Fernández Díaz, D. Manuel 
Arguelles García, D. David Hévia y Menéndez Sierra, D. Ignacio García Fernández, 
D. José M. Menéndez Castañedo, D r F rancisco Flores Llano y D. Joaquín Estévanez 
y G. Tuñón. 

Vocales natos: D. Rafael G. Marqués, D. Juan Bances Conde, D. Ramón Pé- 
rez Pérez, D. Maximino Fernández Sanfeliz y D. José Inclán Galón, 



128 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Recreo y Adorno: Presidente, D Vicente Fernández Riaño Vice- 
presidente, D. Joaquín Fstévanez y García Tuñón. Secretario, D. Alberto Rodríguez. 
Vicesecretario, D. Rafael Fernández. Vocales, D. José Cueto, D. Salvador Fondón, 
D. Mateo Zugazaga, D. Valeriano Fernández Viña, D. Aurelio García. D Marcelino 
García Suárez, D. Celestino Menéndez, D. Everardo Ace vedo, D. José Rodríguez, don 
Antonio Peí tierra, D, Faustino Bermúdez, D. J osé Díaz Alonso, D. Florentino Alvarez, 
D. Vicente Fernández Folgueras, D Adolfo Peón, D Vicente González Llano, D. Fer- 
nando Fernández, don Adolfo Sánchez Castillo, don Manuel Moran, don Avelino Fer- 
nández, don Carlos Sánchez Alvarez, don Jesús Martínez, don Aniceto Menéndez, don 
Federico Marinas, don Francisco F. Burger, don Manuel Rodríguez, don José R. Fer- 
nández, don Diego Fernández, don Angel J. Elias, don Prudencio Alvarez, don Be lar- 
mino Gómez, don Juan García Méndez, don Juan Acosta Piedra, don Ciro González 
del Valle, don Ramón García González, don Pelayo Riva, don Rafael García Barbón, 
don Antonio Alonso Sarrasola, don José Alonso, don Herminio López, don Alejo Gon- 
zález, don Bernardo Pérez, don Sebastián Alonso, don Marcelino Suárez, don Aquilino 
García, y don Manuel Fernández Fernández. 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, don Manuel San Martín del Co- 
llado. Vicepresidente, don Ramón Inhesté García. Vocales, don Ramón Fernández 
Llano, don Serafín Fernández, don Eustaquio Alonso F orce! ledo, don José María Fer- 
nández González, don Leandro Valdés Alvarez, don Florentino Menéndez Cuervo y 
don Fernando Tolivar Vega 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don Víctor Campa Blanco. Vice- 
presidente, don Restituto Alvarez. Vocales, don Enrique Cima, D. Angel González 
González, don I lis ario Muñíz Díaz, don Hermógenes Poyo Díaz, don Luis González 
Calero, don Manuel Vigil Menéndez, don Francisco López Menéndez, don Manuel 
A. Suárez, don Jenaro Ace vedo Solares, don Cipriano Quiñones, don Julián Llera Pérez, 
don Ignacio García Fernández, don Antonio Suárez Suárez, don Jesús Fernández Díaz, 
don Víctor Menéndez Fernández, don Jenaro González Cobián, don Saturnino Alva- 
rez Blanco y don Ramón Suárez López. 

Sección de Instrucción: Presidente, licenciado don Benito Celorío. Vicepre- 

sidente, doctor don julio Alvarez Arcos. Secretario, licenciado don Fernando Arranz 
de la Torre. Vicesecretario, don Alberto Peón Ardavín. Bibliotecario, don Juan Rivera. 
Vocales, licenciado don Ceferino González Lorenzo, licenciado don Segundo Pola 
Gutiérrez, don José María Villaverde, don Dionisio Peón Cuesta, don Manuel Alvarez 
del Rosal, don Víctor A. López, don Eduardo G Bobes, don José González Aguirre, 
don Basilio Portugal, don Wífredo Fernández Vega, don Manuel M. Villaverde, don 
Santiago Fernández Guerra, don Manuel Alvarez Marrón, don Manuel Llano Tabla- 
do, don José Fernández Ordóñez, don Femando Rivera, don Francisco García Castro, 
don Aquilino Alvarez, don Francisco García Méndez, don Gerardo García Robés, don 
Manuel Cuevas, don Elias Quesada, don José Granda Rivera, don Luciano Peón Cues- 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


129 


ta 7 don Román Alvarez González, don Eduardo García Fernández, don Manuel Prado, 
don Florentino Martínez Villalba, don Arturo Gutiérrez, don Bel armino Gómez Cu cría, 
don Prudencio Alvarez, don José Rodríguez Gu anche, don Nicolás Gayo Parrando, 
don Francisco Fernández Moldes, don Arturo Menéndez Tuya, don Enrique Pérez y 
don Alfredo Iglesias. 

Esta Sección de Instrucción en la que figuraban hombres de leyes, periodistas y 
pedagogos de fama, desenvolvió fructuosa labor, organizando, entre otros actos de 
menor significación, dos veladas literario-musícales que le valieron sinceros parabienes. 

La primera estuvo consagrada a rememorar la fecha de la fundación de la So- 
ciedad — 2 de Mayo de 1 88b — pronunciando un hermoso discurso alusivo a la gloriosa 
efemérides el licenciado en leyes don Fernando Arranz de la Torre, distinguido gijonés 
que, con celo y entusiasmo grandes, presta a nuestro Centro el concurso de su saber, 
experiencia y lealtad. 

La segunda — 22 de Septiembre — fue dedicada al reparto de premios y apertura 
del curso, presidiéndola don José de Al varé Gutiérrez, que con palabra fácil y sugestiva, 
expuso cómo el Centro Asturiano facilita instrucción gratuita a más de mil quinientos 
niños cubanos, formando ciudadanos conscientes de sus obligaciones y deberes. 

El discurso resumen corrió a cargo del Dr D. julio Alvarez Arcos, Vicepresidente 
de la Sección, Orador conceptuoso y brillante, supo interesar al auditorio y recibir de 
éste vibrantes ovaciones en correspondencia a sus felices ideas e inspirados períodos. 

Durante el año, se extendieron 3^772 matrículas, 286 menos que en el curso 
anterior. 

Alcanzaron título de profesoras de piano las Srtas. Trinidad García y Adelaida 
Alonso, y de maestra de Corte y Confección de Labores, la Srta. Carmen Bogeat, 

El número de volúmenes de la Biblioteca, que fue, por cierto, visítadísima, llegó 
a 3,024. 


Sección de Propaganda: Presidente, don David Me vi a y Menéndez Sierra, 

Vicepresidente, don Manuel Arguelles García. Secretario, don jesús Morís Díaz. Vice- 
secretario, don Segundo Pérez Sierra. Vocales, don Celestino González Francos, don 
Balbino B albín Santos, don Manuel García Rosales, don Abelardo López, don Darío 
Alvarez, don Severo Redondo, don José Cueto, don Rafael Fernández Marinas, don 
Manuel Prado, don Tomás León Nieto, don Rafael Fernández, don E ver ardo Ace vedo, 
don Enrique Abad del Cueto, don Manuel Fernández Alvarez, don Miguel López, don 
Gabriel Cofiño, don Gregorio Fernández, don Manuel Cu é tara, don Laureano Anía, 
don Jerónimo García, don Adolfo Peón Redondo, don Miguel Linares, don Robustíano 
Fernández, don Antonio A rango, don Raúl Acebal, don Manuel Cas trillen, don Bal- 
domcro Fernández, don Antonio Cast nilón, don Ramón Plata Vega, don Nicolás Gayo 



130 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Par rondo, don Venancio Fernández, don Aquilino Alonso Rodríguez, don Ramón Alón™ 
so Alonso, don José Solares González, don Sergio Abello, don José Cossio Barajón, 
don José Rodríguez Pérez, don Bernardo Pérez Alvarez. don Francisco González, don 
Juan Acosta Piedra, don Lucio Fuentes Cor ripio y don Emilio Martínez. 


Sección de Inmigración: Presidente, don Antonio Pérez Fernández. Vicepresi- 
dente, don Juan Parrondo Garrido, Vocales, don Francisco Flores Llano, don Ramón 
Alvares Lor enzana, don Manuel Suárez García, don Andrés Mon Pérez y don Ramón 
Faedo, 


Comisiones de Glosa: Las compusieron, por designación de la Junta General, 

ios asociados siguientes: 

D, José Garrió, don José Cueto, don José A. Castr ilion, don Víctor A. L ópez y 
don Femando Arranz de la Torre, el primer trimestre. 

D, José A. Alvarez, don Luís R. Rodríguez, don Manuel González Quiñones, 
don Darío Alvarez y don Bel armiño Gómez, en el segundo trimestre. 

D. Manuel Castrilíón, don Antonio Arango, don José Antonio García, don Juan 
Rodríguez Suárez y don José Fernández Martínez, en el tercero. 

Y en el cuarto, don Emilio Pérez Bermúdez, don Camilo Lomba rdero, don Víc- 
tor A, López, don Venancio Fernández y don Antonio Castrilíón. 


Sanatorio: Fueron asistidos en el año 9,079 enfermos; se hicieron 5,017 diversos 
análisis, habiendo preparado el laboratorio cuatro bacterinas autógenas: la farmacia 
despachó 336,048 fórmulas. 

Operaciones quirúrgicas: 4 779. Servicios hidroterápícos, 79,088. Enfermos 
repatriados, 54. 

El cuerpo facultativo vi ose aumentado con D. Alberto Recio, bacteriólogo; don 
Arturo García Casariego, auxiliar de cí rujia, ascendido por méritos y antigüedad a 
médico de visita y jefe del Departamento de afecciones de las vías urinarias; y don 
José Valdés Anciano, Catedrático de la Universidad Nacional, encargado del pabellón 
de enfermedades mentales y nerviosas. 

Además, a principios de año, se inauguró el pabellón de radiología y electrotera- 
pia, encomendado al doctor don Francisco Domínguez Roldan. 

Movimiento de socios: En 31 de Diciembre de 1911, 32,006* En 31 de Diciem- 
bre de 1912, 33,560* Aumento en el año, í,554* 





PRESIDENCIA DE D. JOSE MARIA VILLA VERDE 

ARO 1913. 

Progresos del Sanatorio. — Donativos —Cordialidad H i sp ano-cuban a. 

En Recuerdo de Jovellanos — La Fiesta de la Raza. 

¿Proyecto de santuario a la Virgen de Covadgnga?. — Ferrocarril Ferrol-Gijon. 
Cese del Secretario Sr. Machín. — Junta Directiva y Secciones 
Datos estadísticos. 


Lf 

w 


. LBCTO por un 
XíáP* año, resto de la 

'5'w ’ 


etapa presiden- 
cial que correspondía 
ejercer a don Manuel A. 
García y que éste renun- 
ció, no puede decirse del 
Sr Villa verde sirio que 
satisfizo ampliamente las 
aspiraciones de todos, 
inclusive de aquéllos que 
figuraron, en ardorosa 
justa comiciaL por llevar 
a la Presidencia a otro no 
menos prestigioso con" 
ter raneo. 


D. José María Villa- 
verde era por sus años, 
por su honorabilidad, por 
su carácter amabilísimo 
y bondadoso, por la dili- 
gencia y celo conque se 
consagraba al Centro, un 
verdadero patriarca den- 
tro de la familia astu- 



DOX JOSE HARIA VIL LA VERDE, PRESIDENTE 
GENERAL 


132 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


riana. Dotado de clarísimo talento y de fácil palabra, sugestivo, cautivador y atra- 
yen te, venía siendo desde los primeros años de i a Sociedad uno de sus representativos 
más autorizados, más respetables y más útiles. Jamás en su dilatada consagración a 
servir los intereses sociales, rehusó trabajo o labor que se le encomendara. Jamás 
dejó, perteneciendo a juntas y comisiones, ocurriere] lo que ocurriere, de acudir allí 
donde se ie citase, el primero en presentarse y el ultimo en irse. Estudiaba con cariño 
cuanto hubiere ser causa de debates, interviniendo en éstos en tono persuasivo y 
conciliador, y hombre de letras y hombre a la vez de corazón, patrocinaba todo 
propósito culto y elevado y toda empresa caritativa, siempre respondiendo a la gran- 
deza material y espiritual de la Asociación, que apetecía espejo de buenas obras y de 
culturales avances. Reputado como excesivamente longánimo con el erario social, sin 
duda por su nobilísimo afán de que la Sociedad fuese cortés con cuantos demandasen 

alguna contribución para fines patrióticos, educativas o 
benéficos, es lo cierto que como presidente realizó una 
magnífica labor administrativa, satisfaciendo en un año 
más de $ 140, 3 36.37 por diversas obras' ejecutadas en el 
Sanatorio y dejando en Caja, al retirarse en Diciembre, 
otros $34,000.00 libres de toda obligación. 

Ya en las postrimerías de su presidencia se procedió 
a inaugurar los pabellones "Rafael G* Marqués" de 
clínica general, y el de enfermedades infecciosas que 
lleva su nombre: "José María Víllaverde", ambos, arqui- 
tectónicamente, airosos y sólidos y de acuerdo con las 
más severas prescripciones de la higiene. A la vez fueron 
abiertas al tránsito magníficas calzadas circunvalando 
los nuevos edificios y bordeando múltiples jardines, lo 
que contribuye a dar no sólo aspecto grandioso a estas porciones de la Quinta, 
sino también a ofrecer encantadores panoramas. 



O. RESTITTJTO ALVAR EZ 
GONZALEZ, PRESIDENTE 
DE LA SEO. DE INTERE- 
SES materiales 


Un dos ocasiones demostró nuestro Centro que no es insensible al dolor de la 
patria ni a las aflicciones de nuestros paisanos, votando sendos créditos de 500 pesos, 
con destino al aguinaldo de los sufridos y valientes soldados que luchan en Marruecos 
y para las víctimas de una catástrofe en el Musel, donde el temporal, a más de causar 
enormes destrozos en las obras constructivas del gran puerto asturiano, produjo sensi- 
bles muertes. 

También nos asociamos, con idéntica sinceridad y compenetración cordial, a! 
homenaje que rindió Cuba al insigne tribuno y esclarecido patriota don Rafael Mon- 
to ro, por tantos y tan poderosos motivos acreedor al cariño y gratitud de los españoles, 
destinando al efecto, la suma de $500.00. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


133 


Y ya en este punto de La cordialidad cubano- español a, cada vez más honda y 
consciente, parece nos oportuno consignar que estuvimos representados por don Valen- 
tín Serrano y don José Deley to en la peregrinación que el 8 de Noviembre visitó el Ce- 
menterio de Santiago de Cuba para depositar flores en las tumbas de los héroes cubanos 
y españoles muertos en las pasadas guerras. 


Celosos de las glorias hispanas, adoptamos un acuerdo simpático: colocar en el 
aula superior de nuestras Escuelas un retrato en tamaño natural de don Gaspar Mel- 
chor de jovellanos, confiando este delicado trabajo a otro hijo de Gijón, eminente en el 
arte pictórico, don Ventura Alvarez Sala, quien promete reproducir e] que debido al 
pincel de Goya se conserva en el Museo del Prado. 

Así, pues, el célebre polígrafo y estadista, autor 
entre otras obras no menos luminosas, del famosísimo 
Informe sobre la Ley Agraria" tendrá su adecuado lugar 
en nuestra Sociedad, que con este modesto, mas fervo- 
roso tributo al esclarecido patriota gijonés se honra 
extraordinariamente y proclama que también sabe, cuan- 
do el instante es propicio, elevar el corazón hácía las 
serenas regiones del pensamiento. 

Otro acuerdo, asimismo revelador de patriotismo 
bien sentido e interpretado, lo ofrecimos declarando 
fiesta del Centro Asturiano con suspensión de las clases y 
asueto a los empleados de Secretaría, el día 1 2 de Octubre, 
fecha del descubrimiento de América. 

Nuestra decisión sirvió de pauta a otras entidades y corporaciones análogas, 
cabiéndonos el legítimo envanecimiento de ser los primeros en apreciar el alcance, tras- 
cendencia y significación de este glorioso aniversario, verdaderamente inmortal en la 
Historia de España y uno de los hechos más audaces y afortunados del genio humano 
que, al descorrer el velo de un nuevo continente, abrió para la civilización y el progreso 
un mundo de insospechadas grandezas* 



DK. D, JULIO ALVAREZ 
ARCOS, PRESIDENTE DE 
LA S. DE INSTRUCCION 


Al irse el año con los primeros aleves vientos invernales, el 14 de Noviembre supo 
la Junta Directiva del propósito acariciado por un Comité de Damas Católicas de erigir 
en terrenos de nuestra Quinta, un santuario consagrado al culto y gloria de la Virgen 
de Covadonga, acaso una reproducción, sí el dinero de cierta colecta ya iniciada alcanza 
a cubrir el costo, de la hermosa basílica con su leyendaria y poemática Cueva, 



134 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Nuestro directivos, oídas juiciosas manifestaciones del presidente Sr. Vi lia verde, 
se abstienen de emitir opinión en cuanto a los fines ulteriores de dicho Comité, que sólo 
expresa el deseo de incensar a la Virgen 'pequeña y galana” dentro de lo que, por su 
denominación, evoca el recuerdo de i a santa en unos y en todos el lugar de la recon- 
quista española, Y acuerdan que la presidencia se entreviste con las peticionarias in- 
quiriendo cuáles son sus verdaderos propósitos. 

Se va el año, en conjunto fecundo, con notas de espiritualidad que confortan y 
animan a mayores empeños. A seguidas del debate — un fugaz relámpago en la calma 
de una noche estrellada— provocado por el intento de levantar ia iglesia, capilla o basí- 
lica de Covadonga, se piensa en las necesidades regionales, siempre los ojos y el cora- 
zón dirigidos anhelantes a la tierra que nos vio nacer, y se acuerda enviar, junto con el 
hermano Centro Gallego, elocuente exposición al Presidente del Consejo de Ministros 
interesándole la pronta construcción del ferrocarril estratégico Ferrol-Gíjón que por 
alumbrar comarcas riquísimas habrá de ser de incalculable provecho para las dos re- 
giones y para la economía nacional. 

Concluyamos con una nota personaíísima : el cese del Secretario General de ia 
Sociedad, don Amallo Machín González, funcionario inteligentísimo, perspicaz, sim- 
pático y cortés, buen orador y excelente literato. Nos dejó el 20 de Febrero, requerido 
por la poderosa empresa periodística 1 Diario de la Marina para hacerse cargo de su 
gerencia administrativa, y se fue con dolor de todos los socios, con hondo y unánime 
pesar, testimoniándoselo así la Junta General que acordó obsequiarle con un banquete 
oficial y hacerle un delicado presente "como recuerdo a sus constantes esfuerzos por la 
grandeza y prosperidad del Centro durante ios añas que desempeñó tan elevado cargo”, 
según se consigna en el libro de actas. 


Junta Directiva: Presidente, don José María Vil] averde; Vicepresidente primero, 
don José de Alvaré Gutiérrez; Vicepresidente segundo, don Facundo García; Tesorero, 
don Celestino Fernández Gómez Vocales natos, Sres. García Marqués, Pérez Rodrí- 
guez, García (don Manuel A ). Bances Conde, Sanfeüz e Inclán. Vocales, don Ramón 
Fernández Llano, don Celestino González f rancos, don Ramón Suárez López, don 
Manuel Corujo Vega, don Hilario Muñíz Díaz, don Hermógenes Foyo Díaz, don Ma- 
nuel A. Suárez, don Antonio Suarez Suárez, don Benito Celorio, don Julián Llera Pérez, 
don Jenaro González Cobíán, don Juan Parrando Garrido, don Víctor Menéndez Fer- 
nández, don Serafín Fernández García, don Ramón Faedo t jarcia, don Saturnino AL 
varez Blanco, don Luís González Calero, don Eustaquio Alonso Forcelledo, don Manuel 
San Martín del Collado, don Vicente Fernández Ríaño, don Abelardo López González, 
don Jesús Fernández Díaz, don David Hévia y Menéndez Sierra, don Ignacio García 
Fernández, don Francisco Flores Llano, doctor don Julio Al varez Arcos, don Celestino 
Fernández Gómez, don Ceferino González Lorenzo, don Aquilino Entrialgo Alvares, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


135 


don Angel González y González, don Pedro Cueto Granel a, don Ramón Prendes del 
Busto, don Severo Redondo Vega, don Dionisio Peón Cuesta, don Gumersindo Camblor 
Pérez, don Darío Alvarez Fernández, don Antonio Castrillón García, don Federico 
Marinas López, don Angel Préstamo del Riego, don Bernardo Pérez Alvarez, don Ma- 
nuel Suárez García, don José Rodríguez Fernández, don José Cosío Par ajen, don Ma- 
nuel Llano Tablado, don Res titulo Alvarez González, don Femando Arranz de la Torre, 
y don Manuel de Diego Alonso. 

Sección de Intereses Materiales; Presidente, don Restítuto Alvarez González; 
Vicepresidente, don Saturnino Alvarez Blanco. Vocales, don Manuel A. Suárez, don 
Gumersindo Camblor Pérez, don Juan Parrondo Garrido, don Víctor Menéndez Fer- 
nández, don Benito Ce lorio, don Aquilino Entrialgo Alvarez y don Celestino Fernán- 
dez Gómez. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don Facundo García González* 

Vicepresidente, don Severo Redondo Vega, Vocales, don Ramón Fernández Llano, 
don Manuel San Martín Collado, don Ramón P. del Busto, don Luis G. Calero, don 
Antonio Suárez Suárez, don Serafín Fernández García, don Angel G. González, don 
Manuel Cortijo Vega, don Manuel Suárez García, don Julián Llera Pérez, don Ignacio 
García, don Fernando Arranz de la Torre, don Francisco Flores Llano, don José A. 
Alvarez, don Cándido Arango García, don José R. Fernández, don Angel Préstamo del 
Riego, don José Cosío Parajón, don Pedro Cueto G randa, don Federico Marinas López 
y don Manuel de Diego Alonso. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don David Hévia Menéndez Sierra. 
Vicepresidente, don Antonio Castrillón. Secretario, don Jesús Fernández Alonso. 
Vocales, don Aquilino Alonso Rodríguez, don José Solares, don Ramón Alonso Alonso, 
don Sebastián Alonso, don Emilio Castrillón García, don Garlos Sánchez Alvarez, don 
José Alonso Buría, don José Rodríguez Pérez, don Laureano Rodríguez Pérez, don Pe- 
layo Rúa, don José Díaz Alonso, don Florentino Alvarez, don Jerónimo García, don 
José A. García, don José Fernández Gutiérrez, don Darío Díaz, don Alberto Peón, 
don Rafael Fernández Alonso, don Silvino Alvarez Menéndez, don Angel j. Elias, 
don Juan Menéndez, don Francisco F. Burger, don José R. Fernández, don Diego 
Fernández, don Sebastián Bauluz, don Enrique Pascual, don José Calatras García, don 
Miguel Suárez, don Ramón García González, don Avelino Fernández, don Juan Cobie- 
llas, don Ramón Valle Pérez, don Juan T. Mayorga, don José Villamil, don Aquilino 
González, don Lucio Fuentes, don Ramón Gómez y don Domingo Fernández. 

Sección de Propaganda: Presidente, don Darío Alvarez; Vicepresidente, don 

Hilario Muñíz Díaz. Secretario, don Jesús Morís Díaz* Vocales, don Celestino G* 
Francos, clon Ramón Facdo C jarcia, don Hermógenes Foyo Díaz, don Eustaquio Alonso 
Forcelledo. don Lucio Fuentes, don Rafael Fernández, don Gregorio Fernández, don 
Manuel Cuela ra Rodríguez, don Laureano Ania, don Adolfo Peón Redondo, don Miguel 



136 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Linares, don Robustiano Fernández, don Antonio Arango, don Emilio Martínez, don 
Raúl Acebal, don Baldomcro Fernández, don Nicolás Gayo Parrando, don Venancio 
Fernández, don Inocencio González, don Manuel Castrillón García, don Felipe Lebredo 
Sánchez, don Manuel Pérez, don Celedonio García, don Ramiro Costales, don Emilio 
Fernández, don Emilio Pérez Bermúdez, don Ramón García, don Manuel Moran, don 
Segundo Pérez Sierra, don Aquilino Alonso Rodríguez, don José Vil 1 amil, don Cons- 
tantino Soto, don Angel González, don Julio Díaz, don Donato Montequín, don Amaro 
Marcos, don Sabino Fernández, don Manuel Rodríguez Pérez, don José Peláez, don 
Juan Sierra, don José González Pontón, don Angel Collado Fuentes, don Amalio Ma- 
chín y don Manuel García Rosales. 

Sección de Inmigración: Presidente, don Dionisio Peón Cuesta; Vicepresidente, 
don Manuel Llano Tablado; Secretario, don Cef crino González Lorenzo; Vocales, don 
Abelardo López González, don Vicente Fernández Riaño, don Ramón Suárez López, 
don Jenaro González Cobián y don Bernardo Pérez Alvarez. 

Sección de instrucción: Presidente, doctor don Julio Alvarez Arcos; Vicepresi- 
dente, don Jesús Fernández Díaz, Secretario, don José G randa Rivera; Vicesecretario, 
don José A Méndez Gúel; Bibliotecario, don Juan Rivera. Vocales, licenciado don 
Segundo Pola Gutiérrez, don Joaquín Alonso Grana, don Manuel Alvarez del Rosal, 
don Víctor A. López, don José G. Aguirre, don Basilio Portugal, don Alberto Peón, 
don José Fernández Ordóñez, don Francisco García Castro, don Gerardo García Ro- 
bes, don Manuel Cuevas Fernández, don Manuel Prado, don Florencio M. Viilalba, 
don Arturo Gutiérrez, don Prudencio Alvarez, don José Rodríguez Guanche, don Fran- 
cisco García Méndez, don Aquilino Alvarez, don Alfredo Iglesias, don Luciano Peón 
Cuesta, don Raúl Acebal Suárez, don Miguel Gutiérrez, don José M. Alvarez Ace vedo, 
don Rafael Valdés, don José García Que vedo, D. Angel Elias, don Leoncio González 
Francos, don Fernando Argüelles, don Fermín Suárez, don Alfonso Arautave, don Ma- 
nuel F, del Castillo, don José Blanco García y don Francisco F. Burger. 


Estadística: En ei transcurso de 1913, ingresaron en el Sanatorio 9,382 pacientes. 
Operaciones quirúrgicas, 4,376. Fórmulas despachadas por la farmacia, 345,441. Aná- 
lisis diversos hechos por el Laboratorio, 7,692. Trabajos del Departamento de Rayos X, 
9,320. Servicios del pabellón de Hidroterapia, 86,070 

El Laboratorio Clínico, a cargo del doctor D. Alberto Recio preparó durante el 
año varias dosis de virus anti-rábico, detalle que se consigna por ser el primer labora- 
torio de Cuba, incluido el Nacional y los de los Centros Regionales, que lo prepara 

Socios repatriados, 64. Socios fallecidos en la Casa de Salud, 103. Socios al 
cerrar el año, 36,166. 





PRESIDENCIA DE D VICENTE FERNANDEZ RIAÑO 

I 

AÑO 1914 

Unas palabras acerca del Sr. Riaño. — Otras muchas sobre el señor Fernandez 
y González, — Compra del Teatro ‘'AlbisuV — Cuatro nuevos pabellones 
en la Quinta —Empréstito. — Inauguración del edificio del Centro 
Asturiano en T&mpa.— Proyecto de sanatorio anti -tuberculoso en Asturias. 

Datos Generales 


L día primero de 
Enero el señor 
Villaverde tras- 
pasa la presidencia a don 
Vicente Fernández Ria- 
ño, triunfante en eleccio- 
nes porfiadísimas. Dis- 
cursos congratulatorios. 
Mutuas alabanzas. Pro- 
mesas de fecundo labo- 
rar. Los directivos a 
quienes se dice adiós y 
aquellos a los que se dá 
la bienvenida están pre- 
sentes revistiendo de se- 
veridad la anual trasmi- 
sión de poderes, Es una 
ceremonia en que sobre 
el compañerismo y la 
democracia, tan arragai- 
das ambas cualidades en 
el Centro Asturiano, flota 
algo de solemne y h ierá- 
tico, que no se busca ni 
es premeditado. 




DON VICIENTE FERNANDEZ RIAÑO, PRESIDENTE 

general 



138 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El nuevo presidente tiene larga ejecutoria de servicios a la Sociedad, Ha per- 
tenecido a su junta Directiva y ha figurado con brillo propio en diversas Secciones y 
asimismo en las asambleas generales como “leader de una gran parte de la opinión. 
Joven, simpático, de nervios templados e ímpetu oportunista, sería en otro ambiente 
más amplio, por ejemplo, la gobernación de pueblos, un político de gran popularidad, 
pues no carece de agudeza en las réplicas, de tacto en los debates, de certero golpe de 
vista para juzgar a sus semejantes y de lo que en francés se denomina charme y 
nosotros, en castellano, conocemos por ángel, sal, amenidad, etc. No es orador, en 
cuanto la oratoria significa de elocuente, correcto y enjudioso, mas posée verba opima 

y donairosa, y sustituye las lagunas de 
forma y pensamiento de su peculiar modo 
de decir, con e! gesto personal, muy atrae- 
tivo y el empleo de locuciones típicas, que 
mueven a risa, desarman ai adversario y 
le granjean expontánea cordialidad. Co- 
noce además admirablemente, las nece- 
sí dad es de la Asociación. 

Le acompaña en la vicepresidencia 
primera don Maximino Fernández y Gon- 
zález, en quien se adunan sobresalientes 
méritos: sólido talento e ilustración, ca- 
rácter rectilíneo, profundo sentido demo- 
crático y fácil, brillante palabra. Es el 
tribuno as tur por antonomasia. Tipo 
emersíano, cuanto es se lo debe a sí 
mismo, a su sed de saber, a sus ansias de 
elevarse y de descubrir los amplios hori- 
zontes reservados a las inteligencias supe- 
riores. Procede del pueblo, de la clase 
trabajadora, y sin otros estudios que 
profusas lecturas háse hecho de una cul- 
tura general avalorada por un ponderado 
criterio y un espíritu razonador y ecuánime. Es liberal, acaso más que liberal en 
el sentido restrictivo de esta denominación política y de sus épocas de lucha por las 
reivindicaciones proletarias, en que fue perseguido y encarcelado, réstanle actitudes 
de apóstol, un hondo fervor por ios humildes y vencidos de la vida y ciertos graciosos 
coqueteos con las doctrinas socialistas. Como hombre de acción y de ideas, como su- 
jeto que se destacó del nivel medio, ha sido combatidísimo dentro de nuestra Sociedad. 
Y con el mismo entusiasmo, defendido y elogiado. Se le discutió mucho, se le discute 
y se le seguirá discutiendo mientras actué con la fuerza dinámica actual, que así le 



DON FAUSTINO ANGONES RUBIERA, 
VICEPRESIDENTE SEGUNDO 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


concita amigos como adversarios. Pero éstos últimos no ocultan que sólo lo son en 
cuanto a las ideologías, — aquí asoma el espíritu conservador predominante — que en 
lo que se refiere a la intelectualidad y alta moral, pública y privada, del Sr. Fernández, 
a su cultura y subyugadora palabra, a su desinterés y fecundo amor por el Centro, ni 
ceden el primer puesto entre los devotos y entusiastas ni admiten que haya quien les 
supere en el reconocimiento de tan altas y merítísimas cualidades. 

Don Maximino Fernández y González figuró en la Junta Directiva en diversos 
períodos, aportando a ésta, como a las Juntas Generales, inestimables servicios. Fue 
también administrador de la Covadonga, cargo que hubo de renunciar- — -y esto acen- 
túa su idiosincrasia— por no hallarse investido, a su juicio, de aquella independencia 
sin la que no puede ser realidad una severa, escrupulosísima, inflexible línea de con- 
ducta en defensa de la disciplina que es preciso mantener a fin de que todos los servi- 
cios y departamentos respondan a lo que de ellos se demanda. Fn cuanto intervino — y 
su actuación tiene innumerables páginas enaltecedoras — puso de manifiesto la bondad 
de sus propósitos. Se recuerdan con placer y orgullo al- mas** 

gunos de sus discursos, citándose párrafos de éstos que N 

prendieron luces de entusiasmo entre sus oyentes y son 

muchos los que evocan, persistiendo la emoción y senti- »■ 

mentalidad del momento a pesar de la lejanía, las for- Í -V 'É' ' 

midables objeciones conque combatió, allá por el año """ ' 

1898, el proyecto de repatriar a los enfermos tuberculo- 


Tales son, en retratos desvaídos, las dos figuras prin- 
cipales de la Directiva, completadas con D, Faustino 
Angones Rubiera, segundo Vicepresidente, popularísimo 
gijonés, acaudalado comerciante y socio fundador, bien 
quisto por su carácter ' paisanii — valgámonos de una 
locución gráfica de nuestra tierra — es decir, todo llaneza 
y afabilidad con sus pinceladas de zumbonería típicamente asturiana. 

Es confiado de nuevo el cargo de Tesorero al respetable avilesino D José de Al 
varé Gutiérrez. 


DON JUAN PARRON DO 
GARRIDO, PRESIDENTE 
DE LA SECCION DE IN- 
MIGRACION 


Sección de Intereses Materiales: Presidente, D, Lcrrdro Valdés Alvarez; Vice- 
presidente, don José R. de Vega Carriedo; Vocales, don Joé de Alvaré Gutiérrez, don 
Plácido Fernández Ríos y Cuervo, don Restituto Alvarez González, don Nicolás Me- 
néndez Ateces, don Celestino Fernández Gómez, don Juan Cabricano Sánchez y don 
Angel González, 


Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, doctor don Julio A Arcos; Vice- 

presidente, don Jenaro Ace vedo Solares; Vocales don Julián Llera Pérez, don Serafín 
Fernández, don Manuel Suárez García, don Hilario Muñíz Díaz, don Celestino Corral, 


140 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Licenciado don Fernando Arránz de la Torre, don Marino Díaz Quiñones, don .Angel 
Arango Fernández, don Luis González García, don Ricardo Suárez Fernández, don 
Manuel Sánchez García, don Amador Quesada, don José Pérez Gayol, don José Ruí- 
sánchez Gutiérrez, don Ramón López Toca, don Constantino González González, don 
José Menéndez Martínez, don José Ramón Fernández, don Federico Marinas López 
y don Francisco Pin i el la Corripio. 

Sección de Inmigración; Presidente, don Juan Parrando Garrido; Vicepresi- 
dente, don José A Rodil Arango; Vocales, don Darío Alvarez, don José Cossío Parajón, 
don Antonio Castriílón García y don José Alvarez Alvarez, 

Sección de Instrucción: Presidente, don Ceferino González Lorenzo y Vice- 

presidente, don Jesús Fernández Díaz, de la Directiva, 

Vocales pertenecientes a la Junta General, don Aqui- 
lino Alvarez, Secretario; don Guillermo de la Riostra, 
Vicesecretario; don Luis Riaño, Bibliotecario; don Fran- 
cisco García Castro, don Cirilo Alvarez González, don 
Simón Solares Ríaño, don Luís R Rodríguez, don Belar- 
mino Gómez, don José Cueto, don Manuel González 
Quiñones, don Manuel María Villaverde, don Amalia 
Machín, don José G randa R i vero, don Alberto Peón, don 
Manuel Alvarez Marrón, don Manuel He vi a, don Víctor 
A.l López, don Maximiliano Isoba, don Francisco Qrtíz 
González, don Luciano Peón Cuesta, don Salvador Meré, 
don Constantino Carneado, don Miguel Sánchez, don 
Jenaro Pedroarias, don Enrique Pérez Conde, don Mo- 
desto Peón, don Gerardo G. Robes, don Adolfo Toyos < 
don José Cabal, don Emilio Martínez, don Rafael Valdés, don Manuel P. Pérez, 
don Luis Bretones Soldé vil la, don Faustino Bermúdez, don Se ve riño Peláez, don Julio 
Blanco Fernández, don Felipe de la Cruz, don Joaquín Morí y don José Fernández 
Gutiérrez. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Aquilino Entrialgo Alvarez y 

don Ignacio García, Vicepresidente, ambos miembros de la Directiva, 

Representantes de la General: don Faustino Bermúdez, Secretario y vocales, 

don Adolfo Peón, don Bernardino Juliach, don Lucio Fuentes, don José Calatras, don 
José A. García, don Florentino Alvarez González, don Aurelio Peón, don Juan Acosta 
Piedra, don Aquilino Fernández, don Jesús Martínez, don Enrique Beltrán, don Fran- 
cisco G del Valle, don Víctor Menéndez Campa, don Víctor López, don Manuel Fer- 
nández, don Angel Gutiérrez, don Manuel Rodríguez, don Alberto Peón, don Antonio 
de Diego, don Jesús Vil! amil, don Gustavo Painceira, don Fermín Suárez Solís, don 
Francisco Campo López, don Domingo Fernández Batista, don Julián Fernández Ba- 



D r AQUILINO ENTRIALGO 
ALVAREZ, PRESIDENTE DE 
LA SECCCION DE RECREO 
Y ADORNO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


141 


Lista, don Sil vino Alvarez, don Darío Díaz, don José de la Vega Entralgo, don Nicas io 
Martínez Jardón, don Ramón Alonso, don Manuel Gutiérrez Pérez, don Enrique Val- 
des, don José María Fuertes, don Juan E. Mayor ga, don Armando Bermúdez, don 
Rafael López del Castillo, don Enrique Cedrón, don Miguel Carcas, don César Carri- 
llo, don Eduardo González, don Pedro Fructuoso, don Marcelino Fernández Martínez, 
don Luis Rodríguez Cepeda y don Antonio Carballo. 

Sección de Propaganda: Presidente, don Dionisio Peón; Vicepresidente, don 

Severo Redondo Vega; Vocales, don Cándido Arango García, don Angel Préstamo del 
Riego, don José Rodríguez Fernández, don Vfanuel Llano Tablado y don Manuel Suá- 
rez García, por la Junta Directiva, 

Por la Junta General, don Manuel Castr ilion, Secretario; Vocales, don Luis R, 
Rodríguez, don Hipólito Reguero, don José Junquera, don Ricardo Suárez, don Grego- 
rio Fernández, don Rafael Fernández, don Laureano Ania, don Robustíano Fernández, 
don José Campa, don Antonio Guerra, don Nicolás Gayo Par rondo, don Donato Mon- 
tequín, don Ramón Robledo, don Emilio Pérez Bermúdez, don José Trabanco, don 
José García Venta, don Bernardo Loredo, don Lucio Fuentes, don Víctor Prendes, don 
José Migoya, don Aquilino Alonso, don Manuel Pérez, don Modesto Costales, don 
Inocencio González, don Francisco Vega, don Fernando Corrales, don Carlos Sánchez 
Alvarez, clon Miguel Linares, don Ramón del Valle Pérez, don Bernardo Pérez, don 
José Ramón Naredo, don Ramiro Costales, don Ramón García, don Antonio Arango 
y don Luis Riaño He vía. 


Este es un año de extraordinaria actividad, manifestándose el ímpetu juvenil 
del novel presidente que llega al cargo ansioso de dejar huellas perdurables de su paso. 
Como magnífico legado de su antecesor don José María Villa verde, que las había ini- 
ciado y estaba a punto de cerrarlas satisfactoriamente, pone victorioso remate a las 
gestiones hechas cerca de la señora Viuda de Azcue, propietaria del teatro “Albísu'' 
enclavado en nuestro edificio social a modo de cuña que nos imposibilitaba ser dueños 
de toda la manzana, convenciéndola de la necesidad de cederte al Centro Asturiano di- 
cho inmueble en la suma de $290,000.00, moneda oficial de los Estados Unidos, siendo 
su pago en plazos. 

Esta adquisición colmó de júbilo a los asociados. Apenas fue discutido el pre- 
cio asignado al viejo teatro "Albtsu", famoso en los anales habaneros, pues antes que 
a su valor material se atendía a la vivísima aspiración de poseer en su totalidad el es- 
pléndido cuadrángulo formado por el Centro y su complemento el coliseo en el corazón 
de la ciudad, dominando el Parque Central. Este anhelo se exteriorizó en la Junta 
General extraordinaria celebrada el 7 de Junio para recabar el necesario crédito, lle- 
nándose totalmente el vasto salón de actos de una concurrencia poseída de inenarrable 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


entusiasmo. Y así, cuando el señor Fernández Riaño expuso las pretensiones de la 
propietaria del “Aibisu" y otros oradores defendieron y exaltaron la conveniencia de 
aprovechar aquella favorable coyuntura a fin de comprar el resto de la propiedad, mi- 
les de manos se juntaron en un solo aplauso refrendando lo que era hondo deseo, uná- 
nimemente sentido, sin distingos ni discrepancias. 

Uno de los oradores, D. Enrique Cima, tuvo una frase sintética, que por con- 
densar el espíritu de la asamblea fué acogida delirantemente El teatro de ' Albisu ’, 
en manos extrañas, sería el Gibraltar asturiano yen este sentido, nada es caro y ningún 
sacrificio debe regatearse. 

El teatro “Albisu” fué, en sus tiempos, el más suntuoso y concurrido de la Ha- 
bana, desfilando por él cuantas compañías de alguna notoriedad actuaban en Cuba; 
pero cuando nosotros lo adquirimos ofrecía tan sensibles estragos por vejez y abandono, 
que vímonos obligados a demolerlo, acordándose así el 2) de Octubre, a la vez que se 
disponía la construcción de otro con planos del arquitecto don José Ricardo Martínez, 
obras que fueron confiadas a ios señores Giquel y Radial, en §82,000,00 oro de los E.U* 
No concluyen ahí esas demostraciones de enorme fuerza expansiva, pues que al si- 
guíente día de haberse autorizado la compra del teatro, el lunes 8 de junio, la Junta 
Directiva decide erigir cuatro grandes, magníficos pabellones en el Sanatorio, cuyo 
costo se eleva a $324,300.00 oro español. ¡Soberbio rasgo de vitalidad í Y a fin de 
hacer frente a este nuevo crecido gasto, conciértase un empréstito de $325,000,00, con 
ia “Caja de Ahorros de los Socios del Centro Asturiano 1 . Se cerró la operación el 30 
de Julio en condiciones ventajosísimas para nosotros. 


¡Todo canta el esfuerzo asturiano! Las vetustas paredes del “Albisu ”, van ca- 
yendo a golpes de piqueta, para dejar sitio al nuevo teatro, en que pórfidos y mármoles, 
oros y metales, coruscantes lámparas y sedas y brocados reflejarán nuestra magnifi- 
cencia y el culto que rendimos a la belleza y al arte, mientras en el Sanatorio cientos 
de obreros divididos en grandes grupos, abren la tierra y colocan los cimientos de los 
que serán cuatro suntuosos palacios consagrados a acojer a los asturianos que abate 
el dolor o vencen los años. Allá, en el hogar social, y aquí, en la Casa de Salud, rinde 
su labor hercúlea el músculo del hombre en el vibrante repiquetear de los martillos y 
en la alegre nota de los cinceles o en el ronco latir de las máquinas excavadoras; mas en 
silencio, en la paz de sus despachos comerciales, en la fresca penumbra de sus oficinas, 
junto a lo que es su trabajo cotidiano y pan honradamente conseguido, en la tienda, 
en el taller, en la bodega, en la calle recibiendo las inclemencias del tiempo, los socios 
del Centro que saben amarle y servirle, los que militan en su consejo directivo y los 
que laboran desde las asambleas generales ponen en tensión sus cerebros y hablan sus 
corazones concibiendo nuevas y maravillosas grandezas. Y por este simultaneidad de 
voluntades e inteligencias, año a año, lenta y seguramente crece la obra común, y se afir- 



EL UBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


143 


ma y expande, y es a modo de luminar hacía el que converge la admiración general 
esta Covadonga risueña, en la que el padecer se trueca en caricia y la muerte huye 
ante la vida que emerje de los blancos pabellones y de los plácidos jardines siempre 
olientes a rosas, j Milagro divino y a la vez humano del esfuerzo cooperativo, del en- 
tusiasmo y de la mutualidad' 


No es menos enaltecedor que la adquisición del “Albisu y el inicio de los cua- 
tro edificios de ía Quinta, el hecho de que durante el año 1914, que nos ocupa, fueron 
totalmente canceladas las hipotecas que pesaban sobre el Palacio social, quedando 
éste libre de todo gravamen. Eran los hipotecarios los Sres. Hijos de R, Arguelles, a 
los que se abonó $76,380.56, 

Otro acaecimiento en cierto modo trascendental, registrado durante el año, fue 
ja inauguración del edificio de la Delegación de Tampa, sólida y bella construcción sita 
en la parte comercial de la ciudad. Puede conceptuársele, por sus proporciones y su 
riqueza, de verdadero palacio, en el que, amén de estar bien instaladas las oficinas y 
demás dependencias, se dispone de magnífico teatro que, a la vez que sala de bailes y 
fiestas sociales, sirve para que actúen compañías y espectáculos cinematográficos y de 
variedades que nos rinden pingües beneficios. 

Este inmueble, propiedad de nuestra institución, reemplaza al que no ha mucho 
íué destruido por un incendio y constituye otra prueba irrefragable del espíritu astur, 
que a cada contrariedad se yergue con mayor denuedo y más decisión de vencer y triun- 
far. Aquella activa e importante Delegación, en la que se cuentan algunos socios fun- 
dadores del Centro y otros que formaron en las primeras listas de asociados quiso so- 
lemnizar el venturoso acontecimiento con diversos brillantes actos, a los que se asoció 
la ciudad toda, inclusive las autoridades, que aprecian la laboriosidad y alta moral de 
la colonia española, allí numerosa, formada principalmente por hábiles e instruidos 
obreros tabaqueros, en su mayoría asturianos. 

Nuestro Centro, el músculo generatriz de la Delegación tampeña estuvo repre- 
sentado por don Dionisio Peón y don Ignacio García, ambos miembros de la Junta 
de Gobierno, quienes a su regreso han emitido minucioso informe acerca de los múl- 
tiples agasajos de que se les hizo objeto y de los actos en que intervinieron, singulari- 
zándose y destacándose el primero que, maestro de oradores, derramó allí la pompa 
de su oratoria y la profundidad de sus sabías enseñanzas. 


A período anual tan fecundo tenía que acompañarle también otra risueña acu- 
dos i dad, plena de amor y conmiseración hacia los que sufren, y fue el proyecto presen- 
tado por varios entusiastas socios- -17 de Abril — a fin de establecer en Asturias un 
Sanatorio para tuberculosos, proyecto que pasó a estudio de la Sección de Asistencia 
Sanitaria y que ésta, con fecha 19 de Junio inmediato, sometió a informe del Director 
Médico de la Covadonga. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La realidad, que tanto enseña, viene patentizando que no dá los apetecidos frutos 
la repatriación de tísicos y otros enfermos de dolencias consuntivas. Cuando los que 
regresan a sus anhelados lares disponen de medios de fortuna para seguir las prescrip- 
ciones de la ciencia, que aconsejan vida higiénica, absoluto reposo y nutritiva alimen- 
tación, la mejoría y en no pocos casos la curación, no tardan en aparecer; mas no acae- 
ce lo mismo, lamentablemente, con otros muchos que solo pueden confiar su restable- 
cimiento a la excelencia del clima. Y esto no es suficiente. Y esto, como arguyen 
con vigor y claridad los firmantes de la proposición, no puede seguir, tanto porque es 
condenar a muerte inmediata a esos enfermos repatriados como porque es hacer la 
siembra, en las tierras de salud y vitalidad de Asturias, de ese cruel azote conocido 
por la peste blanca, A impedir ambas tristes contingencias tenderá el futuro sanato- 
rio, donde hallarán acogida cuantos de nuestros tuberculosos así lo deseen y cuyo tras- 
lado influya ventajosamente en su estado general. 

La empresa es costosa; pero los resultados augúranse espléndidos. Y tratándose 
de hacer hablar al corazón, el asturiano es todo corazón, ageno a problemas aritméti- 
cos que suelen cegar la clara linfa de la caridad y el altruismo. 


VELADA DEL DOS DE MAYO 

El día Dos de Mayo, aniversario de la fundación del Centro, verificóse la Velada 
en honor de los socios fundadores y en conmemoración de la fecha de fundación* Como 
número extraordinario figuraban el descubrimiento y presentación del retrato de Jo- 
yel lanos, pintado por el ilustre Alvares Sala, copia de uno de Coya, para colocarlo 
en nuestras Escuelas. La fiesta, pues, no pudo tener más atractivo. 

La concurrencia fue enorme. Presidió el señor Presidente General, D* Vicente 
Fernández Ríaño, teniendo a su derecha a D. Maximino Fernández SanfeKz, expresi- 
dente de la Sociedad; al señor Vicepresidente primero, D. Maximino Fernández y Gon- 
zález, y al señor Vicepresidente de Recreo y Adorno, D. Ignacio García ; y a su izquier- 
da a! señor Vicepresidente de instrucción, D. Jesús Fernández, y a D. Eduardo Gon- 
zález Bobes. 

El Secretario General y el señor Secretario de la Sección de Instrucción, D. Faustino 
Bermúdez Quadreny, ocupaban sus respectivos puestos. 

El señor Vicepresidente primero, D t Maximino Fernández y González, pro- 
nuncia un bellísimo discurso, en el que, como él sabe hacerlo, refirióse a la fundación 
de la Sociedad y a la magnitud de la obra llevada a cabo, comenzada por aquel puñado 
de asturianos con una fé inquebrantable; habla del desenvolvimiento del Centro, y de 
lo que éste significa hoy, y ofrece, en fin, una de las mejores oraciones entre las muchas 
muy buenas que le hemos oído pronunciar 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Lástima grande es que las notas taquigráficas se hayan extraviado, privando a 
todos los socios del placer de saborear tan hermoso discurso, y sintiendo nosotros muy 
de veras no poder ofrecer de él cuando menos un extracto que expresara las principales 
ideas. 

Al ser corrido el lienzo que cubría el retrato de Jovellanos, D. Eduardo Gon- 
zález Bobes — amplio ademán tribunicio, fácil oratoria e ideas luminosas— comenzó así: 

Señor Presidente: 

Señoras y señores : 

Debo empezar haciendo una declaración sincera: voy a defraudar las esperanzas 
de la Comisión Organizadora de esta fiesta y no las vuestras, porque vosotros habéis 
venido invitados a oír y apreciar los méritos de los números que en este programa se 
van desarrollando y no es vuestra !a culpa si uno de los que ha de tomar parte en la Ve- 
lada, no está a la altura del papel que se le ha encomendado. 



Figuraos un rincón delicioso de la Naturaleza. Por 

§ la izquierda va desarrollándose un bosque que desciende 

hasta una pequeña llanura rocosa a la que limita una 
encantadora playa; a la derecha se extiende la campiña 
risueña. Va desenvolviéndose en ondulaciones ascenden- 
tes hasta confundirse con imponente cordillera. Aquí y 
allá pequeñas casitas blancas cuyas chimeneas denotan 
la laboriosidad de la hacendosa muj er que en aquellos mo- 
mentos prepara la alimentación para los hombres que, 
inclinados sobre el campo van regando ei sudor de su 
^ frente a la tierra, que, merced a su trabajo, se mantiene 

constantemente verde. Al fondo el mar, el majestuoso 
d. Eduardo González mar limitando el horizonte visible, uniéndose al firma- 

BOBES, DISTINGUIDO 

coa sociad o y brillan- mentó esmaltado de blancas nubes, y cubriendo este deli- 

TE OKADOR cioso cuadro de la naturaleza el sol que desciende a su 

ocaso, dando con su luz vigor a los contornos, haciendo más firmes las sombras, bañando 
con ]a indescriptible poesía del crepúsculo vespertino el hermoso conjunto. 


¿Queréis un pintor para ese cuadro? ; Ahí tenéis que buscar un artista. ¿Que- 
réis un hombre capaz de trasladar al lienzo toda la poesía de ese pedazo de la Natura- 
leza? Tenéis que buscar un genio. Solo un hombre dotado de excepcionales cualida- 
des, que sienta intensamente ei arte, que viva en contacto con la Naturaleza, que la 
sienta ; y que la ame; un sér extraordinario, un hombre privilegiado en contacto con la 
divinidad podrá hacer que la copia se confunda con el original, porque la inspiración 
es don divino, es el efluvio que hace a los hombres superiores, que eleva el hombre a 
Dios, que une lo divino con lo humano, el Cielo con la Tierra. (Aplausos). 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA ¡TABANA 


Jovellanos no es una entidad cualquiera; Jovellanos no es un general célebre 
por las batallas ganadas sacrificando innumerables semejantes; Jovellanos no es un 
sujetador de pueblos; Jovellanos no es una figura de la Historia que se destaca en los 
tiempos pasados rodeada de dolores y miserias en un período difícil para la Humani- 
dad; Jovellanos es algo majestuoso, sublime, excelso, incomparable; Jovellanos es el 
español de cerebro más vigoroso del siglo XVII 1, el hombre que con su poderoso ta- 
lento ha podido dar relieve al reinado pecaminoso de Carlos IV. Y para hablar acerca 
de un hombre de estas condiciones, comprenderéis que se necesitaba un apologista que 
hubiese pisado las aulas universitarias; un hombre que viniese aquí documentado, no 
con una documentación ligera adquirida de momento en las bibliotecas; era preciso 
que viniese a esta tribuna un hombre eminente por su saber y su ciencia que os hablara 
de la obra de jovellanos, tal como ella es, a la altura de su privilegiado talento. Y 
esto es muy difícil para mí que no poseo los conocimientos necesarios ni reúno Jas con- 
diciones intelectuales para este empeño: para hablaros de nuestro gran hombre, de 
Gaspar Melchor de Jovellanos. (Aplausos). 

¿Conocéis el retrato moral de este gran asturiano? ¿Queréis ver cómo J o vel la- 
nos es la personificación de nuestro carácter? Oíd a Nocedal ; oíd a uno de las que más 
sinceramente y con más cariño, a pesar de sus ideas, se ha ocupado del gran hombre 
público: "Era religioso sin afectación, dice Nocedal, ingenuo, sencillo como un niño, 

amante de la verdad, apasionado del orden, suave en el trato, firme en las resoluciones, 
agradecido a sus bienhechores, en la amistad constante , en el estudio incansable, duro 
y fuerte en el trabajo. Oía con placer los consejos de sus amigos y respetaba la opinión 
de los doctos; pero cuando su convicción o su conciencia le impulsaban a obrar de una 
manera, todos los esfuerzos del mundo no fueran bastantes a desviarle de su proposito 

Como veis Jovellanos era un carácter que oía los consejos de los sabios y atendía, 
como un niño a la solicitud de la amistad; pero cuando tomaba una resolución, cuando 
en la cosa publica se afirmaba a un propósito; cuando él entendía que debía vituperar 
los actos de aquellos que gobernaban por derecho divino la nación o mostrarse íneon- 
forme con las liviandades de María Luisa, Jovellanos, como buen asturiano, como 
hombre de entereza, no se detenía ante el perjuicio que aquella censura y la oposición 
de sus austeros principios podía proporcionarle. Solo iba al cumplimiento de su deber 
tal como él lo entendía. 

Su amor a ía verdad crea le grandes dificultades Aunque se le reconoce talen- 
to tan superior que lo mismo diserta ante su pueblo que ante los doctos de la Academia 
acerca de la mejor manera de explotar los productos naturales de la tierra ; que se ins- 
pira en la poesía y trata de literatura; que lo mismo emite su famoso informe sobre la 
Ley Agraria que habla al pueblo de la conveniencia de los medios de comunicación y 
dicta el hermoso escrito que hace la apología de Carlos 111, del gran Rey que había 
impulsado nuestra nación por derroteros de progreso, precisamente la antítesis del otro 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Rey de su mismo nombre, que le sucede, de Carlos IV, del que había de ser Jovellanos 
ministro; aunque se le reconocen esos méritos y nadie duda de su exquisito talento y 
todos le consideran un hombre superior y útilísimo para los negocios del Estado, su 
amistad con Cabarrús, caído en desgracia, hace que Lorena entonces Ministro de Ha- 
cienda, consiga el encierro de aquél y enviar a Jovellanos a Asturias con el encargo 
de estudiar las minas de carbón. Aquel destierro en el fondo y aquella amargura por 
la que pasó al ver que sus servicios a la Nación son recompensados así, no abatieron 
nada su vigoroso espíritu. Este disimulado destierro marca, precisamente, una de las 
etapas más gloriosas de nuestra provincia. Durante ese destierro, en 1794, si no me 
es infiel la memoria, fundó el Instituto Gijonés, que entonces se llamó Real Instituto 
Asturiano. El, que tanto trabajó para conseguirlo, sabía lo que esta obra de cultura 
significaba para el porvenir de nuestra Asturias. Hombre de temple tal que lo mismo 
intervenía en los asuntos públicos que predicaba moralidad; que disertaba acerca de 
literatura con la misma facilidad que estudiaba la mejor manera de explotar ios pro- 
ductos naturales, fundaba ese Instituto, que hoy justamente lleva su nombre, porque 
él estimaba que ese Instituto en el gran puerto de Gijón, en la hermosa villa en que 
había nacido, era el motor que había de impulsar el progreso de nuestra amada región. 
Las primeras asignaturas de la naciente institución denotan sus propósitos: matemá- 
ticas, física, mineralogía y náutica para crear hombres prácticos capaces de explotar 
los tesoros minerales que empezaban a descubrirse y de guiar, como hábiles pilotos, 
nuestros barcos a todas las partes del mundo. Todo su afán en aquel disimulado des- 
tierro fue obtener ventajas para la provincia, y así después del Instituto solicitó y ob- 
tuvo la construcción de la carretera de Oviedo a León, llamada Central de Asturias, 
de la que se le nombró Director. 

Comprenderéis que no es este lugar ni yo soy el llamado a estudiar a jovella- 
nos desde los distintos puntos de vista que él se merece. En primer término porque 
aún siendo esta una Sociedad asturiana y estando todos en el deber de estudiar a nues- 
tros grandes hombres, no es una sociedad política y fuera necesario que al hacer yo, 
modestamente, un estudio de Jovellanos, entrara en la crítica de los reinados en los 
que, como político, tomó él tan principal parte 

Aparte de todo esto, señores, se ha escrito tanto de jovellanos, tantos han sido 
ios hombres que se han ocupado de esta eminencia del Siglo XVIII, que sus obras, 
sus pensamientos, sus profundos estudios, toda la asombrosa actividad de su cerebro 
está analizada desde el punto de vista social, desde el punto de vista político, desde ei 
punto de vista científico, desde el punto de vista literario; y es más, fue tan raro y tan 
privilegiado el talento de este hombre prodigioso, que ¡admiraos! todos los políticos* 
todos los partidos que después han ido destacándose al calor de la evolución política, 
desde el más absoluto al más liberal, todos absolutamente todos, quieren tener puntos 
de contacto con el gran Jovellanos. Y efectivamente, el absolutista que mantiene la 
ortodoxia busca las obras de jovellanos y encuentra en ellas algo que afecta a su causa; 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


un moderno escritor le conceptúa como el precursor de la doctrina conservadora y los 
liberales, los republicanos y hasta los socialistas encuentran que J avellanos ha sido 
uno de sus iniciadores. Y es, señores, que el talento y la rectitud de conciencia, cuando 
el hombre procede a impulsos del corazón, sean cuales fueren sus ideas, no puede pro- 
ceder más que con arreglo a un principio inmutable: con sujección a la justicia, J ove- 
llanos era esclavo de ese principio. (Aplausos). 

Presenciando un día, allí en su querida provincia, que en una iglesia se le daba 
a los vaqueiros la comunión en la puerta, él clamaba porque llegara un día en que no 
se escarneciese a los pobres, a los humildes. Por este hecho y otros parecidos fue til- 
dado de irreligioso. Nada más inexacto. Era religioso, sencillo, creía en Dios; pero 
consideraba la religión, no como dogma sino como base de principios morales para la 
mejor estabilidad de la familia, A pesar de esto se buscaron motivos para que se le 
aplicaran las leyes religiosas de aquel tiempo y para que contribuyera el Santo Oficio 
a su segundo destierro por hereje, A indicación de Gabarros fue designado ministro 
por el Príncipe de la Paz, en contra del parecer de la venal María Luisa a quien no 
convenía cerca de la Corte un hombre de tan austeros principios morales, A su re- 
greso de Asturias se encontró con la Corte en Aran juez, Cabarrús le esperaba para 
decirle cómo y de qué manera había conseguido que se le nombrase Ministro y la opo- 
sición de la Reina. Don Melchor presintió que aquel nombramiento sería una gran 
desgracia no sólo para él sino para sus amigos. Su primer impulso fue no acercarse 
a la Corona y retroceder: poro la amistad hacia los hombres que habían de acompañarle 
en la dirección del Estado le hizo desistir de semejante actitud y fiel a sus principios, 
se dispuso a arrostrar los peligros que más tarde habían de llevarle conducido y sin 
miramiento alguno a la cartuja de Jesús Nazareno en Palma. La pérdida del poder 
y el destierro no le apenaron tanto como la calumnia de hereje en que se fundó su se- 
paración del ministerio siendo él temeroso de Dios, amante del Trono, para el que que- 
ría un reinado justo y esplendoroso como el de Carlos III y no la caricatura que re- 
presentaba et indolente Carlas IV, rodeado de su venática mujer, del mediocre Godoy 
y la turba de medianías aduladoras que rodeaban el trono, entre los que figuraba Ca- 
ballero, su enemigo, que le sucedía en el Ministerio de Gracia y Justicia. 

A pesar de! dictado de hereje, los buenos monjes de la Cartuja tuvieron para él 
sus más cariñosas atenciones y allí también aprovechó el tiempo en detenidos estu- 
dios de la botánica; mas aquella vida tranquila y sosegada no podía complacer a sus 
enemigos a quienes molestaba que Jovellanos se dirigiese al Rey, no en queja, pues él 
no se quejaba de su destierro, sino pidiendo justicia, solicitando que se le juzgase y 
oyese. Su traslado al Castillo de Bell ver señala la época más penosa de nuestro egre- 
gio paisano. La vigilancia a que sus enemigos le someten es tan estrecha que hasta 
para las necesidades más íntimas ha de estar presente el oficial de guardia a fin de evi- 
tar que el criado pueda hablarle ni facilitarle medios de comunicación exterior. Y 
en esta situación angustiosa, sin protestar, resignado a su desgracia, perdiendo la sa- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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lucí, pero no las energías, le sorprende, después de algunos años de cautiverio, la Real 
Orden poniéndole en libertad, suscrita por el mismo ministro que había contribuido 
a perderlo, por Caballero. 

Los ejércitos de Napoleón habían puesto planta en nuestra patria; Jovellanos 
era libre; España ardía en guerra sangrienta contra el invasor, la misma libertad que 
disfrutaba era obra de la influencia napoleónica y en esta situación, enfermo de cuerpo 
y alma, todavía le quedan alientos suficientes para rebelarse, para defender la integri- 
dad de su patria. Jovellanos fue un gran patriota. Muchos de sus mejores amigos 
habían aceptado el nuevo régimen y acataban la soberanía de José 1 como rey de los 
españoles impuesto por la autoridad guerrera del gran Napoleón Bonaparte. jovella- 
nos se mantiene fiel a sus principios y a su patria. Murat y el mismo Napoleón en- 
tienden que deben despachar correos directos para convencer al gran asturiano, para 
atraerle a su causa, sabiendo que es un espíritu abierto a todos los sentimientos de 
libertad y de justicia. A ello fe excitan sus amigos y en los mensajes no sólo se le ofre- 
ce una cartera de ministro sino que se le promete una era de prosperidad y paz para 
su patria, asegurándole el desarrollo de su programa y su doctrina en el poder, jove- 
llanos sordo a todos las halagos prefiere ir modificando nuestras costumbres políticas, 
venciendo todos los obstáculos, destruyendo los malos hábitos de nuestros gobernantes, 
a ver dominado nuestro país y en manos extranjeras el cetro de nuestra patria 

Miembro de la junta Central para la defensa del territorio nacional, por nues- 
tro principado, en ella dio pruebas de su saber y con ella corrió los riesgos a que le ex- 
pusieron sus enemigos internos y en su defensa escribió una de las páginas más her- 
masas que han salido de su pluma, 

Ya veis, señores, pálidamente, lo que fué Don Melchor Gaspar de Jovellanos: 
un político eminente y austero, un gran patriota, un gran sociólogo y el padre de las 
modernas teorías que en parte se están realizando en ios países más adelantados y las 
que arrancan de ese famoso trabajo que se llama Informe sobre ia Ley Agraria. 

Un hombre de estas condiciones, que tiene en el mundo de los inmortales un 
puesto tan elevado, bien merece lo que acaba de hacer el Centro Asturiano en su honor; 
bien merecido tiene que t] Centro haya adquirido su retrato para que sea colocado en 
esta casa asturiana, en el departamento de estudios, en esa Biblioteca a fa que se va 
a aprender y a meditar, para que se recuerde con admiración y con cariño la g regí a 
figura de Jovellanos, el primer español, el hombre más eminente, el hombre más genial 
de la España del siglo XVIII 

He terminado. (Grandes aplausos). 

La velada, pues, fué de las que hacen época en nuestro capítulo de grandes fiestas. 


Sección de Instrucción: Su labor ha sido en verdad fructuosa, digna de loa, 
como se hizo constar oportunamente al final del curso escolar. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Durante el año se anotaron 1,913 matrículas, lo que refleja la importancia de 
nuestras Escuelas, admirables por su orientación pedagógica y por la idoneidad, además, 
del profesorado. 


Estadística del Sanatorio: Enfermos asistidos, 9,002. Operados, 5,629 Fór- 
mulas despachadas por la farmacia, 375,830. Servicios hidroterápicos, 102,652. Aná- 
lisis de todo género, 8,800, Radiografías, corrientes eléctricas, faradización, etc., 17,009, 

Con ocasión de la peste bubónica, declarada en la Habana, se puso a prueba la 
eficacia del Laboratorio y de! cuerpo médico, pues han sido asistidos con fortuna va- 
rios atacados. Fue reedificado el pabellón "Bango", de cirugía, haciendo en él una 
instalación modelo con arreglo al destino que se le tiene señalado. 

Fallecieron 128 pacientes, cuyos sepelios costaron $9,379.30 oro y $335.50 en plata, 

Y se reembarcó, por enfermedad, a 66 socios, importando los pasajes y asigna- 
ciones $3,923.67 oro y $39.60 plata. 


Comisiones de glosa. Estas Comisiones, valiosas auxiliares de las juntas Direc- 
tivas y generales, estuvieron así formadas : Primer trimestre: D r Nicolás Gayo Parrando, 
don José Antonio García, don Jesús Martínez, don Cirilo Alvarez y don Luis R. Ro- 
dríguez. 

Segundo trimestre: Don Antonio Guerra, don Francisco García Castro, don 

Fernando Corrales, don Antonio Pérez y don Víctor A. López. 

Tercer trimestre: Don Eduardo L Blanco, don Luis R, Rodríguez, don Aqui- 
lino Alvarez, don José Menéndez Prado y don Ama lio Machín. 

Cuarto trimestre: Don jesús Martínez, don Fermín Suárez Solís, don Salva- 
dor Mere, don Rafael Va Id es y don Manuel Pérez. 


Notas de duelo: Hubo dos bajas en las filas gloriosas de los Socios fundadores: 
Don José González Aguirre, orador y literato de ilustre prosapia intelectual, quien nos 
legó una documentadísima Historia de las primeros 25 años del Centro, resumen es- 
pléndido de aquellas jornadas, y don Manuel Arguelles García, cuyo óbito acaeció 
cuando ocupaba con prestigio y competencia el cargo de Administrador del Sanatorio. 


Socios: Al cerrar e! año, el número de los inscriptos ascendía a 36,523. 




PRESIDENCIA DE D. VICENTE FERNANDEZ RIAÑO 

II 

AÑO 1915 

Inauguración del teatro 'Camfoamor" y de cuatro pabellones en el Sanatorio. 
El Libro de Oviedo— Tributo a la vejez— Veladas del dos de Mayo, 

APERTURA DE CURSO Y FIESTA DE LA RAZA. 

Junta Directiva y Secciones. 


i 


§ 


¿i 


E CUNDO período presidencial del Sr. Fernández Riaño y rápido avance 
de las obras emprendidas. ¡El teatro va delineándose lleno de gracia arqui- 
tectónica, y de la tierra oere de la Quinta, entre la maravilla de los frambo- 
y anes y las palmeras como enormes abanillos desplegados y la pompa de los rosales, 
yérguense ya, a principios de año, con sus románicas columnatas, los cuatro palacetes 
que serán hogar de esperanza y refugio de dolores y lecho de piedad y amor de nuestros 
hermanos enfermos f 


Llevan nombres gratos al sentimiento asturiano. Nombres insignes. Leed; 
“Manuel Valle”, “Ramón Arguelles' , 'Saturnino Martínez". Reemplazan los tres, 
ahora de duradera y firme construcción, a los que antes, con las mismas ecoicas deno- 
minaciones, eran de menos consistencia y que el devanar de los años fue arrumbando. 
El cuarto pabellón es homenaje al Presidente actual, don Vicente F. Riaño, bien ga- 
nado recuerdo a quien tan activo y diligente se muestra en el ejercicio de su cargo. No 
son puestos en servicio simultáneamente, como pudiera creerse, si no a medida que 
van siendo entregados por los constructores. Los dos primeros, "Valle" y "Arguelles", 
en las postrimerías de Abril; los otros dos, "Saturnino Martínez' y "Fernández Riaño", 
a principios de julio. El Sanatorio, con estas y las restantes edificaciones, dij érase 
Jugar de señoriales residencias, aristocrático retiro oculto entre follaje que tamiza el 
sol tropical y aroma la fresca, sedante brisa. Los enfermos que convalecen y aquellos 
a los que sus dolencias no les impiden pasear, discurren por estos encantados senderos 



152 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


y se sientan bajo estos coposos árboles o se tienden en el aterciopelado césped, delicada 
alfombra para sus cuerpos adoloridos, sintiéndose renacer a una nueva pujante vida 
después de gustar las dulzuras de este oasis deliciosos y fragante, mientras contem- 
plan el ir y venir raudo de las golondrinas, regalan sus oídos musicales sinsontes y cru- 
zan el azul espacio bandadas de palomas que en gentiles giros acuden a picotear en sus 
manos blandas migajas de pan. 


Junto al progreso material cómo se afina y sensibiliza, de hora en hora, nuestra 
espiritualidad colectiva. Regocija ver lo que avanzamos en el orden de la cultura y 
de los afectos, de cuanto es atributo de almas selectas. Sabemos sentir. Sabemos 
agradecer. Sabemos expresar nuestra devoción por los hombres que nos honran y las 
cosas que nos enaltecen. En 19 de Febrero, al acaecer la muerte del licenciado don 
Eugenio Mañach, presidente en funciones del hermano Centro Gallego y uno de los 
cerebros más robustos de la colonia española de Cuba, suspendimos nuestras fiestas 
de Carnestolendas, en identificación absoluta con la entidad galaica, además de estar 
nutridamente representados en el sepelio y dedicarle una corona al ilustre finado. Y 
posteriormente no rehuimos nuestra contribución a generoso proposito cerca de los 
deudos de éste. 

Más tarde, en sesión de 25 de Abril, celebrada por la Junta General, dispusí- 
monos a corresponder a los servicios, jamás regateados y siempre inestimables del que- 
ridísimo Rector de la Universidad Ovetense, don Fermín Candía y Seca des, autori- 
zando a la Junta Directiva para hacer una copiosa edición de la notable obra, ya ago- 
tada, El Libro de Oviedo ", original de aquél, reservándose nuestro Centro 50 o 60 
ejemplares en papel especial, a fin de distribuirlos entre diversas bibliotecas, y cediendo 
el resto al autor. 

Modesto el tributo, atendido el mérito de! sabio profesor tan compenetrado con 
nosotros; pero de una valiosa significación sentimental por ser expresión expon tánea 
de quienes en su mayoría, al lanzarse a la aventura de América, apenas si pudieron 
recibir, atropellada y fugitivamente, las más rudimentarias enseñanzas escolares, que 
luego, en la emigración, entre el cansancio de las rudas faenas y las hostilidad del medio, 
han propendido a completar poseídos de simpática ansia de ilustración. 


De este noble culto a las figuras proceres del pensamiento español, y si han na- 
cido en Asturias tanto mejor, existen muchos e irrefragables testimonios en las páginas 
de nuestra historia social. Y uno de ellos, elocuentísimo, lo brinda el acuerdo adop- 
tado el 24 de Enero de dar el nombre del glorioso poeta asturiano autor insigne de ' Do- 
loras G ‘ Pequeños Poemas' 1 , "Humoradas" y otras producciones inmortales, al teatro 
en construcción. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


153 


Es oportuno recordar que esta feliz iniciativa se debió al distinguido coasociado 
y vibrante orador, don Eduardo González Bobos, quien al pedir que el futuro coliseo 
se denominara “Campoamor’J expuso: 'con esto enaltecemos la memoria del más 

grande poeta de la Asturias contemporánea, y de esta manera el teatro, perteneciente 
a una Sociedad asturiana, tendrá un nombre en relación con el origen de la misma \ 
El "CampoamorJ teatro de depurado gusto y elegancia, con admirable acústica a la 
vez que sumas comodidades para los espectadores, fué inaugurado el 17 de Noviembre, 
actuando una bien acoplada compañía de zarzuela española que tanto en la noche de 
su presentación, en verdad triunfal, como en las restantes funciones, alcanzó ruidosos 
éxitos, prestigiando aquel escenario. 

Nuestro Centro prefirió ceder en arriendo e! lujoso coliseo a administrarlo di- 
rectamente, concediendo la explotación del mismo a don Armenio La Villa, el que con 
plausible liberalidad, patentizando su condición de socio entusiasta, renunció a la in- 
demnización de $1,400.00, que hubiésemos tenido que abonarle por tardanza en la en- 
trega, actitud que motivó una comunicación oficial de gracias. 

Hubo otras notas, asimismo, de espiritualidad, en este período de 1915, desta- 
cándose la emocionante de conceder una pensión anual de $720.00, que le ponga a res- 
guardo de penurias y agobios económicos, al socio numero uno don Antonio Alvarez, 
que rendida su espléndida jornada de constancia y entusiasmo, entra en la vejez tan 
horro de bienes materiales como cuando joven y romántico y generoso contribuía a 
crear el Centro, en cuyas filas ocupó el primer lugar. Los socios veteranos en estas 
cruzadas de sacrificio e ilusión, nada tienen que temer de la fosca senectud, si el 
destino les niega sus favores en edad que tanto los necesitan; aquí, en esta casa, que 
ellos levantaron, está su hogar y los brazos asturianas son brazos que habrán de am- 
pararles, amorosos y blandos, de por vida. 

Terminemos este bosquejo de un año de labor, refiriendo que e! cinco de Di- 
ciembre fueron reelectos por un nuevo bienio, 1916-1917, don Vicente Fernández Ria- 
ño, presidente y don Maximino Fernández González, primer vicepresidente. 


Velada del Dos de Mayo : En esta fecha, vigésimo nono aniversario de la fun- 
dación del Centro y fiesta oficial de éste, se obsequió con un banquete a las señores 
socios fundadores y por la noche se celebró la Velada litera río-musical de costumbre, 
en la que intervinieron notables artistas, objeto de grandes aplausos por la concurren- 
cia, como siempre, selecta y numerosa. 

El joven y culto abogado don Julio Al va rez Arcos, de ascendencia astur, miem- 
bro eminente de nuestra Sociedad, en cuya Directiva ha figurado destacadamente, 
ocupando distinguidos cargos, pronunció bellísima oración, de la que seleccionamos 
algo de lo más emotivo e inspirado: < 



154 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE i A HABANA 


(Muchas gracias por vuestros aplausos, yo los convierto en flores para arrojar- 
las a los pies de las damas que con su presencia, han contribuido a aumentar los encan * 
tos de esta fiesta). 

Sr. Presidente del Centro Asturiano, Señores Socios fundadores, Señoras y 
señores : 

Yo no podía negarme a complacer a los que siempre me han colmado de aten- 
ciones y de honores, de aquí que me resignase a hacer uso de la palabra en esta fiesta 
a instancias de sus organizadores, aún con la convicción de que con ello sólo había de 
contribuir a restarle explendor y lucimiento; pero sea la responsabilidad de este fra- 
caso para esos amigos cariñosos que en sus entusiasmos, en sus simpatías, y en sus 
afectos para conmigo se han empeñado en oír mi palabra, vehemente algunas veces 
porque en ella pongo el corazón y el alma, y elocuente nunca, porque desconozco 
los dogmas oratorios y porque carezco de las condiciones excelsas que adornan a los 
príncipes de la tribuna; y es más grande mi preocupación, porque acuden a mi pen- 
samiento rayos de luz, destellos luminosos que me hacen comprender ia trascendencia,, 
la grandísima importancia de esta obra realizada por los asturianos en Cuba, y que 
para hablar de sus organizadores, es necesario un canto de gloria, pero un canto de 
gloria entonado no por mí, sino por uno de esos magnates de la oratoria, por uno de 
esos apóstoles de las sugestiones que compenetran a las multitudes con sus ideas, y 
les hacen sentir con ellos sus grandes concepciones, sus grandes pensamientos; he aquí 
por que en estos momentos yo elevo mi pensamiento a Dios y le digo humildemente: 
Señor, yo quiero celebrar la labor de estos hombres que crearon esta obra grandiosa 
de naz y de amor hecha para el bien de nuestros semejantes, que fue tu preocupación 
mientras pasaste por la tierra, Señor, no me niegues en estos instantes la fuente di- 
vina de tu inspiración, 

Y es necesaria la inspiración porque cuando se contempla la grandiosidad de 
la obra realizada, la imaginación se empeña en que sólo pudo ser producto de otras 
épocas, de generaciones pasadas, de hombres de condiciones extraordinarias, y no de 
nuestros tiempos en que el excepticismo y el desaliento mata en flor la mayoría de las 
más generosas iniciativas, y en que ios egoísmos, las ambiciones y las concupiscencias, 
dejan morir los más robustos ejemplares, que para el bien de la humanidad, fomentaron 
en otras épocas los entusiasmos, la nobleza y la generosidad de la raza. Es necesaria 
la inspiración porque al buscar a esos hombres y encontrarnos que los tenemos a nues- 
tro alrededor y que son hombres humildes que surgieron del seno de la democracia, ja 
imaginación se queda perpleja discurriendo cuál pudo haber sido la fuerza miste- 
riosa que animó a estos asturianos modestos surgidos de la emigración, para conver- 
tirlos en sus entusiasmos y en sus empeños en la realización de sus propósitos, en triun- 
fadores en la lucha, en colosos en sus bregas, en Señores del éxito. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


155 


Hasta ahora, al leer la historia de los españoles, yo había experimentado por 
ellos la admiración por sus luchas guerreras, recordaba las luchas épicas de la recon- 
quista por aquel rey asturiano que cubrió de imperecederas glorias vuestra región 
montañosa como la Suiza y bella como los ensueños de un poeta, y admiraba el arranque 
denodado de aquellos que en un momento de santo patriotismo se entregaron decidi- 
dos a la gloria o a la muerte; veía luego las páginas que trataban de vuestras luchas 
por la independencia cuando la invasión napoleónica, y al leer la defensa titánica de 
Madrid cuando el dos de Mayo de 1808, cuyo aniversario glorioso es hoy también, 
al leer los sitios de Sagunto, de Zaragoza y de Numancia, en que las mujeres pelearon 
como si fueran hombres y los hombres como si fueran leones, defendiendo su guarida, 
yo experimenté el éxtasis de la admiración por un pueblo que despertó de su letargo 
con la visión sublime de sus deberes por la libertad; y cuando buscando en la Historia 
me encontraba con los conquistadores, con los Pizarro, con los Pinzón, con los Núñez 
de Balboa, con los Magallanes, yo sentía también la admiración por estos aventureros 
sublimes; pero todas esas glorias, todas esas hazañas sorprendentes en el orden délas 
heroicidades no acabaron de sugestionarme en mi admiración hacia los españoles, por- 
que con la antorcha de la libertad unas veces se defendía el suelo patrio y con la an- 
torcha de la civilización otras, cuando se lanzaban a la conquista de los países nuevas, 
fueron casi siempre compañeros inseparables la destrucción y la muerte; y yo quería 
poderlos admirar, sin verlos rodeados de cadáveres, sin desolaciones y sin ruina, sin 
razas oprimidas v sin pueblos conquistados, en medio de un cielo esplendoroso, sin 
nubarrones de pólvora, realizando una misión de paz y una misión de amor y esa opor- 
tunidad me la han dado ustedes con la creación de estos Centros, que al levantar so- 
bre sus muros la bandera de España, le conquistaron en la paz los mismos honores y 
las mismas glorias, que le conquistaron otros hijos valerosos en los campos de batalla 
en medio de luchas inmortales; allí fué el arranque brusco del león herido, ésta es la 
labor sistemática y consciente del hombre que cumple con placer su misión de auxiliar 
a sus semejantes, de protegerse a sí mismo, de mejorar al mundo. Por eso yo quería 
que para hablar en esta fiesta se hubiera traído un orador grand i-elocuente, un orador 
que en párrafos brillantes les hubiera hecho comprender a ustedes cómo estos triunfos 
de la paz, deben ser los más estimados por la humanidad toda, las que mes deben sa- 
tisfacernos, porque son los triunfos plácidos, los que permiten sonreír ai alma, los que 
no entristecen a! corazón, ios que permiten hacer el bien, sin causar un daño a otro, 
los que no dejan tras de sí la huella de la tristeza y del dolor. 

Un orador elocuente que en párrafos brillantes hiciera resaltar la importancia 
de estos Centros bajo el punto de vista de nuestra nacionalidad cubana Bajo el pun- 
to de vista de nuestra nacionalidad cubana porque ellos son como grandes faros que 
atraen a la emigración indicándoles, que cuando en las luchas borrascosas por la vida 
se ven azotados por las enfermedades, la incultura o la tristeza, estos Centros les indi- 
carán siempre un puerto de refugio donde guarecerse en sus enfermedades, donde ad- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


quirir si lo desean la instrucción y la cultura que les falte, donde disipar las tristezas 
que le agobien; porque estos Centros son como un señuelo en medio de la selva que 
canta las grandezas de la emigración atrayendo sobre estas tierras a los que van exten- 
diendo sus alas para alejarse de la patria en busca de un porvenir en otras tierras y 
en otros horizontes, porque la fama de sus bienandanzas se ha esparcido ya por la re- 
gión asturiana y cuando hay algún rapaz que se siente vacilante para lanzarse a la gran 
aventura, siempre surge el consuelo persuasivo del padre o del abuelo, de i indiano que 
conoce nuestros Centros y que le da ánimos diciéndole: no tengas miedo, rapaz, no ves 
que allí nuestra Colonia está unida y tiene una gran Sociedad con un magnífico Centro 
y un magnífico Sanatorio, no tengas miedo a las enfermedades, si tienes esa desgracia 
estarás bien asistido como si estuvieras en tu propia casa; si quieres, tienes donde ins- 
truirte y adquirir cultura, tienes también fiestas donde divertirte disipando las nostal- 
gias de la patria; no tengas miedo, rapaz, vete allá. Y así viene confiada y animosa, 
esa inmigración, que es trabajo, que es riqueza, que es vida; así aumentamos nosotros 
nuestra circulación arterial, con esa sangre vigorosa y fuerte y aunque de color rojo, 
a los efectos étnicos de sangre blanca. He ahí la importancia de estos Centros bajo el 
punto de vista nacional, bajo el punto de vista étnico. Bajo el punto de vísta étnico 
porque es la renovación de nuestra sangre, la purificación de nuestra raza. Bajo el 
punto de vista nacional porque es un elemento con el cual nos identificamos en lo ab- 
soluto y formamos un conglomerado armónico de perfecta resistencia ante la absor- 
ción de otros pueblos, con lo cual conservamos el predominio de nuestra raza y de nues- 
tro idioma y defendemos nuestra nacionalidad en el terreno pacífico más eficazmente 
que lo que pudiéramos hacerlo en un momento dado ante i a imposición de las circuns- 
tancias y cuando ya nuestros males no tuviesen remedio en medio de luchas violentas, 
desesperadas y suicidas, ¿Y cómo no hemos de identificarnos con esa inmigración? 
Después de todo nosotros no somos descendientes de los primitivos pobladores indios, 
ni de los esclavos africanos, somos los descendientes, los hermanos de la misma raza. 
Por eso yo entiendo que yo también he realizado labor patriótica como cubano contri- 
buyendo con mis modestos esfuerzos a la prosperidad y al engrandecimiento de este 
Centro, donde se educa y se instruye a la juventud, donde se propaga la cultura, donde 
se contribuye a la Sanidad de la República, donde se fomenta la emigración, donde 
se ahorran al Estado anualmente muchos miles de pesos. Podrá haber quien diga que 
esos beneficios son en favor de los socios; pero esos socios son en el mañana, bajo el 
punto de vista de nuestra nacionalidad, los padres de nuestros hijos, y esos hijos son 
nuestros propios ciudadanos. Por eso me sonrío incrédulo cuando oigo hablar de odios 
entre cubanos y españoles, porque esos odios me semejan esa lluvia que cae en medio 
de un sol esplendoroso, que mortifica en el momento pero que no tiene ni intensidad 
ni persistencia bastante para apagar la luz del So!. 

Permitidme, señores, que en medio de este homenaje dedique un recuerdo a los 
que de ustedes ya fallecieron, permitidme que en aras de la fantasía, deposíte en nom- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


157 


bre de esta Asociación sobre sus tumbas, una corona de siempre vivas, para demostrar 
que no han muerto ni morirán en vuestro recuerdo, y especialmente permitidme tam- 
bién que consagre un homenaje a aquellos dos hombres tan pequeños de cuerpo como 
grandes de espíritu, que por su desinterés y por sus entusiasmo, facilitando Jos medios 
para que esta Asociación adquiriese las principales propiedades con que hoy cuenta, 
permitieron que ella surgiera con todos los alientos necesarios para culminar en este 
éxito. Esos hombres pequeños de cuerpo y grandes de espíritu, alentadores de espe- 
ranzas y realizadores de deseos, fueron don Manuel Valle y don Ramón Argüelles. 
Ustedes le han levantado al primero en el Sanatorio una estatua, pero en realidad don- 
de ellos tienen que tener levantado un monumento por la gratitud de cada uno de nues- 
tros corazones, es en el corazón inmenso y colectivo de esta Asociación, Ellos fueron 
las dos estrellas refulgentes que por su posición económica pudieron destacarse entre 
ustedes. Ustedes fueron con don Saturnino Martínez y con don Rafael García Marqués 
por paladines, las estrellas que les rodearon, con los mismos alientos y con los mismos 
entusiasmos, y con iguales laudables propósitos, pero con menos recursos, sin que esto 
pueda desmeritarles la gloria de haber sido ios que en la oscuridad que entonces nos 
rodeaba, rasgasteis las tinieblas con vuestra luz, que iluminó las conciencias, que le- 
vantó ios espíritus y que alentó los corazones. 

Por eso el Centro Asturiano os rinde este homenaje. Por eso anualmente 
os rinde este testimonio de honor, para expresaros que no olvida los favores y 
que no decae la gratitud, aunque alguna vez busque para expresar esos sentimientos, 
a quien como yo carece para hacerlo de la inspiración y de la elocuencia de los orado- 
res; pero bien sabían los que me designaron que en mis palabras yo había de poner 
todos los sentimientos y todas las añoranzas de mí alma, que entre los que realizaron 
los primeros esfuerzos en pro de este Centro formando parte de su primer Junta Direc- 
tiva, se encontraba mi padre, y al rendirle a ustedes este homenaje y al rendírselo a los 
que fallecieron, tengo la satisfacción inmensa de rendirle también este homenaje a su 
memoria , I sa tis face ion de sen ti rm e o rgu 1 loso d e se r su h i j o, porqu e cu a ndo a ig u i en co n 
ánimo de vejarme me recuerde mi humilde origen y me diga que soy hijo de un emigrante 
asturiano, yo le contestaré como ya dije en un banquete con que me obsequiara la Sección 
de Instrucción, alta la frente y alegre la mirada, que en efecto yo soy hijo de un emigran- 
te asturiano, pero de uno de aquellos emigrantes excelsos que por su esfuerzo filantró- 
pico por la prosperidad de este Centro, donde hay Sanatorio y donde hay escuelas, 
contribuyen a la prosperidad, a la cultura y a la educación de mi pueblo. 

Y ya que todo esto lo habéis hecho por Asturias, ya que ella ha sido vuestra 
inspiradora, no olvidemos en estos momentos a vuestra región, traigamos aquí sus va- 
lles y sus montañas, sus praderas y sus ríos, sus bosques y sus llanuras, para que avi- 
vando el recuerdo en nuestra imaginación podamos en aras de vuestro deseo enviar 
a vuestros hogares lejanos a través del mar y a través del espacio, el ósculo santo de 
amor de los que en la ausencia no olvidan. 

He dicho. (Vibrante ovación,). 



3 58 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Velada Escolar; Desde hace años esta fiesta en que son entregados sus respec- 
tivos premios a los alumnos más estudiosos e inteligentes de nuestra Escuela, constituye 
un legítimo e indiscutible triunfo para la Sección de instrucción y el claustro de 
profesores que la organizan. 

En la de 191? se confeccionó sugestivo programa, del que fueron parte princi- 
palísima robusta y honda composición poética de don Emilio Martínez, uno de nues- 
tro más altos valores intelectuales, la que acogemos en estas páginas, y un magnífico 
discurso del Alcalde de la Habana, doctor don Fernando Ereyre de Andrade, 

Copiemos el discurso del general Femando F re y re de Andrade y Velázquez, que 
arrancó a la concurrencia ruidosas ovaciones: 

Señoras y señores: 

Hay honras peligrosas, que no es posible declinar cuando se ocupan cargos pú- 
blicos, y se ha entrado, como acaso por mal de mis pecados me acontece, en la vida 
pública de su país. No he podido ni he querido declinar, por tanto la ocasión que con 
notable benevolencia me ofrecieron los señores que integran la Directiva de esta culta 
Sociedad, y por eso me encuentro ante vosotros cohibido y extraño en esta tribuna, 
porque es nuevo para mí hablar sin controversia, fuera de la ardiente y agitada arena 
de la política o de los apasionados debates del foro. Nunca elocuente, pero temerario 
y resuelto siempre ante el adversario, me encuentro tímido y cohibido ante este público 
que conmigo no discute y en el millar de cuyas conciencias siento se esperan mis pala- 
bras para hacerlas repercutir con la simpatía que inspira la comunión de sentimientos, 
pero vuestras esperanzas de deleitaros como en años pasados con las galas literarias de 
una oración en el idioma más sonoro y adaptable a la oratoria de cuantos emplean los 
hombres para expresar sus pensamientos, ha de quedar defraudada por la falta de con- 
diciones del encargado de esa misión, fácil para otros, pero para mí abrumadora. Su- 
pla mi buena voluntad las deficiencias; y procuremos que la Junta Directiva, si ve 
defraudados sus deseos de ofrecer a sus asociados una bella pieza literaria, confirme 
la confianza que tiene en mi amor intenso para la raza a que pertenezco, mi íé en su 
futuro destino, mi entusiasmo por cuanto coopera a su unión en la obra de expansión 
y progreso, sentimientos todos que acaso por momentos logren hacerse patentes en su 
intensidad completa para hacer vibrar vuestros corazones, ai glorificar a esta Sociedad 
española, cobijada por nuestro pabellón hermoso y fraternal, símbolo de los dolores 
y las esperanzas del más joven de la serie de pueblos que cubren la América desde el 
golfo de México hasta el Cabo de Hornos, proclamando el vigor y afirmando la fe en 
los futuros destinos de la gloriosa raza española, 

Y mi corazón vibra al unísono con el vuestro, asturianos aquí congregados, por- 
que cuando me encuentro entre españoles, vivan o no en Cuba, parece que el presente 
se borra y renace en mí alma el espíritu y el pensar de mis antepasados, aquellos que, 
cuando aún no se conocía la América, o cuando en ésta no había llegado la época de 



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159 


formar casa aparte, dieron su sangre y murieron o adquirieron renombre, prez y gloria 
en lucha contra el sarraceno o el extranjero, combatiendo por su Dios, que es el nues- 
tro, por su Rey y por su Patria, 

Vosotros, españoles, que en Cuba vivís, que compartís con nosotros los cubanos 
las luchas de la vida, bajo este ardiente sol, y disfrutáis de nuestra espléndida natura- 
leza, podéis sentiros orgullosos de vosotros mismos, porque sois dignos de vuestros 
antecesores; y si ellas por el hierro y por el fuego conquistaron, para hacerla el más 
rico florón de la corona de Castilla, — esta tierra "la más fermosa que jamás ojos huma- 
nos vieron", — como escribió el Gran Almirante del Mar Océano, vosotras, por el tra- 
bajo, por el amor, por vuestra identificación con la República, habéis realizado la re- 
conquista, no del poder político, ni del dominio colonial, sino la más difícil a raíz de 
una guerra, la de las voluntades y los corazones. Lucharon los compañeras de Colón 
contra las inclemencias del clima y el mar, contra los elementos desencadenados, con- 
tra e] abandono de la metrópoli y el olvido de sus necesidades, contra la hostilidad de 
una raza extraña incapaz de comprenderlos, y a jamás convivir ni identificarse, y con- 
tra todos esos enemigos combatieron y vencieron, como vencieron holandeses, ingle* 
ses y franceses, exterminando la raza india; pero la vuestra ha sido la conquista más 
difícil, porque sin emplear las armas, sin pretender dominar en el Gobierno, y por me- 
dio sólo del cariño, labrando con nosotros la tierra, procurando el incremento de nues- 
tro comercio, el desarrollo de nuestras industrias, la prosperidad de nuestras riquezas, 
conviviendo y mezclándoos con nuestras familias, fundando aquí vuestro hogar y siendo 
padres o madres de cubanos, habéis consolidado la unión de la raza y ni os sentís ni os 
miramos como extranjeros en esta tierra que fué vuestra y que, española o indepen- 
diente. amáis hasta tai punto que os enorgullecéis con nosotros de sus triunfos y con 
nosotros lloráis sus tristezas y sus desventuras. 

Esta es la verdadera reconquista, ésta es la reconquista fecunda y engrandece- 
dora: los ideales pasados, las crueles y sangrientas hazañas de la guerra ni entusiasman 
ya ni conmueven, y prueba patente la tenemos al contemplar la terrible lucha que en 
estos momentos agita al mundo y que sólo deja amargura y tristeza en los corazones 
y produce ar.sias de paz, anhelos de que renazca el trabajo y que se encuentre fórmula 
para que el Campo de Agramante tome a ver los humos de las fábricas y a oir el mugir 
o balar de los ganados en vez de los ensordecedores estampidos del canon a través del 
siniestro esplendor de los incendios. Los periódicos no cantan hoy las hazañas de los 
héroes, ni celebran las heroicidades de los pilotos que guían, arrostrando la muerte, 
aviones, submarinos y aereoplanos; sino que en ellos vibra y palpita el sentimiento 
universal de horror al ver que la Civilización retrocede y que la sangre derramada, 
con ser mucha, es nada si se compara con la destrucción del trabajo y el esfuerzo ar- 
tístico en que dejaron escrito sus ideales y sentimientos que ningún poder creador lo- 
grará reproducir como se reproduce la especie por ley natural. En cambio vuestra 
labor, pacífica y constante, unida a la nuestra, sí no da lugar a entusiasmos, ni llama 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


160 

la atención individualmente, realiza la obra lenta pero afectuosa de encaminar nues- 
tra Patria por los seguros senderos del progreso y ía confraternidad. 

Nada mejor para comprobarlo, que vuestra organización de la beneficencia mu- 
tua. Cuando hace ya algunos años visitó nuestra capital el gran propagandista de la 
mutualidad francesa monsieur Mabilleau, se quedó admirado al enterarse de que en la 
Habana, grupos de comerciantes que no habían estudiado sociología, ni eran eruditos 
estadistas, hubieran resuelto el problema a que ¿I buscaba solución hacía años, pues 
estos Centros Regionales, con sus Quintas y Sanatorios, sus Cajas de Ahorros y sus 
Bancos de Previsión, dan solución acabada y perfecta al problema hasta ahora no re- 
suelto en otros países. Así lo reconoció monsieur Mabilleau, cuando en su visita a la 
Covadonga se le explicó el sistema por el cual en ella, lo mismo que en la Benéfica, 
en la Purísima Concepción y en las demás Sociedades de esta clase, el buen sentido, i a 

honradez, ía confraternidad y la filantropía de comercian- 
tes e industriales que habían labrado un capital a costa 
del trabajo, resolvió el problema de dar asistencia médica 
de ricos, a modestos hijos de! trabajo, sin más auxilio que 
la modesta cuota de $1.50 mensual con que cada uno paga 
su derecho a tener albergue, asistencia y protección en 
las horas de desgracia. 

Es maravilloso, señoras y señores, pensar cómo nació 
este Centro Asturiano. Hace pocas semanas hablaba 
con mi querido amigo, el venerable Sr. D. José María 
Villaverde, testigo presencial del desenvolvimiento de 
Cuba en estos últimos 50 años, y en las noticias y ante- 
cedentes que me daba, descubría yo recónditas y extrañas 
analogías entre el nacimiento de este Centro y el proceso 
de fundación de nuestra Patria como Nación soberana. 

Acaso la inmensa mayoría de los socios del Centro no recuerden, o nunca hayan 
sabido, cuales fueron estos orígenes. Vivía próspera y administrada con gran honra- 
dez y parsimonioso espíritu la “Sociedad de Beneficencia de Naturales de Asturias" 1 , 
contaba con fondos sobrantes para sus atenciones y con reservas para cualquier evento, 
a la sazón que un incendio o calamidad de igual naturaleza produjo, allá en la Patria 
de origen, en Asturias, desolación y lágrimas a cuyo inmediato auxilio había que acu- 
dir, y los generosos hijos de aquella región pensaron que los fondos de su Sociedad bené- 
fica debían de ser los primeros empleados en aliviar las desgracias de sus paisanos; 
pero los directores de la Sociedad, fieles guardianes del Reglamento y respetuosos a 
su ley de fundación, se negaron a abrir la Caja cuyos ahorros estaban destinados y 
afectos a otros fines. El caso llamó poderosamente la atención de los socios jóvenes 
y de algunos que ya no lo eran mucho, en cuya alma generosa sólo la muerte podía 
apagar los impulsos juveniles, y don Manuel Valle, don José María Villaverde y don 



DON JOSE CUETO GONZA- 
LEZ, PRESIDENTE DE LA 
SEC. DE RECREO Y ADORNO 




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EL LIBRO D EL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



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163 


Lucio Suárez Solís, se reunieron en el * 'Heraldo de Asturias”, y rebelándose contra el 
espíritu del reglamento estrecho para sus aspiraciones, fundaron eí " Centro Asturiano '. 
Nació el hijo, pero no murió la madre; convivieron las dos Sociedades. Al principio 
hubo rivalidad, lucha, discrepancias y recelos entre ambas asociaciones, porque la So- 
ciedad madre veía con disgusto la separación de la hija, pareciendo! e que la iba a robar 
la influencia y el poder y que la mermaba y disminuía, mas, al cabo, estos recelos se 
amortiguaron, mezcláronse y uniéronse los directores y ios socios y hoy si los gobier- 
nos de ambas son diferentes, si se rigen por leyes separadas, cada una tiene propiedades, 
fines y aspiraciones propias, ambas son una cuando recuerdan que son todos hijos de 
la misma región, que los mismos cantos durmieron su niñez, las mismas añoranzas 
despiertan en su alma ios recuerdos de la juventud y unidos, persiguen el mismo fin 
de auxilio a sus conterráneos y descendientes, su santa obra de caridad solitaria. ¿No 
veis en esta historia del nacimiento de una sociedad por discrepancias con la otra y de 
íntima unión posterior sin llegar a confundirse, algo muy semejante al nacimiento de 
la República de Cuba un día en guerra con su madre, España, y hoy unida a ella, no 
sólo por los vínculos de paz que el derecho internacional impone, sino por algo más 
solido y más inquebrantable que son los vínculos de la sangre y del próximo parentesco? 

Viviendo de esperanzas, forjando ideales de confraternidad hispana leía yo esta 
mañana, para rememorar la admirable topografía de la región asturiana, la obra sobre 
geografía que ha afirmado la reputación científica y literaria de Elíseo Reclus, y al 
terminar la descripción que este autor hace del carácter del pueblo asturiano y de la 
raza española, deja consignada la idea de que, en porvenir no lejano, las únicas dos 
razas que por sus condiciones, su fortaleza y su número estarán en parangón, serán 
la angla-sajona y la española, que ocupan hoy con sus descendientes la mayor parte 
del mundo civilizado. Hay que esperar que al enfrentarse estas dos razas de diferente 
carácter, religión y condiciones, no surja entre ellas ningún antagonismo sangriento, 
sino que, comprendiendo su verdadera misión, se unan y funden para conquistar el 
último grado de la civilización, estableciendo sobre firmes bases, la solidaridad huma- 
na, que implica, no la pérdida de las nacionalidades, sino el reconocimiento de las mis- 
mas en una organización superior que mantenga permanentemente la paz y la actua- 
ción del derecho garantido por la fuerza, en vez de ser violada y destruida por ella. 

La raza española, ai terminar los ocho siglos de guerra en que fue baluarte inex- 
pugnable de la civilización europea, no cabiendo en los estrechos límites de la hermosa 
península ibérica, y necesitando campos en que dar ocupación a sus actividades bélicas, 
se extendió por la América toda, trayendo a ella sus vicios y sus virtudes, su valor, su 
arrogancia, sus ansias de conquista y dominio, su altivez y su espíritu batallador, y 
durante cuatro siglos la sangre y el fuego han templado los caracteres entre querellas 
y guerras: primero, de los conquistadores y descubridores entre sí, que volvían lo mis- 
mo la espada y la lanza contra los aborígenes que contra sus hermanos y compañeros 
de conquista, y luego entre estos conquistadores que en oleadas sucesivas venían de 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


la Península ibérica y los hijos y descendientes de los llegados primeramente, y, a me- 
dida que de estas luchas surgían nacionalidades nuevas, cambiaban los elementos que 
combatían, pero la sangre y el fuego asolaban durante los pasados siglos las tierras en 
que nuestra raza vivía; y lo mismo en la Península Ibérica que en Méjico, en Venezuela, 
en Chile y la Argentina, desde la zona templada del norte hasta los conñnes habitables 
del sur, la raza hispanoamericana, cuando no combatía al enemigo del exterior, com- 
batía al hermano, que parece era este el precio de nuestro bienestar futuro, y que sólo 
a través del fuego y el dolor pudimos adquirir la experiencia y cordura necesarias para 
respetar el derecho ajeno y ser aptos para el progreso pacífico. 


Fue la nuestra la última guerra de independencia 
Constituidas están todas las naciones que del añoso tron- 
co surgieron. Permita Dios que el fragor de batalla que 
aún se escucha en Méjico, sea el último destello del anti- ^ 
guo espíritu de combatividad por las armas que ha carac- 
terizado a nuestra gran familia, y que, con la paz general, 
arraigue, florezca y dé frutos de bendición la generosa 
idea de unión ibérica que surgió un día en la mente de 
un cubano insigne, oriundo y naturalizado en Asturias, 1 
don Rafael María de Labra, a cuyas iniciativas fue el 
primero en adherirse este ‘Centro Asturiano de la 
Habana ' que, presintiendo la labor del porvenir, se pre- don 
paró para ello y agrupó bajo un mismo gobierno social 
más de treinta y siete mil socios, y funda sucursales en LA 
todas las tierras de la América, en los Estados Unidos en donde dan ejemplo 
de organización con la magníñc a Delegación de Tampa. Allá, en aquella gran Re- 
pública. que fundaron los puritanos ingleses, se mantienen instituciones similares, más 
que por el esfuerzo de sus miembros, por las generosas iniciativas de sus plutócratas 
que tienen a gala dotar a estas Instituciones de cuantiosos capitales. Las nuestras, 
en cambio, no deben a un solo hombre su prosperidad y florecimiento, sino que su ri- 
queza es debida al esfuerzo modesto de todos y cada uno de los asociados, que, cual 
infusorios, van laborando en el anónimo de su existencia las espléndidas ramificaciones 
de este coral puro de la caridad y el mutuo auxilio. 


aMALIO MACHIN CON- 
:z. EXSECRETA RIO GE- 
m Y PRESIDENTE DE 
INSTRUCCION 


Gracias a este concurso de los socios, gracias a la inteligente inversión y a ía admi- 
nistración honrada de la Directiva, se alza en el Cerro, en la que fué fastuosa residen- 
cia de proceres cubanas, uno de los sanatorios más completos y mejor atendidos del 
mundo, y gracias a estas mismas causas, cuando la asistencia médica se ha llevado ya a 
ios últimos límites de la perfección, surge y comienza a hacerse notar como una nueva 
palpitación de vida que merece cuidadosa atención, la Sección de Educación en la que, 
sin malgastar un céntimo, se invierten ya crecidas sumas para coadyuvar a la obra de 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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enseñanza que Ja nación atiende, y a la que es indispensable consagrar también las 
iniciativas particulares. 

Estos hombres y estos niños aquí premiados, que parecen en la humildad de 
sus premios pequeños y sin importancia, son aliento y fe para los que los vemos llegar 
a esta mesa ufanos de su triunfo, descubriendo a través de su actitud modesta la con- 
fianza que abrigan en su porvenir y en sus brillantes miradas las ansias de mejora- 
miento, porque en su individualidad son índices de una fuerza colectiva. 

Cerremos los ojos ante las realidades desalentadoras; demos rienda suelta a 
nuestra fantasía en esta noche de alegrías y glorias, y reviva en nosotros el generoso 
espíritu del hidalgo manchego que vive en el fondo de nuestros corazones y que sólo 
busca ocasión propia para lanzarse por los campos de Montiel a “desfacer entuer- 
tos" y conquistar ínsulas que sirvan de premio a su viejo escudero venciendo gigantes 
y caballeros, que rendidos concurren a la conquista del corazón de la esquiva dama, 
y cuando nos dejemos arrebatar tras descabellados ideales, pensemos que !a utopía es 
la verdad del porvenir, y que si Sancho, ambicioso y rapaz, llega a perder el juicio con 
los embelecos de su amo, éste, ante la eternidad, recuperó el juicio, y murió cuerdo 
en el santo temor de Dios y la fe de sus mayores, rectificando los errores de su vida re- 
conociéndolos, y disponiendo sabiamente de lo suyo en última hora. En el simbolismo 
y la trascendente clarividencia del Manco de Lepante, vemos a nuestra raza toda, que 
si un día llevó en su locura, no sólo a los locos y a los ilusos, si que, también, a los con- 
cupiscentes que corrían tras los bienes materiales, estamos ya en el período en la que la 
razón renace, en que no buscamos bélicas aventuras de las que salir vencidos, aunque 
no domados, sino que nuestras fantasías llegarán a ser realidades y tengamos fe, fe 
inquebrantable en el porvenir, hoy que la gran familia se encuentra en paz y que sus 
banderas de múltiples colores señalan los hogares en que se cobijan los hermanos. Reu- 
námonos alrededor de la patria madre, y contemplemos la grandeza de todos los que 
fueron; de los héroes que murieron contendiendo a veces entre sí, pero confirmando 
todos la grandeza y el poderío de una gran familia llamada a realizar en la historia 
destinos aun más grandes que los que realizaron los desaparecidos, y en fantástica le- 
gión desde don Pelayo y el Cid hasta Bolívar, Martí y Gómez formen con nosotros 
en defensa de nuestras convicciones españoles y americanos, bajo los esplendentes pa- 
bellones que ha nimbado la gloria desde el morado pendón de Castilla hasta nuestra 
brillante y tricolor bandera con su estrella solitaria, siguiendo el rastro de luz que mar- 
ca el estandarte blanco de roja cruz con que apareció en las Navas el Apóstol a los com- 
batientes españoles. „ y viniendo a la realidad; pensamos que nuestros defectos, que 
tan grandes se nos antojan son enormes, y hay que corregirlos cuando de cada indivi- 
duo se trata, pero que desaparecen y en nada destruyen la armonía del conjunto cuan- 
do se funden y compensan con las relevantes cualidades y virtudes de la raza en que 
han fundido las energías y cualidades de Visigodos, Suevos, Alanos y Cartaginenses, 
con Celtas. Sarracenos y Judíos, en el constante bregar a la constante emigración de 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


los pueblos formando esta fuerte, tenaz y laboriosa raza española que desde la Penín- 
sula Ibérica ha poblado y mantiene su espíritu y genio característico en el mundo 
americano. 

(Gran ovación), 

Hé aquí la poesía de Emilio Martínez, que fue aplaudidisima: 

E S P A Ñ A 

Allá muy lejos su radiosa frente 
de Vencedora y Mártir soberana, 
entre las ruinas de esplendores muertos 
en la noche de luto de una raza, 
la heroína en Lepanto y en Pavía 
con imponente majestad levanta. 

Todavía sostiene el cetro de oro 
la que de cien imperios destronaran, 
no ha muerto la en Santiago y en Cavite 
en sangre de españoles anegada 

boda vía la gloria le sonríe, 
todavía la fuerza le acompaña, 
todavía las letras la enaltecen, 
todavía la escoltan las espadas, 
todavía con bríos juveniles 
puede gritar sin miedo: i Soy España' 

Soy de esencia inmortal ; arde en mis venas 
el fuego de la sangre Castellana, 
la que siempre al caído da la mano, 

1 a que plomo traidor jamás dispara, 
la que sabe morir siempre de frente, 
la que de frente sin temor ataca, 
la que dobla cervices de Sultanes, 
la que besa las manos de Sultanas. 

Forjada como el temple del acero 
en d recio lidiar de las batallas, 
tengo brazos de hierro en la contienda 
y gérmenes de vida en las entrañas. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


167 


En són de triunfo paseé la tierra, 
fue mi invencible espada, 
mortífero puñal para tiranos, 
baluarte del honor para las damas. 

Fué mi cruz la de Cristo redentora 
entre la abyecta servidumbre humana, 
fuente de luz que disipó en sus rayos 
el sombrío poder de la ignorancia. 

Y fueron mis Leones, 
en lides empeñadas, 
siempre de la justicia paladines, 
siempre honor de la raza. 

Yo no puedo morir, llevo la frente 
de inmortal luz bañada, 
ríos de vida derramé; mi sangre, 
la sangre Castellana, 
palpita en lo profundo de los mares 
y de toda la tierra en las entrañas 

El sol de mis laureles no se oculta,, 
los que ingratos no son mi gloria cantan, 
la cantan los guerreros de A rauco 
del Andes en las cumbres empinadas, 
la cantan en sus líricas estrofas 
que de la gran naturaleza arrancan, 
con rugir de Titán el Amazonas, 
con dulce lira de cristal el Plata, 
la cantan veinte pueblos 
en cuya fresca juventud, lozana, 
vida y amor encontrarán un día 
los hijos de la Europa desangrada. 

La cantan los artistas y los sabios 
que saben de grandezas y de hazañas, 
los que en mi corazón han penetrado 
y han leído en mi alma; 
la cantan mis Leones 
que en el progreso de la vida humana, 
han sabido triunfar honrosamente 
del arte y de la ciencia en las batallas. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Cayó rendida ai seno de la muerte 
la Grecia de Feríeles y de Aspasia, 
cayó en poder de la soberbia Roma 
de Marte Asolador ante las plantas, 
como al hondo crugir del terremoto 
ruedan árboles, rocas y montañas, 
rodaron las murallas de Cartago 
con preces y blasones de las Barcas. 

Yo he sentido a mis pies temblar el mundo, 
hervir sobre mi frente roja lava, 
abrirse los sepulcros a mi paso, 
y pedir los abismos mis entrañas. 

Vi extenderse las nieblas de la noche 
sobre los reinos que ganó mi espada, 
y en los labios de Albión la infame burla 
de Chamberí a in decir: ¡ Pueblo que pasa! 

Pero arrojé la muerte de mis brazos, 
blandí nerviosa justiciera lanza, 
y sobre el firme pedestal que apoyan 
nobleza eterna y libertad sagrada, 
desafiando el curso de los siglos 
con mis leones de potentes zarpas, 
alzo la frente de laurel ceñida, 
más fuerte cada día y más lozana, 
porque soy de la esencia de Dios mismo 
y no puedo morir : j Yo soy España! 


La Fiesta de la Raza: Por patriótico acuerdo de la Junta General fué declarado 
día de fiesta del Centro el 12 de Octubre, centenario del descubrimiento de América, 
solemnizándose la gloriosa fecha con una de esas veladas que por su importancia cul- 
tural y la expectación pública que despiertan, tanto nos prestigian, colmándonos de 
parabienes. 

Como es tradicional, se combinó ameno programa, que no reseñaremos para no 
hacer infinitamente prolijo lo que queremos sea , un extracto de aquella magna solem- 
nidad, en la que un coro de señoritas interpretó el "Himno del Centro Asturiano ', 
melodiosa obra original la partitura de D. Angel L. Planas, compositor y pianista de 
gran fama y la letra de D. Rafael Santa Coloma, ambos profesores de nuestras Escuelas. 

Un excelso orador, el Di\ D, Rafael María Angulo, dejó oír su verbo inflamado 
y vibrante en este acontecimiento 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Datos Estadísticos: Nuestro Sanatorio se enriqueció con cuatro espléndidos 

pabellones que llevan los nombres de “Manuel Valle”, "Ramón Arguelles”, “Satur- 
nino Martínez” y “Vicente Fernández Riaño'\ pabellones que son verdaderos templos 
en honor de la Diosa Higia y de ¡a comodidad y conforte de nuestros asociados. En 
ellos realmente en armonioso consorcio se encuentra realizado el desiderátum de lo 
bello, de lo útil y de lo científico. 

Fueron asistidos en el año, 9,337 enfermos; la farmacia despachó 385,192 fór- 
mulas; el Departamento de Hidroterapia prestó 117,014 servicios, entre baños corrien- 
tes y medicínales, duchas, gimnasia médica y electroterapia; el Laboratorio hizo 8,412 
diversos análisis, vacunas autógenas, etc,, el de Fisioterapia efectuó 20,857 trabajos y 
se practicaron, en cantidad global, 5,519 operaciones quirúrgicas. 

Han fallecido 136 socios, cuyos entierros costaron $4,451 en oro y $306 en plata. 

Fue ron emba re a dos , por en f e míos , 68 , i ni po rta ndo s us pasaj es y v i át icos , $3 ,744.05 
en oro y $4,080.00 en plata. 

El cuerpo facultativo, idóneo y nutrido, viese aumentado con el ingreso del! 
Dr. D. Jacinto Menéndez Medina, que ya pertenecía a la Sociedad como médico de 
las Delegaciones de Colón y Banagüises. Fue designado en Junta Directiva extraor- 
dinaria de 2 de Agosto y ocupó el cargo el 20 del mismo mes. 

También se hizo cargo de la Administración General de la Quinta, don Francisco 
García Castro, electo el 15 de Enero, cesando en dicha plaza, que ocupaba interinamente 
don Adolfo Saret. al que se otorga un voto de gracias. 


Balance de año: Capital activo, $2.473,726.97. Pasivo $2.230,574.47, Aumen- 
to de Capital $143,152.50, 

Socios en 31 de Diciembre: 37,281. 


Escuelas: La asistencia a las clases fue en verdad extraordinaria y los resulta- 
dos conseguidos, altamente alentadores y lisonjeros, proclamando la eficacia del mé- 
todo instructivo y la competencia del profesorado. 

En las clases diurnas, para niñas, se inscribieron 322 alumnas; en las mismas 
de niños, 348; en las especiales de adorno para señoritas, 303, y en las nocturnas de 
varones, 949, cifras que por sí solas revelan cuánta es la fama de estas aulas y lo prác- 
tica y fecundamente que laboramos por la educación de las nuevas generaciones, corv 
tri huyendo, medíante cuantiosos desembolsos y activa vigilancia, a la labor del poder 
público en sus esfuerzos por elevar la instrucción y crear un estado de ciudadanía cons- 
ciente y ponderado. 

Biblioteca: En el transcurso del año la frecuentaron 21,600 socios y transeún- 

tes consultando 3,600 volúmenes. 


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Junta Directiva: La que actuó en 1915, desenvolviendo fructuosa e inteligente 
administración estaba así formada: 

Presidente, don Vicente Fernández Riaño; Vicepresidente primero, don Maxi- 
mino Fernández y González; Vicepresidente segundo, don Faustino Angones Rubiera. 
Tesorero, don José Al varé Gutiérrez. Vocales, don Luis González García (renunció el 
19 de Febrero); don Leandro Val dés Alvar ez (fallecido en triste accidente a mediados 
de Junio, siendo presidente de la Sección de intereses Materiales) ; don Julián Llera 
y Pérez, don Plácido Fernández Ríos, don José R. de Vega Garrí edo, don Juan Cabri- 
cano Sánchez, don Juan Parrando Garrido, don Serafín Fernández, don Jenaro Ace- 
vedo Solares, don Nicolás Menéndez, don Ignacio García Fernández, don Constantino 
González González, don Hilario Muñíz Díaz, don Amador Quesada, don José Menén- 
dez Martínez, don José Ramón Fernández, don Angel Arango Fernández, don Ramón 
López Toca, don Manuel Suárez García, don Marino Díaz Quiñones, don José Rui- 
Sánchez Gutiérrez, don Ricardo Suárez Fernández, don Federico Marinas López, don 
Severo Redondo Vega, don Antonio Pérez y Pérez, don Pedro Sánchez Gómez, don 
Darío Alvarez Fernández, don Ama lio Machín González, don Fernando Arranz de la 
Torre, don José Rodríguez Fernández, don Nicolás Gayo Parrando, don Antonio Suá- 
rez Suárez, don José Cosío Parajón, don José María Alvarez Fernández, don Manuel 
Morán Suárez, don Jenaro Pedroarias Villoslada, don Isidro Alvarez Tamargo, don 
Guillermo de la Riestra Sarasúa, don Jenaro Suárez Vallina, don Faustino A. Bermu- 
dez Quadreny, don Aquilino Entrialgo Alvarez, don Manuel Gutiérrez Pérez, don Ar- 
cadlo Villamil González, don Cirilo Alvarez González, don Emilio G. Zarracina, don 
José Cueto González y don Francisco Flores Llano. 


Secciones: La de intereses Materiales la formaron: Don Leandro Valdés Ta- 
llecido a poco de tomar posesión de la presidencia); don Severo Redondo Vega, presi- 
dente, p. s. n, y ios vocales don José de AI varé Gutiérrez, don José Ramón Fernández, 
don Antonio Pérez Pérez, don Manuel Suárez García, don Serafín Fernández García, 
don José Ru isánchez Gutiérrez y don Francisco Flores Llano. 

Asistencia Sanitaria: Ledo, don Fernando Arranz de la Jorre, presidente; don 
Jenaro Acevedo Solares, vicepresidente y los vocales don Aquilino Entrialgo Alvarez, 
don Julián Llera Pérez, don Amador Quesada Díaz, don Ramón López Toca, don Hi- 
lario Muñíz Díaz, don Marino Díaz Quiñones, don Celestino Corral, don Ricardo Suá- 
rez Fernández, don José Menéndez Martínez, don Pedro Sánchez Gómez, don Ignacio 
García Fernández, don Jenaro Pedroarias Villoslada, don Antonio Suárez Suárez, clon 
José Cosío Parajón, don Guillermo de la Riestra Sarasúa, don Manuel Morán Suárez, 
don José María Alvarez Fernández, don Jenaro Suárez Vallina, don Isidro Alvarez 
Tamargo y don Arcadlo Villamil González, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


171 


Inmigración: Donjuán Parrando Garrido, presidente; don Nicolás Menéndez, 
vicepresidente; don Plácido Fernández Ríos, don José R. de Vega Carriedo, don José 
Rodríguez Fernández, don Cirilo Alvarez González, don Juan Cabrícano Sánchez y 
don Luis González García, vocales. 

Propaganda: Don José Cueto González, presidente; don Nicolás Gayo Parrón-* 
do, vicepresidente; don Aquilino Alvarez, secretario; don Darío Alvarez Fernández, 
don Manuel Gutiérrez Pérez, don Constantino González González, don Faustino A 
Ber mudez Quadreny y don Emilio G, Zar rae i na, vocales miembros de la Junta Directiva. 

Vocales de la Junta General, don Luis R. Rodríguez, don Eduardo G. Bebes , 
don Víctor Echevarría, don Bernardo Pérez, don Rafael Fernández, don Víctor Pren- 
des, don José Fernández Martínez, don Everardo Ace vedo, don Marcelino García, don 
Antonio Guerra, don Jesús de los Meros, don Enrique Pérez Conde, don José M. Pe- 
láez, don Luís Riaño, don Angel Rodríguez, don Adolfo 
Peón Redondo, don Miguel Suárcz, don Laureano Ania, 
don José Campa, don Donato Montequín, don Ramón 
Robledo, don José García Venta, don Ricardo Suárez, 
don Manuel Castrillón García, don Ramón Fernández 
Cañedo, don Fernando Llano, don José Trabanco, don 
Manuel Menéndez, don José García Prendes, don Carlos 
Fernández, don José Riostra, don José Grana, don José 
Martínez, don Manuel Alvarez Fernández, don José Me- 
néndez Prado, don Manuel González, don Ramón Prado 
Pérez, don Jesús Martínez, don Fermín Suárez Solí s, y 
don Luciano Alvarez. 

Recreo y Adorno: Don Federico Marinas López, 
presidente; don Angel Arango Fernández, vicepresidente; 
don Maximiliano Isoba, secretario; vocales, don Adolfo Peón Redondo, don Lucio Fuen- 
tes Corripio, don Florentino Alvarez, don Aurelio Peón González, don Aquilino Fernán- 
dez, don jesús Martínez,, don Enrique Beltrán, don jesús Villamil, don Silvino Alvarez, 
don Juan G. Mayorga, don Armando Berrrtüdez, don Enrique Cedrón, don Pedro 
Fructuoso, don Luis Rodríguez Cepeda, don Julio González, don Manuel Alvarez 
Díaz, don Luis Alonso Torres, don Ramón Calleja, don Antonio Corrales, don Fernando 
Vega, don Manuel Rodríguez Muñíz, don Aquilino Alonso, don Ramón Valle Pérez, 
don Eduardo González, don Emilio Piney, don Rodolfo G, Betancourt, don Manuel 
López, don José Manuel Rodríguez, don Manuel de Diego, don Jordán Vega, don 
Miguel Linares, don Carlos Fernández, don Femando Corrales, don Laureano Alvarez, 
don Ramón Peña, don José Buría Alonso, don Juan Menéndez, don Ramón Fernández, 
don Nicasio Villar, don Manuel González Ardisana, don Manuel García, don Manuel 
García Rosales y don Sebastián Alonso. 



LDO, D. FERNANDO ARRANZ 
DE DA TORRE. PRESIDENTE 
DJG DA SEO, DE SANIDAD 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Instrucción: Don Amalia Machín González, presidente; don Jesús Fernández 

Díaz, vicepresidente; don José Granda Pavero, secretario; don Joaquín Ablanedo, bi- 
bliotecario; vocales, don Ceferino González Lorenzo, don Simón Solares Riaño, don 
Manuel González Quiñones, don Aquilino Alvarez, don Manuel Alvarez Marrón, don 

Manuel Hévia, don Víctor A López, don Luciano Peón 



DON FEDERICO HARINAS 
LOPEZ, PRESIDENTE DE DA 
SEC. DE RECREO Y ADORNO 


Cuesta, don Salvador Moré, don Constantino Carneado, 
don Miguel Suárez, don Modesto Peón, don Gerardo G. 
Robes, don Adolfo Toyas, don Emilio Martínez, don 
Rafael Valdés, don Manuel P Pérez, don Luis Bretones 
Soldevílla, don Joaquín Mori, don Emilio Alvares, don 
Fernando Vega, don Manuel Llerandi Tomé, don Segundo 
Pérez, don Jesús Conde, don Eduardo Estrada, don Ra^ 
fael Fernández, don Ramón Robledo, don Julián Euznedo, 
don Emilio Pérez Rermudez, don Manuel Fernández deí 
Castillo, don José de la Vega, don Pedro Sánchez Caso, 
don Francisco González, don Francisco Meras, don Agus- 
tín González, don Rafael Arena, don Gregorio Alonso, 
don José Moran, don José Fernández González, don José 
Cala tras y don José María Fuertes. 


Comisiones de Glosa: Don Angel Rodríguez, don Víctor A. López, don Antonio 
Arango, don José Calatras y don José Fernández González, en el primer trimestre. 

Don Cipriano Quiñones, don Maximiliano Isoba, don Bernardo Pardias, don 
Antonio Guerra y don Eduardo G. Bobes, en el segundo. 

Don Luis R. Rodríguez, don Fernando Corrales, don Juan Rodríguez, don Lucio 
Fuentes y don Enrique Cima, en el tercero. 

Don Víctor A, López, don Angel F Chacón, don Manuel Pérez, don Aquilino 
Alvarez y don Sil vino Alvarez, en el cuarto. 





PRESIDENCIA P. S. R. 

DE DON MAXIMINO FERNANDEZ Y GONZALEZ 

AÑO 1916 

¿Un veraneo impensado?, — Incidentes en torno a la edificación de una capilla 
en el Sanatorio. — En favor de las mujeres. — El Directivo y su espíritu 
de sacrificio “Fallecimiento de don Claudio Delgado, don 
Amalio Machín y don Emilio A, Prida. — Discursos del 
Sr. Fernandez Guevara y don Querido Moheno. 

Estadísticas. "Secciones. 

Junta Directiva. 


0 inesperado!. . ♦ No, mejor, lo absurdo, lo inconcebible!. . . Pero, es preciso 
que nos expliquemos diciendo que en este año surge lo que nadie hubiera 
creído, lo que por condenarlo el Reglamento y rehuirlo hasta entonces ei 
razonador criterio de los socios, jamás se creyera hacedero!. . . ¡Una pugna de ideas 
religiosas, una lucha de creencias!. . , Por suerte, redujose presto a amenazadora nube 
de verano que no tardó en deshacerse y desaparecer!. . . Mas no adelantemos lo que 
habrá de reseñarse en tiempo y sazón oportunos. 

El 20 de Abril, en viaje aceleradamente decidido, sale para España el Presidente 
general don Vicente Fernández Riaño, Va en busca de reposo a los ubérrimos valles 
villa viciosinos, en que vió deslizarse su infancia y conserva caros afectos de familia. 
No tiene tiempo a despedirse de sus compañeros de la Junta Directiva, haciéndolo en 
su nombre el Vicepresidente primero* don Maximino Fernández y González, que le 
sustituye a partir del 14 del expresado mes. 

¿Son esas razones objetivas, de ansia de descanso y apetencia de grato vera- 
neo, las únicas que le impulsan a cruzar el Atlántico? Cabe creerlo, desdeñando el 
rumor que le señala eludiendo previsoramente la situación asaz delicada que plantea 
cierta pía Junta de Señoras que ofrece al Centro la suma de $8,109.34 recaudada en 
suscripción pública* a fin de que edifiquemos en terrenos del Sanatorio una capilla, o 
más exactamente, una reproducción de la Basílica y Gruta de Covadonga 




i 74 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



La Junta Directiva en sesión de 17 de Marzo, presidida por el Sr. Fernández R la- 
ño, acordó aceptar el donativo, a reserva de lo que dispusiese la Junta General, después de 
extenso debate provocado por diferencias absolutas de criterio entre los señores directivos. 

Y a partir de esa fe- 
cha, apenas si se habla, 
entre cuantos asturianos 
se interesan por su So- 
ciedad,, que de la menta- 
da oferta. Es el “leit 
motif ' de los comenta- 
rios. Susc i ta d ispu t as 
Enciende polémicas. 
Fomenta discusiones. 
Rompe la armonía social, 
V la colonia asturiana que 
se mantuviera inflexible- 
mente al margen de pro- 
blemas políticos y de con- 
ciencia, fracciónase en 
grupos y cada grupo 
trata de que prevalezcan 
sus tendencias. Todo es 
deplorable confusión, 
aunque también se per- 
ciben voces serenas que 
aconsejan paz y sosiego 
a los exaltadas. 


DON MAXIMINO FERNANDEZ GONZALEZ, PRESIDENTE 
GENERAL POR SUSTITUCION REGLAMENTARIA 


En este ambiente, el 
23 de Abril, tres días 
después de irse el señor 
Fernández Riaño, celé- 
brase la Junta General 
ordinaria en que habrá de ser conocido el acuerdo de la Directiva admitiendo el 
donativo de las 'Señoras Camareras de la Virgen de Covadonga 11 que lleva aparejado 
el compromiso de erigir un templo análogo al del histórico lugar de la Reconquista. 
Enorme expectación: está colmada de socios la vasta sala de actos. Preside don Maxi- 
mino Fernández y González, y al entrarse en el apasionante asunto, adviértese un 
murmullo de temor y ansiedad. 


La presidencia exhorta a discutir sin prejuicios, sin prevenciones, sin ojerizas, 
atendiendo al interés sociaL Recuerda que el Centro Asturiano no debe ser, nunca 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


175 


lo fue, ojalá jamás lo sea, estadio de choques políticos y sectarios y que a esta táctica 
tan comprensiva y tan liberal, tan ponderada y culta, debe su actual esplendor* Las 
ideas de cada uno son para la calle; aquí sólo caben asturianos celosos de la prosperi- 
dad de su Centro— dice— unidos por el gran vínculo de la mutua ayuda como miem- 
bros de una misma e indisoluble familia. 

Se le aplaude delirantemente, Y comienza el debate. Nótase que no obstante 
augurios de desórdenes, reina alentadora calma. Los oradores condúcense con ecua- 
nimidad y lógica y se les escucha cortésmente Al anochecer, ya agotados los argu- 
mentos y razones aducidas por las dos 
partes en litigio, se declara suficiente- 
mente discutido el tema y por mayoría 
absoluta decídese poner en conocimiento 
de las piadosas donantes cuánto es el pe- 
sar del Centro por no autorizarle sus 
Estatutos la admisión del espléndido re- 
galo que le hacen. 

Y a seguidas, sin discusión, aprué- 
base levantar una modesta capilla, con 
un depósito mortuorio anexo, cuyo costo 
se calcula en $25,000, 

Sin embargo * .** Sin embargo 
E! acuerdo denegatorio, a pesar de su 
absoluta legalidad, es impugnado por 
los adictos y patrocinadores de las cató- 
licas damas, quienes piden la revisión de 
lo actuado* Se agita de nuevo el alma 
asturiana. Vuelven a estar en tensión los 
espíritus. Los revisionistas saltan de la 
modesta propaganda individual a la pro- 
paganda por la prensa. Y un gran órga- 
no de publicidad, el Diario de la Marina se suma briosamente a la campaña 
haciendo que su insigne director, el inolvidable conterráneo y por tantos conceptos vene- 
rable D. Nicolás Rivero vierta el donaire que le da fama de polemista trazando comen- 
tarios depresivos y mortificantes para don Maximino Fernández y González, presidente 
accidental y otros significados defensores de la neutralidad religiosa del Centro 
¿Conseguirá este cáustico escritor que prevalezca su criterio? En principio, su inter- 
vención en la polémica agrediendo a quienes no opinan como él, resta simpatías a 
sus parciales. Pronto, empero, lo hemos de saber, pues la Junta General ha sido 
convocada, con carácter extraordinario, para el 21 de Mayo* 



DON MANUEL LLERANDI TOME, 
TESORERO 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

Liega al fin este día, anhelosamente aguardado, y se reproduce la sesión ante- 
rior en todos sus detalles. Los tribunos son los mismos. Los alegatos, iguales, Y 
cuando ia fatiga asoma, después de seis horas de febril exaltación en que se derrochó 
elocuencia y talento, !a asamblea ratifica el acuerdo apelado, con sólo 21 votos adversos. 

¡Habíase acabado lo que pudo acarrear una división funesta! La voluntad so- 
cial era mantener libre de influencias ajenas a su desenvolvimiento, como entidad ín- 
tegramente neutral en religión y apolítica en todo instante, al Centro Asturiano* El 
Sr. Riaño, si se alejara temeroso de estas estériles disputas podía regresar cuando le 
placiera. Disipárase la tormenta y el cielo astur mostrábase otra vez con su hiliana 
limpidez. 


El año transcurrió, fuera de ese lamentable incidente que ha servido, sin embar- 
go, para hacer más pujante la cohesión asturiana, dentro de un constante progreso, 
siempre persiguiendo la suma grandeza de la institución. 

Fueron creadas dos nuevas e importantes Delegacio- 
nes, en Cárdenas y en Abreus, llegando el número de éstas 
a 69 r sin incluir las tres que funcionan en Asturias, por 
cierto con ventajas para los inmigrantes. Nuestro teatro 
'Gampoamor ", unos meses cerrado debido a reformas 
que ampliaron la capacidad del patio de butacas, tomólo 
en arriendo el Sr. Alexander W. Kent, en la suma de 
$22,000.00 al año, quedando a beneficio del Centro el 
telón de anuncios, asimismo cedido por 200 00 pesos 
mensuales. 

Y a fin de adaptar el Reglamento general a las reali- 
dades de la época presente, que son muy distintas a las 
en que aquél fue redactado, causa de que en alguno de sus 
preceptos sea anacrónico y en otros obscuro v equívoco, 
se dije una Comisión de asociados doctos y competentes con encargo de indicar las 
alteraciones que juzguen necesarias. Componen! a el. licenciado don Ramón Fernández 
Llano, en concepto de presidente; don José María Vi 11 a verde, en el de vicepresidente; 
don Luís R. Rodríguez, como secretario, y como vocales, don Eduardo G. Bobes, don 
Dionisio Peón, don Manuel Pérez Tárano, don Jesús Fernández Díaz, don Carlos 
Fernández Méndez, don Maximiliano Isoba Prado, don Enrique Cima Cabal, licenciado 
don Fernando Arranz de la Torre, don Juan Rodríguez y don Modesto Alvarez, 



DON GENARO A CE VEDO SOL- 
EARES, presidente de da 
sección de propaganda 


Otra vez hay un intento de generosa tutela sobre nuestras feminas, Es algo 
que flota en el ambiente y que espíritus soñadores apetecen plasmar en inefable reali- 
dad, sin que por desgracia lo alcancen. Así, consignemos que en la Junta General ad- 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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ministrad va de 30 de Enero, a continuación de dilatado perorar — -sigamos al pie de 
la letra el documento oficial que io atestigua — se acuerda el nombramiento de una 
Comisión encargada de estudiar acerca de una forma de protección a la mujer, debien- 
do informar en el término de tres meses, convocando a Junta General extraordinaria 
para discutir e! asunto. Son designados y componen la Comisión don Enrique Cima, 
don Manuel Pérez T araño, don Juan Rodríguez, don Manuel González Quiñones, don 
José Fernández y González, don Luís R. Rodríguez y don Jesús Fernández Díaz. 

¿Llegó a reunirse esta Comisión? Lo desconocemos. Nada hay, a través de 
los inconexos antecedentes que consultamos, que abone esa amable sospecha, pues 
habiéndosele señalado un término no mayor de noventa días para evacuar su trabajo, 
deja transcurrir con exceso tal plazo y hasta concluye el año sin que dé señales de vida. 
No se vuelve a hablar de Febrero a Diciembre inclusive, por lo menos oficialmente, 
de nada que se relacione con el sugestivo problema* ¡Y se había consignado el deber 
de celebrar incontinenti, así que la Comisión informara, una asamblea extra!,., ¡So- 
mos, en verdad, tremendamente olvidadizos! Y en esto de incorporar a nuestra ley es- 
tatutaria artículos que den acogida a las hembras asturianas padecemos ¡ay! de inco- 
rregible amnesia* ¡Humo, idealismo, vano anhelo nuevamente de tener asociadas a 
nosotros, con iguales ventajas, con los mismos deberes, a las que por consaguinidad 
y por dictados del corazón forman nuestra familia y reinan en nuestro hogar! 


Los asuntos de carácter ordinario entretienen prolijamente a la Directiva y las 
Secciones, de Enero a Diciembre, ¡Cómo trabajan, con qué celo, con qué asiduidad, 
con qué cariño, con qué desinterés, con qué inteligencia estos hombres singulares, te- 
naces y perseverantes, que forman el Estado Mayor — permítasenos la denominación— 
de la Sociedad! Aún no apareció, y está haciendo mucha falta, el orador que cante 
sus esfuerzos; el poeta que los magnifique en estancias reales; el prosista que esculpa, 
en párrafos armoniosos, sus jornadas de sacrificio. Aún está por decir cuánto se les 
adeuda, cómo merced a ellos prospera, se expande, se enriquece y hácese prepotente 
la entidad. Aún está por incensar debidamente el espíritu que Ies anima y que les 
transforma en héroes y en santos de un credo profano, ,, De las 24 horas del día di- 
jé rase que convierten en laborables treinta, cuarenta, en un prodigio de multiplica- 
ción, cuidando todos los detalles, acorriendo a los más triviales pormenores, velando 
por el caudal confiado a su honradez y que administran con más amor y escrúpulo 
que si fuere propio. Cruzan sobre montones de oro— recordemos las aves simbólicas 
que cantó Díaz Mirón— sin manchar la alba virginidad de sus almas y así, las cuotas 
que laboriosamente van peso a peso constituyendo el capital asturiano, tienen un ren- 
dimiento tan longánimo que maravilla y dan para todo, para atender a los enfermos 
en la Govadonga como a grandes señores ahitos de dinero; para enjoyar y enrique- 
cer el Sanatorio; para conseguir el concurso y colaboración de eminentes médicos; para 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sostener unas Escuelas de alto renombre, con un profesorado doctísimo; para nutrir 
selecta Biblioteca, abierta a cuantos sienten apetencia de pan espiritual; para disfru- 
tar de un soberano Palacio, en que se celebran gayas fiestas de Arte y EYesía y para, 
en suma, desenvolver un mutual ismo que acercándose a las más audaces concepciones 
socialistas, no pugna con el equilibrio social ni establece líneas divisorias entre bur- 
gueses y obreros, entre comerciantes y menestrales, sino que borra éstas haciendo a 
todos hermanos y oficiantes ante un mismo altar: la defensa de la salud y la protección 
contra las enfermedades, juntando a los favoritos de la fortuna y a ios desheredados 
de la suerte, dándoles idénticos derechos y deberes y contribuyendo a que, conocién- 
dose y laborando de acuerdo, aprendan a respetarse y amarse mutuamente. 

¡Admirables directivos y vocales de Secciones 1 Todos admirables, desde los 
que actuaron en los primeros tiempos de la Sociedad a los de la hora actual, los de ayer 
como los de mañana: nosotros venimos siguiendo vuestra gesta inmortal, vuestro tra- 
bajar glorioso y nos asombra cómo no os rinde ei c ansacio ni desalienta, a ratos, la 
incomprensión de vuestra portentosa labor, en la que también se encuentran zarzas 
y espinas. Debéis ser tenidos, y los sois indudablemente, pese a esporádicas censuras 
que desentonan, a veces, en el coro de justas alabanzas, por asturianos beneméritos. 
Sin vuestra inmutable constancia, sin vuestra fé y entusiasmo, sin vuestro talento y 
sin vuestra austeridad, el Centro Asturiano no existiría. Y esta es la más elocuente, 
sonora, definitiva loa a que aspiráis Ese el poema egregio que pide vuestra sencillez 
y que proclama vuestra superioridad moral. 


Tres defunciones íloradísimas se registran en el año: la del doctor D. Claudio 
Delgado, médico notable, el primero que prestó servicios profesionales a nuestra Cen- 
tro y redactor dei primitivo Reglamento de Asistencia Sanitaria, algunos de cuyos 
preceptos, por su concisión y claridad, aún siguen vigentes; la de don Amelio Machín 
González y la del Licenciado don Emilio Alvarez EYicia, 

El señor Machín González pertenecía a la Junta Directiva, presidiendo la Sec- 
ción de Inmigración. Fue secretario general y ocupó otros varios cargos de relieve, 
en los que pudo revelar sus múltiples aptitudes y preclara inteligencia. Hombre sin- 
gularmente simpático, afable campechano, tenía en la colonia positivo arraigo, siendo 
uno de sus Headers" más autorizados Pasarán muchos años antes de que se extingan 
en el recuerdo de sus coetáneos las anécdotas, salpimentadas de gracejo e ingenio, que 
señalan su paso por nuestra Asociación. Poeta fácil y emotivo; orador brillante: gran 
polemista, a ratos agridulce y zumbón; humorista; culto y demócrata, su prematuro 
óbito produjo en todas las clases sociales sincera pesadumbre, 

Don Emilio Alvarez Prida hacía años que trasladara su residencia a Madrid, 
con breves estadas estivales en su casa solariega de Teverga. Era una insigne figura 
asturiana, a nosotros vinculada por indestructibles lazos de gratitud y devoción. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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¡Cómo el tiempo que todo lo achica y obscurece, eleva en cambio la personali- 
dad del licenciado Alvarez Pridal Parece vérsele aún tomando activísima parte en las 
asambleas que siguieron a la iniciación, hasta dejar legalmente constituido el Centro 
y electa su primera junta de gobierno, de la que es designado vicepresidente. El error 
de elegir presidente a don Diego González del Valle, que, a la par que apático e irre- 
soluto, no estaba identificado con la naciente asociación, hubiese sido de incalculables 
perjuicios a no toparse con el talento, entusiasmo y actividad de don Emilio, que asu- 
me la presidencia y actúa con vigorosa energía y extremada eficacia hasta la procla- 
mación de don Manuel Valle. Luego sigue al lado de éste, siempre en el cargo de vice- 
presidente, que deja el 31 de Julio de 1890, tras una labor intensa e inestimable que le 
obligó a desatender su acreditado bufete abogaeil y que — frutos de aquella época — le 
concita el desdén y la animadversión de los elementos que juzgan perturbadora la exis- 
tencia del Centro Asturiano y casi casi foco de propagandas anarquistas, quienes le 
retiran sus poderes y hacen el vacío en torno de su nombre altamente reputado en el 
foro cubano. 

Todo lo reunía el señor Alvarez Prida: juventud, cultura, sólida posición, pala- 
bra elocuente, y todo lo consagró al Centro, en ofrenda lea lis i ma como su carácter 
caballeroso e hidalgo. Incomprensiones originadas por su actitud conciliadora en el 
pleito que sostuvimos con el Casino Español, alejáronle de las luchas sociales, sin duda 
amargado su corazón de patriota, pero no decaído su ánimo ni amenguado su cariño 
a la Sociedad, de la que en verdad puede decirse fue su primer presidente. 

Estas líneas, postumo homenaje a quien tanto debemos los asturianos de Cuba, 
son leve trasunto de sus méritos y pálido reflejo del sentimiento conque el 14 de Enero 
supo la Junta Directiva, reunida en sesión, la infausta noticia de su muerte. 


Fiestas sociales: Durante el año fueron organizadas tres, con la pompa y atuen- 
do peculiares de nuestra Sociedad. Una, la primera, el día dos de Mayo, conmemora- 
tiva de la fundación, obsequiándose a las socios fundadores con un banquete y veri- 
ficándose en su honor amena velada teatral. Presidió ésta don Maximino Fernández 
y González, teniendo a su derecha a don Armando F. Cuervo, Vicepresidente del Ca- 
sino Español y al Secretario Sr. García Marqués; a su izquierda al distinguido senador 
don Manuel Fernández Guevara y al presidente de la Sección de Recreo y Adorno, 
don José Cueto 

Diversos meritísimos artistas, profesionales unos, aficionados otros ; deleitaron a 
la concurrencia, y al aparecr en la tribuna el Sr. Fernández Guevara, presentado en 
breve discurso por el Presidente, fue acogido con cariñosa ovación. 

Sus primeras palabras son de júbilo por haber sido designado para hablar un 
día de tanta grandeza para el Centro Asturiano por el cual tiene una intensa venera- 
ción, Cómo no sentirlo — agrega— si soy hijo de asturiano y en Asturias me crié y allí 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


corrí por sus campas y escalé las montañas y fui a la escuda. En segundo lugar pro* 
testa del abuso que con él cometía Pepín Cuervo obligándole a hablar en acto de tanta 
grandeza para lo cual le faltaban méritos. 

Dedica un tierno saludo a los fundadores, a quienes abraza en las canas honora- 
bles del Sr. Marqués; habla de la idea de la fundación que arrancó del coro asturiano 
y que arraigó y floreció gracias a la campaña que hiciera en el "1 lera Ido de Asturias” 
don Lucio Suárez Soiís. 

Recuerda la generosidad de don Manuel Valle y de don Ramón Arguelles y 
consagra sentido recuerdo a don Ramón Pérez y a don Segundo Alvares presidentes 
entusiastas que se fueron de la vida. 

Canta las grandezas de nuestra beneficencia mutua, de los triunfos de la cien- 
cia en la Covadonga, Paraíso de ¡a salud; de la gallardía de sus pabellones. Allí están 
la caridad, el amor, la caricia, el consuelo; allí está vuestra más noble ejecutoria. 

Habla luego del recreo; de lo espiritual, del arte, de la gracia y de la belleza, 
dedicando un florido elogio de gran poeta a la mujer, a la cual ruega inspíre en el amor 
a la patria nueva a sus hijos, a los que vendrán más tarde a continuar esta obra glorio- 
sa de los padres. 

Ocupándose de la instrucción, elogia ia labor del Centro encaminada maravi- 
llosamente a completar la instrucción del humilde para la lucha por la vida La cul- 
tura enaltece y dignifica; la cultura iguala a los hombres en las democracias; Cuba 
es un país demócrata; la democracia española es una verdad. 

Hace elocuentísima evocación del dos de Mayo español, lucha gloriosa y de 
gran enseñanza para todos los pueblos patriotas Y termina elogiando la labor de 
amor que entre los países de América y España han iniciado los poetas de la tierra 
castellana, magos del idioma más sonoro del mundo, 

Y rindió un bello recuerdo a los socios fallecidos y a los que hoy laboran por 
la grandeza del Centro que es grandeza de España y de Cuba, 

Luego, los notables cantantes señora María Marco y Manolo Villa, cantaron 
dos bellísimas canciones. 

Para terminar, se puso en escena ' La cuerda floja”, gracioso juguete cómico 
en un acto, de don José Estremera, representado por alumnos de la Academia de De- 
clamación, que dirige la competente profesora señora Eloísa Agüero, viuda de Valle, 


La segunda fiesta, el 17 de Septiembre— apertura del curso escolar y reparto 
de premios a los alumnos de las escuelas del Centro — tuvo idéntica resonancia y carac- 
teres igualmente brillantes. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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En el programa se destacaban sugestivos números a cargo de las tipies Sras. Ciprr 
Martin y María Marco y el barítono gi jones Manuel Villa ; bailes españoles, por Dolo- 
retes y Bilbao: sinfonía de “El Barbero de Sevilla' 1 por las alumnas Srtas, Celia y Do- 
lores Val des; serenata “Morisca* 1 por la Srta. Montané (mandolina) y el maestro Mauri 
(piano), más un discurso del joven abogado D. Antonio García Hernández, quien con 
perfecto dominio del tema, fluidez de palabra y elegancia de imágenes supo cautivar 
al auditorio y rendirle a su talento narrando la vida de jov ella nos, cuyos infortunios 
le conmueven y a cuya labor sapiente y prolífica, rinde fervoroso homenaje. 


La Fiesta de ía Raza, el 12 de Octubre, fue la tercera de estas solemnidades 
tan profundamente espirituales. La concurrencia asaz numerosa, hasta el punto de 
no haber espacio líbre para más en nuestros amplios salones, hallándose representada 
la Legación de España, altas autoridades de la República, Ministros y Cónsules de 
varias Repúblicas Hispano- Americanas y casi todas las Sociedades cubanas y españolas. 

Además de selectos números de música v canto, ejecutados por orquestas, es- 
tudiantinas y artistas de positivo mérito, contribuyó al esplendor del acto la gran Ban- 
da Municipal de la Habana, cedida amablemente por el Alcalde, general don Fernán- 
do F rey re de Andrade y Velázquez, sincero admirador de las glorias de la Raza. 

Sobresalieron especialmente, recibiendo delirantes aplausos, los inspirados so- 
netos a las naciones de América, originales del poeta as tur don Alfonso Camín, reci- 
tados por don Isidro Pruneda; una hermosa poesía leída por su autor don Carlos Meany, 
y el grandilocuente discurso del insigne mejicano licenciado don Querido M oheno, cu- 
yos conceptos más enj undiosos y bellos brindamos al buen gusto de los lectores: 

Honorable concurso: 

E! aplauso, con proporciones de ovación, que me acaba de anticipar vuestra 
gentileza y las palabras benévolasy elocuentes del distinguido presidente de este Cen- 
tro, doblemente elocuentes por benévolas, me obligan a comenzar ofreciendo excusas 
que, de otro modo, os hubiera economizado 

Yo siento, yo bien sé que esta no es ocasión ni este es sitio para disculparme; 
pero vuestra galantería me pone en el caso de declarar que si acepté el encargo de ve- 
nir a esta tribuna, en parte fué porque, a través de la galante invitación, adivinaba yo 
que, mucho más que a mí, se trataba de honrar a mi país, tan necesitado de estas 
compensaciones, 

Y por eso, porque de mi país se trataba, yo no vacilé en aceptar, pensando qué 
se diría, qué sentiríamos los mejicanos, si en esta consoladora fiesta de la raza sólo mi 
dolorido México no hubiera tenido representación. 

Pero no sólo eso: había, además otras razones de orden personal para que no 
pudiera yo rehusarme: yo no puedo olvidar que cuando, náufrago de la vida, colgué 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


mi ropa a secar al viento de esta playa, para recordar una imagen del insigne poeta 
sevillano, la primera puerta que se me abrió, era una puerta española, y la mano que 
me empujaba era una mano asturiana. Así, a venir me empujaban razones de! más 
puro patriotismo y los deberes de la gratitud. 

jAh, señores! si fuera yo capaz de poner mis palabras a la altura de mi corazón, 
podríais estar seguros de no resultar estafados esta noche, mas como no me lo permi- 
ten ni mi incapacidad ni mis tristezas de ahora, quiero con mis excusas anticiparme 
a una segura decepción. Porque vuestros aplausos me están diciendo que esperáis 
de mí algo que llame la atención y yo puedo asegurar que os equivocáis: si a través 
del anchuroso Golfo, alguna cosa mía os trajo la fama, estad seguros de que es obra 
del favor, de la benevolencia de los periódicos, de quienes dijera el gran lusitano que 
son incomparables improvisadores de juicios ligeros en esta época en que todo se im- 
provisa. 

En los tiempos que precedieron a la espantosa anarquía en que se debate mi 
país, no teníamos tiempo para ocuparnos de fiestas galantes como ésta, en la cual pre- 
siden bellísimas y honorables damas y dignos representantes de altas potestades de 
la tierra, Mi verbo siempre estuvo al servicio de los grandes dolores y positivos in- 
tereses de mi pueblo, de ese pobre pueblo que, como el personaje de la comedia antigua, 
es el eterno ' sic vos non vobis” de la vida, siempre lleno de apuros y siempre traba- 
jando en provecho de los otros: por eso mí palabra es ruda, pero sincera, como sincera 
y ruda es el alma de ese mismo pueblo. 

Cuento, pues, con vuestra benevolencia. 

Y hecha esta explicación, meramente circunstancial, permitidme consagrar al- 
gunas palabras al motivo fundamental de esta grandiosa fiesta. 

A las dos de la mañana de esta misma fecha, hace 424 años, justamente, no 
muy lejos de aquí, humilde marinero español, desconocido hasta entonces, Rodrigo de 
1 Vi ana, percibiendo en el fondo de la tiniebla una luz, que fue como la estrella de los 
Reyes Magos, lanzó al aire su grito estridente, anunciando a los pueblos absortos, que 
frente a las carcomidas proas de las tres carabelas, acababa de surgir un mundo nuevo, 
emergiendo del fondo de los mares, como para justificar la eficacia de la fe, consuma- 
dora de prodigios. 

Los libros de los sabios enseñan que un marino de cabellera encendida y ojos 
penetrantes, que junto ai mar sonoro se pasaba las horas interrogando al horizonte, 
en las páginas del I mago Mundis" y en las fantasías de Marco Polo, se enamoró del 
remoto C ipango; que después de peregrinar por el mundo de entonces, llevando al 
suyo entre las manos; llegóse hasta la Rábida, donde se encontró un vidente que fo 
condujo hasta la Reina Isabel, donde tras largos empeñas y enojosos regateos, se hizo 
carne su verbo, y con algunos ducados del tesoro aragonés, se hizo a la mar la fantás- 
tica flota, empujada a lo desconocido; que tras de ajenas dudas y de crueles vacilado- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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ríes, arribaron ai fin, a la florida playa del ensueño, donde no vino a recojer la riqueza 
y poderío, sino desencantos y amarguras; y, en fin. que tras de echar las bases de estas 
nacionalidades, triste y decepcionado pereció el almirante, declarando haber nacido 
en Genova. 

Cuatro siglos más tarde la posteridad, erigiendo en su honor fastuoso monu- 
mento, agarróse a ese detalle incoloro y baladí para hacer el silencio en torno a Es- 
paña y a su obra 

Baja y torpe, se enroscó la injusticia al corazón de los que aman a España; y 
una asturiana ilustre, la eminente escritora señora Eva Gane!, echó sobre sus hombros 
la tarea de divulgar los notables descubrimientos de don Celso García de la Riega, 
elocuentemente demostrativos de que la cuna de Colón no pudo ser otra que la antigua 
ciudad de Pontevedra. 

Patriótico el intento, temo que la ilustre Cañe! pierda su tiempo lastimosamente, 
como no se conforme con dejarnos, que sí nos dejará, muchas paginas de bella litera- 
tura. Porque en ultimo análisis, ¿qué importa al mundo cuál haya sido positivamente, 
la cuna de Colón? Que naciera en Genova o en Pontevedra, ¿qué más da? Si en fin 
de cuentas, el descubrimiento de América no fue ni pudo ser la obra de un hombre; 
el descubrimiento de América tenía que ser la obra de un pueblo, de un gran pueblo, 
y entonces sólo había con arrestos para acabar tamaña empresa el gran pueblo espa- 
ñol; si así lo reconoce toda la especie humana y ha de reconocerlo mientras sobre la 
tierra haya seres vivientes. Y cuando no los haya, cuando a. través de los espacios 
ambule tristemente este pobre planeta nuestro, baldío y desalquilado, todavía queda- 
rán para proclamarlo, las embalsamadas brisas de estos bosques, las ondas y las espu- 
mas de nuestros grandes ríos y las eternas nieves, invioladas y altísimas, de las monta- 
ñas de mi Anahuac* 

Desde el punto de vista personal, el descubrimiento de América, es, ante todo, 
la obra de una mujer eminente: doña Isabel la Católica. No es mucho que un marino, 
inquieto y convencido de la redondez del planeta, ávido de grandezas y sin profundos 
arraigos de la vida se lanzara a lo desconocido, en busca de riquezas y de honores; pero 
se necesita ser vidente para estar apartada de los rudos contactos con la vida, ence- 
rrada tras espesa muralla de supersticiones, prejuicios, ignorante de la vida y las indus- 
trias del Océano, y, sin embargo, percibir un mundo nuevo por entre los discursos de 
aquél a quien todos tomaban por demente y visionario. 

Y ved, señores cómo en la palingenesia misteriosa de la vida, no hay ni un ger- 
men perdido o infecundo. Todos sabemos que doña Isabel debió el trono a la usur- 
pación. Bendita usurpación que de la nada hizo surgir un Continente que acaso lleve 
en sus entrañas los gérmenes de la futura renovación universal. Porque si hubiera 
Isabel reconocido los indiscutibles derechos de la Beltraneja a la Corona de Castilla, 
es muy posible que este Centro no fuera un Centro Asturiano, sino un Club Angla- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sajón; es muy posible que no fuéramos nosotros, sino gentes extrañas, las que a esta 
misma hora estuvieran aquí mismo celebrando la fiesta de la raza, pero no la fiesta 
de nuestra raza, sino la fiesta de la otra, de la que expresa sus ideas en la lengua de 
Byron y no, como nosotros, en la mágica lengua de Cervantes. (Grandes aplausos) 

¡Y hay todavía hombres de ciencia que niegan la existencia de la raza 1 Pero 
aquí estamos nosotras para demostrar con nuestra presencia que con sangre de ber- 
beriscos y de iberos, de alanos, vándalos y suevos, de romanos, cartagineses, griegos 
y judíos, de visigodos y árabes, en fin; fundiéndolas al fuego del amor con sangre de 
sihoneyes y de aztecas y de incas y de araucanas, puede forjarse una nueva entidad 
étnica batalladora y heroica como un canto de gesta, una raza nueva y verdadera, si 
para afirmar y mantener la unidad, se asienta fuertemente sobre las bases megalíticas 
de la lengua y de la religión, de las tradiciones y de las esperanzas. 

Y con tradiciones y esperanzas y religión y lengua puede forjarse una cadena 
indestructible que partiendo desde la costa levantina, desde Valencia y Alicante, a 
través de los Valles de Aragón, de las llanuras de Castilla, de los olivares andaluces y 
de las montañas de Asturias, se afirme en la recia costa cantábrica y cruce sobre el 
Atlántico hasta las melancólicas aguas del Estrecho de Magallanes, uniendo en un 
solo haz a nuestra vieja madre patria y a las nacientes nacionalidades extendidas desde 
las vastas soledades de Patagón i a hasta las riberas del Río Bravo, donde México, exan- 
güe y moribundo, pero firme en la justicia y el derecho, todavía exprimiéndose las' en- 
trañas, encuentra fuerza para erguirse y lanzar sobre la turbia corriente el 1 non possu- 
mus” de las almas fuertes que a la afrentosa vida de!, esclavo, prefirieron siempre el 
augusto y austero silencio de la muerte. (Aplausos prolongados). 

May en la Biblia, un símbolo grato a mi corazón, al cual suelo acudir algunas 
veces: me refiero al símbolo de la mujer de Lot. 

A fuerza de revolcarse sobre el fango y el vicio, incurrió la ciudad en la divina, 
cólera, que resolvió llover fuego del cielo sobre la carne de los reprobos. En medio 
de tanta maldad, había, sin embargo, una familia virtuosa, la familia de Lot; y para 
apartarla del peligro, un ángel del Señor bajó a prevenirles que se alejaran de la du- 
dad maldita, marchando hacia adelante, sin volver los ojos hacia sus muros profana- 
dos Pero la mujer de Lot no pudo resistir: allá atrás, entre las llamas del incendio, 
quedaba su hogar y con él todo su pasado. ¿Cómo no volver los ojos siquiera por ul- 
tima vez, si como divinamente cantara el bardo antiguo "siempre a nuestro parecer, 
cualquiera tiempo pasado fué mejor? * Y la mujer de Lot, deshecha en lágrimas, que- 
dóse allí, convertida en estatua de sal, llorosa eternamente 

i Símbolo admirable de los pueblos que se vuelven de espalda para anegarse en 
la contemplación de lo que fueron y que acaban por perder el sentido de la realidad, 
quedándose a la zaga del progreso! 

El peligro es muy grande porque ia tentación es poderosa. 1 la y en el fondo de 
esto aquel extraño placer morboso denominado "la dicha del dolor", el mismo que 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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palpita en la doliente frase de la heroína del Dante: “nada hay tan triste como recor- 
dar en la desgracia las horas de felicidad". 

España también cedió: y después de agotarse alimentando a sus pechos estas 
nacientes nacionalidades, sentóse a la vera del camino a confortarse en la contempla- 
ción de su pasado esplendoroso. Y del recuerdo de sus pasadas grandezas y de sus 
indomables heroísmos, entre la dorada bruma de sus sueños fue surgiendo Don Qui- 
jote, el doliente alucinado que por seguir a Dulcinea, la intangible Dulcinea de la Jus- 
ticia y del Ideal, dejaba entre las manos del escudero zafio las repletas alforjas de los 
intereses, que alimentando el desmedrado organismo, pudieran volverle de su santa 
locura Y todavía en esta hora pavorosa, en que la Europa entera se derrumba, re- 
novándose por el hierro y por el fuego al empuje de formidables intereses, España pre- 
fiere abrazarse a su cruz, a la cruz de esta indefensa civilización, no de la embustera 
civilización que reparte la muerte en las trincheras y por encima de los aires y por de- 
bajo de las ondas, sino de aquella otra, de la que dijo el excelso portugués: "que aun 
por el lado de la utilidad considera un Sentimiento más útil que una Máquina". 

Pero la vida llama rudamente a nuestras puertas, y es necesario volver al sen- 
tido de la realidad, si alguna vez hemos de exclamar como el héroe manchego - "en los 
nidos de antaño, no hay pájaros ogaño" 

Sólo así tendremos el derecho de celebrar la verdadera fiesta de la raza, una 
fiesta que sea la íntima comunión de España, nuestra gloriosa abuela, y de su descen- 
dencia infinita, y donde podamos todos, libres y redimidos al fin, sentarnos al hermoso 
banquete de la vida! 

Para lograrlo, se necesita terreno propicio; y habrá que encontrarlo, aunque 
para dio tengamos que volvernos a ese pasado de tan peligrosos espejismos, pero sin 
apartar los ojos de la hora presente, 

Y, ¿cuál mejor, señores, que el Centenario de Covadonga? Dentro de dos años, 
serán doce los siglos que han pasado desde que la batalla de Covadonga inició las lu- 
chas de la Reconquista, en las que verdaderamente se forjó la nacionalidad española. 

Cierto que no faltan escrupulosos expurgaclores de! pasado, para quienes la ba- 
talla de Covadonga no es sino una leyenda, vana y ligera niebla de los tiempos, que se 
disipa al primer contacto del análisis, como nuestras brumas de la montaña se des- 
hacen ai primer beso del sol ardiente de los trópicos. 

Yo no lo pienso así, porque para mí fue siempre un credo inconmovible que 
mientras la verdad es eterna y triunfadora, la ficción y la mentira son precarias y frá- 
giles de suyo La imaginación del hombre es refractaria a la verdadera invención: 
siempre hay algo de cierto en el fondo de las más increíbles historias. Y, además, los 
hijos de la fantasía son como esos muñecos inertes que ei campesino planta en mitad 
de su heredad, que al principio presentan una apariencia humana, pero después, el 
viento y la lluvia convierten en tristes y flotantes despojos. Mas a los monumentos 
que la verdad erige, la pátina del tiempo les presta la serena grandeza de los siglos 



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EL. LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Covadonga, a través de estos 1200 años, lejos de ir cayendo en pedamos, ha ido 
creciendo en fuerzas y en belleza, como si estuviera forjada en el invencible bronce 
de Samotracia. Como símbolo de la fe, su culto ha ido creciendo de siglo en siglo, y 
como símbolo patriótico es cada día más la médula, el alma misma de la nación española. 

Y ya que de estas cosas trato, permitidme electros que el último día de Cova- 
donga me trajo una de las mayores sorpresas de la vida. 

Para mí, el 8 de Septiembre, hasta donde alcanzan, mis recuerdos, es día de dos 
conmemoraciones inolvidables: una, de mi patria y de ayer apenas, cuando los cadetes 
de Chapul tepec caían con el pecho abierto por las balas del invasor americano, defen- 
diendo su patria en la más injusta y alevosa de las guerras. 

La otra es de Covadonga. Está muy fresca todavía ía fecha en que Cuba dejó 
de ser tierra española. Es natural que mientras lo fue, los españoles se sintieran aquí 
dentro de la patria grande y que, por eso mismo* la patria chica recobrara sus fueros. 
Pero en México no sucede lo mismo. Pronto hará cien años que el último de los vir re- 
yes firmó los tratados de Córdoba, que consagraron nuestra independencia ; y acaso 
por eso. por la distancia en el tiempo, alia no tenemos asturianos ni gallegos, ni monta- 
ñeses ni castellanos: allá en todo tiempo* pero sobre todo en el día de la Virgen de Co- 
vadonga, no hay sino corazones españoles que aceleran su ritmo ante una pandereta 
que levanta en los aires sus cintas y sus sonajas, de una gaita que rememora las dul- 
zuras de la lengua y el alma gallegas* de un baturro que ensaya doliente jota aragonesa 
o de una guitarra valenciana que con los listones rojo y gualda que la visten y adornan, 
parece anunciar que en su caja sonora encierra toda el alma española y en sus dolientes 
notas el lenguaje impreciso con que expresa los dolores, recuerdos y esperanzas de su 
pueblo, el más tenaz y firme de todos los pueblos de la tierral “(Aplausos). 

Y yo, que traía el alma llena de estas memorias, yo, que conocía la importancia 
de esta colonia española, y por eso mismo esperaba un 8 de Septiembre con multitu- 
des de jubileo y con esplendores de apoteosis* imaginad mi sorpresa cuando ai desper- 
tar encontré que ni una campana rasgaba el aire y ni una bandera española se recor- 
taba sobre el fondo de este cielo divinamente azul en honor de la Virgen de Covadon- 
ga, símbolo genuino del alma de España desde la remota fecha en que naciera la mo- 
narquía asturiana, humilde simiente de una patria nueva, que, desde el agujero de 
Cangas de Onfe, había de extenderse hasta más allá de donde el Sol se pusiera. 

Vosotros en España y nosotros en América* estamos muy necesitados de unión 
estrecha, fuerte y perdurable; vosotros, ante esa agitación regional ista que lo mismo 
puede ser anuncio de un resurgimiento glorioso que un paso en el triste sendero de la 
decadencia: nosotros, ante las audacias del imperialismo americano, que, en presencia 
de nuestros cobardes egoísmos, cada día consuma peores atentados al derecho, a la 
justicia y a la raza, 

Pero para anudar esa unión* se necesita un milagro* un milagro patente. Son 
de tal magnitud nuestros egoíonos, nuestras apatías* nuestras diferencias, nuestras in- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


187 


tolerancias y nuestros pesimismos suicidas, que para allanarlos y dar paso a la unión, ne- 
cesitamos que otra vez brille todo el día sobre el horizonte el signo vencedor de 
Constantino. 

Y entonces, sí, el prodigio de la unión será. Vednos a nosotros, los mexicanos, 
divididos por océanos de sangre; hay entre nosotros abismos cuyo fondo no acierta a 
distinguir ni el ojo penetrante de nuestras águilas. Y, sin embargo, algún día los anti- 
guos conservadores y nosotros los nuevos liberales, nosotros, los positivistas y los vie- 
jos ortodoxos, hemos de unimos a la sombra del pendón de la Virgen de Guadalupe. 

Porque la Virgen de tez morena que descendió en el Tepeyac para dolerse con 
los dolores de nuestro pueblo, ni aún para los creyentes fervorosos es solamente la Rei- 
na de los Cielos, sino que es la patria santificada, es la imagen que hecha bandera on- 
deó por primer^ vez entre el fragor y el humo del Monte de las Cruces, es la que nos 
siguió agonizante por todo el calvario sobre los batallones franceses en las colinas de 
Puebla, y es, en fin y sobre todo, y por eso la veneramos más, la que en la guerra próxi- 
ma ha de acompañarnos, si necesario fuese, hasta el sacrificio, y, en la hora suprema, 
desde lo alto de su asta-bandera, ondeando, acribillada, al viento de la gloria, ha de 
mandarnos la última mirada de consuelo. (Aplausos). 

Hay un fenómeno, señores, que de seguro todos conocéis: me refiero a la cris- 
talización. Si en una vasija depositamos un líquido saturado por una sal en disolución, 
a medida que va evaporándose el líquido, la sal va depositándose en cristales. Al prin- 
cipio el fenómeno parece como que vacila y se resiste; pero si entonces dejamos caer 
en la disolución una partícula previamente cristalizada, rápidamente, y alrededor de 
ella, cristaliza e] todo. 

El papel de esa partícula maravillosa, es el que, según yo, ha desempeñado As- 
turias en el proceso de la Reconquista : el alma popular estaba saturada del mismo an- 
helo; pero aquella intensa aspiración colectiva no pudo cristalizar hasta Covaclonga 

Y por eso, en todos los tiempos, Asturias ha sido la médula de la patria española. 
¿Por qué, entonces, no pedir a Covadonga que nos haga el milagro de unirnos en un 
haz invencible y glorioso? 

Pero los milagros sólo medran en las tierras abonadas por la fé. Cuentan los 
que lo han visto, que en Lourdes el prodigio no puede producirse sino cuando una in- 
mensa muchedumbre, enloquecida, en un supremo alarido de dolor, de esperanza y de 
fé, demanda el milagro del Cielo, como si Dios sólo gustara de manifestarse cuando su 
pueblo toca en el punto del éxtasis religioso. 

Así nosotros sólo hemos de salvarnos por la fé. Si la sentimos inconmovible 
y honda, el milagro será y en la hora de la prueba decisiva, se levantarán de su sepulcro 
las sombras augustas de Bol iva f y San Martín, de Máximo Gómez y Maceo, de More los 
y Porfirio Díaz para combatir a nuestro lado el buen combate; y hasta removiendo 
el polvo de los siglos heroicos, otra vez cabalgará sobre Babieca el cadáver del Cid y 
el Apóstol Santiago empuñará su lanza de Clavijo para llevarnos a la victoria. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y, entonces, sí, dignificados para siempre, tendremos el derecho de celebrar la 
Fiesta de la Raza. 

Pero, si no. . . habrá que resignarnos, como el héroe vencido en la lucha desigual 
con los dioses; habrá que prosternarnos tristemente sobre la tierra tinta en sangre de 
esta irredenta América, y, levantando los ojos al cielo, implorar con el excelso bardo 
caído, allá en el ergástuio de Nicaragua: "Cristóforo Colombo , pobre almirante: 

¡ruega a Dios por la tierra que descubriste! (Ovación prolongada). 


Quinta Covadonga: De 1\ de Enero a 31 de Diciembre fueron asistidos 10,580 
enfermos y salieron de alta, curados, 9,946. Han fallecido en el mismo período de 
tiempo, 172. 

La farmacia despachó 418,736 fórmulas. Ei Departamento de Hidroterapia 
prestó 97,629 servicios. El Laboratorio clínico efectuó 9,767 trabajos, comprendiendo 
preparación de virus, vacunas, sueros, etc., y ei de Fisioterapia anotóse un total de 
26,339 entre Radiografías, Radioscopias, Radioterapia, Alta Frecuencia, etc., etc. 

La estadística quirúrgica de la Casa de Salud demuestra de una manera pal- 
pable la actividad y pericia de los cirujanos, quienes efectuaron 5,184 operaciones, con 
sólo 15 fallecimientos postoperatorios. 

Fn el terreno de las reformas y perfección de nuestras instalaciones, el Depar- 
tamento “Rafael G. Marqués”, a cargo del doctor Arturo García Casariego y desti- 
nado a la especialidad de vías urinarias, ha recibido grandes progresos en su instru- 
mental, siendo seguramente el más completo de Cuba. 

Entre el selecto y numeroso personal médico aparecen los nombres de los doc- 
tores Bodes, Montoro y La Puente, quienes ingresaron para cubrir plazas de médicos 
de turno, y en cuanto al personal administrativo figura don Francisco García Méndez 
ocupando el cargo de Mayordomo, para el que fué nombrado por la Junta Directiva 
en sesión del 18 de Agosto. 

Enfermos embarcados: 67, cuyos pasajes y asignaciones importaron $10,399 00. 


Sección de Instrucción: Presidente, licenciado don Fernando Arranz de la To- 

rre; Vicepresidente, don Víctor A López; Secretario, don José Granda Rivera; Biblio- 
tecario, don Juan Acosta Piedra; Vocales, licenciado don Ramón Fernández Llano, 
doctor don Antonio García Hernández, don Eduardo González Robes, don Luis R Ro- 
dríguez, don Basilio Portugal Martínez, don Juan P. Alvarez, don Joaquín Ablanedo, 
don Luis Bretones Sol devilla, don Aquilino Alvarez, don Manuel Hevia, don Gerardo 
García Robes, don Manuel Rodríguez, don Francisco González, don Agustín Gonzá- 
lez, don Celestino Alvarez, don Alberto Rodríguez, don Emilio Pérez Bermúdez, don 
Simón Solares Ríáño, don Gonzalo Quirós Fernández, don Isidro Pruneda, don Fio- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


189 


rentino Martínez, don Carlos F. Calzada, don José Manuel Rodríguez, don Belarmino 
Gómez, don Bernardo Pardias, don Manuel Pérez, don Femando Corrales, don Emilio 
Alvarez y Alvarez, don Manuel San Tirso, don Adolfo F. de Arriba, don Nicanor Fer- 
nández, don Tomás Segoviano de Ampudia, don Angel Arias, don Luis García Quin- 
tana, don Modesto Alvarez, don Antonio Cast nilón, don Cesáreo González, don Er 
nesto Peña, don Juan Rodríguez y don Antonio Sánchez. 

Esta Sección desarrolló su cometido admirablemente, adjudicándose verdaderos 
éxitos de índole pedagógica, gracias a su bien meditado plan de enseñanza y durante 
el curso se realizaron algunas excursiones escolares a los campos, pueblos y fábricas 
de los alrededores, alcanzándose pingües resultados. 

Eí total de matrículas se elevó notablemente, pasando de 1,500 las de varones, 
y de 1 ,000 las de niñas y señoritas, Y condigno corolario, los exámenes patentizaron 
la idoneidad, entusiasmo y celo educativo del profesorado. 

En cuanto a la Biblioteca no caben sino las mismas halagadoras manifestacio- 
nes, pues fue enriquecida con nuevos valiosos volúmenes y la han visitado, en el año 
más de 25,000 personas que hallaron en ella culto solaz y deleitoso refugio espiritual. 


Sección de Recreo y Adorno: Dio esta útil Sección frecuentes pruebas de su 

valer, organizando espléndidas fiestas, unas por cuenta propia, otras con el concurso 
de la institución, todas las cuales fueron magníficos triunfos para nuestro Centro. 

Compusiéronla: Presidente, don José Cueto González; Vicepresidente, don Faus- 
tino A. Bermúdez ; Secretario, clon Alberto Rodríguez; Vocales, don Adolfo Peón, don 
Manuel García Rosales, don Florentino Alvarez, don José Calatras, don Víctor Menén- 
dez Campa, don Víctor López, don Manuel Rodríguez, don Jesús Villami!, don Do- 
mingo Fernández Batista, don Nicasio Martínez Jardón, don José M. Fuertes, don 
Armando Bermúdez, don Pedro Fructuoso, don Fernando Rodríguez, don Jasé Megido, 
don Miguel González Ardísana, don Luis García, don Darío Cantalapiedra, don Sal- 
vador Rivas, don Carlos Fernández, don julio Valle, don Enrique Beltrán, don Juan 
E. Mayorga, don Laureano Alvarez, don Jesús Martínez, don Manuel Molina, don 
Modesto Ríos Villa, don Santiago Castañón, don José M. Rodríguez, don Francisco 
Muñoz Santiago, don Isidro Pruneda, don Alberto González Fernández, don Juan 
Acosta Piedra, don Antonio Arbesú Alvarez, don losé Cuervo, don Manuel Alvarez 
García, don Jesús Cuervo, don Marcial Novo, don Nicasio Fernández, don Benito 
Saiz, don Ricardo Alonso, don José Suárez, don Luís Alonso Torres, don Ramón Per- 
ñus, don Manuel Rodríguez Muñíz, don Emilio Piney, don Julio González y don Ma- 
nuel de Diego 


Sección de Asistencia Sanitaria: Esta, por la multiplicidad de los asuntos a 

que tiene que atender, muchos de delicado carácter, es siempre la más aboríosa y so 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


bre la que recae un caudal enorme de trabajo* Casi toda la vida social depende de 
elta y a ella está encomendado cuanto se refiere al Sanatorio: asistencia de enfermos, 
adquisición de víveres, medicinas, ropas, material quirúrgico, etc., etc., inclusive ej 
nombramiento y remoción de empleados. 

Presidente, don Dionisio Peón Cuesta: Vicepresidente, don Jenaro Pedroarías 
Vilioslada; Vocales, don José R. Fernández, don Aquilino Entrialgo Alvarez, don An- 
tonio Suárez y Suárez, don José Cosío Parajón, don Guillermo de la Riestra Sarasúa, 
don José María Alvarez Fernández, don Ramón López Toca, don Florentino Suárez 
González, don Ramón Suárez Pérez, don Jenaro Suárez Vallina, don Ramón Menén- 
dez García, don Manuel Fuentes Suárez, don Manuel Gutiérrez Pérez, don Felipe Li- 
zama Moriega, don Maximiliano Isoba Prado, don Isidro Alvarez Tamargo, don Al- 
varo Miranda Salas, don Celestino Corral, don Arturo Gutiérrez Pérez y don Lucio 
Fuentes Corripio, 


Sección de Intereses Materiales: Presidente, don Severo Redondo Vega; Vice- 
presidente, don Antonio Pérez y Pérez; Vocales, don Manuel Llerandi y Tomé, don 
José Fernández López, don José Solís García, don Manuel Suárez García, don José 
Menéndez Martínez, don Pedro Sánchez Gómez y don Nicolás Gayo Par rondo. 


Sección de Propaganda: También a esta Sección le cupo el honor de destacarse, 
creando importantes Delegaciones y consiguiendo un considerable aumento de socios, 
que en Diciembre de 1915 ascendían a 37,281 y al cerrar el ano de 19 i ó, a 40,983, pro- 
greso que evidencia singular y efectivo prosel itismo en los que, al dirigirla, supieron 
imprimirle rumbos triunfales. 

Presidente, don Jenaro Ace vedo Solares; Vicepresidente, don Jesús de los Heros; 
Vocales de la Directiva: Don Darío Alvarez Fernández, don Manuel Moran Suárez, 
don Federico Marinas López, don Hermógenes Poyo Díaz y don Arcadlo Víllamil Gon- 
zález , Vocales de la General : Don Eduardo González Bobes, don Luis R. Rodríguez, 
don José Fernández Martínez, don Antonio Guerra, don Enrique Cima Cabal, don 
Miguel Suárez, don Ramón Robledo, don Aquilino Alvarez, don Víctor Prendes, don 
Amador Quesada, don Angel Arango, don Donato Montequín, don Manuel Castri- 
llón : don José García Venta, don Carlos Fernández Méndez, don Luis Muñíz, don 
Angel G> Rodríguez, don Fernando Llano, don José García Prendes, don José Tra- 
banco, don Manuel Hévia, don José Menéndez Prado, don Manuel Alvarez Fernández, 
don José Migoya, don José Fernández García, don Manuel Suárez, don José Muñíz 
Alonso, don Andrés Mon, don Laureano Alvarez, don Benjamín Fernández, don Je- 
sús Martínez, don Sabino Rodríguez, don José Pérez Gayo!, don Modesto Tuero, don 
José R, Muñíz, don Laureano García Venta, don Felipe Lebredo, don Benigno Suárez, 
don José Martínez y don José Cuesta Sarmiento* 





QUINTA COVAnONGA; EDIFICIO "ASTURIAS -1 , EN EL QUE ESTAN INSTALADAS LA DIRECCION 

Y ADMINISTRACION DEL SANATORIO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



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Sección de Inmigración: Presidente, don Amalio Machín González; Vicepresi- 

dente, don Cirilo Alvarez González; Vocales, don José Cuenco Bodes, don José Rodrí- 
guez Fernández, don Emilio G. Zarracina, don Francisco Flores Llano, don José Pe- 
láez García y don Lisardo Llamedo Cortés. 

Comisiones de Glosa: Primer trimestre: Don Luís Valle, don Rogelio Cañedo, 
don Luis R. Rodríguez, don José Presno y don Laureano Alvarez. 

Segundo trimestre: Don Restituio Alvarez, don Enrique Cima, don Manuel 
Suárez García, don Fernando Corrales y don Adolfo F. de Arriba. 

Tercer trimestre: Don Celestino Fernández, don Aquilino Alvarez, don Emi- 
lio Fernández, don Ignacio García y don Sabino Fernández. 

Cuarto trimestre: Don Juan Rodríguez, don Modesto Alvarez, don Isidro 

Pruneda, don José Cuervo y don Angel Rodríguez. 


P resupuesto para 1917: ingresos por todos conceptos, $746,148.00, Gastos, 

$550,308 03. Superávit, $195,830.97, 

Junta Directiva: Hé aquí, en conjunto la lista de los que la formaron y cuya 
labor ha sido realmente abrumadora por el numero de sesiones celebradas y asuntos 
resueltos. 

Presidente, don Vicente Fernández Riaño. Vicepresidente primero, don Maxi- 
mino Fernandez y González. Vicepresidente segundo, don Faustino Angones Rubiera. 
Tesorero, don Manuel Llerandi y Tomé. Vocales, don Federico Marinas López, don 
Severo Redondo Vega, don Antonio Pérez y Pérez, don Pedro Sánchez Gómez, don 
Darío Alvarez Fernández, don Amalio Machín González, don Fernando Arranz de la 
Torre, don José Rodríguez Fernández, don Nicolás Gayo Parrando, don Antonio Suá- 
rez y Suárez, don José Cosío Parajón, don José María Alvarez Fernández, don Ma- 
nuel Moran Suárez, don Jenaro Ped roa rías Villoslada, don Isidro Alvarez Ta margo, 
don Guillermo de la Riestra Sarasúa, don Jenaro Suárez Vallina, don Faustino A. Ber- 
múdez Quadrany, don Aquilino Entrialgo Alvarez, don Manuel Gutiérrez Pérez, don 
Arcadio Víllamil González, don Cirilo Alvarez González, don Emilio G. Zarraeina, 
don Jasé Cueto González, don Francisco Flores Llano, don José R. Fernández, don 
José Menéndez Martínez, don Jenaro Ace vedo Solares, don Celestino Corral Collado, 
don Manuel Suárez García, don Ramón López Toca, don José Fernández López, don 
Dionisio Peón Cuesta, don José Solís García, don Florentino Suárez González, don 
Ramón Suárez Pérez, don Víctor A. López, don Hermógenes Poyo Díaz, don Manuel 
Fuentes Suárez, don Alvaro Miranda Salas, don Maximiliano Loba, don Jesús de los 
Fieras, don José Peláez García, don José Cuenco Bodes, don Felipe Lizama Moriega, 
don Arturo Gutiérrez Pérez, don Ramón Menéndez García, don Lisardo Llamedo 
Cortés y don Lucio Fuentes Cor ripio 






PRESIDENCIA R S. R. 

DE DON MAXIMINO FERNANDEZ GONZALEZ 

II 

AÑO 1917 

Tristes perdidas — El proyecto de reformas del Reglamento y la J unta General 
Se implanta el carnet de identificación. — Nombramientos de Abogado 
Consultor, Arquitecto y Capellán— La nueva Capilla. 
Relación de la Junta Directiva con sus Secciones. 

Comisiones de Glosa —Estadística del Sanatorio. 

Presupuestos para 1918.— Varias Veladas. 



COMPLETA bonanza, alta y fecunda tranquilidad.. Se inicia el año ocu- 
(||p| pando la segunda Vicepresidencia don Severo Redondo Vega, a virtud de 
% justa electoral que, convocada para el primer domingo de Diciembre ante- 
rior, hubo de ser aplazada por la sensible defunción, acaecida horas antes de iniciarse 
la lucha, dd candidato contrario don Manuel Suárez. El Sr. Redondo no halló más 
tarde oposición, y el pugilato comida L que se ofrecía activo y ardoroso, redújose ai 
cabo a cumplir un precepto reglamentario. 


Ei nuevo segundo Vicepresidente goza de notoriedad y prestigio, habiendo per- 
tenecido a diversas juntas Directivas y actuado también en varias Secciones, por lo 
que su exaltación al cargo va precedida de laboriosa preparación y de competencia 
harto probada. 


(Continua en Asturias el Sr. Fernández Riaño, presidente titular, motivo de 
que siga reemplazándole con el talento e idoneidad que le son peculiares, don Maximino 
Fernández y González, Vicepresidente primero). 

Ario de bonanza hemos dicho y acaso no sea esta la denominación más exacta. 
Sí en cuanto a no interrumpirse el sosiego de las almas, ni el ritmo social, que vá fijando 
grandes progresos materiales y morales; pero ¿no incurriremos en evidente contradio 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ción si a seguidas anotamos que durante él fueron cayendo — ubérrimas ramas desga- 
jadas del mismo glorioso tronco, — don Antonio Aivarez Rodríguez (Socio N°. 1, al 
que recientemente asignáramos decoroso subsidio a fin de hacerle más soportable la 
senectud), don Francisco Aivarez, don Bernardo Aivarez Fernández y don Juan Apa- 
ricio Rojas, miembros de la legión heroica que fundó nuestro Centro, 

Eí carácter astur, herencia magnífica de aquellos indómitos montañeses que en 
los riscos de Covadonga abatieron al poder de la Media Luna, tuvo ocasión de mani- 
festarse vigorosamente con motivo de las reformas al Reglamento propuestas por la 
Comisión designada a ese fín. En estas reformas aparecía una especie de Parlamento 

o Asamblea representativa, suprimién- 
dose “ipso facto” las juntas generales, 

el Centro Gallego, adoptara ya, fueron 
rechazadas terminante y, por lo que pudi- 
mos colegir definitivamente, al menos 
durante muchos años. 

Sólo se aceptó y esto con leve recelo de que se cohonestase la libre determina- 
ción de los socios, como supusieron algunos oradores, e! uso obligatorio de la cartilla 
o carnet de identidad, teniendo en cuenta que serviría para reprimir abusos que afec- 
tan en grado sumo a los intereses sociales. La medida, en principio vista con poca 
simpatía, ha sido rápidamente comprendida por los socios entusiastas, e interpretado su 
alcance verdadero, suman ya varios millares los carnets despachados al finalizar el año 


DON SEVERO REDONDO VEGA. 
VICE PRESIDE X T E SEGUNDO 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Formaron la Comisión encargada de dictaminar acerca de las ventajas que re- 
portaría su implantación, suscribiendo bien meditado informe, que luego ampliaron 
verbalmente ante la Asamblea general, los laboriosos asociados don Darío Alvarez, 
don Federico Marinas, clon Celestino Car reño, don Donato Montequín, don Carlos 
Fernández Méndez, don Juan Acosta Piedra, don Alberto Rodríguez y don isidro 
Pruneda. 

Hé ahí, en esos nerviosos apuntes, una síntesis de nuestra idiosincrasia. Ved 
ahora otra. Dos facetas disímiles que retratan al pueblo astur, enemigo del gregaris- 
mo, devoto de la libertad, recalcitrantemente individualista, por un lado, y por otro, 
tierno, afectuosísimo, generoso. Un verdadero niño grande, temible en sus cóleras y 
propenso a toda sent ¡mentalidad. Conocedora la Junta General de que un profesor 
de las Escuelas del Centro, don Valentín Varas, renunciaba su empleo después de nueve 
años de servicios constantes y laboriosos, pensó que no debía dejarle irse sin una de- 
mostración de pesar y un presente de amistad, y le gratificó con $200.00, que el favo- 
recido . buen seguro no podía esperar. Pero es que la junta no dio al olvido la cuali- 
dad de poeta del Sr, Varas, — un orfebre del endecasílabo — y supuso que quien anda 
en tratos con las Musas suele hallarse [ay! muy cerca de dolorosos apuros económicos 
y quiso atenuar éstos ya que no fue posible vencer la actitud del culto pedagogo, obs- 
tinado en abandonar la enseñanza. 


Tres grandes memorables fiestas se celebraron durante el año: la conmemora- 
tiva de la fundación (2 de Mayo); la del reparto de premios (16 de Septiembre) y la 
de la Raza (12 de Octubre), las cuales reseñamos más adelante. 

Ateniéndonos al orden cronológico de los nombramientos diremos que el 17 de 
Abril fue nombrado Arquitecto en propiedad don José Gómez Salas; capellán, el 16 
de Noviembre, don Francisco Gayol Valdés y Abogado Consultor — 21 de Diciembre — el 
insigne catedrático de la Universidad de la Habana,, verdadera autoridad en Derecho, 
universalmente reputado, don Antonio Sánchez de Bustamante, cuya aceptación ha 
sido para nuestro Centro un motivo de contento. 

Y cerróse el año, en verdad plácido y sosegado, aumentándose el valor y belleza 
de los edificios del Sanatorio, con la nueva Capilla y Cámara mortuoria, concluida y 
entregada el 16 de Diciembre. Días antes verificáranse las elecciones generales dentro 
de absoluta cordialidad, eligiéndose presidente y primer vicepresidente para el bienio 
1918-1919, a los señores licenciado don Ramón Fernández Llano y don Antonio Suá- 
rez y Suárez, respectivamente* 

junta Directiva: Presidente, don Vicente Fernández Riaño; Vicepresidente pri- 
mero, don Maximino Fernández y González ; Vicepresidente segundo, don Severo Re- 
dondo Vega; Tesorero, don Manuel Llerandí y Tomé; Vocales, don José R. Fernandez, 
don Jenaro Ace vedo Solares, don Celestino Corra! Collado, don Ramón López Toca, 
don José Fernández López, don Dionisio Peón Cuesta, don Florentino Suárez Gon- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


zález, don Ramón Suárez Pérez, don Víctor A, López, don Hermógenes Poyo Díaz, 
don Manuel Fuentes Suárez, don Alvaro Miranda Salas, don Maximiliano Isoba Prado, 
don Jesús de los Heros, don José Peláez García, don José Cuenco Bodes, don Felipe 
Lizama No riega, don Arturo Gutiérrez Pérez, don Lisardo Llamedo, don Lucio Fuen- 
tes Cor ripio, don Francisco García Suárez, don José M. García y García, don Ramón 
infiesta García, don Valentín Alvarez Muñíz, don Francisco Toyos Terenti, don Ama- 
lio Suárez Suárez, don Enrique Cima Cabal, don Celestino Carreño García, don Ma- 
nuel Prida Cabranes, don Bernardo Perdías López, don Antonio Monje Izaguirre, don 
José Fernández García, don Laureano Ramos Pérez, don Antonio Arengo Alvarez, don 
Manuel López González, don Francisco Arrojo Barreíro, don Nicasio Martínez jardón, 
don Andrés Mon Pérez, don Eleuterío Oz ores Peláez, don Carlos Fernández Méndez, 
don Manuel Suárez García, don José María Pérez Gayol, don Laureano Alvarez Alonso, 
don Manuel García Rosales, clon José García Venta, don Laureano Alvarez Fernández, 
Vocales natos, don Rafael García Marqués, don Manuel Antonio García, don Juan 

Bances Conde, don Maximino Fernández Sanfeliz, don 
José Inclán Galán y don José María Villaverde. 

Secciones: Intensa y extensa ha sido la labor reali- 

zada por estos organismo auxiliares de la Junta Directiva, 
y plácemes merecen por su actuación. 

La de Intereses Materiales formáronla: Don Dionisio 
Peón Cuesta, presidente; don Jenaro Acevedo Solares, 
vicepresidente ; don Manuel Llerandí Tomé, don José 
M. Garda García, don José R. Fernández, don José Gar- 
cía Venta, don Florentino Suárez González, don José 
Fernández López y don Manuel Fuentes Suárez, vocales. 
La importancia de la misión que a esta Sección co- 
rresponde, como Sección de Hacienda que pudiera lla- 
marse, es de todos conocida 

Durante los cuatro primeros meses del ano ocupó la pre- 
sidencia don Francisco García Suárez; y habiendo dimitido, fue nombrado presidente 
ei vice don Celestino Corral, y vicepresidente don Amallo Suárez Suárez, Los puestos 
de vocales ocupáronlos don Enrique Cima Cabal, don Bernardo Pardias López, don 
Antonio Arango Alvarez, don Alvaro Miranda Salas, don José Peláez García, don Fe- 
lipe Lizama Moriega, don Lisardo Llamedo Corte, don Manuel López González, don 
Manuel Suárez García, don José Fernández García, don Manuel Prida Cabranes, don 
Laureano Alvarez Alonso, don Laureano Alvarez Fernández, don Francisco Arrojo 
Barreiro, don Nicasio Martínez Jardón, don José María Pérez Gayol, don Manuel 
García Rosales, don Eíeuterío Ozores Peláez y don Andrés Mon Pérez. 

De enorme, sin el más ligero asomo de hipérbole, merece ser calificado el tra- 
bajo que esta Sección desempeña, trabajo tenaz y continuo como lo requieren las aten- 
ciones de la Casa de Salud y los innumerables asuntos con ésta relacionados. 



DON CELESTINO CORRAL 

collado, presidente de 

LA SEC. DE SANIDAD 


Asistencia Sanitaria: 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Entre los vocales, muchos con brillante historial, figura una vez más don Anto- 
nio Arango Aivarez. ¡Hombre de excepción éste que no se rinde al cansancio, que tie- 
ne siempre los mismos arrestos de la juventud, como si los años no pesasen sobre el 
v en su corazón floreciera constantemente el ideal* . . (Hombre de excepción ! repetí- 
mos, Es socio desde 1889, y a partir de entonces, cuando apenas 

@ el bozo apuntaba en su rostro de adolescente, recién llegado de 
Sama de Grado, su cuna, ora figura en la Directiva, ora en las 
Secciones, ora es líder electoral. Su entusiasmo, su actividad, 
su dinamismo piden labor, y así distínguese visitando diariamente 
a los enfermos recluidos en las clínicas "La Integridad", "Caminí" , 
"Benéfica" y del "Rey", en aquellos años en que aún era una uto- 
pía la Covadonga. Creada ésta, asiste regocijado y presta sus 
valiosos servicios a la recepción y alojamiento de los primeros 
pacientes, atiende a todo, se multiplica, no descansa y pone en 
ix Antonio arango cuanto interviene, desinterés, hidalguía, amor, Bien merece, en 
recuerdo y loa de sus esfuerzos, que ayer como hoy y hoy como 
mañana, tienen el mérito de la sinceridad, este rapidísimo resumen de su vida social, 
tan digna de ser divulgada e imitada. 



instrucción: Presidente, don Maximiliano Isoba Prado; vicepresidente, don 

Arturo Gutiérrez; secretario, don Luis R Rodríguez; Bibliotecario, don Isidro Pru- 
neda; vocales, don Fernando Arranz de k Torre, don Rafael Fernández Menéndez, 
don Alberto Rodríguez, don Federico Marinas, don Ni- 
canor Fernández, don Aurelio Martínez Tortosa, don . 

Adolfo F. de Arriba, don Modesto Aivarez, don Basilio 
Portugal, don Joaquín Ablanedo, don Manuel Hévia, don 0 If. 

Manuel Rodríguez, don Florentino Martínez, don José ^ ^ v bJJ- 

Manuel Rodríguez, don Manuel Pérez, don Emilio Al va- fi¿ 

rez Aivarez, don Tomás Segoviano de Ampudia, don 

Cesáreo González, don Juan Rodríguez, don Marcelino . -zr 

Couso, don Jesús Pérez, don José M. Fuertes, don PYan- V \ MáS 

cisco Cibrián, don Faustino González, don Manuel M, $ c ^ 

Menéndez, don Roberto J, Madan, don Pablo R. Presno, 
don Valentín Menéndez, don Adolfo Peón, don Alfredo 

Aurtiz, don José F, González, don Ramiro González, don DOÍS - Maximiliano i soba 
Manuel Aivarez, don Rafael Valdés, don Luis G. Quin- 
tana, don Luís Alonso Torres y don José Rodríguez. 


Por Ja índole de las materias que a ella corresponden, tiene esta Sección un 
sello peculiar, altamente simpático, ya que toda labor didáctica adquiere en nuestros 
tiempos una importancia por nadie discutida. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Recreo y Adorno: Presidente, don Lucio Fuentes Cor ripio; vicepresidente, don 
Carlos Fernández Méndez; secretario, don Alberto Rodríguez; vicesecretario, don Aure- 
lio Peón; vocales, don Adolfo Peón, don Domingo Fernández Batista, don José M, 
Fuertes, don Manuel González Ardisana, don Julio Valle, don Juan E. Mayorga, don 
Juan Acosta Piedra, don Isidro Pruneda, don José Cuervo, don Francisco Muñoz San- 
tiago, don Manuel de Diego, don Antonio Arbesú Alvarez, don Ramón Pernús, don 
Emilio Piney, don Pedro Fructuoso, don Julio González, don Benito Saiz, don Manuel 
Alvarez García, don Santiago Castañón, don Salvador Rivas, don Nicasio Fernández, 
don Enrique Beltrán, don Jesús Cuervo, don Manuel Rodríguez, don Ignacio Muñíz, 
don Fermín González, don Benjamín Fernández, don Manuel Menéndez, don Jesús 
Pérez, don Pablo Rodríguez, don José Alvarez, don Emilio Fernández Méndez, don 
Aquilino González, don Nicasio Villar, don José Díaz Alonso, don José Cosío Yillalta, 
don Paulino Rósete, don Manuel Ruísánchez, don Antonio Marcos, don Luis García, 
don Daniel García y don Francisco Fernández, 

Figuran en sus filas jóvenes cultos y entusiastas y las fiestas que ha brindado 
en el año han sido otras tantos triunfos. 

Propaganda: Presidente, don Ramón Infiesta García ; 
vicepresidente, don Francisco Toyos Terenti; secretario, 
don Isidro Pruneda; vicesecretario, don Arturo Prado, 
Vocales de la Directiva, don Celestino Carreño García y 
don Laureano Ramos Pérez; vocales de la General, don 
Darío Alvarez, don Manuel Muñíz Muñíz, don Donato 
Montequín, don Juan Acosta Piedra, don Emilio López 
Díaz, don Manuel López Rodríguez, don Felipe Lebredo, 
don Ramón Robledo, don Luis Muñíz, don Modesto 
Alvarez, don José R. Muñíz, don Manuel Alvarez Fernán- 
dez, don José Cuesta Sarmiento, don José Alvarez Díaz, 
don Santiago Abascal Samperio, don Venancio Fernández, 
don Pedro Alonso Sánchez, don Alfredo García Fernández, 
don Bernardo Rodríguez García, don Benjamín Fernández, 
don Sabino Rodríguez, don José Muñiz Alonso, don José Muñíz Alvarez, don Faustino 
Campa Valle, don Benigno Alvarez, don Francisco Lozano Villar, don Sandalio Pardo 
López, don Timoteo Pérez Alvarez, clon Amando Arias, don José García Fernández, don 
José Corratgé Medina, don Rafael Izquierdo, don Luciano Alvarez, don Feliciano Alvarez 
Fernández, don José Ordiales Menéndez, don Angel Rodríguez y don Arcad io Castillo, 

La Sección de Propaganda que ha presidido un hombre de singulares cualida- 
des, don Ramón Infiesta, cerebro organizador y espíritu inquieto, tuvo el merecido 
orgullo de ver figurar en las listas sociales más de cuarenta y dos mi! socios, suceso 
gratísimo y que la Sección celebró con alegre fiesta en los Jardines de “La Tropical’ . 



DON LUCIO FUENTES CO- 
RIUPIO, PRESIDENTE DE 
LA SECCION DE RECREO Y 
ADORNO 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

Su misión se extiende a enormes distancias, pues de ella dependen todas las 
Delegaciones, Creó dos de éstas, en ja ruco y en Guayos e instaló una máquina de 
extender recibos, beneficiando por este concepto en respetable suma al tesoro sociab 


Inmigración: Presidente, don Jesús de los Heros; vicepresidente, don Víctor A, Ló- 
pez; vocales, don Hermógenes Foyo Díaz, don Ramón Suárez Pérez, don José Cuenco Bo- 
des, don Antonio Monje Izaguirre, don Ramón López Toca y don Valentín Alvarez Muñiz. 

Durante el año la Sección gestionó la salida de a bordo y de Tiscornía* de 2,048 
asturianos y 202 inmigrantes de otras provincias de España, inscribiéndolos como so- 
cios de nuestro Centro; halló ocupación para muchos de éstos y estuvo diligentísima 
recibiendo a los enfermos que para la Casa de Salud llegaron de Tampa y Key West, 


Comisiones de Glosa : En el primer trimestre, forma- 
ron la respectiva Comisión glosadora de cuentas, don 
Manuel Pérez, don José Ramón González, don Manuel 
de Diego, don Donato Montequín, don Manuel González 
Quiñones, 

En el segundo: don Juan Rodríguez, don Hilario 
Muñiz, don Adolfo F. de Arriba, don Felipe Le b redo y 
don Luís Muñiz 

En el tercero: don Angel M, Chacón, don Santiago 
Abascal, don José Corujo, don Femando Corrales y don 
Isidro Pruneda 

En el cuarto: don Rogelio Cañedo, don Alberto 
Rodríguez, don Manuel G. Quiñones, don José Cuesta y 
don Adolfo F. de Arriba, 


Quinta Covadonga: Fueron asistidos, en el año, 10,116 enfermos. 

La farmacia despachó 420,702 fórmulas; eí Departamento de Hidroterapia prestó 
104,601 servicios; el Laboratorio hizo 11,868 trabajos y Rayos X 25,443 entre sus varias 
especialidades. Por último se efectuaron 6,000 operaciones de cirujía mayor y menor. 
El pabellón "Benito Celorio’ J destinado a enfermos nerviosos y mentales, sufrió 
notable reforma, ampliándose considerablemente sus habitaciones y dotándosele de 
mayores comodidades. Se terminó asimismo la edificación de la Capilla, con departa- 
mento destinado a cámara mortuoria, sala de autopsia, cámara frigorífica, etc., etc. 

Fallecieron 141 enfermos. Se embarcó a 53, costando sus pasajes y asigna- 
ciones, $6,021,00. 

E1 cuerpo médico, idóneo y numeroso, ofreció 108,722 consultas. Los dentistas 
prestaron 30,076 diversos servicios y 7,570 el quiropedista. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Velada del Dos de Mayo: Como en años anteriores, esta fiesta fué verdadero 
“Día del Centro Asturiano ’ conmemorativa de la fundación de la Sociedad y en ho- 
nor de los socios fundadores, mereciendo sinceras alabanzas la Sección de Recreo y 
Adorno que la organizó, 

Fué presidida por don Maximino Fernández y González, teniendo a su derecha 
al Bxcmo. Sr, Ministro de España, al Presidente del Casino Español y su Secretario, 
Sr. Armada; a la izquierda, al Vicepresidente del Centro, don Severo Redondo; don 
José María Golfantes, culto y elocuente representante a la Cámara; don Juan G. Puma- 
riega y al Secretario social, don Rafael García Marqués. 

Numeroso y selecto público, destacándose un mujerío bellísimo. Color, anima- 
ción, vida. El Presidente Sr, Fernández y González, abre el acto con sonoro y mag- 
nífico discurso en honor de los fundadores y en elogio de la fiesta, y lo cierra con esta 
frase digna de ser esculpida, para que no sea olvidada: “Los fundadores son hombres 
altruistas y por serlo merecen bien de la Patria, respeto, amor y veneración de todos 
los que tenemos la honra de heredar su obra que ha sido colosal ’. (Grandes aplausos). 

Luego, diversos entretenidos números de concierto, a cargo de notables artis- 
tas y a continuación enjundioso discurso del ilustre cubano doctor D. Guillermo de 
Montagú : 

Sr r Ministro de España; señoras y señores: 

Cuando hace algunos días, fué a sorprenderme en el humilde y obscuro retiro 
provinciano en que se desliza silenciosa y apacible mi vida, la amable invitación a que 
se debe mi presencia en este acto, confieso que fué mi primer impulso el de declinar el 
honor inmerecido que se me ha hecho. Pero, después de meditar breves momentos, 
recordando la historia brillante y limpia de esta institución, su intensa labor de piedad 
y de cultura, de unión y de progreso, su engrandecimiento maravilloso en el seno de 
una Sociedad a la que tantos servicios ha prestado y el afecto de todos cuantos en este 
país convivimos le debemos; después, más especialmente, de enterarme en el día de 
hoy, por una dichosa casualidad, de que se había hecho una excepción en favor mío 
otorgándome el altísimo honor que jamas se aparta de mi memoria, de considerarme 
hijo adoptivo de Asturias y del Centro, me di clara cuenta de que hubiera sido, no ya 
una descortesía, sino una falta imperdonable, una monstruosa ingratitud, negaros mi 
concurso y no venir como vengo, a rendir un homenaje más de admiración y de cariño 
a esta casa, elevada por vuestro amor inextinguible en una tierra dos veces santa: para 
vosotros ios españoles, porque la veis como el hogar en que os espera la dulce compa- 
ñera de vuestra vida y se mece la cuna, hecha de son risas y de esperanzas, de vuestros 
hijos; para nosotros los cubanos, porque en ella hemos recibido de vosotros la exis- 
tencia y la sombra protectora de sus árboles se extiende como un manto de perfumes 
y de oraciones sobre el lecho en que duermen nuestros padres, aquel sueño callado y 
venturoso que no conoce las angustias del próximo despertar, (Aplausos). Por eso, 
venciendo mi timidez y pese a mi insuficiencia, estoy aquí. Porque el Centro As tu- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

nano aparece ante mis ojos, no sólo como un templo levantado por el más puro patrio- 
tismo frente a las amarguras del destierro, no sólo como un lugar de solaz y recreo es- 
piritual en que venís a respirar el aroma del lejano terruño, a restaurar la salud per- 
dida o a abrir nuevos horizontes a vuestra inteligencia, sino como algo más puro y de 
más alta significación moral: como un pedazo del corazón de España, arrancado al 
seno de la patria común y florecido en medio del Atlántico, para convertirse, triun- 
fando del tiempo y la distancia, en ardiente himno de amor que la Madre ausente en- 
vía sobre la s olas tumultuosas a la que siempre fue la más pequeña y desdichada y por 
lo mismo la más querida de sus hijas. (Aplausos), 

Y que ese mensaje es un trozo palpitante y vivo de la heroica entraña española, 
nadie podría sin insigne mala fé negarlo; porque todos sabemos que este Centro que 
tanto amáis, es un girón de Asturias, y Asturias es el corazón de España. (Aplausos). 

No importa que otras regiones extiendan mayores y más feraces sus campiñas 
de esmeralda o sus tupidos bosques o muestren con legítimo orgullo sus populosas ciu- 
dades, su lujo y su riqueza. El corazón es la más pequeña de las visceras y de él fluye 
la sangre que nutre y sostiene al organismo, en él se concentra la vida y sus latidos 
vigorosos hacen posible la resistencia en el instante mismo en que parece inevitable 
la caída. Y cuando la nación española yacía exánime y maltrecha a los píes de la mo- 
risma conquistadora y arrogante, cuando entre el ronco estruendo de las tropas y ata- 
bales el falso profeta decretaba su martirio y la muerte agotaba y vencía su cuerpo 
y apenas quedaba un terrón de suelo que no profanase la planta del extranjero, fué 
Asturias la que, palpitando de ciego valor y de santo patriotismo, produjo el milagro 
de la resurrección; en sus sierras abruptas, a la entrada de la cueva inmortal de Cova- 
donga halló la derrota el sarraceno altivo, y desde allí, desde aquel inmenso corazón» 
abierto a todos los ideales y capaz de todos los sacrificios, como gotas de sangre que 
corrieran por las enormes arterias de un titán, se derramaron los héroes de valle en 
valle y de reino en reino, hasta llegar vencedores a los muros de Granada, clavando 
frente al Africa enemiga en todas las cumbres de la patria redimida, el símbolo dolien- 
te de la fé cristiana junto a la triunfante bandera de Castilla. (Grandes aplausos). 

Cuéntase que, terminado el período de descubrimiento y la conquista, al buscar 
ios audaces exploradores que excrutaron los océanos y las selvas de la América del 
Sur, las cimas nevadas de los Andes, después de seguir, llenos de asombro, el curso de 
esa maravillosa corriente que se llama el Amazonas, hallaron en las estribaciones ele 
la cordillera cabe la choza semiderruída de un indígena, una pequeña y limpia fuente 
que brotaba en hilos casi invisibles, de un agujero escondido debajo de una piedra. 
Observando cómo las hebras rumorosas se entremezclaban y descendían desde la alta 
montaña a la pradera, hubieron de preguntar al morador inculto de la roca si aquella 
fuentecilla manaba perpetua en la soledad de su tristeza, o si bajo las ardientes cari- 
cias del sol secábase, a veces, su tesoro. Y al saber que allí arrullaba perenne y siem- 
pre dulce sin dejar de ofrendar el consuelo de su frescor a los labios ardorosos deí se- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


diento, inquirieran cuál era su destino. E! indio entonces alzó la mano, e indicando 
a lo lejos la llanura en que brillaba como sierpe de plata el caudaloso río, contestóles 
que en aquel arroyuelo imperceptible tenía su origen el gigantesco prodigio americano. 
Y, al descubrir en el rostro de los viajeros, bajo la expresión de la sorpresa, un gesto 
indefinible de desdén hacia la pobre cuna del coloso, miró sonriendo a aquellos hombres 
y les dijo, señalando alternativamente la fuente y el abismo - "El manantial es pequeño; 
¡pero el río es grande! 

Así vosotros, asturianos, cuando se os hable de la pequenez de aquel florido rin- 
cón de España en que niños jugasteis, en donde recibisteis los besos primeros de la no- 
via campesina y las últimas bendiciones de la anciana madre, cuando se mencionen 
con desdén aquellos campos que fueron delicias de vuestros años juveniles y encantados, 
vuestras almas, rememorando lo que hicisteis y soñando en las aldeas pintorescas que 
salpican aquella estrecha faja de tierra en la que ya no caben las tumbas de sus hijos 
muertos por la redención de sus hermanos, podéis erguiros orgullosos y responder a los 
audaces como el indio desconocido de los Andes: ' En vano, en vano, almas ruines, 

pretendéis empequeñecer nuestro tesoro: el manantial es pequeño, ¡pero el río es gran- 
de ! (Grandes aplausos) 

Y a fé que tendríais razón sobrada para la respuesta, porque jamás corriente 
alguna brotó de más pura fuente, y no hay en tierra propia ni extraña provincia cuyo 
caudal milagroso haya fertilizado tantos campos, como d que saltando entre las bre- 
ñas asturianas fecundó la libertad de España y vino después a despertar los gérmenes 
dormidos en el seno virgen de las dos Améncas. 

Ejemplo de su fuerza creadora es este Centro, resplandeciente de luz y de ale- 
gría, ofreciéndonos el espectáculo magnifícente de una fiesta de cultura, precisamente 
hoy, precisamente en estas días lúgubres, en esta hora negra de la humanidad, en que 
el amor y la caridad cristiana parecen haber huido de las ciudades para esconderse, 
avergonzadas y tristes, en las cavernas de las alimañas feroces, más piadosas y humanas 
que los hombres. Ve el Universo horrorizado segar millones de vidas; incendios y rui- 
nas coronan el ímpetu salvaje de las pasiones desencadenadas; en ios aires, en los ma- 
res, en los montes y en los pueblos, sólo se escucha el fúnebre martillar de los aceros 
o el bronco son de los cañones. „ . Di j érase que ha llegado el supremo instante que los 
poderes ocultos que rigen los destinos de los mundos escogieron para la desaparición 
de este miserable planeta, vil asiento de rencores y ambiciones que sacian en sangre 
de hermanos su furor horrendo. Y, cuando todo vacila y tiembla, ahitas de pavor 
buscan en vano un refugio para el ensueño y un amparo frente a la amenaza implaca- 
ble de !a muerte, se ilumina este salón, se convoca a una justa de arte y de belleza, nos 
traen las damas el aroma embriagador de su juventud y el prestigio inenarrable de 
su hermosura, y un sentimiento inefable de consuelo se esparce en nuestros cora- 
zones, y una mano invisible nos señala d oasis en el desierto, e! abrigo en la tempes- 
tad, el descanso en la brega, enseñándonos que aún hay templos para el amor, que 




U L i-N'XA COVADOXOA; FACHADA DEL FARELLON TiEXlTO CE LO RIO’ 
ENFERMEDADES NERVIOSAS Y MENTALES 


DESTINADO 


EL LfBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 207 

aún hay almas para la virtud, que aún hay en esta tierra, agitada ya por las primeras 
sacudidas de la guerra, una casa donde flota, desplegado al aire, un pabellón glorioso 
y bien amado que se ofrece a nuestras ansias como el último bendito asilo de la civi- 
lización y de la paz. (Aplausos). 

Pero apartémonos, que a eso hemos venido, de las miserias y de los horrores 
del presente, y, refrescando el espíritu con la contemplación de lo que es ido, recorde- 
mos que hace hoy treinta y un años, un grupo de soñadores puso cimientos de volun- 
tad a una obra cuyo triunfo era seguro porque perseguía la realización de un ideal de 
bondad. Y que hace poco más de un siglo, otro grupo de soñadores puso cimientos 
de sangre a otra obra más augusta, y cuya coronación era igualmente indispensable, 
porque perseguía un ideal de libertad y de justicia. 

Daoíz, Ve larde, Ruiz t A rango, . . nombres son de epopeya arrancados a las pá- 
ginas más brillantes de la historia. Suárez Salís, Argüelles, González Prado,., nom- 
bres son de ternura y de trabajo, aureoladas por la fe y bendecidos por la gratitud. 
Aquéllos denodados y gallardos, supieron ofrendar la vida a la Patria en horas de tre- 
menda angustia; y alzando en la diestra el acero vengador, parecieron decir, erguidos 
sobre el mármol blanco del sepulcro que les sirvió de pedestal al invasor - ; Atrás, villa- 
no, que estáis en tierra de España, y no se han hecho las cadenas para ios leones! (Aplau- 
sos). Estos practicando las obras de misericordia, nos enseñaron que el amor y la pie- 
dad, son arcos de luz serena, a cuyos suaves resplandores los odios desaparecen y se 
olvidan, y la familia, un tiempo dividida, eleva sus corazones y une sus plegarias en 
el regazo cariñoso de la Madre única. 

El dos de Mayo de 1808 es más que una fecha nacional: es una fecha europea. 
Entonces comenzó aquella sangrienta lucha en que niños y mujeres, ciudadanos y sol- 
dados, rivalizando en heroísmo, demostraron a los pueblos esclavizados del viejo mun- 
do cómo se vive para el honor y cómo se muere por la libertad. Los desnudos pechas 
de los castellanos fueron barrera infranqueable en la que se embotaron todas las es- 
padas y se estrellaron todas las tempestades; y los pueblos dominados por aquel genio 
de la guerra que se llamó Napoleón I, vieron, absortos, cómo una legión de campesinos 
desarmados, precedía a los ejércitos aguerridos de la Santa Alianza en el camino lumi- 
noso de la victoria. Desde aquel instante cesó el prestigio de las águilas imperiales, 
y las llamas de Zaragoza vinieron, de tal suerte, a ser como una clarinada de fuego, 
que anunció a la Europa sometida la definitiva derrota de la tiranía y la hora santa 
de la redención final, (Aplausos). 

El dos de Mayo de 1886 es más que una fecha regional, es más que una fiesta 
española: es un día universal. Porque en ella los fundadores de este Centro, presintien- 
do quizás los acontecimientos que más tarde habían de sobrevenir, comenzaron la re- 
conquista espiritual de América; y, encadenándonos a nuestros progenitores con la 
memoria de los beneficios recibidos, han logrado que desde las crestas agudas de los 
Andes hasta las playas lujuriosas que el mar de los trópicos acaricia con sus olas, veinte 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


208 

repúblicas hermanas bendigan, en el sonoro idioma de Castilla, a aquella vieja madre 
venerada de la que hemos podido separarnos, pero a la que no podremos olvidar jamás* 
(Aplausos) . 

Aquí tenéis, recibiendo una vez mas el tributo de nuestra admiración, a los que 
sobrevivieron a la gloriosa falanje, conmovidos y llorosos ante la definitiva con- 
sagración de sus más caras ilusiones. En sus cabezas nevaron los años; sus cuerpos 
empiezan ya a encorvarse hacía la tierra, pero conservan en el fondo de sus pupilas 
la visión amable de la quieta aldea, y aún contemplan, con esa mirada que es más tier- 
na y más honda mientras más lejana, la cuesta empinada que ocultó su afán, la casa 
de sus amores, cuando, abandonando para siempre los risueños paisajes de la infan- 
cia, vinieron a traer a la patria nueva la energía incansable de su raza, y el inestimable 
tesoro de una abnegación sin límites. 

Por ellos, en primer término, y por los que recibieron de sus manos el depósito 
sagrado y supieron aumentarlo hasta alcanzar el grado increíble de prosperidad en que 
se encuentran podemos envanecernos de la inmigración española y presentarla como 
ejemplo de lo que puede la voluntad consciente al servicio de una causa bella 

Por ellos podemos afirmar con valentía frente a la mentira y a la mala fe, que 
las Colonias españolas en el Nuevo Mundo, por su cultura, por su fuerza innegable, 
por su disciplina y por su cariño al suelo en que radican, son a la par que un timbre 
de orgullo para España, una sólida garantía de estabilidad y de adelanto para las jó- 
venes Repúblicas de la América Latina, Por ellos las nuevas generaciones reciben el 
beneficio imponderable de la educación; se abren surcos en las mentes y se riegan en 
ellos la semilla de la enseñanza. En vuestras aulas, émulas y rivales de vuestra Quin- 
ta, se reparte aquel pan inmaterial y casi divino cuyo verdadero valor solo conocen 
las que empiezan a gustarlo. Dándoos perfecta cuenta de que nuestra existencia es 
breve y pasajera, de que en ella todo es efímero y la labor de los unas ha de ser conti- 
nuada por tos otros o desaparecerá fatal e irremisiblemente, sin olvidar el presente 
aseguráis el porvenir, poniendo a vuestros hijos en condiciones de resistir los aconte- 
cimientos del mañana, y encadenando de tal modo lo que fue y lo que ha de ser, que 
las fatigas y las angustias de las que ya partieron florezcan en las manos de los que 
llegan, y se acreciente de día en día el acervo social, y sea cada paso un firme avance 
en pos de aquel soñado ideal de perfección que nunca se alcanza por completo, pero 
que constituye, sin embargo, la suprema aspiración de todas las almas nobles. Por 
ellos, en fin, podemos afrontar sin miedo todos los embates de la jornada, seguros de 
que jamás la enfermedad o la miseria vendrán a tocar a nuestras puertas, que abier- 
tas están a todos los que sufren las de vuestros espléndidos sanatorios, en los que a un 
tiempo se atiende a la salud del cuerpo y a la salud del alma. Hasta tal punto, que 
cuando, en las serenas noches estivales, los infortunados elevan sus miradas a la in- 
mensidad azul, a través del verde follaje que sirve de techumbre a los pabellones eri- 
gidos por vuestra iniciativa para alivio de todos ¡os padecimientos, han de parecer a 



ÉL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


209 


sus ojos las estrellas como un diluvio de bendiciones derramadas por el cielo sobre aque- 
llos apacibles jardines que perfuma ía misericordia y en que se olvida ei dolor. (Aplausos) 

Esa es ia obra hermosa que realizaron los que ya se fueron y los que aún quedan, 
para ventura de Cuba. Continuad, asturianos, vuestra marcha adelante por ei sen- 
dero que ante vosotros abrieron: laborad incansables en el surco divino, sin desfalleci- 
mientos ni temores. Haciéndolo así honráis a España y extendéis entre nosotros ias 
raíces de su afecto de tal suerte, que si un día se alzase de nuevo !a sombría amenaza 
de una dominación extraña sobre la cuna de vuestros padres, si peligrase aquel viejo 
asiento de hidalguía, del heroísmo y dei honor, desde los más escondidos rincones de 
América surgirían los nietos de los conquistadores; en cruzada maravillosa surcarían 
ios mares en demanda del solar paterno, y al grito de la Matrona augusta invocando 
el auxilio de sus hijos, una voz inmensa y única respondería desde todos los ámbitos 
del mundo: A Aquí estamos, madre!". . . Y el Universo, extremecido de asombro, 

contemplaría el resurgimiento vigoroso de la raza indestructible y eterna, que espar- 
ciendo sus miembros por los innumerables caminos de la tierra, supo, sin embargo, 
conservar encendidos en sus corazones, como un ideal común, el culto del origen atán- 
dolos al carro triunfal de su destino con los lazos imperecederos del idioma, de la reli- 
gión y del amor. (Grandes y prolongados aplausos). 


Velada del reparto de premios: Celebróse el 16 de Septiembre, corriencio su 

organización a cargo de !a Sección de Instrucción, hábilmente presidida por el culto y 
estimado socio don Maximiliano ísoba. 

Se distribuyó entre la distinguida concurrencia la Memoria anual de la Sección, 
documento de gran valor literario y pedagógico, suscrita por el ilustrado y activo Se- 
cretario don Luis R. Rodríguez. Y después de un programa deleitoso a cargo de la 
tiple María Marco y el actor Escríbá, entre otros elementas teatrales, ocupó el palco 
de honor don Ricardo Dolz, político cubano de gran talla, orador elocuentísimo y a la 
sazón Presidente del Senado. 

Sr. Presidente, Sr. Cónsul de España, señoras y señores - 

Acabamos de presenciar una encantadora distribución de premios; pero pueden 
tener la seguridad, cuantos me dispensan la benevolencia de escucharme, de que, entre 
los repartidas, no están todos los otorgados esta noche: falta uno: el que se me ha otor- 
gado a mí. Vienen siendo estas Veladas unas fiestas tradicionales en el país, y uno de 
sus números, indeclinables, es el discurso que ha de pronunciar un orador de crédito, 
de relieve. La Junta Directiva del Centro Asturiano ha venido escogiendo con singu- 
lar tino, a las personas a quienes ha confiado esa encomienda, y la cadena de oradores 
que han pasado por esta tribuna, en noches como la de hoy, está formada por eslabones 
tan brillantes y notables que parece que la elección que se hace por el Centro Asturiano 
a favor de un orador, es como su consagración en la esfera más elevada de la elocuencia 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Parece que, por mucha que sea ¡a fama que un orador haya alcanzado en el país, nece- 
sita pasar, en este día, por esta tribuna, llena de gloria por los acentos magníficos que 
desde ella se han vertido, para obtener el título, para lograr el grado, el premio, el di- 
ploma que el Centro Asturiano con su elección, le confiere. (Aplausos). Puede que 
ésta sea la primera y única vez en que se haya equivocado la Directiva de esta presti- 
giosa Asociación, confiándome a mí este encargo, pero, de todas maneras, el premio 
me ha sido concedido y, con méritos o sin méritos para ello, así como esos niños, seño- 
ritas y jóvenes van llenos de júbilo, cargados de diplomas y de premios, para ensenar- 
los regocijados en sus casas a padres, familiares y amigos, yo me llevo también el pre- 
mio que se me ha otorgado, pero me lo llevo grabado en ei corazón como recuerdo im- 
perecedero de agradecimiento, de afecto y de estimación hacia esta casa. (Bravos y 
aplausos). 

Si tal es el concepto que tengo yo del discurso de estas Veladas, claro está que 
no podría declinar el honor de mi designación, pero, además, me impulsó a aceptarla 
otra consideración, a pesar de que en estos momentos pesan sobre mí abrumadoras 
ocupaciones. Esta es una fiesta de la enseñanza. Yo soy en este país— como sucede 
con algunos hombres en países de escasa población— muchas cosas. Soy abogado, soy 
político, soy congresista; pero esas son manifestaciones más o menos superficiales; lo 
que soy en esencia, en el fondo, en lo íntimo de mi alma es un profesor de la Univer- 
sidad Nacional. (Muy bien, aplausos), ¿Es esta una fiesta de ía enseñanza? Pues 
estoy aquí en mi casa, en mi terreno, entre compañeros, (Aplausos, Muy bien). Un 
profesor, y yo ¡o soy con toda el alma, no podía rehusar esta invitación, porque ello 
habría sido lo murrio que si un militar rehusara acudir a un llamamiento de combate. 
Como profesor, no podía dejar de venir aquí a hablar en esta fiesta de enseñanza, por- 
que, a] negarme, habría realizado un acto de traición al Profesorado. (Aplausos). 

Y aquí estoy, en cumplimiento de mi deber, gozando de fiesta tan hermosa, 
recreando mi vista con espectáculo tan encantador. Y cuando yo puedo pasear 
mis ojos por un salón tan elegante como éste, cuando yo puedo recrear mi espíritu vien- 
do, como lo he visto esta noche, la emocionante distribución de premios de un plantel 
de enseñanza, pienso, señoras y señores, que nunca alabamos ío bastante al Supremo 
Hacedor de todas las cosas por habernos dotado del hermoso órgano de la vista que 
nos permite presenciar cuadros vivos tan valiosos como el presente. Sólo con meditar 
algunos momentos sobre el órgano de la vista queda el pensamiento del hombre pro- 
fundamente abrumado. Son los ojos un órgano par, simétrico, sostenidos en forma 
de globos, en la cavidad orbitaria, por ligamentos fibrosos que les permiten únicamente 
girar sobre su eje: mantenido su equilibrio por seis músculos, cuatro rectos, que los 
echan hacia atrás y dos oblicuos, grande y pequeño, que los empujan hacia adelante, 
y que les imprimen movimientos de tal suerte que r sin mover la cabeza, y sólo haciendo 
girar el globo del ojo sobre su eje, puede el hombre dirigirlos a todas las imágenes o 
cosas que necesita ver* Están formados por una membrana sensible, la retina, en la 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

que se pintan o reflejan las imágenes. Esa membrana está circundada por otra vascu- 
lar cuya función es absorber los rayos luminosos después que han atravesado la retina : 
y de una membrana resistente, opaca en su parte posterior, transparente en la ante- 
rior, que se llama la córnea. Entre la córnea y la retina está el cristalino, lente bi- 
convexa y transparente y, delante de éste, el iris, diafragma prodigioso, abierto en su 
centro por un canal circular y contráctil que permite entrar mayor o menor cantidad 
de luz, según sea necesario para ver con mayor claridad. 

Parece que de esa suerte dispuesto e! aparato de la visión que, por otra parte, 
está unido a los centros nerviosos dei nervio óptico, formando tocios esos elementos el 
aparato dióptríco que produce la visión; parece, señores, que después de terminado 
este aparato dióptríco, tan completo y perfecto y acabado, debió el Hacedor de la Crea- 
ción haber quedado conforme con su obra; pero no fué así; aparato tan valioso necesi- 
taba ser debidamente resguardado y para ello, para defenderlo, están los párpados y 
las pestañas: los párpados, que son como especie de tapa que cubre la cavidad orbi- 
taria: movible por un músculo elevador ingenioso el párpado superior; los párpados 
que resguardan el ojo contra cualquier atentado y que lo defienden durante las horas 
del sueño; y las pestañas, situadas al borde de los párpados y que, al unirse, forman 
un tejido o red, algunas veces largas y, en ocasiones bellísimas, y dotadas de una cua- 
lidad táctil tan extraordinaria que el más ligero objeto lo sienten y lo rechazan o avi- 
san a los ojos para que se preparen a su defensa. 

Colocado de tal suerte el aparato visual, dispuesto de manera tan ingeniosa, 
defendido de modo tan seguro, todavía, sin embargo, se hizo más en la Creación. Los 
ojos por su constante movimiento y por su relación con el aire, se secarían extraordi- 
nariamente Era indispensable una lubricación, una autolubrieación, v vienen las 
glándulas lagrimales a efectuarla, a mantener la humedad necesaria para el fácil fun- 
cionamiento del globo ocular, y glándulas que aquellos párpados, una de cuyas fun- 
ciones hemos señalado ya, contribuyen con el párpado a excitar para que siempre per- 
manezcan los ojos húmedos. Todavía hay más. Los ojos por su contacto con el polvo 
y la atmósfera necesariamente habrían de tener segregaciones. Era necesario hacer 
algo así como un drenaje maravilloso y se colocaron para ello los folículos pilosos en 
esas pestañas tan admirablemente dispuestas que con su belleza ocultan los tubos de 
la excreta. 

Pero es que aún hay más con respecto a estos órganos con los cuales esta noche 
nos estamos recreando. El hombre suda, sobre todo en los países tropicales — pronun- 
ciando un discurso (risas) — -el hombre suda desde que allá en e! paraíso se dictó la sen- 
tencia fatal que dice: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". El hombre suda 
por la frente, el sudor correría deslizándose por los párpados y entraría en la cavidad 
a través de las pestañas y dañaría a los ojos. Pues para evitar eso están las cejas, im- 
pregnadas de un humor sebáceo que dificulta e! paso cid sudor y que afectan la forma 
de arcos para que la corriente se divida y libre al ojo de todo mal. 



2)2 EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

No hay aparato alguno de más ingenio ni de mayores maravillas, y en los mo- 
mentos en que el hombre se siente más espiritualizado, cuando el sér humano está más 
cerca de Dios, que no lo está por la alegría, ni por la dicha, ni por el placer, que lo está 
por el dolor, por el sufrimiento y por el sacrificio; en aquellos terribles momentos en 
que el espíritu está conturbado por alguna desgracia, ahí señoras y señores, están, tam- 
bién, los ojos, cubiertos por cascadas de cristalinas lágrimas, realizando el llanto que 
es la expresión más elevada del esplritualismo humano. (Estruendosos aplausos). 

¿Qué artífice más maravilloso y qué portentosa creación es ésta? Bastan los 
ojos, sin mirar a ningún otro hecho de la creación, para hacer esta sólida afirmación: 
“existe Dios". Y esto es considerados únicamente los ojos en lo que pueden aprovechar, 
en lo que pueden servir personalmente al que los usa, i qué no diremos nosotros los hom- 
bres que tenemos, además, la dicha inefable de gozar con las claridades resplandecientes 
de los ojos de las mujeres' 

Pues bien, si el Centro Asturiano de ia Habana tuviese aquí constituida o esta- 
blecida una clínica de ojos, un sanatorio de ojos, no para la curación dé sus enfermeda- 
des, que a este particular atiende perfectamente en su Quinta de Salud; si hubiese aquí 
en este Centro una escuela excepcional, una escuda maravillosa en las que oculistas 
eminentísimos ejerciesen su profesión tratando de robustecer la vista, procurando ensan- 
char el horizonte de la visión, haciendo que se viera más lejos y más intensamente; 
si, en una palabra, aquí vinieran seres en las más completa obscuridad, viviendo en 
noche eterna, y el Centro Asturiano íes diera ía vista, devolviéndolos a la Sociedad 
con la luz renaciente de los ojos, ¿no habría motivo justificado para que viviéramos 
todos profunda y eternamente agradecidos al Centro Asturiano? Pues las Escudas 
del Centro Asturiano hacen más, mucho más que todo eso. (Aplausos). 

Hemos elogiado hace breves momentos al órgano de la vista, pero triste es con- 
fesarlo, 1a vista sólo no sirve casi nada al hombre, la vísta apenas si nos sirve para al- 
go útil. Si no, tomad a un hombre salvaje, dotado de buena y fuerte vísta; soltadlo 
en medio del campo, caminará por la tierra, sin saber lo que ve; para él no será más 
que una tremenda obscuridad la que se extiende debajo de sus pies; hacedle caminar ha- 
cía una montaña y se encontrará con una mole que se levanta ante él y que no sabe 
lo que significa, ni si es penetrable o impenetrable; sólo cuando llegue hasta ella y no 
pueda atravesarla, por un ligero instinto bordeará su falda. Si sigue hacia el mar, 
que será para él una gran claridad, no sabrá si es líquido o es sólido y sólo cuando al 
intentar pasar por su superficie se sumerja, retrocederá atemorizado. Mirará los ar- 
boles y no sabré distinguirlos, no sabrá si son mejores las hojas que los frutos, tomará 
acaso, el fruto que le perjudique en vez de aquel que le refresque o lo alimente; una 
arboleda no será para él más que sombras entre claridades o claridades entre sombras. 
En ñn que el hombre, con la vista natural, no puede ver, no vé en toda la creación, sino 
sombras y claridades 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Dad a ese hombre conocimientos; dad a ese hombre ilustración, abrid los ojos 
de su inteligencia, hacedle culto y observaréis todo lo que ve. Verá aquella inmensa 
mole que se levanta ante él y que desconocía y dirá entonces es una montaña, y es una 
montaña o existen las montañas porque la tierra no está fija bajo nuestros pies, 
porque es parte de un sistema planetario que gira alrededor de un centro común y que 
habiendo estado en un tiempo en composición acuosa, ígnea o gaseosa, fue dejando al 
solidificarse, naturales imperfecciones que, en unas partes son grandes profundidades 
y en otras picos elevados; verá el mar y sabrá que sus aguas son saludables; verá la 
multitud de sus útiles y provechosos peces que tanto bien reportan al hombre. Verá 
la tierra, aquella extensa obscuridad, y sabrá que está dotada de maravillosa fer t i li- 
dad y que por eso se le llama la ‘madre tierra ; sabrá que es un tesoro de bondades 
y de riquezas para el hombre y que le devuelve con creces, si se Je remueve y se le cruza, 
las caricias que se le hacen en el surco con el arado. Verá los árboles y sabrá distinguir 
los frutos buenos de ios malos, sabrá s a bore arlos, recogerlos y venderlos, Y si le en- 
señáis algo más, verá que aquellas montañas sirven para fijar los linderos naturales 
de los Estados y de las Naciones; verá que aquellas montañas señalan a ios hombres 
porciones de terreno para que vivan pacíficamente en el ejercicio del derecho y en ia 
administración de la justicia, (Aplausos), Y verá que el mar, es aquella inmensa 
claridad, que acerca los pueblos y las naciones unos a otros, afirmando ante la concien- 
cia de todos la unidad y solidaridad de los hombres. (Aplausos). Y entonces, yo pre- 
gunto, si el hombre salvaje no veía nada, si con el órgano de su vista natural no veía 
más que sombras y obscuridades y si a virtud del estudio, de la enseñanza y de la cul- 
tura va viendo cosas nuevas en la tierra, en el mar, en las montañas y en los árboles, 
¿cuáles son los que ven, los ojos de la cara o ios ojos de la inteligencia? Los de la in- 
teligencia, y para esos ojos de la inteligencia está levantado este Sanatorio del Centro 
Asturiano de la Habana, cuyo éxito hemos presenciado aquí esta noche. Aquí se puede 
venir en la más completa obscuridad, viviendo en una obscuridad tan profunda como 
la más negra de las noches, cual es la de la ignorancia, y de aquí se sale con la luz de 
la educación y de los conocimientos que es luz de vida, de progreso, de prosperidad 
y de civilización. (Aplausos). 

No tengo tiempo para ocupar vuestra atención, largamente* mucho más cuando 
quedan números del programa que esperáis ansiosos disertando sobre este tema que 
necesita para poder desarrollarlo una serie de conferencias; pero no quiero dejar 
de deciros esto más: el órgano de la vista no es perfectible, no es perfeccionadle, lo más 
que hacen eminentes oculistas es corregir algunos de sus defectos* pero la vista buena 
no se perfecciona; la que se tiene en los primeros años de la existencia esa es siempre 
la misma, y por el contrario con el tiempo decrece y con los años se ve menos. ¡Ah! 
pero aquella otra vista, la de los ojos que no se ven es perfectible hasta lo infinito, no 
tiene límites su perfeccionamiento y por el contrario de ia vista material con los anos 
crece y aumenta, se vé más y mejor. Vamos a ver otro ejemplo. Suponed otra vez 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


un hombre dotado de magnífica vista, pero en la más absoluta ignorancia, que no sepa 
ni siquiera leer. Dadle un libro, lo abrirá y no verá otra cosa que blanco y negro; lo 
más que podrá decir es que vé páticas de moscas sobre un fondo blanco. Empezad a 
darle instrucción; enseñadle a leer y dadle de nuevo ese libro y lo abrirá y leerá, por 
ejemplo lo siguiente: Envainad esos hierros relucientes, no vaya a enmohecerlos el 

rocío. Más, señor, ordenáis con vuestros años, que con las armas vuestras”. Ese- 
hombre habrá leído, y ya es bastante, pero no sabrá lo que ha leído. Enseñadle gra- 
mática y os dirá que ese párrafo está construido con arreglo a las leyes más impecables 
de la sintáxis y nada más. Hacedlo un estilista y os dirá: ese párrafo tiene "dicacidad”, 
que es una manera de zaherir a las personas con agudeza y gracia, algo superior a la 
mordacidad, Pero enseñadle más a ese hombre, porque no hay límites para los hori- 
zontes de ilustración y de la cultura; enseñadle versificación y os dirá: “ j ah! ese es un 
verso hermoso; ahí late el alma de un gran poeta, ahí se descubren los acordes sonoros 
de una lira vibrante". Enseñadle más, que no tiene termino el campo de visión de los 
ojos de la inteligencia, enseñadle literatura comparada y aquel hombre que, en los 
primeros momentos, no veía más que páticas de moscas sobre un fondo blanco, os dirá 
orgulloso: "sí, esa es la respuesta altisonante del noble moro Otelo al caballero vene- 
ciano don Rodrigo, en Otelo, el gran drama del inmortal Shakespeare". (Grandes 
aplausos) , 

Un escritor de Derecho —no se trata, pues, de un idealista, sino de un escritor 
positivista nada menos que de Derecho Procesal — lia dicho que, en la mayor parte 
de los pleitos, los jueces no ven nada. En los pleitos sobre maquinaria, sobre efectos- 
de comercio, sobre propiedad mueble o inmueble, sobre ganado, etc., los jueces no ven 
más que bultos y necesitan llamar a los peritos para que los ilustren sobre esas cosas. 
Y ese escritor que es nada menos que Bonníer, Catedrático que fue de la Escuela de 
Derecho de París, dice que los peritos son a los jueces lo que los cristales ópticos son 
a los cortos de vista, los instrumentos que necesitan para ver con claridad. Demos- 
tración evidente de que no son los que ven los ojos de la cara, sino los de la inteligencia. 
(Aplausos) . 

Loor, pues, a los ilustres Profesores de las Escuelas del Centro Asturiano de 
la Habana, mis queridos compañeros en la profesión. No veo en la solapa de vu es tras- 
levitas insignias ni condecoraciones. Sí fueseis militares tendríais prendidas en el 
pecho de la guerrera, por cada batalla ganada, una medalla o una cru2. Pero no os 
importe no ostentar materialmente esos galardones. Vuestra misión es más grande 
porque es más silenciosa; la misión del profesor no es la lluvia torrencial, sino la gota 
de agua permanente; no es el viento tempestuoso, sino el aire necesario para la vida; 
su labor no es resonante, sino que va silenciosa y calladamente haciendo niños, ha- 
ciendo hombres, haciendo pueblos— luego otros dicen que los pueblos son ellos los que 
los hacen. (Aplausos). Dejad que los militares anuncien, pues, con sus cruces y me- 
dallas, los triunfos obtenidos, que eso, al fin y aí cabo, indica que los triunfos de la mi- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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licia pueden contarse y numerarse, mientras que los vuestros, que son diarios y cons- 
tantes porque vais triunfando día por día en el corazón y en la conciencia de vuestros 
discípulos, no pueden condecorarse porque no pueden contarse, y no pueden contarse 
porque son innumerables y continuos. (Grandes aplausos). 

Loor al Centro Asturiano de la Habana por este Sanatorio que tiene aquí le- 
vantado para los ojos, pero no para los mediocres de la cara, sino para los grandes y 
profundos de la inteligencia. Esta obra que esta noche hemos presenciado llenos de 
emoción no es una obra meramente social que pueda vivir dentro de los muros de esta 
Institución; no es siquiera una obra regional, sino que es una obra altamente nacional 
y patriótica. Sí, señoras y señores, nacional y patriótica desde dos puntos de vista: 
es nacional y patriótica, porque vosotras, señores asturianos, con vuestra conducta y 
vuestro proceder honráis y dignificáis a la patria en que nacisteis, y es nacional y pa- 
triótica porque con vuestra labor aquí contribuís, de manera firme y eficaz, a la prospe- 
ridad y al engrandecimiento de Cuba, que es la nación en que vivís, (Aplausos). No 
como Ricardo Dolz, que sería insignificante, sino como Presidente del Senado de la 
República, os admiro, os felicito y os doy las gracias. (Aplausos). 

Esta velada debe terminar y he de terminar yo mí discurso. Acabamos de li- 
brar una batalla por la enseñanza cerrando un curso y abriendo otro. Aquí dejamos 
el campo de nuestra acción, Y en estos instantes calculad conmigo cómo quedará el 
campo de acción después de uno de esos tremendos y encarnizados combates que se 
libran en la furiosa guerra de Europa, ¿Cómo quedaría el campo de acción después 
de la famosa batalla del Mame? ¿Cómo quedaría el campo de acción después de cada 
uno de jos asombrosos e inconcebibles combates del sitio de Verdón? ¿Cómo quedará 
el campo de acción aún caliente de las desastres de Riga? Yo me lo imagino: por aquí, 
cañones humeantes; por allá, granadas destrozadas; por doquier, brazos y piernas se- 
parados del tronco; cráneos aplastados por la metralla; ojos tetados de sus órbitas 
que parecen conservar en su postrer mirada el último adiós a la mujer de sus amores; 
labios crispados que parecen todavía concentrar, en e! frío seno de la muerte, el odio 
al enemigo. . . í Y todo eso hecho en bien de la humanidad, de su progreso y de su 
civilización. (Grandes aplausos). Ved ahora el campo de acción de nuestras batallas 
por la enseñanza: aquí, libros; allá, diplomas; acullá, premios, y, por doquier, alegres 
sonrisas de niños y jóvenes entusiastas y triunfadores; latidos agradecidos del corazón 
de las madres; miradas relucientes de mujeres hermosas; acordes armoniosos de la or- 
questa**. acentos humildes de mi palabra modesta.** He dicho. (Grandes y atro* 
n adores aplausos; el orador es ovacionado). 


La Fiesta de la Raza: Desde 1913 el Centro Asturiano tiene declarado día ofi- 
cial el 1 2 de Octubre, fecha del descubrimiento de América. Y desde un año antes ha 
venido celebrándolo con una solemne velada. 

La de este año revistió inusitado esplendor, para orgullo de sus organizadores 
los cultos jóvenes don Nicanor Fernández, don Alberto Rodríguez y don Isidro Pruneda. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El acto se efectuó por la noche, en el teatro “Campoamor\ hallándose repre- 
sentado el Presidente de la República por el Secretario de la Presidencia, doctor don 
Rafael Montoro. 

Concurrieron representaciones del Senado y de la Cámara, Gobierno Provincial 
y Ayuntamiento, de todas las Academias, etc.; los Cuerpos Diplomáticos y Consular; 
la Prensa en general; personalidades de la Banca, del Comercio y de la Industria; ele- 
mentos de todas las Sociedades del país y Españolas y de las clases populares. 

La fiesta fué un éxito hermoso. Se cumplió fielmente el programa. Los dos gran- 
des tribunos que en él tomaron parte, Aramburo y Machado y Sánchez de Bus tama n te. 
se mostraron a la altura de su mucha y justa fama y el laureado poeta don Agustín 
Acosta agregó un triunfo más a su dilatada relación de brillantes galardones. 

DISCURSO DEL DOCTOR D. MARIANO ARAMBURO Y MACHADO 

Excelentísimo señor: 

Señoras y señores: 

No debiera ser yo quien hablara en esta fiesta que el entusiasmo ha de presidir 
sin eclipse, porque sobre carecer de las dotes necesarias, pienso que un hombre huérfano 
de todo espíritu, siempre inquietado y detenido por obstáculos infranqueables, no es 
de seguro, el más apto para componer himnos de bendición, que sólo pueden generarse 
robustos en el ánimo de quien goza en paz del bien que le cause el libre y cabal tiesa- 
rrollo de sus nobles actividades. 

Pero cuando más altos los honores, más obligan, y por corresponder al que se 
me otorga con la encomienda de este discurso, obligado estoy yo a sobreponerme a 
toda limitación y a todo decaimiento para decir sencillamente ante vosotros palabras 
de fe invencible, de esperanza cierta, de amor saludable, con que renovamos nuestra 
afectuosa veneración a las glorias de la común raza. 

Para suplir el vigor que me falta, pediré a nuestras tierras la sugestión de sus 
encantos; a nuestra historia, la claridad de sus luces; a nuestras artes el acicate de sus 
portentos; a nuestra religión, la suave misión de su caridad sublime y bienhechora 
Pediré al Sorota y al Te liman i Jas elevaciones de sus cumbres; al 0)1 i ma y Aconcagua 
los ardores de sus lavas; al Amazonas y al Plata la anchura de sus caudales; a los bos- 
ques de la Patagón i a y a las maniguas del Camagüey sus salvajes galas; a nuestros 
héroes, su entereza; a nuestras poetas, su sentimiento: a nuestros filósofos, sus ideas, 
a nuestros Santos, piadosas abnegaciones, predios espirituales de la raza, el polen de 
sus flores y la frescura de sus fontanas, a fin de proveerme de las energías que son me- 
nester para entonar dignamente los divinos loores que cantan hoy en jornada magní- 
fica veinte naciones, brotadas en épico alumbramiento de! rico seno de la madre iberia. 

Apoyada su testa en los graníticos pedestales de los Pirineos y sus pies tocan- 
do en las columnas de Hércules; bañada al Oriente y al Mediodía por las aguas del 
glorioso Mar Latino; al Septentrión, al Oeste y al Sur por el Atlántico; contigua a Eran- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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cia por el ancho itsmo que a ella la une; mirando por su costa norte a íes Islas Británi- 
cas; a Italia y a Grecia por su orilla levantina; al continente africano por el estrecho 
que en la linde austral apenas de él la separa, no fue situada en vano España en tal 
latitud y entre tales límites, como avanzada meridional del Occidente de Europa, 

Desde las marinas riberas, sus tierras van levantándose a modo de pirámide 
que se trunca para formar la alta planicie castellana. De sus dos grandes cordilleras 
matrices, se derivan sierras y estribaciones cuantiosas que hacen de la Península Ibé- 
rica ei país más quebrado de Europa después de Suiza. Su hidrografía numera ocho 
grandes cuencas fluviales, a las que se juntan abundantes corrientes menores, Sus 
minas guardan incontables yacimientos de preciosos metales. Su clima vario, aunque 
siempre más o menos propío de las zonas templadas, conoce de los horrores del cierzo 
y los azotes del ábrego. 

Su suelo fértil en gran parte, sobre todo en sus regiones del Sur y del Poniente, 
mereció ser llamado por los antiguos el "granero de Roma", y la nostalgia de sus cár- 
menes y vergeles atormenta hoy todavía a los moros africanos que en la oración de la 
tarde diariamente imploran de Alah el favor de regresar a su antigua patria española. 

Hé aquí nuestro solar; el campo magnífico donde la zarza nace, crece y se man- 
tiene, Saludémosle, señores, con la natural simpatía con que el hombre de recto sen- 
tir pone sus ojos en la morada ancestral donde vivieran, es decir, donde amaron, lu- 
charon y sufrieron sus remotos antepasados* 

Más a la fábula que a la Historia pertenece la tradición que afirma haber sido 
hijos o nietos del Patriarca Jafet los aborígenes de España. Las más felices y autori- 
zadas investigaciones han demostrado ya plenamente que con los eúskaros o vascones 
— que los etnógrafos y los filólogos han venido afiliando hace poco a la raza turania, 
tal vez de origen tártaro, procedente de! Ural e importadora de una lengua glutinante 
que aún se conserva con el nombre de vascuence, — debieron compartir el dominio del 
suelo español los iberos, ramas del trono ario, llegados de Africa De la Calía TransaL 
pina vienen los celtas, también arios, que cruzados con las iberos forman el centro del 
territorio eí pueblo celtíbero. De Tiro y de Si don, en naves construidas con cedros del 
Monte Líbano, arriban más tarde ios cananeos, por otro nombre fenicios, que se sitúan 
en la Isla de Cádiz y desde allí se extienden por todo el litoral del Mediterráneo, fundan- 
do prósperas colonias y penetrando en el interior hasta ganar una parte de la Bética. 

Siguen le los griegos, f ocenses y sal teces que erigen sus poblaciones al nordeste 
y al levante, entre ellas Ampudia, rival de Marsella, y Sagunto, la heroica suicida. 

Ocho siglos después, sublevados contra los fenicios, ios iberos que moraban en 
las márgenes del Guadalquivir, por aquellos tomados como auxiliares, se trasladaron de 
Africa los cartagineses. Se adueñan del Oriente y del Mediodía, es decir, de las comar- 
cas antes ocupadas por los fenicios, y en esas tierras permanecen hasta que Roma en cas- 
tigo del sitio de Sagunto, su aliada, íes declara la guerra, les vence y los expulsa y con- 
quista la Península por manos de los tenientes de Augusto, fundador de la Era Hispana . 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Bajo el cetro de Adriana inmigran cincuenta mil familias de las varias de las 
tribus de Benjamín y de Judah, y aunque perseguidas duramente en posteriores épocas, 
no debió ser escasa la prole que dejaron. 

A la caída del Imperio Romano se precipita sobre la Península el torrente de 
los bárbaros, vándalos, suevos, alanos y familias germanas y eslavas, combatidos y 
sojuzgados muy presto por los visigodos, también de la recia estirpe alemana, que es- 
tablecen en España la primera Monarquía Nacional. 

Otra invasión, la de los árabes, — que al mando de Taríf salen de Africa, cruzan 
el estrecho y entran en España, favorecidos por la traición de! Conde don Julián y por 
la descomposición de las monarquías visigodas —viene a completar la suma de elemen- 
tos etnográficos que en rapidísima mención he querido recordar. 

He ahí a ios padres de la raza. Por viejos y nuestros respetemos su memoria, 
que de esa sangre múltiple procede la que por nuestras venas corre y nuestras vidas 
alimenta. (Aplausos.) 

Durante el proceso de esta complicada generación, en que intervienen tan di- 
símiles potencias y vanadas semillas, y que hacen del suelo peninsular como un activo 
laboratorio de biología humana, cada una de las nombradas razas, al par que su origi- 
nario tipo fisiológico, allega sus peculiares principios de cultura y así ios vascuences y 
los iberos como los celtas, aportan su espíritu de extremosa independencia persona! ; 
ios fenicios su alfabeto, su náutica y su metalurgia; los griegos su estética y su eurit- 
mia; los cartagineses sus industrias mercantiles; los romanos su Derecho, sus princi- 
pios y su literatura; ios hebreos sus hábitos de economía y de comercio; los godos su 
organización gerárquica y su disciplina social; los árabes sus trovas sensuales, su mú- 
sica doliente, sus artes decorativas y sus progresos en la Medicina, en la Astronomía 
y en la Agricultura; elementos que fundidos en vivida mezcla y concertados en lento 
trabajo de seculares jornadas llegarán a constituir un día la base de la grandiosa y 
admirable civilización española. (Aplausos). 

El medio geográfico, las castas progen i toras y las civilizaciones trasplantadas, 
actuando de consuno, en labor simultánea y recíproca, determinarán también un día, 
cuando la síntesis alcance su apología, la psicología, el carácter de la raza, que vario 
y contradictorio, como ¡a configuración geográfica y las simientes generativas, si cabe 
reducirlas a concepto de unidad, bien podrá decirse que se personifica y encarna en un 
raro ejemplar humano, el cual, a la vez, según la acepción común de los sabios y del 
vulgo, marcial y religioso; galanteador y pendenciero; altivo y hospitalario; místico 
y sensual; individualista hasta el aislamiento; abnegado hasta el heroísmo; tan poco 
propicio a la obediencia como ganoso de autoridad y mando; tan parco en yantar y 
libaciones, como abundante en anhelos, honores y gloria; más devoto de (a buena vida 
que del dinero; con algo de poeta y mucho de músico; dos terceras partes de Quijote, 
como el otro tercio de Sancho; mitad caballero y mitad fraile; sufrido en los reveses, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


219 


como generoso en la próspera fortuna; más dado a la prisa de la aventura que a la pausa 
de las empresas metódicas; valiente hasta la temeridad; prudente, sin timidez; gustoso 
de pompas y de ceremonias; enamorado de la rima y de la oratoria; ingeniero de chis- 
tes y donaires y amigo de la broma y de la jácara. (Grandísimos aplausos)* 

Estos es, señores, nuestra alma, por la cual somos y vivimos; de la que provie- 
nen todas nuestras obras; así como las que nos enaltecen como las que nos deprimen, 
y cuya esencia no puede cambiarse a capricho de modas exóticas y por decreto de ne- 
cios ext rang erizan tes * . * (Aplausos). Mirémonos en ella amenudo para limpiarla de 
vicios y mejorarla en virtudes. . . (Aplausos), 

Exponer ahora cómo estas cualidades han obrado triunfos y proezas en el curso 
de los tiempos, sería tanto como hacer el relato entero de nuestra larga historia. Fál- 
tame genio para encerrar tamaña grandeza en uno de sus compendios luminosos que 
para nuestro regalo suele ofrecernos la palabra magistral del doctor Sánchez de Bus ta- 
ma n te, con cuyas enseñanzas y bellezas vamos esta noche a deleitamos. Yo tendré 
que contentarme con citar, como al acaso y según vengan a mi memoria algunos he- 
chos por desgracia no muy conocidos o poco resaltados. 

Cuando perdidas las normas jurídicas de las democracias antiguas, la Europa 
gime bajo la ruda pesabumbre de las leyes bárbaras, un Concilio en Toledo dicta el 
fuero juzgo, que inspirado en los eternos principias de Derecho Público Cristiano de- 
fine para siempre la legitimidad del Poder Político, asentando en la voluntad del pue- 
blo la fuente humana de la soberanía del Estado. 

Cuando en Inglaterra no había régimen parlamentario, en España funcionaban 
Cortes, representación completa de todas las clases sociales; con poder nunca cohibido 
para votar impuestos o denegarlos; anticipándose nuestra evolución política en mucho 
a la británica, pues mientras el Estado llano no tiene ingerencia en el Poder Legislativo 
inglés hasta el año 1226, el brazo popular ya interviene en las Cortes de Aragón, desde 
1134; en las de Castilla, desde 1188 y en las de Navarra, desde 1193* (Aplausos). 

Cuando en parte alguna de Europa, se sabía de garantías individuales ni de re- 
cursos de indemnidad personal y amparo de los bienes contra el abuso del poder público, 
en Aragón ejercía sus altas prerrogativas el justicia mayor, institución originalísima, 
única en la historia del Derecho Constitucional, con autoridad superior a la del Rey, 
a quien tomaba juramento de guardar los fueros y estilo del Reino, poniéndole sobre 
el pecho la punta de la espada. Y en el fuero de la manifestación y en las formas de 
derecho tenían los aragoneses resortes eficaces para preservar su vida y su hacienda 
trescientos noventa y seis años, casi cuatro siglos, antes de que en Inglaterra se pro- 
mulgara el famoso "bilí" de Habeas Corpus, que es de 1769 mientras que el Privile- 
gio General es de 1283, a cuyo texto confirmatorio de 1 348 sigue la letra de la ley inglesa 
tan fielmente como la traducción al original, como la copía al modelo. Cuando los 
procuradores castellanos gozaban de inviolabilidad parlamentaria, a mediados del siglo 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


XIII, !os Comunes ingleses debían empezar a practicarse por costumbre, y más de tres 
para que se obtuviera su reconocimiento expreso en el derecho escrito. 

Cuando ante los Reyes no sonaban otras voces que las de la humillación y de 
la lisonja, de diputados, este lenguaje — que no sabrían pronunciar hoy muchos Congre- 
sos Republicanos y que dignamente altivo hubo de herir los oídos de Pedro el Grande, 
al fin rendido y sometido: ‘‘Que Aragón no consiste si tiene su principal fé en la fuer- 
za del reino, sino en la libertad, siendo una la voluntad de todos, que cuando la líber- 
tad fenezca el reino acabe’, Y con ser estas hechos tan ciertos como puntal iza la crono- 
logía que los registra, aun seguirán muchos de los nuestros queriendo descubrir en tie- 
rra anglo-sajona la cuna de las libertades públicas. (Aplausos,) 

Roma no halla entre los suyos ciudadanos bastantes dignos de la púrpura y en los 
nuestros los busca y los encuentra, y Adriano, Traj ano, Marco Aurelio y Teodosio, cuatro 
hombres de nuestra raza, se sientan en el trono imperial y empuñan el cetro del mundo. 

La poesía, la filasofía y la elocuencia latinas enmudecen y por boca de hombres 
de nuestra raza— Séneca, Quintiliano, Marcial, Columeia, Silio, Itálico y Pomponis 
Mela, — vuelven a hablar con toda la majestad y la sabiduría de los mejores tiempos. 
La primera enciclopedia que ilustra al mundo la escribe un Arzobispo sevillano, San 
Isidoro. El padre de la Química, Raimundo Lulío, no fué galo ni germano. Vives no 
esperó a Froebel ni a Pestalozzi para construir un sistema pedagógico. De Averroes 
aprendió Descartes su método y Augusto Compte su filosofía positivista y Spencer 
su agnosticismo, Suárez y Victoria son los verdaderos creadores del Derecho Inter- 
nacional Público y Grossio y Thomasio se apropian de su doctrina, Miguel Servet des- 
cubre la circulación de la sangre y William Harvey pasa por el autor del hallazgo. Así 
hemos servido nosotros la causa de la civilización general y así se han transformado 
o usurpado no pocos de nuestros inventos y originalidades. (Grandes aplausos). 

Y cuando la fusión de los elementos étnicos y de cultura está ya agotada y cuan- 
do la raza llega al colmo de su potencia y de su vitalidad, que es como una hiperestesia 
de todo su sér, no cabiendo ya en su propia mansión, con haber sido ella dilatada hasta 
constituir la más extensa monarquía de Europa, metida en las carabelas colombianas, 
sin miedo a los monstruos con que la imaginación de los cartógrafos intérpretes de la 
leyenda, se complacía en poblar las inescrutadas soledades del mar tenebroso, seres 
más descomunales que los cíclopes, lastrígones e hipocentauros de la mitología clásica, 
rasgan con la proa de sus naves el fatídico "Non Plus Ultra" del viejo mundo y enca- 
minada hacia el más allá misterioso, más fuerte que las olas y que los vientos, arranca 
al océano su secreto y se derrama copiosa y vencedora por la inmensidad del mundo 
nuevo, y trae a América la primera imprenta, la primera universidad y el primer có- 
digo de Derecho Colonial, y con su lengua trae su alma y con su alma su sangre, que 
más humana que la de otras razas vanagloriosas no repugna ayuntarse y hermanarse 
con la savia de linajes obscuros e inferiores para ennoblecerlos y blanquearlos y alzarlos 
al nivel de su misma eminencia. (Atronadores aplausos) 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


221 


Es entonces, que en tal punto de madurez, cuando nuestras comarcas dictan 
leyes al Universo, nuestros ejércitos hacen sentir el peso de sus armas en toda la faz 
de la tierra , nuestras naves tienen por suyos todos los mares; nuestros maestros ense- 
ñan en todas las universidades; nuestra lengua és el idioma de la diplomacia y de las 
cortes; nuestras letras son modelos imitados e inimitables y nuestra cultura se eleva y 
se exalta y todo se diviniza en prodigioso siglo de oro, sólo comparable a otras dos áureas 
centurias de antigüedad, el siglo de Augusto y el siglo de Feríeles; época de fructifica- 
ción en que tantos son los productores y las cosechas que bien viene al país en que aque- 
llos trabajan y éstos se ganan ío que, con menos razón, aunque no sin motivo, de una 
hermosa ciudad de nuestra América, cantó por aquel tiempo un poeta arrogante ■ Aquí 
hallarás más hombres eminentes — en toda ciencia y facultades— que arenas lleva el 
Ganges en sus corrientes’ . (Aplausos) * 

Por remate de este incompleto y desordenado catálogo dejadme señalar aún 
tres primacías de nuestra raza, las tras ganadas por hembras insignes, Santa Teresa 
de Jesús, la más doctora de las místicas, fué castellana, Gertrudis Gómez de Avella- 
neda, la más excelsa de las poetisas dramáticas, fué cubana* Concepción Arenal, la 
más sapiente de las escritoras de ciencia penitenciaria, fué gallega, (Grandes aplausos). 

Y si vuestra paciencia lo permite, aún añadiré a esta corona tres frescos laureles, 
puesto que son de nuestros días; tres superioridades, alguna de ellas duplicada, que 
nadie en justicia puede disputarnos. A nuestra raza pertenece el mejor novelista de 
la época, Benito Pérez Caldos; nuestra raza posee ahora la mujer más sabia y más 
artista: la Condesa de Pardo Bazán. De nuestra raza son los más grandes oradores 
coetáneos: Antonio Maura y Juan Vázquez de Mella, no sé cuál de los dos más procer 
ni más gigante. (Aplausos). 

Todas las razas ilustres han cumplido en la Historia alguna misión trascendental. 
Para ser en esto privilegiada, no una T sino tres misiones de ese encumbrado ha cumpli- 
do nuestra raza felizmente. Enardecida por su fe religiosa, cerca de ocho siglos gasta 
en abatir al poderío musulmán, hasta colocar la cruz en las almenas del Generalife y 
en los minaretes de la Alhambra, Impulsada por su genio aventurero traspone los 
mares, se extiende por América y la sujeta y cristianiza. Movida de su celo por la 
independencia nacional, derrota a Napoleón y hace imposible la cosmocracia que el 
Gran Capitán anhelaba. Sin la reconquista Europa hubiera sido súbdita de los hijos 
del Profeta; sin el descubrimiento de América, la Humanidad viviera aún en la Edad 
Media; sin la Guerra de Independencia el mundo entero hubiera tenido que rendir 
vasallaje al omnipotente César galicano. (Aplausos)* 

Queda otra gran misión a nuestra raza, y ésta queda a nosotros los ibero-ameri- 
canos. ía de contrapesar con nuestro genio artístico, con nuestra tradición caballeresca, 
con nuestro sentido espiritualista de la vida, el prosaísmo de la civilización mercantil 
que impera en el norte de este continente americano, para que esta hermosa porción 
del planeta que se nos dio por herencia no sea exclusivamente señoreada por los misán- 
tropos reyes de los sindicatos y los aventureros de la banca y de la bolsa. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y la cumpliremos de cierto tan dichosamente como fueron cumplidas las ante- 
riores, porque de tal árbol tales frutos y todo puede fiarse a pueblos que tienen en sus 
anales militares hazañas que para pasto de su orgullo quisieran muchas naciones enve- 
jecidas; en sus fastos civiles lúcidos ejemplos de acendrado patriotismo; en sus parna- 
sos altísimos poetas; regentes de una confederación tan populosa que con sus ingenios 
sobranceros habría para abastecer de gloria a cien repúblicas de extranjeras razas; 
en todos los dominios del pensamiento y de la idea sabios y mentores que por fuero de 
calidad son recibidos en los areópagos que iluminan con su ciencia los primates intelec- 
tuales de la Europa. . Motivos tenemos para sentirnos con derecho a repetir sin 
temor a los escollas de la hipérbole ' que cuando llega a ser inteligible — cuanto un en- 
tendimiento humano encierra — -y con su luz se puede hacer visible — los gallardos 
ingenios de esta tierra — lo alcanzan, sutilizan y perciben — en dulce paz o en amigable 
guerra í” (Aplausos). 

[Oh, Señora! i Oh, Reina! ;Oh, Madre, Madre, sí, que éste es el título que a 
tu fecundidad cuadra y a nuestra filiación conviene. ! ¡Oh, madre España! Tuyos so- 
mos, que de tu vientre salimos y a tus pechos lacramos y por tu espíritu nos sentimos 
animados. ¡Ahí van hoy las efusiones de nuestro cariño reverencial, en este aniver- 
sario solemne de la más atrevida de las empresas que han realizado los hombres. .. 
Lleguen a tí los besos que te brindan las banderas de nuestras patrias americanas, que 
por algo ellas ondean bajo las cúpulas sagradas del más antiguo y venerable de tus tem- 
plos, bajo el santo Pilar, cuyo mármol ablandaron ósculos más poderosos que la piedra. 
Sabe que por no aborrecerte lucharon nuestros pueblos contra tus ejércitos, sino por 
más y mejor amarte, libres de los frenos políticos que embarazaban sus sentimientos. 
Recuerda que el culto de la independencia nacional de tí lo heredamos y que nuestra 
emancipación hubo de efectuarse en obediencia a leyes históricas inexorables. Advierte 
que si alguno de los nuestros te injuria y escarnece, como quien escupe al cielo, más 
por inconsciencia que por malicia obra, y ojalá que sus blasfemias no atraigan sobre 
sus descendientes la pena indecible de mendigar el pan cuotidiano en lengua áspera 
y extraña. . . Vive segura de tus hijos de América, ¡oh, España gloriosa e inmortal; 
que mientras en estas tierras de sol y de verdores queden hombres cuerdos e hidalgos 
que posean tu habla principesca, tu nombre será bendito por los siglos de los siglos. 
( E st r u en dosos a pl a usos) . 


DISCURSO DEL DOCTOR ANTONIO SANCHEZ DE BUST AMANTE 
Señor Ministro de España : 

Señoras y señores . 

El mar Mediterráneo, frontera y tentación de los continentes más viejos de la 
Historia, ha visto nacer y desarrollarse tres grandes civilizaciones expansivas en las 
tres penínsulas del mediodía de Europa. Comenzaron hacia Oriente los helenos, re- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


223 


gando de colonias sus orillas y sembrando una constelación de ciudades desde el Asia 
Menor hasta las orillas atlánticas de Iberia Y aunque un monarca macedonio, de 
fama precoz y fugacísima, que tuvo por maestro al filósofo más insigne de la edad an- 
tigua y por enemigo hereditario e irreconciliable al orador más portentoso del mundo 
precristiano, extendió, entre victorias sem ¡fantásticas, la cultura griega por la tierra 
sagrada de Egipto y por las regiones ignoradas y remotas del continente asiático, la 
Humanidad perdió muy pronto, como lengua viva, conservándola únicamente como 
núcleo de etimologías y como deleite de sabios, el idioma riquísimo y flexible en que 
había soñado Platón, y pensado Aristóteles y tronado Homero y centelleado Esquilo 
y cantado Píndaro y gemido Sapho y musitado Anacreonte, , . (Grandes aplausos). Y 
perdió más pronto todavía, para conservarlos únicamente como un gran recuerdo ge- 
nerador de una gran esperanza, aquel sentido y aquella práctica de la libertad y de la 
democracia, que convirtieron durante cierto tiempo en las ciudades griegas al pueblo 
en un monarca omnipotente, al Agora en un poder incontrastable y a la palabra elo- 
cuente y persuasiva de los tribunos y de los hombres de Estado, en luz de las inteli- 
gencias, motor de las voluntades, espejo de la verdad y estímulo y garantía del patrio- 
tismo y de la justicia. (Grandes aplausos). 

Llegó más tarde Roma, en la península central mediterránea, y con la fuerza 
por instrumento y el derecho por máscara, extendió sus dominios sobre Sicilia y sobre 
Italia toda, se estableció en España y en el Africa del Norte, venció en Grecia y en el 
Asia Menor: dominó a los galos, saludó las costas de Bretaña y convirtió a todo el 
mundo conocido en un esclavo de la Ciudad Eterna. Y cuando al impulso incontras- 
table, primero de las invasiones del Norte y luego de las invasiones del Sur, el imperio 
de los Césares ya roto en dos y prolongado en la agonía de B izando, desapareció para 
siempre de la I listona, el idioma latino, que había logrado también un brillante flore- 
cimiento literario, murió a manos de las lenguas romances de la Europa moderna, no 
galvanizado siquiera por ser hijo adoptivo de la nueva religión que fue como el cere- 
bro y la médula de nuestra nueva y maravillosa cultura. (Aplausos). Y las liberta- 
des primitivas romanas que el pueblo rey dejó perecer entre las tiránicas orgías de sus 
emperadores monstruos, no resucitaron sino débilmente en las naciones fecundadas por 
Roma, para agitarse en la impotencia medioeval y extinguirse en manos de las monar- 
quías absolutas con que la edad moderna se inauguró en Europa. 

Tocó su turno & España, la más occidental de las penínsulas del Mediterráneo, 
en el escenario de la gloria. Por su suelo apetecido y heroico, habían pasado como re- 
cordaba con elocuencia y erudición extraordinario e¡ doctor Aramburo, colonizándolo 
o destruyéndolo, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, suevos, alanos, vi- 
sigodos, francos y sarracenos, y tras de una reconquista, que, por contraste con las 
tradiciones griegas, parece al comenzar una Odisea y acaba siendo una I liada, casi al 
tiempo mismo que en el último pabellón musulmán se abatía sobre los muros de la Sul- 
tana de Occidente, un grupo de héroes, al mando de un vidente inmortal, en marcha 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


loca tras el curso del sol, ensanchaba y completaba el globo, trayendo a la vida de la 
Historia, el doce de Octubre de 1492, la portentosa y fecunda tierra americana. (Gran- 
des aplausos). 

Y con más gloria y con más suerte que Grecia y que Roma, las diez y ocho re- 
públicas pobladas por España, en el mundo nuevo que inmortalizó a Colón, celebran 
hoy, a más de cuatro siglos de distancia, la Fiesta de la Raza, en el idioma perdurable 
de 1a. madre común... (Atronadores aplausos).,, y herederas del espíritu liberal y 
democrático que a la hora de su nacimiento a la civilización europea, respiraban toda- 
vía las Cartas Pueblas y los Fueros y las Cortes de Aragón y de Castilla, con diez y 
ocho repúblicas, ansiosas de civilización y de progreso y dispuestas al afecto y a la vo- 
luntad de los que llegan aún desde la tierra madre para trabajar honradamente con 
nosotros por la prosperidad y por la raza, (Grandes aplausos). 

La gloria presente de España, y sobre todo su gloria futura, está, en gran parte, 
en los triunfos y en ios éxitos de las naciones del mundo americano. En esta fecha in- 
mortal del cumpleaños de América, si como se reúne en respíritu, pudiera reunirse cor- 
pon zada y materialmente a la raza española de ambos hemisferios, veríais adelantarse 
a Eíspaña imponiendo noblemente silencio al himno de alabanzas que entonan en su 
loor las jóvenes repúblicas de América, para rogarles que, en una especie de justa ex- 
traordinaria, relataran sus progresos y sus victorias en la marcha triunfante de la civi- 
lización universal. 

La ultima en referirlos, modesta y recién llegada al coro hispano de naciones 
libres, sería la Perla de la América Latina, nuestra querida y esforzada Cuba. (Grandí- 
simos aplausos). 

La oiríais decir, no sin asombro, que en ios diez y siete años de este sigío, marcha 
a saltos su población y no pierde ocasión de acrecerla; se ensancha enormemente su 
ciudad capitalina, y confía en embellecerla a la altura de su ensanche; prospera el cul- 
tivo de su territorio rural, hasta cifras que parecen sueño y quiere acrecentar sus pro- 
ductos agrícolas hasta números que semejan equivocaciones; aumenta y difunde la 
cultura, con una intensidad que no puede medirse en cifras matemáticas, pero que ha 
de notarse muy pronto como factor indeclinable de la vida social, y no está lo bastante 
satisfecha de su adelanto intelectual, aunque puede honrarse presentando una juven- 
tud que, en la brillante y antigua Universidad de la Habana y en el brillante y reju- 
venecido Ateneo, está preparando para la nueva generación un* siglo de oro y para la 
patria semi nueva un tropel de triunfos y de gloria. . . (Grandes aplausos) ... Y cuando 
alguno sonría, entre incrédulo y envidioso, de lo que pudieran parecería entusiasmos 
juveniles de la niña mimada de América, "sabed— dirá Cuba triunfalmente— que el 
año último antes de la pasada zafra excepcional, nuestro comercio exterior, que sólo 
llegaba, diez y seis años atrás, a ciento veinte millones de pesos, ha representado entre 
la importación y exportación, en un país de menos de tres millones de habitantes, la 
cifra estupenda de seiscientos cuatro millones de pesos". (Aplausos). Toda la Améri- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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ca Latina, contando con nosotros, apenas si tiene cincuenta y tres millones de habitan- 
tes, y ese propio comercio exterior llegaba en ella, según las estadísticas de hace dos 
o tres años, a dos mil ochocientos millones de pesos. Así, Cuba., que es en la población 
de la América Latina poco más del cinco por ciento, mantiene y disfruta de un comer- 
cio exterior que alcanza el veinte y dos por ciento de la vida mercantil internacional 
de la América española. (Grandes aplausos). 

Consultad ahora las estadísticas europeas, antes de que las perturbara la actual 
conflagración y cuando ya las alcanzaba el prodigioso crecer contemporáneo, en 1908, 
por ejemplo, y observaréis conmigo, entre recelosos y asombrados, que de las diez y 
nueve principales naciones de Europa, once, por lo menos, casi todas bastante más 
pobladas que Cuba, están, en cuanto a las cifras de su comercio exterior por debajo de 
nosotros. (Aplausos) . Sonríanse ahora otra vez, con satisfacción los incrédulos y con 
rabia ios envidiosos y discernamos todos a Cuba, en este espléndido concurso ele la raza, 
uno de los mejores trofeos de la victoria, (Aplausos). 

Antes de un siglo, que para cada generación es como una eternidad y para la 
Historia una breve y pasajera jornada, la América Latina habrá llegado a la cumbre 
y podrá hombrearse dignamente, mirándolas siempre con respeto y cariño, con todas 
las civilizaciones expansivas de lo pasado y de lo porvenir Ojalá no la desvanezcan 
los éxitos y las tentaciones del poder, para que, unida espiritual mente a España, pueda 
cantar dignamente, en la lengua incomparable de Castilla, las victorias obtenidas en sus 
luchas homéricas por la raza, por la justicia y por la libertad. (Atronadores aplausos). 


EL CANTO DE LA RAZA 

Un escudo. Un vasto campo de armiño. Espigas de oro 
hacia el rumbo de los óptimos vientos. 

O bien torre solitaria 

en cuya almena más alta saluda a la aurora 
un loco flamear de banderas. 

Una música de marcha triunfal. . . 

(Se ven lanzas antiguas, se ven altivos penachos 
guiando un arrojo de huestes) , 

Un himno de vigores, un coro de dianas, 
un furioso redoble. . . 

(Se ven cabalgatas de gloria venir de los siglos; 
y, multiplicando el sol, innumerable armaduras se acercan). 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Un acorde épico destroza el olvido: 
es la música aguda de los medioevales torneos, 

(Se ve un caballero prender en su lanza 

una flor teñida en sangre, es para doña Violante, la rubia 

que pasa en la torre la vida soñando con reyes y pajes, , .) 

Un horizonte. Mares desconocidos. Hombres fuertes. . . 

No importa que Neptuno se irrite, que las playas 
no existan, que la aventura se torne en quimera. 

(Una linterna de cuatrocientos años 
nos da la visión fabulosa de las tres carabelas, 
y el nombre del divino marino Cristóbal 
besa todas las playas del mundo . . . ) 

Templos, templos, templos, . . Hábitos blancos, 
hábitos negros. Silencio conventual, 
donde una clara voz de novicia 
dice versos de Santa Teresa, . , 

{Se ven hogueras del Santo Oficio, Se ven piadosas misiones. 
Síervas de María. Fe. Caridad, Y, por encima de todo, 
invencible y eterna, la Cruz. . .) 

Un coro de liras. Placidez virgíliana. 

Paganismo místico. El son de las liras 
despierta el entusiasmo del orbe. 

(Se ven sombras ilustres . . , Son los poetas de antaño, 
envueltos en largas túmcas. 

Pegaso, que no los olvida, 

relincha al pasar las inmortales sombras!, . ) 

Todo cuanto es grandeza , heroísmo, locura ; 
todo cuanto es aliento, tesón, donaire; 
todo cuanto se ve de más noble y más puro, 
y todo cuanto lleve el Ideal como bandera; 
eso es la Raza. 

En los malos días de ahora quiere ser humillada. 

(Don Quijote se ríe con su irónica risa, 
y a su carcajada estruendosa, los corazones humanos 
vuelan hacia la gran Madre Latina!. . . ) 


Agustín ACOSTA. 




QUINTA COVADONGA 


CONJUNCION DE VARIAS AVENIDAS, CON DA AMBULANCIA DE LA 
EN PRIMER TERMINO 





PRESIDENCIA DEL 

LICENCIADO DON RAMON FERNANDEZ LLANO 

I 

AÑO 1918 

Incendio y destrucción del Edificio Social, — [Sin hogar, sin archivos, sin 

ESCUELAS, SIN BIBLIOTECA ! — NUESTRO DOLOR— ACTOS HEROICOS. 

Admirable solidaridad del Centro Gallego, Asociación de Dependientes, 
Casino Español, Centro Mexicano, etc., etc. — -Junta General de 10 de Noviembre 
Una mccign interesante — Discursos. 


N TRAMOS en un nuevo período de calma. La junta Directiva y las Sec- 
ciones laboran conjuntamente, acrecentando la riqueza social. Preside el 
licenciado en leyes y socio fundador don Ramón Fernández Llano, con los 
Vicepresidentes primero y segundo, don Antonio Suárez y Suárez y don Severo Redondo 
Vega. Es nombrado tesorero don José Ramón González Soto, mas hubo de resignar el 
cargo, por haber emprendido viaje a la tierrina, en don Benjamín Menéndez García, 
quien lo desempeña durante todo el año y figuran en concepto de Vocales don Ramón 
Infiesta García, don Valentín Alvarez Muñíz, don Francisco Toyos Terenti, don 
Amallo Suárez y Suárez, don Enrique Cima Cabal, don Celestino Carreña García, 
don Manuel Prida Cabranes, don Bernardo Pardías López, don Antonio Monje 
Izaguirre, don José Fernández García, don Laureano Ramos Pérez, don Antonio 
Arango Alvarez, don Manuel López González, don Francisco Arrojo Barreíro, don 
Nicasio Martínez jardón, don Andrés Mon Pérez, don Eleuterio Oz ores Peláez, don 
Carlos Fernández Méndez, don Manuel Suárez García, don José María Pérez 
Gayol, don Laureano Alvarez Alonso, don Manuel García Rosales, doctor don Julio 
Arcos, don José Ordiales Menéndez, don Antonio Méndez Méndez, don Silverio Blanco 
Alvarez, don Emilio Alvarez Alvarez, don Eduardo Pérez Moreno, don Laureano 
García González, don Manuel Alonso Granja, don Celestino R. Rodríguez, don 
Rogelio Cañedo, licenciado don Segundo Pola, don Florentino Suárez Gonzá- 





_EL IJBRQ DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


don Manuel Hevía, don José M. Huerta., don Luis R. Cepeda, don Gumersindo Alvarez, 
don Alfredo K Fernández, don Fernando Rodríguez Alonso, don Enrique González 
Y don Ramón Alvares Lorenzana. Vocales natos, don Rafael García Marqués, don 

Manuel A. García, don 
Juan Ranees Conde, don 
Maximino Fernández 
Sanfeliz, don José Inclán 
Galán, don JoséM. Villa- 
verde, don Vicente Fer- 
nández Riaño y don Ma- 
l x im ino F er na nd ez y Gon - 

L zález. 

Todo va como sobre 
B ruedas. Afluyen nuevos 

H socios y créanse varias 

H Del egac ion es ; 1 a bi b 1 iote- 

ca es enriquecida con no- 
tables obras y recibe a 
diario la visita de cientos 
de lectores ; las Escuelas 
B aumentan sus aulas y 

V ven ascender el número 

m de matriculados, que su- 

J ma algunos millares; en 

el Sanatorio señálanse 
congratuladores avances, 
demostrándose otra vez 
más su alta eficiencia 
durante la epidemia de 
“grippe" que azotó el 
país, en que el ingreso de 
enfermos fue extraordi- 
nario, excediendo, con 
mucho, de un millar los 
no obstante lo cual el promedio 
Trabájase con celo, con talento, 
común, así atendida, adquiere 


LICENCIADO DON RAMON FERNANDEZ LLANO, 
PRESIDENTE GENERAL Y ACTUALMENTE 
PRESIDENTE DE HONOR 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


231 


Empero, acecha la tragedia. Voces previsoras nos la anunciaron cuando con 
fecha 26 de Julio de 1917 aceptamos que el arrendatario del Campoamor ’ introdujese 
en local anexo a éste el almacén y depósito de la 1 Universal Film Manufacturing Com- 
pan y' que, como su titulo indica, confecciona películas cinematográficas, de tan peli- 
grosa manipulación. Un descuido cualquiera en el manejo de ese material, es suscep- 
tible de provocar un incendio horroroso,' — decían hombres cautos como don José María 
Villaverde — . ¡Oh, no sean alarmistas! Las películas estarán guardadas en bóveda de- 
seguridad, que aleja toda contingencia de accidente. . . oímos afirmar en aquella se- 
sión de directiva presidida por el señor Fernández y González. Sin embargo, en las 
grisáceas primeras horas de una mañana otoñal, el 24 de Octubre de 1918, cuando la 
ciudad comenzaba a desperezarse, al filo de 
las ocho, una roja lumbrarada que surgía 
del departamento destinado a la empresa 
cinematográfica, avisó que acababa de pro- 
durcirse la temida conflagración. Y en po- 
cos segundos, cientos de miles de metros de 
celuloide, extendiéndose lo mismo que cule- 
brinas de fuego por todo el edificio, fueron 
prendiendo aquí y allá enormes fogaradas 
que destruyeron totalmente nuestra adora- 
ble casa solariega. 

¡En ruinas todo en unos momentos 1 . 

Todo informes montones humeantes, a pesar 
del arrojo con que el cuerpo de bomberos 
pretendió sofocar las llamas. Aquellos vie- 
jos salones señoriales y severos, cuanto allí 
había, aulas escolares, bibliotecas, departa- 
mentos de recreo, industrias de la planta 
baja, oficinas, eran, minutos después de 
darse la señal de alarma, vasta hoguera cre- 
pitante cuyas espesas columnas de humo 
ensombrecían la luz del sol . . , Luego, a la 
tarde, nada. . . Vacilantes lienzos de pared, 
hierros retorcidos, piedras chamuscadas, escombros negruzcos, . . Y erecto, fir- 
me, como en gallardo desafío a las iras del fuego, el flamante ‘ Teatro de Campoamor * 
que apenas sufrió daños por haberte defendido sus recios muros que formaban un cuer- 
po aparte dentro del conjunto arquitectónico. 

La Caja de Ahorros de los Socios del Centro Asturiano, situada en el ángulo de 
las calles San José y Monserrate, inmediata al depósito de películas, por donde comen- 
zó ei incendio, no perdió afortunadamente sus libros, lo que hubiese constituido otra 



DON JOSE RAMON GONZALEZ SOTO, 
ELECTO TESORERO 


232 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


catástrofe, gracias a que éstos, con los demás documentos de interés, permanecían aún 
en sus espléndidas cajas de acero que han soportado aquel volcán sin aparentes des- 
perfectos. Tuvo, sí, otras pérdidas y considerables, pues sólo el mobiliario represen- 
taba una crecida suma de dinero, mas no fueron de la cuantía que en un principio se 
sospechara. 

Nuestra Sociedad, por su parte, las sufrió de una magnitud extraordinaria. Des- 
contada la del edificio social, cuyo valor intrínseco no alcanzan a cubrir, ni con mucho, 
las pólizas de seguros contra incendios, nos quedan las que representan el moblaje; bi- 
blioteca, con más de 3,000 volúmenes, 
bastantes de subido mérito por ser incu- 
nables; material escolar, etc., de costo- 
sísima reposición, más la pérdida comple- 
ta del archivo. Hasta desaparecieron los 
datos correspondientes a la Memoria del 
año, por lo que hubo que suprimirla, edi- 
tándose en su lugar somero folleto. 

De los libros de inscripción de socios, 
cuya destrucción hubiese acarreado tras- 
tornos incalculables, inclusive un peligro- 
sísimo alto en la marcha de la Sociedad, 
fueron rescatados incólumes once, ha- 
biéndose perdido dos. Debióse este feliz 
suceso a la previsión del hábil oficial de 
Secretaría don Elias Quesada, que con 
desprecio de la vida, estoicamente, no 
obstante hallarse cercado de i lamas, aten- 
dió a encerrarlos en una de las caj as de 
acero. Cuando el Sr. Quesada, en trance 
de perder el sentido se abría paso a tra- 
vés de imponentes lenguas de fuego y 
ganaba la calle, en ese mismo instante 
hundíase el local de las oficinas, salvándose providencialmente de una muerte horrorosa. 

Conducta tan loable, o más exactamente, valerosa, cabe señalarla de igual modo 
en el culto Vicesecretario de actas don Martín del Torno y Aparicio, sin cuya sereni- 
dad y arrojo también hubiesen desaparecido documentos valiosísimos, entre éstos va- 
rios contratos con proveedores del Sanatorio y el de arriendo del teatro. Otros ofici- 
nistas, don Francisco Fernández Santa Eulalia y don José del Torno Aparicio, expu- 
siéronse valientemente en su deseo de cooperar al rescate de libros de Tesorería, y es 
bien que lo consignemos en premio a su lealtad y heroísmo. 



DON BENJAMIN MEJNENDE55 GARCIA, 
TESORERO EN PROPIEDAD 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Z49 


Lamentóse una pérdida irreparable: la del insigne periodista astur, director del 
‘ Diario de Ja Marina , don Nicolás Rivero y Muñiz, socio de Honor nuestro, cuya plu- 
ma, ática y nerviosa, así como su influjo y preponderancia en ia vida política de Cuba, 
siempre estuvieron, hidalga y generosamente, a disposición de España, y de modo 
singular, por nexos de paisanaje y mutuo afecto, al servicio del Centro Asturiano. 


Concluye el 1919. . No ha sido año infecundo. Por el contrarío, los asociados 
hállanse contentos, y una mayoría considerable acércase al señor Fernández Llano, a 
quien corresponde cesar en su cargo de presidente, a fin de que sea candidato por un 
nuevo período de dos años. Se impone, pues, la reelección. Y el 14 de Diciembre, 
en elecciones frías, monótonas, como todas las reelecciones y por carecersedel acicate de 
la rivalidad, son reelectos él y el primer vicepresidente, don Antonio Suárez y Suárez . 

Secciones: Recordemos quiénes las formaron: Sea este recuerdo modesto tri- 

buto a los que activa e inteligentemente sirvieron en los cuerpos de consulta de la So- 
ciedad. Representan ellas, las Secciones, lo que los ministerios a la gobernación su- 
prema de los pueblos, siendo antesala de los Consejos, laboratorio y crisol de ideas, 
tribunal que informa en primera instancia. Las nuestras estudian previamente e ilus- 
tran a la Junta Directiva acerca de cuantos asuntos necesitan la sanción y fallo de ésta. 

La de Intereses Materiales, — la de Hacienda, que debiera ser nombrada — -estuvo 
presidida por el gíjonés don Ramón Infiesta y García, a la vez que desempeñaba el cargo 
de tesorero social habiéndola presidido también el año anterior. Horas difíciles aquellas, 
horas difíciles éstas posteriores a la catástrofe, que la Sección vence con energía y suer- 
te. El Sr. Infiesta es un veterano en las lides asturianas: socio desde 1893, vocal de la 
Sección de Instrucción durante 13 años consecutivos, presidente de la de Propaganda 
en el bienio 191 6-19 17. Ha figurado mucho y ha sido siempre un hombre útil, digno 
de general estimación. 

Ocupó la Vicepresídencia de la Sección otra gran luchador, otro espíritu formi- 
dable, don Víctor A, López, sereno y circunspecto, ilustrado y bondadoso. 

Vocales, don José de Al varé, don José R. González Soto, don Víctor Campa 
Blanco, don Manuel Fuentes Suárez, don Manuel Hévia, don Bernardo So lis, don Vi- 
cente Menéndez Areces y don Saturnino Alvarez Blanco 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, doctor don Julio Alvarez Arcos: 
vicepresidente, don Celestino Corral Collado; vocales, don Fernando Lobeto Miguel, 
don Julián Llera Pérez, don Manuel Suárez García, don Manuel García Rosales, don 
José María Pérez Gayol, don Jesús Fernández Díaz, don Eleuterio Ozores Peiáez, don 
Antonio Méndez Méndez, don Benjamín Menéndez García, don Francisco Alonso 
Díaz, don Manuel R. Muñiz, don Ramón A. Lorenzana, don Juan López y López, don 
Antero González Prieto, don Manuel Junco Vela, don Felipe Rodríguez Campillo, don 
Manuel Fernández Grau, don Fulgencio Díaz Díaz y don Gustavo García Artidiello. 



250 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Instrucción: Una vez más la presidió el licenciado don Segundo Pola, 
docto pedagogo, natural de Aviles, y cuya fama ha trascendido fuera de Cuba, Colabo- 
ró el Sr. Pola en el primitivo plan de enseñanza de nuestras Escuelas y en muchas de las 
modificaciones subsiguientes. Se trata de un socio antiguo, perseverante y animoso. 

Con el Sr. Pola, figuraron: don Manuel Llano Tablado, vicepresidente; don Ni- 
canor Fernández, secretario; don José Granda Rivero, vicesecretario; don Alberto Peón 
Ardavín, bibliotecario, y los vocales doctor don Rafael Pola Montoro don Maximiliano 
Isoba Prado, don Cesáreo González don Luis R Rodríguez, don Antonio Díaz Quiño- 
nes, don Florentino Martínez, don Jacinto Sarrasí. don Marcelino Couso, don Benja- 
mín Orbón, don Juan Llínás, don Roberto J. VI adan, don Pablo R Fresno, don Faus- 
tino González, don Manuel Pérez, don Juan Rodríguez, don Florencio Cueto, don 
Rafael Sánchez Alonso, don Alfredo Iglesias, don José Abeo, don Enrique Valledor 
Campo, don Manuel Rodríguez, don Francisco Llano García, don Nicolás Menéndez, 
don Juan Palacios, don Luis Muñiz Blanco, don Eloy Mejido. don Manuel Menéndez, 
don Emilio Pérez Bermúdez, don Nicolás M. Rodríguez, don Valentín Liada, don Mar- 
celino Alvarez, don Jesús Pérez, don Luciano Peón, don Justo Fernández, don José 
María Fuertes y doctor D. Antonio García Hernández. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Adolfo Peón Redondo; vicepre- 
sidente, don Luis R. Cepeda; secretario, don Alberto Rodríguez; vocales, don Perfecto 
F. Villa, don José B Fernández, don Manuel Molina, don Angel Arias Polledo, don 
Víctor Pro! Muñiz, don José María Fuertes, don Juan Acosta Piedra, don Francisco 
Muñoz Santiago, don Manuel de Diego, don Ramón Pe rnus, don Pedro Fructuoso, 

don Fermín González, don Benjamín Fernandez, don Ma- 
nuel Menéndez, don Jesús Pérez., don Pablo R. Fresno, 
don Aquilino González, don Avelíno Fierros, don Manuel 
Ruisánchez, don Antonio Marcos, don Luís García, don 
Francisco Fernández, don Antídio Rionda, don Tomás 
dei Río, don Enrique Suárez, don Manuel Rodríguez, don 
Domingo Fernández, don Angel Car reño, don José Fer- 
nández, don Enrique Hévia, don Francisco Tarrada, don 
Luis Alvarez, don Emilio Piney, don Cándido Ravelo, 
don José Gasch Prieto, don José Fernández, don José 
Prendes, don Celestino Díaz, don Eulogio Solís de la Uz, 
don Cándido Fuego, don Eugenio Pita, don Manuel 
Reguero!, don Manuel Rodríguez, don Julio Valle, don 
José del Llano, don Julio González, don Victorino Alvarez 
y don Benito González Tejuca, 

Esta Sección no estuvo inactiva; antes al contrario. Ofreció cinco bailes en el 
suntuoso salón dd Centro Gallego, fiestas que por su magnificencia y esplendor dié- 
ronnos prestigio, sobre no gravar las fondos de la Sociedad, por cuanto los ingresos 



DON EDUARDO PEREZ MO- 
RENO, PRESIDENTE DE LA 
SECCION DE PROPAGANDA 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


251 


obtenidos en dos de ellas, de las llamadas de pensión, cubrieron todos los gastos, inclu- 
sive de las restantes. 

El Sr. Peón Redondo (don Adolfo) su presidente, venía actuando desde hace 
años como vocal activo y cumplidor de la propia Sección y su nombre ñgura también, 
con idéntica loable continuidad, asociado indistintamente, a las de Propaganda e 
Instrucción. 

Sección de Propaganda: Presidente, don Eduardo Pérez Moreno; vicepresi- 

dente, don Nicolás Gayo Parrando; secretario, don Arturo Prado Díaz; vicesecretario, 
don Fernando Collar Hernández. 

Vocales de la Directiva; Don Carlos Fernández Méndez, don Silverio Blanco, 
don Luis R. Cepeda, don Joaquín Ablanedo Fernández y don Everardo Acevedo Amago 

Vocales de la General: Don Luís Muñiz Blanco, don José Corojo Blanco, don 
Eugenio M. Fernández, don Venancio Fernández, don Santiago Abascal, don Bernabé 
Fernández Leirana, don Felipe Lebredo, don José Muñiz Alonso, don Manuel Rodrí- 
guez Gómez, don Manuel López Rodríguez, don José García Fernández, don Angel 
Rodríguez, don M alaquias Rodríguez Pérez, don José Ramón Muñiz, don Manuel Al- 
vares, don Ramón Sánchez Cueto, don José R. García Cotarelo, don Eugenio Pita, 
don Angel Vázquez Cueto, don Ramón Faedo, don Manuel Vázquez, don Ramiro 
Somoano, don José Rodríguez Acevedo, don Belarmino Cabal, don José Alvares Díaz, 
don Bernardo Loredo, don Manuel Pérez García, don Francisco Vega, don Luciano 
Alvares, don Gerardo Fernández, don Antonio Vidal Cubiello, don Emilio Castrílión 
García don Valeriano M, Gamoneda, don Celestino Fernández Leirana, don Secundino 
Monjardín y don Vicente Pérez García 

Por ausencia de los señores presidente y vicepresidente de esta Sección, fué nom- 
brado presidente de la misma en el mes de Julio don Carlos Fernández Méndez, quien 
desempeñó el cargo hasta fines del período social. 

Hombre activo, batallador, con un conocimiento profundo de los problemas 
internos de la Sociedad y una aguda visión de las necesidades futuras, el señar Fernán- 
dez Méndez enalteció el puesto y supo destacar sus muchos méritos de obrero manual, 
digno por su lúcido talento y su afición al estudio, de haber pisado las aulas universitarias. 


Sección de Inmigración: Presidente, don José Cuenco Bodes; vicepresidente, 
don Rogelio Cañedo; vocales, don Gumersindo Alvarez, don Ramón Suárez Pérez, don 
José Odíales Menéndez y don José M. 1 luerta y López. 


Comisiones de Glosa: Durante el ano de 1919, actuaron las siguientes: 

Primer trimestre: Don Santiago Abascal, don Manuel Vázquez, don Segundo 
Pérez Sierra, don Manuel García, don Adolfo F. de Arriba. 



252 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Segundo trimestre: Don Emilio Fernández, don Gerardo Fernández, don Angel 
Baguer, don Arturo Prado y don Darío Alvarez. 

Tercer trimestre: Don Nicanor Fernández, don José Corujo, don Santiago 

Abascal, don Enrique Cima y don Eugenio Menéndez. 

Cuarto trimestre: Don Femando Collar, don Luis Muñíz, don Angel Medio, 
don Jesús Fernández y don José Fernández Martínez 


Quinta Covadonga: En 31 de Diciembre de 1918, había 549 enfermos. Durante 
el 1919, ingresaron 11,428; salieron curados, 11,123; fallecieron, 217, Total de enfermos 
existentes al concluir el año, 637, 

Fueron embarcados, ól socios. Practicáronse 5,884 operaciones de grande y pe* 
quena ci rujia; el Departamento de Rayos X, realizó 25,856 trabajos de su variada es- 
pecialidad y el Laboratorio Químico 11,705; la Farmacia despachó 452,822 fórmulas 
e hicieron uso del Pabellón de Hidroterapia, incluidas sus instalaciones de corrientes 
eléctricas, masajes, etc , 78,705 personas. 

Movimiento de Socios: Al empezar el año 1919, contábanse 44,716 y al cerrarse 
en 31 de Diciembre, 47,603, 




E L LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




DE LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO SOCIAL 
PRIMERA PARTE 

Nombramiento de Comisiones — ¿Se intenta vender nuestro solar? — Indignación 
El Colegio de Arquitectos informa. — ; Adiós "Campoamor^ 
Elección de proyectos: siete pisos y otro teatro 


STO demanda capítulo aparte, exceptuarlo del acervo común A un lado, 
la historia general del Centro, con sus inquietudes y sus horas de siesta a 
otro, lo que sin desglosarse de aquella, tiene, no obstante, facetas tan indi- 
viduales y singulares, peculiaridades y detalles tan característicos en su manifestación 
y desarrollo, que exige, al modo de los hijos emancipados, personalidad propia e 
inconfundible, Dediquémosie, pues, unas páginas someras, breves, cuyo contenido 
compendie esta época interesantísima de nuestra Asociación, 

Demos un salto atrás. . No asustarse. Es un pequeño retroceso a fin de que 

sirva de engarce a lo que vamos a reseñar. El 24 de Octubre de 1018 se produce el 
incendio que nos arrebata el antañón palacio. El 10 de Noviembre, la asamblea de 
socios expresa su anhelo de recuperar lo perdido, construyendo rápidamente otra es- 
pléndida residencia Y en las noches del 21 de Noviembre y ó de Diciembre, ya se 
reúne y delibera acerca del futuro edificio una capacitada Comisión que preside don 
Severo Redondo, y en la que figuran don José Inclán, don José María Vi lia verde, don 
Maximino Fernández y González, don Celestino Car reño, don Enrique Cima, don José 
Cuenco, don Adolfo Peón Redondo y don Eduardo Pérez Moreno. Como veis, nadie 
se ha dormido. Todo va a pasos de gigante. 

Entramos en el 1919, Mutación no menos ligera. La Comisión anterior des- 
aparece. Se ha ido con el año, dejando iniciados algunos trabajos, que hereda esta otra: 

Presidente, don Dionisio Peón Cuesta, Vocales, don José Inclán, don José María 
Víilaverde, don Maximino Fernández y González, don Adolfo Peón Redondo, don 
Eduardo Pérez Moreno, don José Cuenco Bodes, don Nicolás Gayo Parrando, don Cus- 




256 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


lavo García Artidiello* don Saturnino Alvarez Blanco* don Bernardo Pérez* don José 
M. Alonso, don Luis R. Rodríguez* don Donato Montequín, don Marino Díaz* don 
Constantino Fernández* don Serafín Fernández, don Felipe Lebredo, don Enrique Cima, 
don Maximiliano Isoba, don Juan Rodríguez* don Alberto Peón, don Eduardo Gon- 
zález Bobes y don Antonio Castrillón, 

La obra a ejecutar es excepcional y requiere amplia, profunda* serena meditación. 
Los comisionados cavilan, discurren, trazan proyectos, discuten* polemizan entre sí y 
para hacer más consciente su labor, fracciónanse en sub-comisiones, que entienden 
unas en asuntos artísticos v decorativos y otras en graves problemas aritméticos. El 
arquitecto don José Gómez Salas, aprisiona hábilmente las tres divergencias de criterio 
más fundamentales, confeccionando otros tantos planos, con sus cálculos respectivos 
de gastos y rendimiento, trabajo de inevitable lentitud en el que se invierten varios 
meses. 


Interin, la colonia en general,, espectadora nerviosa e intranquila de estas dis- 
crepancias de la Comisión, se apasiona y toma partido por ellas, constituyendo durante 
ese intervalo el tópico de las conversaciones cuanto afecta al ya asendereado tema. Sá- 
bese de una reunión de preeminentes asociados* celebrada en las oficinas de don Ber- 
nardo Pérez Fernández, figura destacadísima de los negocios bancarios y comerciales, 
al objeto de cambiar impresiones sobre la conveniencia y oportunidad de enagenar el 
terreno de que es propietario el Centro. Se dice 1 sotto vocee".. con referencia a dicha 
pretensión, que han mediado ofertas ascendentes a cuatro millones de dollares, hechas 
por una empresa hotelera de los Estados Unidos* deseosa de erigir en lo que fué panera, 
nido* hogar de Asturias en Cuba, un enorme rascacielos. Y se distribuye así esa suma: 
un millón a invertir en un edificio social amplio y bello en sitio menos céntrico; el resto 
del dinero para grandes y definitivas mejoras en el Sanatorio, creación de una Caja de 
pensiones y retiro a empleados y socios antiguos menesterosos, asistencia médica a la 
mujer asturiana en pabellones especíales. , . Y nada de deudas e hipotecas. 

Maravilloso programa que no seduce a los más. . . Estos se exaltan, rujen de 
cólera e indignación al conocer detalles del supuesto propósito ... " Les affaires sont 

les affaires’' alegan los patrocinadores del negocio con entonación mercachifle. Noso- 
tros queremos evitarle al Centro la necesidad de concertar un empréstito y contraer 
árduos compromisos, que invalidarían su marcha hacia grandezas que le están reser- 
vadas. El futuro será suyo, si se nos oye. . . Si no* habremos echado sobre la Socie- 
dad una deuda tan crecida, que acaso la estrangule para siempre. 

j Falso, falso! se oye, Desprenderse por mezquino interés monetario de nuestra 
tierra, de nuestro pedazo de patria, de esta gloriosa parcela conquistada con sangre y 
sudor nuestros, hundir nuestro orgullo, cegar nuestra dignidad ante el grosero vellocino 
de oro!. . . Reemplazar al noble pendón de Castilla por la bandera estadounidense! 

] Hacer que la Casa de Asturias, asilo de españoles, espejo de hispana hidalguía, templo 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


257 


y ara de patriotismo, se aleje del corazón de la ciudad y huya a esconderse, como ru- 
borizada, Dios sabe a qué oculta callejuela para contento y satisfacción de vulgares 
negociantes! ¡Nunca! Donde flameó al aire de Cuba libre la enseña rojo y gualda, 
flameará. Donde se habló el bable, cuando el musical castellano no fué bastante para 
expresar nuestras internas cuitas, se continuará hablando! ¡Aquello es, será siempre 
asturiano, que es decir heredad de España! Y si para hacer el palacio del Centro se 
precisan sacriñcios personales, no faltarán éstos . « > Nuestra Sociedad es todopoderosa, 
es cuanto a los asturianos se nos antoje sea, sin mercantil izarla, sin arrancarle el alma, 
borrándole su historia y aventando sus antecedentes. . . 

Hablaron así, con gallarda animosidad, hasta los más ponderados. , . Aquella 
simpática efervescencia tradujese pronto en imponente asamblea popular, a fin de pro- 
testar del propósito atribuido al Sr. Pérez y a algunos de sus adictos. Y esta asamblea, 
representativa de una de las más definidas modalidades del carácter asturiano, puso 
sordina, si es que realmente la hubo y no se trató de un deplorable "canard \ a la po- 
sible operación de compra-venta de lo que es,, por mil motivos sentimentales e ideoló- 
gicos, tan caro a nuestro corazón. Lentamente, fueron aquietándose los espíritus y 
renació la calma. 


El día dos de julio se solicita el concurso del Colegio de Arquitectos de la Ha- 
bana, a fin de que designe tres de sus miembros que emitan dictamen acerca de los 
puntos siguientes: 

Primero: Conveniencia del nuevo edificio social, a base de siete pisos, sin res- 
petar el actual teatro 

Segundo: Conveniencia o no de ejecutar la misma edificación, pero conservando 
el citado teatro 

Tercero: Conveniencia de construir un nuevo teatro dentro de la total edifica- 
ción que se proyecte; y suponiendo que ésto pueda ejecutarse sin privar al resto de la 
construcción de las condiciones que deba reunir, indicar la situación adecuada para 
dicho teatro. 

El Colegio de Arquitectos complaciónos al instante, nombrando a los señores 
José A. Sánchez Mouso, E. G. Castellanos y Horacio Navarrete, profesionales de sólida 
fama, para evacuar la consulta pedida, quienes rindieron este luminoso informe: 

Habana, Julio 31 de 1919. 

Señor Presidente del Colegio de Arquitectos. 

Señor : 

» 

Los que suscriben, miembros del Colegio de Arquitectos de la Habana, desig- 
nados en la sesión celebrada el día 23 del presente mes para emitir informe con respecto 
a la consulta hecha por el Centro Asturiano de la Habana para la construcción de su 
edificio social, proceden a dar cuenta a Ud. de su cometido en la forma siguiente: 


258 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


"Nos constituimos en las oficinas del Centro Asturiano en compañía del arqui- 
tecto del mismo Sr, José Gómez Salas al objeto de examinar los estudios hechos por 
éste para la reconstrucción del edificio. £1 Sr, Gómez Salas nos mostró los estudios 
hechos, que son dos, y que para mayor claridad los llamaremos "Estudio No. V\. el 
que corresponde a la construcción de un edificio de siete plantas y sótano sin aprove- 
char el teatro "Campoamor" y "Estudio No. 2 el que corresponde a la construcción 
de un edificio de ocho plantas y sótano aprovechando el teatro "Campoamor" 

Faltaríamos a todo principio de sinceridad y justicia sí no comenzáramos nues- 
tro informe por felicitar al Centro Asturiano de la Habana por el trabajo realizado por 
su arquitecto el Sr, Gómez Salas. Estos trabajos, que su autor titula modestamente 
"Estudios", son proyectos acabados de distribución y aprovechamiento, en los cuales está 
perfectamente estudiado cada uno de los distintos casos que se presentan. Hubiera el 
Centro Asturiano de la Habana convocados un concurso para la mejor distribución de su 
edificio y no habría obtenido nada mejor que los estudios hechos por el Sr. Gómez Salas. 

La consulta que se nos ha hecho por el Centro Asturiano abarca tres puntos que 

son: 

Primero: Conveniencia del nuevo edificio social, a base de siete pisos, sin respe- 
tar el actual teatro 

Segundo: Conveniencia o no de ejecutar la misma edificación, pero conservando 
el referido teatro. 

Tercero: Conveniencia de construir un nuevo teatro dentro de la total edifica- 
ción que se proyecte: y suponiendo que esto pueda realizarse, sin privar al resto de la 
construcción de las condiciones que deba reunir, indicar la situación adecuada para 
dicho teatro. 

Las preguntas primera y segunda están tan relacionadas entre sí que no es po- 
sible referirse a una de ellas sin caer inmediatamente en los límites de la otra, por cuyo 
motivo refundiremos en una sola las contestaciones a las mismas. 

Para la mejor comprensión de nuestro informe describiremos ligeramente los 
estudios a que se ha hecho mención: 

El estudio o proyecto numero 1 , compuesto de siete plantas y sótano, destina 
ésta a Gimnasio, Baños, Salas de Armas y dependencias de los establecimientos de la 
planta baja. En ésta se proyectan cuatro locales para establecimientos, uno en cada 
ángulo de la manzana, separados entre sí por anchos pasajes así como la escalera mo- 
numental que con los elevadores y escaleras secundarias dan acceso a las plantas altas. 
Las tres plantas siguientes están ocupadas en su totalidad por los distintos departa- 
mentos del Centro, predominando el Gran Salón de Fiestas cuya altura comprende 
las del segundo y tercer piso. Las tres plantas restantes están destinadas para hotel, y 
de éstas la primera se puede dedicar a departamentos para familias. La azotea pudiera 
utilizarse como roof-garden, comprendiendo espectáculos al aire libre, restaurant, etc. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


259 


En el estudio o proyecto número 2, que consta de ocho plantas y sótano, se des- 
tina éste en la misma forma que en el número 1, con las reducciones necesarias impues- 
tas por el emplazamiento del teatro. Este comprende gran parte de las cuatro plantas 
principales el resto de las cuales está destinado a departamentos del Centro, así como 
el quinto piso. Las tres plantas restantes están destinadas al mismo objeto que la del 
proyecto numero 1. 

Sin necesidad de un gran estudio puede comprenderse que el proyecto No. 1 
es artística y económicamente muy superior al No. 2, En efecto: el teatro “Campo- 
amor” en el lugar en que está situado ocupa el mejor lugar de la manzana y todo lo 
que pudiera construirse a su alrededor, y que sería lo que constituye propiamente di- 
cho el Centro, serían únicamente departamentos anexos ai teatro y de importancia 
secundaria comparados con éste. Además, no estando centrado el teatro con relación 
a la manzana, la fachada daría origen a un problema de difícil solución para compo- 
nerla de modo que el ingreso al teatro fuera armónico con la totalidad de ella. En el 
proyecto No. 2 se ha situado la gran escalera monumental en el único lugar que deja 
libre la situación del teatro, y que por sus dimensiones llenaría las necesidades de dicha 
gran escalera; pero este lugar que es el ángulo que forman las calles de San José y Mon- 
serrate, no encaja en manera alguna dentro de la importancia y majestuosidad que 
requiere la entrada principal de un edificio de la clase del que nos ocupa. Tampoco 
el Salón de Fiestas, y por las mismas razones antedichas, ocupa el lugar que debiera, 
ni podrá tener en el sitio que se le destina la grandeza que requiere este departamento, 
cual lo ofrece el Salón de Fiestas que aparece proyectado en el Estudio No. L Alre- 
dedor de este gran salón y escalera, aprovechando los espacios libres que deja el mal 
situado teatro, se agrupan los restantes departamentos del Centro, sin orden ni con- 
cierto alguno obligados por la posición del teatro. Solamente los pisos superiores al 
quinto, precisamente los no destinados a fines sociales, podrían ser distribuidos de 
manera aceptable, por no estar interrumpidos por el teatro. En el proyecto No. 1 
cada departamento está en el lugar en que lógica y artísticamente debiera estar. Cada 
uno de ellos tiene la amplitud necesaria y están dotados de las condiciones higiénicas 
de luz y ventilación requeridas en esta clase de edificios. 

Por otra parte, no siendo el teatro una obra que amerite su conservación, cual 
si se tratase de un edificio en el cual pudiera aducirse se encontraran obras de arte, y 
aún siendo su construcción muy buena, no creemos que deba en manera alguna sacri- 
ficarse la parte destinada a edificio social, propiamente dicho, por el beneficio de eco- 
nomizar el costo del actual teatro, el cual es relativamente pequeño comparado con el 
de la totalidad del edificio, y cuya economía resulta tan sólo aparente como demostra- 
remos más adelante. 

Económicamente considerado el proyecto No. 1, según ios cálculos del Sr, Gó- 
mez Salas, que estimamos suficientemente aproximados, es muy superior al No. 2, 
pues produce una renta anual de un 9^, con un sobrante aproximado de S60,000 para 



260 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


amortización del capital y en cambio el No. 2 con la misma renta sólo produce un so- 
brante de $44,000. Este es el motivo por el que decíamos que la economía que repre- 
senta la conservación del actual teatro 'Campoamor es tan sólo aparente o ficticia 
y no real y efectiva. 

A la tercera pregunta, relativa a la conveniencia de construir un nuevo teatro 
dentro de la total edificación que se proyecte, sin privar al resto de ella de las con- 
diciones que deba reunir, podemos contestar terminantemente que sí es posible, y con 
respecto a la situación que en este caso debiera darse al teatro a nuestro juicio debe 
ser en el ángulo formado por las calles de Zulueta y San José, tomando como límite 
del mismo el eje de la manzana en la dirección de Zulueta a Monserrate, y dejando 
libre el ángulo de San José y Monserrate en el cual pudiera situarse la Caja de Aho- 
rros del Centro Asturiano. De esta manera nos queda libre completamente media 
manzana con todo el frente de San Rafael. En el eje de esta fachada podría situarse 
el ingreso al Centro y contiguos a él los establecimientos, uno en la esquina de San Ra- 
fael y Zulueta y el otro en la de San Rafael y Monserrate. Quedarían asimismo dos 
ingresos a los elevadores y escaleras superiores, uno por Zulueta contiguo al teatro y 
otro por Monserrate junto al local que queda al fondo del mismo. Para mejor acla- 
ración de esta idea acompañamos un ligero croquis en el que indicamos el emplaza- 
miento en la forma que hemos dicho. El teatro en esta nueva situación no tendría 
mayores dimensiones que el actual; pero en cambio tendría grandísimas ventajas en 
cuanto a higiene así como mayores seguridades para el caso de un incendio, por el nu- 
mero de puertas de escape que podrían situarse en sus tres frentes. Asimismo éste 
daría grandes comodidades a la entrada y salida del público especialmente en días 
de lluvia. De construirse el teatro en el lugar indicado sería necesario un piso más des- 
tinado a las dependencias del Centro como en el proyecto No. 2. A este mismo ob- 
jeto se destinaría la media manzana que queda libre en la segunda, tercera y cuarta 
plantas. Los tres pisos superiores estarían dedicados a hotel en forma parecida a la 
de los proyectos 1 y 2 

Económicamente este proyecto ofrece las mismas ventajas que el No. 1 , pues 
aunque se proyecta un piso más su costo queda compensado con la disminución que 
representa la construcción del teatro en comparación con el resto del edificio. 

Hemos demostrado las ventajas que ofrece el proyecto No. 1, los inconvenien- 
tes del No. 2, y la posibilidad de ejecutar i a construcción de un nuevo teatro sin privar 
ai resto del edificio de las condiciones que debe reunir. Nos resta comparar este ulti- 
mo proyecto, que designaremos con el numero 3, y que dicho sea de paso, está tam- 
bién inspirado en las ideas del Sr. Gómez Salas, con el No. 1 . 

E! No. 1 ofrece indudablemente una completa y amplía distribución del edifi- 
cio, por cuanto teniendo mayor espacio las tres primeras plantas presta mayores fa- 
cilidades para la misma en los locales principales del Centro. El No. 3, dados los fines 
de la Sociedad, ofrece las ventajas de contar con un teatro, dándole mayor animación 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


261 


al lugar en que se emplace y resultando, por tanto, una conveniencia para el Centro 
porque hará que los establecimientos de la planta baja produzcan mayor renta así 
como los pisas destinados a hotel. Las dimensiones de los departamentos principales 
en este proyecto no son menores que el No. 1 y su situación es tan buena como en aquél. 
Si a estas ventajas materiales añadimos las de un orden moral de no privar a la Habana 
de un buen teatro, y en un plano más elevado la satisfacción que tendrá el Centro As- 
turiano de perpetuar en Cuba la gloria de] gran poeta Campoamor, no dudamos en re- 
comendar la adopción del proyecto No. 3. 

Hasta aquí nuestro informe respondiendo a las preguntas formuladas en con- 
creto por el Centro Asturiano; pero no creeríamos terminada nuestra misión, ni nos juz- 
garíamos merecedores de la confianza en nosotros depositada por el Colegio de Arqui- 
tectos, si no hiciéramos al Centro Asturiano algunas indicaciones con respecto a la 
edificación del nuevo edificio social, artísticamente considerado. 

En los tres proyectos estudiados, sin descuidar la parte artística se ha atendido 
principalmente al rendimiento económico de! edificio, por cuyo motivo se han proyec- 
tado tres pisos superiores destinados a hotel con el objeto único de aumentar la renta 
y atender a la amortización del capital que ha de invertirse. No cabe duda que de 
aceptarse alguno de dichos proyectos resultaría un beneficio grande, tal vez monumen- 
tal ; pero no sería el Palacio artístico, ni el edificio majestuoso, arquitectónico, digno de! 
Centro Asturiano y que Cuba espera de éste. 

Creemos que dicho edificio, dada la longitud de su fachada no debe tener más 
de cinco pisos sobre el nivel de la acera para que resulte verdaderamente hermoso ar- 
quitectónicamente considerado. Debe cuidarse mucho de la relación entre la altura y 
-el ancho de un edificio y en el caso presente todo exceso de la altura indicada le restaría 
grandeza y efecto artístico al mismo. 

Siendo el Centro Asturiano una institución de las más ricas de Cuba y cuyos 
fines son tan beneficiosos a nuestra sociedad y reuniendo, como reúne, el carácter de 
propagadora de la cultura al mismo tiempo que proporciona a sus asociados diversio- 
nes lícitas y auxilios benéficos debe construir un verdadero "Palacio Social 1 destinado 
■exclusivamente a los fines que persigue que entendemos no son los de una empresa 
mercantil. 

Construyendo el teatro en el lugar indicado en ei proyecto No. 3 y suprimiendo 
los tres pisos destinados a hotel este edificio podría ser el más artístico de la Habana 
porque la situación de la manzana de que es propietario el Centro Asturiano no puede 
ser mejorada por ninguna otra en la ciudad, teniendo, como tiene, un frente como el 
de Zulueta que mira a! Parque Central ; otro, e! de San J osé, en que está edificándose 
el Instituto Provincial que deja a su frente un gran espacio que permitiría apreciar la 
fachada del Centro a la distancia necesaria; otro, el de San Rafael a una ancha plazoleta 
con inmejorable punto de vista del edificio y por último la calle de Monserrate que cons- 
tituye una de las principales vías de comunicación de la Habana. 



262 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Las dimensiones de la manzana, sin ser exageradas, son suficientes para dar ca- 
pacidad necesaria a todos y cada uno de los departamentos del Centro, No puede, 
pues, reunirse mayores ventajas en un terreno para edificar en él un edificio que dadas 
las finalidades del Centro y su floreciente estado económico fuera orgullo de éste y de 
la nación. Por otra parte la renta que produciría el alquiler del teatro y establecimien- 
tos de la planta baja casi compensaría el interés del capitai que se invirtiese en la 
construcción. 

Sería imperdonable que el Centro Asturiano de la Habana, poseyendo como 
hemos dicho, una de las mejores manzanas de la ciudad, no prescindiese de los fines 
especulativos en beneficio del mejoramiento artístico de nuestra capital y construyese 
un edificio que fuera una verdadera obra de arte y un monumento grandioso que legar 
a la posteridad. 

Con lo cual damos por terminada nuestra misión y comunicamos a Ud., a los 
efectos procedentes. 

Atentamente, 

E, G, Castellanos, José A. Sánchez Mouso, Horacio Navarrete. 

A la Comisión no le fue posible llegar a un acuerdo en cuanto al informe que 
precede, por lo que se hicieron tres votaciones, con este resultado: 

Primera votación: De ia supresión total del teatro ‘Campoamor” o de que 
éste continué donde está. Resultaron diez votos en el sentido de la supresión y tres 
votos en favor de que se le respete Hubo, pues, siete votos de mayoría para la demo- 
lición del teatro 

Segunda votación: De la supresión total del teatro, es a saber, que no se cons- 
truya teatro en el nuevo edificio, o de que se haga un nuevo edificio con el teatro en el 
lugar en que se estime conveniente. Resultaron siete votos a favor de uno de esos 
extremos y siete votos a favor del otro. Empatada ía votación, se procedió a una nue- 
va, apareciendo siete votos en el sentido de que no se construya teatro en el nuevo 
edificio y seis votos en el de que se construya un nuevo teatro en él edificio y en el lu- 
gar que oportunamente se determine. Hubo, pues, un voto de mayoría en el primer 
extremo, o sea, el de que no haya teatro. 

Tercera votación: Acerca de los pisos. Cuántos están conformes conque el 

edificio sea de siete pisos, es decir, seis pisos y planta baja: ocho votos a favor de que 
el edificio lleve siete pisos (seis y la planta baja). Cuántos no están conformes conque 
sea de siete pisos: No hay ningún voto. 

Surge, además, otra proposición, esta del Sr. Cima, a fin de que el edificio sea 
de diez pisos. Obtiene sólo un voto favorable. 

Ocurría esto el 7 de Agosto. Quedaba, pues, aprobada previamente la demo- 
lición del ^Campoamor", así como la erección de los siete pisos. Ahora veremos lo 
que acordó, pocos días después, la Junta General. 




QUINTA QOVADONGA 


FRENTE DKL PABELLON “JUAN BANCES CONDE'\ 1£¡Í X 

CAPACIDAD Del sanatorio 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


265 

Elección de proyectos; Fué esta junta General — 4 de Septiembre — una de las 
más trascendentales de nuestra historia: Había de decidirse en ella cuál de los tres 

proyectos de edificación— expuestos durante algún tiempo en la Secretaría y descrip- 
tos en folleto que circuló entre los socios — lograba el consenso popular, por lo que la 
concurrencia era imponente, asaz nutrida y entusiasta. 

Presidió el licenciado Sr, Fernández Llano, presidente general, con los vice- 
presidentes don Antonio Suárez y don Dionisio Peón Cuesta y el secretario Sr. García 
Marqués. Leído el informe del Colegio de Arquitectos, más el de la Comisión edifica- 
dora que hizo suyo la Junta Directiva, favorable este al proyecto No. 1, se inicia el 
debate con un discurso de don Emilio Fernández en pro de dicho proyecto número 1 , 
que diputa convenentísimo, por cuanto lo que renten los focales de la planta baja 
cubriría holgadamente el interés del capital invertido, además de permitir la amorti- 
zación del empréstito que sea preciso concertar. 

Le sigue don Nicanor Fernández García, Es breve y expresivo. Felicita, en 
primer término, a la Junta Directiva por adelantarse a las posibilidades económicas 
futuras, previéndolas admirablemente al patrocinar un edificio de siete pisos, capaz 
de pagarse por sí mismo, es decir, de redituar lo suficiente al pago de los intereses del 
capital y amortización de éste; pero estima necesario, ineludible que al mentado pro- 
yecto No L se le adicione un teatro, que habría de ser, a buen seguro, inagotable ve- 
nero de saneados ingresos, bello complemento de aquella manzana y noble contribu- 
ción de los asturianos al mayor y espléndido auge de la cultura y del arte en Cuba. 

Son del mismo criterio, partidarios del proyecto No, 1 , con nuevo teatro, y am- 
plían unos y reafirman otros los argumentos del Sr. Fernández, don Armenio La Villa, 
don Rogelio Cañedo, don Luis R. Rodríguez, don Enrique Cima, don Gregorio Alonso 
y don Modesto Alvarez, quienes intervienen en el interesante debate que — dicho sea 
ahora de pasada— se mantiene durante tres largas sesiones. 

Además del Sr, Fernández (don Emilio), se pronuncian en apoyo del proyecto 
número 1, sin teatro, aportando elocuencia y vastos argumentos, los señores Abascal 
(don Santiago), López (don Víctor A.), Fernández Martínez (don José), Peón (don Dio- 
nisio y don Alberto), y Rodríguez (don Juan). Villaverde (don José Ma.) reitera sus 
deseos de una construcción, sencilla que de llevar teatro, sea aprovechando el actual, y 
don José R. Viña quisiera que fuere adaptado el ' Campoamor ’’ al proyecto que en de- 
finitiva resulte elegido. 

Al final de las tres fatigosas sesiones no obstante la fluidez de algunos discur- 
sos y las patrióticas ideas vertidas, se leyó una moción de don Laureano Alvarez Fer- 
nández en el sentido de conservar el “Campoamor 1 v de construir un verdadero pala- 
cio de cuatro pisos, únicamente para uso del Centro Asturiano, oficinas de la Caja de 
Ahorros e instalación de establecimientos comerciales. 



2óó 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Amplió oralmente esta solicitud su autor , sin que, en definitiva, se la tomara 
en consideración 

La asamblea concluyó aprobándose unánimemente el proyecto No, i, que pa- 
trocinaba la Junta de Gobierno, pero adicionándole un teatro nuevo. 

Finaliza el año. * . Nos aguarda el 1920, no menos interesante. 




PRESIDENCIA DEL 

LICENCIADO DON RAMON FERNANDEZ LLANO 

Iíl 

ANO 1920 

Crisis económica de Cuba —Nuestra potencialidad l — El edificio "Asturias”. 

Los MARINOS DEL ACORAZADO ALFONSO Xlll’b — POR LAS MUJERES Y POR LOS 
TUBERCULOSOS. — HOMENAJE A LOS SEÑORES VlLLAVERDE, RODRIGUEZ (DON 

Luis) y Rodríguez (donJuan). — Conducta loable.— No podran ser 
SOCIOS LOS MAYORES DE 40 AÑOS,— ELECCIONES : TRIUNFO DEL 3r. 

Lobeto Miguel — Una compra irregular y un expediente 
aclaratorio.— Obito del Sr, Villa verde— Junta 
Directiva, Glosa y Secciones que actuaron 

DURANTE EL AÑO.— ESTADISTICA. 




J 


^ ERCERA época de gobierno del Sr. Fernández Llano. El licenciado, que 


vio 


ensombrecerse el horizonte después del roj izo resplandor que en unas horas 
convirtió en ascuas nuestra casa, tiene ante sí perspectivas no menos som- 
brías por la aguda crisis industrial y comercial que sacude, como en gesto apocalíp- 
tico, hasta los cimientos de Cuba. . . Quiebran viejas instituciones bancadas, arras- 
trando en su caída grandes y modestas fortunas; suspenden pagos centenares de firmas 
comerciales; ciérranse fábricas, paralizan sus labores todos los centrales azucareros. . „ 
El azúcar, principal riqueza del país, sufre un descenso insólito: ¡De 24 centavos 
libra baja a tres cuartos de centavo! ¡Y no se vende, ni aún así, regalada!. r . Hay en 
almacenes millones de toneladas, que será preciso verter al mar, por falta de compra- 
dores. Los obreros pasean con las manos a ia espalda, sin pan ni hogar, Llénanse 
las calles de la Habana de proletarios rotos, vencidos, exhaustos, que vienen del agro 
a la capital como en aluvión, empujados por la falta de trabajo. Algunos parques y 
los porches de la ciudad antigua transfórmanse en dormito rías de estos pobres hombres, 
cuyo techo es el cielo estrellado, bajo la mirada no siempre amable y compasiva 
de los guardadores del orden. 


268 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Empero, nuestro Centro ve aumentar sus listas de asociados. ¡Milagro de mi- 
lagros 1 Mientras todo se resquebraja y las sociedades hermanas no saben cómo con- 
tener ei descenso, dase en nosotros ese fenómeno de multiplicación, No poseemos 
domicilio propio, aunque la cordialidad, honda y sincera, del Centro Gallego nos hace 
tener por nuestro el suyo, asilo y espejo de hidalguía; la nación atraviesa el más difí- 
cil período de su existencia, presa del tremendo colapso económico que ha detenido 
toda su vital actividad, y cuando hasta ios espíritus recios y valientes se amilanan, 
impresionados por los días de hambre oue se anuncian, de 47,603 afiliados que sumá- 
bamos en 193 9 ascendemos a 51,169 al 
cerrar el año actual, ¿Es o no portentoso 
este detalle? La Covadonga, el Sana- 
torio único, incomparable, que — recor- 
dando una frase de Lope de Rueda en 
su comedia “Eufenía"— 1 tiene cara de 
oro, cara de siempre novia", es decir, 
aspecto alegre, contento, cautivador, esta 
Quinta magnífica donde ía ciencia salva 
vidas y pone calor de humanidad en 
atender a los enfermos y en la que todo 
es grato, sugerente, dulce remanso de paz 
y égloga a los ánimos abatidos y a los 
cuerpos maltrechos, conviértese en imán 
hacia el cual convergen las solicitudes de 
ingreso de socios. No importa que viva- 
mos sin el atuendo y la holgura del edi- 
ficio propio, si tenemos esta Casa de 
Salud maravillosa, * . Ella suple defi- 
ciencias y aventaja a las más elocuentes 
propagandas, Y con ella, no hay pers- 
pectivas in tranquilizador as. Se ha labo- 
rado inteligente y fructuosamente este 
año. La Junta Directiva interpretó e] 
anhelo social, dedicando sus afanes a acrecentar el Sanatorio ; en el que nada existe 
que no responda a un fin de utilidad y belleza acorde con la majestuosidad del 
conjunto. Se ha concluido la construcción de la cisterna, para almacenar agua e impe- 
dir la carencia del precioso líquido, subsanándose así uno de los defectos capita- 
les que veníamos lamentando, sin ser escuchados por las autoridades a quienes corres- 
ponde dicho servicio público. Y en breve estará terminado el sólido edificio “Asturias", 
de dos pisos — con su gran reloj de campana y esfera luminosa en el frontis — destinado 
a oficinas, sala de curaciones, gabinete médico de reconocimientos y consultas, y des- 
pachos de los Sres. Director facultativo y Administrador. 



DON DIONISIO PEON CUESTA, 


VICEPRESIDENTE SEO UNDÜ 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


269 


Por cierto, y ya que hablamos del Sanatorio: el 1 1 de Julio recibimos en él agra- 
dable visita: la de los ilustrados marinos, jefes y oficiales del acorazado 'Alfonso XII I”. 
Acompañábanles el Sr. Ministro de España y los miembros de! Comité de Sociedades 
Españolas, Si cordial, extraordinariamente afectuoso y entusiasta fue el recibimiento 
que íes dispensó la Habana sin distinción de clases ni razas, agasajándoles espléndida- 
mente durante su estada en esta blanca y riente ciudad, y si la despedida tuvo carac- 
teres de conmovedora apoteosis, calcúlese qué no sería su presencia en la Covadonga, 
a la que llevaban heraldos heroicos y gentiles de la patria, infinitas y dulces remem- 
branzas. Constituyó un suceso magno e inenarrable, y sólo los enfermos absolutamente 
imposibilitados de abandonar el lecho dejaron de salir en su busca, para en el bello 
parque de Valle, tributarles el homenaje de su identificación y la bienvenida de sus 
corazones patriotas. Acudió asimismo, numerosísimo público, en el que destacábase 
elegante mujerío. 

Nuestros huéspedes recorrieron la Quinta, elogiándola sinceramente entusias- 
mados, y en honor de los mismos se dispuso delicado “lunch' 1 en el pabellón de Hidro- 
terapia. motivo éste para que se renovaran las muestras de mutua amistad en elocuen- 
tes brindis y discursos de salutación entre el ilustre almi- 
rante don Honorio Cornejo, que mandaba el buque, y 
nuestro presidente Sr. Fernández Llano, don Dionisio 
Peón, vicepresidente y el presidente de Asistencia Sanita- 
ria doctor don Julio Alvarez Arcos, cubano a quien el cul- 
to a la patria de sus padres suscita frecuentes emotivida- 
des que ganan nuestro cariño y arraigan nuestra devoción. 

Se vivieron, pues, instantes de inefable dicha a la 
mayor gloria de nuestra España, tanto más añorada 
cuanto más lejos nos vemos de ella. 


Otra vez, una vez más se habló de proteger eficaz- 

, . ,, . . t . , , DON ERNESTO PENA FER- 

mente a la mu ser española, va acompañándola al llegar 

L & NANDEZ, SOCIO DE MERITO 

cuando lo hace en busca de acomodo, ya brindándole lo 

que los hombres tenemos con longanimidad y hasta sin necesitarlo tanto: asistencia mé- 
dica. Exhumó el tema, por otra parte siempre latente, el activo y bien intencionado 
miembro de la Junta Directiva, don Antonio Méndez; pero su generosa moción, igual a 
las que le precedieron con la misma noble finalidad, acaso esté condenada a existencia 
efímera, pues que ha sido sometida a informe ¡ay! del Comité de Sociedades Españolas 
que resulta, en concepto de cuantos creemos que la vida es inquietud constante, un 
organismo de ideas pétreas e inconmovibles. 

También don Enrique Cima, otro hombre singular, pronto a la acción, significó 
su interés por los tuberculosos y pretuberculosos, proponiendo la adquisición de una 
finca, a fin de destinarla a Sanatorio de esos enfermos, en lugar no muy distante de la 




270 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


capital y abierto a todos los vientos, mas sus compañeros de Directiva opinaron — i 9 de 
Julio- — que la proposición debía quedar sobre la mesa, y en esta mesa, asaz hiperbólica 
y fantástica, seguramente continua, porque se cierra el año sin que se vuelva a men- 
tar, ni por incidencia, el simpático propósito. 

Desde los tiempos, algo lejanos ya, en que eran frecuentes los regalos y dona- 
ciones a nuestra Sociedad — evoquemos el espíritu munífico de íos Valle, Arguelles, 
etc., — hasta los días actuales, parecía haberse perdido esa filantrópica práctica, sin 
duda por no ser tan preciso el auxilio privado, mas lo ha revivido y ojalá su ejemplo 
fomente deseos de emularle, don José Parajón, socio meritísimo, quien ha enviado 
para exornar aún más los jardines de la Quinta 24 macetas de hierro y cemento con 
plantas finas, 24 atriles con sus macetas y una gran pajarera de estilo japonés. Repi- 
támosle públicamente las gracias. 

Don José María Villaverde, el glorioso anciano, espíritu terso y limpio que tiene 
para el Centro su devoción filial; don Luis R, Rodríguez, enjuto de cuerpo, haz de ner- 
vios que vibran constantemente a! conjuro de su prístino 
patriotismo, corazón y mente de apóstol y don Juan 
Rodríguez Suárez, cuya vida, desde los años mozos a los 
días actuales en que se ha iniciado su crepúsculo, fue 
una total entrega, amorosa y abnegada, a la Sociedad, 
recibieron merecidos, altos galardones. 

Debióse la iniciativa a la sensibilidad, que sabe de 
gratitudes, de don Enrique Cima, quien propuso se les 
nombrase: al Sr. Villaverde, Presidente de Honor, agre- 
gando este título, el más elevado entre nosotros, al que 
ya recibiera de Socio de Honor, y a los señores Rodríguez 
(don Luis) y Rodríguez (don Juan), Socios de Mérito. 

En vano pugnaron los así enaltecidos por ocultar 
sus méritos, negándolos; la Junta General reunida el 25 
de Abril en el palacio de Villalba, ratificó con estruendosos aplausos el sincero elogio 
de los tres, hecho por el mismo Sr. Cima, y dos meses más tarde, el 25 de Julio, ante 
la propia Junta General hádaseles entrega solemnemente de los respectivos diplomas. 

Escuchóse entonces la docta y siempre elegante palabra de don Dionisio Peón, 
segundo vicepresidente, quien encomió las virtudes de dichos señores, felicitándose a 
la vez de aquel acto de estricta justicia digno del Centro Asturiano que jamás deja 
de premiar a quienes le sirven con talento y nobleza. Los señores Villaverde y Rodrí- 
guez. (don Juan) declinaron modestamente el homenaje, hijo del afecto de sus amigos 
no de su valía— dijeron — y expresaron las más encendidas gracias. 

Idénticas manifestaciones expuso en nombre de don Luis R. Rodríguez, que no 
pudo concurrir contrariando los deseos de la asamblea, el expresidente y vocal nato 
don Maximino Fernández y González. 



DON ENRIQUE CIMA CABAL, 
PRESIDENTE DE LA SEO. 
DE INMIGRACION, HOY SE- 
CRETARIO GENERAL DEL 

centro 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


271 


Otro asturiano relevante, ele los de vanguardia en. los años iniciales de la Socie- 
dad, don Ernesto Peña Fernández, exsecretario social, mereció idéntica distinción de 
Socio de Mérito y en esta misma Junta General de 25 de Julio. Hizo la propuesta don 
Cesáreo González, apoyándola, los señores Fernández y González (don Maximino), 
Villaverde, Gutiérrez, Cueto y Fernández (don Nicanor) y en el acto se accedió a lo 
solicitado. 

Nunca fue nuestro Centro indiferente a las necesidades y problemas de la región, 
y así nos interesamos porque la Compañía Trasatlántica Española dé a Asturias y a su 
magnífico puerto del Mus el la importancia que tienen, haciendo fija y constante la 
escala en éste de sus buques, gestiones que acaso corone el éxito, según autorizadas 
referencias. 

Ni es insensible tampoco ai dolor de quienes están ligados a él por vínculos me- 
nos espirituales y hondos que el paisanaje y la gratitud en correspondencia a servicios 
desinteresados. Muerto en accidente automovilista ei director de nuestras Escuelas 
de Jovellanos, don José R. Valledor, pedagogo de fama y excelente padre de familia, 
apresurémonos a expresar a su viuda e hijos nuestra sincera condolencia y apeteciendo 
conjurar en lo posible el desamparo en que aquella desgracia les dejaba, abrimos en 
obsequio suyo una colecta entre las delegaciones, que el Centro encabezó con 1,000 
pesos. Acordó esto la Junta General de 24 de Octubre, cuyo noble precedente se halla 
en 25 de Abril con otro caso angustioso: el fallecimiento de una enfermera ele la Cova- 
donga, dejando un niño de corta edad. Dimos hospitalidad a la pobre madre y para 
su infeliz huérfano no faltó nuestra dádiva, unida a la que fué entregada piadosamente, 
en rasgo de caridad y compañerismo, por todo el personal del Sanatorio. 


La Comisión de reformas estatutarias, designada el año anterior, presentó el 
fruto de sus meditaciones y experiencia a la Junta General de ó de Junio, y este deli- 
cado trabajo en su mayoría de orden interno, fué objeto de sereno y discreto discurrir 
durante cuatro laboriosas asambleas en las que intervinieron cuantos ponen a contri- 
bución, con su entusiasmo, su saber y su palabra. Dejáronse oír principalmente, don 
Maximino Fernández y González, don Luis R. Rodríguez, don Juan Rodríguez, don 
Carlos Fernández, don Santiago Abascal, don Emilio Fernández, don Enrique Cima ; 
don Nicanor Fernández, y don José María Vil la verde. 

Dirigió los debates el licenciado Sr. Fernández Llano, e hízose intérprete del 
criterio de la Directiva, el segundo vicepresidente, Sr. Peón (don Dionisio). 

Entre las reforma aceptadas figura esta fundamentalísima: 

"No podrán ser admitidos como socios los que excedan de cuarenta años de edad. 
Se exceptúan los recién llegados que salgan de España o sus dominios por primera vez. 
y los que habiendo sido socios durante diez años consecutivos hayan causado baja y 
deseen ingresar de nuevo previo reconocimiento médico y acuerdo de la Directiva. 11 



272 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La Delegación de Tampa, nuestra valiosa avanzada por tierras norteamericanas, 
compuesta en su totalidad por obreros tabaqueros, encuéntrase con algunas dificulta- 
des de carácter económico a causa de la crisis que sufre aquella industria y nos pide 
autorización para concertar un pequeño empréstito ascendente a $45,000 que le con- 
sienta satisfacer una deuda pendiente con !a Caja de Ahorros de dicha ciudad. 

Se le autoriza no sin amplios debates, y acentuando la condescendencia, que es 
comprensión y ayuda fraternal, se acuerda no extremar el rigor estatutario con los so- 
cios tampeños que se retrasen en el pago de los recibos de cuota, teniendo presente la 
falta de trabajo que sufren. 


Váse lentamente el 1920, va acercándose a su ocaso, lo que nos induce a legislar, 
en cuanto al valor de la cuota mensual, para e\ inmediato año. Continuará siendo de 
"dos pesos”, moneda oficial, según unánime decisión de la junta verificada el 14 de 
Noviembre* 

Se habla ya de elecciones que prometen ser reñidas. Trátase de la provisión 
de la segunda vicepresidencia y de la mitad de las vocalías, más las que ocupaban don 
Abelardo Fernández Campa, don Adolfo Díaz y Díaz y don Ramón Infiesta García, 
quienes hicieron renuncia de ellas, voluntariamente, por distintos motivos y en fechas 
también distintas, 

Y el 5 de Diciembre ofrecemos una justa electoral animada y entusiasta, mas 
apacible, triunfando don Fernando Lobeto Miguel sobre el segundo vicepresidente que 
aspiraba a ser reelecto, don Dionisio Peón Cuesta. 

El Sr. Lobeto Miguel disfruta de alto prestigio en gracia a su rectitud, honorabi- 
lidad y sencillez de carácter. Ha figurado muchas veces en la Junta de Gobierno; pasó 
por todas las Secciones y es tal su identificación y conocimiento de los problemas so- 
ciales que hará lucidísimo papel en este elevado cargo conque ahora se corresponde a 
su constancia y talento. Hombre de trabajo— se destaca entre las almacenistas de 
tabaco — háse hecho, no obstante, de vasta ilustración, que unida a su galana oratoria, 
dánle puesto principal entre nuestros representativos. Se le quiere, se le respeta y no 
se olvidan, como cabe considerar, su honrada actuación y sus fecundas actividades. 


Decíamos que se extinguía el año lentamente. Cierto. Pero he aquí que pasa- 
das las elecciones el 23 de Diciembre, todo eso tan apacible y modoso sufre una tre- 
menda metamorfosis; la junta Directiva reúnese a la carrera, alarmada por una com- 
pra de tejidos hecha para el Sanatorio sin las formalidades necesarias. Nómbrase una 
Comisión depuradora de lo acontecido, que se afirma es grave, y esta noticia trasciende 
al público, provocando comentarios. Los señores don Francisco García Castro, Ad- 
ministrador, y don José Díaz Menéndez, jefe de ropería, son declarados 'ipso facto 1 
suspensos de empleo y sueldo. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


273 


Seis días más tarde, en sesión de 30 de Diciembre, conoce el informe de ia Co- 
misión. que componían don Bernardo Lo redo, don Antonio Méndez, don Ramón Díaz, 
don José R. Viña y don Manuel G. Rosales: proponen se declare cesante al jefe de la 
ropería, culpable de la compra efectuada sin autorización de sus superiores, mas exi- 
miéndosele de toda presunción de lucro, dolo o mala fé, y que en cuanto al señor admi- 
nistrador se le restituya en sus derechos, por ser ajeno a este suceso, pero culpándole 
de lenidad y abandono de su cargo, lo que le hace acreedor a severa amonestación oficial. 

Los vocales que discutieron ese informe, aprobándolo al cabo, estaban todos 
bajo la influencia de una enorme pesadumbre: el día anterior, 29 de Diciembre, dejara 
de existir el venerable don José M. Vi lia ver de, Presidente y Socio de Honor, el hombre 
excepción a lísimo, de lúcido talento y corazón misericorde, en cuya larga existencia 
sólo había notas de amor ai Centro Asturiano. 

La colonia asturiana lloró esta pérdida con demostraciones irrefragables, dán- 
dose cuenta de lo que significaba ia desaparición del Sr. Villa verde, caballero sin tacha, 
espíritu armonizados ecuánime y to ler ¿inte, servicial y deferente, el primero en acudir 
a cuanto acto se le citara y donde su criterio era siempre solícitadísimo y el último en 
retirarse. 

Su cadáver fue tendido en el salón principal del Centro Gallego, que piadosa- 
mente se nos cedió para este postumo tributo al vi lia vic ¿osino insigne; ríndiéronsele 
guardias de honor constantes y mientras permaneció en capilla ardiente, además de 
enlutar los balcones de nuestras oficinas, fué suspendido en éstas el trabajo. Y en el 
sepelio, manifestación imponente de duelo — la frase no por estereotipada es menos 
exacta — estuvo representado nuestro Centro por la Junta Directiva en pleno y por 
centenares de socios. 

Descanse en paz el asturiano ilustre, de quien cabe decir, con frase de Rubén, 
que tenía el corazón de lis. 

No ha sido único ese gran dolor déla familia astur: En Febrero perdimos a don 
Cesáreo González Tamargo, de la gallarda legión que fundara el Centro, y en Noviem- 
bre pasó a mejor vida el secretario don Ernesto Peña Fernández, meses antes hecho 
Socio de Mérito. 


Traigamos ahora a estas páginas, en final que debería ser vibrante apología 
de sus trabajos durante el año que quedan reseñados a la ligera y sin arrequives de 
■estilo, los nombres de cuantos compusieron la junta Directiva, Secciones y Comisio- 
nes de Glosa. 

Junta Directiva de 1920: Presidente, licenciado don Ramón Fernández Llano; 
vicepresidente primero, don Antonio Suárez y Su árez; vicepresidente segundo, don 
Dionisio Peón Cuesta; tesorero, don Manuel Llerandi y Tomé. 



274 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Vocales, don Víctor Campa Blanco, don Celestino Corral Collado, don Víctor 
A. López, don Julián Llera y Pérez, don Gustavo García Artidiello, don Vicente Me- 
néndez Arce es, don Ramón Alvarez Lo re tizan a r don Antera González Prieto, don Sa- 
turnino Alvarez Blanco, don Manuel junco Vela, don Adolfo Peón Redondo, don Fe- 
lipe Rodríguez Campillo, don Ramón Inftesta García, don Manuel Suárez García, don 
Manuel García Rosales, don Manuel Fuentes Suárez, don José Ma, Pérez Gay oí, don 
Carlos Fernández Méndez, don Eleuterid Ozores Peláez, doctor don julio Alvarez 
Arcos, don Fernando Lobeto Miguel, don José R. González Soto, don Segundo Pola 
Gutiérrez, don Manuel Llano Tablado, don Eduardo- Pérez Moreno, don Antonio Mén- 
dez y Méndez, don Manuel Hévia Tuya,, don Benjamín Menéndez García, don Fran- 
cisco Suárez García, don Santiago Toraño González, don José R. Viña, don Adolfo 
Díaz y Díaz, don Res ti tuto Alvarez González, clon Bernabé Fernández Le i rana, don 
Segundo Pérez Sierra, don Luis Muñiz Blanco, don Celestino Fernández Vaidés, don 
Ramón Díaz Rodríguez, don Bernardo Lo redo Berros, don Leoncio González Francos, 
don Felipe Lebredo González, don Abelardo Fernández Campa, don Feliciano Suárez 
González, don Rafael Sánchez Dopazo, don Salustiano García Alonso, don Fernando 
Blanco Prado, don Joaquín Ablanedo Fernández, don Enrique Cima Cabal, Vocales 
natos, don Rafael García Marqués, don Juan Bances Conde, don Maximino Fernán- 
dez Sanfeliz, don José Inclén Galán, don José Ma. Villaverde, don Vicente Fernández 
Riaño y don Maximino Fernández y González, 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, don Víctor Campa Blanco; vice- 

presidente, don Femando Blanco Prado; vocales, don Manuel Llerandi y Tomé, don 
Celestino Corral Collado, don Ramón Infiesta García, don Salustiano García Alonso, 
don Restituto Alvarez González, don Saturnino Alvarez Blanco y don José R. González 
Soto. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, doctor don Julio Alvarez Arcos; 

vicepresidente, don Fernando Lobeto Miguel. Vocales, don Manuel Fuentes Suárez. 
don Francisco Suárez García, don Santiago Toraño González, don José R. Viña, don 
Manuel Hévia Tuya, don Manuel Suárez García, don Celestino Fernández Valdés, 
don Julián Llera Pérez, don Vicente Menéndez Areces, don Antonio Méndez Méndez, 
don Ramón Alvarez Lorenzana, don Felipe Lebredo González, don Bernardo Loredo 
Berros, don Eleuterio Ozores Peláez, don Leoncio González Francos, don Luis Muñiz 
Blanco, don Manuel García Rosales, don José M. Pérez Gayol, don Carlos Fernández 
Méndez y don Segundo Pérez Sierra, 

Sección de Inmigración: Presidente, don Enrique Cima Cabal; vicepresidente, 
don Ramón Díaz Rodríguez. Vocales, don Manuel Llano Tablado, don Amero Gon- 
zález Prieto, don Gustavo García Artidiello, don Abelardo Fernández Campa y don 
Joaquín Ablanedo Fernández. 

Sección de Instrucción: Presidente, licenciado don Segundo Pola Gutiérrez; 

vicepresidente, don Víctor A, López; vocales, doctor don Rafael Pola Montoro, don 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


275 


Luís R, Rodríguez, don Nicanor Fernández, don Antonio Díaz Quiñones, don Maximi- 
liano Isoba Prado, don Florentino Martínez, don Jacinto Sarrasí, don Benjamín Qr- 
bón, donjuán Llinás, don Roberto J. Madan, don Manuel Pérez, don Juan Rodríguez, 
don José G randa R i vero, don Rafael Sánchez Alonso, don Alfredo Iglesias, don José 
Abeo, don Manuel Rodríguez, don Francisco Llano, don Emilio Pérez Bermudez, don 
Nicolás Menénd ez Rodríguez, don Valentín Liada, don Luciano Peón, don Alberto 
Peón, don Justo Fernández, don Antonio García Flernández, don Ataúlfo Fernández f 
don Aurelio Aivarez, don Francisco García Pujol, don Ramón Cosío, don Antonio Pola, 
don Nemesio Alvaro, don Manuel García, don Alberto Rodríguez, don Eugenio Menén- 
dez, don Santiago Abascal, don José Corujo, don Herminio Pola, don Nicolás Menén- 
dez, don Pablo Rodríguez Fresno y don Jesús Pérez, 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Adolfo Peón Redondo; vicepre- 
sidente, don Feliciano Suárez González; secretario, don Alberto Rodríguez, vocales 
don Perfecto F. Villa, don José B. Fernández, don Manuel Molina, don Víctor Pro! 
Muñiz, don José Ma. Fuertes, don Juan Acosta Piedra, don Francisco Muñoz Santiago, 
don Ramón Pernüs, don Pedro Fructuoso, don Fermín González, don Benjamín Fer- 
nández.. don Manuel Menéndez, don Jesús Pérez, don Pablo R. Fresno, don Aquilino 
González, don Avelino Fierros, don Manuel Ruisánchez, don Luis García, don Fran- 
cisco Fernández, don Antidio Rionda, don Tomas del Río, don Enrique Suárez, don 
Manuel Rodríguez, don Angel Garre ño, don José Fernández, don José R. Fernández, 
don José Prendes, don Celestino Díaz Ramos, don Eulogio Sol ís , don Cándido Fuego, 
don Eugenio Pita, don Manuel Reguero, don Nicas io Fernández, don José Díaz, don 
Andrés Montequín, don Manuel Alonso, don Angel Arbesú, don Julio García Castillo, 
don César Alonso Aivarez, don Fabián Rodríguez, don Aquilino Iglesias, don José 
Cavia, don Fidel Aivarez, don Luis Arza, don Fidel Calatras, don Valentín Sánchez 
y don Asdrubal Sánchez, 

Sección de Propaganda: Presidente, don Eduardo Pérez Moreno; vicepresidente, 
don Bernabé Fernández Leirana; vocales, don Felipe R Campillo, don Adolfo Díaz 
Díaz, don Benjamín Menéndez García, doctor don Rafael Sánchez Dopazo y don Ma- 
nuel Junco Vela, de la Directiva; don Antonio Castrillón, don Anselmo Vega, don Al- 
fredo Menéndez Gamoneda, don Ramón Faeclo, don José Gutiérrez Cueto, don Se- 
cundino Díaz Espina, don Ramón Alonso Alonso, don Manuel Rodríguez Fernández, 
don Miguel López, don Manuel García A rango, don Marcelino Suárez, don José R. 
Muñíz, don Angel Rodríguez, don Venancio Fernández, don Manuel López Rodríguez, 
don Malaquías Rodríguez Pérez, don Manuel Mon jardín Couso, don Manuel Aivarez. 
don Leonardo Sánchez, don Manuel Cando, don Aquilino Alonso Rodríguez, don Ar- 
turo Prado Díaz, don Celestino Fernández Leirana, don José R García Cotarelo, don 
Emilio Castrillón García, don Manuel Rodríguez Gómez, don Emilio Rico, don José 
Garrandés Col lía, don Jerónimo Pérez González, don Avelino Canellada Alonso, don 
Angel Vázquez Cueto, don Valeriano Menéndez Gamoneda, don Hilario Avellanedo, 



276 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


don Aurelio Fernández Medio, don José Huerta, don Adolfo González Na redo, don Ni- 
canor Venta, don Angel Collado, don JoséMa. Fernández y don Bernardo Díaz Noval 

Comisiones de Glosa: Primer trimestre: don José Garujo, don Juan Rodríguez, 
don Luis R. Rodríguez, don Nicanor Fernández y don Venancio Fernández. 

Segundo trimestre: don Emilio Fernández, don José Menéndez Prado, don Lau- 
reano Alvarez Alonso, don Alberto Rodríguez y don Laureano Alvarez Fernández. 

Tercer trimestre: don Gustavo Me ana, don Cesáreo González don José Gutié- 
rrez Cueto, don Juan Rodríguez y don Maximiliano ísoba. 

Cuarto trimestre: don Venancio Fernández, don Luis R. Rodríguez, don Ma- 
nuel Alvarez Alonso, don Nicanor Fernández y don Manuel Vázquez, 

El Curso Escolar: Pasó por dificultades y vicisitudes, a causa de no disponerse 
de local adecuado. Tuvimos que desocupar el piso que ocupábamos en el palacio de 
Víilalba, por haber sido arrendado a otra entidad, en mayor precio, suspendiéndose las 
clases reanudadas luego tras infinitas desazones en el piso alto de la casa Plácido 46, 
que arrendamos por cuatro años. 

Hubo pocas matrículas, debido a esos incidentes, llegando a 100 en las clases 
diurnas y a 821 en las nocturnas. 

La Srta. Olga González recibió título de profesora de solfeo y piano en premio 
a sus brillantes ejercicios, 

Datos estadísticos del Sanatorio: Hemos adquirido una gran cantidad de apa- 
ratos de Rayos X, así como en París otra muy importante de Radium. 

Ascendieron a médicos de visita en propiedad don Heraclio López y don Oc- 
tavio Montoro e ingresaron, previo concurso, formando parte del cuerpo facultativo, 
los doctores Broderman, Guerra, García Al vara do, Silveíra y Codina. 

Se asistieron en el Sanatorio 13,361 enfermos; fueron dados de alta curados 
12,450, y quedaron en 31 de Diciembre 667. 

El Departamento de Farmacia preparó 376,205 fórmulas para los enfermos del 
Sanatorio; para la consulta externa 80,152, lo que da una suma total de 456,717. 

El pabellón de Hidroterapia, comprendiendo baños medicinales, electroterapia, 
etc., etc., prestó 104,697 servicios. 

En el Laboratorio se efectuaron 15,242 análisis: de orina, sangre, esputos, lí- 
quidos patológicas, preparaciones histológicas, sueros, vacunas, etc. 

En el Departamento de Fisioterapia se efectuaron 26.814 trabajos, compren- 
diendo radioscopias, radiografías, radioterapia, alta frecuencia, termo- penetración, co- 
rrientes galvánicas, curaciones, etc., etc. 

Las operaciones quirúrgicas de todas clases ofrecen un total de 6,627. 

Defunciones, 236. Socios embarcados, por enfermedad, 49. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


277 


Presupuesto para 1921: Ingresos por todos conceptos, $1.250,480.00. Egresos 

por todos conceptos, $943,440.00. Superávit líquido, $307.040.00. 

Gastos que se supone ocurrirán en la Delegación de Tampa, $36,000.00. 

Para edificaciones y mejoras en la Casa de Salud Covadonga, $150,000.00. 

Para amortización de la deuda con la Caja de Ahorros, $60,000.00. 

Superávit total, $61,040,00. 




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QUINTA COVADOK&A: PARQUE 'MANUEL, VALLE", EN CUYO CENTRO SE DESTACA LA ESTATUA 

ERIGIDA A TAN INSIGNE FILANTROPO 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





DE LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO SOCIAL 

SEGUNDA PARTE 

Nuevos planos— Tres fachadas. — Compás de espera. 


Junta General como resultado de sus sesiones, de 4, 5 y 7 de Septiembre 
de 1919, acordó levantar un edificio de siete pisos, con nuevo teatro. Impú- 
sose, pues, otro compás de espera, en tanto el arquitecto Sr. Gómez Salas 
suda tinta apurando el magín en lo que se quiere sea espléndida mansión asturiana, 
de un lado, y de otro, gentil ofrenda a Thalía, Un ejército de delineantes secunda 
las órdenes de nuestro alarife, cuya ímproba labor concluye a mediados de año. 

En la Secretaría puede verse entonces su trabajo, acompañado, a la vez, de tres 
proyectos de fachada principal. Eí público pondera la variedad de fachadas del señor 
Gómez Salas. 

A la vista de los píanos, que comprenden siete pisos, los tres últimos dedicados 
a hotel, y un hermoso teatro, disienten otra vez las opiniones, que nada hay tan mo- 
vedizo como el criterio de las gentes; pero no es hora aún de discutir públicamente. 

Mientras, se ordena un estudio acerca de tales planos a otros arquitectos, 
los Sres Aguiar y Schulze- el tiempo vuela, y el final de Diciembre llega. 

Ha pasado otro año. 




















& 





























PRESIDENCIA DEL 

LICENCIADO DON RAMON FERNANDEZ LLANO 

IV 

AÑO 1921 

Tristes perspectivas. — Nueva Junta Directiva. — Secciones, — Empréstito de 
§300,000— La Caja de Ahorros y nuestro Centro— La Delegación de Tampa. 

Expediente ruidoso— Don Eduardo G. Bobes. — Nuevo .Administrador 
del Sanatorio— Homenaje al Dr. Fresno— En memoria del Sr. Villa verde. 
El limite de edad para admisión de socios. — Don Enrique Cima 
El edificio "Asturias", su mayor costo e inauguración. 

Don Emilio Fernandez— Comisiones de Glosa. 

Elecciones. — El Sr. Fernandez Llano. 

El futuro Palacio Social. 

Est adist ica, — Presupuestos 



^ALA la hubimos!, . Decíamos ayer. . . Pero ¿qué es lo que decíamos ayer 
9 ue tanto P&rece alarmamos? Una gran verdad. Que nuestro número de 
socios, pese a la crisis económica, seguía en aumento. ¿Y qué es lo que te- 
nemos que decir ahora? Otra gran verdad. Que no obstante haberse agudizado la 
crisis en términos que el hambre es ya una enorme pesadilla nacional, nuestro Cen- 
tro sólo ha tenido un leve descenso en sus listas sociales. Comenzamos a sufrir las 
consecuencias de esta intensa paralización, cuando más de 100,000 obreros españoles 
recorren las calles de la Habana ahitos de miseria., lanzados del trabajo sin percibir 
sus jornales; cuando a los desplomes banca r ios, en que se hundió totalmente junto 
al depósito del rico la humilde peseta del menestral, sigue la bancarrota de 
innumerables comercios e industrias. Hasta aquí, ascendimos: desde aquí, retro- 
cedemos, pero sin prisas, sin inquietudes ni zozobras por el futuro. Teníamos 51,169 
afiliados al terminar el año. Cerramos este de 1921, con 46,545: apenas significa na- 
da para nuestra gran fuerza económica y nuestro espíritu de lucha. Lo lamentable sí 
es que esas bajas involuntarias encierran un fondo trágico y doloroso. 


284 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Tristeza, desolación en Cuba. . . Los hombres robustos que vinieron a conquis- 
tar El dora do con el nervio de sus brazos, roturando la tierra, haciendo mover los cen- 
trales azucareros, alumbrando caminos, saneando poblaciones, tendiendo paralelas fe- 
rroviarias sobre el verde esmeralda de la campiña y a través de la espesa manigua, sin 
temor al pantano que engendra la malaria y mata y sin miedo al tifus, que acecha en 
los regatos donde posan sus labios ardorosos por este sol inclemente, que si es oro en 
el paisaje, es fuego también que quema ia piel, estos hombres pasan hambre. Cada 
hora son más. Llegan a la capital en caravanas y en caravanas se les repatria, como 
a tristes fardos, vencidos, derrotados, su friendo culpas que ellos, creadores de rique- 
zas y de paz no han tenido. En nuestra Quinta Covadonga alojamos diariamente a 
40, que a cada vapor que zarpa para España, se renovan, . ♦ Y contribuimos con una 
cantidad mensual, lo mismo que las demás Sociedades Españolas, a fin de que no ca- 
rezcan de techo y manutención los que se albergan, y suman varios millares, en Ja an- 
tigua 'Quinta del Rey 1 '. 

En Marruecos se derrocha generosamente vidas españolas. Corre sangre ju- 
venil, vengando agravios, recibiendo traiciones. ;1 la ocurrido el desastre de Annual!. , - 
Y allá y aquí, los corazones españoles se ensombrecen y los puños se crispan, amenaza- 
dores, hacia quienes fraguan estas tragedias, políticos o plutócratas, militares o agio- 
tistas, hacia todos. , Las penas de la patria, son nuestras penas. Y de muy diversos 
modos ayudamos a aminorarlas, suscribiendo importantes cantidades para la Cruz Roja 
y para regalos a los soldados ¡Si más pudiéramos hacer, más haríamos ! Muchos de 
los nuestros, jóvenes, románticos y resueltos, acuden a alistarse y van, henchidos de 
orgullo, batiendo palmas rumbo al Riff. ¡Son soldados de España! Y es a ellos, a es- 
tos corazones valientes, a los que un vocal de la Junta Directiva, don Pedro González 
Méndez, dedica patriótica moción, aprobada unánimemente por sus compañeros en 
sesión de 14 de Octubre, proponiendo se conserve el número y carácter de suscriptor 
a todo asociado que habiéndose alistado para tomar las armas en defensa de la patria en 
Africa deje por esta causa de abonar la cuota social. ¡Nunca les cerrará sus puertas el 
Centro Asturiano! El Centro Asturiano Ies tendrá siempre presentes, como en activo . 


El Sr. Lobeto Miguel (don Fernando) electo Vicepresidente segundo, toma po- 
sesión ei ó de Enero, Igualmente los vocales que le acompañaron en candidatura que- 
dando formada así la j unta Directiva : 

Presidente, licenciado don Ramón Fernández Llano; vicepresidente primero, 
don Antonio Suárez y Suárez; vicepresidente segundo, don Fernando Lobeto Miguel; 
tesorero, don Manuel Llerandi y lomé. 

Vocales, doctor don Julio Alvarez Arcos, don José R. González Soto, licenciado 
don Segundo Pola Gutiérrez, don Manuel Llano Tablado, don .Antonio Méndez Mén- 
dez, don Manuel Hévía Tuya, don Benjamín Menéndez García, don Manuel Suárez 
García, don José R. Viña, don Rest iluto Alvarez González* don Bernabé Fernández 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Le i rana, don Segundo Pérez Sierra, don Luis Muniz Blanco, don Celestino Fernández 
Valdés, don Ramón Díaz Rodríguez, don Bernardo Lo redo Berros, don Leoncio Gon- 
zález Francos, don Felipe Lebredo González, don Feliciano Suárez González, don Juan 
Rodríguez Suárez, don Adolfo Peón Redondo, don Longino Rodríguez Rodríguez, don 
Angel Collado Fuentes, don Felipe Rodríguez Campillo, don Andrés Mon Pérez, don 
José Alvarez Alvarez, don Felipe Lí zarria Moriega, don Pedro González Méndez, don 
José Ma. Peláez García, don Angel Rodríguez Suárez, don Manuel Pérez Tárano, don 
Gregorio Alonso Alvarez, don Luis Valle Quesada, don Fernando Rodríguez González, 
don Cipriano Fernández Al varé, don 

Fernandez, de n 1 rancuc y Gon^a cu J leí ¿ 

La dimisión de don Felipe Lebredo, 

t i ^ DON FERNANDO XjOBEITG MIGIFBL, 

amargado por las censuras que ovo, a 

1 1 V ICE PRESIDEN TE SEGUNDO 

propósito de la compra poco fructuosa 

para los intereses sociales, según se dijo, de un autocamión destinado a la Quinta, 
compra en fa que intervino exclusivamente el dimisionario, quien a solicitud de sus 
compañeros desistió de poner tan brusco final a su carrera de directivo. 

Las Secciones fueron compuestas de este modo: 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, licenciado don Segundo Pola Gu- 
tiérrez; vicepresidente, don José R, González Soto: vocales, doctor don Julio Alvarez 
Arcos, don Manuel Llerandi Tomé, don Benjamín Menéndez García, don Manuel 
Llano Tablado, don Felipe Lizama Moriega, don Marcelino Píre García y don Felipe 
Lebredo González. 


286 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don José R. Viña; vicepresidente, 

don Ramón Díaz Rodríguez; vocales, don Andrés Mon Pérez, don Bernardo Loredo 
Berros, don Luis Muñiz Blanco, don Antonio Méndez Méndez, don Leoncio González 
Francos, don José Alvarez Alvarez, don Manuel Pérez Tárano, don Fermín Suárez 
Solís ; don Juan Rodríguez Suárez, don Pedro González Méndez, dón Gerardo de Arri- 
ba R endueles, don José Acebo Francisco, don José R. Alvarez Alvarez, don José Ma. 
Peláez García, don Angel Collado Fuentes, don Celestino Rodríguez Megido, don Ave- 
lino García Moré, don Jesús María López Fernández, don Luis Valle Quesada y don 
Cipriano Fernández Alvaré, 

Sección de inmigración: Presidente, don Felipe R. Campillo; vicepresidente, 
don Luis R Cepeda; vocales, don Restituto Alvarez González, don Francisco Suárez 
García, don José Pérez Méndez, don Celestino Fernández Valdés, don Fernando Ro- 
dríguez González y don ¡.Darío Díaz Menéndez. 

Sección de Instrucción: Presidente, don Segundo Pérez Sierra; vicepresidente, 
don Gregorio Alonso Alvarez, vocales (todos de la Junta General), don Angel Ro- 
dríguez, secretario; don Nicanor Fernández, don José Grande Rivero, don Emilio Pérez 

Bermudez, don José Abeo Díaz, don Justo Fernández, 
don Ataúlfo Fernández, don Alberto Peón, don Luciano 
Peón, don Maximiliano i soba, don Juan Alvarez, don 
Marcelino Couso don Florentino Martínez, don Antonio 
Díaz Quiñones, don Adolfo F. de Arriba, don Manuel 
García Rosales, don Carlos Fernández Méndez, don Joa- 
quín Ablanedo, don Francisco García Pujol, don Roberto 
J, Madan, don Perfecto F. Villa, don Francisco Fernán- 
dez, don Rufino Blanco, don Robus tiano Díaz, don San- 
tiago Foraño, don Antonio Sánchez, don Ramón Alvarez 
Lorenzana, don José Calatras, don Donato Móntequín 
Vega, don Celestino Alvarez, don Pedro Cano Casanova, 
don Francisco Pérez Fuente, don Manuel Suárez García, 
don Jaime Martínez Díaz, don Miguel Tejeiro, don Ma- 
nuel García, don Maximino Rodríguez, don Manuel Ro- 
dríguez Celarlo, don Antonio Longo, don Alfredo Iglesias y don José María 
Fernandez García., 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Adolfo Peón Redondo; vicepresi- 
dente, don Manuel Fernández Valle; vocales (todos de la junta General), don Alberto 
Rodríguez, secretario; don Juan Acosta Piedra, don Manuel Molina, don Francisco 
Muñoz Santiago, don Pedro Fructuoso, don Benjamín Fernández, don Manuel Menén- 
dez don Jesús Pérez, don Pablo R. Presno, don Fermín González, don Aquilino Gon- 
zález, don Avelina Fierros, don Antidio Rionda, don í omás del Río, don Manuel Ro- 
dríguez, don Angel Carreño don José R. Fernández Viña, don Luís Alvarez, don Cán- 



DON JOSE R. VISA, PRESI- 
DENTE DE LA SECCION DE 
ASISTENCIA SANITARIA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


287 


di do R a velo, don José Fernández, don José Prendes, don Cándido Fuego, don Eugenio 
Pita, don José Díaz Alonso, don Andrés Montequín, don Manuel Alonso, don julio 
García Castillo, don César Alonso Alvarez, don Aquilino Iglesias, don José Cavia, don 
Fidel Alvarez, don Valentín Sánchez, don Asdrúbal Sánchez, don julio González, don 
Aureliano Tamos, don Manuel Fernández, don José González, don Marcelino Gonzá- 
lez, don José Cosío Villalta, don Benigno Rodríguez, don José Sierra, don Ramón Valle 
Victorero, don Manuel Martínez, don José Martínez, don Federico Guerra, don Santos 
Pavón, don Salustiano Suárez, don Manuel F. Fernández, don Baldomero Alvarez, don 
Alfredo Fernández don Nicasio Villar, don Jesús García Pérez, don Eladio Negro, don 
Gregorio Acebo García, don Ulpiano Cuervo, don Manuel Rodríguez Fernández, don 
José Llano, don José Castro, don Manuel Fuentes García, don Manuel Fernández Arias, 
don Alfredo Dago, don Perfecto F. Villa, don Eduardo Alvarez y don Primitivo Sierra. 

Sección de Propaganda: Presidente, don Bernabé Fernández Leirana; vicepre- 
sidente, don Angel Rodríguez Suárez; vocales (de la Directiva), don Francisco Gonzá- 
lez Hernández, don Manuel Hévia Tuya, don Feliciano 
Suárez González, don Francisco Inclán del Busto y don 
Longino Rodríguez Rodríguez, Vocales de la J unta Gene- 
ral, don José Ma. Fernández, don Manuel Pérez García, 
don Miguel Pérez, don Rafael Sánchez, don Adolfo F. 
de Arriba, don Mariano Alea, don José Cuesta, don 
Miguel López, don Manuel Rodríguez Méndez, don Ma- 
nuel (jarcia A rango, don José Gutiérrez Cueto, don José 
Ramón Muñiz, don José Fernández, don Jacinto Gonzá- 
lez, don Malaquías Rodríguez Pérez, don Julio García, 
don Emilio Fernández Méndez, don Avelino Canellada, 
don Anselmo Vega Artime, don Manuel López Rodríguez, 
don Cándido Fernández, don Claudio Vega (jarcia, don 
Aurelio Fe r n ánde z Med io , d o n j er ónimo Pé rez Gonz ál ez , 
don Marcelino Suárez, don Emilio Rico, don Manuel 
Alvarez, don Antonio Presno, don Hilario Avellanedo, don José Tr abanco, don José 
(jarcia Cotárelo, don Ramón Faedo, don Alfredo Menéndez G amoneda, don Anselmo 
Azcano, don Gabino Fernández, don Eladio González, don Francisco Fernández 
Pérez, don Manuel Rodríguez Gómez, don Leonardo Sánchez, don Nicanor Venta 
y don José María García. 

Se inicia el año con reuniones extraordinarias de la junta Directiva y Junta 
General, a fin de concertar entre los socios un empréstito de $300,000, que consienta 
devolver a la benemérita Caja de Ahorros de los Socios del Centro Asturiano la suma 
de $220,000, resto clel último préstamo que nos hizo. 

Directiva y General marchan de acuerdo. La Caja de Ahorros está en instan- 
tes angustiosos por la situación del país, que afecta a todos, comercio, industria, banca 



DON SEGUNDO PEREZ SIE- 
RRA, presidente i>e la 
SECCION DE INSTRUCCION 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


También ella corre riesgo, no de quebrar, pero sí de suspender momentáneamente sus 
operaciones si persiste el pánico y las gentes atemorizadas continúan retirando sus fon- 
dos de las entidades de crédito que siguen abiertas. La Caja lia invertido su capital 
en valores firmes, seguros, mas de difícil realización por el momento, como hipotecas, 
que tienen un plazo fijo de redención. Protegerla, respaldarla— dice el presidente señor 
Fernández Llano en la asamblea celebrada el 3 de Febrero — es deber ineludible de todos 
nosotros, máxime cuando siempre estuvo propicia a financiar los proyectos del Centro 
sin detenerse a discutir pago de intereses y sin llegar a los rigorismos que estas opera- 
ciones demandan. Nuestra Sociedad, a fuer de agradecida, no puede ignorar estas 
atenciones y menos en los momentos actuales en que es preciso patentizarle a la insti- 
tución hermana que sabemos corresponder a sus beneficios. 

Los asambleístas aplauden estas profundas consideraciones. Los asambleístas 
recuerdan — aunque el Sr Llano pasó por alto esta cita oportuna que ahora hacemos 
nosotros— que la Caja de Ahorros de los Socios del Centro Asturiano ha sido fundada por 
el mismo Centro Asturiano a virtud de moción suscrita por don José González Aguirre. 

L)icha moción — permítasenos un breve paréntesis 
retrospectivo— fué sometida a consulta de la Sección de 
Intereses Materiales; acogióla ésta con complacencia y 
dióle traslado, a su vez, bien informada, a la Junta 
Directiva, y la Junta Directiva—! 8 de Agosto de 1909— 
puso los cimientos de la Caja, abriendo una suscripción 
entre sus vocales que ascendió a $1,356.80 oro español. 
¡Hé ahí el capital inicial! 

Recibiéronse presto nuevas aportaciones de dinero, 
que la idea era grata al sentimiento astur, y el día 11 de 
Febrero de 1910 abría sus oficinas e iniciaba sus activi- 
dades la en realidad legítima hija del Centro, esta Caja 
de Ahorros astu nanísima que al terminar aquel primer 
año tenía ya un capital de $108,217.79. Y desde enton- 
ces a la fecha, fomentó el espíritu del ahorro entre nuestros paisanos, encauzándolo, 
dándole valor material y espiritual y puso sus arcas a la libre disposición de 
nuestra Sociedad, a cuya sombra vive, porque es de la familia. Auténtico y fecundo 
retoño del glorioso Centro. 

Fia concluido el paréntesis. Volvamos a la Asamblea en que habló, tan grave 
y docto, el Sr, Fernández Llano, Al discurso de éste, siguieron los de don Dionisio 
Peón, don Víctor A. López, don Juan Rodríguez, don Maximino Fernández y Gonzá- 
lez, don Jasé Coruja, don Antonio Sánchez, don Manuel Fernández, don José Fernán- 
dez Martínez y don Bernardo Pardías, en los mismos términos. También abundaron 
en idénticos conceptos don Nicanor Fernández y don Emilio Fernández, aunque éstos 
dos últimos mostráronse partidarios de limitar el empréstito a la deuda de $220,000.00. 


DON BERNABE FERNANDEZ 
LETRA NA, PRESIDENTE DE 
LA SEO. DE PROPAGANDA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


289 


Se acordó el empréstito de $300,000.00, Y que el interés del capital fuese el $%. 

Acaecía eso en Febrero, Actuaron comisiones de recaudación por barriadas y 
por gremios; prendió el entusiasmo, y lo que se supuso difícil, hízose sencillo y fácil. 
Pocos días después, un anuncio en los periódicos — R de Marzo— advertía que no era 
posible admitir más cantidad que la señalada, j Llovían ofertas de dinero, en briosa 
identificación con el Centro y en auxilio de la Caja hasta ascender a varios millones! 
Y nosotros necesitábamos, afortunadamente, muy poco. 

P agamos el débito, como cristianos viejos y cumplidores, y 1 'aínda maisT dimos 
a la publicidad macizo manifiesto— redactado por la erudita pluma presidencial — afir- 
mando nuestra fe en la solidez de la Caja, Mano de santo, porque ésta repúsose rá- 
pidamente y tiene vida, a lo que vemos, matusalénica. 


En nuestra Delegación de Tampa, además de la falta de pecunia, que la man- 
tiene viviendo trabajosamente, hay también luchas políticas y personales. Discuten 
tirios y troyanos; hácense mutuas inculpaciones y aquello está, en suma, obscuro y 
feo, por lo que el dieciocho de Febrero autoriza la Junta Directiva vayan allá don 
José R, Viña, don Juan Rodríguez y don Rafael García Marqués, el anciano secretario 
general. Son sastres de lo fino, y sobre repasar todo lo que esté roto, sabrán hacer 
traje nuevo a la Delegación. 

Ven, oyen, observan y comparan y consecuencia de su visita es que se ponga 
sosiego en lo que andaba alterado y que la Junta General, en sesión de 24 de Abril, 
le condonara $5,000.00 que adeudaba, correspondiente a $500.00 mensuales que de- 
jaron de ingresar durante los 10 meses que aquéllos obreros estuvieron en huelga y 
les fue imposible abonar las cuotas, 

Con este zurcido, la Delegación de Tampa recuperará su marcha normal, vol- 
viendo a lo que de antiguo ful: baluarte español en tierras de Unele Sam y modelo 
de instituciones benéfico-culturales. 


El tema conque nos dijo adiós el 1920 continúa ardoroso, porfiado, con ribetes 
de tragedia sin sangre, claro está, pero abundante en discursos, en este nuevo año. 
La Junta Directiva acordara exculpar al Sr Administrador del Sanatorio de interven- 
ción en la compra, irregularmente efectuada, de una partida de ropa para aquella casa, 
atribuyéndole sólo negligencia en el desempeño de su cargo y haciendo recaer exclusi- 
vamente la responsabilidad en el jefe de la ropería, separado de su puesto, a virtud de 
expediente en que se patentizó la extralimitación de poderes en que incurriera. 

Este fallo pasa a discutirlo la Junta General el 23 de Enero, Sesión ruidosa, 
movida, que abre don Emilio Fernández con una de sus características cat i linarias, 
calificando de injusto y acomodaticio lo hecho por la Directiva, por cuanto debió ha- 
ber impuesto igual pena de cesantía a uno y otro funcionario. 



290 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Del mismo criterio participan, salvo leves discrepancias en cuanto a la pena- 
lidad, no en cuanto a opinar que la Directiva se condujo con parcialidad, don Luis 
Rodríguez, don Nicanor Fernández, don Maximiliano Isoba, don Aquilino Rodríguez, 
don José Coruja, don Juan Rodríguez y don Santiago Abascal. 

Defienden a la Directiva, don Gregorio Alonso, don Manuel Pérez Tárano, Ro- 
dríguez Viña (don José Ramón), González Robes (don Eduardo), don Fernando Lo- 
beta, vicepresidente segundo; don José Fernández Martínez y don Bernardo Pardias, 
quien pide, sin embargo, la reposición del señor Díaz. 

Las opiniones son muy encontradas; los ánimos están al rojo vivo, y sólo tras 
dos tediosas sesiones se halló una fórmula conciliatoria condensaría en moción que 
presentó don Maximino Fernández y González y que en síntesis expresa: 'que la di- 
rectiva ha estado desacertada en la sentencia y que con todos los respetos debidos, 
se deposite en ella la confianza para que resuelva este asunto con arreglo a conciencia 
y con toda dignidad". 

Pocos días después, fundando su resolución en la necesidad de pasar una tempo- 
rada en la tierrina, abandonó el cargo de administrador de la Casa de Salud don Fran- 
cisco García Castro, al que la Junta Directiva — sesión de 5 de Febrero— expresó amis- 
tad y gratitud, deplorando su renuncia y haciendo presente que desempeñara el empleo, 
por espacio de seis años, con honradez y competencia. 

Esta dimisión puso fin a las discusiones e hizo que la tranquilidad volviera a los 
espíritus. 


La intervención de don Eduardo González Robes en esos debates tan ruidosos, 
a que aludimos, queremos que nos sirva para trazar ahora, al desgaire, mas sincera- 
mente, una loanza de este orador: Cómo nos emocionan estos hombres, en apariencia 
menudos, insignificantes, pero que cuando toman la palabra se crecen y empinan y 
tienen suspensas a las gentes de sus labios. El Sr González Robes, es de los que vistos 
en la calle, no dicen nada a nuestra curiosidad ; asomados a una tribuna, por e! contrario, 
ríndennos con la magia de su palabra y el halo de apóstoles que circunda su cabeza. 

¿Cuántos años hace que el Sr. González Robes viene batallando dentro del Cen- 
tro Asturiano siempre con la misma frescura de ideas y la misma inalterable constan- 
cia' 5 Sería curioso averiguarlo. En 1892 recibe ya los alfilerazos de una crítica perio- 
dística de doña Eva Gane!, a propósito de un discurso por él pronunciado ei 8 de Di- 
ciembre de aquel año en la inauguración del edificio del Centro, a instancias, por cier- 
to, del publico. Figuraba entonces como vocal de la primera Sección de Instrucción, 
recién formada, y desde aquella lejana fecha a los días presentes, hora a hora ha ido 
vertiendo talento e ilustración, sudores y fatigas en provecho de la Sociedad y no po- 
cas de las proposiciones de enjundia y médula que incorporaron a nuestra ley estatu- 
taria progresos y reformas a él se deben, de él han surgido y él las ha hecho prevalecer 
con su dialéctica formidable y su sereno discurrir* 




L7RIANO DE LA HABANA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


293 


González Bebes, es ovetense. La gente de Oviedo suele ser amiga de polemizar, 
y de ahí acaso le venga su espíritu pronto a la réplica, buida a veces como hoja de pu- 
ñal. Empero, no resulta su cualidad sobresaliente. Lo admirable, lo digno de relieve 
y gratitud son sus servicios al Centro, prestados sin limitación de esfuerzo, con gene- 
rosidad de alma que sólo alcanzan los hombres superiores. Y González Bobes, aunque 
pequeño en figura, es grande por sus obras y grande por su oratoria, cuita, inspirada 
y elocuente. 


Las plazas vacantes en el Sanatorio, por la renuncia del señor administrador y el 
cese del jefe de la ropería, han sido cubiertas con empleados de la casa, quienes vieron 
premiada su aptitud con honroso ascenso. 

Don Francisco García Méndez, mayordomo, pasó a administrador, ocupando la 
mayordomía, don Baldomcro Riesgo, que era jefe de información. 


Próximo a emprender viaje al continente europeo en elevada misión científica 
del Estado, el insigne cirujano don José A. Fresno, vicedirector de nuestra Covadonga, 
ofrecimos le relevante demostración de afecto, hondo y sólido, y de admiración sincera 
y unánime, disponiendo en su honor un banquete en nombre del Centro Asturiano y 
en que estuvo representada absolutamente toda nuestra colonia. 

Esta bellísima fiesta, verificada en la primera quincena de Junio, señala una 
huella perdurable en nuestros fastos sociales y acusa que no nos son indiferentes los 
triunfos de quienes están ligados a nosotros por lazos más fuertes que la simple pres- 
tación de servicios retribuidos, como acaece con el glorioso médico Sr. Fresno, de es- 
tirpe asturiana, cuyos éxitos tenérnoslos por nuestros y de cuya fama, hoy universal, 
nos ufanamos, como si nuestra fuese también, por cuanto contribuyó a cimentarse en 
nuestra Casa de Salud. 

Dispusieron el homenaje y es bien que se les recuerde por lo admirablemente 
que interpretaron el deseo de ía Junta Directiva, los miembros de ésta don Adolfo 
Peón, don Francisco Inclán, don Benjamín Menéndez, don Luis Muñíz, don José Ace- 
bo y don Pedro González. 

También hicimos objeto de señalada deferencia a otra personalidad de las que 
dan prestigio a nuestro Sanatorio. Referímonos al doctor D. Francisco Domínguez Rol- 
dán, eminente radiólogo, autor de un notable libro: ' Rayos X y Radio , cuya edición 
costeamos — acuerdo de 15 de Abril— por hacerse referencia en él al departamento ra- 
diológico de la Covadonga y ser obra de divulgación científica. Nuestra compene- 
tración con el cuerpo médico es absoluta, y esta mutua inteligencia mantiene en todos 
el deseo de que nuestra Quinta alcance el más elevado rango entre las instituciones 
similares. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El pintor valenciano don José Pínazo, cuyos pinceles, brujos apretadores de Ja 
luz, encierran el secreto del colorido y de la belleza, visitó la Covadonga, Fue una 
mañana soleada y joyante de Abril. Acompañóle otro hombre de talento: el poeta 
Rey Soto. Ambos, cumbres de sus artes excelsas, pasearon encantados por aquellas 
alamedas y derramaron grandes loanzas sobre nuestra obra. 

Cuando se retiraban después de ser obsequiados y atendidos como acostumbra- 
mos con los que son de alto rango por su inteligencia, lleváronse prendida a sus cora- 
zones la admiración y gratitud de estos humildes artesanos, que con visitas tales sien- 
ten nuevos bríos para continuar su obra, eminentemente humana y como humana, 
española* 

Parece ya obligatorio que anualmente se suscite el tema de ía lucha antitubercu- 
losa. Es un tema algo trágico, pero que en fuerza de sernos familiar, va tomando con- 
tornos hasta agradables. Ahora — sesión de 30 de Mayo — la Junta Directiva cree indis- 
pensable a su seriedad dar un toquecíto al asunto y acuerda que los señores presidentes 
del Centro y presidente de la Sección de Asistencia Sanitaria, previo informe del 
director del Sanatorio, estudien lo que se refiere al alojamiento de las víctimas de la 
peste blanca y solucionen el problema creado por insuficiencia del pabellón “José 
García Fernández" 

No cabe dudar que algo se habrá hecho; pero, en honor a la verdad, siguiendo la 
búsqueda de datos, no hallamos sino que aprovechando la mayor capacidad dada en 
1919 al pabellón “Juan Ranees Conde", se dedicó el ala izquierda de éste a dichos en- 
fermos. Y no fue esa, a nuestro juicio, la solución que se apetecía. 


El recuerdo de don José María Villaverde (q. e, p. d.), su ejemplo ininterrum- 
pido de laboriosidad, celo y cariño por el Centro Asturiano, tuvo intérpretes nobilísi- 
mos en don Luis Rodríguez, don Enrique Cima, don José Corojo, don Venancio Fer- 
nández y don Nicanor Fernández. Ved la moción que presentaron a la Junta General 
de I o . de Febrero* 

L — 4Jue en el jardín situado entre la Administración y el pabellón “Bango" 
de la Quinta Covadonga, sea erigido sobre pedestal de mármol, el busto en bronce del 
que fue presidente efectivo y de Honor y preeminente asturiano, Sr. Villaverde. 

2. — Que sobre la tumba donde descansan los restos del ilustre finado, sea colo- 
cada una corona de laurel de bronce con expresiva dedicatoria, 

3. — Que la inauguración oficial de esos tributos se verifique, a ser posible, en 
el primer aniversario de su fallecimiento. 

Uno de los firmantes, el Sr. Cima, apoya fogosamente la proposición. Defién- 
dela con aquella vivacidad tan suya, enumerando, a la vez, los rasgos más destacados 
en la vida del Sr. Villaverde, Y la asamblea, deseosa de complacer a los peticionarios^ 
decide informe antes una Comisión, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Esta comisión no tarda en hacerlo: el 24 de Abril, Su dictamen es favorable 
a lo solicitado. Y con tal motivo, óyese otra vez la voz vibrante, a ratos emocionada, 
del Sr. Cima recordando al Sr, Villaverde. 

Los señores Alvarez (don José) y Rodríguez (don Juan) aprovechan la coyun- 
tura a fin de exhumar los servicios de otros asturianos de pro, a los que se tiene en do- 
loroso olvido: Alvarez Prida, Gaztambide, Arguelles, Saturnino Martínez. . , Sombras 
ilustres que desfilan, llenas de prestigio, ante las nuevas generaciones, un tanto olvida- 
dizas. . , Y quieren para cada uno su correspondiente busto. 

Se alarma extraordinariamente don Dionisio Peón, y traduce este estado espi- 
ritual suyo en delicado discurso, oponiéndose a esas efusiones sentimentales de carác- 
ter escultórico, ¿Es que pretendemos convertir la Covadonga tan deleitosa con sus 
jardines, que invitan al ensueño, en museo de figuras marmóreas?. . . interroga. Huya- 
mos de cuanto tenga aspecto funerario. Elogia ai Sr. Villaverde y se une a los que 
anhelan perpetuar su nombre, aunque él apetecería fuese en forma distinta a la so- 
licitada. 

En parecidos términos de fervorosa alabanza al Sr. Villaverde se expresan los 
señores Rodríguez (don Luis), Loredo, Fernández (don Nicanor) y Fernández (don 
J esús) . 

Resume la aspiración general don Maximino Fernández y González, exaltando 
la memoria del Sr. Villaverde y proponiendo que “el busto de éste sea colocado en el 
salón de sesiones, donde él sostuvo las principales luchas por la grandeza del Centro 
Asturiano y donde dio un alto ejemplo de constancia concurriendo puntualmente a 
todos los actos y tratando los asuntos con amplitud de criterio, sin que esta constan- 
cia fuera aminorada jamás por contratiempo alguno". 


Una gran ovación premia estas palabras y así queda acordado. 


El límite de edad fijado para la admisión de socios sin previo reconocimiento 
médico, que era de treinta años, se amplía a 40 — sesión extraordinaria de la junta Ge- 
neral de 13 de Noviembre — por proposición de don Enrique Cima y Cabal y que éste 
defendió con sólidos razonamientos. 

Tracemos ahora una fugaz silueta de don Enrique Cima, de este Sr. Cima, que 
si los lectores han seguido lo que llevamos escrito, habrán notado cómo aparece, brilla 
un momento, se obscurece de pronto y vuelve a brillar mediante oportunísimas mocio- 
nes y afortunados discursos. 

El Sr. Cima es un luchador formidable, que dice, a ratos, cosas tremendas, terri- 
blemente irónicas. Cuando se levanta a hablar, y en vez de diatribas y denuestos vierte 
conceptos respetuosos y delicados, el público se siente defraudado. Maneja la sátira 
con ingenio. Hay agudeza en sus frases. Hiere. Destroza. Y sabe reir, con risa 
un poco desenfadada, si el contrincante vacila y se indigna, como le acontece con el 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sr. González Robes, Este es certero y rápido en las respuestas, pero se altera pronto 
y pierde la calma, mientras su paisano — también el Sr, Cima nació en Oviedo — sonríe 
ladinamente asomado a unos espejuelos equívocos que no corrigen ninguna miopía. 
El Sr, Cima posee vista de lince, Y hasta aseguran que se pierde de vista. 

Lo que este hombre ha trabajado en beneficio del Centro, resulta incalculable, 
Es autor de innumerables útiles proposiciones y por su exacto conocimiento de la ■So- 
ciedad y también de los hombres, su opinión suele estimarse decisiva en las juntas 
Generales, donde siempre se hace notar. 

A nosotros nos es simpático. Son simpáticos hombres así, que no se avienen 
con el medio y rompen súbitamente cuando menos se espera, con artificios y conven- 
cionalismos. ¿Quién no simpatiza con el Sr, Cima, salvo los por él zaheridos? Y éstos 
también: hasta es posible que el Sr. González Sobes, que sin las interrupciones siste- 
máticas del Sr. Cima carecería de uno de los estímulos principales para que su oratoria 
se revista a ratos del vigor de las grandes cóleras íntimas. 

Otra cualidad simpática del St\ Cima es su espíritu solícito, servicial, amable. 
El, por hacer un favor a un amigo, y si este amigo es pobre y humilde mejor, subirá 
cientos de escaleras, correteará por las calles, irá de zoco en colodro, sin paz a las ta- 
bas, y luego, en las sesiones del Centro, pronunciará inflamadas arengas pidiendo jus- 
ticia, recabando clemencia, solicitando caridad. Es el defensor de los empleados, víc- 
timas muchas veces de abusos de fuerza. Y a él deben esos empleados del Sanatorio 
y del Centro, aumentos de sueldo y garantías de estabilidad en sus puestos. 

Resulta, pues, una personalidad compleja e interesantísima la del Sr, Cima, 
hombre de inagotable optimismo, cordial, afectuoso, sutilísimo polemista, acaso ex- 
cesivamente acedo, pero humano, muy humano, y orador correcto, armonioso e ilustrado. 


El tres de Julio recibimos el nuevo palacete destinado a venta de periódicos y 
otras cosas y a barbería dentro de la Quinta, Está situado entre los pabellones "Maxi- 
mino Fernández Sanfeliz” y "Segundo Alvarez , teniendo al frente alegre jardín, som- 
broso y plácido. 

Y el 9 de Agosto el vasto edificio de dos pisos, destinado a Dirección- Adminis- 
tración. Lleva un nombre apropiado: "Asturias". Blanco, severo de líneas, acaso en 
demasía imponente — el señor alarife parece haber querido resumir en aquellos pétreos 
muros la reciedumbre asturiana, nuestro tesón y fortaleza— completa dignamente, con 
su altivez señorial, la riqueza de las construcciones que avaloran el Sanatorio. 

No es inoportuno referir ahora que esta obra excedió extraordinariamente de lo 
presupuestado. $133,400.00 fué la suma pedida por el contratista don Antonio Padial, 
al que se le confió el trabajo. Empero el Sr. Padiah a poco de comenzado, dióse a ca- 
vilar que sus cálculos eran erróneos, excesivamente bajos por dificultades de ejecución 
que presentaba el terreno. E hizo una demanda de auxilio a la Junta Directiva ex- 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


297 


pilcando estos imprevistos inconvenientes, que alteraban el precio. Intervino el ar- 
quitecto social; medió la Sección de Intereses Materiales; hablaron técnicos y profanos 
y el asunto con informe favorable de los entendidos en achaques constructivos, pasó a 
resolución definitiva de la J unta General que, tocada de generosidad asturiana, avínose 
a conceder aS reclamante un suplemento de $23,863.88. 

Mas como también hubo otros aumentos de obra, el edificio "Asturias”, costó 
en total $177,826.31, con $13,985,79 su moblaje. 

La inauguración se verificó el 11 de Septiembre, con espléndida fiesta conme- 
morativa, a la vez, de la tradicional de Covadonga. Hubo misa a gran orquesta; 
acudieron invitadas respetables personalidades y el buen pueblo asturiano invadió el 
Sanatorio transformado momentáneamente en animado paseo. 

Fuimos pródigos con nuestros huéspedes, obsequiándolos al modo peculiar de 
Asturias, sin estrecheces ni penurias. Y hubo una nota de alto relieve espiritual : ei 
discurso pronunciado por el Excmo. e Iltmo, Obispo de Pinar del Río, Monseñor Ma- 
nuel Ruíz, quien aludió a las homéricas hazañas de nuestros antepasados contra la 
morisma in vasera, cautivando a sus oyentes con la perlería de su palabra, toda cantos 
de gesta y fluir de ritmos. 

La fiesta aludida provocó el enojo de don Emilio Fernández. Ya todos sabéis 
quién es este socio, incansable impugnador de cuanto entraña algún gasto que no sea 
absolutamente preciso y absolutamente estricto. A su entender, esa inauguración tuvo 
sibaritismos incompatibles con la modestia de los socios del Centro Asturiano y con una 
administración recta y escrupulosa, Y en ese sentido, presentó el 18 de Noviembre 
un escrito de queja 

[Cuánto hay de admirable en este hombre, perpetuo censor y fiscal de las Jun- 
tas de Gobierno! Año tras año, se le ve vigilando celosamente la inversión del dinero. 
La Sociedad crece en número y gana en orientaciones, ensanchando sus generosas ideo- 
logías y su noble apostolado; pasan los directores, renovándose anualmente, y muchos 
pasan ¡ay! para no volver, porque la muerte se los llevó; son otras hoy las tendencias, 
otros los métodos, otras las necesidades y otros los deberes de reciprocidad y represen- 
tación que debemos cumplir, pero don Emilio Fernández, inconmovible en su puesto 
de la Junta General, no perderá ocasión de elevar su voz, algo monótona, contra todo 
gasto que no se ajuste al espíritu de él, profundamente cicatero, petrificado en una 
concepción simplista, más bien hebrea, de las obligaciones que tiene el Centro con sus 
socios y con la situación representativa que ostenta. 

Mas don Emilio Fernández es necesario en nuestras asambleas, porque con su 
crítica, generalmente ruda, violenta en ocasiones ya veces impregnada de lamentables 
suspicacias, contribuye a fortalecer la tendencia natural en las juntas Directivas a 
mostrarse altamente prudentes cuando se trata de conceder regalos y subvenciones, 
rendir homenajes y celebrar fechas transcendentales. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Durante el año tuvimos tres pérdidas irreparables: la de don Adolfo Rodríguez, 
probo y antiguo auxiliar de Tesorería, y la de los socios fundadores don Belarmíno 
López y don Rafael García Rodríguez. 

Su recuerdo perdurará en la Historia social 

Nuestras escuelas de J avellanos, instaladas en Bernaza, 46, comenzaron las 
clases bastante avanzado ya el año escolar, por necesidad de la adaptación del local, 
obra que requirió mucho tiempo y bastante dinero. Sin embargo se despacharon 72? 
matrículas y los resultados escolares han sido satisfactorios. 

El reparto de premios se llevó a cabo en e] salón principal del edificio “Asturias 
de la Covadonga, el domingo 25 de Septiembre, 

Las comisiones de glosa que actuaron durante los cuatro trimestres anuales, 
estuvieron así formadas: 

Primer trimestre: don José María Fernández, don Angel Rodríguez Fernández, 
don Perfecto F. Villa, don Santiago Abascal y don Basilio Fernández Solís. 

Segundo trimestre: don Luís Puente, don Carlos Fernández, don Emilio Fer- 

nández don Enrique Cima y don Luis R, Rodríguez. 

Tercer trimestre; don Miguel Méndez, don Dionisio Peón, don Alberto Rodrí- 
guez, don José Rodríguez y don José Vega García. 

Cuarto trimestre: don Angel Rodríguez, don José Blanco I barra, don Eduardo 
Gallo, don Carlos Fernández Méndez y don Modesto Alvarez. 

Diciembre de 1921... Elecciones. Ruda lucha, mantenida sin embargo, en 
plano de cordialidad. Triunfan, para presidente don Jenaro Pedroar as Villoslada y 
para vicepresidente primero, don Dionisio Peón Cuesta, con 25 vocales por dos años 
y tres por un año. 

La candidatura adversaria llevaba, en lo señero, el nombre insigne en la Histo- 
ria del Centro Asturiano, por su elocuencia, talento, servicios sociales y años de anti- 
güedad, deí ex- vicepres i dente y presidente en funciones, actualmente vocal nato, don 
Maximino Fernández y González. 

Váse el año y con él finaliza su cuarto periodo presidencial el licenciado en leyes, 
don Ramón Fernández Llano, aunque en rigor en este de 1921 sustituyóle durante los 
últimos seis meses, casi constantemente, don Antonio Suárez Suárez. 

Al Sr. Fernández Llano no le ha acompañado la suerte. Recordad: incendio 
del Centro: Primer desastre. Luego, bancarrota de los bancos: otro gran desastre. 
Más tarde, ia crisis económica de Cuba: triple desastre. Todo se conjuró para crearle 
dificultades e impedir que, bajo su presidencia, nuestra Sociedad prosiguiese su esplén- 
dido progreso. Empero, supo sortear aquéllas, y aunque se culpó a su administración 
de algo manirrota, seguramente sin motivo racional, es lo cierto que, a juicio de las 
personas imparciales, ha realizado una excelente Labor. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Su actitud en favor de la Caja de Ahorros de los Socios del Centro Asturiano 
le acredita de cauto, previsor y entusiasta. Dándose cuenta de que su presencia en 
■el Consejo Administrativo de aquélla, cuando la suspensión de las operaciones parecía 
inevitable, podría, impedir continuase la desbandada de imponentes y cuentacorrentis- 
tas que reclamaban sus depósitos, aceptó el cargo de secretario sin renunciar al de pre- 
sidente del Centro, y esta dualidad, aparentemente incompatible, contribuyó mucho a 
sosegar los ánimos y restablecer la confianza, Y en ambos puestos ganó legítimos ho- 
nores y popularidad. 

Deja recuerdos amables. Deja amigos. Deja una historia digna de más do- 
cumentada biografía. Y socio fundador, honró a estos depositarios del entusiasmo y 
de la virtud: es como ellos, virtuoso, perseverante y patriota. 

Estas líneas concisas y sin vigor, apenas dicen lo que hizo. Hizo mucho. Vale 
y significa, asimismo, mucho, el querido señor Fernández Llano, cuya presidencia ha 
cesado al entrar el 1922, 


Han transcurrido doce meses más sin discusión alguna acerca del futuro Centro. 


i Los tiempos están malos para acometer tamaña obra! 
De aquí que la Junta Directiva vacile y se detenga, irre- 
soluta, sin saber qué partido tomar. Piensa que el pro- 
yecto aprobado de ocho pisos con nuevo teatro tuvo su 
fundamento en la época en que se aprobó, mas no ahora. 
Ahora convendría un edificio exclusivamente consagrado 
a cubrir las necesidades sociales. Los ingresos son mucho 
menores que entonces; el por venir preséntase desapa- 
cible. . . Y decide posponer el asunto en tanto se crea 
opinión favorable a la revisión de aquel primer acuerdo 
y sendas comisiones reciben encargo de estudiar la posi- 
bilidad económica y el aspecto constructivo de la que se 
desea suntuosa Casa de Asturias. Y vamos viviendo, al 
socaire amable y efusivo del hermano Centro Gallego, 



DON FELIPE R r CAMPILLO, 
PRESIDENTE DE LA SEO- 
DE INMIGRACION 


Estadística del Sanatorio: Durante el año 1921 ingresaron 11,602 enfermos; 

salieron de alta curados. 11,391; fallecieron, 182. 

El Departamento de Farmacia preparó 483,127 fórmulas. 

El de Hidroterapia, comprendiendo baños medicinales, etc , prestó 110,609 
servicios. 

En el Laboratorio Clínico se efectuaron 15,605 trabajos de todas clases. 

El Departamento de Rayos X llevó a cabo 13,005 trabajos: radioscopias, radio- 
grafías, radioterapia, alta frecuencia, etc., etc. 



300 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Las operaciones quirúrgicas llegan a un total de 6,502. 

Se adquirió abundante material quirúrgico, de lo más moderno; el departamento 
de Rayos X fue dotado de nuevos aparatos, y en el pabellón "Maximino Fernández 
Sanfdiz", a cargo del doctor Montare, quedó instalado un electro-cardiógrafo, que, 
como su nombre indica, está destinado a diagnósticos de enfermedades del corazón. 

El cuerpo médico fue aumentado con el ingreso de los doctores Rodolfo Pérez 
de los Reyes y Remigio Dou, internos. Hubo en cambio la sensible defunción del doc- 
tor don José Martínez Castrillón, nuestro paisano, que figuraba en la Quinta desde 
larga fecha. 

Los señores médicos y los dentistas, han ofrecido, en conjunto 76,585 consultas. 
El quiropedista, prestó 7,275 servicios. 

Socios devueltos a España, por enfermedad, 108, importando sus pasajes y 
asignaciones $22,457.70. 

Presupuesto para 1922. — Ingresos totales, $1.103,744.00. Gastos totales, 
$955,823,02 Superávit, $147,920.98. 

Gastos que se suponen ocurrirán en la Delegación de Tampa, $36,000.00. Su- 
perávit, $111,920.98. 

Para edificaciones y mejoras en la Casa de Salud Covadonga, $40,000.00. 
Para amortización de la deuda, $70,000.00. Superávit líquido, $1,920.98. 



PRESIDENCIA DE D GENARO PEDROARIAS VILLOSLADA 

I 

AÑO 1922 

Junta Directiva. — Secciones. — Es reformado notablemente el plan de estudios 
de las Escuelas Jovellanos— Prohibición de fiestas en el Sanatorio. 

D. Adolfo Díaz Díaz,— El viaje a Asturias del Sr. García Mendez y la 
lucha antituberculosa.— Obras en la Covadonga. 

Camila Quiroca — Obitos— Reformas estatutarias 
Comisiones de Glosa —Elecciones. 

Estadísticas. 



UE sorpresas nos deparará este año, que añorase inicia? Dicen que el señor 
^ Ped roa rías Villoslada es hombre de acometividad y de suerte y que está dis- 

puesto a impulsar la construcción del edificio social. En el acto de posesio- 
narse de su cargo no esbozó programa alguno, fuera de! conocido y ya acostumbrado 
de una administración honorable. El Sr. Ped roa rías no es orador, aunque habla en 
público y lo hace, en ocasiones, con soltura y claridad. Ha presidido la "Unión de 
Víllaviciosa, Colunga y Caravia", figuró asimismo en la Junta Directiva y en Secciones 
del Centro, y este aprendizaje — lección viva de sucesos y personas — sirvióle para des- 
tacarse, crearse amigos y que estos amigos patrocinasen su triunfante candidatura 
presidencial. Ya está en el más alto puesto representativo de la colonia asturiana de 
Cuba. Y como es humilde y tiene buena voluntad, quizá haga un presidente digno 
de loa y aplauso. 


En cambio, el vicepresidente primero, don Dionisio Peón Cuesta, sabe hechizar 
con su palabra fluida, conceptuosa, elegante. Es un tribuno de fama, capaz de impri- 
mir belleza y colorido a lo más anodino y simple. Posée sólida cultura y gran inspira- 
ción, al servicio estas notables cualidades de un carácter suave, delicado, esclavo en 
todo instante de la amistad y de los requerimientos del compañerismo. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En la toma de posesión de ambos señores con su conjunto de vocales, celebrada 
el primero de Enero en la administración de la Quinta, hallábase presente el batallador 
parlamentario español don Marcelino Domingo que, presentado por el señor Fernán- 
dez Llano y después de cambiados los saludos de ritual entre éste que cesaba y los nue- 
vos presidente y vicepresidente, improvisó bellísimo discurso saturado de patriotismo 

y esperanza en la labor 
de los españoles en .Amé- 
rica, afirmando, a la vez, 
que la grandeza y porve- 
nir de España están en el 
libre desen v ol v im i ento 
de las regiones Fué jus- 
tamente ovacionado. 

La Junta Directiva 
la componen: 

Presidente, don Je- 
naro Ped roerías Villas- 
leda; vicepresidente pri- 
mero, don Dionisio Peón 
Cuesta ; vicepresidente 
segundo, don Fernando 
Lobeto Miguel ; tesorero, 
don Ladislao Menéndez 
Menéndez. Vocales, don 
Juan Rodríguez Suárez, 
don Adolfo Peón Redon- 
do, don Longino Rodrí- 
guez Rodríguez, don An- 
gel Collado Fuentes, don 
Felipe Rodríguez Campi- 
llo, don Andrés Mon Pé- 
rez, don José Alvarez 
don Genaro redrO-api jas vil los lada p AJvarez don Pedro Gon- 

FRE SEDENTE GENERAL yi . , T . 

zalez Méndez, don José 

María Peláez García, don Angel Rodríguez Suárez, don Manuel Pérez T araño, don 
Gregorio Alonso Alvarez, don Luis Valle Quesada, don Fernando Rodríguez González, 
don Cipriano Fernández Al varé, don Marcelino Pire García, don Darío Díaz Menéndez, 
don Gerardo de Arriba Rendueles, don Celestino Rodríguez Megidó, don José Acebo 
Francisco, don Francisco Inclán del Busto, don Luís Rodríguez Cepeda, don José 
Ramón Viña, don Jesús María López, don José Alvarez Fernández, don Bernardo 
Pardías López, don Constantino Carneado González, don Sebastián Soto Reígada, 





ASTURIANO DE LA HA EL 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


30 ? 


don Antonio Orobio Campa, don José Cuenco Bodes, don José Ramón Muñiz Rojas, 
don Avelino Caneliada Alonso, don Rosendo Camino del Río, don Antonio Sánchez 
Priede, don José A. Fernández y González, don Manuel Alonso Suárez, don Alfredo 
Alvarez Suárez, don Manuel Francos García, don Benjamín Fernández García, don 
José R. García Cotareío, don José Muñiz Alvarez, don José R. González Quesada, don 
Manuel Alvarez Menéndez, don Leandro Ci fuentes Alvarez, don José Antonio Palacio, 
don Adolfo Díaz y Díaz, don Santos García, don Jenaro Suárez Vallina y don 
Ramón Alvarez Lorenzana, 

Vocales natos; don Rafael García Marqués, don Juan Bancos Conde, don Maxi- 
mino Fernández San feliz, don José ínclán Galán, don Vicente Fernández Riaño, don 
Maximino Fernández y González y don Ramón Fernández Llano, 

Y las Secciones han quedado así constituidas: 

Intereses Materiales: presidente, don Marcelino Pire García; vicepresidente, don 
Adolfo Díaz y Díaz; vocales, don Ladislao Menéndez Menéndez, don Leandro Ci fuen- 
tes Alvarez, don Juan Rodríguez Suárez, clon Manuel 
Francos García, don José Alvarez Fernández, don Manuel 
Alonso Suárez y don Gregorio Alonso Alvarez. 

Asistencia Sanitaria: presidente, don José R. Viña; 
vicepresidente, don J esús María López Fernández ; voca- 
les, don Andrés Mon Pérez, don Angel Collado Fuentes, 
don José Alvarez Alvarez, don Pedro González Méndez, 
don Angel Rodríguez Suárez, don Manuel Pérez 1 araño, 
don Cipriano Fernández Al varé, don Gerardo de Arriba 
Rendueles, don Celestino Rodríguez Megido, don José 
Acebo Francisco, don Francisco Inclán del Busto, don 
José A. Fernández y González, don Alfredo Alvarez y 
Suárez, don Antonio Sánchez Priede, don Benjamín Fer- 
nández García, don José R. González Quesada, don José 
Antonio Palacio, don Santos García, don Jenaro Suárez Vallina, don Ramón Alvarez 
Lorenzana. 

Inmigración: presidente, don José Cuenco Bodes; vicepresidente, don Bernardo 
Pardias López; vocales, don Felipe Rodríguez Campillo, don Longino Rodríguez y Ro- 
dríguez, don José María Peláez García, don Luis Valle Quesada, don Darío Díaz Me- 
néndez y don Rosendo Camino del Río, 

Instrucción: presidente, don Sebastián Soto Reigada; vicepresidente, don Cons- 
tantino Carneado González; secretario, don Manuel Pérez García; vocales, don Manuel 
Pérez, don Anselmo García Barrosa, don Juan Bautista Soto Rodríguez, don Alberto 
Peón, bibliotecario; don Ramón Piñera, don Rafael Arena, don Enrique Fernández 
Trelles, don Juan Alvarez Rodríguez, don Jenaro González, don Emilio Pérez Bermú- 



DON JOSE CUENCO BODES, 
PRESIDENTE DE LA SEC, 
DE INMIGRACION, ACTUAL- 
MENTE SOCIO DE MERITO 


306 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


dez, don Juan Antonio Fernández y Reíró, don Teodoro Campoamor, don Marcelino 
Couso, don Manuel Merino y Acebal, doctor don Rafael J. García y González, don 
Oscar J. Alvarez Urrutia, don Florentino García González, don José Antonio García 
Menéndez, don Ramón Díaz Rodríguez, don Juan Alvarez García, don Luciano Peón 
Cuesta, don Manuel Hévia Tuya, don Joaquín Ablanedo, doctor don Rafael A. Fer- 
nández, don Mauricio de Arriba, don Segundo Pérez Sierra, don Jesús García Pérez, 
don Manuel Fernández G randa, don Pelayo Villar, don Alfredo Iglesias, don Ernesto 
Villanueva, don Cándido Muñiz Muñiz, don Ramón Rodríguez Busto, don Evaristo 
García del Busto, don José González López, don Ramón Puerta, don Alfonso Muñiz 
Hévia y don Miguel Fariñas y González, 

Recreo y Adorno: presidente, don Adolfo Peón Redondo; vicepresidente, don 
Antonio Orobio Campa; secretario, don Alberto Rodríguez, 

Propaganda: presidente, don José Ramón Muñiz Rojas; vicepresidente, don 
Avelina Canellada Alonso; vocales, don José R. García Cotarelo, don Fernando Ro- 
dríguez González, don Luis Rodríguez Cepeda, don José 
Muñiz Alonso y don Manuel Alvarez Menéndez. 

Varias notas excepcionales destacan del conjunto de 
asuntos de carácter ordinario que tanta monotonía ponen 
en el trabajo de la Junta Directiva y de la General, La 
más sobresaliente— fuera de las asambleas en que princb 
pió a discutirse la construcción del Centro y que reseña- 
mos en capítulo aparte—ha sido el luminoso informe de 
la Sección cíe Instrucción variando radical y substancial- 
mente el plan de estudios de las "Escuelas de JovellanosC 

Hallólo discreto y hacedero la Directiva, mas antes 
de someterlo al ulterior juicio de la General quiso que 
sobre él discurriesen hombres sapientes y peritos en la 
materia, confiándosele el dictamen a don Guillermo de 
la Riestra, don José María Vidal, don Santiago Abascab don F. A. Bermúdez, don 
José Alvarez, don Agustín Fernández y don Angel Rodríguez, que todos sabéis cuán 
competentes son en tales menesteres, y la opinión de éstos fué, en suma, rotundamente 
favorable, con lo que apenas hubo de ser discutido en la sesión de 3 de Agosto donde 
se dio a conocer a los socios. Aprobóse le por unanimidad. 

Con esta fundamental variación, nuestras escuelas, quizá hasta ahora rutinarias, 
adquieren categoría de verdadera academia de comercio, podiendo cursarse la carrera 
de perito mercantil. Llevarán en ío sucesivo el nombre eufónico y respetable de "Ins- 
tituto Comercial de Jovellanos". 

La Junta General estaba bien impresionada ya por adelantado, pues horas an- 
tes de la sesión circuló profusamente una hoja impresa ponderando la propuesta refor- 



DON SEBASTIAN SOTO RED 

GADAh presidente de la 
SECCION DE INSTRUCCION 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


307 


ma y haciendo atinadas consideraciones respecto de lo que de ella se esperaba, en estilo 
literario que descubría el espíritu fuertemente bizarro de don Sebastián Soto y Reigada, 
autor del nuevo plan pedagógico. 

A este, al Sr. Soto Reigada, presidente celosísimo de la Sección de Instrucción, 
le cabe el honor de haberse interesado con talento, eñcacia y entusiasmo en infundirles 
más relieve y trascendencia a dichas escuelas, haciendo doblemente fecundo y pro- 
vechoso el sacrificio que representa sostenerlas. 


Consecuencia de la protesta elevada a la junta Directiva por don Emilio Fer- 
nández, a raíz de la inauguración pomposa y llamativa del edificio “Asturias”, la Junta 
General de 22 de Enero acordó prohibir todo género de fiestas en el Sanatorio, sea cual- 
quiera el pretexto o motivo. 


Un socio de mérito más cuenta nuestra Sociedad desde la misma junta General 
de 22 de Enero: don Adolfo Díaz y Díaz, que — y no hablaremos aquí, por ser innece- 
sario, de su gran labor en el seno de la Directiva y las Secciones — ha inscripto, día a 
día, con paciencia de catequista y patriotismo bien entendido, 2,378 socios. 

La distinción está en su punto, justificadísima. 

De ahí que fuese otorgada con el consenso unánime de 
la asamblea. 

El progreso del maqumismo, cuyas víctimas propi- 
ciatorias son los obreros, ha vuelto a irrumpir en la 
Secretaría de nuestro Centro, El incendio que nos privó 
del hogar propio, llevóse también la máquina impresora 
de recibos, y desde entonces éstos venían siendo cubiertos 
a mano por varios inteligentes oficinistas. Hay ahora 
otra máquina más perfecta que la anterior que realiza 
dicho trabajo con mayor rapidez, baratura y precisión. 

Se eleva su costo a $7,333.10. Y dolorosa consecuencia: 
por seguir el avance de la época y por poner algo de 
economía en nuestros gastos, el 30 de Junio se declararon 
extinguidos los servicios de siete laboriosos empleados. Triste, muy triste. 

Hemos vuelto a divagar acerca de la lucha antituberculosa, esta vez con ten- 
dencias a crear en Asturias un Sanatorio ' ad boc” Fué con motivo del viaje, en pos 
de descanso físico e intelectual del administrador de la Covacionga, don Francisco 
García Méndez. Todo el mundo se ocupó de este viaje y sus consecuencias, y los pe- 
riódicos de Oviedo tan asequibles a cuanto signifique generosidad y bien publico, aco- 
gieron la idea con singular cordialidad, consagrándole extensas informaciones en las 
que el Centro Asturiano recibía fervorosos elogios. 



DON JOSE R. MUnIZ ROJAS, 
PRESIDENTE DE LA SEC. 
DE PROPAGANDA 


308 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El Sr, García Méndez proponíase interesar a la Diputación Provincial en la 
construcción de un gran Sanatorio al que, mediante el canon correspondiente, pudié- 
semos enviar nuestros tuberculosos, propendiendo a su curación a la vez con el cambio 
de clima, en ocasiones más eficaz que toda la terapéutica y evitando que los cientos de 
enfermos que devolvemos anualmente trasmitan su terrible dolencia por carecer del 
necesario aislamiento y de los cuidados profilácticos más indispensables dentro de sus 
hogares, pobres generalmente, Y lejos de reposar, di ose a la tarea de convencer polí- 
ticos y caciques, aunando voluntades. Lo que este hombre trabajó no es para relatarlo. 
Algo de ello, muy exiguo, tímido y ruboroso, está en el informe que a su regreso elevó 
a la Junta Directiva. No tuvo un momento de sosiego desde que puso pié en Gijón 
el 2 de Julio Como muchos aquí y allá mostrasen escepticismo respecto al resultado 
de sus propósitos, sin tomarse un respiro fue de casa en casa, de pueblo en pueblo, allí 
donde hubiese un personaje influyente, a fin de recabar su concurso. Y lo conseguía. 

Lo conseguía así que hablaba. Todos, diputados a Cor- 
tes, diputados provinciales, cachicanes electorales, perio- 
distas, todos secundaron al Sr. García Méndez, jQué 
espíritu más admirable, qué poder de persuasión el suyo! 
La Diputación reunióse presto, allá en Septiembre — "o 
pesar de lo in tempestuoso del tiempo" — consigna triun- 
fal mente el Sr. García Méndez— y acordó adquirir vasto 
terreno en sitio propincuo de Víliamanín o Pola de 
Cordón, para levantar a toda prisa el establecimiento 
ultramoderno, confortable, con el desiderátum de la 
higiene, al que irán los tuberculosos de la provincia y al 
que podremos remitir los nuestros, mediante el pago de 
lo que estrictamente gasten. ¡Sesión inolvidable, en la 
que estuvo el informante y se vió compelido a hablar 
ante concurso selecto de intelectuales, haciéndolo con rubor y timidez pero procurando 
quedar lo más airosamente posible" como agrega para satisfacción nuestra. Y añade, 
reafirmando el acuerdo citado: "Todos estos datas, planos y presupuestos — se refiere 

a los del futuro sanatorio — serán aprobados en la sesión plenaria de la Diputación, en 
los primeros días del mes de Febrero, para ser inmediatamente ejecutados". 

Como persona previsora, el Sr. García Méndez, al irse de Asturias, satisfecho 
de la facilidad de su éxito— querer es poder — dejó en la provincia quien le sustituyese 
en caso necesario. Y así lo afirma, con frase épica: "El Sr. Merediz, abogado y dipu- 
tado, es mi representante personal para continuar mi obra en relación con el Sanatorio 
y para cualquier asunto que desde aquí se le encomiende", Todos los caminos, pues, 
quedaron tomados. No hay duda de que el Sanatorio será en breve edificado, gracias 
a la labor personal ísima, inteligente e infatigable de don Francisco García Méndez, 

Desde Asturias nuestro administrador lánzase a Madrid. Pero antes, hace en 
su informe una ligera escapada por los campos ubérrimos de la riqueza y poderío de 



DON FRANCISCO GARCIA 
M E N DE Z , AL> M IN IS T R AD O R 
DEL SANATORIO 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


309 


la región, describiendo sus addantos, Es emocionante leerle. Mas pasada la dulce 
impresión, tiene uno que preguntarse; ¿A qué va a La Corte el inquieto Sr. García 
Méndez? ¿Qué nuevas ideas le acucian 0 ¿Qué se propone este carácter formidable? 
Pronto se encarga de decírnoslo' le lleva el noble deseo de interceder en beneficio de 
los prófugos militares residentes en América, facilitándoles su regreso a la patria, sin 
penalidad alguna, libremente, mediante el sencillo recurso de unos cientos de pesetas. 
¡Lo que él revuelve, los personajes que él visita ! En todos halla facilidad, y hasta el 
Sr, Sánchez Guerra, alta figura del gobierno de entonces, le hace cautivadoras promesas. 
¡Es asombroso el magnetismo que fluye del Sr. García Méndez! También aquí nombra 
su representante personal, 'encargado de hacer que triunfe mi proyecto — agrega 
franciscanamente— que con las corrientes americanistas y algo que cooperemos todos' 
no tiene nada de imposible. 

Y concluye el inefable Sr. García Méndez describiendo los agasajos que le rin- 
dió el Centro Asturiano de Madrid. Al saberle allí, convocó a sesión extraordinaria, 
destacando, asimismo, un grupo de socios que quieras que 
no le sacaron del hotel y le llevaron allá, donde fué objeto 
de inusitados honores. Luego, a! siguiente día, dispo- 
níanse a obsequiarle con un banquete, pero esto era dema- 
siado para su natural modoso y humilde, y simuló un 
viaje urgente a fin de sustraerse a tanta afectuosidad. 

El Sr. García Méndez, no obstante este enorme trajín, 
recuperó la salud. También lo consigna, para tranquili- 
zarnos, en su interesante informe, documento preciosí- 
simo, que por su trascendencia merece esta cita algo 
extensa. 


En la Quinta continúan las obras de engrandecí- DON ADOLFO d xaz y xuaz, 
miento. Ampliamos el pabellón "José Inclán", adjudican- socio de mérito 

do estas obras ascendentes a $47,989.00 a don José Pérez 

Benitoa y don Pedro Sánchez; demolemos el "Antonio González Prado' , viejo y rui- 
noso, reemplazándolo por otro de igual factura que los ya construidos, siendo los con- 
tratistas Latta y Pujáis, a los que en 19 de Diciembre otorgamos la subasta, por ser 
su oferta, importante $132,547.77, la mejor de las presentadas. Y concluimos la am- 
pliación del "Benito Cdorio", trabajo de índole administrativa que costó $25,613.83. 

También se efectuaron otras tareas de hermoseamiento de los jardines y coloca- 
ción de más aceras. 


La eminente actriz argentina Camila Quiroga, en jira artística por Cuba — mes 
de Mayo — tuvo la gentileza de visitar la Casa de Salud, acuciada por la fama de ésta, 
que traspone los mares y alcanza ecoicas resonancias mundiales. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


310 


Ocioso es decir cuánta fue nuestra legítima satisfacción por su honrosa visita, 
de ía que afirmó haber salido complacida. 


La lista de nuestros socios fundadores descendió lamentablemente durante el 
año. Estos románticos y utópicos veteranos van acercándose a la edad fría, que dijo 
el poeta señalando i a vejez, y van cayendo para no levantarse más. Destocada la 
cabeza y el corazón angustiado, recordamos que dejaron de existir don Manuel García 
Fernández, don Angel Préstamo del Riego, don Gabina González Fuentes, don Celes- 
tino Fernández Reguera y don Bernardo Fernández Lo redo. 

Año malo en verdad este de 1922. , . Fallecieron igualmente don Gerardo de 
Arriba R endueles, vocal mentís imo de la Junta Directiva; el primer médico de visita 
de la Covadonga, con 24 años ininterrumpidos de servicios, don Francisco Raynerí 
Sor en tino, anciano de gratísima recordación, y el Socio de Mérito, ilustre iniciador de 
nuestro Centro, en cuyo primitivo reglamento colaboró, e insigne periodista, don Lucio 
Suárez Solas, subdirector del Diario de la Marina '. 


Los señores clon Nicanor Fernández, don Carlos Fernández Méndez y don San- 
tiago Abascal, cuyos nombres, en fuerza de leerlos seguramente os son gratos por lo 
mucho que subrayan su talento y entusiasmo, han propuesto por separado diversas 
modificaciones al reglamento general, 

Las tres mociones tomadas ya en consideración, serán discutidas oportunamente. 


La cuota social continuará siendo de dos pesos durante el próximo ano. 

Lo aconseja la carestía de víveres y medicinas, de tanto enorme consumo en la 
Quinta. 


Las Comisiones de Glosa, que resumen paciencia, sacrificio y amor a la Sociedad, 
las formaron: 

Don Miguel Méndez Díaz, don Nicasio Martínez Jardón, don Santiago Abas- 
cal, don Nicanor Fernández y don Benjamín Menéndez, en el primer trimestre. 

Don Manuel González Menéndez, don Emilio Fernández, don José L lamed o 
de la Vega, don Fermín Suárez Solís y don José Prendes, en el segundo. 

Don Carlos Fernández Méndez, don José Menéndez Prado, don Angel Medio 
Pérez, don Basilio Fernández Solís y don Santiago Abase al, en el tercero. 

Don Manuel González Menéndez, don Ceferino Suárez Rodríguez, don José Ra- 
món Rozas, don Arturo Cofiño y don José Llameó o de la Vega, en el cuarto. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


311 


No hubo elecciones este año, en cuyas postrimerías estamos, Las gentes pare- 
cen cansadas aún de la lucha electoral última, tan ardorosa y discutida, y los dos par- 
tidos en que se fracciona nuestra colonia hánse puesto de acuerdo para proclamar una 
sola candidatura, que es ésta: 

Vicepresidente segundo, don Marcelino Pire y García; vocales por dos años, 
don Manuel Pérez Tárano, don Gregorio Alonso Alvarez, don Pedro González Méndez, 
don Cipriano Fernández Al varé, don Antonio Méndez Méndez, don Víctor A. López 
y Suárez, don Laureano Alvarez Fernández, don Segundo Pérez Sierra, don Benjamín 
Menéndez García, don Luis Muñiz Blanco, don Nicanor Fernández García, don Ber- 
nardo Lo redo Berros, don Mariano Cano Nogales, don Benigno Pérez y Pérez, don 
Restituto Sánchez González, don Félix Fernández Riaño, don Alberto Rodríguez Fer- 
nández, don José Antonio Palacio Barro, don Santiago Toraño González, don Basilio 
Fernández Solís, don Hermógenes Foyo Díaz, don Marcelino Suárez González, don 
Francisco García Fernández, don Andrés Fernández García y don Carlos Miranda 
Alvarez, 

Vocales por un año, don Eduardo González González, don Manuel Vigil Menén- 
dez, don José Prendes Rodríguez, don Valerio Villa García y don Maximino Rodríguez 
Avila. 


31 de Diciembre. , . Cerremos este capítulo, pues que se extingue el 1922, año 
de relativa inquietud por las discusiones que enciende el futuro palacio. . Pero de 
esto hablamos extensamente más adelante. 

En 31 de Diciembre del anterior ejercicio teníamos 46,545 socios. En este, que 
ahora expira, 44,162 No ha sido considerable la baja, dadas las penosas condiciones 
del país. 

Estadística del Sanatorio; Durante el año de 1922, ingresaron 9,665 enfermos, 
que con los existentes del ejercicio anterior, dan un total de 10,348 asistidos. Falle- 
cieron, 280 

El Departamento de hidroterapia prestó 118.799 servicios; la Farmacia des- 
pachó 442,596 recetas; Rayos X, radioterapia, radium, etc., hizo 9,082 trabajos; se 
ejecutaron 294 electrocardiogramas; el Laboratorio efectuó 17,126 análisis, autovacu- 
nas, etc., y el cuerpo médico ofreció 83,571 consultas y las operaciones quirúrgicas ab 
canzaron un número considerable: 4,161. 

Socios reembarcados, 116, cuyos pasajes y asignaciones costaron $21,681.30. 

Presupuesto para 1923. Ingresos: Por Sección de Intereses Materiales, 

$950,000.00. Por Asistencia Sanitaria, $58,772.00. Por Recreo y Adorno, $2,100.00, 
Por concepto general, $1,800 00. Total de ingresos, $i 012,672.00. 



312 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Egresos: Por Junta Directiva, $ 1,000,00. Por fondo especial, $600,00, Por 
Sección de Intereses Materiales, $111,350.43. Por Asistencia Sanitaria. $ 94,003.40. 
Por Instrucción, $21,447,00. Por Recreo y Adorno $4,525.00, Por Propaganda, 
$11,686.00. Por Inmigración, $2,520,00. Total de egresos, $847, 131.83, Superávit, 
$165,540.17. 

Gastos que se suponen ocurrirán en la Delegación de Tampa, $36,000.00. Su- 
perávit,, $129,54047. 

Para edificaciones y mejoras en la Casa de Salud Covadonga, $50,000,00. 
Para amortización de la deuda, $70,000,00. Superávit líquido, $9,540,17 




DE LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO SOCIAL 

III 


Discursos y discursos— Una mocion interesante. — Mas discursos,— Se aprueba 

UN EDIFICIO CON SOTANO, PLANTA BAJA Y TRES PISOS. — ¿SERA DESTRUIDO EL TEATRO 

DE "CaMPOAMOR”? 



HORA sí vamos intrépida y decisivamente a resolver el magno problema. 
El Sr. Ped roanas aspira, por lo visto, a confirmar su cartel de hombre de 
acción, pues que no rehuye satisfacer el anhelo de todos convocando a la 
junta General a fin de adoptar un acuerdo decisivo. 


Recuérdese que la Directiva de 1921 consideró inaceptable, por obvias razones: 
crisis económica del país, inseguridad de que se reanude el esplendor comercial de 
pasados días, descenso de nuestros ingresos a la par que aumento de los gastos, la 
construcción de un edificio de siete pisos, con un nuevo teatro, según acuerdo de las 
Juntas Generales de 4, 5 y 7 de Septiembre de 1919, Y que convino en la necesidad 
de revisar éste, creando un estado de opinión favorable mediante propaganda demos- 
trativa de lo inadecuado del proyecto por su excesivo costo superior a la vitalidad 
de la Asociación. Las circunstancias de entonces son las mismas de ahora o más 
graves, Y como no está bien diferir indefinidamente lo que se refiere al palacio 
social, permaneciendo en una inactividad sospechosa de abulia, hócese la convocatoria 
de una junta General extraordinaria para el 15 de Octubre, 

Reseñemos esta sesión en verdad memorable, que tuvo la virtud de congregar 
a numerosos afiliados. Presidióla el Sr Pedroarias con los vicepresidentes primero y 
segundo, respectivamente, don Dionisio Peón Cuesta y don Fernando Lobeto. Tam- 
bién estaba en la Presidencia el Excmo. Sr, Ministro de España, don Alfredo de Ma- 
riátegui, inteligencia privilegiada, que conduce los asuntos diplomáticos con idéntica 
gloriosa maestría que el taco en el difícil juego del billar, y cuyo espíritu inquieto sen- 
tía curiosidad por conocer la resolución de problema tan importante para la primera 
Sociedad española de Cuba. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Leído el informe de la Directiva aconsejando la revisión de lo acordado, y dis- 
cutido con algún calor por disentir del criterio de gran parte de los asambleístas, fue 
aprobado, no obstante, a poco de comenzar el acto y por considerable mayoría. Se 
vuelve, pues, al punto inicial, o sea a los días anteriores a Septiembre de 1919 en que 
aún no se habían concretado la capacidad y demás características del futuro palacio. 
¡Estamos, sin embargo, en los prolegómenos del fin, a juzgar por los indicios! La Di- 
rectiva, en reemplazo del proyecto de siete pisos, con teatro nuevo, propone otro de 
planta baja y tres pisos, sin destruir el ' Campoamor 1 , haciendo el siguiente cálculo 
de costo y utilidades: 

‘Costo: un millón doscientos cuarenta y tres mil cíen pesos y ochenta y nueve 
centavos’ ‘ . 

1 Renta anual : ciento veintinueve mil veintinueve pesos y setenta y dos centavos 1 V 

"Gastos generales: noventa y cuatro mü doscientos setenta y ocho pesos y se- 
tenta y dos centavos". 

"Cantidad anual para amortizar: treinta y cuatro mil setecientos cincuenta y 
un pesos". 

Interviene el Sr. Fernández Llano, inconforme. El también tiene su idea y 
elaboró un proyecto, al que se da lectura, Héle aquí: 

Sótano, planta baja y tres pisos, sin teatro. 

"Costo total : un millón doscientos setenta y cuatro mil doscientos un pesos y 
setenta y seis centavos. 

"Renta anual: ciento veintidós mil ochocientos setenta y nueve pesos y cin- 
cuenta y dos centavos. 

"Superávit anual para amortizar: veintisiete mil ciento cincuenta y cuatro 
pesos y ochenta y nueve centavos. 

Oyese la voz tonitronante de don Sebastián Soto Reigada, disintiendo, 1 ía he- 
cho cálculos, trazado paralelas, curvas, etc., cubicado el terreno, y propone: 

Sótano, planta baja y dos pisos, sin teatro. 

"Costo total: un millón ciento un mil doscientos treinta y cuatro pesos y dieci- 
seis centavos. 

"Renta: ciento veintidós mil ochocientos setenta y nueve pesos y cincuenta y 
dos centavos. 

"Superávit anual para amortizar: treinta y ocho mil trescientos noventa y siete 
pesos y setenta y siete centavos. 

Don Laureano Al va re z Fernández, por su parte, pide la lectura de un escrito 
que presentó a la Mesa. Léese el escrito, en el que don Laureano aboga por un edificio 
social de tres pisos, conservando el teatro "Campoamor", e indica la conveniencia ele 
celebrar un concurso arquitectónico. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


315 


¿Hay más proyectos? No, no hay más proyectos. Dáse principio a la discusión. 
Piden la palabra simultáneamente varias docenas de socios y la presidencia ia concede 
primero a don Francisco Ñuño. Tras de éste a clon Guillermo de la Riestra, ¿Qué di- 
cen estos ínclitos señores? Que están identificados con el proyecto que patrocina la 
Directiva. Luego se sientan, quizá cansados por ei esfuerzo, para dar paso a la orato- 
ria correcta y suave de don Manuel Pérez Tárano, que apoya lo que apoyan sus pre- 
decesores, advirtiendo que es partidario de la conservación de! “Teatro de Campoamor'' 
no por la glorificación del nombre de este portal ira, que hay muy diversos medios de 
glorificarle, sino porque aparte de que no impide el desarrollo del edificio, conviene 
económicamente y aumenta el valor de los comercios que se instalen en la manzana, 

Don Laureano Alvarez no se resigna a permanecer en silencio Todos sabéis 
quién es don Laureano: uno de los socios más entusiastas y fogosos, y uno de los astu- 
res de más noble corazón, efusivo, cordial, generosísimo, desinteresado, cuya rudeza 
exterior enmascara un espíritu infantil. L1 acorre a todo y está en cuanto sirva, enal- 
tezca y redunde en provecho de los intereses sociales. Y don Laureano, que tiene tam- 
bién algo de filarmónico, dice ahora su devoción por el teatro y señala lo sensible que 
sería destruir el “Campoamor \ Su criterio en suma, coincide con el de la Directiva. 

Habla don Vicente Fernández Riaño. ¿Qué se le ocurrirá al popular expresi- 
dente? La asamblea, que ora aplaude como runrunea hostil, guarda silencio es pee la- 
tí vo. Mira con curiosidad a este hombrachón simpático y locuaz, que resume el carác- 
ter as tur, epigramático, ironista y a la vez, fuerte y rebelde, Don Vicente aspira a 
delimitar bien las tendencias predominantes: edificio para Centro, con teatro o sin él, 
’o rascacielos". Y pide que no haya confusiones caso de irse a una votación, señalando 
de antemano ¡as ideas objeto de debate. 

Le sigue don Enrique Cima, Los recios cristales de sus gafas tamizan el brillo 
de la mirada. Desborda su voz en un lamento sentimental por discrepar de la opinión 
de sus buenos amigos don Nicanor Fernández, don Luis R, Rodríguez y don Maximino 
Fernández y González, ¡Ah, tres años atrás pensaba como ellos, en la conveniencia de 
construir un edificio de ocho pisos, pero los tiempos son ¡ay! otros. ¿Do se fueron, 
parece interrogar, aquellas vacas gordas? ¿Por dónde corre aquél río de oro? Opina 
que debe llevarse a cabo el proyecto de la Directiva, mas hecho en forma que permita 
agregarle nuevos pisos si llegara una época que conviniese así y recomienda que la azo- 
tea sea convertida en terraza para esparcimiento de los socios. 

Siguen! e, para pronunciarse en favor del proyecto presentado por la junta Di- 
rectiva, don Jesós María López, don Dionisio Peón y don Armenio La Villa que cali- 
fica de doloroso que a los cuatro años del incendio aun se esté sin casa. 

— Don Nicanor Fernández, tiene la palabra — dice la Presidencia. Silencio. El 
joven tribuno— mentón pronunciado, frente espaciosa, individualidad— comienza afir- 
mando que toda reflexión es poca. Sostuvo hace tres años la conveniencia de construir 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


un edificio explotable, que se pagara a sí mismo, a fin de no hipotecar la cuota social, 
y a los tres años de aquella fecha nada hay que le induzca a rectificar su opinión. ¿Cuál 
es el mejor proyecto? pregunta, y lée los cálculos de todos ios proyectos, incluso el de! 
recomendado por la Directiva. Ninguno le satisface, por lo que encarece $e designe una 
comisión mixta que estudie concienzudamente el asunto e informe de una manera clara 
y precisa a la Junta General, 

El Sn Soto (don Sebastián) - -gesto amplio, voz resonante, apostura militar,- — 
irrumpe por ios campos melancólicos de la historia en sus manifestaciones artísticas. 
Pasea por la Grecia de Pendes y evoca a Praxiteles, hace un largo recorrido por la Ita- 
lia renacentista, describiendo de pasada el Capitolio, y vuelto a España pondera la 
arquitectura hlspano-arábiga, sin olvidarse de Granada, que le fascina, ni de Córdoba, 
ante cuya mezquita se extasió. Es formidable su erudición, que emplea, en este caso, 
para impugnar el propósito de conservar el “Teatro de Campoamor \ que ni estética 
ni económicamente es defendible, 

AI Sr. Soto síguele el vocal nato don Maximino Fernández y González, que por 
ia mesura y brillantez conque expone sus ideas, tanto pesa en nuestras asambleas y con 
tanto interés es escuchado. Estima que los que patrocinan el proyecto de la Directiva 
no han hecho los suficientes números, pues parece que quieren, en menoscabo de los 
Intereses sociales, hacer una casa de recreo, y nadie tiene derecho a disponer del di- 
nero de los sucesores, y así como disfrutan los socios actuales de beneficios que les le- 
garon justo es que procuren legar beneficios a los que les sucedan. Concluye exponiendo 
grandes argumentos en apoyo de su tesis de que con menos de cinco pisos no debe cons- 
truirse el edificio en ese lugar. 

Habla ahora don Luis R Rodríguez. Menudo, nervioso, vivaz, espíritu de lu- 
cha y espíritu de sacrificio, cuya vida es un himno al Centro Asturiano. Afirma que 
los que con él defendieron el proyecto de ocho pisos son hombres democráticos, que 
no tratan de imponer su criterio, si no de salvaguardar, acrecentándolos, los intereses 
sociales. Descartado, pues, el proyecto de ocho pisos hay que tender a que el edificio 
que se construya no pese sobre la cuota social, sin abandonar el aspecto artístico que 
es preciso ofrezca por el lugar en que se encuentra y por lo que representa. Entiende, 
por tanto, que es conveniente construir un teatro nuevo en Zu lucia y San José, con el 
fondo por Monserrate, a fin de desarrollar su construcción simétrica y con las comodi- 
dades necesarias. Termina apoyando lo indicado por el Sr. Cima de que el edificio 
esté preparado para recibir nuevos pisos, sí algún día fuere necesario, 

Don Gregorio Alonso, es un formidable enemigo del teatro dentro de nuestra 
casa. Le espanta ese teatro. Su vocecilla de crista!, que parece a punto de quebrarse, 
adquiere por instantes trémolos de insospechado vigor. ¿Irá a estallar su garganta? 
Es correcto hablando. Posee prestancia, sabe ser ameno y revela cultura; pero su voz 
¡ay! apenas se extiende del círculo de los que le rodean. * * ¡Si tuviese la mitad, siquiera, 
-de la potencia del Sr. Soto! Por cierto que alude a éste, elogiando el proyecto que pre- 



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EN CONSTRUCCION AUN A MEDIADOS DE lí*27 r EN QUE SE LE FOTOGRAFIO 


LIBRO PEI, CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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sentó, que diputa de más acertado. Trae, a su vez, un proyecto propio, que consiste 
en agregar tres pisos al que auspicia la Directiva, Enumera las ventajas económicas 
y afirma que esos tres pisos más pueden ser alquilados a Sociedades, médicos, abogados, 
agentes de seguros, etc. Concluye anunciando que existen compañías hosteleras de la 
Florida ansiosas de hacernos tentadoras ofertas si nos disponemos a seguir sus consejos. 

Rodríguez Viña (don José Ramón), es un espíritu independiente, que discurre 
por cuenta propia. Así, discrepa de sus compañeros de Directiva y explica peculiari- 
dades de ésta al discutirse el proyecto de edificio. Defiende la construcción de cinco 
pisos, cuyas rentas eviten que gravemos la cuota social, y se muestra partidario de un 
nuevo teatro También estaría en su punto el "roof garden" que figura en otros pro- 
yectos. Adhiérese, para concluir, al criterio de don Nicanor Fernandez, respecto a 
designar una comisión mixta informante. (El Sr. Viña ha estado como de costumbre, 
discreto y sesudo). 

Otro adversario del teatro es don Gonzalo Llano, Don Gonzalo maneja números : 
la aritmética a su servicio, no es una ciencia abstracta, como algunos pretenden. Encie- 
rra una precisión absoluta. Y con auxilio de la señora aritmética, cree que es perjudicial 
conservar el teatro, cuya superficie dedicada a otros negocios, claro que menos artísti- 
cos, pero no menos honrados, producirá mucho más, Y no habiendo teatro, para que 
el Centro esté holgadamente instalado, le bastará con la planta baja y dos pisos altos. 

Brevemente interpola su opinión don Emilio Fernández para recomendar que 
se estudie mejor cuanto se refiere al problema constructivo, sumándose a lo solicitado 
por don Nicanor Fernández respecto al nombramiento de una comisión. 

Otra vez se yergue, en ademán tribunicio, el Sr. Fernández Llano. El expresi- 
dente y licenciado en leves arremete contra la idea de mantener incólume el "Teatro 
de Campoamor . No, teatro, no. Edificio sin teatro* El “Campoamor ocupa e inu- 
tiliza el mejor frente de la manzana y anula toda buena distribución. No admite asi- 
mismo, que aquél produzca lo que sus panegiristas proclaman. Error, error, óyesele 
decir. Error grande y sensible. Y hombre de depurado gusto artístico, señorial, pon- 
dera el edificio sin teatro que nos consentirá tener una espléndida escalera por eí frente 
de San Rafael, en el centro de la fachada, quedando a cada lado un amplio y hermoso 
local, además de dos mil cien metros de superficie para alquilar, que rendirán más que 
cualquier coliseo. 

Don Celestino Alvarez, periodista — volumen canonical, gruesos quevedos y acen- 
to p a s toso — . b lace un p equeño discu r$o , a fi mi an do qu e son m uc hos 1 os p r oyectos , p e ro 
poco meditados, a su juicio, los cálculos de cada uno, por lo que se impone el nombra- 
miento de la comisión de que habló don Nicanor Fernández. 

(¡La una de la madrugada!. . * Cinco horas de sesión sin un respiro!. . . Den- 
tro de poco, amanecerá. Caras somnol lentas, ojos cargados de modorra, bostezos ir re- 
primí bles . E 1 p res idente consu 1 ta su reí oj . Los soc ios cónsul tan 1 os s uyos Cuc h icheos , 



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EL LJBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sillas que quedan vacías. Gentes que se pierden por entre las columnas del salón ga- 
liciano. Una voz, la del señor Pedroarias: Se suspende la sesión para proseguirla otro 
día previa convocatoria. Campanillazo. Desfile general. Discusiones a la puerta del 
Centro Gallego. Paz, quietud en las calles. Sombras). 

29 de Octubre. Ocho de la noche. Menos concurrencia que en la sesión anterior. 
En la curul presidencial don Jenaro Pedroarias. A su derecha, el Sr. Peón; a la izquier- 
da, el Sr. Lobero, ambos vicepresidentes, con el secretario Sr. García Marqués y el ofi- 
cial relator don Martín del Tomo* 

Continúa el debate acerca de los proyectos de construcción del edificio social, 
declarándose urgente ¡a siguiente moción: 

Señor Presidente del Centro Asturiano. 

A la Junta General extraordinaria. 

Los que suscriben, creyendo interpretar el deseo de la casi totalidad de los so- 
cios, se permiten recomendar a la Junta que acuerde establecer las siguientes reglas 
que han de constituir las bases de lo que ha de ser el Palacio del Centro Asturiano de 
la Habana. 

Primero: — Que se construya un edificio con sótano, planta baja y tres pisos 
(que hacen un total de cuatro pisos y -sótano) para dedicarlas al servicio exclusivo de 
los socios, alquilando todos los locales que queden disponibles en la planta baja. 

Segundo: -Que a fin de construir un edificio bello y artístico, que a más de ser 
orgullo de los asturianos de Cuba, lo sea para la ciudad en que vivimos y en la que la 
colonia asturiana ha tomado la iniciativa de fundar y organizar esta Sociedad, que 
aspira a ser modelo en todas las iniciativas en que toma parte activa, se acuerde des- 
truir el actual Teatro de Campoamor 11 por no permitir el actual teatro la realización 
de estos ideales, por estar mal emplazado, dadas nuestras necesidades de dotar al pa- 
lacio social de una suntuosa entrada que ha de ocupar la parte central del frente de 
la calle de San Rafael. 

Tercero:— Que se acuerde la construcción de un nuevo teatro, en la parte de la 
manzana que sea más a propósito, que al igual que el existente se le ponga el nombre 
de nuestro inmortal poeta: Campoamor. (En estas ideas y acuerdos se condensa la 
opinión social que no quiere tener un edificio superior a sus propias necesidades y que 
no se resigna a que desaparezca lo que puede llamarse la Tnascosta de la manzana A 
El Teatro de Campoamor 11 es algo que llevamos en nuestros corazones asturianos, y 
si bien es verdad que deseamos que el actual desaparezca, deseamos que a esa idea 
vaya unida la de hacer otro que nos permíta realizar y recoger las palpitaciones del 
sentimiento astur, en nuestro futuro palacio). 

Cuarto: — Que con el propósito de que en lo futuro pueda modificarse nuestro 
palacio, en lo que respecta a alturas, los cimientos y la planta baja deben ser cons- 
truidos y preparados para resistir por lo menos otros cuatro pisos más. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Quinto:- Que la azotea sea destinada ai recreo de los socios del Centro Asturia- 
no, en la forma que ellos mismos acuerden. 

Si las anteriores ideas merecen la aprobación social, para realizarlas y estudiar 
la parte económica de las mismas, la junta General debe nombrar en este acto una 
comisión de su seno para que, en compañía de la que nombre la Junta Directiva, emita 
su informe de acuerdo con el proyecto que hemos explanado, — Octubre de 1922,- — Luis 
R Rodríguez, Gregorio Alonso, Enrique Cima, Armenio La Villa, Carlos Miranda, 
Arturo Gutiérrez Pérez, Santiago Abascal, José Fernández, Mariano Cano, Benigno 
Santos, Manuel González, Basilio Fernández Solís, Miguel Cano, Luis García Quintana, 
Angel Rodríguez y Joaquín Rey 

Terminada la lectura, el presidente abre un tumo en pro y otro en contra, a 
fin de determinar si se toma o no en consideración. 

Consume el turno en pro don Enrique Cima. El orador agradece al primer 
firmante de la moción, don Luís R. Rodríguez, su deferencia al cederle esta defensa, 
la que ie colma de entusiasmo. E inicia seguidamente fogoso discurso, amplío y docu- 
mentado, que la asamblea oye con religiosa atención. 

El Sr. Cima después de considerar el caso y de hacer cálculos, tiene una con- 
vicción firme e inalterable: la de que es menester destruir el ' Campo amor” para hacer 
otro nuevo en sitio donde, redituando mucho más, no estorbe tanto a la armonía ar- 
quitectónica del edificio. Habéis traído aquí — dice dirigiéndose a los partidarios de 
conservar el teatro actual— 'números equivocados y caprichosos que no convencen a 
nadie. Lo que apetecen los socios es que el futuro palacio, sea como sea, se pague asi- 
mismo, en más o menos años, pero que— tarde el tiempo que tarde en pagarse — no obli- 
gue a tocar nada de la cuota social, Los que nos sucedan— agrega —j usto es que pa- 
guen algo también de esto que en el mañana será de ellos, pues no lo vá a abonar todo 
la actual generación 

¿Pretendemos cegar la fuente de oro que representa nuestra manzana? No ha- 
gamos teatro. ¿Deseamos por el contrario, infundirle vida y aprovechar su envidiable 
situación? Hagamos nuevo teatro, Ei edificio sin teatro es como un cuerpo sin alma. 
¿Y qué costaría, señores, qué costaría otro teatro? Apenas cantidad apreciable: se 
estima que con $130,000,00 o $150,000.00, se podría erigir un soberbio coliseo. Y esta 
suma no debe alarmar a nadie, por cuanto para modificación y refuerzo del actual tea- 
tro figuran en el proyecto de la Directiva sesenta mü duros, y el nuevo teatro, además 
de mejor aprovechado y contar con más localidades, permitiría una excelente distri- 
bución del resto del edificio, hermanando la amplitud y la comodidad con las más se- 
veras normas del arte y la belleza. 

Se lamenta luego el Sr Cima de la pequeñez conque se viene discutiendo este 
tema del edificio y pide a todos elevación de ideas y sentimientos. Cedamos nuestros 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


prejuicios, si existen, ante los intereses sociales, a fin de llegar a un acuerdo común, 
para ver pronto realizado el ideal que ambicionamos unos y otros, la colonia en pleno: 
la casa propia, i Son cuatro años, señores, cuatro años de espera angustiosa! 

Recuerda palabras de don José María Viliaverde, — aquel viejo luchador, tan 
experimentado y sabio— que afirmaba que esa manzana no podía estar sin teatro. El 
teatro la prestigia. Ei teatro la enriquece. El teatro, en suma, le da vida. Y el tea- 
tro, por ser vehículo de cultura popular, honra al Centro Asturiano que, sosteniéndolo, 
contribuye a la suntuosidad, grandeza y nombradla de esta noble ciudad de la Habana. 
No haremos, porque ello es imposible, un edificio a gusto de todos; pero ¡cuán her- 
moso sería que esta Junta en un gesto unánime, aprobara ese proyecto a ver si al fin 
se yergue, resumen de explendor, magnifícente, nuestra ansiada casa solariega! (Atro- 
nadores aplausos). 

Oyense aun las ovaciones al Sr, Cima, cuando se levanta a impugnar la moción 
el expresidente Sr. Fernández Riaño, que dice: 

—Todos estamos de acuerdo en reconocer la necesidad de erigir lo antes posi- 
ble la casa social, mas hay que analizar y avenirse a razones, sin prisas que pudieran 
ser muy perjudiciales, pues ya que se esperó más de tres años, bien puede prolongarse 
un poco la espera a cuenta de hacer bien las cosas. Hermoso será indudablemente 
fabricar un palacio para uso exclusivo de los socios; pero no pudiendo ser así, hay que 
armonizar los intereses con las comodidades. Estima grave inconveniente la construc- 
ción de un teatro nuevo, pues no debe olvidarse que un teatro es, como suele decirse, 
una caja de sorpresas, probándolo el "Campoamor" que costó mucho más de lo que 
se creía. Los setenta mil duros que figuran en el proyecto de la Directiva para refuer- 
zo y modificación del teatro, es la cantidad elevada al máximum y que puede ser redu- 
c ida con s i d e rabí emente . 

Con el teatro nuevo— prosigue— la distribución resultará más deficiente que con 
el actual. Con el actual sabemos ya el espacio restante, además de conservarse las 
cuatro esquinas, inapreciables para la explotación de la planta baja; quedan, por otra 
parte, locales adecuados para todos los servicios y para un gran salón de fiestas con 
las mismas o mayores dimensiones que el que destruyó el incendio, que era de lo me- 
jor en su clase. Además, el teatro, como tal, está en la parte de la manzana que real 
y verdaderamente le corresponde mientras que en la esquina de San José y Zuíueta 
nunca sería lo que hoy es. Con el teatro actual disponemos de once metros de ancho 
para la escalera principal, sin mermarle espacio a la parte que ocupaba el antiguo res- 
taurante "El Casino", con un fondo de dieciseis metros. ¿Qué el "Campoamor' ofre- 
ce defectos? Fácil es corregirlos, dejándolo en admirables condiciones. Yo, señores,- — 
continúa— defiendo la conservación del teatro, no porque haya sido hecho en ei período 
de mi presidencia, sino porque lo conceptúo conveniente a ios intereses sociales, que 
para mí están por encima de toda otra consideración. No se olvide— dice poniendo 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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punto a su discurso — que el Teatro de Campoamor” está construido con miras al 
porvenir, en forma que pudiera aprovecharse caso de acometer la construcción de un 
nuevo edificio, y que su conservación significa para el Centro una economía de medio 
millón de pesos, (Se le aplaude con gran entusiasmo). 

Ciento cincuenta y seis votos contra ochenta y cuatro, deciden se tome en con- 
sideración I a moción. Y trescientos catorce contra treinta, aprueban la urgencia de 
discutirla. 

Iniciase, pues, en el acto, interesante debate, discutiéndose por partes la moción» 
Leída la primera regla que en la misma se establece, concédese la palabra a don Ni- 
canor Fernández* 

El orador ratifica sus manifestaciones de anteriores juntas, reiterando a la vez 
su deseo de que se designe una comisión mixta que refunda en uno o dos los diversos 
proyectos presentados» 

Imita su concisión don Guillermo de la Riestra, adicto a un edificio sólo para 
el Centro, sin teatro, pero de tener éste, aprovechando el “Campoamor \ 

El Sr, Soto (don Sebastián), deja caer los rayos de su enemiga sobre el teatro. 
Ni nuevo ni viejo, nada de teatros ni farándulas. Un edificio severo, de noble traza 
española, con planta baja y dos pisos altos. ¿Para qué más? 

Don Manuel Pérez Tárano declara sus simpatías por el ' Teatro de Campoamor”. 
¿Destruirle? No, por Dios. Guárdensele los respetos debidos y no vayamos a trom- 
patalegas en asunto tan serio. 

Perora don Fermín Suárez Solís. Hombre menudo, ligero, nervioso, Don Fer- 
mín no apetece sótano. ¿Sótano, decís? i Vade retro! parece exclamar, ¿Qué bene- 
ficios acarreará? ¿Se sabe? No, no se sabe. En cambio, sí se sabe que su costo al- 
canzaría a $400,000.00 pesos, pues solamente la extracción de tierra habría de impor- 
tar más de cien mil”. 

El presidente, Sr. Pedroarias, atajando: íf No debe confundirse la opinión de 

ios socios con cálculos erróneos. La construcción del sótano está prudentemente calcu- 
lada en doscientos mil”. 

Preséntase otra vez don Laureano Alvares Fernández El Sr. AI va re z no se 
despoja de sus convicciones. Háse formado su criterio y en él persevera. Por tanto, 
insiste en la construcción de un edificio social respetando el “Campoamor”. ¡Sería un 
desatino destruirle! Y recomienda que se apruebe ei proyecto de la Directiva, por 
ser el más discreto. 

También habla don Juan Rodríguez. ¿Podría mantenerse callado en asunto 
tan trascendental? Imposible. Su opinión es sesuda. Tiene la autoridad de ia expe* 
rienda y del entusiasmo y de ios cabellos blancos. Una cabeza como la suya, en la 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


que albea la nieve , a pesar de caldearla grandes ideas, siempre llama la atención e in- 
vita al respeto, Y don Juan, con inflexiones lacerantes, argumenta en pro del 1 Teatro 
de Campo amor", que debe ser aprovechado. 

Tras de don Juan, don Luis, No se trata de escena tenoríesca, no. Este don Luis 
es el popular líder don Luis R. Rodríguez, que ha hecho, a juicio de cuantos le cono- 
cemos, un sacerdocio de su amor al Centro Asturiano, Tan bien le sirve y con tanta 
nobleza a él se consagra. Don Luís combate el propósito de conservar el "Campoamor", 
cuyos defectos descubre. Pide un nuevo teatro, teniendo en cuenta cjue la Directiva 
tracen su proyecto setenta mil pesos para modificación y refuerzo del existente: el 
nuevo costaría doscientos dieciocho mil que, descontados los setenta mil de referencia, 
quedarían en ciento cuarenta y ocho mil, y bien merece el edificio que se haga ese gasto 
a fin de contar con un teatro que reúna verdaderas condiciones de tal y admita una 
construcción armónica, pues el actual la estorba y dificulta, 

(Y al llegar aquí, se suspende la sesión. Con calidas ovaciones al Sr. Rodrí- 
guez, los espectadores toman rumbo a sus casas. Se continuará otro día)- 

Dos de Noviembre : — Día de difuntos. Las campanas hacen tan, tin, tin tan, do- 
blando a muerto. Cientos de asturianos ascienden por las escaleras del Centro Galle- 
go a fin de presenciar la Junta General, tercera de las que se vienen celebrando con 
motivo de la discusión de los proyectos de! edificio social. 

El Sr. Pedroarias oprime el timbre, un timbre escandalosamente vocinglero. Y 
abre el acto, ad virtiendo que continua el debate acerca de la primera regla de la mo- 
ción que se refiere a ios pisos que ha de llevar el ansiado palacio. 

¿Quién está en turno para hablar? ¡Ah, don Manuel Merino. Este es conciso, 
sin alardes oratorios, aunque se expresa con facilidad: pronunciase por una construc- 
ción de planta baja y dos pisos. 

Don José R Rodríguez Viña, tercia otra vez en ei pleito, para mostrarse algo 
iconoclasta con respecto al juicio que le inspiran los diversos proyectos. Todos son 
lesivos a los intereses de la Sociedad. Y d querido villalegrino tiende la vista por la 
sala e interroga inútilmente, sin hallar respuesta: ¿No aspiramos, señores, a que ja- 

más sea afectada la cuota social para el pago y sostenimiento del Centro? Pues se pre- 
cisa un edificio de ocho pisos, que ofrezca amplio y seguro interés al capital invertido. 

Se sienta el señor Viña, sustituyéndole don Celestino Rodríguez Megido. Bon- 
dad, mesura, algo de nerviosismo que no atenúa su larga práctica de directivo. Es 
hombre de números, los números ¡e son dóciles y manejados por él adquieren un raro 
poder cabalístico. Escuchándole, hasta Pitágoras, tan seco como su ciencia, es sim- 
pático. Don Celestino calcula en un dos por tres los gastos e ingresos del edificio pro- 
yectado por la Directiva, que a su juicio, es el mejor. Y nos anuncia que existen se- 
res filantrópicos dispuestos a facilitar cuanto dinero requieran las obras constructivas 
aí modesto y pudoroso interés del 6 % anual. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Nuestro expresidente, Sr. Fernández Llano, torna a la liza, más animoso que 
nunca, pertrechado de argumentos para tildar de torpe la aprobación del proyecto de 
la Directiva conservando el teatro de "Campoamor". El está conforme conque el 
edificio conste de sótano y cuatro pisos, mas sin teatro. 

Don Gregorio Alonso rebaja modestamente sus pretensiones de anteriores jun- 
tas: ahora es partidario de un edificio de cuatro plantas y así lo consigna en corto 
discurso* 

Quien sigue aferrado a su proposición de que se elija una comisión mixta que, 
con criterio Lúcido, informe acerca de los proyectos presentados, es don Nicanor Fer- 
nández, cuyos argumentos desarrollados elocuentemente, impresionan de modo fa- 
vorable al auditorio. 

La asamblea, en este punto, considera suficientemente discutida la primera re- 
gla de la moción, aprobándola con sólo tres votos en contra, Se acuerda, por tanto, 
erigir un palacio con sótano, planta baja y tres pisos* 

Pásase a estudiar la regla segunda, referente a la conservación o no del 1 eatro 
de Campoamor", 

El primero en usar de la palabra es don Maximino Fernández y González, expre- 
sidente, Silencio: este silencio permite escuchar un vigoroso discurso exponiendo las 
perjuicios que traería la conservación del "Campoamor ' y las ventajas que reporta- 
ría, en cambio, levantar otro más amplio y suntuoso en sitio mejor de la manzana. 

Del mismo criterio participa don Santiago Abascal. El Sr, A basca! padece de 
una afonía tremenda, que impide pueda ser escuchado más allá del círculo de ios que 
le rodean, Y es lástima, porque se trata de un joven inteligente, estudioso, pondera- 
do que aporta a las luchas societarias asturianas, con su capacidad mental y su ím- 
petu juvenil, fecundos y grandes entusiasmos y nobles y progresivos ideales, 

Fambién es hostil ai "Campoamor don Gregorio Alonso, que al intervenir una 
vez más recoje y amplía cuanto se dijo contra la conservación del coliseo. 

Surge don Darío Alvarez. ¿Quién es don Darío? El ovetense por antonomasia: 
buen humor, socarronería, gracejo y jovialidad permanente* Sus 70 años, bien plan- 
tados, con aposturas aún de mozo rondador y cantariego, parecen estar prendidos en 
un par de crótalos, que así son de alegres y dicharacheros, vertiendo eutrapelias y aro- 
mando con bable, que es perfume de pomaradas, su pintoresco decir, Ha prestado 
valiosos servicios al Centro y figurado en diversas Directivas y Secciones. Don Darío 
abriga escrúpulos de conciencia en cuanto a las ventajas de deshacerse del "Campoamor" 
y como los que han hablado en favor de este ultimo no le convencieron completamente, 
cree que sería discreto asesorarse de personas inteligentes en el asunto* 



326 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En defensa de la intangibilid&d del “Campoamor 1 ' yérguese don Vicente Fer- 
nández Riaño, quien argumenta prolijamente, repitiendo y reafirmando conceptos que 
expuso en anteriores sesiones. 

Dan las seis de la tarde. Es hora de poner fin al acto. —Señores — exclama el 
señor Pedr oarias— se levanta la sesión por hoy. 





PRESIDENCIA DE DON GENARO PEDROARIAS VILLOSLADA 

II 

AÑO 1923 

Agradables realidades. — En favor de los prófugos. — Construcciones en el 
Sanatorio. — Don Maximino Fernandez González, Socio de Mérito, 

El Marques de Comillas, Socio de Honor, — Ley de retiro. 

Muerte de don Dionisio Peón. — Otras defunciones. 

El Cardenal Benlloch nos visita, 

J unta D irectiva. — Glosa . 

Estadística. 


doce meses tan agitados! ¡ Cuánto discutir en torno al futuro palacio!. . . 
ero, de esto hablaremos extensamente en páginas posteriores; ahora Generé- 
monos a señalar algunos acuerdos y disposiciones de indudable trascen- 
dencia y a referir diversos acontecimientos memorables. 

El Sr. Pedroarias es hombre de suerte. No así su antecesor. Durante el 
ejercicio presidencial de éste persiguiéronnos ñeros males; incendio de! Centro, crac 
banca rio, bancarrota de la industria azucarera, suspensión de pagos de milla- 
res de comercios y negocios fabriles, crisis de trabajo, repatriación de cien mil o más 
españoles, enorme carestía de los artículos de comer y vestir, y como final desolador 
para nuestra Sociedad, mayores gastos en todo con menos ingresos por merma del nú- 
mero de asociados. Fue entonces cuando se acordó elevar de peso y medio a dos pe- 
sos la cuota, medida vigente desde 1920 y prorrogada hasta la fecha, que evitó e! dé- 
ficit que de otro modo se hubiera producido. 



En cambio, al señor Pedroarias acompáñale una leve mejoría en las condiciones 
económicas de! país, más el descenso, en verdad considerable de comestibles, tejidos 
y productos farmacológicos, los artículos de mayor demanda en la Quinta; rebaja en 
los salarios del personal inferior de ésta: mozos de limpieza, peones, etc., etc,; baratura 



328 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


de Jos materiales de construcción y mano de obra, con lo que podemos construir nuevos 
pabellones con menos dinero, y por último, un aumento en la lista de socios durante 
este año de 1923, 44,162 había en Diciembre de 1922. 48,671 existen en la actualidad. 
Y por graciosa añadidura, mantiénese fija, inmutable, de idéntica manera que en las 
restantes sociedades benéficas, la contribución “per capita de dos pesos, que repre- 
senta una suma considerable. De ahí que hubiese un superávit de $209,692.62 contra 
$197,285.24 del próximo pasado año. 

La situación militar de muchos de nuestros compatriotas fue motivo de preocu- 
pación para nosotros, por lo que, a ruegos del miembro de la Junta Directiva, don Ni- 
canor Fernández, y requerido previamen- 
te el concurso del Comité de Sociedades 
Españolas, iniciamos una acción de súpli- 
ca cerca del Gobierno de Madrid a fin de 
conseguir un indulto que permita volver 
a España a tantos y tantos que lo están 
deseando. 

Al propio tiempo y por consejo del 
mismo directivo, dirigimos expresiva car- 
ta de felicitación al culto director del 
popular diario “El Noroeste de Gijón, 
por haberse negado a insertar un bien 
pagado anuncio en el que se brindaba 
determinado premio en metálico a las 
personas que públicamente o resguardán- 
dose en el anónimo, delatasen la pre- 
sencia de prófugos en territorio español. 

Este ofrecimiento, tan vituperable 
por estimular la delación— pocas veces 
digna de gratitud y aplauso — en perjuicio 
de los “indianos que hacen por el honor 
de España y su bienestar tanto o más 
que los que la sirven en los cuarteles, 
priva a muchos de los nuestros del placer inefable de pasar el estío junto a los seres 
queridos y satisfaciendo tiernas añoranzas de la infancia. 

Tuvimos crisis “ministerial", que también suele haber crisis en el seno de la 
Directiva. Aunque de carácter parcial, muy sensible. Don Sebastián Soto Reígada, 
cuyo paso por la Sección de Instrucción marca un período de brillantes iniciativas y 
radicales innovaciones, díjole adiós a la presidencia que tanto honrara. Se fué con la 
dignidad propia de su espíritu épico y pundonoroso, y sus compañeros intentaron en 
vano hacerle retirar la renuncia. 



DON MARCELINO PIRE GARCIA, 

vicepresidente segundo 




QUINTA COY APONGA : EL TJFTCO HORREO, ALBERGUE DE CIENTOS DE PALOMAS QUE CONTRIBUYEN 

A POETIZAR NUESTROS .JARDINES 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 329 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


331 


Acaecía eso a fines de Julio, terminado el período escolar. El 1 1 de Agosto eran 
designados don Nicanor Fernandez, presidente y don José Prendes, vicepresidente de 
la Sección citada. 



Decidida la construcción de un espléndido edificio para albergue de Laboratorio 
y Rayos X, que habría de estar situado a la izquierda del pabellón “Fernández Riaño”, 
entre éste y la portalada de la Quinta, adjudicósele las obras en subasta — 30 de Agos- 
to— al arquitecto y constructor don José R. Ra feces por la suma de $157,900.00, más 
posteriormente, el I o , de Octubre, rescin- 
dióse tal subasta por motivos en realidad 
no muy claros, pero cuyo verdadero fun- 
damento está en la oposición que surgió 
a última hora contra el proyecto de 
ocupar esa parte del Sanatorio que per- 
dería, como consecuencia, uno de sus 
aspectos más sugestivos de vasta pose- 
sión de recreo, contemplada desde la 
vía pública. 

Estas objeciones y las no menos 
discretas de que hay espacio ilimitado 
para edificar, sin perjuicio de la belleza 
y comodidad, en lugares más amplios, 
han sido las que indujeron a rescindir 
una subasta de la qué el adjudicatario, 
por otra parte, no estaba nada satisfe- 
cho, por errores de cálculo, según se dijo. 

El pabellón ‘José Inclán", notable- 
mente ampliado, y el moderno “Antonio 
González Prado'’ — recibido el 16 de 
Septiembre — son obras que, siguiendo don Leandro cifüentes alvarez, 
el tipo de fabricación que adoptamos, tesorero 

realzan poderosamente nuestra incomparable Casa de Salud. 


Am bos comen za ron seguidamente a estar en uso: el “José ínclán" con habitacio- 
nes de lujo para pensionistas y un anexo destinado provisionalmente a Rayos X, y el 
“González Prado para operados bajo la dirección del glorioso cirujano doctor Fresno. 


La junta General, es decir, la autoridad máxima en nuestra democrática ley 
estatutaria, la más autorizada y genuina representación del Centro, rindió un férvido 
homenaje al expresidente don Maximino Fernández González, otorgándole unánime- 
mente y puesta de pie, el título de Socio de Mérito. Hizo la petición don Luis R. Ro* 


332 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


dríguez, siempre alerta en cuanto haya de enaltecer nuestros valores, y no fué necesa- 
rio que la defendiera: ios méritos del señor Fernández ¿qué asturiano militante los 
desconoce? ¿Se ignoran, quizás, sus virtudes? ¿Son un secreto su cultura y talento? 
Su facilidad oratoria ¿no nos ha seducido millares de veces? ¿No estamos todos en- 
terados de su probidad personal y de su consecuencia política? ¿No es, en la hora 
esta, el más alto exponente cultural y ciudadano de nuestra colonia y acaso de toda 
la española? De ahí que, apenas balbucidas unas frases por el Sr, Rodríguez, la Asam- 
blea prorrumpiese en aplausos y accediera, satisfecha y contenta, a lo demandado 

Idéntica, noble y comprensiva actitud adoptó la misma Junta General — 28 de 
Octubre — . con otra moción de don Enrique Cima, a fin de que el nombre del primer 
vicepresidente don Dionisio Peón Cuesta, sea esculpido en el frontispicio de uno de 
los edificios de la Covadonga. 

Tampoco le fué menester hablar: el Sr. Peón está aureolado de prestigios tales 
que su apellido llega en alas de su fama de tribuno excelso y patriota eminente, hasta 
los más ocultos meandros del vivir asturiano. 



DON BERNARDO LOREDO 
BERROS, PRESIDENTE DE 
LA SECCION DE SANIDAD 


Y ya en este agradable reseñar de distinciones a 
personajes de tantas campanillas, agreguemos que en 
correspondencia y gratitud a haber dispuesto que los 
vapores de la Compañía Trasatlántica Española hagan 
escala en el Muse!, dímosle Diploma de Socio de Honor, 
enalteciéndonos sobremanera, al presidente de dicha 
Compañía, el Excmo. Sr, Marqués de Comillas, don 
Claudio López Rru 

Adaptándonos una vez más, con espíritu humano, 
a las necesidades y realidades de la época, la junta 
General — 28 de Octubre’ — manifiesta por boca de sus 
iíders don Luis R. Rodríguez, don Enrique Cima, don 
Santiago Abascal y otros su deseo de que la Directiva 
designe una comisión encargada de redactar una ley de 


retiro, viudedad y licencias. 


Con ella se atenderá a la vejez de nuestros empleados, garantizándoles un deco- 
roso retiro y un eficaz auxilio a sus deudos. 


Cuando la Junta General el 28 de Octubre sancionaba con sus aplausos lo so- 
licitado por el Sr, Cima con respecto a perpetuar el nombre de don Dionisio Peón Cues- 
ta ¡cuán lejos estaba de pensar que habría de ser aquél a modo de postumo homenaje 
a tan querido conterráneo! 

El Sr, Peón Cuesta venía ha tiempo enfermo, y falleció el 13 de Diciembre en su 
hogar, rodeado de lo que le era más preciado: su respetable esposa y amorosos hijos. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


333 


Dotado de excepcionales cualidades oratorias, se destacó en la tribuna, y ciu- 
dadano ejemplar! simo* que ponía en todo instante su inteligencia, verba y corazón al 
servicio del bien general, supo descollar del acervo común, creándose sólido y justo 
prestigio. Dentro de nuestro Centro, al que se consagró con el fuego y reciedumbre 
de su temple as tur, sólo tenía amigos devotos y fieles, reconocidos a sus grandes cua- 
lidades, Su cadáver fue tendido en el gran salón del pabellón “Asturias ', en la Quin- 
ta Covadonga, donde se le hicieron guardias de honor por los elementos directivos 
de la Sociedad, por los cuerpos médico y administrativo y por socios y amigos. 

El féretro fue sacado en hombros hasta la entrada principal de la Quinta, a lo 
largo de la Avenida de Jovelianos, constituyendo el sepelio imponente manifestación 
de duelo. 

La muerte nos arrebató también a cinco socios fundadores: don Víctor García 
Fernández, don Ramón Com barro Rodríguez* don Eme te rio Blanco Muniz* don José 
Barrial Diego y don Victorino García Alonso, ¡Cómo de año en año van aclarándose 
desgraciadamente las filas de los jóvenes de ayer, veteranos en la actualidad, que tu- 
vieron canto vigor, fe y entusiasmo!. . . 

No sólo ellos desaparecen. Desaparecen asimismo asociados memísimos como 
don Angel Rodríguez Fernández, aquel joven pálido* de amplia frente y mirada pro- 
funda, al que recordamos ocupando elevados cargos en la Sección de Instrucción, donde 
sobresalía por su talento, idoneidad y modestia; don José María Quesada* siempre en- 
tusiasta y servicial* que en sus tiempos mozos fuera elemento activo, rumboso y ba- 
tallador; y el gran periodista cubano* de tan austeros antecedentes* don Joaquín N. 
Aramburu* Socio de Honor nuestro y cuya pluma, de continuo sembradora de nobles 
y fecundos ideales, contribuyó poderosamente a la fraternidad hispa no-cu baña. 

Hubo más tristes pérdidas, éstas entre excelentes funcionarios de nuestra So- 
ciedad: don Juan Lagunas, decano de los enfermeros de la Covadonga, retirado no 
hace mucho del servicio y con un historial sin tacha: e! competentísimo e infatigable — - 
la suma modestia dentro de la suma perfección — vicesecretario contador don José Alon- 
so Rodríguez, víctima de rápida dolencia que nos lo arrebató de cargo de tanta confian- 
za; don Armando Villaverde Havá, joven y ya eminente doctor en cirugía dental, de 
cuya técnica, así como de su afabilidad, se hacían lenguas cuantos le trataron, y por 
último, el notable clínico, director de nuestro Sanatorio de Tampa {E, U. A.) Mr. G H. 
Altree. 

En sus respectivas luctuosas oportunidades* se consignó en los libros de actas 
nuestro dolor por estas defunciones, que nos privaron de amigos y empleados dignos 
y respetables. 


La Sección de Instrucción— laboriosa de continuo — no pudo desarrollar en su 
totalidad su vasto plan docente, por impedírselo la carencia de un local más amplio 
y adecuado. (Las Escuelas siguen en Bernaza 42* y allí seguirán sin espacio* sin ven- 



334 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ti ¡ación, sin luz, mientras no se extinga el contrato suscrito por el Sé Fernández Llano, 
como presidente del Centro, y el propietario de la casa. Habíase intentado su resci- 
sión; pero son tan terminantes los términos en que está redactado que no ha sido po- 
sible conseguirlo). 

Esto no obstante, el curso escolar respondió a nuestra tradiciones, como lo pro- 
baron los exámenes, A los 21 premios donados por nosotros, se les agregaron dos más 
en metálico, por valor de $25.00, cada uno, obsequio, igual que en años anteriores de 
los señores J. Calle y Compañía a nombre de la famosa sidra asturiana l 'El Gaitero' , 
que representan en Cuba. Rasgo espléndido que es de justicia subrayar. 


En la mañana del catorce de Diciembre el Centro Asturiano se honró con la 
visita de S. Em. el Cardenal Benlloch a la Quinta Covadonga. 

Le recibieron los señores presidente y vicepresidente segundo, con la Directiva 
en pleno, los cuerpos médico y administrativo de la Casa y numerosos asociados. 

Acompañaban a 3 Em. e] Exorno, Sr. Ministro de España en Cuba, el Ilustrí- 
simo Sr, Obispo de la Habana y personalidades de su séquito. 

Después de visitar diversos departamentos de la Quinta, regresó la comitiva 
al salón del pabellón 'Asturias 1 ', donde se reunió la Junta Directiva, ocupando la pre- 
sidencia el Cardenal. 

El señor Director del Sanatorio, Dr, Agustín de Varona y González del Valle, 
pronunció un magistral discurso, poniendo de relieve la grandeza de nuestros pueblos 
y tradiciones y la magna obra llevada a cabo por el Centro Asturiano, e hizo resaltar 
la alta significación espiritual de esta visita del Cardenal Benlloch a Hispano-América. 

Elocuentemente contestó S. Em. el Cardenal al discurso del Dr. Varona, y se 
mostró profunda y gratamente impresionado de la obra que los españoles llevan a cabo 
en Cuba y en toda América, y expresó que cuando llegue a España dirá ai Rey, en el 
Parlamento y en tocias partes lo que estas obras colosales de los españoles significan. 

La concurrencia fué obsequiada con un espléndido lunch, al término del cual 
el P, Viera, párroco del Cerro, hizo presente a S. Em. que no extrañara la falta de brin^ 
di$, pues el Centro Asturiano se hallaba de duelo por el fallecimiento de su vicepresi- 
dente primero don Dionisio Peón y Cuesta, noticia que impresionó vivamente al Car- 
denal, quien consignó su pésame y anunció que dedicaría la próxima misa al extinto 
y que, dentro de sus facultades eclesiásticas, concedía doscientos días de indulgencia 
para cuantos dedicaran una oración por el eterno descanso del alma del desaparecido. 
En el álbum de la Casa de Salud escribió S. Em. : 

¡Covadonga! No hay palabra que mejor pueda sonar en los oídos de un Car- 
denal español, porque ella resume toda la historia de la religión y de la patria. Aquí, 
además, no sólo es un símbolo, sino una espléndida y consoladora realidad, pues el 
Centro Asturiano con la grandiosa obra de esta quinta ha escrito una página de gloria 
continuadora de aquella que comenzó en la estrecha cueva del A use va. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


335 


Dejamos aquí consignada nuestra admiración y gratitud como español al bene- 
mérito Centro Asturiano y como prelado nuestra bendición para el Director, Junta 
Directiva, y los socios todos del Centro Asturiano, como igualmente para los abnegados 
médicos y dichosos enfermos. 

El Cardenal Benllüch, 

Arzobispo de Burgos. 

De la información que el '‘Diario de la Marina", publicó acerca de este acto 
extractamos los siguientes párrafos: 

"El Cardenal Benlloch, se puso al habla con algunos enfermos* siendo uno de 
estos nuestro estimado compañero, señor Joaquín Gil del Real, con el que sostuvo ani- 
mada conversación acerca de la belleza del lugar, y de las atracciones que ofrecía aque- 
lia mansión, donde parecía sentirse la alegría del vivir y la alegría del morir, cuando la 
hora del destino era llegada. En relación con estas palabras explicó lo que podía en- 
tenderse por alegría de morir, relacionándolo con la muerte de su querida madre que 
era para él todo en la vida, la que al verlo Cardenal lo primero que le dijo fue: "ahora 
subiré tranquila al Cielo, porque desde la tierra me ayudarás". "Y yo creo — agregó — 
que después de muerta desde el cielo me ayudó más que en la tierra" . La fe que bro- 
taba de su expresión, de sus palabras era conmovedora. Aprovechó aquellos instantes 
el señor Gregorio Alonso, para rogarle al Cardenal, en aras de aquel cariño filial, que 
al retornar a España piense en el amor que sienten muchos miles de españoles expatria- 
dos, que no pueden acercarse a sus madres, para hacerlas partícipes de su amor, por 
estar comprendidos en las mallas de la Ley Militar, rogándole que intercediera por 
ellos ante el Soberano, a fin de que pudieran reunirse con sus familiares". 

"Las palabras del señor Alonso llevaron a todos los corazones la emoción y sí 
alguna vez el silencio fue elocuente, jamás lo fué tanto como en aquellos instantes, 

"El Cardenal Benlloch, impresionado también ofreció ser intérprete de aquel 
deseo, que ya le expusieron muchos en América "pero tengo que reconocer— dijo— que 
usted lo pidió en una forma distinta a todos: le he visto sacar un revólver, apuntarme, 
disparar, y la bala me ha dado en mitad del corazón. Yo le prometo hacer cuanto 
pueda, ante su Majestad el Rey, y ante la Reina cuyo noble corazón unirá en este caso 
sus latidos a ios de las madres que lloran por sus hijos ausentes". 


Pongamos fin a estos apuntes. Las elecciones— das de Diciembre — acto inco- 
loro, no obstante su trascendencia, pues se redujeron a un simple formulismo, sin lu- 
cha de candidaturas, confirmaron en el puesto presidencial por dos años más, a don 
Genaro Pedroarias Vílloslada. Una reelección unánime. El Sr. Pedroarias tendrá en 
la vicepresidencia primera, sustituyendo al Sr, Peón, a don Antonio Suárez y Suárez, 
que ya ocupó el mismo puesto en épocas anteriores y ha revelado suma capacidad, por 
su carácter cordial y transigente, su singular entusiasmo y su exquisita corrección. 



336 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Para las veinticinco vocalías vacantes, — mitad de la Junta Directiva — fueron 
designados don José Cuenco Bodes, don Constantino Carneado González, don Lean- 
dro Cifuentes Alvarez, don Benjamín Fernández García, don Avelino Canellada Alon- 
so, don José Prendes Rodríguez, don Manuel Vígíl Menéndez, don Marcelino Cantera 
Pírez, don José Fernández Gutiérrez, don José Ma. Villamil Fernández, don José Fer- 
nández González, don Angel Rodríguez Suárez ^ don Manuel Fernández y Fernández, 
don Miguel Méndez Díaz, don Santos Rodríguez Oro, don Salvador Alvarez González t 
don Vicente Hévía y Hévia, don Maximiliano Isoba Prado, don José Lorido Bombar- 
dero, doctor don Manuel González Menéndez, don Manuel Alvarez Suárez, don Edua r- 
do Rodríguez Bango, don José García García, don Fermín Suárez Castaño y don Be- 
nigno Muñiz Alvarez. 

Junta Directiva de 1923: — Presidente, don Genaro Pedroarias Villoslada: vice- 
presidente, don Dionisio Peón Cuesta; vicepresidente segundo, don Marcelino Pire Gar- 
cía; tesorero, don Leandro Cifuentes Alvarez; vicetesorero, don Gregorio Alonso Alvarez. 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, don Je- 
sús María López Fernández; vicepresidente, don Víctor 
A. López Suárez; vocales, don Leandro Cifuentes Alvarez, 
don Gregorio Alonso Alvarez, don José R. Viña, don 
Alfredo Alvarez Suárez, don Cipriano Fernández Al varé, 
don José A. Palacio y Barro y don Marcelino Suárez y 
González. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don 

Bernardo Loredo Berros; vicepresidente, don Pedro Gon- 
zález Méndez; vocales, don Luis Muñiz Blanco, don 
Constantino Carneado González, don Antonio Sánchez 
Priede, don Manuel Francos García, don José A, Fernán- 
dez González, don José R. García Cota reí o, don Adolfo 
Díaz Díaz, don Benjamín Menéndez García, don Antonio 
Méndez y Méndez don Santiago Toraño González, don Segundo Pérez Sierra, don 
Benigno Pérez y Pérez, don Mariano Cano Nogales, don Félix Fernández Riaño, don 
Francisco García Fernández, don Manuel Vigil Menéndez, don Eduardo González, don 
Carlos Miranda Alvarez, don Basilio Fernández Solís y don Res ti tuto Sánchez González. 

Sección de Instrucción: Presidente, don Sebastian Soto Reigada; vicepresidente, 
don Nicanor Fernández García, ambos miembros de la Junta Directiva; vocales (todos 
de la Junta General), don Manuel Pérez García, secretario; don Anselmo García Barro- 
sa, don Enrique Fernández Trelles, don Juan Alvarez Rodríguez, don Jenaro González 
Pérez, don Emilio Pérez Rermúdez, don Juan Antonio Fernández y Beiró, don Mar- 
celino Couso r don Manuel Merino Acebal, don Florentino García González, don Ra- 
món Díaz Rodríguez, don Luciano Peón Cuesta, don Manuel Hévia Tuya, don Joaquín 
Ablanedo, don Mauricio de Arriba Rendueles, doctor don Rafael A, Fernández, don 



IX JESUS Mi LOPEZ, PRE- 
SIDENTE DE LA SECO. DE 
INTERESES MATERIALES 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


337 


Cándido Muñiz Muñiz, don Ramón Rodríguez Busto, don Pelayo Villar, don Eva- 
risto García del Busto, don José González y López, don Alfonso Muñiz Hévia, don Mi- 
guel Fariñas González, don Ramón Cossio Ramírez, don Manuel Fernández G randa, 
don Juan Alvarez García, don Alberto Peón Ardavín, don Florentino Martínez, don José 
Antonio García Menéndez, donjuán Suárez Martínez, don Rosendo Alonso Bedriñana, 
don Jesús Camín Alvarez, don Manuel Rodríguez Llano y don José García Ci fuentes. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Manuel Pérez Tárano; vicepresi- 
dente, don Alberto Rodríguez Fernández, 

Sección de Propaganda: Presidente, don José Muñiz Rojas; vicepresidente, don 
Aveiino Canellada Alonso; vocales^ don Manuel Alvarez Menéndez, don Hermógenes 
Foyo Díaz, don Manuel Alonso Suárez, don Laureano Alvarez Fernández y don José 
Prendes Rodríguez. 

Sección de Inmigración; Presidente, don José Cuenco Bodes; vicepresidente, don 
Bernardo Pardias López; vocales, don Benjamín Fernández García, don José Muñiz 
Alonso, don Ramón González Quesada, don Andrés Fernández García, don Valerio 
Villa García y don Maximino Rodríguez Avila. 


Comisiones de Glosa: Compusieron la que funcionó durante ei primer trimes- 
tre, los señores don Constantino Arguelles Vega, don Angel Rodríguez Fernández, don 
Emilio Fernández Suárez, don José Menéndez Prado y don Ramón Vázquez I I eres 

La del segundo trimestre: Don Eduardo Alvarez García, don Jerónimo Gutié- 
rrez Fernández, don José Huerta de la Torre, don Santos Llamedo de la Vega y don 
Manuel López. 

La del tercer trimestre: doctor don Manuel González Menéndez, don José Lla- 
medo de la Vega, don José Ramón González, don Emilio Sánchez y don Adolfo Alvarez. 

La del cuarto trimestre - Don Manuel López Fernández, don José González y Gon- 
zález, don Jerónimo Gutiérrez Fernández, don Ramón Pernús y don Fermín González. 

Estadística del Sanatorio — En el año de 1923, ingresaron 10,448 enfermos. 

El departamento de Hidroterapia, ortopedia y gimnástica médica, etc., etc., 
prestó 125,503 servicios. 

Las operaciones efectuadas fueron igual a 4,730, comprendiendo cirugía mayor 
y menor. 

La Farmacia preparó 323 : 736 fórmulas para la Casa y 82,334, para los socios 
de consulta externa. 

El departamento de Rayos X comprendiendo radiografías, fluroscopías, aplica- 
ciones de radio, etc., etc. ; hizo 11,681 trabajos. 

El de Electrocardiografías, 307 trabajos. 

El Laboratorio Clínico, 19,329 entre análisis, cultivos, vacunas, etc., etc. 

El cuerpo médico ofreció 83,057 consultas. 

Enfermos reembarcados, 88. — Fallecidos, 177. 





DE LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO SOCIAL 

IV 

Juntas generales — Discursos a granel, replicas, contra replicas y por ultimo 

ACUERDO DEFINITIVO DE DERRUMBAR EL "CaMPOAMOr”, MANTENIENDO EL PROYECTO 
DE UN PALACIO DE PLANTA BAJA Y TRES PISOS. — CONCURSO DE PROYECTOS. 
COLOCACION DE LA PRIMERA PIEDRA ; — ORACION DEL R. P. GARCIA 

Herrero.- — Discurso de D. Maximino Fernandez y González. 


L 21 de Diciembre de 1922 dejábamos ai Su Fernández Riaño defendiendo 
con gran brío la vida del "Teatro de Campoamor' . Y el 10 de Enero de 
1923 — he ahí un salto de días que equivale a un año — continuación de aquella 
junta, encontramos a otro expresidente, al Sr, Fernández Llano, reiterando sus también 
briosos argumentos contra la existencia del mismo teatro. 

Todo está igual, podemos decir con el personaje de famosa comedia. En 
la Presidencia, el Sr. Pedroarias Villoslada, brillándole los ojos de júbilo por la reelec- 
ción de que fue objeto, ¿Dijimos que todo está igual? jAh, no es rigurosamente exac- 
to! Ocupando el puesto de don Dionisio Peón, al que Dios haya, vemos al Sr. Suárez 
y Suárez (don Antonio) espejo de amabilidad. 

El público sí es el mismo de costumbre. Un público familiar, que habla en bable 
para mejor entenderse. Hay gente de toda la provincia, desde el Eo umbroso al ríen te 
Un quera, y desde el abrupto Somiedo a ta gentil playa gijonesa. 

Continúa el desfile de oradores Al Sr. Fernández i daño sucede! e don Nicanor 
Fernández García, que reafirma los conceptos de aquél sobre la conveniencia de de- 
moler el teatro. 

Esto exaspera a don Florentino Enriques. Don Florentino ha cruzado calles y 
parques, fue por la bahía, atravesó ésta en busca de opinión a Regla y Guanabacoa, 
y sólo halló adictos a conservar el “Campoamor 1 *. Que conste, pues, su voto, expre- 
sivo de la voluntad popular. 




340 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El Sr. Cima se revuelve en su asiento, enderézase, afirma las gafas, da al aire 
los brazos como si ahuyentase moscas y pronuncia otro discurso recomendando la cons- 
trucción de un palacio bello, confortable. . . Pero como esta obra hácese difícil tenien- 
do que supeditar los planos a ese feo caserón (el 'Campoamor' ) que rompe toda ar- 
monía arquitectónica, pide que no se vacile en entregarlo a la demoledora piqueta. 

A seguidas, ofrece señales de estar presente don Gregorio Alonso. Su voz de 
continuo en tono agudo, tórnase bronca, fiera, tremebunda explicando su enemiga a 
mantener el teatro, que ocupa lo mejor del solar y es un estorbo incalculable a una 
buena distribución del futuro edificio, sin reportar utilidad económica alguna, antes 
al contrario. 

Don Laureano Alvares pone en orden de batalla su artillería de grueso calibre. 
Ya sabéis con cuánta bonachona vehemencia se expresa este entusiasta asociado, qui- 
zá el menos parlamentario de nuestra moderna agora. Y arroja bombas de fuego lí- 
quido a los adversarios del ^Campoamor”. ¿Derrumbarlo decís? Que nadie le mue- 
va que estar no pueda con don Laureano a prueba. Luego, en reposo los nervios y 
halagado por aplausos que se otorgan a su gran efusividad resulta hasta elocuente 
enumerando las ventajas económicas y de orden espiritual también que reportaría 
mantener el actual teatro. 

Tras de don Laureano, el Sr. Abascal (don Santiago), que dice, precisamente, 
todo lo contrario de aquél. El orador se sobrepone a su afonía inveterada y lanza so- 
lidos argumentos, que significan tremendas catapultas, sobre el asendereado coliseo. 

Reaparece don Vicente Fernández Riaño, armado de nuevos datos favorables 
a la conservación del teatro. Abre el chorro de su sugestiva facundia e ironiza, leve, 
graciosamente, acerca de los que anhelan la desaparición de una de sus más caras obras 
presidenciales. 

Y don José Menéndez, de nombre y apellido castizos, por lo que no cabe confu- 
sión, que sigue al Sr. Riaño en el uso de la palabra, síguele asimismo en las ideas ten- 
dentes a mantener el "CampoamorV 

Ai concluir éste, se declara harto discutido el tema, procedí endose a efectuar la 
votación. Un momento de revuelo. El Sr Secretario, cuenta: 

57 votos favorables a la conservación del teatro. 

245 vetos en el sentido de que sea demolido. 

La voz del señor Pedroarias resbalando sobre el clamoreo que sigue a la vota- 
ción: —Se vá a dar lectura a la tercera regla de la moción. 

Se lee ésta y en ella se propone la construcción de otro teatro en mejor punto 
■de la manzana. 

Sr. Fernández Llano: — 'Pido la palabra. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


341 


— Hable su señoría. 

Don Ramón desenvuelve un formidable alegato contra tal propósito. Y cuando 
finaliza, el timbre presidencial pone punto a la sesión. 

Desfile, Se continuará otro día. 

12 de Enero, Expectación, Más público que en anteriores días. Y más dis- 
cusiones previas también. Los socios se interrogan, buscando conocerse su respectivo 
criterio: ¿Con teatro o sin teatro? Ese es el dilema, acordada la desaparición del 

“Campoamor 1 ' por incompatibilidad con un edificio absolutamente perfecto dentro de 
los cánones arquitectónicos Decidir si debe adaptarse al nuevo palacio, como parece 
invitar a ello el espacio de que se dispone, el lugar que ocupamos, con frente a! Parque 
Central, las tradiciones artísticas de la Sociedad y las ventajas económicas que, según 
sus panegiristas, reportaría en todo momento esa sala de espectáculos. 

Timbrazo, Se abre la sesión. Cerrábase la anterior con el discurso de! Sr. Fer- 
nández Llano oponiéndose al proyectado nuevo teatro. Se inicia ésta con fogosa de- 
fensa del mismo por parte de don Armenio La Villa. 

¿Señaló el Sr, Llano diversos inconvenientes: mayor costo del edificio y merma 
de los ingresos, porque el terreno necesario al teatro producirá más dedicado a alquiler 
de comercias, con menores gastos y rentas más fijas y constantes? Pues don Armenio 
trazó en unos papeles sus cálculos, sumó, resto, multiplicó y fue exhibiendo en colum- 
nas aritméticas las ventajas del nuevo teatro, que sin daño de la armonía constructiva, 
antes beneficiándola, v sin alza apreciable del presupuesto, daría más jugoso interés 
al Centro que todo otro negocio, avalorando, a la vez, el resto de los locales destinados 
a cafés y restaurantes, como antiguamente. 

Don Regí no López, comediante eminente, asturiano popularísimo, es acogido 
con una salva de aplausos al disponerse a hablar. Don Regíno, muy escénicamente, 
se indina ante el respetable. Y comienza su peroración ¿Qué dice don Regino? El 
es propietario del "lea tro Alhambra ; él conoce ios negocios, urdimbres, enredos, tra- 
patiestas del teatro; él vive consagrado a la farándula desde que era mozo y ahora es 
(guardemos silencio acerca de la edad de don Regino) y ahora es un actor célebre; él 
puede decir, pues, que el teatro es un mal negocio ¿Quién mejor que don Regino puede 
decirlo? Además, carape, agrega con energía don Regino, es absurda esa pretensión 
de tener teatro. El Centro — argumenta poseído de cólera simpática, — no está llamado 
a transformarse en empresa teatral, no . no y no. El Centro tiene una misión bien defini- 
da: cuidar a sus socios enfermos y darles instrucción a las hijos de los asturianos pobres. 

Se sienta el Sr. López. Y le sigue don Manuel Fernández y Fernández. No hay 
quien no conozca a don Manuel Fernández y Fernández y sepa de sus trascendentales 
ideas, por lo que expone éstas lisa y llanamente. Don Manuel Fernández y Fernández 
advierte que es an ti teatral y que orée que el teatro no llevaré atractivo alguno al resto 
de las industrias que allí se establezcan. 


342 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En cambio, don Enrique Cima pone enorme fogosidad defendiendo el teatro. 
El Sr\ Cima es un espíritu optimista y liberal, que quisiera verse convencido por sus 
antagonistas, pero no lo logra. Cada día es más devoto del coliseo, cuyas convenien- 
cias económicas, artísticas y de bien parecer enumera: — Se repite mucho aquí— ex- 
clama — el argumento de que no debe industrializarse a la Sociedad, Perfectamente. 
Pero ¿quién trata de industrializarla? ¿Nosotros, que queremos un edificio productivo 
que se pague a sí mismo, que no gravite sobre los ingresos por cuotas sociales, que tie- 
nen un fin sagrado: el cuidado de nuestros enfennos y la instrucción de nuestros hijos? 
Sí eso es industrializarla, bien haya tal industrialización, señores. Será muy bonito 
construir un edificio exclusivamente para Centro; mas ¿quién lo paga, con qué se paga? 
¿No resultará a costa de la Covadonga? Nuestra Sociedad es de beneficencia y es po- 
bre, y como es pobre, no puede permitirse el lujo, sería insensato, sería su ruina, no puede 
ni debe permitirse el lujo de hacer un palacio ostentoso y que nada le produzca, cuando 
tiene en sus manos, por la situación del lugar en que va a edificar, una inagotable mina 
de oro acuñado. No hagamos el teatro démonos ese gusto de no hacer el teatro, y ya 
veremos de dónde sale el dinero para satisfacer los intereses del empréstito y amorti- 
zar éste. Saldrá, oídlo bien, saldrá de las cuotas sociales, empobreciendo nuestro Sa- 
natorio. ¡De ahí saldrá! 

Habla don Bernardo Perdías López. Desenvoltura. Serenidad. Humorismo. 
El Sr. Pardias ha hecho un profundo, meticuloso estudio del arte teatral, desde las 
tragedias de Sófocles hasta los sainetes de Muñoz Seca, y de este estudio ha sacado 
la desoladora impresión de que el teatro decae, languidece, se extingue irremisiblemen- 
te, incapaz de reaccionar contra los avances del cinematógrafo. ¡Ah, el cinematógrafo! 
El cinematógrafo es la vida, el movimiento continuo, la animación, la actualidad, mien- 
tras que el teatro es lo inerte, lo caduco, el ayer que corre a sepultarse en la nada. . . 
Y en estas condiciones ¿queréis un teatro en nuestra casa? Sería decretar la ruina eco- 
nómica de la Asociación. 

Por el contrario, don Luis R. Rodríguez, a quien no impresionan las teorías, en 
verdad lamentablemente definitivas del Sr. Pardias, afirma que el arte escénico, com- 
pendio de la vida reflejo de nuestras costumbres, con nuestros defectos y nuestras 
virtudes, perdurará eternamente. Pero no se trata ahora de averiguar si pierde terreno 
o nó. Lo que nos interesa principalmente saber es si al Centro Asturiano le conviene 
construir otro teatro, a fin de reunir mayores ingresos que, permitiéndole abonar los 
intereses del empréstito de amortización anual de este empréstito, le alejen del peligro 
de gravar su cuota social que es indispensable para aumentar, si cabe, la eficiencia 
científica y las comodidades del Sanatorio y para atender a los demás servicios de la 
Sociedad. Y esto ya está demostrado. Esto ya lo garantizaron los datos aquí apor- 
tados y que prueban que la superficie dedicada a teatro, sin costamos más su edifica- 
ción, reditúa el doble, el triple también que puesta en alquiler para negocios de otra 




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PABELLON "RAMON PEHEZ", UNO DE DOS MAS ANTIGUOS, 

recientemente reconstruido 






EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


345 


índole. Y locos seríamos si poseyendo el mejor terreno de la ciudad, no construyese- 
mos allí algo que, por su grandeza, nos dé fama de amar lo bello, y por su rendimiento, 
por su productividad, nombre de buenos administradores. 

Don José Inclán, expresidente y vocal nato, deja oir su autorizada opinión. El 
Sr, Inclán es comerciante, es terrateniente, es propietario urbano. El Sr ínclán co- 
noce los negocios y vive de los negocios. Y como hombre de negocios considera un 
error profundo, tremendo, atroz, hacer un teatro, A él ie agradan las cosas claras, 
sencillas, sin inquietudes, que son las que dan dinero fijo y constante. Y por esto opi- 
na que el espacio que ocupará el teatro producirá más, mucho más, dividido en depar- 
tamentos destinados a mercaderías. 

Se yergue don Nicanor Fernández, el impetuoso orador. Su mentón sobresale 
más que de costumbre y más que de costumbre también, manotea y grita. Está in- 
dignado, está fuera de sí, nervioso, pensando que asunto de tanta trascendencia se 
pretenda resolverlo, como se dice que se resolverá, sin someterlo previamente a con- 
sulta de una comisión de hombres doctos y ecuánimes. No, no. Yo ruego, yo supli- 
co— exclama — pues que las opiniones son muchas y los datos aquí leídos, por am- 
bas tendencias, la de los enemigas de todo teatro y la de los que somos partidarios de 
nuevo teatro, ofrecen confusión a los no bien enterados, yo suplico, repito, que pase 
a informe de una comisión. Así se resolverá con verdadero conocimiento de causa. 

Tal pretensión solivianta a don Regino López, a quien le urge votar. ¿Aplazarlo? 
No en mis días y mientras yo aliente, parece decir con mirada anonadante hacía el 
Sr. Fernández, Don Regino cree que ya se discutió mucho. Y don Regino aprovecha 
el momento para cerrar nuevamente, ardiendo en ant i lírica cólera contra el proyecto 
de teatro, 

i Cómo se alarma el Sr. Címa ; santo Dios! El Sr. Cima ruge frenético, exaspe- 
rado, haciendo visible su inconformidad con la pretendida votación. No, que se con- 
tinúe discutiendo o que se someta a dictamen de la comisión de que hablaba el Sr. Fer- 
nández; pero ¿aprobar o desaprobar en este instante? ¡De ningún modo! Sería in- 
sensato, muy insensato . . . Ello es gravísimo y no es posible admitir que se resuelva 
así, con tanta prisa. . , ¡Protesto, Sr. Presidente!. . . 

El Sr Pedr oarias no se ciá por enterado, desoye al Sr. Cima y va resueltamente 
a la votación. Gritos contradictorios. Manifestaciones equívocas. Mientras, se vota. 

Hé aquí ei resultado: 

457 votos, contrarios a la construcción del teatro. 

40 votos, favorables a la construcción del teatro. 

Telón rápido. El futuro edificio del Centro Asturiano constará de planta baja 
y tres pisos, sin teatro. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La anterior decisión provocó, como era de esperar, el descontento de los parti- 
darios de nuevo teatro, por entender éstos que había sido adoptada sin un estudio sin- 
cero dei problema. Y surgió un “Comité Revisionista’ encargado de pedir otra Junta 
General, tendente a rever lo acordado, y de inclinar el ánimo de la opinión asturiana 
hacia la conservación, en última instancia, dd 1 Campoamor' ', Lo que importaba ya 
por sobre todo era tener teatro, sea cual fuere éste. Aparecieron vigorosos artículos 
de prensa y hojas volanderas y se convocó a reuniones de carácter popular, desarro- 
llándose una propaganda entusiasta, inteligente y ponderada exponiendo las razones 
que, a juicio de ios ' revisionistas’ 1 , demandaban una resolución conforme a su punto 
de vísta. 

Y frente al 'Comité Revisionista”, días después presentábase, armado caba- 
llero, el “Comité de Intereses Sociales”, A un discurso, otro discurso, A una arenga, 
otra arenga, Y mientras unos clamaban por el “Campoamor como recurso único al 
déficit que predecían, éstos recurrían a idénticos cálculos hacendísticos para demostrar, 
en un dos por tres, que la planta baja, y no el teatro, sería el áncora de salvación de la 
Sociedad, Se vivían horas de intensa agitación, fecunda y renovadora, digna de nues- 
tro espíritu libre y romántico. 

En estas condiciones se celebró la Junta General solicitada por los “Revisio- 
nistas”. Fecha: 1°. de Abril. Numerosa concurrencia . Inquietud. Temores de al- 
teración del orden. Preside el Sr\ Pedroarías en compañía dd segundo vicepresidente 
señor Pire. 

Léese la moción que sigue: 

“Señor Presidente del Centro Asturiano. 

Señor : 

Los que suscriben, socios de número provinciales de ese Centro, amparados por 
el artículo 42 del Reglamento, a Ud, y a la Junta General exponen lo siguiente: 

‘Teniendo presente los estudios económicos realizados por personas expertas 
sobre lo que sería el nuevo edificio social sin teatro, hemos llegado a la conclusión de 
que tendríamos un déficit anual no menor de sesenta mi! pesos, si se llevara a la prác- 
tica la construcción del palacio social bajo las bases y condiciones aceptadas por la 
Junta General, 

“Sí además del déficit citado se une a ello la tradición, costumbres, idioma y 
raza y nuestra característica, que impiden por cultura y solidaridad con la patria leja- 
na pensar en la posible desaparición de un coliseo que está unido y vinculado en esta 
tierra a nuestra historia, es de tenerse especial cuidado para no incurrir en una falta 
imperdonable, que en el futuro sería difícil de reparar, 

“En tal virtud, teniendo en cuenta las razones expresadas, los socios que suscri- 
ben, unidos los que sosteníamos que por armonía y estética debía hacerse un teatro 
nuevo en el lugar que fuere más conveniente para su adaptación al nuevo edificio, a 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


347 


los que defendían el "Teatro de Campoamor" actual, por patriotismo y en aras de los 
intereses sagrados de esa Institución, que están siempre por encima de nuestras par- 
ticulares opiniones, deseando que no sea afectada en ningún tiempo la cuota social 
(necesaria para el sostenimiento y engrandecimiento de la Quinta de Salud Cova- 
donga) nos proponemos concurrir a la Junta General, y en efecto, de acuerdo con 
lo que determinan ios preceptos reglamentarios, solicitamos que sea convocada la Jun- 
ta General a sesión extraordinaria, para tratar de los siguientes extremos: 

Primero: — Siendo lesivos a los intereses del Centro Asturiano Jos acuerdos adop- 
tados por su Junta General que disponen la destrucción del actual "Teatro de Cam- 
poamor” y que el nuevo edificio no lleve teatro, pedímos que se revean dichos acuerdos, 
dejándolos sin efecto. 

Segundo: — En consonancia con el anterior artículo, pedimos que la Junta Gene- 
ral acuerde conservar el actual "Teatro de Campoamor" con todas las modificaciones 
y reparaciones que sean necesarias para quedar adaptado en el orden armónico ai nue- 
vo edificio, y en el orden material que sea una poderosa fuente de ingresos. 

Habana, 12 de Marzo de 1923— Luis R. Rodríguez, Enrique Cima, Nicanor 
Fernández, Laureano Alvarez, Armenio La Villa, Gregorio Alonso (siguen las firmas 
hasta el número de 50) ♦ 

Pónese a discusión, iniciando la defensa don Luis R. Rodríguez, en nombre de 
los firmantes. Calma. Silencio. Y en este silencio, la figura desvaida del orador, 
es como un símbolo de la fuerza del espíritu. Hay que ver como crece y se ensancha 
y toma relieve este hombre cuya voz llena la sala. El gesto, sobrio; la frase, precisa; 
la entonación, a ratos enérgica, robusta; a ratos suave, apacible y jamás iracunda 
Hace un discurso amplio, metodizado, sereno, analizando las diversas fases del asunto; 
fase económica: necesidad de que el Centro tenga un teatro, por sus pingües resulta- 
dos; fase cultural: ventajas que se derivan, para el acervo artístico de Cuba, de fomen- 
tar buenos teatros; fase histórica: obligación del Centro de mantener, a modo de lám- 
para votiva en el altar de la patria, ei teatro que propague la riqueza lírica y dramática 
de España. 

El 5r. Rodríguez expone elocuentemente esos tres temas. Y por afectar más 
directamente a la sensibilidad del auditorio, detiénese, sobre todo, en el aspecto eco- 
nómico de la cuestión. Un teatro ¿acarreará pérdidas o producirá utilidades? A su 
entender, utilidades. Sin teatro, el edificio será, financieramente, un pésimo negocio 
del Centro Asturiano. El edificio sin teatro costará un millón quinientos mil pesos, 
que representan un interés de noventa o cien mil anuales, y para satisfacer este interés, 
sin contar la cantidad destinada a amortización, no se tendrán otros ingresos que los 
de la planta baja, calculados en 3ó mil pesos y acaso apurando algo el optimismo, en 
40 mil. Ergo: habrá un déficit espantoso, sólo enjugadle manteniendo el teatro, capaz 
de producir, bien administrado, más que toda ¡a planta baja. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Impugna la moción el licenciado don Ramón Fernández Llano, expresidente. 
Hombre de leyes, el Sr, Fernández Llano comienza lamentándose de la facilidad con 
que se accede a revisar los acuerdos de las juntas generales, que deben mantenerse 
intangibles, y señala los peligros de tal procedimiento. El considera poco serio volver 
sobre lo juzgado Y en derredor de este tema, que en labios menos doctos y jurispe- 
ritos, sería árido y somnoliento, borda gentiles razonamientos, que prueban su capaci- 
dad jurídica y su elocuencia de universitario. 

Refuta extensamente las afirmaciones del Sr. Rodríguez (don Luis), y repite 
sus argumentos contra la existencia de un teatro en espacio tan limitado, agregando 
que el edificio social sin teatro producirá lo suficiente para pago de los intereses y amor- 
tización del capital. No hay peligro, no, como se ha dicho aquí — dilatando su bronco 
acento que adquiere resonancias de tempestad — de que se recurra a la cuota social a 
fin de atender a esas ineludibles obligaciones. Los alquileres de la planta baja basta- 
rán a pagar el edificio, respetándose, pues, la cuota. 

La presidencia, terminado el contundente discurso del Sr. Fernández Llano, 
consulta a la asamblea acerca de sí debe ser tomada en consideración y objeto de de- 
bate la moción de referencia, procediéndose a votar: 

319 sufragios, en apoyo de ía moción, 

308 en contra, o sea de que se la deseche. 

Es aceptada la moción, y por ser ya tarde, suspéndese el acto a fin de reanudar- 
lo en próximo día. (Vivas discusiones escaleras abajo del Centro Gallego. Comen- 
tarios y conjeturas de todas clases. Bullicio), 

Cinco de Abril .—Continuación de la Junta General extraordinaria. El mismo 
ambiente de la pasada. Idéntico concurso. E igual presidencia: El Sr. Pedroarias 
con el segundo vicepresidente Sr. Pire. 

En tumo para hablar el Sr, Cima (don Enrique), líder de los "revisionistas". 
Comienza con la fogosidad y vehemencia que le son características un ataque a fondo 
sobre los del "Comité de Intereses Sociales", autores de ciertos escritos periodísticos 
harto cargados de reticencias y perfidias para él y sus amigos. ¿Es que, señores, no 
saben ustedes escribir sin denostar, es que la defensa de una causa en sus manos, ha 
de llevarles indefectiblemente al agravio del adversario? (A las interrogaciones del 
Sr. Cima contestan, airados unos, circunspectos otros, los Sr es. Pardias. Fernández 
Llano, Suárez Solís, Fernández (don Emilio), López (don Regíno), Hay atisbos de 
tumultos. Aplausos, Gritos. Cada concepto del orador provoca dos tempestades: 
una de palmadas, otra de siseos). — En este asunto— continúa— no deben hablar la 
pasión ni el encono personal, sino únicamente el interés del Centro, superior a los per- 
sonalismos. Defendamos en buen hora nuestros respectivos criterios; pero respetán- 
donos mutuamente, con elevación de ideas, sin descender al terreno incalificable de la 
injuria y ia calumnia. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Sosegados algo los ánimos el Sr\ Cima pasa a defender el 'Teatro de Campo- 
amor \ argumentando extensamente acerca de las ventajas que reportaría conservar 
dicho coliseo, por otra parte perfectamente adaptable ai nuevo edificio. 

Sigue al señor Cima el expresidente don Maximino Fernández y González. Am- 
plio gesto tribunicio. Serenidad mental. Fluidez. No pensaba intervenir — advierte — 
mas el aspecto que toma este problema, poco favorable a los intereses de la Sociedad, 
le obliga a ello. No es partidario de la revisión del acuerdo en la forma en que fue plan- 
teado, agregando que hay que estudiar y considerar cuidadosamente el asunto, a cuyo 
efecto pide que en vez de la urgencia se decída el nombramiento de una comisión que, 
en un plazo determinado, traiga un estudio concienzudo e imparcial a fin de someterlo 
al criterio de los socios, quienes resolverán entonces con perfecto conocimiento de 
causa. 

Lo mismo opina don Gregorio Alonso, que de pasada, y ya en el uso de la pala- 
bra, afirma sus simpatías por el “Campoamor' . 

Sometido el caso a votación, resultan 407 votos a favor de la urgencia y 252 en 
el sentido de que sea designada la comisión que emita dictamen sobre los dos extremos 
que se discuten. 

No alcanzando a las tres cuartas partes el número de votos a favor de la ur- 
gencia. tal como lo prescribe el artículo 31 del Reglamento general, queda acordado el 
nombramiento de la comisión que ha de informar, 

Y se da un voto de confianza a la presidencia a fin de que elija la mencionada 
comisión. 

Han transcurrido un mes y días. . . ¡No hay tiempo que perder b . . La comi- 
sión ha elevado su informe. Nueva convocatoria a junta General extraordinaria: 
16 de Mayo, En el curul presidencial los mismos señores Pedrea rias y Píre. Curio- 
sidad. Gran afluencia de socios 

Dice el dictamen : 

Cálculos conservando el teatro/ — Cx>$to de la obra: $1.200,000 00 pesos. In- 
gresos por todos conceptos: $91,277 60, Egresos: intereses de un millón doscientos 
mil pesos al seis por ciento anual, setenta y dos mil pesos. Diversos egresos: contri- 
buciones, seguro, agua, conservación, etc., $88,000 00. Superávit, $3,167,60, 

Edificio sin teatro: — Costo $1.350,000.00. Ingresos por todos conceptos: 
$75,480.00. Egresos : Intereses de un millón trescientos cincuenta mil pesos : $81,000.00. 
Contribuciones, seguro, conservación, agua, etc. f $97.400.00 Déficit: $21,900.00. 

No consideramos que ninguno de los dos proyectos pueda ser de fatales conse- 
cuencias económicas para los intereses sociales. La perspectiva exterior, su arqui- 
tectura, será bella y hermosa, tanto para el edificio sin teatro, como para el edificio 
conservando el teatro 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El edificio sin teatro permite una mejor y más perfecta perspectiva interior. 

El edificio conservando el teatro de "Campoamor permite también desarro- 
llar una buena distribución, tanto en su escalera principal como en los locales nece- 
sarios a cubrir las necesidades sociales, 

Hacen otras consideraciones y firman: Rafael García, J. Suárez y J. Guardado. 

A continuación, la presidencia encarece la mayor alteza de miras y respeto mu- 
tuo en los debates, a fin de que se llegue a una solución provechosa para las conve- 
niencias de la Sociedad. Y concede la palabra al Sr, Menéndez Herrera, quien opina 
que debe prescindir se del teatro. 

No es de ese parecer don Gregorio Alonso que, infatigable, recurre a nuevos 
alegatos en pró del coliseo. Pues que el “Campoamor 1 ’ no obstaculiza una acertada 
distribución interior del edificio, respetemos el “Campoamor’ 1 . El caso es salvar el 
déficit que inevitablemente se producirá de prosperar el proyecto sin teatro. 

El veterano don Juan Rodríguez mésase la cabellera ante la sospecha de que 
sea destruido el “Campoamor \ ¡Qué horrenda profanación, señores I Yo os pido 
que recapacitéis, que discurráis con calma. Cerebros privilegiados dicen que con el 
teatro habrá superávit, y que sin el teatro, pérdidas. ¿Habréis de permitir esto últi- 
mo, comprometiendo la vida económica del Centro? Yo no lo creo. Yo no lo espero, 

A seguidas, reveía algo que tenía oculto: su erudición en películas. El conoce 
la obra civilizadora del cinematógrafo, sigue sus avances, se extasía ante las buenas 
producciones, le son familiares las principales figuras de la pantalla. . . Nos lo dice 
con frase épica, — Soy un vieyu que camina con e! siglo. Por eso no le arredra que el 
' 'Campoamor esté dedicado a sala cinematográfica. Lo que le arredra e intimida es 
que, so pretexto de acabar con la exhibición de películas allí, se quiera concluir tam- 
bién con el teatro ¿Qué ahora produce poco? Pues, hagámosle producir más, dán- 
dole su verdadera categoría de gran teatro, lujoso, amplio, con perfecta acústica y en 
el mejor punto de la capital. 

Aparece don Sebastián Soto Reigada, Es el más tenaz de los antíteatrales. 
Hace largas parrafadas, entre las que interpola, indefectiblemente, un ¡ejem! estruen- 
doso, Cada [ejem! señala una nueva transición del orador: es como si al carraspear 
limpiase, a la vez que la garganta, el cerebro de ideas que ya utilizó. El Sr, Soto com- 
bate la existencia de! Campoamor ’ y todo propósito de teatro, por fines exclusivamen- 
te especulativos. Opina que los ingresos serán más dedicando el espacio del teatro a 
locales para el comercio. Y apoya sus manifestaciones con cálculos aritméticos que 
causan sensación. También orée que al Centro le bastará con dos pisos, podiendo 
dedicar el tercero a aumento de la renta por alquileres. Luego, ya al concluir, juega 
ma la barís ticamente con los estilos constructivos. El los conoce todos y los domina 
todos, y le es familiar así la arquitectura griega, como la japonesa, la del renacimiento 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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italiano como la rusa, la árabe como la egipcia, la indíosiamesa como la inca. , . Por 
eso, como español y como erudito, proclama las excelencias del renacimiento español 
y pide que el Centro Asturiano sea trazado dentro de los más rigurosos cánones de este 
estilo, en homenaje a nuestro arte y con arreglo a nuestras tradiciones. 

El Sr Fernández Riaño canta nuevamente la utilidad de! ‘Campoamor , cuya 
conservación propugna. Es la mejor prueba de cordura que podemos dar. 

En contraste jqué inquina le tiene al teatro don Regí no López! El viejo actor 
no se explica que haya quienes le defiendan, cuando ni como negocio industrial puede 
ser alabado. Lanza sus dardos de otras veces, con la autoridad de quien es copropie- 
tario de otro teatro y vive del arte teatral desde hace ya incontables años, ¿Teatro? 
Ni soñarlo. Edificio suntuoso, y pronto, puesto que nuestra paciencia se agota, re- 
pite con voz de falsete— voz escénica — el simpático artista, 

Y don Ramón Fernández Llano pide que, considerado suficientemente discu- 
tido el asunto, se le someta a votación. 

Consultada la asamblea, ésta hace manifestaciones afirmativas, habiendo sólo 
22 votos en favor de que se continúe discutiendo. 

Y cuando iba a votarse si se conserva o no el "Campoamor’ , y en consecuencia 
si el edificio se construye con teatro o sin él, el Sr. Cima hace presente que de acuerdo 
con sus compañeros firmantes de la moción, retira ésta, no sin consignar enérgica y 
expresivamente, entre enorme clamoreo, que se vé forzado a ello por la actitud amena- 
zadora de parte del público, por la imposibilidad de discutir en aquel ambiente hostil 
y porque en aquellos instantes, trágicos y desol ador es, no se atiende a razones, sino 
que se impone la fuerza de la pasión y ceguera políticas, aplastando los supremos in- 
tereses sociales 

Y concluye en tono profético, alzando la voz sobre la agitación reinante: La 

historia dirá quiénes defendieron al Centro Asturiano y quiénes con sus caprichos e 
intransigencias comprometen para siempre su desenvolvimiento económico. ¡He dicho ! 

Queda ratificado el acuerdo de que el palacio deí Centro Asturiano no lleve 

teatro. 


Concurso de Proyectos: — Definitivamente resuelto que el futuro palacio conste 
de planta baja y tres pisos, se acordó invitar a seis arquitectos de prestigio, tres cuba- 
nos y tres españoles, a un concurso de proyectos, remunerándose a cada uno con la 
suma de dos mil pesos moneda oficial. 

Se establecen, además, tres premios: el primero, de diez mil pesos; el segundo, 
de cinco mil; el tercero, de tres mil; para premiar, respectivamente, el proyecto que 
se acepte y los dos proyectos que le sigan en mérito, bien sean de los arquitectos in- 
vitados o de los arquitectos que se presenten libremente. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Entre las reglas a que se sujetarán los proyectistas, figuran éstas: 

La ornamentación exterior sera de entera conformidad con el más puro clasi- 
cismo del estilo Renacimiento Español. El decorado interior, todo él relacionado con 
el propio estilo; pero recomendándose que, con discreto sentido, se haga notar la so- 
briedad de detalles en aquellos departamentos que así lo requieren. 

El importe total de la construcción y al cual deberán ajustarse los concursantes,, 
no excederá de la cantidad de un millón doscientos mil pesos; aceptándose por moti- 
vos que habrán de ser razonados, un aumento del cinco por ciento sobre la cantidad 
expresada 

El plazo mínimo de tiempo para hacer la entrega de los proyectos es de cuatro 
meses, a partir del día 15 de Julio. No obstante el presidente del Centro Asturiano 
está autorizado para prorrogar dicho plazo, siempre que circunstancias especiales así 
lo aconsejen. 

(Estas circunstancias, las especiales a que se alude, debieron ser las que incli- 
naron a! Sr Pedrea rías a conceder, próximo a expirar el plazo de cuatro meses, otro 
de dos, con lo que el resultado del concurso no será conocido hasta pasado el 2 de Ene- 
ro de 1924, último día de esta prórroga) 


BENDICION Y COLOCACION DE LA PRIMERA PIEDRA 

Dejemos a los arquitectos trabajar. Dejemos que vayan trazando sobre el pa- 
pel cuadriculado, el fruto de su inventiva y de su experiencia, del que surgirá, como 
en espléndido florecer de ilusiones, la ansiada Casa de Asturias. No les interrumpamos. 

Mientras ¡con qué celeridad caminamos desembarazándonos la ruta de obstácu- 
los! Leed, en síntesis de bella prosa oficial, admirablemente detallista no obstante, 
la descripción de las sencillas y conmovedoras escenas de bendecir y colocar la primera 
simbólica piedra de! edificio: 

En la mañana del domingo nueve de Septiembre de mil novecientos veintitrés, 
se llevó a cabo, con el mayor lucimiento, la fiesta de la colocación de la primera piedra 
del edificio social del Centro. 

Esta fiesta estaba señalada para el ocho, día de la San tina, y fue transferida 
para el nueve que, por ser domingo, daría más brillantez al acto. 

La piedra procede de las canteras de Covadonga y está artísticamente la- 
brada. Presenta en su frente el escudo de Asturias y esta inscripción. "El Cabildo 
de Covadonga al Centro Asturiano de la Habana Primero de Agosto de 1923. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


353 


Acordado por la Junta Directiva, a propuesta de don José Cuenco y Bodes, 
que la primera piedra del edificio social fuera traída de Covadonga, se comisionó 
para ello a don Pío Pérez, de Col lía, Arriendas, quien aceptando gustosamente la mi- 
sión que se le encomendó, se entrevistó con el Muy Ilustre Cabildo de Covadonga, ha- 
ciéndole presente los deseos del Centro Asturiano. El Cabildo acogió con profunda 
satisfacción la solicitud y cedió, desinteresadamente, la piedra, llegando su amabili- 
dad y su entusiasmo al extremo de llevar a cabo,- — en el día del aniversario de la ba- 
talla de Covadonga— , un memorable acto para bendecir la piedra, al que concurrie- 
ron altas personalidades. En el acto de la bendición actuó de madrina la Excelentísima 
Sra. Marquesa de Arguelles, cuyo ilustre apellido tiene fuertes raigambres en el Centro 
Asturiano de la Habana, Ocupaban los estrados de preferencia la Delegación del Cen- 
tro Asturiano, compuesta por los señores don Maximino Fernández Sanfdiz, exp resi- 
dente del Centro; don Higinio Gutiérrez, don Manuel Corbato y don Pío Pérez; y los 
señores don Fermín Candía, cronista de Asturias y representante del Centro en Es- 
paña; ios exminístros señores Prida y Arguelles, el Marqués de Villavíciosa, d señor 
Armen teros y el señor Llano y Alvares de las Asturias 

En el acto de bendición fue leído un telegrama dd Príncipe de Asturias, que 
dice así: 

Cabildo Covadonga: Su Alteza el Príncipe de Asturias se une, con todo el gran 
cariño que tiene a ese Principado, al acto de bendición, y hace fervientes votos por la 
prosperidad del nuevo Centro de América. Agradece mucho votos de esa asamblea 
regional, a la que saluda con el mayor afecto. 

La prensa asturiana se ocupó extensamente de este hermoso e imponente acto. 

Entre el Cabildo de Covadonga, la Diputación Provincial de Oviedo y d Centro 
Asturiano se cruzaron, con tan grato motivo, los cablegramas siguientes: 

‘Centro Asturiano. Habana. 

Solemnísima bendición piedra concurrentes Covadonga saludan con toda el alma 
a hermanos Centro, — Cabildo' . 

‘Presidente Centro Asturiano, .Habana 

Diputación Provincial interina asociase gran fiesta bendición piedra Covadonga 
para edificio ese Centro ai cual dirige cordialísimo saludo de fraternidad asturiana”, 

“Ilustrísimo Sr. Abad de Covadonga. Oviedo. 

Centro Asturiano Habana expresa vivo reconocimiento por solemnísima ben- 
dición primera piedra y corresponde cariño nobles hermanos de Covadonga.- — ■ 
Pedroarias, Presidente”. 

‘Diputación Provincial, Oviedo. 

Centro Asturiano Habana agradecidísimo cordiales manifestaciones Diputación 
con motivo primera piedra corresponde efusivamente saludo fraternidad asturiana. 
Ped roa rías, Pr es iden te * \ 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Por mediación de la [Relegación de Gijón, la piedra llegó a la Habana algunos 
días antes del señalado para colocarla. 

La fiesta fue celebrada en el solar de! Centro y resultó solemnísima. Concu- 
rrieron al acto representación del Honorable Sr. Presidente de la República; las más 
altas autoridades civiles y religiosas de la capital; representaciones de las Sociedades; 
numerosísimos socios con sus familias; Comisiones de las Delegaciones del Centro, 
etc. Por distinguidos periodistas estaba representada en el acto toda la prensa habanera. 

El programa, que se cumplió al pié de la letra, fué el siguiente: 

1 . — Misa por el P, Monseñor Celestino R i vero 

2 — 'Himno a la Virgen de Covadonga, por el Orfeón Asturiano, — formado por distin- 
guidas señoritas y socios del Centro, bajo la dirección del P Alberdi , — y la Banda 
Municipal, dirigida por el Maestro M. Fraga, 

3. — Oración Sagrada, por el P. García Herrero, S. J., Rector del Colegio de Belén, 

4. — Colocación de la primera piedra y bendición, por el limo, Sf. Obispo de la Habana, 

Monseñor Pedro González Estrada, 

5. — Himno Nacional Cubano y Marcha Real Española i por la Banda Municipal, 

6 —Aíres Asturianos, de Heliodoro González, por el Orfeón Asturiano, 

7. — Discurso, por el Sr. Maximino Fernández y González, expresidente del Centro 
Asturiano. 

Los socios fundadores suscribieron un sentido documento para colocar en el hue- 
co de la piedra, y enviaron al presidente general, por mediación del licenciado don 
Ramón Fernández Llano, una pluma de oro y una carta que dice así: 

Habana, 6 de Septiembre de 1923, 

Señor don Genaro Pedroarias y Viiloslada, Presidente del Centro Asturiano de la Habana- 
Ciudad. 

Mi distinguido amigo: En el memorable acto de la colocación de la primera 

piedra de nuestro edificio social, los socios fundadores hallamos un hondo motivo de 
alegría y de optimismo. 

Deseando de todo corazón contribuir, aunque sea modestamente, a la realiza- 
ción del acto, los socios fundadores hemos adquirido una pluma de oro. 

Tal pluma de oro es !a que envío, adjunta, a poder de usted, amigo presidente,, 
por encargo con que me honraron mis compañeros fundadores. 

Rogárnosle encarecidamente que usted disponga que con esa pluma sea firmada 
el acta de colocación de la primera piedra, y que sea guardada para firmar con ella, 
también, el acta de la inauguración del palacio social. 



QUINTA COVADGNGA; FERG< 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURJ 








EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


357 


Los socios fundadores saben que usted ha de complacerles en este sentimiento, — 
hijo de su amor al Centro Asturiano,- — y por ello expresan a usted el más vivo testi- 
monio de gratitud por mediación de su affmo. amigo y compañero (f) Ramón Fer- 
nández Llano. 

ACTA: 

" En i a ciudad de la Habana, a las nueve de la mañana del día nueve de Septiem- 
bre de mil novecientos veintitrés, se llevó a cabo, con toda ceremonia, la colocación de 
la primera piedra del edificio social del Centro Asturiano de la Habana, piedra que 
es un obsequio del Muy Ilustre Cabildo de Covadonga y procede de las canteras del 
monte Auseva, en el sagrado lugar en que se venera la Virgen de las Batallas. 

Concurrieron a tan señalado y memorable acto las autoridades civiles y reli- 
giosas y muy distinguidas personalidades de la República— que suscriben la presente 
acta — y numeroso elemento de la Asociación. 

Fue madrina del acto la señora Amparo Chapell, dignísima esposa del señor 
presidente general del Centro Asturiano, don Jenaro Pedroarías y Villoslada, y bendijo 
el acto el muy íímo. señor Obispo de la Diócesis de la Habana, Monseñor Pedro Gon- 
zález Estrada. 

En la caja de metal que ocupa el hueco previamente dispuesto en ia piedra, es 
colocada esta acta. Dicha caja de metal contiene, también: un acta suscrita por los 
socios fundadores del Centro Asturiano; un ejemplar de cada uno de los periódicos 
de la capital del día de hoy, publicados hasta esta hora; un ejemplar de cada una de 
las monedas de níquel, plata y oro de la República que se hallan en circulación; un 
ejemplar del diario ' Región ' de Oviedo, de fecha seis de Agosto de este año; un ejem- 
plar de ia revista quincenal "Covadonga -que se edita en el lugar del mismo nom- 
bre, — de primero de Agosto; un pequeño papel escrito a lápiz, que vino en el hueco 
de la piedra y es de don César González, quien la labró; y un ejemplar de la memo- 
ria del Centro Asturiano correspondiente al año de mil novecientos veintidós. 

Y para debida constancia, se extiende la presente acta". 

Nota: Entre los objetos colocados en la caja de metal, se incluye un programa 
de i a fiesta. 

Esta acta, como en ella se dice, fue firmada por las personalidades concurrentes. 

La madrina, señora Amparo Chapell de Ped roanas, depositó en la caja de me- 
tal una medalla de La Milagrosa, 

También fueron colocadas tres monedas de plata — dos de Carlos I II y una de Fer- 
nando Vil, — enviadas por el señor asociado del Centro don Francisco Vega del Frade 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ACTA DE LOS SOCIOS FUNDADORES 

"En la ciudad de la Habana, a las nueve de la mañana del día nueve de Sep- 
tiembre de mii novecientos veintitrés, en el acto de la colocación de la primera piedra 
dei palacio social, los socios fundadores del Centro Asturiano suscriben la presente 
acta, que en homenaje sagrado, colocan en la caja de metal que ocupa el hueco de este 
bloque arrancado de las canteras del Santuario de Covadonga* 

En ella expresan su absoluta adhesión a este memorable acto, símbolo de la 
grandeza futura de la amada Institución, a la que se hallan de toda corazón unidos 
desde el día en que surgió a la vida de las Sociedades Españolas en la grande y libre 
América 

Como hasta hoy, los socios fundadores continuarán ofrendando sus esfuerzos al 
bienestar de la Institución. Y por la ventura de ella y por la felicidad de los que han 
de continuar sustentándola, elevan en este hermoso día todos sus sentimientos de ca- 
riño, de fraternidad y de amor". 

La concurrencia fué obsequiada, terminado el acto, con un espléndido “lunch" . 


He aquí la inspirada oración del R. P. García Herrero: 

Dignísimo representante del Honorable Sr. Presidente de la República; 

Excelentísimo e Ilustrísimo Sr. Obispo de la Diócesis; 

Excmo. Sr. Ministro de España; 

Dignísimas autoridades todas de la Habana, que habéis querido venir a honrar 
en Asturias a España; 

Dignísimos Presidente y Madrina de este solemnísimo acto; 

Dignísima Junta del Centro Asturiano; 

Amadísimos asturianos; 

Amadísimos cubanos y españoles; 

La piedra que hoy se va a colocar para levantar sobre ella este gigantesco edi- 
ficio que ha de honrar a Asturias, que ha de honrar a los españoles, que ha de honrar 
a España y a Cuba, es un pedazo del corazón de España arrancado de las rocas de Co- 
vadonga, en donde después de la invasión sarracena se recogió toda la sangre noble 
española ansiosa de libertad y que se difundió y circuló después por todas las venas 
de la Península, hasta llegar purificada en los mil combates que tuvo que sostener en 
aquellos siete siglos de leyenda verdaderamente épica, única en el mundo, hasta inun- 
dar, digo, el corazón generoso y magnánimo de aquella Reina que se llamó Isabel la 
Católica y que puso fin a esta gloriosa empresa épica, para reproducir, más tarde, derra- 
mando la sangre de aquel corazón también por ambos continentes para fertilizar, para 
fecundar nuevos mundos donde brillaron aquellos tres grandes ideales, aquellos tres 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


359 


grandes amores que hizo posible un Pelayo en Covadonga, un San Fernando en Sevilla, 
un Cid Campeador en Burgos y en Valencia, una Isabel la Católica en Granada y un 
Daóiz y un Velarde el 2 de Mayo en las calles de Madrid: Amor a nuestra religión; 
amor a nuestra indómita independencia; amor intenso a nuestra Patria hasta el heroís- 
mo, Esos tres amores traen hoy los asturianos simbolizados en ese corazón de España . 

Si esa piedra, si ese pedazo del corazón de España, pudiera reproducir aquí aque- 
lla serie de escenas de que ha sido testigo durante tantos siglos, testigo mudo, ¡qué 
de recuerdos nos traería! Ella nos recordaría aquellas primeras empresas y glorioso 
triunfo de Pelayo y de aquel puñado de valientes que se unieron a él, de aquél puñado 
de valientes que iniciaron la reconquista de España, el principio de nuestra independen- 
cia nacional, y que al nombre de la Virgen de Covadonga, arrancado de aquellas ro- 
cas, paseó triunfante por toda España durante siete siglos y no cesó hasta que otra 
vez, en nombre de la Virgen, Hernando Pérez del Pulgar clavó con su puñal el nombre 
de María en las puertas de la mezquita de Granada. Ella nos recordaría y reprodu- 
ciría aquí aquellos ecos lejanos de los combatientes de aquellos tiempos, el vibrar de 
las espadas, los resplandores de las lanzas, el silbar de las saetas, los lanzamientos de 
piedras al golpe de las hondas contra aquellas rocas, para caer después contra los mis- 
mos que las lanzaban, el chocar y el rebotar de los escudos de moros y cristianos en lu- 
cha cuerpo a cuerpo, y hasta reproduciría los ecos de victoria que resonaron en aquellos 
desfiladeros y los ecos de muerte que resonaron también cuando los contrarios rodaban 
por aquellos acantilados y aquellos agrestes peñascales. Ella traería también, aquí, a 
nuestra memoria la. serie de visitas de aquellos primeros guerreros, después que obte- 
nían cada victoria, para dar gracias postrados a los pies de la Virgen de Covadonga. 

La Virgen de Covadonga es pequeñina y galana. 

Aunque bajara del Cielo, no hay pintor que la pintara. 

Nos recordaría aquella serie interminable de romeros que acudían presurosos a 
dar gracias y a pedir favores a aquella Virgen, Madre y Reina de nuestra independen- 
cia. Ella nos diría cómo sentía los pasos de aquellos asturianos que, descalzos o de 
rodillas, pasaban cerca de ella para postrarse a los pies de la Virgen de Covadonga, en 
aquella cueva santa. Ella nos diría también que había recogido las lágrimas de aque- 
llas madres que acudían a pedir protección para los hijos de sus entrañas que años antes 
despidieron antes de embarcarse y arribar a estas playas hospitalarias, a las playas de 
esta venturosa isla. 

Ella también reproduciría aquí y os traería a vosotros a la memoria aquellas 
visitas últimas que hicisteis para despediros de aquella tierra encantadora y hermosa, 
si las hay en el mundo, para recordaros las promesas que hicisteis, las visitas que des- 
pués, vueltos de nuevo a la Patria, realizasteis, y hasta las limosnas que dejasteis para 
sostenimiento del culto y embellecimiento de aquellas gemas que sirven de corona a la 
Matrona de Asturias. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Eso es lo que esa piedra significa para los asturianos : el símbolo de sus amores, 
el símbolo de sus recuerdos, la memoria de su Patria, las lágrimas de sus madres, amor 
el más puro y desinteresado que puede existir en el mundo. 

Pero, esa piedra significa más aún; esa piedra, pedazo del corazón de España, 
que ha de servir de piedra sillar, de base y fundamento sobre el cual se ha de levantar 
este colosal edificio que se proyecta, representa y significa el amor, [a caridad frater- 
na, significa la unión, la ayuda mutua de todos los asturianos; así como sobre esa pie- 
dra se han de levantar otras piedras que, trabadas entre sí constituyen esa unidad que 
el ingenio del artista ha ideado para levantar este edificio, del mismo modo y con más 
propiedad podemos decir que, sobre esa piedra, descansará la unión y el amor frater- 
nal de los cuarenta y seis mil quinientos socios que al rodar de los años supieron levan- 
tar la Quinta de Salud, admiración del mundo, y que saben hoy, también, levantar 
este nuevo edificio social, este nuevo edificio social desde el cual unidos los asturianos, 
identificados los asturianos, como todos los españoles con los cubanos, en un ardiente 
y generoso deseo de trabajar por el progreso de esta Isla, se sabrán sacrificar para que 
todas sus empresas resulten, redunden en gloria de esta hospitalaria república, que 
es, digámoslo así, la segunda patria de todos los españoles! 

Serán extranjeros, si se quiere, en el nombre, pero extranjeros — como dice un 
coronel del Ejército Libertador en un libro recientemente publicado, — extranjeros que 
conviven y se mezclan con nosotros en nuestras casas, en nuestros centros sociales, 
que trabajan por la vida noblemente y que merecen nuestro aprecio y estimación. 
Extranjeros que saben sacrificarse por la patria cubana, extranjeros que con su cons- 
tancia, con sus iniciativas, con sus energías, con su inteligencia, con su actividad y 
con su dinero ayudan al progreso de la república, al fomentar las riquezas, fomen- 
tando el comercia, la industria y la agricultura. Extranjeros que merecen bien de 
la patria, puesto que hasta se unen con nuestros compatriotas para crear un hogar, 
crear una familia, de la cual han salido los cubanos, los hijos mejores de Cuba, los me- 
jores patriotas, que han sabido después fundar la república. 

Extranjeros,— añade el mismo autor —que anhelan y trabajan por el progreso 
de Cuba, merecen bien de la Patria. Son hijos buenos, los buenos patriotas, a los que 
debemos considerar como iguales, como hermanos, digo yo, hermanos nacidos de la 
misma madre, ios cuales tuvieron sus diferencias al dividir la herencia de esa madre, 
pero hechas ya las particiones, desapareció la razón principal de desavenencia y dis- 
cordia y, desde entonces, todos los españoles al arribar a estas playas no nos considera- 
mos extranjeros y menos desde que empezamos a tratar y trabar amistad con los 
cubanos. 

Eso, pues, significa esa piedra para los cubanos; el amor de los asturianos a esta 
República. En esa piedra están simbolizados los deseos, los anhelos, los sacrificios que 
ios asturianos han hecho y están dispuestos a hacer en cooperación con los cubanos, 
para el engrandecimiento de esta bendita República! 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


361 


Por eso, al traer ese pedazo del corazón de España, han elegió este sitio en me- 
dio del corazón de la Habana, para que de esa manera se levante sobre ese corazón 
gigante y se yerga ese edificio que ha de ser el embellecimiento de Cuba y el centro 
principal de la cultura asturiana. 

Asturianos que me escucháis, nobles sucesores de aquellos defensores de nuestra 
religión y de nuestra independencia nacional, nacidos al lado de la cuna de nuestras 
libertades, cada vez que veáis esa piedra considerad que en esa piedra están simboli- 
zados estos amores: el amor a vuestra fé t el amor a vuestra patria y a vuestra inde- 
pendencia , el amor a vuestros compatriotas, el amor a los cubanos, hijos muchos de 
ellos vuestros o de vuestros antepasados, el amor a esta república hospitalaria, a esta 
segunda patria, por la cual cada uno dentro de nuestra posición, dentro de nuestro 
cargo, hemos de esforzarnos por cooperar con todos los cubanos, hermanos nuestros, 
para levantar gloriosa y grande esta república, esta nueva patria nuestra, que al fin 
y al cabo, para vosotros, asturianos, es como una prolongación de Asturias, así como 
Asturias, con aquellos inmensos campos adquiridos por asturianos que han vivido en 
Cuba, aquellos hermosos palacios que por doquiera hay en Asturias, levantados con 
fortunas cubanas, es una prolongación de Cuba. Y, por eso, españoles y cubanos y 
asturianos, ahora, en este solemne acto, venís a intensificar esos amores, a que esa pie- 
dra sirva de lazo de unión entre españoles y cubanos, ¿Qué significan todas esas ban- 
deras colocadas en esas columnas y que descansan sobre el Centro Asturiano, y que 
ese Centro Asturiano ha de descansar sobre esa piedra, que es parte del corazón de 
España, y que en esa piedra está grabada la cruz, si la cruz significa amor y los dis- 
cípulos de Cristo se han de distinguir por el amor? Amor, pues, significa esta fiesta, 
amor de cubanos y españoles, y España entera agradecerá a Asturias haberle ofrecido 
esta ocasión de demostrar por sus ge nu i nos representantes este sentimiento que em- 
barga nuestras almas. 

Un asturiano ilustre inició la campaña de desarraigar odios y sembrar amores; 
hoy sus hijos siguen las mismas huellas, trazadas por aquél ilustre español y aquél ilus- 
tre cubano, y esa es la bandera que hemos de desplegar siempre, la bandera de Cuba, 
la bandera de España, unidas entre sí para que españoles y cubanos logren formar 
de ésta nuestra patria, de esta república, logren formar de la Isla de Cuba una de las 
repúblicas más grandes de América. (Grandes y prolongados aplausos). 

Terminado el discurso del Rvdo. P. don Claudio García Herrero, el señor pre- 
sidente del Centro hizo uso de la palabra, expresando la gratitud del Centro Asturiano 
y la suya personal a cuantos se sirvieron honrar con su presencia el acto. Manifestó 
que se sentía regocijado por la brillantez emocionante de la fiesta, y después de diri- 
gir un cordial saludo a las personalidades asistentes, a la prensa y al público general, 
hizo en sentidas frases, la presentación de don Maximino Fernández y González, expre- 
sidente del Centro Asturiano, quien a continuación escaló la tribuna, siendo recibido 
con una ovación. Dijo así, emocionado, don Maximino; 



362 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Muchas gracias, señores, por esa voz de aliento que representa vuestro simpá- 
tico aplauso, y que buena falta me hace. 

Sn Representante del Honorable Sn Presidente de la República 

Sr. Ministro de España, mi amada patria, 

Sr, Presidente del Centro Asturiano de la Habana. 

Señoras y señores: 

Aunque inmerecido, es un grande honor el que me han otorgado el Sr. Presidente 
General del Centro Asturiano y mis compañeros de Directiva, designándome para lle- 
var su representación en este acto. ¿Que cuáles son las razones que habrán tenido para 
tal designación? Si se atiende a la capacidad, ninguna. Seguramente lo que ellos se 
propusieron y realizaron fué que esa representación la ostentara un compañero que 
por sus antecedentes, por su historia social, por su origen, sea una representación ge- 
nuína de los elementos que integran la gran masa social de nuestra querida institución. 
En una palabra, ellos han querido que los representara un típico inmigrante, un viejo 
luchador en el diario bregar por el engrandecimiento del Centro Asturiano de la Ha- 
bana. (Aplausos). 

Y heme aquí r señoras y señores, en la situación de un sujeto a quien se le or- 
dena escalar una montaña y que no tiene otros medios para cumplir el mandato que 
su buena voluntad y que, cerrando Jos ojos, atento sólo al cumplimiento del deber y 
confiado en su buena estrella, emprende la marcha hacia la cumbre confiando llegar, 
bien o maltrecho, pero seguro de vuestra amable benevolencia. 

Antes de emprender esa fatigosa ascensión, fatigosa por e! esfuerzo, agradable 
por el objetivo, permitidme que en nombre de ios miles socios del Centro Asturiano 
de la Habana, aún cuando ya lo ha hecho debidamente el Sr. Presidente, les dé !as 
gracias por honrar con su presencia este acto, a los distinguidos señores, que digna- 
mente representan al ilustre Primer Magistrado de la Nación Cubana y a la gloriosa 
Madre España; al señor Obispo de la Habana, cuya piedad es el mejor ornamento de 
sus insignias sacerdotales: al señor Gobernador de la Provincia, que une a sus prestigios 
de libertador, virtudes cívicas, por todo el mundo reconocidas; al digno representante 
del señor Alcalde de la ciudad, a los señores representantes de las Sociedades hermanas, 
cuya presencia significa un bello rasgo de solidaridad; a los talentosos señores represen- 
tantes de la prensa, de ese enorme poder que tan gentilmente nos ha auxiliado siempre 
en nuestra magna obra; a ese grupo encantador de lindas jóvenes que con sus cantos 
han traído a nuestras mentes y a nuestros corazones, gratos recuerdos de la niñez; a 
tanta dama elegante y bella, genuina representación de la mujer cubana, de esa mujer 
hermosa, de elegancia y distinción indiscutibles, y que es la característica de la mujer 
de esta tierra de sol, que justamente llamamos la Andalucía de América; y a todos, 
absolutamente a todos, los que con su presencia dan realce y prestigio a este acto que 
celebramos hoy ios asturianos; acto de verdadera confraternidad y de verdadero amor 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


3Ó3 


entre cubanos y españoles- (Grandes Aplausos)- Y un aparte cariñoso y sentidísimo 
para ese grupo de fundadores, desgraciadamente ya muy reducido, restos gloriosos de 
aquella pléyade de hombres llenos de amor al prójimo, que tuvieron un concepto tan 
elevado de sus deberes ciudadanos y una visión tan amplia y tan noble del porvenir, 
y que no obstante su grandeza, en su día, en las horas de su ardiente apostolado, fueron 
calificados hasta de malos patriotas. (Aplausos)* 

Y llega, señores, como traído por la mano, lo que ha sido muchas veces objeto 
de polémicas en las asambleas de nuestras sociedades: si el Centro Asturiano y las so- 
ciedades semejantes a él son instituciones de carácter patriótico o son simplemente so- 
ciedades de beneficencia y socorros mutuos. Aparte de que toda sociedad que tiene 
por objeto mejorar la condición del hombre, es una sociedad de carácter patriótico en 
su mejor forma, en su forma constructiva, el Centro Asturiano de la Habana tiene 
ese carácter, y lo tiene porque así lo determina su carta fundamental, la que, en su 
artículo primero, establece que la función de la Sociedad, que el objeto de la Sociedad, 
es unir, hermanar a los asturianos y sus descendientes, enaltecer el nombre de Asturias 
en América y proporcionar a sus socios asistencia sanitaria, instrucción y lícito recreo. 
Señores, ved si estas sociedades tienen un verdadero, un fundamental carácter patrió- 
tico: ayudar al hombre en sus horas de angustia, recogerlo en sus momentos de dolor 
y alentarlo en la lucha por la vida, cultivar su inteligencia, elevar el concepto moral 
de sus ideas, en una palabra, hacer hombres dignos y ciudadanos conscientes. Esa, 
en mi concepto, es la forma más elevada, la forma más noble del patriotismo. (Grandes 
aplausos). 

Casi todos los tratadistas modernos y algunos de los antiguos han llegado a con- 
venir que el patriotismo en su origen es un sentimiento de carácter instintivo y exclu- 
sivo, carácter que se ha ido modificando a través de los siglos hasta convertirse en un 
sentimiento espiritual, que lejos de ahogar en las conciencias la noción del derecho y 
de la justicia, alienta en ellos esos sentimientos y los hace tangibles para todos 

Es verdad que la hora presente parece una hora negativa de esos sentimientos; 
es verdad que ese movimiento regresivo en favor del derecho de la fuerza porque esta- 
mos pasando, parece que ahoga ese sentimiento, pero no temamos, la semilla es buena, 
está en el surco y ha empezado a germinar y ella dará su fruto. Acontece aquí o en 
este caso, lo que allá en las heladas regiones de la Siberia con el frío: se echa la simien- 
te en el surco y cuando empieza a germinar, viene la nieve y la cubre con su manto 
de armiño, los inexpertos creen que la cosecha se ha perdido. No hay tal cosa, aquella 
simiente que ha empezado a germinar está acumulando elementos de vida, y cuando 
ios rayos solares, esos rayos vivificadores, rompen el encanto de su manto de nieve, 
se les vé surgir como por arte mágico; se les ve crecer y cubrirse de doradas espigas, 
espigas cuyo fruto ha de ser en su día el alimento de millones de seres, (Aplausos pro- 
longados) 





v ; 'jJ Vi-i.',. |f ■■■■•• 


3 .W . ' 


8|||¡ y- 











EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA FIABAN A 


36 7 


Pues igual acontecerá con la hora presente, cuando eí cerebro humano, cuando 
los rayos de la inteligencia humana logren rasgar el celaje que ha dejado la ultima y 
terrible conflagración, cuando la mente humana, rehecha, vuelva los ojos a la verdad» 
i ah í entonces la buena idea, lo mismo que el trigo en la Siberia, que ha estado acu- 
mulando elementos de vida, surgirá de nuevo esplendorosa y cegadora, y será la hora 
del triunfo de esa civilización saturada de espíritu cristiano que representa el amor 
de la humanidad y que ha sido el faro, la guía que tuvieron esos hombres cuando fun- 
daron esta institución. (Grandes aplausos). 

El acto que se está acabando de realizar, señores, envuelve una positiva tras- 
cendencia, no sólo para los que integramos las luchas sociales del Centro Asturiano, 
sino para la colectividad en que vivimos. 

El marca una nueva etapa en la ascensión progresiva de nuestra querida insti- 
tución; pero, por grande que sea el edificio que vamos a construir, por grandes y mag- 
nificentes que sean su ornamentación y decorado, si lo comparamos con el objeto a 
que ese edificio se ha de dedicar, si nos detenemos a pensar en lo que pudiéramos lla- 
mar el alma de las cosas ¡ah!, entonces por grande que sea el edificio, ha de ser muy 
pequeño comparado con la nota de espiritualidad que representa. Nota de espiri- 
tualidad, sí, porque esta obra no ha de ser cubana ni española, será hispano-cubana. 
Ella tiene la virtud de congregar, de unir a los elementos de dos pueblos hermanos, de 
dos pueblos que están separados políticamente y que tal vez por eso mismo, se unen 
para realizarla. Obra de verdadera altura moral, de verdadera grandeza, una obra que 
cuando esté terminada, cuando ondéen allá en io cimero de sus muros las banderas de oro 
y grana de nuestra patria querida y la de la estrella solitaria de esta Cuba, ¡ahí enton- 
ces es cuando habremos realizado un fin verdaderamente espiritual, de verdadera con- 
fraternidad entre cubanos y españoles, y unidos todos, continuaremos la obra común 
en que estamos empeñados, obra que no es exclusivista, que es obra de humanidad, de 
grandeza, de civilización y que hará lo mismo a este pueblo que donde quiera que se 
haga, pueblo grande, pueblo generoso, pueblo hermoso, no sólo por su riqueza, sino 
por la grandeza moral de sus hijos, (Grandes aplausos). 

Realmente estoy fatigado, mis sesenta años de vida pesan, gravitan sobre mi 
resistencia física. En este momento quisiera tener la voz tenante, la gallardía y la 
elocuencia del padre Herrero, de ese sacerdote que ilustrando este acto, ha pronunciado 
esta tarde una oración magistral respecto de la significación de esta piedra; pero, he 
de tener que resignarme y abreviar todo lo que pueda el desenvolvimiento de mis ideas 
y satisfacer a la vez vuestras aspiraciones. 

Tenemos los asturianos una verdadera deuda de honor con aquellos que con 
esta piedra nos han mandado un beso de amor de la amada patria. Ellos cuando nos 
mandaron ese mensaje, estaban plenamente convencidos de que nosotros habíamos de 
honrarle debidamente, no sólo con actos de la naturaleza del que estamos ahora rea- 



3bS 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


1 izando sino llevando a cabo la obra magna en que estamos empeñados. Es necesario, 
asturianos e hijos de asturianos, descendientes todos de una raza hidalga, es necesario 
unirnos aún más de lo que estamos, porque con esa unión tendremos la fuerza que es 
necesaria para pagar esa deuda de honor, y para cumplir con nuestro deber. 

Aprended de nosotros, miraos en nuestro espejo. El señor Presidente General, 
la mayoría de la Junta Directiva y yo, estamos profundamente distanciados en cuestio- 
nes de detalle y en algunas orientaciones; eso no fue obstáculo para que ellos, poniendo 
hidalgamente esas diferencias por debajo de su amor a la institución, me designaran 
para ocupar este puesto, y yo, que cuando se trata de las cosas del Centro, de las cosas 
fundamentales del Centro Asturiano, me olvido hasta de que soy viejo, me olvido de 
que ya no tengo resistencia para estos embates de la inteligencia, he acudido a la cita, 
cita de honor a la cual estamos citados todos los hombres de bien, todos los hombres 
que seamos amantes del prestigio moral de la nación progen i tora y de esta nación que- 
rida que nos alberga. Sí, es necesario aunar los esfuerzos de todos, es necesario que 
nos bastemos a nosotros mismos, que demostremos de lo que somos capaces, y cuando 
el grandioso edificio que tendrá por base una piedra milenaria, que ha sido, tal vez, 
testigo mudo de acontecimientos que representaron la reconstrucción de una naciona- 
lidad y la conservación de una civilización, es necesario, digo, que nosotros, cuando 
ese edificio, que si tiene la cimentación de una piedra española ha de tener la corona- 
ción de una piedra cubana, esté terminado, que nos demos cita en su azotea, y que allí, 
cuando manos españolas eleven amorosamente al tope del mástil la bandera de la es- 
trella solitaria, cuando manos cubanas eleven amorosamente al tope del mástil la ban- 
dera de oro y grana, símbolo de esa nación, que diga lo que quiera la leyenda negra, 
por donde quiera que pasó con su espada en una mano y la cruz en la otra, dejó raigam- 
bres profundas de libertad en el corazón de estos pueblos hermanos de América (los 
aplausos ahogan la voz del orador). Sí, en esa azotea, bajo la égida de nuestras ban- 
deras, fundidos nuestros espíritus en la noble y justa aspiración de conservar el pre- 
dominio de nuestra gloriosa raza, debemos jurar y perseverar en nuestras virtudes y 
formar con ellas un valladar infranqueable a todo intento de absorción por otras razas 
(Se repiten los aplausos). 

Termino, señores. No creáis que cuando hayamos realizado ese sueño dorado 
de nuestra vida, hemos terminado nuestra misión. ¡No! aquí tenemos a la mujer, aquí 
tenemos a nuestras madres, a nuestras esposas queridas, a nuestras hermanas y a nues- 
tras hijas, que cuando terminemos el problema del edificio han de decirnos, y con ra- 
zón, que ellas tienen derecho a disfrutar de los beneficios que esta admirable institu- 
ción proporciona, beneficios a que indiscutiblemente tienen derecho por su cooperación 
y porque han sido siempre un factor muy importante en su vida y desarrollo. He 
terminado. 

(Vibrante, grandiosa manifestación de afecto). 




PRESIDENCIA DE DON JENARO PEDRO ARIAS V I LLOSLADA 

III 

AÑO 1924 

Directiva y Secciones, — Una subasta nula— Dares y tomares a proposito délos 

PABELLONES DE RaYOS X Y LABORATORIO — En RECUERDO DE DON DIONISIO PEON 

La Ley electoral y el derecho de las minorías a estar representadas 
en la Directiva. — N o nos olvidamos ni de los tuberculosos ni de 

LAS MUJERES. — RECALO DEL DOCTOR GüITERAS —MUERTE DE DON RAFAEL 

García Marques — Hombres de hoy: don Gregorio Alonso, don 
Maximiliano Isoba, don Manuel Perez Tarano y don Alberto 
Rodríguez —El 5r. Canella. — Homenaje a Bango y 
Arguelles— El 5r. Cima, Secretario General. 

Nicanor Fernandez, vicepresidente segundo 

Los NUEVOS DIRECTIVOS, — DON BENJAMIN 
Menendez, — Comisiones de Glosa. 

Estadística del Sanatorio. 



¡RES hechos culminantes se destacan del acervo común, a modo de hitos que 
señalan otras tantas jomadas perdurables: la reforma, en verdad prudente 
e inaplazable, concediendo representación, proporcionada a sus sufragios, 
dentro de la Junta Directiva a las minorías; la elección del proyecto de edificio y la 
adjudicación de las obras y comienzo de éstas, anhelo unánime que no por muy 
reiteradamente expresado era mejor atendido. 

Pero no nos adelantemos a la cronología de tales acaecimientos y digamos antes 
quiénes compusieron la junta Directiva este año: 

Presidente, don Jenaro Ped toarías Villoslada; vicepresidente primero, don An- 
tonio Suárez y Suárez; vicepresidente segundo, don Marcelino Pire García; tesorero, 
don I ^ea nd ro C i f uent es A 1 v a rez ; vi ceteso rero, don j osé An ton i o Palacio B a rro ; voca 1 es , 
don Manuel Pérez Tárano, don Gregorio Alonso Alvarez, don Pedro González Méndez_ 
don Víctor A. López Suárez, don Laureano Alvarez Fernández, don Segundo Pérez 



370 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sierra, don Benjamín Menéndez García, don Luis Muñiz Blanco, don Nicanor Fer- 
nández García, don Bernardo Loredo Berros, don Mariano Cano Nogales, don Be- 
nigno Pérez y Pérez, don Restituto Sánchez González, don Félix Fernández Riaño : 
don Alberto Rodríguez Fernández, don Santiago Toraño González, don Basilio Fer- 
nández Salís, don Hermógenes Foyo Díaz, don Marcelino Suárez González, don Fran- 
cisco García Fernández, don Andrés Fernández García, don Carlos Miranda Alvarez, 
don José Cuenco Bodes, don Constantino Carneado González, don Benjamín Fer- 
nández García, don Avelino Canellada Alonso, don José Prendes Rodríguez, don Ma- 
nuel Vigil Menéndez, don Marcelino Cantera Pírez, don José Fernández Gutiérrez, 
don José María Villamil Fernández, don José Fernández González, don Angel Ro- 
dríguez Suárez, don Manuel Fernández Fernández, don Miguel Méndez Díaz, don 
Santos Rodríguez Oro, don Salvador Alvarez González, don Vicente Hévia Hévia, 
don Maximiliano I soba Prado, don José Lorido Bombardero, doctor don Manuel Gon- 
zález Menéndez, don Manuel Alvarez Suárez, don Eduardo Rodríguez Bango, don 
José García García, don Fermín Suárez Castaño y don Benigno Muñiz Alvarez, 

Vocales natos: don Rafael García Marqués, don 
Juan Bances Conde, don Maximino Fernández Sanfeliz, 
don José Inclán Galán, don Vicente Fernández Riaño, 
don Maximino Fernández y González y licenciado don 
Ramón Fernández Llano. 

Las Secciones estaban así formadas. 

Intereses Materiales —Presidente, don José Fernán- 
dez Gutiérrez; vicepresidente, don Marcelino Cantera 
Pírez; vocales, don Leandro Cifuentes Alvarez, don José 
A. Palacio Barro, don Víctor A. López Suárez, don 
Nicanor Fernández García, don Marcelino Suárez Gon- 
zález, don José Fernández González y don Salvador 
Alvarez González, 

Asistencia Sanitaria —Presidente, don Bernardo Lo- 
redo Berros; vicepresidente, don Constantino Carneado González; vocales, don 
Benigno Pérez Pérez, don Benjamín Fernández (jarcia, don Benjamín Menéndez 
García, don Félix Fernández Riaño, don Francisco García Fernández, don Manuel 
Vigil Menéndez, don Carlos Miranda Alvarez, don José Prendes Rodríguez, don 
Restituto Sánchez González, don Cipriano Fernández Alvaré, don Manuel Fernández 
Fernández, don Angel Rodríguez Suárez, don Andrés Fernández García, don Miguel 
Méndez Díaz, don Santos Rodríguez Oro, don Vicente Hévia Hévia, don José Lorido 
Bombardero, doctor don Manuel González Menéndez, don Manuel A. Suárez y don 
Benigno Muñiz Alvarez 

Inmigración, — Presidente, don José Cuenco Bodes; vicepresidente, don Pedro 
González Méndez; vocales, don Santiago Toraño González, don Laureano Alvarez 



D. JOSE GOMEZ SALAS 
AR Q U I TECT O SOCI A L 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


371 


Fernández, don Basilio Fernández So lis, don José García García, don José María Villa- 
mil Fernández y don Fermín Suárez Castaño. 

Propaganda. — Presidente, don Mariano Cano Nogales; vicepresidente, don Ave- 
lino Canellada Alonso; vocal-secretario, don José María Fernández García; vocal vice- 
secretario, don Cándido Fernández; vocales de la Directiva, don Segundo Pérez Sierra, 
don Hermógenes Foyo Díaz, don Luís Muñiz Blanco, don Antonio Méndez Méndez 
y don Eduardo Rodríguez Bango. Vocales de la General, don Ramiro Alonso Valdés, 
don José Ramón Muñiz, don José R. García Cotarelo, don Manuel Alonso Suárez, don 
Manuel Alvarez Menéndez, don Valerio Villa García, don Manuel Llano Ruisánchez, 
don Miguel Lópe2, don Nicanor Venta, don Claudio Vega García, don Manuel Suá- 
rez, don Jacinto González, don Víctor Torre Iglesias, don Bernardo Rodríguez, don 
Francisco Ramos Cuétara, don José Fernández Díaz, don Antonio Sierra Pérez, don 
José Trabanco, don Segundo López Díaz, don Honorio Fernández, don Manuel Me- 
néndez Menéndez, don Inocencio Valiente, don Benjamín 
Pérez, don Valeriano Menéndez, don Ramón Alonso 
Alonso, don Bal bino Fernández, don Miguel Cano Fernán- 
dez, don Manuel Alvarez Suárez, don Avelino Menéndez, 
don Aquilino R Fernández, don Ramón Fernández, don 
Alvaro González Alvarez, don José Menéndez Prado, don 
Ramón Vázquez Heres, don Evaristo García, don Manuel 
González León, don Justo Sierra Menéndez, don Alonso 
Menéndez García, don Bernabé Fernández Leirana, don 
Ricardo Pardo Valdés y don Manuel Abello. 

Recreo y Adorno. — Presidente, don Manuel Pérez 
Tárano; vicepresidente, don Alberto Rodríguez Fernán- 
dez; secretario, don Ramiro Alonso Valdés; vicesecre- 
tario, don Francisco Flores; vocales, don Manuel Martí- 
nez, don Marcelino González, don José Sierra, don Juan Acosta Piedra, don Francisco 
Muñoz Santiago, don Pablo R. Presno, don Angel Car reño, don José Fernández Martí- 
nez, don Cándido Fuego, don Manuel Alonso, don Aquilino Iglesias, don Julio García 
Castillo, don José Cavia, don Fidel Alvarez, don Santos Pavón, don Manuel Fernández 
Arias, don Eladio González, don Aníbal Rodríguez, don Juan García, don José Gutiérrez 
González, don Jesús Lacera, don José Rodríguez González, don Ramón Pis, don Salus- 
tíano de la Grana, don Antonio Suárez, don Manuel Malgor Alvarez, don José Memhie- 
la, don José Fernández y Fernández, don Jesús García Pérez, don Pedro Fructuoso, don 
Miguel Cano Fernández, don Manuel Menéndez Rodríguez, don Humberto Ruydíaz, 
don Antonio Tomás Blanco, don Eugenio Pita, don José García Martínez, don José Ri- 
vero, don Francisco Tamargo, don José Campa Cueto, don José Rodríguez Avila, don 
Alberto Fernández, don Luís González García, don José R. García Cotarelo, don Ra- 
món Martínez Huerta, don Jovino Suárez, don Baldomcro Fernández, don Vicente 



DON MARIANO CANO NO- 
GALES, PRESIDENTE DE LA 
SEC. DE PROPAGANDA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Cristóbal, don José A. Fernández Cuervo, don José Fernández Alonso, don Baldomcro 
Alvarez, don José González, don Amando Martí, don Manuel Rodríguez, don José Díaz 
Val des y don Luis García. 

instrucción. — Presidente, don Gregorio Alonso Alvarez; vicepresidente, don 
Maximiliano i soba Prado; secretario, don Alberto Peón Ardavín; vicesecretario, don 
Santiago Abascal; hipotecario, don Luciano Peón; vocales, don Joaquín Ablanedo, don 
Marcelino Couso, don Salvador García, don Emilio Pérez Bermüdez, don Alonso Me- 
néndez, don Julio Fernández, don Gerardo Corral, don Manuel Pérez García, don 
Fernando Lobeto, don Manuel Hévia Tuya, don Juan Alvarez García, don Luis Me- 
néndez, don Salvador Cuervo, don Ramón Díaz Rodríguez, don Florentino Martínez, 
licenciado don Segundo Pola Gutiérrez, don Amancio Vil! amil, don José Suárez Mar- 
tínez, don José Píñeiro, don Narciso Martínez, don Francisco Rodríguez, don Manuel 
Merino Acebal, don José Llamedo, doctor don Ataúlfo Fernández Gutiérrez, don 
Francisco Fernández, don Guillermo Robledo, doctor don Rafael Pola Montero, don 

Fructuoso del Valle, don Manuel Barrial, don Carlos 

§ Fernández, don Adolfo Fernández de Arriba, don Alfon- 
so Bada, don Juan Antonio Fernández Beiró, doctor don 
Rafael A. Fernández, don Cesáreo González, don Fernan- 
do Collar, don Fermín González, don Ramón Fraga, don 
Jesús García, don Manuel Méndez y don Pedro F Cano. 

A fines del pasado período, dábamos por no efectua- 
da la subasta de construcción del proyectado pabellón 
para Laboratorio y Rayos X. Convino más así, porque 
entre los directivos se suscitaron discrepancias de criterio 
tan profundas y con tanta tenacidad mantenidas, que 
hubo amagos de reproducir, dentro de la pequenez de 
nuestro medio, las luchas de montéeos y ca pule tos. Fué 
algo asaz lamentable y pintoresco y que, analizado sere- 
namente, sólo se explica por el entusiasmo que ponemos en cuanto afecta a la Sociedad, 

compendio palpitante de nuestra labor mutualista. 

Primero, no sin fogosas controversias, acordamos levantar un solo pabellón, 
a la izquierda del ' Vicente Fernández Riaño", frente a la Avenida de J avellanos. Se 
hacen estudios y planos; son subastadas las obras y adjudicadas éstas y se declara final- 
mente, por mutuas conveniencias del contratista y nosotros, rescindida aquella ad- 
judicación . . . Surgieran serias inconformidades en cuanto al lugar de emplazamiento. 

Estábamos en Octubre de 1923. Pasan veloces los meses. . . Interin, conferen- 
cias privadas j secreteos, conciliábulos, todo ese oculto y tremendo trabajo de aunar 
voluntades y quebrantar resistencias, hasta Mayo de 1924 en que aparece la fórmula 
aparentemente conciliadora: en vez del pabellón único, dos pabellones, uno para cada 
especialidad, situándolos así: El Laboratorio a la derecha del 'Ramón Pérez"; Rayos 
X, a la izquierda del "Manuel A. García’ 


DON GREGORIO ALONSO AL- 
VAREZ, PRESIDENTE DE LA 
SEO. DE INSTRUCCIÓN 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Tra bajillo costó; pero, al cabo, ya parece todo el mundo tranquilo. Sí, sí, los 
directivos han llegado a una prudente conformidad; mas ¿se ha contado con los socios? 
¿Se sabe lo que piensan los socios? Esto es terrible. Esto es grave. Y 50 socios ha- 
cen una formal petición de asamblea extraordinaria a fin de discutir el emplazamiento 
de esas construcciones. No consentirán tamaño ultraje a su Ubérrima voluntad de 
opinar que lo acordado es un enorme disparate. Se reúne* alarmada* la Directiva. 
La Directiva recapacita* discurre, piensa durante varios días, e irresoluta* ni sabe lo 
que hacer. . . 

Llega el mes de Julio. . . La canícula* con sus rigores, sorprende a nuestros di- 
rectivos discutiendo aún. Mientras* por afuera, ¡as pasioncillas van y vienen* oscilan* 
suben, bajan, se dilatan* se estrechan en torno al asunto. Todos somos arquitectos* 
alarifes, aparejadores, peritos en el difícil arte de la construcción. Y todos exponemos* 
simultáneamente* nuestras preferencias estéticas, eligiendo mil sitios de la Covadonga 
para erigir ambas obras, . . Y a fin de que no triunfe don Jenaro Pedroarías* presi- 
dente, ardoroso partidario del pabellón único, ubicado a ía entrada del Sanatorio* y 
para que tampoco sonría el éxito a don Jenaro Acevedo* paladín de los 50 socios pro- 
testantes, se acuerda — 25 de Julio— un nuevo emplazamiento, los dos pabellones en 
litigio irán* uno a la derecha del 'José María Villa verde" y otro a la parte posterior 
del "José García \ 

Las pasiones se encalman. Torna el sosiego a los 
espíritus turbulentos. Hay que reconocer que han sido 
eficaces las disputas, por lo menos para tener paralizada l|¡| 

más de un año cuestión de tanta importancia Y el 18 
de Diciembre* a punto de damos su adiós el 1924, se 
adjudica la subasta constructiva a los señores Arellano y 

Mendoza, en la cantidad de $159,000.00. % ^ 


El 20 de Abril, cuando esta divina primavera cubana 
enjoya los espíritus* nutriéndolos de optimismo* como 
enjoya los árboles con variados matices y puebla sus 
frondas de rumor de besos y batir de alas, que dijo el 

poeta, en una mañana dominical* luminosa y riente* d. jóse Fernandez cas- 
fuimos muchos devotos de la amistad a descubrir el 1 legación ^db gxjon" A 
nombre de 'Don Dionisio Peón Cuesta’ puesto a uno 

de los edificios de la Covadonga* por cuya grandeza tanto luchó el conspicuo paisano. 

Presidió el acto don Jenaro Pedroarias y se hallaban presentes — expecialmente 
invitados— doña Elvira Ardavín, viuda de Peón, sus hijos y otros deudos, y la represen- 
tación de la Gran Logia de la isla de Cuba, pues nuestro llorado amigo ocupaba alto 
puesto en la familia masónica. 

La distinguida esposa del señor Pedroarías descorrió la cortina que cubría la 
lápida en que aparece el nombre de don Dionisio Peón* y seguidamente hizo el pane- 


374 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


gírico de éste, cantando sus virtudes, el joven miembro de la Directiva don Nicanor 
Fernández, en quien la facilidad de palabra es más que mecánico medio de expresión: 
es belleza, emotividad y nobles ideas. 

Después, un rasgo de ternura de la señora viuda de Peón: una limosna, santa y 
pura limosna, a los pobres ancianos y enfermos menesterosos del Sanatorio, en memo- 
ria de su esposo. 1 ,000 pesetas que cayeron, como lluvia divina, sobre muchas temblo- 
rosas manos. . . La ceremonia, pues, no pudo resultar más interesante, ni tener más 
piadoso final. 


Nuestro sistema electoral, en fuerza de ser simplista, fácilmente interpretable, 
resultaba en el fondo de una incongruencia terrible. No admitía más que mayorías 
absolutas, definitivas. Y así, alcanzaba la elección completa, total, la candidatura 
que contase con más sufragios. Un solo sufragio bastaba a conseguir ese resultado. 
Y esto no podía seguir admitiéndose en buena ley de igualdad. Era menester reparar 
ese absurdo, estatuyendo la representación proporcional, como acertó a proponer don 
Nicanor Fernández García, que vuelve a los gavilanes de nuestra pluma en alas del 
talento y brío conque encarna las modernas orientaciones de la Sociedad. 

Discutióse tan importante reforma, síntesis de estos tiempos de libre examen 
y amplia democracia, en Junta General extraordinaria de 25 de Septiembre, siendo 
aprobada por notable mayoría. 

Y en la misma sesión aprobáronse también otras trascendentales innovaciones 
estatutarias, propuestas unas por don Carlos Fernández Méndez y otras por don San- 
tiago Abascal, ambos formidables luchadores, siempre alerta y propicio el ánimo a 
propugnar cuanto entrañe mejoras y progresos, así de orden material como ideológico 


El cinco de Octubre recibimos en la Quinta, una agradable visita: la de don 
Leopoldo D'Ozouville de Bardou, inspector del Consejo Superior de Emigración de 
España Trájonos un cariñoso mensaje de dicho Consejo, agradeciendo e! álbum de 
vistas panorámicas de! Sanatorio que le dedicamos. 

Recibióle la Junta Directiva en el gran salón de actos del palacio “Asturias ", 
dándole afectuosa bienvenida nuestro presidente. Correspondió e! ilustre viajero con 
muy gentiles palabras, recabando, de paso, el concurso de nuestro Centro a fin de que 
la Comisión Consular de Inmigración, próxima a ser establecida en Cuba, obtenga el 
apetecido éxito y don Nicanor Fernández — observad con cuánta simpática frecuencia 
tenemos que citarle, asociado su nombre a actos relevantes — instóle a interesar del 
Gobierno de Madrid, así como del Consejo de Emigración, se mantenga la escala de 
vapores trasatlánticos en el Muse! y se dé mejor trato, trato de hombres, trato de hu- 
manos, a los pasajeros de tercera clase. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


375 


Un acto cordial, como veis, y seamos optimistas, que el optimismo mueve mon- 
tañas, sus resultados habrán de ser fructuosos para los inmigrantes españoles. 


Otra vez nuestra sensibilidad, cada día más hiperestesiada, tuvo instantes de 
conmovedora aflicción ante el crecimiento de la peste blanca ... Se dice que el es- 
pectáculo del dolor atarasia al cabo a los encargados de combatirle. De ahí la in- 
diferencia de los médicos ante la muerte. Pero nosotros no podemos permanecer 
fríos, apáticos, frente a tanto y tanto mísero tuberculoso que invade el Sanatorio. Ne- 
cesitamos aislarlos y proteger a las demás pacientes contra esta lenta e inexorable in- 
vasión del bacilo mortífero, . . Necesitamos luchar en defensa de los tristes tísicos, 
cuya vida se apaga. Aire, sol, sana alimentación son las mejores armas de combate, 
la única profilaxis acaso. . . Y sol y aire aunque lo tienen en nuestra Covadonga 
pudiera faltarles pronto por la aglomeración de pacientes y por la dificultad de aislar- 
les. . . Y como todos los años nos agarrota el alma este espectáculo, también en este 
se clamó en tonos elegiacos, pidiendo una resolución rápida y definitiva . 

Ya actúa una comisión formada por don Constantino Carneado, don Mariano 
Cano, don Antonio Méndez y Méndez, don Basilio F. Solís y don Luis Vluñiz Blanco. 
Gente entusiasta, trabajadora, diligente. Irán lejos. Pronto lo hemos de ver refle- 
jado en luminoso, sabio, discreto informe, proponiendo esto y lo otro y lo de más allá, 
sin que, como todos los años, tomemos una resolución, fuera de la casi cómoda cos- 
tumbre de condolernos a plazo fijo y en vísperas de elecciones, como ahora, según 
apuntan espíritus avisados y escépticos. 

Hablar de los tuberculosos y no hacerlo asimismo de la admisión de mujeres, 
a título de asociadas, con iguales derechos y deberes que los varones, sería inconcebb 
ble. Ambos temas marchan paralelamente, y cuando se alude a uno, se alude al otro. 
Es algo inevitable, que revela, además, plausible seriedad y edificante consecuencia. 
Por eso la Junta Directiva, que en su sesión del 17 de Octubre acordó lo primero, dis- 
puso incontinente que la Sección de Sanidad realizase los estudios indispensables 
a darles ingreso, comprendiendo también tales estudios la instalación de pabellones 
"ad hoc en los propios terrenos de la Casa de Salud. 

No faltará tampoco el informe sesudo, circunspecto, protocolario, esmaltada la 
prosa oficial con áureos adjetivos m iser icor des unos, patrióticos los más y todos pro- 
fundamente trascendentales, a buen seguro, abogando por la ansiada admisión de 
feminas. Y si la dicacidad asturiana confirma esta coincidencia de hallarnos a tres 
pasos, como quien dice, de las elecciones, quedará sobre la terriblemente hiperbólica 
y panglosiana mesa, en que todo proyecto vive sin vida, hasta que otros directivos op- 
timistas y joviales le desempolven y vuelvan a airearle a modo de trofeo de victoria 
y esperanza de redención. Ya se sabrá* * . 


376 


el libro del centro asturiano de la habana 


Un insigne cubano, el Dr. D. Juan Guiteras, en quien halló la ciencia médica la 
más alta comprensión e interpretación, ha enviado a la biblioteca del Sanatorio ciento 
diez volúmenes de medicina y cirujía, entre los cuales se cuentan muchos de verdadero 
mérito. En la carta conque acompaña su valioso regalo— dirigida al eminente clínico 
Dr, Díaz Albertini, que prestigia nuestro cuerpo médico—expresa que esta donación 
es para corresponder en algo a las atenciones y afectos que se le han dispensado siempre 
en la Covadonga, 


La vida es triste y dolorosa, . . Permitidnos este comienzo, acorde con el re- 
cuerdo que aquí vamos a exhumar. . . Osea y trágica casi siempre. . * El 30 de Oc- 
tubre la Junta General, que tiene un alto sentido de la gratitud que debe a muchos 
de nuestros hombres representativos, aprobó, entre aclamaciones, ratificar su acuerdo 
declarando jubilado, con el sueldo íntegro de que disfrutaba, al secretario general don 
Rafael García Marqués, Y que patrocinada por el Centro, se abriese una colecta entre 
los asociados con fin de regalarle una casa que, aunque modesta, le hiciese sentir 
en las postrimerías de la existencia, el dulce y sedante consuelo de poseer hogar propio 
Firmaron la moción don Enrique Cima, don Juan Rodríguez, don Luis R, Ro- 
dríguez y don Santiago Abasea!, quienes, razonándola, aunque no necesitaban hacerlo, 
se expresaron en estos términos: 

"A la Junta General del Centro Asturiano de la Habana: 

Todos los pueblos y sociedades tienen, entre sus forjadores, alguno que se des- 
taca vigorosamente y que, por sus hechos, por su patriotismo, por sus virtudes y por 
la consagración de toda una larga vida a un solo ideal, el Destino los hace símbolos 
de sus conciudadanos y la Historia héroes o mártires. 

“Nuestra Sociedad es producto de incruentas luchas y sacrificios personales. 
Muchos de sus fundadores ya pagaron su tributo a la madre tierra ; pero parece obra 
de la Providencia que, para recoger la corona de laureles que esta generación agrade- 
cida dedica a sus patricios, se haya conservado el más venerable, el que más genuina- 
mente encarna el espíritu viril de aquellos luchadores 

Tal es la aureola que circunda la vida de este hombre, que al colocar sobre 
sus sienes la corona de amor y recompensa, se cumple el designio de sus compañeros 
muertos y de sus compañeros vivos: pues los que con él se lanzaron a la cruzada ho- 
mérica de hacer de la nada una sociedad tan potente como la del Centro Asturiano, 
nos le presentarían como el supremo apóstol de sus doctrinas. 

“Sería Inútil hacer historia de sus hechos: es mejor que las páginas de este li- 
bro se escriban en el alma de los asturianos. Nosotros que, socialmente, somos unos 
sus hijos y otros sus nietos, nos rebelamos altivos para no permitir por más tiempo que 
el padre y el abuelo continúe trabajando. Queremos endulzar los últimos días de su 
vida. Setentiseis años, es mucho tiempo. Cuando nuestro campeón se lanzó a esta 
ardorosa empresa, no podía prever el resultado: se jugó su fortuna, su salud y su re- 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


379 


poso; nunca, ni aún en los peores tiempos, se aminoró su fé ciega y rotunda. Triunfó 
su idea, y hoy, ]a gratitud y el amor de sus conterráneos quieren que su ídolo tenga 
en vida una emocionante apoteosis, de esas que ni la palabra ni la pluma pueden ex- 
presar, para que la elocuencia de este acto sea única y exclusivamente patrimonio del 
corazón 

En virtud de las consideraciones expuestas y creyendo interpretar ios sentu 
míen tos de los socios del Centro Asturiano, los abajo firmantes proponemos a la Junta 
General que se apruebe por unanimidad lo siguiente: 

Primero:— Ratificar el acuerdo de la Junta General mediante el cual se declara 
jubilado en su cargo de secretarlo general del Centro Asturiano al Sr. D. Rafael Gar- 
cía Marqués; pero devengando el sueldo que actualmente disfruta, para que don Ra- 
fael haga uso de esta jubilación cuando lo estime oportuno o conveniente. 

“Segundo:— Que patrocinada por ei Centro Asturiano, se abra una colecta en- 
tre todos sus asociados, con el fin de dotar a nuestro querido don Rafael de un hogar 
que, aunque modesto, le haga sentir en las postrimerías de su vida, la satisfacción y 
el placer a que se ha hecho acreedor. 

“Tercero: — Esta colecta deberá ser iniciada por el Centro Asturiano, haciéndola 
extensiva a todos los socios y a los amigos de don Rafael, para que cada uno contri- 
buya en la forma que su situación económica y voluntad Ies permita. 

Cuarto: — Para el mejor y más breve cumplimiento, así como para ultimar los 
detalles que quedaren sin fijar en los acuerdos que se tomen en esta sesión, propone- 
mos que se nombre una comisión mixta de diez miembros de la Junta Directiva y diez 
de la Junta General, con facultades suficientes para llevar a feliz término esta obra. 

“Habana, 24 de Octubre de 1924"* 

Don Rafael — alma de apóstol, cabeza de apóstol blanca como la nieve alpina — 
pudo oir una de las ovaciones más vibrantes de su vida. El buen viejo, tan noble en 
su prestancia y en sus actos, sonreía. * . Sonreía a aquella coronación popular, a aquel 
homenaje tan expresivo del amor de sus conterráneos. . . ¿Mas nada hay estable!, * . 
Nuestra existencia pende de un hilo ténue, invisible, que trunca el más débil soplo 
de aíre ... Y sonriendo, sonriendo satisfecho días después, el 27 de Noviembre, sor- 
prendióle la muerte. Leed esta tierna, intensa semblanza, que apareció en la Memoria 
anual. Es la más justa, encendida, conmovedora oración de dolor ante el cadáver del 
gran asturiano: 

Don Rafael García Marqués nos ha abandonado para siempre. No debiéramos 
agregar una sola palabra más. Pero es deber nuestro engarzar algunas palabras a estas 
páginas humildes, páginas en las que todo habla del Centro Asturiano y por infiltra- 
ción de las imágenes, parecen hablar todas de don Rafael García Marqués, Porque 
don Rafael estaba todo en el Centro Asturiano, y el Centro Asturiano estaba todo 
en él Su hogar era como una parte más dd Centro 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Su espíritu no estaba hecho para el reposo. Era torio hecho de actividad y de 
energía, de energía plena de nobleza. Su puesto estaba donde la labor fuera más ruda. 
No era el capitán ni e! soldado, era soldado y capitán, director y obrero, cimiento y 
cumbre. 

Por eso su último momento de actividad fue el momento en que su aliento se 
heló, en que se paralizó su corazón, en que perdieron visión sus ojos y en su cerebro 
la eternidad tronchó la idea. 

En la mañana del día en que su fin estaba señalado por la Providencia, su ac- 
tividad fué la de todos los días; y ya en el umbral de ia otra vida, no dispuso sino del 
tiempo estricto para acudir a su hogar y morir en la santidad de los suyos. 

El Centro Asturiano tuvo en él un gladiador de sus luchas, un mantenedor de 
sus glorias. 

Desde el primer momento en que fue echada en el surco la idea de fundar el Cen- 
tro Asturiano, corrió a ocupar su puesto en la primera fila; y cuando parecía que la idea 
iba a quedar vencida por los contratiempos y las indiferencias, por las escaseces y las 
dudas, su optimismo robusto, su fé de apóstol, su voluntad de acero, fueron siempre 
como una arenga en la batalla que aparece perdida y que ilumina después el triunfo. 

Su temple era e! temple genuino del alma asturiana, plena de montaña y de 
mar, es decir, hecha a las durezas de la vida y a la contemplación serena y fuerte de 
las cosas, acostumbrada a escalar las cumbres de aquella tierra imponente y a luchar 
con los terribles empujes del Cantábrico. 

Era la viva representación de la Colonia asturiana. Desde los primeros pasos 
del Centro, ni un solo día dejó don Rafael de estar atento al desenvolvimiento de la 
Institución En la presidencia, en la directiva, en las comisiones, en las juntas gene- 
rales como simple socio, su dedicación fué constante. Sus ilusiones todas parecía ha- 
berlas consagrado a su hogar y al Centro Asturiano. Y en todos los tiempos, en los 
de escasez y en los de abundancia, siempre ocupó su puesto en la vanguardia, bien 
como soldado, o como jefe; para él era lo mismo, con tal de poder servir ai Centre As- 
turiano, Y cuando había que llegar a los mayores sacrificios, a la renunciación y a 
la ayuda sin el más leve asomo de interés ni vanidad, no había que ir a buscarle: él 
estaba allí el primero, fuerte, optimista, seguro de que el triunfo no se haría esperar. 

En tiempos precarios, no vaciló en abandonar sus intereses por atender los del 
Centro Asturiano. Y así desempeñó gratuitamente, y al mismo tiempo, la Secretaría 
y la Tesorería de la Sociedad haciendo personalmente los pagos y despachando mul- 
titud de asuntos en las oficinas. 

En la legislación de la Sociedad tomó parte importantísima, y su consejo era 
indispensable en las comisiones, en las directivas y en las generales. Socio fundador, 
luchador de toda 1a vida, íntegro, caballeroso y de intachable honorabilidad, sus pres- 
tigios crecían de día en día, hasta llegar a ser inmensos. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


381 


Ningún asunto grave se resolvía sin que su opinión fuera consultada. Su con- 
tacto diario con el Centro Asturiano desde el día de su fundación y su clara inteligen- 
cia, le habían permitido conocer y dominar de tal modo todo el mecanismo de la So- 
ciedad, que la solución rápida, serena, incontrovertible, surgía de sus labios sin el me- 
nor esfuerzo, sin el menor cansancio. 

Electo presidente de la Sociedad en 1900, inauguró su cargo con una obra de 
filantropía. 

En 1907 es proclamado Presidente de Honor, el mayor timbre de gloria que el 
Centro puede conceder a un asociado. 

En 1913 es nombrado secretario general de la Sociedad, cargo que desempeñó 
hasta el día de su muerte. 

En este cargo como en los anteriores, su obra resaltó por la prudencia, la equi- 
dad y el buen consejo. Los presidentes y funcionarios todos del Centro tenían en él 
como una de esas maravillosas obras de consulta a las que se recurre en todos ios ca- 
sos de vacilación, en la seguridad de hallar la solución ansiada. 

Y ahora, cuando tenía puestas sus ilusiones en el palacio social, la Muerte, que 
a todos nos asiste, llegó para éh Le hizo sufrir muy poco, y esperó el momento en 
que se hallara en su hogar, en su lecho, entre sus amados deudos. 

Y en los brazos de la esposa, compañera inseparable de toda la vida, junto a 
sus hijos, el 27 de Noviembre de 1924 dejó de existir don Rafael García Marqués, una 
de las más egregias figuras de ios españoles de América, 

Su fallecimiento produjo general sentimiento. El cadáver fué tendido en ca- 
pilla ardiente en el salón del pabellón “Asturias* 4 , en la Quinta Covadonga que él 
amaba como a hija predilecta, donde le fueron rendidas hasta el momento de condu- 
cir sus restos al camposanto, guardias de honor por todas las clases sociales. 

A su sepelio, que fué imponentísimo, concurrieron también elementos de todas 
las clases sociales. Porque don Rafael era amado de los poderosos y de los humildes. 

La prensa toda de la capital llenó columnas a su memoria y de todos los lugares 
de la República, y de muchos del extranjero, han llegado manifestaciones de dolor, 
tributo rendido a quien no dejó, — al marcharse de este mundo para ir a otro mejor, — 
más que afectos y admiraciones, mezclados con el dolor de su desaparición. 

Descanse en paz nuestro don Rafael. 


Interpolemos ahora varias sintéticas semblanzas. Hablemos de don Gregorio 
Alonso, orador florido y bucólico; de don Maximiliano Isoba, dulce y tierno, con casuís- 
mo que descubre sus estudios teologales; de don Manuel Pérez Tárano, impetuoso y 
arrebatado y de don Alberto Rodríguez, el sumo valer dentro de la suma modestia. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Los cuatro convergen en un punto fundamental: su dedicación al Centro As- 
turiano, con sacrificio no pocas veces de los intereses propíos. Actúan un ano y otro, 
siempre con voluntad y propósito bien acentuado de alcanzar parabienes. Así, les 
vemos figurar indistintamente en la junta general, en la directiva, en las secciones. ♦ , 
Donde quiera que se hallen, subrayarán su personalidad interesante. 

Don Gregorio Alonso, actual presidente de la Sección de Instrucción, es un 
espíritu gentil de aristócrata que se toca desconcertadoramente a ratos, con boina 
roja. , . Si ayer puso una vela a Marxs, hoy, sin dejar de alumbrar a éste, pónete otra 
a Alfonso XIII. * . Eclecticismo puro, dicen que se llama a esa posición. . . Habla 
bien, y enamorado de la poesía campesina, gusta de describir el encanto de ios paisa- 
jes umbrosos de Asturias, que alterna con el estruendo de las cataratas, el fragor de 
los ríos corriendo entre peñascales y el suave, pío silbar de los jilgueros. . . Tiene ade- 
más un claro concepto de todas las cosas humanas y divinas, producto de lecturas mul- 
tiformes, y es un hombre afable, cautivador y educado. 

En cambio, qué complejo don Maximiliano Isoba Prado. Sinuoso, zigzagueante, 
rezago de un clérigo en cierne, rehuye definir su actitud siempre que se encuentra fren- 
te a algún problema de gravedad. . . El Sr, Isoba cuida de no aventurar juicio defi- 
nitivo alguno, sin perjuicio de que sus ojas, un poco melancólicos de ordinario, lían 
burlones, con cierta ironía mefistofélíca. . . El esté al cabo de la calle en todo; pero 
gusta de aparecer retraído, indiferente, y cuando se vé obligado a intervenir en los 
debates, lo hace con tantos distingos y salvedades que nunca sabréis, en conclusión, 
lo que en su fuero interno piensa Es inteligente, cauteloso, amable; maneja la pluma 
con facilidad y donosura, trazando páginas de elegante prosa, y en la presidencia de 
la Sección de Instrucción, que ocupó ya (hoy es vicepresidente) ha demostrado sin- 
gular capacidad. 

El presidente de la Sección de Recreo y Adorno, don Manuel Pérez Tárano, 
no es complicado ni indefinible. Por el contrario, posee una vigorosa individualidad, 
clara, neta. Surgió en las juntas generales como orador franco, resuelto, de períodos 
redondos y frases puntiagudas, mortificantes, agresivas . . . Fué haciéndose, puliendo 
su decir, afinando su sensibilidad, metodizando su criterio, y como le acompaña una 
inteligencia lúcida, vivaz y un temperamento apasionado y vehemente, rebelde a cier- 
tos convencionalismos, y un espíritu fraterno, simpático, abierto a las efusiones de la 
amistad, háse creado un nombre y héchose respetar. Hoy preside una Sección de pe- 
queña importancia para sus aptitudes; mañana presidirá otra de mayor responsabili- 
dad, . . Es de los que llegan y merecen llegar. 

Y vamos con don Alberto Rodríguez. De los cuatro, es el que menos brilla. . , 
¿Qué edad tiene don Alberto?. .. ¿En qué fecha comenzó a moverse suavemente, 
delicadamente, en el seno de la Sección de Recreo y Adorno? ¿Lo sabe él? ¿Lo sabe 
alguien acaso? Viejos cronicones le señalan como vocal de esta Sección desde los tiem- 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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pos heroicos del bloqueo de la Habana, No estamos muy seguros de que su actuación 
se remonte a edades más lejanas. Todo es posible en este hombre cordial, sencillo, 
humilde, de positivo talento, de instrucción profunda, de amplias ideas republicanas, ♦ . 
Hoy es vocal de la Directiva, Esta vocalía dio al traste con el fuerte de don Alberto, 
que es ser secretario de Recreo y Adorno. De secretario ascendió a vicepresidente; 
pero a su pesar, porque dándole más autoridad, le resta juventud. . > Y don Alberto, 
que posee el secreto de que en su corazón florezca perennemente la primavera, tendrá 
que volver a la secretaría, para confundirse con los jóvenes, ser uno más, solícito, aten- 
to, ducho en combinar festejos y en disponer saraos y bailes, aunque él no baila, . . 

Hombres de este temple, hombres de este jaez, hombres de las cualidades de 
los señores Alonso, Isoba, Pérez y Rodríguez son los que forjan y remachan a diario 
la grandeza de nuestra Sociedad. Algunas veces se equivocan. Otras sus decisiones 
pugnan con nuestro criterio. Pero ; la fabilidad es humana. La divergencia de opinión, 
precisa. Lo admirable es que, sin esperanza de recompensa alguna, ellos van, perse- 
verantes, tenaces, en un a modo de sino, dándole al Centro el tesoro de sus vidas. . , 
Por eso les consagramos estos renglones un poco frívolos, mas plenos de amistad y re- 
conocimiento hacia quienes tienen fuerte relieve en nuestra numerosa colonia. 


También este año de 1924 perdimos a otro gran amigo: a D, Fermín Canella 
Secades, ilustre ex-Rector de la Universidad de Oviedo y Cronista de Asturias, Socio 
de Honor y Presidente de Honor de nuestra Sección de Instrucción, quien honrándonos 
extraordinariamente nos representaba en España. 

Reproduzcamos lo que, con referencia a este doloroso acaecimiento, se con- 
signó en lugar preferente de la Memoria: 

''No hemos de pretender hacer aquí ni un esbozo siquiera de lo que era y sig- 
nificaba el insigne asturiano que tantos días de gloria dio a España y a la región. El 
nombre de don Fermín es soberanamente conocido en todos los pueblos de habla cas- 
tellana, así por los inmensos prestigios intelectuales de que disfrutaba, como por sus 
inagotables bondades, Don Fermín era sabio y era bueno, que es también una manera 
de ser sabio”. 


Dos bellas fiestas de carácter cultural se celebraron durante el ano, ambas en 
nuestro 'Teatro de Campoamor ”. 

La primera el 25 de Junio, en honor del notable tribuno, don Antonio Goicoe- 
chea, exminístro español, al que quisimos darle una prueba de admiración y de recono- 
cimiento con motivo de su estada en Cuba. 

El interés del distinguido auditorio estuvo concentrado, principalmente, en la 
inspiradora salutación que le dirigió don Gregorio Alonso y en el discurso que, con 
elocuencia suma, pronunció el Sr. Goicoechea, soberano, macizo canto a las glorias 
de la Raza y magnífica interpretación de la política hispanoamericana. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Dijo así: 

Bien comprenderéis, señoras y señores, que ni siquiera enardecido por esos aplau- 
sos que con tan inmerecida liberalidad me otorgáis, me acometa esta noche la tenta- 
ción de pronunciar un verdadero discurso, cuando al diálogo familiar me invita el am- 
biente de cordialidad de que aquí me veo rodeado y, sin embargo, nunca he experi- 
mentado al comparecer ante un público una sensación tan compleja y contradictoria. 
Por una parte, de buen grado reconozco que no merezco el homenaje que me dedicáis 
y que sólo atribuyo a esa innata propensión de que así como lo que es fingido y conven- 
cional tiende a empequeñecerse en el disimulo, todo lo que es espontáneo y natural 
tiende a agrandarse en la hipérbole. 

Yo no merezco este homenaje; represento aquí sólo esa apacible y honesta me- 
diocridad con que en la madurez de la vida se contempla el pasado sin hallar en él ni 
un hecho glorioso de que enorgullecemos, ni una mácula deshonrosa de qué avergon- 
zarnos; y, sin embargo, yo ansiaba intensamente este momento de comunicación con 
vosotros, ansiaba poseer la fuerza descriptiva y pasional necesaria para no ya inter- 
pretar vuestros sentimientos, sino reflejar siquiera los míos, para que fuera mí discur- 
so como la cálida letra de un canto majestuoso que, prosternados de rodillas, entoná- 
ramos todos a la Patria ausente, a la Madre inmortal, a la España de nuestros amores* 
de nuestros recuerdos, de nuestras esperanzas! (Aplausos). 

Y, sin embargo, me doy cuenta de que en uno de sus acostumbrados accesos de 
morbosa elegancia, el criticismo pesimista y burlón me interrogará diciendo: "Pero 

¿apareció ya el lirismo? ¿Apareció el culto al pasado? ¿Apareció el canto a la gran- 
deza de la España histórica?" Y yo os diré: aconsejad a la oratoria que rellene de sus- 
tancia intelectual su caja de truenos vacía. Despojad, si queréis, a vuestros oradores 
de Ja clámide griega o de la toga romana, para vestirles el gorro de algodón o la bata 
de percal con que simbolizaban la elocuencia a la inglesa, despojadlos de lo alto de los 
retablos para ponerlos en contacto con la naturaleza, y pronunciad los discursos a la 
pálida claridad de la luna, junto al murmurar de los arroyuelos o ai mecerse de tos altos 
cipreses al empuje del viento; pero, en vuestra repugnancia al lirismo, no anatemati- 
céis lo que por ser íntimo, delicado, exquisito reinará eternamente sobre las almas, 
aunque no sea mensurable ni tangible, porque sería vuestra pretensión la ridicula pre- 
tensión de las hormigas que con hojarasca y palitroques pretenden detener el torrente 
que desciende impetuoso de la cumbre de las montañas! (Grandes y prolongados 
aplausos). 

No me avergüenzo de cantar la grandeza de la España histórica. Grande fué 
cuando doblaba audaz con Vasco de Gama el misterioso Cabo de las Tormentas, grande 
cuando arrebatando al Africa su virginidad se sacrificaba con el Rey Infortunado en 
las llanuras de Alcázarquivir, grande cuando con la pluma exquisita de Camoens es- 
cribía los versos inauditos y heroicos de las Luisiadas, grande cuando sentía el arte con 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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inspiración que tienen igual , pero no superior las civilizaciones más progresivas de la 
tierra; grande cuando desparramaba por todas partes la codicia de gloria, el ansia de 
inmortalidad que había aprendido en las viejas fábulas, en los romances y en los can- 
cioneros; grande hoy mismo cuando dormida como un gigante en apacible sueño, pa- 
rece descansar de la tarea de haber alumbrado con entrañas de titán un mundo des* 
conocido y grande que consagró a Dios, después de haberlo conquistado con sus puños 
de hierro. (Grandes aplausos). 

Y no estorba, sino que es necesaria esta tarea, la de reivindicación del pasado 
de España. No invocamos el pasado para proporcionarnos el placer de inundar con 
un momento de alegría el presente, sino para cumplir el deber sagrado de preparar el 
porvenir, porque en ninguna parte del mundo como en América ha hecho tantos es- 
tragos la leyenda de la España negra, de la España inquisitorial, del español pere- 
zoso como un oriental, ignorante como un salvaje, celoso como un africano, y de la 
España devota y vengativa que ocultaba bajo las ropas mortíferas armas como bajo 
la máscara mojigata, ardientes y avasalladoras pasiones. Y es que esa obra la han rea- 
lizado los propios españoles, muchos que creían que las pasiones y las ambiciones mi- 
núsculas de la política interior eran artículo de exportación, se consagraban a divulgar 
por el mundo nuestros errores, nuestros desaciertos, nuestras pequeñas miserias, como 
esos galanes primerizos que deshonran a la dama a quien pretenden amar divulgando 
por calles y plazas los secretos de íntimos favores, algunas veces inventados y siempre 
inmerecidos. (Varias voces: i Muy bien! Grandes y prolongados aplausos). 

No! La raza a que pertenecemos, la raza a la que nos enorgullecemos en per- 
tenecer, no puede competir en riqueza, no puede rivalizar en esplendor con otras razas 
más potentes y vigorosas. Es de otro género la superioridad que ostentamos, A mí 
me recuerda lo acontecido a aquel visitante que acompañaba a Walter Scott, recorriendo 
uno de los más hermosos edificios arquitectónicos de Inglaterra; el acompañante de 
Walter Scott, deseando llamar la atención de uno de los guardianes del edificio sobre 
la elevada personalidad de! poeta, hubo de decirle: 'La persona a quien acompaño, 

es un poeta", y el guardián inmediatamente contestó: "qué ha de ser un poeta, es un 
caballero, me ha dado una libra esterlina! Ah!, el espíritu tiene también su moneda, 
y una moneda que se arroja a la circulación y al comercio humano, atesorándola pri- 
mero con avaricia, desperdiciándola después con largueza. Ahorro es el genio que es 
acumulación paciente de energía cerebral ; ahorro es la virtud, resultado de un combate 
en que la concupiscencia malbaratadora solícita y ataca y el deber estrecho reniega y 
se defiende y resiste, pero lo que la previsión espiritual atesora en años de luchas y 
sacrificios, en un momento se enagena con liberalidad de pródigo. 

A cuantos nos hablan de los esplendores de otros pueblos, de su fuerza, de su 
pujanza, yo Ies recordaría la enseñanza que se desprende de la contemplación de aquel 
inmenso cementerio de Malaca destinado a albergar en los confines extremos del Asia 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


durante miles de años los restos de cincuenta generaciones. La primera línea de tumbas 
no contiene más que apellidos portugueses ; pero, de repente, la línea de apellidos por- 
tugueses, de los Pinto, de los Da Silva, de los Guimeraes, se interrumpe para dar paso 
a apellidos holandeses. Al cabo, la línea de apellidos holandeses se detiene también 
y comienza la línea de apellidos de los grandes conquistadores británicos, de los Smith, 
de los Gordon, de los Robín son. Ese cementerio es una tremenda lección de la His- 
toria. La voz muda de las tumbas está proclamando que no hay en la Historia domi- 
nación que sea eterna, ni pueblo ninguno que esté condenado a decadencia perpetua 
e irremediable 

En la obra de la relación 1 íispano-Americana se ha padecido durante el siglo 
XIX un eclipse, del que es en parte responsable América, pero del que en parte es res- 
ponsable también España. La obra de aislamiento, de la mutua hostilidad, surgida 
cuando había una frente a otra una fuerza de conservación y otra fuerza de renovación 
no se puede decir que acaba, sino que empieza, en Ay acucho y en 1824. España, con 
indisculpable agoísmo, se olvidó de América, olvidando a la vez que la América Es- 
pañol a es obra suya en mucho mayor grado que lo es de Inglaterra la América Inglesa 
y que con mayor orgullo eran también más estrechos ios deberes de la maternidad* 
América se olvidó de España, buscó por todas partes, sin hallarla, lo que llamaba San- 
tos Cboeano el Alma América, porque la historia futura sólo puede asentarse en el 
germen de la historia pasada, y esa historia pasada no podía ser otra que la raíz secular 
de la tradición española. Y así se explica el fenómeno de que América y España mu- 
tuamente se esquivasen y que América huyera de España como una bandada de jc> 
venes se aleja presurosa de una reunión de viejos; y España asistió indiferente al es- 
pectáculo que era su deshonra, que era la confesión de su impotencia, que era la nega- 
ción de toda su aportación espiritual a la obra universal del progreso y de la civilización. 

América buscó entonces, huérfana de amparo, una madre adoptiva y se arrojó 
en brazos de la cultura francesa. Era la época en que Andrés Bello, el autor del Código 
Civil Chileno, se enorgullecía de haberse inspirado como en un modelo en el Código 
Napoleónico; era la época en que las Constituciones Americanas se promulgaban sobre 
la base de la declaración francesa de los derechos dd hombre; era la época en que en 
filosofía los Benjamín Constant de] Brasil, todos los grandes escritores de filosofía ame- 
ricanos se inspiraban en una cosa tan extraña a la noción de la raza como el positivismo; 
pero, no en el positivismo de Spencer, sino en el positivismo de Augusto Compte y, en 
literatura, se copiaba a Víctor Hugo, hasta en sus exageraciones y en sus estravíos 
imaginativos y bastaba que un día Víctor Hugo dijera que el arte es lo azul para que, 
inmediatamente, lo azul se convirtiera en el símbolo del arte para todos los hombres 
y se empleara como rótulo de todos los círculos y tertulias literarias 

Pero, todo eso ha pasado, todo eso pertenece a un pretérito cada vez más leja- 
no. Hoy no se publican en roda América más que obras de apología de la labor rea- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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fizada en América por España. Un gran escritor venezolano, Guillermo Blanco, ha 
sintetizado el juicio común que podía leer en brasileños como Olivera Lemos, en mexi- 
canos como Pereira, de que a España debemos la plantación de los árboles en que se 
mecen nuestros nidos y de cuyos frutos nos sustentamos. 

Pero, esa obra es una obra de renacimiento, de asombrosa renovación; no es 
el Parniasismo, no es el Simbolismo, es el Hispanismo, a lo que se debe ese asombroso 
renacimiento de la literatura hisp ano-ame ríe ana, que ha de eclipsar al Neo-Clasicismo 
con sus resplandecientes claridades de aurora. (Aplausos). 

Hay en el Museo del Prado, en Madrid, un cuadro en que la pluma hábil y ma- 
gistral de Velázquez dibujó un símbolo de toda la Historia de España. Es aquel cua- 
dro de la Rendición de Breda, en que frente a frente, junto a la marcial figura de Am- 
brosio Spínola, se adivinan, más que se ven, los dos ejércitos, realzándose más que 
la arrogancia del vencedor, la dignidad del vencido y, en la lejanía, un diluvio de luz 
en que se mezclan negruras de ocaso y claridades de aurora. Fue ese cuadro d que 
contemplado por Santos Chocano, engendró aquel acceso emotivo contenido en estos 
versos ; 

"Yo quise en el Museo, 

Pensando en mi montaña, 

Ser la mitad de América ; 

La otra mitad de España '. 

A vosotros, españoles residentes en Cuba y, singularmente, a vosotros, astu- 
rianos, toca realizar en esa obra generosa de reivindicación del pasado español, una 
acción esforzada y perseverante. Yo creo que se equivocaba quien, comparando el 
Medit erróneo con el Atlántico decía que mientras el Mediter raneo es un abismo, el 
Atlántico es un camino, y que el Atlántico no es un obstáculo que se yergue, ni una 
barrera que se alza, sino un ilimitado horizonte que se abre. El Atlántico es algo más 
que eso, es un Jordán, un inmenso Jordán en que España lava periódicamente sus cul- 
pas, porque, observadlo, con sólo convertir al español en artículo que se exporta, con 
sólo trasponer d Atlántico, reaparecen en el individuo todas las virtudes gigantes de 
la Raza. Basta raspar un poco la costra de corrupción que la residencia en el hogar 
patrio había formado sobre él, de la misma manera que reaparece la viguería artística 
o el artesón ado riquísimo cuando desaparece ei yeso con que lo embadurnan artífices 
sin escrúpulos y sin conciencia. 

Los españoles residentes en América tienen, creo yo, tres primordiales deberes 
que cumplir: primero, manifestar cada día más acendrado y afectuoso el respeto a las 
Instituciones Políticas del país en que residen ; no es que no les interese, no es que no 
les afecte su prosperidad o su desgracia, es que son incompetentes para intervenir en 
sus luchas, y es la única manera de devolver con afecto y liberalidad generosa la hos- 
pitalidad no menos generosa que se les otorga. Es el segundo multiplicar por todas 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


partes, con su dinero y con su esfuerzo, las obras sociales y benéficas, para que a la vez 
aprovechen a los nacidos aquende y allende el Atlántico, He sentido confortado mí 
corazón cuando, al recorrer la isla, al lado del edificio de la Colonia Española, dedica- 
do al esparcimiento de los socios y de sus familias, he contemplado siempre la escuela, 
la obra benéfica, en donde por igual reciben los beneficios de la protección y del am- 
paro de los que pueden otorgarlos, los españoles y los cubanos. 

Y, por último, creo que los españoles residentes en América deben ser los cen- 
tinelas, los guardianes avanzados de una obra común de defensa de la cultura y del 
alma íntima Híspano- Americana. He dicho ya una vez y, ahora insisto en la repe- 
tición del concepto, que es un error literario el que cometen los que afirman que es ne- 
cesario europeizar a España. Lo que es necesario hacer con España es americanizarla, 
es decir, buscar en Ja intimidad del espíritu el alma nacional, que no es francesa por la 
cultura de la copia servil que significa, sino cuando imprimió en obras inmortales su 
sello original y creador, Heno de movimiento, de majestad y de grandeza. (Grandes 
aplausos) . 

En Cuba, esa obra de aproximación espiritual está ya casi realizada, porque no 
se equivocaba aquel orador insigne que para sintetizar la situación existente con pos- 
terioridad a 1898, decía: 'Nunca hemos estado españoles y cubanos más unidos que 

desde que estamos separados . Es verdad, no hay español que entrelazado por los 
lazos familiares o apegado al suelo, no pueda repetir aquellos versos inmortales del 
cantor de! Niágara, del inmortal poeta Heredia: 

“Cuba, Cuba que vida me diste, 

Dulce tierra de luz y hermosura, 

Cuanto sueño de gloría y ventura, 

Tengo unido a tu suelo feraz", 

Porque yo observo cómo desde ios más íntimos repliegues del espíritu, se trans- 
porta al habla ese secreto emotivo de la diferenciación en el trato para unos y para 
otros extranjeros, porque el pueblo cubano su respeto le otorga por igual a todos, su 
admiración a quien la merece, pero a todos los trata en tercera persona, “ellos"; nos- 
otros" sólo una vez lo dice, cuando se trata de los españoles y de los cubanos. (Aplausos). 

Creo, vuelvo a insistir en esta idea que me parece fundamental, que es esencial 
para la conservación del porvenir de la Raza, la defensa de su más elevada espirituali- 
dad, la reivindicación de los fueros de la cultura Hispano- Americana, y esa obra, sois 
los asturianos quienes debéis comenzarla y emprenderla. Fueron los asturianos los 
que desde los riscos de las montañas Cantábricas emprendieron la obra de la recon- 
quista material del territorio; que sean ellos los que inicien también la obra generosa 
de la reconquista espiritual del Alma Americana. 

He dicho. 

(Grandes y prolongados aplausos). 




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La segunda velada, el catorce de Septiembre, fué para el reparto de premios y 
apertura de curso en las Escuelas de nuestro Centro, actuando de mantenedor el joven 
Subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, don Antonio íraízós. 

Este, que se reveló como tribuno de enorme inspiración y fluida, armoniosa 
palabra, ponderó el esfuerzo español en Cuba, felicitándose, asimismo, de la cordiali- 
dad de cubanos y españoles, miembros de una misma familia. 

He aquí tan magnífica pieza oratoria: 

Sr Presidente; 

Excmo. Sr. Cónsul de España; 

5 res. Miembros de la Sección de Instrucción; 

Señoras y señores: 

Era natural que yo prestase mi cooperación a este hermoso acto aceptando la 
invitación amable y honrosa de sus organizadores, aunque el simple recuerdo de los 
que por esta prestigiosa tribuna desfilaron en anteriores años, las más altas cumbres 
de la oratoria cubana, produjera en mi ánimo cierto temor y vacilación al parecer le 
esfuerzo superior a mis fuerzas débiles ¿Cómo resistirme a prestar un concurso mo- 
desto a una fiesta que tiene tantos encantos y tan bella significación? ¿Cómo no apro- 
vechar la oportunidad feliz, por lo mismo que desempeño el cargo de Subsecretario 
de Instrucción Pública y Bellas Artes, de venir al seno de esta colectividad asturiana 
para deciros solemnemente, no ya como ciudadano de la República que conoce vues- 
tra obra generosa y altruista sino revestido de la investidura oficial hacer público tes- 
timonio de la gratitud que siente el Departamento por 3a obra de cooperación de los 
altos fines educativos que se propone? Es cooperación doblemente apreciable por su 
doble aspecto cultural y patriótico. Trátase del esfuerzo de españoles de alta menta- 
lidad y sano corazón convencidos de la obra de mejoramiento que realiza la Escuela 
a los fines nacionalistas, y son como nuevos cubanos que vienen a prestar su apoyo, 
a unir su esfuerzo, a enaltecer con su estímulo, la obra constructiva de la democracia 
cubana, y ello bien merece que el Subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes 
dé las gracias a esta colectividad. (Grandes aplausos). 

Cooperación es la palabra de pase de nuestro siglo. 

Nuestro siglo es de trabajo, de ayuda mútua, de devados principios de derecho 
y de anhelos muy nobles de justicia. Para tales labores y para tales idealismos, no 
basta el esfuerzo de un hombre, ni el esfuerzo de una clase social sola. Bs obra de con- 
junto Es el triunfo de voluntades bien intencionadas que se mueven de acuerdo, de 
corazones que sienten al unísono, de manos que se estrechan para los empeñas colec- 
tivos, de espíritus generosos que encauzan la opinión y guían la multitud, para que 
ningún esfuerzo se pierda y todos contribuyan al progreso y mejoramiento de la 
humanidad. 



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Demostración elocuente de la gran fuerza de la cooperación es este Centro As- 
turiano, como otras sociedades españolas que radican en nuestra capital. Ellas pue- 
den decir que son el verdadero tesoro de los humildes, el tesoro de los muchos que se 
unen, se fortifican, se vinculan, al calor de un mismo afecto, para luego asombrar con 
sus organizaciones sociales, benéficas e instructivas. No ha importado que sus com- 
ponentes sean pobres, para que sus asociaciones sean ricas. No ha importado su mo- 
desta condición, para que sorprendan con sus artísticos palacios y sus gigantescas Ca- 
sas de Salud. Y cuando han hallado lecho amable para sus enfermos, alivio a sus tris- 
tezas, esperanza en su dolor, y cuando han glorificado ardientemente el nombre de ia 
patria distante, siembran la semilla bendita de la instrucción; encienden la luz diáfana 
que ha de iluminar las tinieblas de la mente y nos ofrecen e! cuadro consolador que 
esta noche presenciamos de ver una juventud triunfante recibir el premio merecido a 
su constancia y a sus estudios. (Aplausos). 

Yo sé que el Centro Asturiano, abatido por una catástrofe que le dejó sin edi- 
ficio social, no puede en estos momentos, como antes, completar las enseñanzas de su 
plantel con las materias de la instrucción primaria. Pero estoy seguro que dentro de 
poco tiempo ampliará su radio de acción cultural, recogiendo en sus aulas centenares 
de cuban i tos para los cuales ahora no tenemos aulas. Con plena confianza veremos en 
vuestro plantel esa floración nueva de nuestro pueblo Son cuba ni tos hijos de espa- 
ñoles. Allí aprenderán provechosas lecciones de moral y de civismo, y allí sentirán 
amor por Cuba, como aman su madre cubana, y amor por España, como aman su pa- 
dre español. Unirán los dos afectos y venerarán las dos banderas como pueden con- 
fundirse el humo de dos piras en ascensión devota, como pueden confundirse dos co- 
razones al conjuro milagroso del amor, como pueden confundirse dos labios en el ar- 
diente beso de la pasión. Y a pesar de nuestras adversidades históricas y de las renci- 
llas que nos separaron, el amor, que es más fuerte que el odio, seguirá uniendo a Cuba 
y a España con sus hilos invisibles, más duraderos que las embravecidas olas de! mar 
que nos separa. (Aplausos). 

Lleva el nombre preclaro de J ove! 1 anos’’ vuestro plantel. 

Ningún otro más apropiado. ¡Qué manera tan gallarda y hermosa de rendir 
los hijos de Asturias tributo de admiración y afecto, al varón esclarecido, gloria del 
Principado y gloria de España, honra de su siglo y honra de la humanidad! Si en el 
campo de las letras aquel polígrafo extraordinario tocó casi todos los géneros con su 
talento portentoso, y acaso en alguno de ellos su espíritu recto y austero, ajustado a 
la tendencia seca y preceptiva imperante, contuvo los arrebatos de su imaginación 
espléndida, no hay duda de que fulge todavía su altísima personalidad moral, la ente- 
reza y civismo de su carácter y tiene una significación valiosa que no puede la acción 
destructora del tiempo, ni el cambio de los valores estéticos, negar a su justa fama: 
son sus ideas pedagógicas, que mueven al agradecimiento de todos los que a la ense- 


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ñanza se dedican. Con la visión serena del porvenir de su patria, lleno de un liberalis- 
mo que no rebasó nunca la ortodoxia de sus principios éticos, comprendió los males 
de sus tiempos, y con su palabra y con su acción, señaló los remedios y tendió las alas 
de su esperanza a conquistar lo futuro, Intuición magnífica de las modernas normas 
pedagógicas, demostró cuando pedía que se sacudieran las cadenas de la imitación, 
que se separaran del rebaño de los copiadores y que se atrevieran a subir a la contem- 
plación de la Naturaleza. Elocuente cuando decía: si algo sobre la tierra merece el 
nombre de felicidad, es aquella interna satisfacción, aquel íntimo sentimiento moral 
que resulta del empleo de nuestras facultades en la indagación de la verdad y en la 
práctica de la virtud; y vidente y sabio, escribía informes y memorias, y levantaba 
centros de enseñanza, procurando el mejoramiento de su pueblo y aconsejando una 
preparación científica e industrial que le pusiese en posesión de todas las riquezas na- 
turales, y le habilitara para surcar todas las latitudes con su comercio; pedía, en fin, 
una cultura general y armónica, donde el poder de la reflexión y los anhelos espiri- 
tuales satisfaciesen las nuevas demandas de la civiliza- 
ción y del progreso, y donde e! maestro, al poner la mente 
infantil en contacto directo con la obra del Todopoderoso, 
pudiese recibir de ella las impresiones más nobles, más 
f ue r tes y m as sa n tas . (Ap la usos) . 

A mí se me figura este hombre perseguido por los 
abyectos favoritos, pero siempre enhiesto y siempre tra- 
bajando, sin claudicar ante ninguna presión, sin desmayo 
ni fatiga, laborando e investigando en las ciencias y en 
las artes, lo mismo en las más altas magistraturas admi- 
nistrativas, como en los castillos y lugares del destierro, 
un hermano espiritual de aquel sembrador nuestro, cívico 
y austero como él y como él firme y bondadoso, cuyo nom- 
bre repiten los labios cubanos con veneración y amor' 

Don José de la Luz y Caballero. Ellos dos, el uno, en el XVIII, en la Madre Patria, 
y el otro, en el siglo XIX, aquí, en pleno coloniaje erguidos sobre las miserias y dolo- 
res de su tiempo y de sus compatriotas, Lácenme el efecto de esos faros inconmovibles 
ante las tormentas, levantados sobre las costas más ásperas y solitarias. Serenos, gra- 
ves, generosos, proyectan su luz en una línea recta inconmovible por sobre la misma 
turbulencia de las aguas encrespadas, y el furor de los elementos y los celajes desapa- 
cibles de la noche cruel, no impide que derramen su raudal benéfico, como estos maes- 
tros magníficos por sobre las tempestades del vicio y de la maldad. Cada uno de una 
patria distinta y en una época distinta, tienen parecida significación. Y a medida que 
el tiempo los separa de las nuevas generaciones, la luz se agiganta para iluminar ias 
mentes y para impulsar de nuevo con sentimientos altruistas los corazones que aman 
el bien. 



D. SERGIO GONZALEZ, EX- 
PRESIDENTE DE LA SEC- 
CION DE INTERESES MATE- 
RIALES 



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Sirva el ejemplo de J avellanos a vuestros maestros como guía en su labor, como 
el ejemplo de Luz y Caballero orienta los maestros públicos de la patria cubana. Ben- 
ditos sean estos esfuerzas que enaltecen el nombre de un asturiano esclarecido y que 
conquistan nuestra gratitud y afecto para los “nuevos conquistadores de España'*. 
Esos nuevos conquistadores de España, no han inspirado aún ningún poema épico, pero 
sí el himno de alabanza que brota espontáneo y sincero de cuantos hijos de América 
sabemos de sus virtudes, de sus trabajos y de su modestia. En reciente libro mío, 
"Lecturas Cubanas", ya he dicho lo que pienso de los "nuevos conquistadores'* y ra- 
zono por qué los amo más que a los viejos conquistadores del Siglo XVI. Los con- 
quistadores de antes, eran fieros, soberbios, aguerridos, atravesaron los mares fabu- 
losos y asombraron ia humanidad, ebrios de gloria, con la espada y la cruz: la Histo- 
ria se maravilla de sus hazañas. Ellos conquistaron un Continente para el trono de 
España, y plantaron en las más altas cumbres, la cruz de su fé. Los vientos hinchaban 
las velas de sus galeones en una propulsión arrogante: el sol quebraba sus rayos en la 
bruñida coraza de aquellos soldados infatigables, como una señal de reverencia; pero 
su obra ingente, como labor de guerra al fin, fue inútil y estéril, y debilitó a la propia 
España. Yo los admiro cuando remonto mi espíritu a aquella centuria en que se mez- 
clan la devoción y la crueldad y en que sobre el derecho imperaba ¡a fuerza. Pero hom- 
bre de este siglo, que es de justicia, de paz y de trabajo, yo amo mejor a los nuevos 
conquistadores que vinieron hacinados en ía tercera ele un trasatlántico. No trajeron 
la guerra, sino la paz. En vez del casco con plumas, una pobre gorra, en vez de la ar- 
madura de acero, una blusa azul y un pantalón de pana; en vez de la espada, las he- 
rramientas para trabajar. Aquí han venido en busca del sustento, y aquí han encon- 
trado a más del pan, el sosiego y el amor. Ya se sabe que el oro no se gana quitándoselo 
al indio, sino que hay que obtenerlo fatigosamente con la dura faena y el ahorro pre- 
visor. Y aquí en estas tierras libres de América, luchan los nuevos conquistadores, su- 
fren, añoran el bienestar, conquistan una posición económica y conquistan el corazón 
dé una cubana. Quizá alguno sufrió la decepción amarga si pensó venir a América 
como argonauta tras el vellocino de oro y ía suerte fue infiel a sus pretensiones Orros, 
han afincado aquí y confortan su alma aventurera con las dulzuras de un hogar. Eru- 
to de esos amores benditos, somos muchos cubanos que amamos nuestra tierra con 
pasión. Fruto de esos amores benditos, han sido muchos cubanos rebeldes a sus padres 
y rebeldes a España. Pero esos mismos españoles que no pudieron prolongar su patria 
en sus hijos tienen este consuelo sincerísimo y conmovedor: en la casa del hijo, nunca 
el padre puede ser un extraño. Y ellos están seguros de que al terminar la jornada de 
f a vida, en hombros de esos hijas rebeldes que se tragan las lágrimas, irán a! Campo- 
santo y dormirán su sueño eterno, a la sombra de nuestras palmeras, bajo el reflejo 
de nuestra luna tropical, al amparo de una bandera libre y junto a la tierra libre, que 
conquistaron sus hijos rebeldes, (Aplausos) . 

Pasadas nuestras desavenencias de familia, sobre los escombros materiales y 
pesares íntimos de la guerra, ios hombres que hicieron la Revolución, y los que tratan 



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de consolidar la República, anhelan la identidad sincera y perfecta de españoles y cu- 
banos; buscan una compenetración, no por mero formulismo o palabrería propia de la 
pirotécnica oratoria, sino comprendiendo que a los posibles peligros de la democracia 
cubana, la fuerza social y económica que significa la colonia hispana al aceptar sin re- 
serva nuestro régimen republicano, es sin duda un gran elemento de defensa para los 
cubanos, algo así dentro de nuestro organismo político, como las resistencias vitales 
dentro del organismo humano a un mal invasor. Pero dadas las nuevas necesidades 
de nuestra democracia, los nuevos valores espirituales que se han forjado, no basta, 
como piensan algunos, que tengamos la misma sangre y hablemos el mismo idioma, 
sino que es necesario que tengamos la misma ideología, un mismo amor a la libertad, 
y que olvidando rescoldos de lo pasado, piensen los españoles, que Cuba no es la colo- 
nia que se perdió, sino que Cuba es la nueva patria de sus hijos, y que en su prosperi- 
dad, en su honor y en su decoro, se vinculan también los intereses de ellos, los afectos 
de ellos y el honor de ellos, como miembros que somos de una misma familia. (Grandes 
aplausos). 

Cualesquiera que fuesen las contingencias del porvenir, por lo mismo que nuestra 
fé descansa en nuestra solidaridad, que en la unión legítima y perfecta se anima nues- 
tra esperanza, sepan los españoles que si es cierto que en nuestra bahía de Santiago— no 
en Flandes — se puso el Sol que parecía eterno de las Españas Colonizadas, por un pro- 
ceso de la dinámica de los pueblos se levantó en cambio por otro lado del cielo, radiante 
y espléndida, única y sola, la Estrella Solitaria de nuestros anhelos, no para alumbrar 
exclusivamente a los cubanos, sino que también con raudales de respeto, de amor y de 
cariño a todos los que viven en esta tierra, a todos los que bajo nuestra bandera se 
cobijan, a todos los que aquí trabajan, a todas los que aquí sueñan, a todos los que 
aquí sufren y aman. (Grandes aplausos). 

Próximamente, mañana creo, comienza el nuevo curso. 

Otra legión juvenil vendrá a vuestro plantel a perfeccionarse en la admirable- 
mente organizada E'scuela de Comercio. Quieren lograr dentro de su negocio, con 
sus aptitudes la mayor eficiencia. La palabra eficiencia va teniendo entre nosotros 
el amplio y cabal sentido que en Norte América. Ellos viven del comercio, y confían 
y esperan del comercio, y tratan de mejorarse asimismo en vuestras aulas de aplica- 
ción. Ellos cumplen con su deber, Y yo no cumpliría con el mío, sino consignara mi 
felicitación entusiasta por esta labor, con todo mi carácter oficial, uniéndola a las que 
anteriormente habéis recibido, en el orden sanitario, por vuestra cooperación a la sa- 
lubridad públ íca, Esos cubanos que aquí vendrán a perfeccionarse para ser más aptos 
en Ja lucha por la vida, procuran también el bienestar de la patria en ía parte de res- 
ponsabilidad que a cada ciudadano toca. Si hay un solo modo de amar a Cuba, como 
ha dicho nuestro Varona, hay muchas maneras de servirla. Oriéntese cada cubano, 
y busque el mejor modo de servir a Cuba. No siempre es acudiendo a los Institutos 
y a la Universidad, para que tengamos plétora de abogados y médicos, que acaso pue- 



3% 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


da traer la crisis del profesional en Cuba. No es blasonando un título de doctor, como 
se sirve con mayor eficiencia esta joven democracia. Nuestra nacionalidad, que está 
constituyéndose, necesita que se aprovechen, como aconsejaba jovellanos a los espa- 
ñoles de su tiempo, todas las fuentes naturales de riqueza, todas las actividades remu- 
neratorias. Entre nosotros, el comercio, ía industria, la navegación, la minería, la 
agricultura, son filones pocos explotados. Hay que crear en nuestra juventud el sen- 
timiento de que ser ' docto' en cualquiera de esas ramas, vale tanto como un título 
universitario. 

Así, dentro de esos ideales, está organizado vuestro plantel. Vivimos una de- 
mocracia donde no son los títulos los que dan honor a fas personas, sino su trabajo, 
su conducta, su vida privada y pública. Los espejismos del momento, no pueden con- 
tradecir, ni extraviar nuestra mirada hacia el futuro que nos prometemos. La nueva 
generación republicana de Cuba, la que trata de afincar sólidamente los ideales revolu- 
cionarios, necesita que sus compatriotas tomen plena posesión de la patria, y hagan 
que todos los veneros de riqueza sean explotados, no por manos extranjeras— y conste 
que al decir extranjero no puedo aludir a los españoles— sino por nosotros mismos, los 
padres y los hijos que somos de una misma familia. Es necesario detener, no al extran- 
jero que quiere comprar nuestra tierra, sino al nativo que la vende; y tenemos que 
prepararnos para que el comercio que está hoy principalmente en vuestras manos, 
españoles, no pase a las manos de otros individuos que no hablan nuestro idioma, que 
no son de nuestra raza, que no se adaptan a nuestro país, y que no tienen nuestras 
mismas costumbres. 

Lo que podemos hacer engrandeciendo a Cuba, que sirva también de orgullo 
a los españoles nobles y justos. Si tuvimos nuestras peleas, hoy nos hemos reconci- 
liado. Un novelista ha dicho que entre los seres que se aman, si son expertos, tienen 
sus peleas, porque nada hay tan grato como las reconciliaciones, - . 

Yo pienso que entre pueblos que tienen el mismo origen y donde la influencia 
del uno sobre el otro es tan directa, esta comunión de paz tiene que ser sincera porque 
para pensar de otro modo, tendríamos que ser muy perversos, Y yo creo firmemente 
en la bondad, en la nobleza, en la hidalguía de nuestra raza. Sigamos como hasta aquí, 
olvidando los disgustos domésticos de antaño, y aseguremos en que cada día más, cu- 
banos y españoles unidos sin recelos, confían y esperan, formulando dos votos de la 
más profundo de su conciencia y de lo más íntimo de su corazón: el bien y la gloria de 
España, madre de pueblos; el bien y la gloria de Cuba, la última hija emancipada. 
(Grandes y prolongados aplausos). 

Los premios concedidos a los alumnos, algunos en dinero, fueron donaciones de 
las fábricas de sidra Cima (de Oviedo) y ' El Gaitero' (de Villavíciosa), 50 pesos cad& 
una; doctor don Ataúlfo M. Fernández ($25.00); don Santiago Abascal (libros) y co- 
mercios "El Pincel’ \ "Venecia" e imprenta P> Fernández y Compañía (estuches de 
dibujo y pintura). 



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El culto a los hombres del pasado no es, afortunadamente, un vano tópico entre 
nosotros, metáfora más o menos afortunada cuando en ciertas solemnidades sociales — 
aniversario de la fundación del Centro sobre todo — evocamos la generación anterior, 
que hizo posible la magna realidad de hoy. 

Dígalo la emoción conque la Junta General de 27 de julio acogió una instan- 
cia del ex presi dente Sr. Fernández Llano, en nombre de los Socios Fundadores, soli- 
citando que en la Quinta Covadonga, que tanto amaron, sean erigidos los bustos de 
don Ramón Arguelles y don Manuel V. Bango, No sólo fue complacido el peticionario, 
sino que la Asamblea, a fin de patentizar más su delicada comprensión, tomó el acuerdo 
puesta de pié y entre estruendosos aplausos, revelando su infinita devoción hacia tan 
esc la rec i dos va roñes . 


Al finalizar el año — 26 de Diciembre— la Junta Directiva elige secretario gene- 
ral del Centro, en sustitución del inolvidable Sr. Marqués. No le fue preciso meditarlo 
mucho, por cuanto un sólo candidato tuvo acogida, por espontánea y unánime deci- 
sión, en el ánimo de los directivos. Se quería un hombre documentado en achaques 
de la Sociedad, que viviese su vida y que además de vivirla, tuviese talento, tuviese 
perspicacia, tuviese alta nombradla y una ejecutoria honorable, brillante. Este socio 
no podía ser sino don Enrique Cima Cabal, en quien se adunan esas excepcionales con- 
diciones y otras no menos encomiadles : modestia, bondad digna y levantada conducta 
siempre. Ha batallado mucho, ha reñido bizarramente, combatió con denuedo, pero 
sin amargura, poniendo donaires y chanzonetas agridulces, que le dieron fama de te- 
mible polemista . , . Fue discutido, quizás no se le supo comprender en ocasiones, Fi- 
zóse de enemigos, como cumple a cuantos no se avienen al gregarismo, mas su labor, 
al fina! de cuentas, es una bella, desinteresada consagración al esplendor y riqueza del 
Centro. Y sus mismos antagonistas en esas menudas contiendas de la junta General, 
tan fecundas, sin embargo, fueron los primeros en darle sus votos, unos, y en procurar 
el nombramiento, otros, aplaudiéndolo todos. Una elección, en suma, unánime 

Hemos encontrado, pues, el funcionario que necesitábamos. Y hemos premiado, 
simultáneamente, la consecuencia y el mérito. 

Otro nombramiento no menos acertado es el de don Manuel Calvo García, al 
que se designó vicesecretario-contador. Desempeña el puesto, en propiedad desde el 22 
de Enero, y de su competencia se poseen magníficas referencias. 


Los queridos socios fundadores ven todos los años achicarse sus filas: han fa- 
llecido dos de ellos, don Rafael García Marqués, que era su Presidente de Honor, y don 
José Menéndez Alvarez. 

; Y es tan triste, tan desolador referir esto!, , . La muerte debía tener la piedad 
de respetárnoslos.. 



398 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Para el año próximo será vicepresidente segundo don Nicanor Fernández Gar- 
cía. La lucha electoral desarrollada con inusitado entusiasmo, dio el triunfo a $u ju- 
ventud, a su talento y a su prestigio Es, contra lo que pudiera inferirse de sus pocos 
años, uno de esos caracteres fuertes y conscientes, de los que empezábamos a carecer 
Marcha por la línea recta, sin ondulaciones ni sinuosidades. Está aún en formación, 
mas lo que de él se conoce, su verbo fácil y elocuente, su sed de saber, su espíritu li- 
beral y democrático y su rectitud de procedimientos, dánnos derechos a pensar que el 
Centro Asturiano ha hecho una adquisición notabilísima. Nunca hemos tenido figura 
presidencial tan juvenil, lo que sobre ser síntoma de los tiempos actuales en que ya 
la vejez no se conceptúa absoluta garantía de experiencia e idoneidad, es reflejo eví- 
dente de las virtudes que en él descubrió la mayoría de nuestra sagaz colonia 

Estas elecciones se rigieron por la nueva ley electoral que establece la repre- 
sentación de las minorías por la proporción de votos, siendo electos, por dos años, los 
siguientes vocales de la candidatura del señor Fernández, 

Don Aurelio Peón González, don Antonio Martínez Rodríguez, don Felipe Ro- 
dríguez Campillo, don Carlos Pérez Alonso, don José Simón Corral, don Antonio Mén- 
dez Méndez, don Mauricio de Arriba Rendueíes, don José Ma. Alvarez Fernández, don 
Fernando Margolles y Arranz de la Torre, don Higinío González Su á reí, don Faustino 
Grana García, don Valentín López y López, don Fermín González y González. 

De la otra candidatura, resultaron electos doce vocales por dos años y un vo- 
cal por un año: 

Don Manuel García Huerta, don José Fernández Menéndez, don Juan Argue- 
lles García, don Fernando Lobeto Miguel, don Servando Menéndez Martínez, don 
Hermógenes Fovo Díaz, don Francisco García Fernández, don José Muñíz González, 
don Salvador Rodríguez García, don José A. Fernández y González, don José Martí- 
nez Alvarez, don José Ramón Fernández Caso y don José Ma. Fernández García, (por 
un año). 

Esta segunda candidatura llevaba en lo cimero el nombre de otro joven de sin- 
gulares méritos, don Benjamín Menéndez García. Un candidato, en verdad, presti- 
giosísimo, en quien la sencillez, la humildad de carácter corren parejas con su gran 
corazón y su clara inteligencia. La circunstancia de no ser orador D. Benjamín Menén- 
dez, hace que su nombre suene menos, que no bulla tanto como otros. Y sin embargo 
¡qué enorme y útil y noblemente inspirada la labor de este hombre, qué bien sirve al 
Centro, cuánto le ama, con qué mimo se consagra a él, con cuánta inteligencia y pro- 
bidad suma, sin cansancio, sin fatiga, en un renovar perenne de ilusiones y entusiasmo! 
No perora en las asambleas, más por timidez que por carencia de aptitudes, si las qui- 
siera emplear en discursos, pues que posée cultura amplia, profunda y una gran fuerza 
mental, pero prefiere trabajar en silencio, discretamente, huyendo de exhibicionismos 
que le lleven a la popularidad. Esto no obstante, es popularísimo y tiene unánimes 



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devociones, amigos leales en todos los sectores asturianos, que todos vemos en él la 
estereotipación de la sencillez, de la hidalguía, de la generosidad, dei talento sin alardes 
ni vanas publicidades. Ha sido tesorero general; ha pasado por otros elevados 
cargos; actúa dinámicamente, patrocinando, con su gran corriente de opinión que le 
sigue y proclama como jefe, cuantas iniciativas redunden en provecho y esplendor de 
los ideales que son eje de su actividad : — culto a España, a Asturias, al Centro Astu- 
riano, a todo lo español y astur — y el día que se lo proponga, que venza su idiosincrasia 
y ceda a los requerimientos de los que le instan a salir de su vivir modesto y plácido, 
ocupará la presidencia de la Sociedad a contento y regocijo general, pues que en estas 
pasadas elecciones no se le venció a él, sino a algunos elementos que se agruparon en 
su derredor, imposibilitando una elección por aclamación, a que tiene derecho por su 
magnífica, insuperable historia 


Las Comisiones de glosa — pacientes abejas cuya laboriosidad no se sabe aqui- 
latar lo bastante — han estado formadas así: 

Don José Ma. García Rodríguez, don Manuel Fernández Menéndez, don Fer- 
nando MargoIIes y Arranz de la Torre, don Adolfo Alvarez y don José Ma, Alvarez 
Fernández, 

Don Prudencio Alvarez, don Santiago Abascal, don Ramón Vázquez Heres, don 
Gerardo Menéndez Díaz y don José Llamedo de la Vega, 

Don Angel Medio, don José R, González, don Robustiano Mora, don Maximino 
Rodríguez y don Bal bino Naredo, 

Don José Llamedo de ía Vega, don Fernando MargoIIes y Arranz de la Torre, 
don Carlos Ovies, don Adolfo Alvarez y don Celestino Rodríguez. 


Cerremos este resumen del ano con una nota agradable: teníamos 48,592 socios 
en 1 de Enero, Tenemos hoy, 31 de Diciembre, 54,532, ]E1 estirón ha sido largo! 

Estadística del Sanatorio: — En el año 1924 ingresaron en el Sanatorio 13,021 
enfermos; e! departamento de hidroterapia prestó 114,050 servicios; la farmacia des- 
pachó 368,916 fórmulas (91,103 para la consulta externa), acusando un aumento de 
ó, 000 fórmulas más que el año anterior. Rayos X (fluoroscopía, radioterapias, radio- 
grafías, aplicaciones de radium, etc.) efectuó 17,696 trabajos; el Laboratorio clínico, 
21,952 análisis, cultivos, etc.; el departamento de anatomía patológica, 1,674 prepara- 
ciones de análisis; el Endocrínico y de nutrición 547 servicios; la clínica dental del Sa- 
natorio, 3,550 de cirguía de urgencia y curaciones a los enfermos de la Casa y de la 
calle. El movimiento operatorio, como siempre, considerable y brillante: se efectuaron 
1,174 intervenciones de alta cirujía, con un promedio de mortalidad de 0.18%, que ha 
mejorado el de años anteriores. Fallecimientos, 241. Socios embarcados, 97. 


i 




QUINTA COVADONGAt VISTA INTERIOR DE UNO DE LOS PABELLONES PARA ENFERMOS 


4 ^ 

O 


E L LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 






DE LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO SOCIAL 


v 

Concurso de proyectos y fallo del jurado - Empréstito de dos millones de 
pesos.— Demanda de bonos —Primera subasta de construcción, declarada 
desierta. — Reajuste en los planos. — Segunda subasta y adjudicación 
de la misma— Juntas generales animadas —Ratificación de lo 

ACORDADO POR LA DIRECTIVA «— INAUGURACION SOLEMNE DE LAS OBRAS 



fJ/OS de Enero . . * En este día finaliza el plazo de presentación de proyectos 
y el jurado se dispone a entrar en tareas. Es un jurado de profesionales, 
de ' amateurs”, de críticos, de sapientes varones, versados en artes cons- 
tructivas y en estilos arquitectónicos, con un quintaesenciado gusto decorativo, 
Digamos sus nombres: Don Antonio Fernández de Castro, Catedrático de la Escuela 
de Ingenieros y Arquitectos, designado por Ja Universidad Nacional; don Pedro Guerra 
Seguí y don Pedro Martínez Inclán, arquitectos, por el Colegio de Arquitectos y por 
la Sociedad Cubana de Ingenieros, respectivamente, corporaciones que accedieron 
amablemente a nuestra solicitud de que nos ilustrasen en la difícil tarea de seleccio- 
nar los trabajos presentados. 


Nosotros, o por mejor decir, nuestro caro presidente, elegimos otros cuatro, 
también afamados en bellas artes y en edificaciones: don Leonardo Morales y Pedroso. 
don Dionisio de Velasco y Castilla, don Federico Edelman y Pintó y don Nicolás Ri- 
vera y Alonso, Conde del Rivera, 

Este jurado, después de amplio y meditado trabajo — como previsoramente 
hizo constar en su informé — acordó eliminar cuatro de los ocho proyectos recibidos 
'por no responder estrictamente a las bases o no llenar las condiciones deseadas ”, 
procediendo luego a la adjudicación de los premios entre los restantes aceptados. 


La votación resultó unánime en el sentido de conceder el primer premio al pro- 
yecto “Pomarada”, cuyo autor es don Manuel del Busto, vecino de Gijón. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


También fue unánime la votación en cuanto al segundo premio, adjudicado al 
proyecto "Hispania", de don Emilio de Soto, 

Respecto del tercer premio hubo seis votos en favor del proyecto "Yol en ti níhii 
dificile y uno en obsequio del que ostentaba el lema "Carlos V , Este voto resultó 
ser de don Dionisio de Velasco, quien no lo defendió, sumándose a los votantes en pro 
del citado "Velen ti nihü dificile ', al cual, por tanto, le correspondió el tercer premio. 
Son sus autores los señores Guanche, Gil y Compañía y Rodríguez Castello. 

Decidíase esto al oscurecer del 12 de Enero. . . Caían las sombras de la noche 
sobre la ciudad cuando el jurado ponía fin a sus fatigosos trabajos de selección, de com- 
pulsación, de hondo y grave discurrir acerca de tantos distintos planos sometidos a 
su criterio., , E inmediatamente se hicieron públicos los premios llevados a toda la 
isla, horas después, por la diligencia periodística, j El asunto preocupaba por igual a 
cubanos y españoles ! 

Nuestra Directiva se reunió al siguiente día, domingo, a las dos de la tarde. 
Cuarenta y dos vocales estaban presentes, más la Mesa en pleno. Iba a conocer ofi- 
cialmente la decisión recaída. Habló el Sr. Pedroarias detallando el proceso seguido 
hasta la constitución del jurado y fallo de éste. Todo correcto, serio, dentro de las 
más escrupulosas normas de rectitud, independencia e imparcialidad. 

"La Junta Directiva — atengámonos ahora al léxico oficial y acta de la sesión— 
unánimemente otorgó su fallo al dictamen de! jurado; y a propuesta de don Maximino 
Fernández y González, puestos todos sus miembros en pié, tributó un caluroso aplauso 
a ios señores del jurado, por su amplia labor, por su sereno juicio en el desarrollo del 
trabajo, por el prestigio de las personalidades que le formaron y por el alto honor que 
dispensaron al Centro Asturiano, atendiendo con cariño y entusiasmo la solicitud que 
se les hizo para que formaran el jurado También se acordó que se les hiciera así pre- 
sente por medio de cariñosa carta, testimoniándoles la gratitud y el reconocimiento 
del Centro. 

Discurre asimismo la junta General, convocada más tarde. La Junta General 
apenas delibera; poseída de intenso júbilo, sanciona lo hecho, elogiando a la Directiva 
y al jurado. Leed una parte del acta: 

Mácese constar un expresivo voto de gracias para la Sociedad hermana "Centro 
Gallego", por su amabilidad de conceder los salones de su palacio para exhibir en ellos 
los proyectos del concurso; para los distinguidos miembros del Jurado, que supieron 
llevar a cabo con toda felicidad la difícil misión que se les encomendó, honrando y enal- 
teciendo al Centro Asturiano; y para el arquitecto del Centro, don José Gómez Salas, 
por la valiosísima y feliz labor que llevó a cabo con la redacción de las bases del con- 
curso, sabiamente dispuestas". 



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Tenemos ya el plano del edificio social, que satisface al gusto de la mayoría. , . 
Es de líneas armoniosas, señoriales, , t Necesitamos ahora, a fin de convertir en mo- 
numento de piedra lo que sólo es magnífico diseño, una crecida cantidad. Se acuerda 
—Junta General extraordinaria de 19 de Marzo — a propuesta de don Enrique Cima, 
autorizar a la Directiva para emitir un empréstito de dos millones de pesos, en bonos 
al portador, al seis por ciento de interés anual, pagaderos por semestres vencidos* 

Se cubrirá rápidamente la emisión. Ei crédito del Centro Asturiano es sólido, 
firme, inconmovible. Al sólo anuncio del empréstito, llegan considerables ofertas de 
dinero: una de las primeras de don José Cima García, de Oviedo, fabricante de Ja “Real 
Sidra Cima", que por medio de cable comunica, a mediados de Abril, su deseo de con- 
tribuir con $50,000,00. Otra, en la misma fecha, de don Nicolás Gayo Parrando, re- 
sidente en Madrid, con $10,000.00. Otra, de la Caja de Ahorros de los Socios del Cen- 
tro Asturiano, la próspera y respetable institución de crédito hijuela de nuestra So- 
ciedad, suscribiéndose con $200,000.00. La Caja es pródiga, generosa, desinteresada. 
La Caja ñas brinda además su concurso como mediadora entre el Centro y los suscrip- 
to res de bonos, para la colocación de éstos y pago de los intereses correspondientes, 
sin retribución alguna, liberalmente, buscando sólo la compensación moral que pudie- 
ra derivarse de estas tareas, un poco prolijas y comprometidas* 

Se le agradece, como es lógico, tan patriótica proposición, Y se pasa ésta a 
estudio de la Comisión de Finanzas por si conviene aceptarla. Los dos millones de 
duros se cubrirán enseguida. ♦ . Lo abona el entusiasmo astur, nuestra fama de ricos, 
nuestro prestigio* . . No ha sido aún anunciada la operación y ya es preciso abrir un 
libro registro de solicitudes, para cuando la escritura haya sido firmada e inscrip- 
tos los bonos en el Registro Mercantil y lanzados a la circulación, ir despachándolos 
por riguroso turno, sin preferencias* . , Vamos, pues, por rumbos de absoluta bonanza. 

Mientras, se trabaja en la redacción del pliego de condiciones que regirá para la 
subasta de las obras constructivas. Es tarea penosa, ardua, dificilísima, i Hay que 
atar innúmeros cabos, atender muchos farragosos pormenores, puntualizar hasta lo 
más sencillo, no olvidar ningún detalle. Y pasan los meses. Se van Enero, Febrero ; 
Marzo, Abril . * . Les decimos adiós con tristeza . . . ¿Cuándo oiremos ei sonoro 
repique cié los martillos, el ;jü, jú! fatigoso de los obreros arrastrando los materiales, 
la grata canción del trabajo en el solar convertido en ruinas, entre cuyas chamuscadas 
piedras crece el jaramago?. . , Llega Mayo. * . Se anuncia [al fin! la subasta, * . Y 
en Junio — sesiones de los días 18, 19, 21 y 23, la Directiva abre los sobres que contie- 
nen las proposiciones de edificación y delibera acerca, de su contenido respectivo. 

Las firmas licita doras son de completa solvencia moral y material y de ahí que 
las hayamos invitado, expresamente, a concurrir. Flan sido seleccionadas por nosotros 
y la que más ventajosa oferta nos haga, osa será la que edifique nuestro palacio. 

Empero, no es pasible por ahora otorgar la subasta. Nuestro presupuesto es 
mucho menor que sus proposiciones. La más reducida de éstas, que suscribe la Casa 



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de Latta, Pujáis Contracting Co., asciende a $2,152,171, ¡y nosotros hemos calculado 
un costo de un millón doscientos mil duros aproximadamente! ¡Es excesiva la diferen- 
cia, harto excesiva! 

La Directiva no sabe lo que hacer. Vacila. Delibera. Amplía su plazo de 
deliberación. Interin, destaca comisiones que se acercan a ios propositares, para co- 
municarles esta dificultad de llegar a una decisión. . . Y de acuerdo todos, licitadores 
y Centro Asturiano, se declara desierta la subasta, i Es lo único que en realidad podía 
acordarse! 

Ahora se impone un reajuste concienzudo, severo, en el proyecto de! palacio, a 
fin de acercar su costo a lo presupuestado* Habrá que suprimir bastantes detalles or- 
namentales, sustituir materiales de alto precio por otros de inferior calidad, hacer gran- 
des reducciones. . . ¿Afectarán estas a la suntuosidad del edificio? El firmante de los 
planos, don Manuel del Busto, afirma que no. Y a su opinión, pues, nos atenemos, 

Pero, tal contingencia provoca algún descontento. Se recuerda que en las ba- 
ses del concurso se especificó inequívocamente que el total de la construcción no po- 
dría exceder de un millón doscientos mil pesos. Y algunos de los concursantes ajus- 
taron sus planos a dicha condiciona!. ¿1 fizo lo mismo el arquitecto laureado con ei 
primer premio? Indiscutiblemente, no. Luego, no se ha cumplido una de las reco- 
mendaciones principales del certamen. , . ¡La resolución del jurado no fué en rigor, 
modelo de justicia!. . . Así discurren no pocos, quienes inician agresiva campaña pe- 
riodística pidiendo la nulidad de lo actuado. La voz del Sr, Soto (D. Sebastián), pala- 
dín de esta nueva cruzada, clamará en el desierto. La colonia asturiana parece, sino 
satisfecha totalmente de lo que ve, ansiosa de que cuanto antes den principio los tra- 
bajos de edificación de su casa y por nada ni por nadie volverá sobre sus pasos. Esto 
es Indiscutible, definitivo. ¿No es ya tarde para impugnar el fallo? Dejemos que se 
hagan esas reducciones que habrán de acelerar el principio deí fin, la hora ansiada de 
que cientos de hombres, vayan, piedra sobre piedra, delineando ios contornos de nues- 
tra vivienda. ¿Para qué desaforados gritos, para qué violencias de lenguaje?. t . Con- 
formémonos con la realidad, atengámonos a lo irremediable. 

Se disponen, pues, importantes rebajas en adornos, piedras, maderas, mármoles, 
bronces. . . ¡660 mil pesos, en conjunto, suma lo reducido L . , Eli Sr. Busto, a lo que 

parece, volcó sobre sus planos las fantasías oropelescas del misterioso Oriente, acaso 
inspirado en un cuenta de Cherezada, . , Y con arreglo a estas economías, se llega a 
la segunda subasta, anunciada para el día 20 de Noviembre, a las ocho de la noche. 
Presente toda la Directiva y numeroso público. Expectación. 

Las casas licitadores son las de la anterior vez. Procédese a la apertura de so- 
bres; léense las ofertas de cada una y comienza a discutirse sobre las mismas. Hay 
que ir con calma, proceder con tino. Dura esta labor necesariamente meticulosa, tres 
largas sesiones— 2G, 24 y 25 de Noviembre — en que son declaradas fuera de subasta 



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las firmas Arel laño y Mendoza, Al barran y Bibal y Mario Lens, por no ajustarse al 
pliego de condiciones. Sólo están dentro de los que exije éste las de Latta y Pujáis 
Contra cting Co. y Purdy and Hender son Compan y. 

Y después de amplio deliberar, se acuerda hacer, en principio, la adjudicación 
a ios Sres, Purdy and Henderson Co, en ía cantidad de $L698, 950.00 moneda oficiai, 
quienes se comprometen a realizar los trabajos en un plazo de 22 meses a contar desde 
la fecha en que se den por terminados los cimientos, El pago podrá efectuarse en efec- 
tivo o en bonos del empréstito por el valor íntegro que representan las obras. 

La oferta de los señores Latta y Pujáis Contrae ting Co, ascendía a $1.665,057.00 

La Directiva está satisfecha de su decisión y quisiera que la Junta General, a 
cuy?*, aquiescencia tiene que someterse, lo estuviese también. Razones de gran ven* 
taja — afirma — aconsejan se declare definitiva esta adjudicación. 

Señálase el 4 de Diciembre para celebrar la Junta General. Desde el 25 de No- 
viembre hasta esa fecha ¡qué nueve días más agitados, cuántos comentarios, cuántas 
suspicacias, cuántos contradictorios juicios! Se está en un momento de intenso vivir. 
La colonia vibra a impulsos de muy encontrados pareceres y no hay asturiano que, 
con respecto a la adjudicación de la subasta no tenga su criterio firme, determinado. . . 
Algunos de los lidiadores, exceptuados de la subasta, utilizan los periódicos para im- 
pugnar el acuerdo de la Directiva, . . Se miente bastante. Se exagera. Se dicen tam- 
bién verdades que no admiten réplica. 

Llega el día de la sesión. La concurrencia es, como se comprenderá, inusitada. 
No cabe más gente en la amplísima sala del Centro Gallego. Preside el Sr, Pedroarias 
en compañía de! primer vicepresidente don Antonio Suárez. 

El Sr. Pedroarias inicia el acto evocando el recuerdo de don Rafael García Mar- 
qués, fallecido días antes, el 27 de Noviembre. , . Aún parece estar entre nosotros— 
dice con emoción de la que participa la asamblea, puesta respetuosamente de pié— aún 
le veo, no ha mucho, sentado en esa silla ahora vacante y silenciosa . . . Describe el 
carácter del ilustre finado; ensalza sus virtudes; hace, en suma, un panegírico admirable. 

Luego a tono con el fin de ía sesión, vigoriza su voz para dar cuenta minuciosa 
del proceso de la subasta, adjudicada provisionalmente a ios contratistas Purdy and 
Henderson Co. 

El Sr. Pardías pide la palabra. Se la conceden. Habla. ¿Qué dice el Sr. Per- 
días, al que se escucha con singular complacencia? Que la adjudicación de la subasta, 
según desea la Directiva, es, sencillamente, una enormidad. ¿Quién que esté en su 
sano juicio y no reñido tampoco con sus intereses, podría defender tal cosa? No obs- 
tante el reajuste de 660 mil pesos introducido en el proyecto, éste sigue sin ser cons- 
truc tibie, por su excesivo costo. Además — agrega — está plagado de defectos técnicos, 
que hacen de é! un caserón sin gracia ni arte, inútil para las necesidades del Centro 


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Asturiano. t . Y explica muchos de estos defectos, deteniéndose a puntualizarlos. 
Para pago de intereses, amortización del empréstito y sostenimiento de ese edificio, 
apenas tendremos ingresos.,. Todo saldrá, desgraciadamente, de la cuota social, 
paralizando definitiva e irremediablemente el progreso del Sanatorio. 

El Sr. Cima no concibe el pesimismo del Sr, Pardias. El Sr. Cima es optimista 
y cree que la vitalidad del Centro alcanza proporciones taumatúrgicas. Y en tomo 
a esa vitalidad y a ese optimismo, lánzase intrépidamente por los arriscados senderos 
de la lírica, y ora se lamenta, trasvertiendo pesadumbre, de que se lleve seis años sin 
hogar propio, como tañe la dulzaina del patriotismo, para en párrafos fogosos, ardientes, 
recomendar que se apruebe de una vez, sin pensarlo más, lo que propone la Junta 
Directiva. 

Tal recomendación pugna con el criterio de don Alfonso Menéndez, que le si- 
gue en el uso de la palabra. El Sr. Menéndez, revela ser un profesional de la arqui- 
tectura, por lo que pormenoriza cuanta chapucería cree haber descubierto en el pro- 
yecto. Se habla aquí con énfasis y suficiencia— oírnosle- — de un palacio, . , ¡ Palacio! 

¿Dónde está ese palacio?. , . Yo sólo veo una casa de grandes dimensiones, una casa 
grande, nada más ... ¡Si precisamente, señores, lo que le daba alguna apariencia de 
palacio ha sido suprimido por la Junta Directiva!. . . No, nos engañemos, a sabiendas 
quizás del propio engaño. . . 

Refiriéndose a los cimientos, dice que son aparte de la subasta, no figuran in- 
cluidos en ésta, y afirma que su costo no bajará de $300,000.00, resultando por tanto 
tan elevada esta subasta como la anterior. , . La Junta General no debe dejarse ilu- 
sionar por cálculos más o menos hábiles, debe ver esto con calma y serenidad y darse 
cuenta de que si aprueba el informe de la Directiva decreta en el acto la ruina de la 
Sociedad, 

[Ah, qué indignación la de don Gregorio Alonso al escuchar tales afirmaciones! 
Don Gregorio se levanta, casi colérico, descompuesto el ademán, como pocas veces se 
le vé, entenebreciendo la tenoril voz ... Y rebate briosamente lo dicho por los señores 
Pardias y Menéndez, afirmando de un modo solemne, grave, profundo, que el edificio 
social, tal como está proyectado, es un verdadero, auténtico, genuino palacio. ¡Un 
señor palacio! 

Así opina, de idéntica manera, don Regino López, el magnífico actor teatral. 
Es breve, rotundo, enérgico. Una vez más conmina a la pronta solución del asunto, 
pues la colonia está, a su entender, harta de verse sin casa. Démosle la panera que 
anhela — grita — y démosela cuanto antes, aprobando la subasta. 

Interviene el licenciado Sr, Fernández Llano. Curiosidad. ¿Qué cosas tras- 
cendentales tendrá que decir don Ramón? Los discursos de ios señores Menéndez y 
Pardias le han contrariado enormemente, y se dispone a rebatirlos. Lo conseguirá. 
El ha defendido tenazmente la desaparición del “Campoamor ", El ha logrado ver 


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triunfante su enemiga a todo teatro . , . Cuanto se propone, eso hace. Tal es su fuer- 
za dialéctica, formidable. Tal su prestigio de abogado preclaro, lleno de luces. Es- 
cuchémosle, que ya está seduciendo a todos con las galanuras de su lenguaje. A su 
juicio, el proyecto del Sr. Busto, es algo excepcionalmente suntuoso, bellísimo, que 
nos honrará. , . Afirma que, según cálculos hechos por autoridades en la materia, 
los cimientos del edificio costarán setenta u ochenta mil pesos. . . [Y ha habido aquí 
quien dijo que 300 mili. . . No sabe uno lo que hacer, si reír o lamentarse. . . El li- 
cenciado opta por lamentarse de que de tal modo se confunda y trastroqué la verdad . , 
Pero, la verdad es la que vierten sus labios . . . No hay razón alguna — concluye— para 
oponerse a lo que recomienda la Directiva ni debe prolongarse el debate. . . Sometá- 
moslo a votación, señores, a fin de concluir de una vez. . . 

¿Someterlo a votación? Es prematuro. Tienen pedida la palabra otros asocia- 
dos. El primero de éstos, don Juan Alvarez, arremete arma al brazo contra la Direc- 
tiva, calificando de torpe y desacertada la resolución de adjudicar la subasta a los 
señores Purdy and Henderson Company. ¿En qué se fundamenta esta resolución, 
señores, en qué se fundamenta h . , El Sr Alvarez no obtiene respuesta. El Sr. Al- 
varez prosigue, sin que nadie le replique, . . Acumula argumentos de combate, que 
vá lanzando sobre la Junta de Gobierno, hasta que cansado, exhausto, termina así: 
— La subasta debe adjudicarse al mejor postor, y el mejor postor es el que lo hace más 
barato, lo que no ocurre en este caso. 

(La Presidencia al llegar a este punto, suspende el acto. Quedan aun varios 
oradores deseosos de hacerse escuchar,.. Han dado las doce... Cada mochuelo, 
pues, a su olivo. Y^ que la paz sea con todos hasta el próximo día nueve, en que con- 
tinuará la sesión). 

Día nueve . . . Se acerca el final ... La incógnita será resuelta en esta segunda 
sesión... Más público que en la anterior. Junto al señor Pedrea rías destácase la 
figura del Secretario del Gobierno Provincial don Ernesto López. Se le ovaciona 
Y el Sr. López corresponde al expresivo saludo ensalzando el orden y corrección que 
resplandecen en las asambleas asturianas. Esta obra de vuestro edíficío—a firma —pre- 
ocupa a todo el país, que recuerda las admirables fiestas que caracterizaban al Centro 
Asturiano antes de que fuera destruida su casa. Creo que, como siempre, en este acto 
imperará, junto con el entusiasmo natural, el respeto a todas las opiniones, (Grandes 
aplausos) , 

Se lee nuevamente el informe de la Directiva. Don Luís R, Rodríguez y el 
expresidente don Maximino Fernández y González opinan que debe abrirse una am- 
plia discusión, pues la importancia del asunto así lo demanda. La asamblea, asiente. 

El Sr. Abasca 1 (don Santiago) pone en tensión sus cuerdas vocales y logra ha- 
cerse oír de la mayoría. Ha hecho números, muchos números; ha examinado por arri- 
ba, por delante, por detrás, por debajo, en conjunto, aisladamente, todo el vasto y 



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complicado problema del edificio social, llegando a la ferozmente pesimista conclusión 
de que se está incubando un verdadero desastre para el Centro Asturiano. Así como 
lo oís, grita con acento trágico. Un desastre. Esa subasta es un desastre Ese edifi- 
cio sin teatro, un desastre. . . Y tras de un momento de respiro, vuelve a su tremenda 
catilínaria* afirmando que se ha engañado a la junta General con cálculos maliciosa- 
mente erróneos,,. Esto es sensible, señores: esto es triste, infinitamente triste.,. 
Declarad desierta la subasta, sí procedéis de buena fe, si no buscáis la ruina económica 
de la Sociedad, Declaradla desierta, , , Desierta. , . 

Repite aún el eco las sílabas finales del enérgico y apocalíptico discurso de! señor 
Abascal, cuando de nuevo se yergue don Luis R. Rodríguez. Silencio, Silencio un 
poco dramático. Don Luis carraspea; luego, dase dos o tres nerviosos tirones a las 
solapas de la chaqueta y comienza con un murmullo para ir elevando gradualmente 
el tono. Mi lema esta noche — exclama — será: edificio, sí, subasta, no. Sus deseos 
fueran que la Directiva no hubiese tenido necesidad de solicitar la ampliación de can- 
tidad, o sea millón y medio de pesos, pero a fin de no desandar lo andado, la General 
debe autorizar a la Directiva para que disponga del medio millón restante. Ahora 
expondrá el por qué de su manifestación de edificio sí, y subasta no. Cuando la Di- 
rectiva acordó la adjudicación de la subasta, él estimó que el acuerdo era beneficioso 
para el Centro, pues tiene una excelente opinión, un elevado concepto de la casa cons- 
tructora. Pero la prensa ha condenado esa subasta, por el procedimiento en ella se- 
guido y que la General no puede admitir. No está de acuerdo con la adjudicación y 
quisiera que se convocase a nueva subasta. 

Afirma que él es un socio que viene a decir la verdad, y de no ser así, no podría 
venir a esta Junta. Ruega, por tanto, se tome buena nota de las manifestaciones que 
va a hacer, (Murmullos. Gran expectación): 

— Una de las personas que concurrieron a ia subasta del edificio social ha ma- 
nifestado que se le acercó un vocal de ía junta Directiva a insinuarle que si no se so- 
metía a ciertas onerosas exigencias no se llevaba la subasta. (Agitación. Gritos). 
Quiero que la verdad resplandezca, por lo que solícito se nombre una comisión que in- 
vestigue el caso, que de ser cierto, resultaría harto censurable. Ante esa comisión y 
ante los tribunales, si es menester declararé sobre quién recaen estas inculpaciones 

Don Pedro González:— Que el Sr. Rodríguez dé el nombre de ese vocal, 

Don Luis R Rodríguez: — Repito que estoy dispuesto a darlo ante la comisión 
o ante el juzgado, 

(Hay un instante de enorme revuelo, que corta la presidencia a fuerza de tim- 
brazos y demandando j orden, orden! Pronto, afortunadamente, se restablece la calma). 

Reclama ahora la atención don Emilio Fernández, el héroe de estas jornadas 
tribunicias que no siempre se resuelven parlamentariamente. Don Emilio está meta- 
morfoseado, desconocido. Es otro don Emilio, suave, tolerante, conciliador, . . ¿Qué 



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ha pasado aquí? El ojo único de don Emilio, ojo de argos asturiano, ojo milagroso, 
zahori, escrutador, encuentra vergonzoso el espectáculo que ofrece nuestro solar, en lo 
más céntrico de la capital, lleno de pedruscos chamuscados y rodeado por una valla 
colmada de chafarrinones, vulgarmente comercia!, plebeya, antiestética. Don Emilio 
quiere que se ponga fin a esa situación, levantando rápidamente el palacio ya aprobado . . . 
Aprobemos igualmente la subasta- — exclama don Emilio — aprobemos lo hecho por la 
Directiva, ya que proposiciones mejores que las actuales no cabe esperarlas. 

Aclara su situación don Nicanor Fernández, haciendo constar que en el seno 
de la Directiva mantuvo su inconformidad con la adjudicación hecha, Eí sostuvo 
que el edificio costaría más de lo calculado y los hechos confirman sus predicciones 
Me place— termina diciendo — todo lo actuado por la Directiva, menos lo que se re- 
fiere a la adjudicación, por tratarse de una subasta privada, y la adjudicación, en este 
caso, es contraria a la equidad. 

Se va a votar, colocándose dos urnas a la salida del salón, intervienen en el 
acto a fin de imprimirle absoluta legalidad, representantes de ambas tendencias: por 
una parte, don Aurelio Peón y don Aquilino Rodríguez; y por otra, el licenciado don 
Ramón Fernández Llano y don Constantino Carneado. 

Resultado: En favor de la adjudicación, o sea del informe de la Directiva, 

2,008 votos. En contra del informe, 655. 

Queda ratificada la adjudicación de la subasta a los contratistas Purdy and 
Henderson Company en la suma de $1,698,950.00. 

(Discusiones. Júbilo, Pesar, Un momento después quedaba desierto y a obs- 
curas el salón del Centro Gallego. Eira la una de la noche). 


¡No nos detenemos! El 9 de Diciembre ratificábamos la adjudicación de la su- 
basta y el 27 de! mismo mes inaugurábamos las obras, j Espléndido fin de año! t Mag- 
ni jico corolario a tanto incidente y a tanta contrariedad desde el día, vivo y perenne 
en nuestro fastos, en que perdimos la vieja casa solariega, noble hogar de Asturias en 
esta tierra feraz y bella de América. 

Fué sencilla la ceremonia. Sin embargo, no tanto que careciere de relieve y 
significación pública. Invitamos a honrarnos con su presencia a distinguidas persona- 
lidades, siéndonos halagador ver allí al Sr. Secretario de Gobernación, representando 
ai Honorable Sr, Presidente de la República. También estuvieron presentes los Se- 
creta ríos de Justicia y Obras Públicas; el Gobernador Provincial de la Habana y el 
Secretario del mismo Gobierno, don Ernesto López; el Excelentísimo Sr. Ministro de 
España; el Cónsul General de España; el señor Monte verde, general del Ejército Es- 
pañol; el Dr José !. Rivero, Director del Diario de la Marina ; el Presidente de la 
Audiencia de Pinar del Río, doctor D Fabián García; el Sr. Brauíí, en representación 


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del Ingeniero Jefe de la Ciudad; el Ayudante del Secretario de Gobernación, Capitán 
Perrera; los Presidentes de las Sociedades Españolas; representaciones de la Cámara 
Española de Comercio, de los Cuerpos Médico y Administrativo de la Casa de Salud 
Covadonga, Junta Directiva en pleno de nuestra Sociedad y numerosos asociados, 

' Como a las cuatro y veinte minutos de la tarde, — reseñó la prensa — ocupó la 
tribuna el Presidente social, don Jenaro Pedroarias, quien entre otras cosas dijo que 
hacía votos fervorosos para que cuantos veían la iniciación de las obras, pudiesen verlas 
terminadas y concurrir a la inauguración del edificio. Agradeció a todos su concurren- 
cia al acto y anunció al Sr. Fernández Llano, quien en nombre de la Directiva pronun- 
ció sintético y hermoso discurso, manifestando que los asturianos han de realizar la 
magna obra de construcción del palacio social con sus propias fuerzas y sin auxilio 
ageno. Compara seguidamente la espléndida situación actual del Centro con los pri- 
meros tiempos de su vida, que sólo el patriotismo y la fe de un grupo de socios pudie- 
ron evitar que la institución muriera poco después de nacer. Agrega que la obra que 
se inicia constituía un orgullo para España y para Cuba y habla con gran elogio de la 
unión y concordia existentes entre cubanos y españoles. 

'El Director del Sanatorio Covadonga Dr. Varona, brindó por la futura 
grandeza del Centro Asturiano y por la realización de obra tan colosal como la que ha 
de estar representada por el Palacio de Asturias, fiel exponente de lo que puede rea- 
lizar nuestra raza. 

"Le clíó término a los discursos el Secretario de Justicia, Dr. Regüeiferos, mani- 
festando que el Sr. Presidente de la República, tiene una devoción extraordinaria hacia 
todos los españoles, considerando como cubano un grande honor el que se le invitara 
a usar de la palabra en tan solemne acto. Estamos rindiendo— agregó — un homenaje 
al Centro Asturiano, que bien lo merece, así como la colonia asturiana, que tan acree- 
dora es al mismo. 

"Y después de declarar que Asturias vive en la Historia de España para honor 
de la misma y que la gran Asturias es el propio blasón de la tierra española, afirmó que 
cubanos, españoles y asturianos experimentaban en aquellos momentos igual satisfac- 
ción, haciendo votos sinceros y entusiastas porque la obra a que se le daba inicio se 
vea coronada por el mejor y más completo de los éxitos. 

"Luego, apagado el eco de los aplausos con que fueron premiadas tan elocuentes 
oraciones, el Sr Red roanas dio el primer golpe de piqueta a una de las paredes que sos- 
tenía el antiguo edificio, la que en el acto fue derribada. Y quedaron desde este histó- 
rico instante iniciados los trabajos". 

Esta es la nota jubilosa conque despedímos el año. La más halagadora y en 
cierto modo, la más importante. 




FACHADA DEL VIEJO CENTRO ASTURIANO— CON EL "TEATRO CAMPO A MOR' —POR LA CALLE DE SAN RAFAEL, 
TAL COMO ESTABA CUANDO FUE DESTRUIDO POR EL INCENDIO DEL AÑO 19 1S 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




PRESIDENCIA DE D. GENARO PEDROARIAS VILLOSLADA 

IV 

AÑO 1925 

En favor del teatro — Una oferta apetitosa —Don José María Alvarez y otros, 

PARTIDARIOS DEL MISMO, — En DÍE2 AÑOS ESTARA AMORTIZADO EL EMPRESTITO, 

afirma D, Ramón Fernandez Llano. — Nombramiento de este de Presidente 
de Honor— Mas socios de Honor y de Mérito — Unas palabras acerca de 
los 5 res. Cuenco, Pire y Acosta — Legado curioso. — Desfile de 
figuras : Antonio Mendez, Pedro González Mendez, J ose R Viña, 

Jenaro A ce vedo, Laureano Alvarez y muchos mas. 

No OLVIDEMOS A LOS QUE DESAPARECIERON: GazTAMBIE, ROSAI 

Pot-pourri asturiano — ¿Biblioteca circulante? 

Otra vez el Sanatorio antituberculoso. 

Crisis relámpago — Dificultades con los 

CONSTRUCTORES DEL PALACIO. 

Velada escolar, — Obito —Elecciones. 

Junta Directiva y Secciones. 

Estadística del Sanatorio. 


L Palacio social ya está en marcha!, * . Y el "Teatro de Campoamor , meses 
ha señoril y gallardo, ha sido derribado por implacable piqueta. 4,100 pe- 
sos es lo que produjo en subasta cuanto en él se contaba de aprovechable: 
sillería, lámparas, telones, puertas, . . Bien poco, en verdad. . "Síc transit gloria 
est . . . Las glorias de este mundo no son [ay! perdurables. . . De aquel magnífico 
coliseo, por cuya escena desfilaron los más eminentes artistas y en cuya sala se daba 
cita lo más granado de la sociedad habanera, no queda nada. Sólo su recuerdo per- 
sistirá durante algún tiempo. Luego, más tarde, en el devanar de los añas, ni eso. 
Si acaso, alguna referencia en los periódicos hablando de la ciudad antigua. 

El Sr. Ped toarías, presidente, se ha ido al comenzar Diciembre a descansar. 
Harto merecido tiene este reposo después de su infatigable labor durante tres años. 
Le sustituye el primer vicepresidente don Antonio Suárez y Suárez, persona cortés, 
simpática, afable. Y ocupa la segunda vicepresidencia el joven don Nicanor Fernán- 
dez García, electo últimamente. 




416 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



El teatro, no existe; pero sigue siendo obsesión de muchos que quisieran verle 
resurgir como el Ave Fénix mitológica. Valía tiene muchos y buenos devotos que, a 
principios de Febrero, se dirigen a la Junta Directiva en solicitud de que se adapte 
una sala teatral al nuevo edificio. Aun es tiempo — apuntan-de reparar un sensible 
error. La Directiva, complaciente, somete la petición a los arquitectos Sres. Busto y 
Gómez Salas, quienes informan en sentido desfavorable, anotando ciertas insuperables 
dificultades de orden técnico, . , jNo ha lugar, pues, a lo pedido! Empero la aspira- 
ción no es cosa fugaz, sin 
consistencia , Pronto se 
ve reforzada por una 
oferta insólita, que llega 
súbitamente, sin ser pre- 
sentida , , , El Sr. L S. 
Salmón, notorio corredor 
comercial, hócenos ten- 
tadora, sugestiva propo- 
sición a nombre de la 
“Saonger Amusement 
C.\ empresa norteame- 
ricana dedicada en gran 
escala a espectáculos pú- 
blicos : si construimos un 
teatro de estas y las otras, 
dimensiones, que especi- 
fica, y en el lugar de Ja 
manzana que nos acomo- 
de, se compromete a 
arrendarlo por término 
no menor de 50 años, 
abonando una renta 
anual de $108,000.00. Y 
además brinda crecida 
suma — $100,000 doilars 
— como gracioso donatí- 

DON ANTONIO SU A RE Z SUAKEZ, VICEPRESIDENTE VQ a fin de que püdamOS 

PRIMERO, EN FUNCIONES DE PRESIDENTE GENERAL , i 

deco ra r 1 o su nt uosam ente 


(Por la calle, anda desatado el lobo de la perfidia. Gentes interesadas en frus- 
trar la posibilidad del teatro, vierten reticencias acerca del interés que guía a los más 
caracterizados defensores de éste, consiguiendo que renuncien a patrocinarlo para que 
no se les confunda con quienes intentan poner precio a supuesto caudillaje capaz de 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


417 


decidir votaciones, favorables o adversas, según tarifa. Hay confusión, Y a río tur- 
bio, los pescadores en aguas revueltas tienden sus redes. La oferta de los $108,000, 
por extrema suceptíhilídad de los más que desean alejar toda suspicacia, acaso se dese- 
che irremisiblemente). 



Nuestros directivos deliberan, discurren, estudian la proposición, Dánle vuel- 
tas, examínanla curiosamente y convienen al cabo en que compete a la Sección de 
Intereses Materiales informar acerca de tan peliagudo asunto. Pasa, pues, a la citada 
Sección, la que, a vueltas de distingos y considerandos plausibles y discretos, no es 
partidaria de acceder a lo solicitado, sal- 
vo mejor juicio de la Directiva, . , Y és- 
ta, en sesión de 20 de Marzo hace suyo 
el criterio de aquélla. 

Sin embargo, sin embargo, . . No 
es si no tras caluroso debate, que inicia 
don José María Alvarez Fernández. To- 
dos le conocéis: aspecto de mosquetero, 
gesto autoritario, calva lustrosa, dialéc- 
tica formidable, de fogosos períodos y 
conceptos sinceros, leales. Es el " leader' ' 
de ta oposición gubernamental, polemista, 
razonador, analítico, rectilíneo, inflexible, 
que nunca pierde la serenidad y que sabe 
interesar por el fondo de buena fe que se 
descubre en sus palabras. Ha perteneci- 
do a la Directiva en pasadas épocas y 
volvió ahora a ella, en la que sobresale 
por su espíritu de combate y la lógica 
de sus razonamientos. Tiene una inteli- 
gencia despierta, ágil para la controver- 
sia, y una sonrisa inefable cuando ironiza. DON NICANOR FERNANDEZ GARCIA, 

c . VICEPRESIDENTE SEGUNDO 

bus ironías, no obstante esta suave sonri- 
sa, son temibles... Sobre todo si interpola en ellas, a modo de aparte festivo, 
alguno de esos decires gráficos de Asturias y de Cuba, que él maneja con sumo gra- 
cejo y aparente candidez. 


El Sr Alvarez Fernández (don José María) — prosigamos refiriéndonos a la se- 
sión del 20 de Marzo— halla ventajosísima la oferta de la ‘ Saenger Amusement Co.'\ 
y cree que un elemental principio de defensa de la hacienda asturiana aconseja some- 
terla a la Junta General. —La junta General — dice— es la que puede decidir, en con- 
clusión, si es aceptable o nó. Nosotros, en asunto tan grave no debemos ni podemos 
proceder por cuenta propia, exponiéndonos a equivocaciones que en el futuro sean 


41S 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


desgraciadamente irreparables. Pensémoslo bien; pensemos que vamos a edificar un 
palacio de costo superior a nuestras fuerzas; pensemos que este palacio, según está 
decidido construirlo, hipotecará, gravará enormemente los ingresos de la Sociedad, 
restándonos medios de engrandecer ei Sanatorio, y acaso comprometiendo el normal 
desenvolvimiento de éste: pensemos que se nos presenta la coyuntura de obtener sa- 
neada, copiosa renta que en pocos años nos habrá resarcido maravillosamente de to- 
dos loa desembolsos actuales. 

Don José Fernández Menéndez ? (anteojos cabalgando ai borde de la nariz, al 
uso curialesco; nervioso movimiento aupando los pantalones que se obstinan en irse 
pernera abajo; decir arrebatado y frenético manotear): — Sí, habrá un buen ingreso 
con el teatro, no lo dudo; pero [av! amigos! ¿Cuánto nos costará el edificio, cuánto 
nos costará poner un piso más? Dejemos las cosas como están, que están bien, y no 
retrasemos la construcción, pues esto es lo más interesante, 

Don Ramón Fernández Llano: — Vengo a esta 

junta, a pesar de encontrarme enfermo, por haber visto 
este asunto en el orden del día. No ha lugar a más deli- 
beraciones, señores, pues respecto a no coliseo existen 
acuerdos adoptados y ratificados por la gran masa social . 
La Directiva no está autorizada, carece de capacidad 
legal para volver sobre lo que ya constituye un estado de 
derecho, por lo que demando de todos un acuerdo 
denegatorio de lo solicitado. Y no teman, no teman los 
pusilánimes, los que aquí y fuera de aquí se han conver- 
tido en apologistas de un déficit fantástico: mi opinión es 
que en ocho años puede estar amortizado el empréstito. 

Don Felipe R, Campillo (parvedad de palabras: gran 
cadena de oro cruzándole el abacial vientre; satisfacción 
por hallarse bien situado en la vida) : ™No se pierda más tiempo en discusiones. 
El edificio debe hacerse como está acordado. 

El presidente, Sr. Suárez: — Se vá a votar. ¿Mantiene Ud. su proposición, don 
José María Alvarez, de que se convoque a junta General a fin de que conozcan los 
socios la oferta del Sr. Salmón? 

— Sí, señor presidente, la mantengo. 

La proposición del señor Alvarez es derrotada. 19 votos le son adversos. 11 le 
son favorables. El Sr. Salmón y sus representados pueden llamar a otra puerta: el 
Centro Asturiano no tendrá teatro. 

Pero aún hay más, todavía no se ha extinguido la fé de los defensores del teatro, 
no finiquitaron ahí sus esperanzas. Vuelven a la carga con el mismo empuje, armados 
de las mismas razones, tenaces y consecuentes: el 20 de Abril reúnese en sesión extra 



D. CONSTANTINO CARNEADO 
GONZÁLEZ, PRESIDENTE DE 
LA SECCION DE SANIDAD 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


419 


ordinaria la Directiva a fin de discutir dos mociones, una, firmada por hombres de 
tanta férrea voluntad y excepcional constancia como don Benjamín Menéndez, don 
Antonio A rango y don Laureano Alvarez, y otra, por don Armenio La Villa, ambas en 
idéntico sentido y espíritu. Las acompaña un informe de tos presidentes de Secciones 
favorable a solicitar de los arquitectos de la Sociedad una contestación concreta y ter- 
minante acerca de sí aun se está a tiempo de adaptar un teatro al edificio con capaci- 
dad para tres mil localidades, y costo de la reforma para con vista de la respuesta, con- 
vocar a la Junta Genera! que piden los firmantes de dichas mociones. 

Sr Fernández Llano: — -Me sorprende extraordinariamente, me produce un 

estupor tremendo advertir que a estas fechas hay quienes insisten en construir un tea- 
tro, ;Qué tenacidad más mal empleada! ¿No es bastante un acuerdo y una ratifica- 
ción de las junta Generales para dar por resuelto definitivamente el caso? No es po- 
sible admitir ni discutir el asunto, y el respeto a las deliberaciones de las asambleas de 
socios debe aconsejar a esta Directiva no volver sobre lo que ya está de una vez y para 
siempre definido. Es gracioso descubrir cómo buscando 
impresionar a la opinión se fantasea acerca de un déficit 
que sólo existe en la imaginación de ios defensores del 
teatro. El edificio, sin necesidad de teatro, cubrirá sus 
gastos y con los ingresos que hoy tiene la Sociedad puede 
atenderse a la amortización del empréstito y a mantener 
el alto rango de eficiencia de la Casa de Salud. 

Sr. Isoba (don Maximiliano): — Sin embargo, aún 
siendo muy atendibles las razones que formula e! señor 
Llano yo creo que nada se perdería con hacer el estudio 
que se recomienda. Este asunto reclama desapasiona- 
miento y meditación, pues no es posible ocultar que los 
locales de la planta baja no rendirán, ni con mucho, lo que 
se calcula. Y construir en esas condiciones, sin agotar 
primero los recursos a nuestro alcance para obviar tama- 
ño defecto, no me parece prudente ni atinado. 

El segundo vicepresidente, don Nicanor Fernández García: — No necesito ex- 
poner mis ideas acerca de lo que se debate, pues son de todos conocidas. Mi criterio 
es que debe hacerse ese estudio y si resulta favorable llevarlo a la sanción de la Junta 
General, exponiéndole francamente los perjuicios de construir según se ha proyectado, 
Hallámonos a tiempo todavía de conjurar un grave mal, un daño inmenso a la Socie- 
dad, y cuanto tienda a ese fin, tiene que merecer nuestra adhesión. El Centro Astu- 
riano necesita que su palacio se pague a sí mismo, que ní mañana, ni nunca se vea com- 
pelí do, a fin de amortizar el empréstito y sostener aquél, a recurrir a los ingresos por 
cuotas sociales. Debemos tener ahí una fuente perenne de ingresos, no una sima in- 



D. ERNESTO LOPEZ BALA- 
GUER, SECRETARIO DEL 
GOBIERNO PROVINCIAL 
SOCIO DE HONOR 



420 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


saciable por la que se vayan nuestros recursos. Y con el edificio a construir, seño res r 
no lograremos un dos por ciento de renta. Ei resto habrá que abonarlo con cargo a la 
cuota social, comprometiendo irremisiblemente, fatalmente, ciegamente, el porvenir 
de la Sociedad, 

Sr. Fernandez Llano: — -Seguimos dentro del mismo círculo vicioso de las con- 
jeturas y ios cálculos a capricho. Yo insisto en que esta Directiva carece de autori- 
dad para revocar acuerdos terminantes y definitivos de la junta General e insisto tam- 
bién en que en un período de ocho a diez años estaré amortizado ei empréstito con 
los recursos naturales de la Asociación, Nuestra Asociación vive prósperamente y su 
prosperidad será cada día más intensa. 

Don Fernando Lobeto: —No soy partidario de que se efectúen nuevos estu- 
dios, por considerarlos tardíos e inútiles. 

Don José García y García (grandes quevedos, me- 
lena gris, carácter impetuoso, oratoria puntiaguda) : —Mi 
opinión es adversa a tales estudios, que irrogarían gastos 
y pérdida de tiempo con peligro de que luego la general 
desautorice lo hecho. 

Don Manuel Vigil (firmeza, rotundidad, decisión): 
— Que sean devueltas las mociones a sus firmantes y 
no discutamos más. 

Don José María Alvarez Fernández: — Lamento 

disentir del criterio de algunos queridos compañeros, pues 
yo entiendo que debería hacerse ese estudio, que estoy 
seguro daría oportunidad a reparar un mal incalculable. 
Y conste que mientras halle oportunidad defenderé el 
teatro como único medio de no dañar los intereses sociales, que deben estar por 
encima de todo prejuicio y de toda opinión personal. 

Don Antonio Méndez Méndez (voz nasal, cabeza nevada, ojos escrutadores, 
brazos que se agitan en forma de aspas, intensa simpatía) : —Señores ¿qué mal puede 
haber en acordar esos estudios? Hagámoslos, aunque sea contra nuestra voluntad, a 
fin de complacer a los solicitantes y tranquilizar nuestra conciencia, Soy partidario 
decidido del teatro porque nadie me ha demostrado que defienda un error. Sigo cre- 
yendo cada día más firmemente que sin teatro el edificio significa un gravamen consi- 
derable para el Centro; pero si en vez de acordarse la edificación sin teatro se hubiere 
acordado con él y apareciese alguien deseoso de demostrar que nos habíamos equivo- 
cado, yo no me opondría a que ñas ío demostrara, antes al contrario, le facilitaría los 
medios de conseguirlo, persuadido de que con mi conducta defendía los supremos in- 
tereses de la Sociedad. ¡Hagamos todos lo mismo! ¡Tan edificante como sería que 
por unanimidad dispusiésemos hacer ese estudio que nos indican! 



DON JUAN ACOSTA PIEDRA, 
SOCIO DE MERITO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


421 


—¿Consideran ustedes suficientemente discutido e! asunto, señores? — interroga 
el presidente don Antonio Suárez. 

Varias voces: — Sí, sí. 

—A votar, pues. Se vota. La recomendación de los Presidentes de Secciones, 
interesando estudiar la adaptación de un teatro, alcanza 1 1 sufragios. La proposición 
del Sr. Fernández Llano : oponiéndose a dichos estudios, 14. 

¿Resignáranse los partidarios del teatro? ¿Este acuerdo sepultará definitivamente 
sus esperanzas?. . * Mientras, la cimentación del edificio, con su vasto sótano de tres 
metros de profundidad, avanza febrilmente. Noche y día óyese el silbido agudo y 
ondulante de las máquinas escavadoras de tierra, trabajando sin interrupción. Y un 
ejército de obreros acarrea materiales, carga las autocamiones que han de llevarse lo 
extraído, coloca andamíos y empalizadas, asienta los enormes pilares del embrionario 
palacio, . . Es aquél un tráfago excepcional, inusitado. 

No; los adictos al teatro no se resignan. jAdmira- 
ble fé la de estos hombres! Vuelven, llenos de ilusiones, 
a solicitar nuevo instante de atención con documento que 
suscriben don Armenio La Villa y otros. Piden que se 
convoque a junta General extraordinaria, a fin de recon- 
siderar el acuerdo que ordenó un edificio de planta baja, 
y tres pisos. . + j Evitemos la ruina de la Sociedad—ex- 
claman enfáticamente — dotándola de una sala de espec- 
táculos cuyos ingresos cubran el déficit que de otro modo 
se producirá L . * ¡Subsanemos una deficiencia que puede 
sernos fatal!. . . La presidencia vacila, duda, no acierta 
a decidir. AI fin acude en consulta a los contratistas 
constructores del Centro, por si hubiere aún posibilidad 
de atender a los que así se expresan. Y los contra- 
tistas acta de la sesión de Directiva de 26 de Junio — exponen los inconvenientes que 
habría que vencer a fin de llegar a la finalidad de reservar un local para teatro, lo que 
puede considerarse casi como un imposible, debido a lo avanzado que se halla el 
trabajo de todos los planos y a que ya está encargado el acero estructural. 

Los directivos partidarios del teatro, callan ante lo irremediable. . . Una ilu- 
sión, la última, que vuela y se desvanece en el Infinito. Atengámonos, pues, a lo 
sancionado, 

Y aquí finan las andanzas en favor del coliseo. No digamos que han dejado 
de ser curiosas, entretenidas y edificantes. 



DON JOSE PRENDES RODRI- 
GUEZ, PRESIDENTE DE LA 
SEO. DE RECREO Y ADORNO 


422 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Durante el año nuestra Asociación ha sido objeto de singulares preferencias, 
dignas de ser recordadas: Don José A. Fresno, el eminente cirujano, subdirector del 
Sanatorio, que hizo un interesante viaje por Europa, visitando grandes hospitales y 
clínicas, en ios que se le dispensaron agasajos en gracia a su notoriedad y méritos, trajo 
como regato para la sala de operaciones una magnífica lámpara modelo “Forde”; don 
José Codina Castelví, ilustre médico español, que ha poco estuvo en Cuba, nos remitió 
desde Madrid numerosas y notables obras de medicina, de muchas de las cuales es autor 
e! propio donante, con destino a la biblioteca de la Covadonga; don Anselmo Vega 
Artime, inspirado poeta; don Eustasio Santana, don Ramón Zapico, don José B. Con- 
dales y don Hipólito Bompard, enriquecieron la biblioteca del Centro con espléndidas 
remesas de libros y don Joaquín Ablanedo, en quien los años dijéranse un constante 
renovar de energías y ensueños, hizo lo mismo: acaso no haya asturiano en la Habana 
para que el que no sea conocida la personalidad de este víejecito afectuoso, pulcro, 
servicial, que vá por la vida alegre y sonriente, como en sus tiempos mozos, Nosotros 

disfrutamos de hondo deleite hablando con él, reviviendo 
épocas y escenas en las que él fue actor o testigo, edades 
pretéritas de esforzadas luchas en beneficio de la grande- 
za del Centro. Don Joaquín perteneció diversas veces, 
muchas, a la Junta Directiva; formó parte de las Seccio- 
nes y aún actúa en la de Instrucción, dando vivo ejemplo 
de constancia, vigor y entusiasmo. 

También la Diputación Provincial de Asturias nos 
ha distinguido amablemente, haciéndonos el obsequio de 
varios inestimables volúmenes de asuntos regionales. 
A todos se les dio en sazón oportuna, rendidas gracias. 
Mercedes son esas tanto más honrosas para nosotros 

DON ANTONIO MENDEZ Y s 

mendez, presidente de cuanto que por su espontaneidad revelan que nuestra la- 

LA SEC. DE PROPAGANDA . „ „ t , , * , 

hor halla hora a hora aplausos comprensivos y alentadores. 

Otro legado to recibimos del socio don Ramón Iglesias Expósito que, al entregar su 
alma a Dios en el Sanatorio, cedió a nuestro Centro la propiedad de la casa No. 52 de 
la calle Concepción de la Valla, en esta capital, a fin de que con sus productos o rentas 
se atienda al culto de la Virgen de Covadonga en la capilla de la Casa deSalud. El tes- 
tador, cuyo edificante espíritu religioso logra conmovernos y emocionarnos, estaba solo, 
absolutamente solo en el mundo. Sin parientes, sin amigos quizás, sin nada que le 
recordase una familia, un hogar, . , Su hogar era, en estos años últimos de su ancia- 
nidad desolada e inútil, nuestra Covadonga bendecida. Aquí el lecho, que le acogía 
tibio y mudle; aquí manos amigas, manos fraternas que le acorrían en sus necesidades, 
aquí la fabla amorosa y tierna, que oyó alrededor de su cuna en sus tristes días de hos- 
piciano ovetense. . . Y con su infinita sonrisa de mujer divina, la Virgen pequeña y 
gentil, que era para él resumen del amor de una madre que no llegó a conocer. . . Na 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


423 


riamos de estos seres que conservan el perfume de la ingenuidad, j Quién puede averi- 
guar lo que hay en el fondo de estas vidas obscuras y tristes, vidas ya rotas al nacer, 
como la del Sil Iglesias Expósito, que se desarrolló en la frialdad y adustez de un asilo 
oficial y transcurrió luego entre cuarteles y campañas guerreras, sin gustar lo que existe 
de más envidiable en la vida, el cariño de los padres la pasión de una mujer, et beso de 
los hijos. . . “El Cometa le llamaban, aludiendo a su vieja profesión de cornetín mili- 
tar. Menudo, casi enano, listo, de ojillos maliciosos, habituados a desconfiar de las gen- 
tes que, so capa de seriedad, suelen ser pérfidas, egoístas, engañadoras, este don Ramón 
era un tipo asaz pintoresco de esta Habana populachera, burguesa y alegre . . , Acoj a- 
mas su herencia, trabajada céntimo a céntimo en agotadora tarea, con un sincero res- 
peto y una piadosa interpretación de su espiritual finalidad. 

Y cerremos estas notas de tan consoladoras realidades, con un acaecimiento apa- 
rentemente trivial, pero que se presta a profundas reflexiones: 

El 23 de Julio recíbese en Secretaría una carta de 
los Estados Unidos de América, firmada por “Un arre- 
pentido”, incluyendo 24 dollars “como saldo de una cuenta 
que tengo pendiente con ese Centro”. Nada más. Y es 
bastante para sospechar en quien la envió un carácter 
noble y austero, sólo por circunstancias transitorias des- 
vinculado un instante de su línea de conducta. 


No puede, en verdad, y para íntimo gozo nuestro, 
tacharse a los asturianos de olvidadizos e ingratos con 
quienes les sirven. Quizá seamos algo parcos en la demos- 
tración y dejemos pasar ei tiempo oportuno de agasajar 
a muchos dignos de nuestro público y solemne acata- 
miento; pero es debido a hallarnos enfrascados en pro- 
blemas que demandan nuestra acuciosidad, nunca a des- 
dén e indiferencia. Y cuando la calma retoma y los espíritus preocupados y vigilantes 
vuelven a la ponderación y análisis, sentimos el contento de hacer justicia y de abrir 
nuestro corazón a efusividades y gratitudes, honrando a quienes nos honran y ensalzan- 
do a quienes en sernos útiles ponen inquebrantable voluntad y hondo patriotismo. 

La Junta Directiva primero, y la Junta General después, ésta en su sesión de 
28 de Enero, aprobaron por unanimidad nombrar Presidente de Honor, al licenciado 
don Ramón Fernández Llano; Socios de Honor, a don Ernesto López Ralaguer y don 
Donato Argüe! les del Busto, y Socios de Mérito, a don Marcelino Pire García, don 
José Cuenco Bodes y don Juan Acosta Piedra. 

La justicia de tales nombramientos, es notoria. Ahí están las páginas de la 
Sociedad, desde el instante mismo de la fundación, proclamando la constancia, serví- 



DON VICTOR A. LOPEZ, QUE 
HA PRESIDIDO LAS SECCIO- 
NES DE ALTAS V BAJAS, 
INTERESES MATERIALES Y 
SANIDAD 



424 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


cíos y méritos del Sr. Fernández Llano, Sigámosle a contar de aquellos azarosos días 
iniciales y veremos] e destacarse unas veces, obscurecerse otras, bullir más tarde para 
luego eclipsarse, pasar por diferentes juntas de Gobierno, pertenecer a todo género 
de Comisiones y Secciones; ocupar diversas presidencias, ser infinitos años modesto 
vocal y ya en estos postreros tiempos, desde 1918 a 1921, ininterrumpidamente, des- 
empeñar la presidencia general. 1 la batallado enormemente, ha rendido fructíferas 
jomadas; ha sufrido duras pruebas — recuérdese la destrucción del edificio social — y su 
animo fue siempre el mismo, varonil, entero, sin que se le advirtiese un punto de des- 
aliento y de cansancio. . . Bien hayan, pues, los que le indicaron para la Presidencia 
de Honor, que es nuestro máximo galardón, 

Don Ernesto López Balaguer, Socio de Honor, tiene merecido nuestro afecto 
por la impecabilidad de su conducta como Secretario del Gobierno de la Provincia en 
sus relaciones con nuestro Centro al que dispensa todo género de mercedes y deferencias, 
tantas y tan exquisitas que ganan nuestro corazón y rinden nuestro ánimo. Funcio- 
nario inteligentísimo, conocedor profundo del desenvob 
v ¡miento de las Sociedades Españolas, presta a éstas cons- 
tantes valiosos auxilios con su experiencia, con su impar- 
cialidad, con su devoción hacia las mismas, de las que es 
mentor y guía eficaz y leal. 

Si justicia hubo en los anteriores galardones, justicia 
igualmente se halla en la distinción concedida a don 
Donato Argüelles del Busto, Presidente de la Delegación 
de Gijón. El Sr. Argüelles del Busto, personalidad 
preeminente de la villa gijonesa en la que fue Alcalde, 
pertenece a nuestro Centro desde hace muchos años, y 
tanto aquí como ahora en Asturias, no ha hecho sino 
sacrificarse en favor de los intereses sociales, aportando 
excepcional entusiasmo, fecundas energías, nobles y levan- 
tadas iniciativas. El éxito de nuestra representación en las inolvidables solemnidades 
del Centenario de jovellanos, a él lo debemos en gran parte, como le debemos asi- 
mismo la importancia cada vez más creciente de la Delegación gijonesa, eficaz auxiliar 
de nuestra Sociedad, y cuyo juicio y opinión pesan mucho en la vida regional. Su título 
de Socio de Honor tiene precedentes que le abonan ampliamente y que con generosidad 
le justifican. 

Y en cuanto a la elección de Socios de Mérito, qué honda ternura la ha presi- 
dido, qué justa, noble, exacta calificación de valores y cuánta suave, dulce, bella re- 
compensa la acompaña. Pensad en ese don José Cuenco Bodes, encanecido, enveje- 
cido laborando, creando, forjando, plasmando en trabajos memísimos su amor a la 
Sociedad, No es hombre de grandes y solemnes y fascinantes teorías; lo es de taller, 
de acción, de nervio y músculo, de los que van de una parte a otra sin revelar tor- 



DK. tí, RAFAEL MONTORO 
VALDES, INSIGNE RE PU- 
BLICO CUBANO, SOCIO DE 
HONOR 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


427 


turas, sin cansarse, sin pedir reposo, ya para hacer un favor a un conterráneo, ya para 
evacuar una comisión del Centro. . . Y así, un mes y otro mes, un año y otro año, 
siempre, todos los días, a tocias las horas, en una consagración definitiva a la Sociedad, 
con tan trémulos acentos que se percibe, emanando de la rudeza exterior de estos ca- 
racteres arquetipos de sencillez, un como amor de padre hacia el hijo pródigo, que es 
en este caso nuestro Centro, al que viven ligados y del que sólo les arranca la muerte . . . 
Ved a don Juan Acosta Piedra, cubano con nosotros identificado, confundido, sin- 
tiendo nuestros dolores y gozando nuestras alegrías. Propaga nuestro mutuaiismo, 
trayéndonos socios que serán mañana como él, pues que él los abona. . . Un año, dos 
años, tres, cinco, diez, quince, más acaso, quién sabe cuántos, figura en las Secciones de 
Recreo y Adorno, de Propaganda, de instrucción. . . Los presidentes de éstas se renue- 
van anualmente; vánse unos, vienen otros, tornan éstos, desaparecen fatalmente aqué- 
llos, para no reaparecer jamás; pero él estará jovial, animoso, propicio a hacer cuanto se 
le indique en su puesto de vocal . . * Existencias humildes, quizá adrede obscurecidas, 
más fecundas, provechosas, nimbadas de desinterés y abnegación por e! bienestar social. 

Ved a don Marcelino Pire García: un carácter, una voluntad, un temperamento. 
Es dinámico, cordial, expansivo. Proyecta y sobre la marcha, ejecuta. Tiene deseos 
de hacer y hace resueltamente en pocos segundos lo que otros, irresolutos, tornadizos, 
llenos de convencionalismos, jamás intentaron. Parece un jefe de ejército frente al 
enemigo. El enemigo del Sr. Pire son la abulia, la dejadez, ¡a flojera y combate la 
abulia, la dejadez, la flojera con su gran actividad, que se manifiesta principalmente 
dentro de la Junta Directiva, de la que fué elemento muy significado. 

Tres noveles Socios de Mérito, como se advertirá, acogidos con simpatía, con 
efusividad, con entusiasmo espontáneo y sincero. 


Han muerto dos Socios Fundadores. Dos preciosas vidas de menos este año. 
Dos vidas sencillas, modestas, mas heroicas y virtuosas. Recordemos el nombre de 
ambos queridos paisanos y amigos nuestros, don José Menéndez Alvares y don Joa- 
quín Cobián Bada. 

Ineluctablemente, el grupo de los fundadores se reduce. Y a cada claro que 
hay en éi sentimos que algo agarrota nuestra garganta haciéndonos enmudecer. Re- 
cemos los que sabemos rezar, por estos hombres audaces y fuertes que nos ofrendaron 
a lt mistamente los bienes actuales , * , Padre nuestro que estás en los cielos . , * 


Don Ramón Arguelles, el primer Marqués de Arguelles, benemérito expresidente 
social, y el ilustre doctor don Manuel Bango León, director honorario de la Covadonga, 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


tendrán en breve, en el Sanatorio que tanto amaron, el monumento en mármol que 
exprese la gratitud a que se hicieron acreedores. 

Los bustos de ambos proceres han sido encargados al notable escultor gí jones 
don Rodolfo G. Rapp. 


Por fin, los pabellones de Rayos X y Laboratorio, son una realidad. Leván- 
tame airosos, gallardos, con aspecto de burguesas residencias, en el lugar de la Quin- 
ta conocido por el Gurugú. Lleva uno el nombre de don Genaro Pedroarias Vilíoslada; 
otro, el de don Maximino Fernández González, Ambos están recibiendo su respectiva 
instalación que se apetece lo más completa y moderna. Serán en su clase Jo mejor 
de Cuba. Y el costo de cada uno* en total, no bajará de doscientos cincuenta mil du~ 
ros, cifra que nos exime de ponderar nuestro esfuerzo económico y nuestra contribu- 
ción a las investigaciones científicas. 

¡Ah, esta Covadonga incomparable, verdadero edén* 
jardín encantado! No es hoy* admirando estos edificios 
esbeltos y armoniosos; estas umbrías perfumadas* estas 
fuentes en las que espejean los álamos de copas nutridas 
y ios rígidos orquestales pinos ; no es hoy cuando creemos 
hiperbólica la frase feliz conque condensó su impresión 
un visitante ilustre, don Luis Torres Beleña. Decía: 

1 'Contemplando estas clínicas, esta organización, este ma- 
terial* estas cocinas... dan ganas de ser asociado o 
ponerse enfermo \ Y es verdad. Sentirse enfermo aquí 
es tener la seguridad de volver a la vida con renovado 
vigor* que todo nos habla de belleza y aleja de nuestro 
ánimo la sospecha horrible de que llegará la hora fatal* 
inexorable y definitiva de que nuestros ojos se cierren 
para siempre . . , No, aquí no puede haber enfermos* sino 
gentes ociosas, sibaríticas* que tienen por regalo, como nosotros lo tendríamos, venir a 
reposar a aquí dulcemente* cordialmenle, mientras las horas pasan y los días se suceden 
y tramonta el sol los altos árboles y se hace faja de oro en los jardines y una bandada 
de blancas, negras, grises palomas surcan el azul espacio en vuelo elástico y gracioso * . . 



D, CELESTINO FERNANDEZ 
GOMEZ* UN TIEMPO PRESI- 
DENTE DE LA SECCION DE 
SANIDAD 


Otros dos pabellones se han construido en el año* éstos dedicados a medicina 
general* del tipo arquitectónico característico de nuestra Quinta. Pagamos por los 
dos $208*600*00. Han sido bautizados con los nombres de don Antonio Suárez y Suá- 
rez* y doctor don Agustín de Varona* Director del Sanatorio, 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


429 


Los problemas económicos y morales de nuestra provincia, siguen mereciendo 
nuestra atención. Detalle plausible, que prueba que la ausencia en nada debilita el 
amor a la patria, acaso !e acrezca, orientándolo por más puras idealidades y dándole 
mayor consistencia. 

Nos interesamos cerca de los poderes públicos, haciendo llegar hasta éstos elo- 
cuentes mensajes, por la inclusión en el plan general de ferrocarriles de la línea Gijón 
a Astorga; porque no fuese suprimida la Escuela Industrial gijonesa y por que se hi- 
ciese obligatoria la escala del Musel para los vapores de la Trasatlántica Española. 

Esta última petición tuvimos el placer de que fuese atendida por el Gobierno 
de Madrid, a cuyo jefe, el general Primo de Rivera, expresamos oficialmente y en aque- 
llos días, las más rendidas gracias. También mereció nuestra deferente atención el 
propuesto tratado comercial entre Cuba y España, sumándonos a las gestiones que 
se hacen a fin de concerta río en breve plazo. 


Ya tenemos Ley de Retiro y Previsión para cuantos figuran en las nóminas de 
nuestra Sociedad. 

En dos sesiones de la Junta General — 1 1 y 14 de Agosto — íué discutido y apro- 
bado el reglamento de esta moderna ley, tan trascendental, tan avanzada y tan hu- 
mana A virtud de ella se veía por ei futuro de todos los empleados, poniéndolos a 
cubierto de la miseria transcurridos pocos años de servicio, en caso de posibles acciden- 
tes que les inutilicen para el trabajo y asegurándoles un vivir relativamente holgado 
cuando no se hallen con aptitud para desempeñar sus tareas a causa de vejez o en- 
fermedad . 

No es, sin embargo, todo lo amplia que se quisiera. Nuestras estrecheces eco- 
nómicas nos han obligado a ciertas restricciones que el tiempo, por una parte, y por 
otra la disponibilidad de mayores recursos monetarios, irán atenuando hasta darle 
aquella amplitud que demandan las modernas teorías sociológicas Como paso de 
avance, significa algo que debe señalarse preferentemente en los fastos de nuestro Cen- 
tro el que contribuye ai fondo dei Retiro y Previsión con el 4% de sus nóminas durante 
los cinco primeros años, prorrog ables a otros cinco, si fuere preciso. Una suma en 
realidad, muy elevada. 

Acojamos, pues, su impían tacíón, con simpatía y entusiasmo, como la acogie- 
ron los distinguidos oradores que han tomado parte en su discusión: don Luis R. Ro- 
dríguez, don Luis Cuesta de la Villa, don Luis Muñiz Blanco, don Laureano Alvarez 
Fernández, don José María Alvarez Fernández, don José R. Viña, don Armenio La 
Villa, don Faustino Grana García, don Juan Rodríguez Suárez, don Basilio Fernán- 
dez Solís, don Fernando Margolles y Arranz de la Torre y el segundo vicepresidente, 
don Nicanor Fernández, 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


A continuación, púsose a debate la reforma del artículo quinto del Reglamento 
General relacionada con Sa admisión de mujeres. 

La junta Directiva respondiendo a anhelos reiteradamente expresados, deci- 
dióse a abordar este problema, confiando a idónea Comisión el oportuno estudio. Los 
tiempos, son otros; a aquellos anos, no muy lejanos, en que espíritus liberales batalla- 
ban a fin de ofrecerles asistencia médica, sin conseguirlo, han sucedido rápidamente 
estos de amplios horizontes sociales, en que nada es tenido por audaz. . , Todo se re- 
nueva; todo se met amor fosea, y el Centro Asturiano, fruto genuino del pueblo, no podía 
seguir indiferente, refractario, al clamor que pedía igualdad de derechos, igualdad de 
deberes, para nuestras madres, nuestras esposas, nuestras hijas, nuestras hermanas* . . 
Ya está la ley que les brinda lecho y hogar en sus días de enfermedad dentro de la Co- 
vadonga; ya está la ley que las equipara a los hombres y les abre las puertas del Cen- 
tro, ya que tienen abiertas las de nuestro corazón* . . Esta ley es la que se discute 
los días 14, 21 y 31 de Agosto, en sesiones extraordinarias excepcionalmente animadas* 

Las preside don Antonio Suárez y Suárez, con el segundo vicepresidente, don 
Nicanor Fernandez García* El primero en hacer uso de la palabra, tras de la lectura 
del proyecto, es el veterano don Juan Rodríguez Suárez* Don Juan es de ideas demo- 
cráticas, avanzadas. Don Juan no titubea, no teme, no se amilana ante el futuro. 
Pero, tras de aplaudir el proyecto, derrama unos granos de desaliento de desconfian- 
za, de inquietud, pues su experiencia sabe que nada hay duradero si no es suficiente- 
mente meditado. . . Id despacio — 'aconseja con acento enternecedor y actitud de após- 
tol — poco a poco, sin apresurarse, sin correr, para afirmar de modo vigoroso y defi- 
nitivo los nuevos servicios. 

Le sigue don Nicanor Fernández García, vicepresidente* Don Nicanor, como 
joven al fin, es optimista, y como fervoroso patrocinador del proyecto, un entusiasta 
incondicional del mismo. Se congratula de que el Centro Asturiano dé el noble, alto, 
brioso ejemplo de acojer a las mujeres, poesía de nuestra vida-. . Y se extiende, con 
elocuencia y convicción, en consideraciones acerca del significado sentimental y hu- 
mano de esta altruista empresa, diputando infundado el temor de que constituya un 
gravamen. Por el contrario — afirma — no dudo que sea, a ía postre, un magnífico in- 
greso 'Todo ha de ser, naturalmente, con la mayor previsión, y en el curso del re- 
glamento la junta general podrá ver que los beneficios se van concediendo paulatina- 
mente y que se tiene previsto el poder retirarlos si así lo aconsejasen las circunstancias 
Termina incitando a aprobar la reforma, pues ellas, las mujeres, son tan españolas 
como nosotros y tan dignas como nosotros de disfrutar de los beneficios que hemos 
creado. 

Habla don José María Menéndez (juventud, cabellera alborotada, turbulencia). 
Pondera el proyecto, lóale con imágenes poéticas, y abundando en ¡os conceptos ex- 
puestos por el vicepresidente, concluye con un arrebatado ruego a los socios a fin de 
.que lo aprueben* 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


431 


El Sr. Bango (don Eugenio) disiente de estos optimismos. El es un espíritu 
práctico, equilibrado, sereno y no se deja adormecer por el opio del lirismo ni el cloral 
de la democracia. Don Eugenio posee sentido analítico, razonador, recelosa y no ol- 
vida que otras Sociedades que intentaron admitir ai sexo femenino han fracasado casi 
todas ellas. No habla ¡ay! para convencer. Está seguro de no convencer a nadie, 
porque la Junta hállase dispuesta fatalmente con ceguera lamentable, a dar su apro- 
bación a lo que se propone; pero eso no será sín su voto en contra. Conste, Sr. Presi- 
dente — concluye expresando— mi voto en contra. 

Y la .junta General con la excepción del señor Bango, aprueba que al artículo 
cinco del Reglamento General se le adicione lo siguiente: 

"También podrán ser socías, con los derechos y deberes que en reglamento aparte 
se establecen, las mujeres que habiendo nacido en Cuba o en cualquier otro país, sean 
madres, hermanas, hijas o esposas de socios; y las nacidas en España aunque no reú- 
nan ninguno de los indicados requisitos". 

Aprobada, pues, la adición al mencionado artículo quinto, éntrase en la delibe- 
ración del proyecto de Reglamento de Asistencia Médica. 

Otra vez comienza un amplío, largo, inacabable debate. + , Oyense voces co- 
nocidas: la de don Luís R. Rodríguez t expresiva y armónica; la de don Luis Muñiz 
Blanco, tímida y premiosa; la de Fernández Solís (don Basilio), apagada y breve; la 
de Grana (don Faustino), cristalina y límpida; la de don Gregorio Alonso, un trémolo 
de flauta; la de don Juan Rodríguez, temblante y gemidora; la de La Villa (don Ar- 
menio), vibrante y aguda; la de don Antonio Martínez, dulce y suave con su acento 
cubano; ía de González (don Higinio), fresca y juvenil; la de Fernández Menéndez 
(don José), acerada y ondulante; la de don Facundo Fernández, ixuxú sin cadencia; 
la de Solares (don Máximo), rotunda y fogosa; la de Sierra Pérez (don Antonio, cam- 
pera y retumbante; la de Cuesta (don Alfonso), trágica y amenazadora; la de Pefáez 
(don Manuel), huracanada y torrencial; la de don José Casaprima, sosegada y parla- 
mentaria; la de Arrojas (clon Fernando), maciza y precisa; la de Heres (don Floren- 
tino), humilde y suave; la de Alvarez (don José María), pastosa y abaritonada; la de 
Alvarez (don Laureano), amplia y estridente; la de Suárez Solís (don Fermín), mono- 
corde y desmayada . . . Señalan unos defectos ai articulado ; aplauden otros ; piden 
éstos aclaraciones a sus dudas; y en tres sesiones se finiquita la más grande, funda- 
mental y excepcionalísima reforma de nuestra Sociedad. 


Hagamos un alto* - * Las mujeres, al ñn, penetrarán por la puerta grande de 
nuestra Sociedad, a tambor batiente. . . Recibámoslas con júbilo. Y entre ese acuerdo 
y otros que vendrán a constituir el nexo de esta recopilación histórica, tengamos un 
paréntesis afectuoso, cordial para algunos paisanos nuestros que en este vivir del Cen- 
tro, que en estas luchas diarias, que en este constante batallar, se singularizan y se 
hacen querer. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Nosotros sentimos por todos profunda simpatía. Y algunos despiertan nuestra 
admiración. Ejemplo, don Antonio Méndez Méndez , en este año de gracia presidente 
de la Sección de Propaganda, la que, debido a su dirección, logró que aumentase en 
6,000 el numero de asociados, cifra excepcional ísima, inusitada. ¿Cómo no sentirse 
subyugados por él, si es de esos espíritus superiores, extraordinarios, que hacen grata, 
amable la existencia de los demás? El tiende a todos sus brazos; él sonríe a todos con 
sonrisa de bondad, de intuición, de efusión, E!, cuando alguien se le acerca, sea quien 
fuere, tiene ese gesto peculiar, instintivo de los hombres buenos, sencillos, generosos 
de ofrecer su mano y antes de hablar el pretensor, si se trata de alguna petición, de 
apresurarse a decir "sí, sí," sin saber qué género de sacrificio se le pedirá. Y luego, 
si es preciso, reñirá formidables batallas, sin cansarse nunca, sin desalentarse nunca, 
en favor del peticionario. De este modo, continuamente, ciando a su vida un alto he- 
roico sentido de renunciación, como si no existiese para él la realidad de las ingrati- 
tudes, que frecuentemente le alcanzan. , . No es orador, pero una fuerza oculta, que 
emana de su corazón, le obliga a hablar en nuestras asambleas, inclinándose en todo 
momento del lado de la benevolencia, de la caridad, de la justicia, del perdón y olvido 
de agravios, de cuanto constituye su credo y hace asomar a sus ojos destellos de ale- 
gría y pone en sus labios palabras que le ennoblecen, que le espiritualizan, que le trans- 
forman en algo incongruente con el medio, asaz materialista. 

Viene actuando en la Directiva desde lejanos tiempos, revelándose además de 
por su carácter efusivo y generoso, por sus tendencias avanzadas y renovadoras. Es 
autor de muchas mociones que acusan una fuerza mental intensa y un perspicaz con- 
cepto de las necesidades sociales y ha colaborado en cuantas reformas surgieron en 
estos últimos años ¿Quién que le conozca podrá eximirse de admirarle, de quererle, 
de felicitarse de que estos hombres excepcionales, estén en nuestra compañía? ¿Po- 
dremos no sentirnos prisioneros, envueltos en la atmósfera de humildad, de sencillez, 
de ternura de estos caracteres, verdaderas figuras de retablo?. . . 

Hablemos también de otros, arquetipos de modestia, de valer, de constancia. . . 
De don Pedro González Méndez, acaso algo rudo, acaso ajeno a elegancias de lengua- 
je; pero con un fondo de buena fe, de sinceridad, de asturianismo entusiasta y creador, 
admirable. El Centro es prolongación de su hogar, verdadera, única finalidad de sus 
días. . . Y al Centro acude un año, otro, ininterrumpidamente, y si ahora esté en la Di- 
rectiva, mañana verémosle en aquella comisión, pasado en estotra, invulnerable a la 
molicie, a la abulia, a la pereza, procurando que los asuntos sociales se desenvuelvan 
afortunadamente. Dieciseis períodos electorales le han llevado al seno de la Junta de 
Gobierno. ' Y este dato revela bien su enorme espíritu de sacrificio, sin necesidad de 
mayores alabanzas. 

Lo mismo don José Ramón Rodríguez Viña, E! señor Viña es amable, inteli- 
gente, jovial, comprensivo, . . El ha presidido con tacto y ponderación la Sección de 
Sanidad — 1922— y aun se le elogia por su celo enérgico, tenaz, meticuloso, no exento 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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de mesura. Tiene iniciativas; sabe hablar correctamente, sin exaltarse, sin perder la 
serenidad, sin dejar de sonreír, respetuoso de las opiniones ajenas. Es de los que más 
valen, de los que mejor sirven a la Sociedad, de los que, en estos instantes de escepti- 
cismo, ponen en todo llamaradas de ideal, de fuego de corazón, . . Y si es necesario 
que a la ofrenda constante de su trabajo, de su talento, de su virtud se acompañen más 
caras, decisivas ofrendas, él, no vacilará ni un segundo, sacrificando cuanto es y cuan- 
to posee en gracia al supremo interés social. 

Otro tanto acaece con don Jenaro Acevedo Solares, viejo luchador, soldado de 
fila unas veces, otras jefe, árbitro de elecciones, perseverante, infatigable, zahori... 
El Sr. Acevedo Solares es un caso típico de actividad, de diligencia, de predestinación. 
Ha nacido para mandar, para dirigir, para someter a su influencia a cuanto le rodea. . . 
El bulle va, viene, sube, baja, «e oculta, reaparece, se esfuma. . , Es la suma acti- 
vidad, fecunda, provechosa, con un simpático, noble fin, ser útil a todos sin pedir nada, 
sin querer nada. A haberlo pretendido, hubiese sido ya presidente general del Centro. 
Pero él se ha reducido a figurar en plano más modesto humilde, recatado, aunque siem- 
pre ejerciendo una autoridad grande, decisiva. . . No habla, actúa. No perora, eje- 
cuta. Mientras los más divagan deliciosamente y planean estupendas obras, magní- 
ficas iniciativas, espléndidos proyectos, don Jenaro, carácter formidable de combatien- 
te, recorre los lugares de reunión de los asturianos, visita los mentlderos de ía colonia, 
frecuenta el trato de sus adictos, explora el ánimo de los adversarios, sonríe a este con- 
trincante, dá una fraternal palmada en el hombro de aquel indiferente, abraza a! otro 
correligionario y se gana las voluntades, . , ¡Qué enorme poder de sugestión, de cate- 
tiz ación el de este hombre nervioso, inquieto, inteligente, dulce y acariciador, que pu- 
diendo brillar se oculta y se hunde en el anónimo. . . Nosotros tenemos que convenir 
en que espíritus así, tan cordiales, tan desinteresados, son los que hacen más por la 
riqueza y poderío de la Asociación Nosotros no vacilamos en afirmar que no llegaría 
a su casi ilimitado poder actual a no contarse con estos seres de excepción que por amar- 
la tanto, por llevarla tan adentro, a ella dedican entera la existencia. Son románticos, 
soñadores, esforzados, geniales. . . Rindamos al Sr. Acevedo Solares, en este instante 
de desapasionado, frío, metódico análisis, el homenaje de justicia a que tiene derecho. 

Asimismo otros menos conspicuos, mas laboriosos, serviciales, patriotas . . . Don 
José Ramón González Soto, ex tesorero, apasionado por el Centro, consagrándole su 
vitalidad y entusiasmo siempre fecundo, carácter enérgico, ordenancista, pero en el 
fondo, cordial y efusivo; don Adolfo Peón Redondo, valioso, modesto, callado, dos 
veces presidente de la Sección de Recreo y Adorno, hoy idóneo funcionario de la Se- 
cretaría; don Víctor A. López, espíritu terso, límpido, mesurado, conciliador, cuya an- 
cianidad digna, noble, es un bruñido espejo en el que se refleja su devoción fervorosa, 
sincera, vehemente, por la Sociedad, su ejemplarísima conducta, su amor a la cultura, 
su entusiasmo por lo noble y generoso. . . ]Lo que él luchó en las Directivas, en las 
Secciones, desde los bancos de la Junta General; lo que él batalló por la riqueza, por 
el prestigio, por el nombre de Asturias, por el Centro, por España, por Cuba, por la 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


raza! Todo eso mueve su voluntad, todo eso pone en sus pupilas, ahora apagadas de 
tanto ver, destellos de juventud. ♦ . Su ánimo no decae; su fortaleza no declina; es el 
de siempre, de suave, amoroso decir, limando asperezas, aunando opiniones, haciendo 
obra esencialmente patriótica de caudillo, de jefe bien intencionado, gentil, con atis- 
bos de apóstol 

Sigamos recordando. He aquí que el primero que se nos ofrece es don Laureano 
Alvarez Fernández. ¿Y quién no conoce a don Laureano Alvarez Fernández? ¿Quién 
no sabe de las generosidades de este astur exteriormente brusco, violento, alborotador, 
mas un verdadero niño, con ternuras de niño, con efusi vid ades de niño? Todos le quie- 
ren bien, todos hemos aquilatado sus méritos; todos compulsamos su pasión por el 
Centro, pasión fuerte, inconmovible. Lo que es, lo que vale, lo que representa, él lo 
dá, él lo entrega, en una entrega absoluta. Y gracias a él y a los que son como él, la 
colonia asturiana de Cuba asombra al mundo por la concepción de su mutual ismo, por 
la grandeza de su obra y por la honradez y desinterés de los hombres que han hecho 
milagro real, tangible esta obra. Don Laureano es viril, enérgico, posee estupendas 
cualidades de acometividad, de resolución, * . No le faltan tampoco a don José Blanco 
Fernández que ahora nos viene a las mientes, mas atenuadas por un temperamento 
apacible, sosegado, reflexivo. El Sr. Blanco Fernández— silueta ele artista, con la 
blanca cabellera ondulada — ha rendido fructíferas jornadas y rendirá otras muchas, 
vibrátil, tensa la voluntad, jamás harto de prodigar su esfuerzo a la entidad, de la que 
es Socio Fundador con el numero 49. Pensad lo que esto supone. Pensad el calvario 
que éste y los restantes fundadores recorrieron hasta ver consolidarse, afianzarse, cre- 
cer, imperar lo que era su magna empresa. Y desde entonces, angustiada el alma, en- 
cogido el corazón al comienzo, aunque luego rebosante de placer, de contento, con 
deleite inefable por advertir de qué modo se espandía y afirmaba, el Sr. Blanco Fernán- 
dez, apenas deja transcurrir un día sin que preste algún servicio y ponga un grano de 
arena más en el progreso de la Sociedad. ¿No os emociona esta constancia? ¿No os 
conmueve este tesón? ¿Comprendéis por qué viven y se vigorizan y se hacen prepo- 
tentes asociaciones como la nuestra, eminentemente democráticas, en las que toda la- 
bor de dirección es absoluta, inexorablemente gratuita, voluntaria, desinteresada? 

Hagamos un paréntesis de evocación, un saludo a los que pasaron marcando 
honda, perdurable huella, de su paso. ¡Cuántos nombres elocuentes, simpáticos, gra- 
tos! ¡Cuántos a los que nuestro Centro debe infinitas mercedes, trabajo paciente, fruc- 
tuosa y múltiple labor!. . , Algunos han desaparecido en la vorágine del tiempo, arras- 
trados al no ser, dejándonos el recuerdo amable, sentimental, de su austeridad, de su 
inteligencia, de su optimismo, de su labor infatigable, enorme, agotadora. Otros, ya 
cansados, envejecidos, conteníanse con contemplar melancólicamente a los que les 
sustituimos, aconsejándonos con su sagacidad y experiencia, y los menos permanecen 
retraídos, alejados, dispuestos, sin embargo, a volver si fuere necesario, que están aler- 
ta, en situación de disponibilidad, lozano el animo y propicio a nuevos sacrificios y 
nuevas jornadas. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Así, don Eduardo Blanco. Así, don Antonio Guerra Caso, ambos de copiosa, 
prolija historia, digna, enaltecedora, himno de amor al Centro, perteneciendo a muchas 
directivas y secciones en ío^ años de prueba, en las horas de incertidumbre, en los ins- 
tantes de angustia, cuando estaba todo por hacer o hecho atropelladamente, y había 
que suplir la escasez de recursos con el trabajo personal y la constante sangría de la 
escarcela propia * . . Así otros muchos, don Simón Solares Riaño, propagandista in- 
cansable, convincente, meritísimo; don Elias Quesada, hoy alto empleado de nuestra 
Secretaría, entonces como viviendo en éxtasis por la Asociación, a cuyas secciones 
estaba ligado; don Francisco García Méndez, actual administrador del Sanatorio, ele- 
mento de valer, inestimable por su lucido criterio y carácter armón iza dor; don Ma- 
nuel García Rosales, activo, cordial, animoso; don Manuel Suárez Prída, ecuánime, 

circunspecto, en el día meritísimo archivero de nuestras oficinas; el licenciado don 

■ . 

Femando Arranz de la Torre, cultísimo expresidente de las Secciones de Sanidad e 
Instrucción, carácter recto, independiente, orador fácil y hombre de vasta capacidad, 
afectivo, amable, que ha brillado mucho y merecidamente; don José María Vidal, So- 
cio Fundador y persona delicada y distinguida, expresidente de Recreo y Adorno; don 
Vlanuel Vi lia verde, cuya influencia se dejó sentir varios lustros en el seno de la Di- 
rectiva de la que fue competente vocal ; don Manuel Alvarez del Rosal, que en la Sección 
de Instrucción, principalmente, pocos años después de constituida ésta* puso a prueba 
su capacidad y formidable entusiasmo dirigiéndola brillantemente, con ópimos frutos 
para la enseñanza y para el buen crédito que tanto importaba afirmar de nuestro Cen- 
tro; don Gaspar Tárano Lobo, todo capacidad y eficiencia; don Plácido Fernández 
Cuervo, síntesis de amabilidad, presidente admirable de Recreo y Adorno; don Jesús 
Fernández Díaz, devoto de la cultura, enamorado de la enseñanza, idealista, inteligente, 
perseverante; don José Rodríguez Ace vedo, batallador, esforzado; don Nicolás Gayo 
Parrondo, inquieto, nervioso, desprendido, entusiasta; don José Ordiales Menéndez, 
lea f útil, nervio y fortaleza; don Víctor Campa Blanco, expresidente de Sanidad, ac- 
tivo, emprendedor, prestigioso; don Segundo Pola Gutiérrez, pedagogo ilustre, de só- 
lido talento, jamás vencido por la fatiga, que mil veces dió a la Sociedad singulares 
energías y fecundas obras, habiendo figurado en la presidencia de Instrucción; don 
Francisco García Castro, la suma diligencia con la suma infatigabilidad; don Luciano 
Peón Cuesta, cortés, deferente, ilustrado; don Víctor Prendes, popularidad, campe- 
chanía, rumbosidad asturiana; don Pío Junco del Panda), arquitecto notable, que se 
destacó en directivas y secciones : don Jesús Ponteo! a, cordial y vehemente, en un tiem- 
po directivo laboriosísimo; don Eustaquio Alonso Forcelledo, Socio Fundador, astur 
en esencia y potencia, gran figura de nuestra colonia; don Hilario Muñiz Díaz, concre- 
ción estupenda de actividad, patriotismo y valer; don José González Cueto, buen humor, 
simpatía; don Francisco Arnaiz Collado, Socio Fundador, hoy anciano pulcro, agra- 
dable, que en los viejos tiempos reveló inusitado ardor y espíritu de proselitismo ; don 
Celestino Fernández Gómez, criterio ponderado, reflexivo, respetable; don José Garrió 
Suárez, enorme laboriosidad, competencia, celo y patriotismo tenso y vibrante; don 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Eugenio Rodríguez García, que a sus méritos de Socio Fundador, agrega su práctica 
de directivo en pasados años; don Femando Fueyo Casal, Socio Fundador, diligente y 
simpático; don Ignacio García, en quien la constancia se aúna a la modestia; don An- 
tonio Pérez Fernández, fortaleza de ánimo y fecundo impulsivísimo patriótico, digno So- 
cio de Mérito; don Antonio Arango Alvarez, hombre epopéyico, templado en ios gran- 
des apuros, a quien ni la edad ni los achaques físicos atenúan su pasión por la Sociedad ; 
don Jesús Morís Díaz, Cajero del Centro actualmente, carácter meticuloso y retraído, 
que ha prestado excelentes servicios en algunas secciones; don Ramón infiesta Gar- 
cía, hombre resuelto, sincero, eminentemente activo y trabajador; don Darío Alvarez, 
gracejo y vena humorística con un fondo de cariño intenso a la Asociación a la que sir- 
vió consciente e infatigablemente; don Manuel Llano Tablado, caballerosidad y lo- 
zanía en ideas y entusiasmo fértil y contagioso; don Manuel González Quiñones, fá- 
cil oratoria, lucidez en los razonamientos, probado sentir patriótico; don Manuel San 
Martín Collado, apacibiíidad, mesura, buen sentido; don Luis García Quintana, fran- 
queza, sencillez, liberalidad; don Antonio Castr ilion García, talento, dotes literarias, 
carácter de seda; don Regino López, asturianismo pintoresco, sugestivo, fervor , sin- 
ceridad en su culto a la Asociación; don Faustino Bermúclez, Socio Fundador, perse- 
verancia, consecuencia . , . Todos han pertenecido a la Directiva y a las Secciones, 
desempeñando altas, honrosos puestos. 

Y entre los idos, entre los que para siempre dejaron de acompañarnos por ha- 
berse sepultado en las regiones del eterno misterio, cómo se delinean, engrandecen y 
agigantan, cómo brillan con luz propia don Santiago Alonso Gaztambide, personali- 
dad de vasta cultura, que asistió al nacimiento de la Asociación, figurando en la pre- 
sidencia de la Sección de Beneficencia y en otras secciones por méritos de su entusias- 
mo, de su gran fuerza creadora, de su influjo y nombradla y de su espíritu de organiza- 
dor; don Ramón Secades, don Juan Peláez ; don Manuel Menéndez Parra, don Fran- 
cisco Palacio Ordóñez, don Antero Prieto González, don Cesáreo González Arias, don 
Rafael Cortina, don Bernardo Inhestó, don Rosendo Fernández Gamoneda, don Ca- 
simiro He res Palacio, don José María Quesada, don Angel Préstamo dd Riego, don 
Antonio García Castro, don Rafael Melendi, don José de Alvaré Gutiérrez, don José 
González Cobián. . . y mil más, cuya relación es imposible hacer sin incurrir en olvi- 
dos y sin ciar a este resumen proporciones inconmensurables, que han aportado merítL 
símos esfuerzos, tantos que la lejanía no entibia su recuerdo, amable, grato, ni enturbia 
la clara, perfecta apreciación de su labor, digna de calurosas, encendidas loanzas. 

Volvamos a los días actuales, a la hora presente. La lista es larga, fatigosa, ex- 
tenuadora. Reanudémosla, empero, con don Benjamín Menéndez García, que ha sido 
tesorero, que volverá a ocupar otros altos, elevados cargos a que está llamado por su 
talento, por su dón de gentes, por su modestia, que le granjea infinitos amigos, por su 
continua, asidua, celosa dedicación a los asuntos sociales, en los que es oído con interés 
y sobre los que pesa decisivamente su opinión, su prestigio, su criterio amplio, sereno, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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equilibrado y su historia de buen socio, no obstante su juventud, pródiga, por otra 
parte, en actos nobles, desprendidos, que retratan un carácter y acusan una persona- 
lidad. Tengamos una referencia cariñosa, efusiva, para otros muchos: don José Ramón 
Muñiz Rojas, activo, batallador, que presidió con éxito la Sección de Propaganda; 
don Avelino Can diada, vicepresidente de la misma Sección en igual época — 4922 — jo* 
ven lleno de ánimo, propicio a cuanto trabajo se le encomiende, inteligente, entusiasta; 
don Lucio Fuentes Corripio, simpático, locuaz, de verba opima y carácter resuelto, 
que en la presidencia de Recreo y Adorno acreditó talento, perspicacia, iniciativa; don 
Cipriano Fernández Alvar é— : modesto, laborioso, útilísimo ; don Félix Fernández Riaño, 
intensamente astur, espléndido, humorístico, jovial; don Andrés Fernández García, 
pequeño de cuerpo, menudo, pero de mente despierta y ánimo inquieto, batallador, 
perseverante; don Aquilino Rodríguez, reflexivo, suave; don Luis Muñiz Blanco, todo 
voluntad, todo deseos de contribuir al esplendor de la Asociación, de la que ha sido 
directivo ejemplar por su celo y actividad; don Angel Medio, cultura, equilibrio men- 
tal, bondad: don José María Huerta, fogosidad, vehemencia, democracia; don Vicente 
Hévia Hévia, sencillez, claro sentido, fervor patriótico; don Zoilo Menéndez, ilustra- 
ción, liberalismo; don Alberto Peón Ardavín, actividad múltiple y fértil ingenio; don 
Fermín Suárez Solis, haz de nervios en tensión, aficiones oratorias, honradez de pro- 
pósitos; don Segundo Pérez Sierra, franco, expansivo, cordial; don Jesús Lacera, áni- 
mo resuelto, deseos de lucha y combate; don Bernardo Pardias López, sereno polemista, 
acerado, cortante; don Manuel González Menéndez, doctor en farmacia, idóneo miem- 
bro de varias directivas, recto, escrupuloso, leal; don Miguel Méndez Díaz, amor al 
trabajo, excelente sentido, ponderación; don José María Fernández, ardor juvenil, 
afectuosidad; don Santiago Abascai, inquietud intelectual, anhelos de saber, devoción 
a la libertad; don José Fernández Caso, llano y brioso, devoto de la justicia; don Anto- 
nio Sierra Pérez, frases redondas, frases puntiagudas, denuestos, imprecaciones, ame- 
nazas, afición al detalle, gran entusiasmo y buena fe; don José Prendes Rodríguez, 
sesudo, tranquilo, amable; don Manuel Hévia luya, respetabilidad, modestia; don 
Leandro Ci fuentes Alvarez, juventud, ilustración, valer; don Angel Rodríguez Suárez, 
in fatigabilidad, recato; don José García y García, ímpetu, acometividad; don Manuel 
García Huerta, cautela, previsión, tendencias detectivescas en el ejercicio de la voca- 
lía ; don Aurelio Peón González, suma simpatía, inteligencia despejada, democracia: 
don Antonio Martínez Rodríguez, lógica, gran sentido, espíritu sereno; don Mauricio 
de Arriba Rendueles, voluntad, tesón; don Faustino Grana García, dialéctica, ágil ce- 
rebro, condiciones de político, sinceridad; don Manuel Fernández Fernández, delica- 
deza, aristocraticismo, ilustración; don Fermín González González, entusiasmo, fér- 
tiles ideas, iniciativas, sensatez , . . 

Cada uno debiera ir en párrafo aparte, con claras, rotundas, armoniosas loanzas 
de sus méritos, de sus trabajos, de su vasta, enorme acción social. . . Contentémonos, 
sin embargo, ante lo irremediable de la brevedad y la concisión, con esas leves, fugaces, 
inexpresivas referencias de sus características más acentuadas , . . Y pensemos que 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


quedan jay! muchos otros, por esa misma cruel necesidad de limitar el espacio, sin que 
sus nombres gratos, amables, humildes, tengan aquí un pequeño eco de la gratitud 
que todos les debemos, Pero ellos sabrán, como siempre, seguir recoletamente, sin 
vanidades ni extenorizaciones, haciendo obra fecunda, patriótica dentro de la gran 
familia asturiana que constituye el amado Centro. 


Se ha pensado establecer una Biblioteca Circulante, al modo de las que con 
tanto éxito funcionan en todos los pueblos de alguna importancia de nuestra provin- 
cia, La idea, sugerida por don Manuel Merino Acebal, espíritu progresista, avanzado, 
halló acogida comprensiva en el seno de la Sección de instrucción, que es a la que com- 
pete resolver, patrocinándola asociados favorablemente conocidos por su cultura, como 
don Zoilo Menéndez y don Luis Cuesta de la Villa, hábiles obreros mecánicos; don 
Santiago Abascaí, perito mercantil ; Dr. Pola Montoro, abogado; don José Ramón Ro- 
dríguez Viña, comerciante; don Anselmo Vega, notable poeta y otros muchos miembros 
de dicha Sección, los que se proponen estudiar el proyecto con calma y deseo de trans- 
formarlo en realidad. 

Prosiguen los planes de mejoramiento de nuestro Sanatorio. Pero ¿aun más? 
se preguntan las gentes que no ignoran que ha alcanzado et máximum de esplendor. 
— Sí, aún más, quién sabe cuánto más, mucho más, responden los elementos directores. 
No queremos sino hacer de aquello algo que no admita comparación alguna. 

Un joven directivo—juventud es casi siempre sinónimo de acometividad y de- 
cisión— un joven directivo, trabajador, estudioso, don Fermín González y González, 
ha tenido el placer de que fuese aprobada por unanimidad una moción suya interesando 
se construya un edificio con capacidad holgada para instalar la cocina, mayordomía, 
almacén, refrigeración, etc., etc., y vastos comedores para empleados en ia parte alta. 

Se aprobaba esa enorme obra el 23 de julio y el 21 de Septiembre, otro directivo 
competentísimo, e! doctor D. Manuel González, que dicho a modo de paréntesis, es de 
los que más fielmente sirven al Centro Asturiano, conseguía asimismo se aceptase por 
unanimidad edificar un pabellón exclusivamente consagrado a farmacia y laboratorio 
de efectos farmacéuticos 

Son, pues, dos grandes, modernas edificaciones las que están en perspectiva. 
No se da holganza al alarife. Ni nuestros dineros permanecen inactivos en el fondo 
de la caja de caudales. 

El sanatorio antituberculoso, tema propincuo a propagandas electorales y a dis- 
cursos más o menos vehementes, sigue ocupándonos, moviendo nuestra atención, espo- 
leando nuestra voluntad. ¡Qué asunto tan humano éste! Mas qué difícil de resolver 
a lo que vemos. Otra vez — admirable tenacidad, bendita y alabada tenacidad-hemos 
discurrido extensa y prolijamente acerca de él, persuadidos de que es menester iniciar 
en firme la contienda con el bacilo de Koeh, hasta vencerlo. 



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Nuestro problema es d mismo de las demás Sociedades con Sanatorio. Estas 
participan de idéntico anhelo de resolverlo, pues que sufren iguales consecuencias que 
nosotros. De aquí que se hayan verificado diversas entrevistas entre representantes 
de aquellas y representantes nuestros, a fin de llegar a un acuerdo conjunto, a una 
acción colectiva, como, por ejemplo, la construcción de un Sanatorio modelo propie- 
dad de todas y por el esfuerzo de todas levantado y sostenido. Hay corrientes favora- 
bles, impresiones optimistas, esperanzas de algo definitivo y consolador. 

Así lo ha indicado don José María Alvarez Fernández, presidente de nuestra 
Comisión, que forman don Felipe R. Campillo, don Miguel Méndez Díaz, don Salva- 
dor Alvarez González, doctor don Manuel González Menéndez y don Santos Rodrí- 
guez Oro. La Junta General de 2ó de Abril escuchó complacida las especificaciones 
de! señor Alvarez (don José María), y tuvo para este digno, celoso, integérrímo vocal, 
francas muestras de aprobación y alentadores aplausos. 


Un miembro de ia Junta de Gobierno, don Salvador Alvarez González, en quien 
la modestia y la buena intención corren parejas con la competencia y la laboriosidad, 
ha solicitado que sea designada una Comisión de Médicos de nuestra Casa de Salud, 
encargada de visitar la famosa clínica de los Mayo, en Rochester, y el Sanatorio de 
Rattle-Creek, y de efectuar un estudio de múltiples adelantos científicos existentes en 
dicho establecimiento, por si careciese de algunos de ellos nuestra Covadonga, 

i, a Directiva oyóle complacida; compartió sus anhelos y sugerirá a nuestros 
estudiosos facultativos lo mucho que les agradeceríamos que cuando realicen viajes 
por el extranjero, ostentando la representación científica de la Sociedad, se sirvan pre- 
sentar un informe acerca de aquello que significando un avance en la ciencia de cu- 
ra r, convenga introducir en el Sanatorio, 


I temos tenido crisis presidencial, al estilo político. A fines de Julio, mes hórrido, 
de temperatura asfixiante, que enerva los nervios y agota la energía muscular, cuando 
todo induce a la modorra, al dulce nirvana a la sombra de los árboles o frente ai es- 
pectáculo siempre renovado del mar, nuestro queridísimo presidente interino, el suave 
don Antonio Suárez y Suárez, mostróse colérico, irritado, irascible, por la actitud de 
su colega don Genaro Pedroarias ViUoslada y por ¡a conducta francamente hostil de 
algunos directivos de la mayoría a sus decisiones en relación con cierto discutido ex- 
pediente Don Antonio expresó su disgusto esgrimiendo la péñola y trazando largo, 
curioso, documentado manifiesto dirigido a los asociados, explicando la causa de su 
cese en la presidencia interina de la Asociación. 

Todo terminó, empero, en abrazo de cordialidad, días más tarde, 
lié aquí ahora tres acuerdos distintos totalmente, mas coinciden tes en su sig- 
nificación simpática, agradable, espiritual 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El primero— “26 de julio — la jubilación, con haber casi íntegro, del viejo, respe- 
table empleado de Secretaría, don Fernando Menéndez Qchoa, La ley de retiros y 
pensiones tardará aún en regir ; pero sin necesidad de esa ley, por dictados de justicia, 
nuestros servidores fieles y abnegados saben que no se Ies abandona ni en sus enferme- 
dades ni en su vejez. 

La segunda, el aguinaldo del soldado español del Rif, al que destinamos qui- 
nientos pesos. 

Y la tercera — 24 de Noviembre — ia adquisición de cien medallas, con sus rose- 
tas de las troqueladas en nuestra patria, para con sus productos adquirir el Archivo 
de Colón, hoy en poder de los herederos de éste, Condes de Veragua, y regalárselo al 
Estado, que es quien debe custodiarlo. 


Una solicitud oportuna y afortunada del inteligente vocal de la Junta Direc- 
tiva, don Aurelio Peón González, permitirá a los socios disponer de servicio de baños 
medicinales, alternas y de aseo, en los sótanos del Palacio en construcción. 

Se hará una instalación hidroterápica completa y moderna, en consonancia con 
nuestro probado buen gusto, amor al conforte y abundantes recursos materiales, 


Los trabajos de edificación del Centro van adelantados, admirándose, al con- 
cluir el año, una sólida cimentación y un amplio sótano de tres metros de alto que abar- 
ca la superficie total del terreno. Por cierto que este sótano provocó algunas protes- 
tas, la primera firmada por don Emilio Fernández y don Andrés Sánchez — asamblea 
general de 6 de Agosto— quienes solicitaron fuese suspendida la construcción por ser 
costosísima, por contravenirse con la misma un acuerdo claro, terminante de la Junta 
General y por no ser los sótanos de utilidad en este clima. 

Don Emilio Fernández no se concretó a lo escrito, sino que haciendo abundante 
uso de su oratoria enérgica y diáfana sorprendióse de la construcción de tan vasto só- 
tano en desacuerdo con la Junta General y a hurto de ésta. Apoyóle don Luís R. Ro- 
dríguez, quien calificó de subrepticio ese trabajo que encarecerá considerablemente el 
costo det edificio sin utilidad aparente, y contestó a ambos el señor Suárez y Suárez 
(don Antonio) en funciones presidenciales, defendiendo la legalidad de lo ejecutado, 

Y como los restantes asambleístas no tenían interés alguno en prolongar el de- 
bate, d lósele fin, aprobándose el sótano origen de la queja de los señores Fernández, 
Sánchez y Rodríguez. 

Y ya que nos referimos a nuestro futuro edificio social, no soslayemos que el 
proyectista don Manuel del Busto ha incurrido en error al trazar las medidas, proyec- 
tando fuera de la alineación correspondiente en las calles de Monserrate y San Rafael, 
lo que obligó a una rectificación de los planos, hecha ésta por los arquitectos de los 
contratistas Purdy and I ienderson. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Como consecuencia, nos hemos visto precisados a retirar nuestra línea de fa- 
chada al terreno propio por dichas calles, habiendo un sensible descenso en el número 
de metros de construcción, diferencia que importa una crecida cantidad y acerca de la 
cual sostenemos al cerrar el año animados ‘ pouparles" con los contratistas, intervi- 
niendo también abogados y arquitectos por ambas partes. 

En esta defensa del dinero social se singulariza el directivo don José María Al- 
varez Fernández, hombre tenaz, inflexible, quien mantiene que el descuento debe es- 
tar en consonancia con el número de metros cuadrados que no habrán de ser construidos 
y que por defecto de los primitivos planos a que se ajustó la subasta de edificación, 
aparecen como cons truc ti bles. 

También ocupó nuestra atención no menos extensa e intensamente, una recla- 
mación de los mismos contratistas sobre un aumento de 227 toneladas de acero, como 
resultado de la rectificación y ordenamiento de los planos erróneos del Sr. Busto y 
por consecuencia un aumento también en los pianos y envoltura de hormigón. Ade- 
más, un alza de tres pesos en cada una de las 1,765 toneladas restantes de acero estruc- 
tural que llevará el edificio, por diferencia de precio posterior a la fecha en que pudieron 
encargarlas ya la demora a que les obligó hacer constructibles los citados planos. 

La primera petición fue informada favorablemente, accediéndose a ella; no así 
la segunda, que será sometida al laudo de varios distinguidos abogados. En tanto, 
los trabajos prosiguen aceleradamente. 


La Sección de Instrucción ha celebrado con atuendo y belleza su anual velada 
de reparto de premios. Eligió los salones, en verdad suntuosos y amplios y fraternos 
del hermano Centro Gallego. No salió, pues, del hogar propio, de este nostálgico “pazo" 
donde riman sus saudades los nobles hijos de la mimosa Galicia y en el que tan a gusto 
vivimos. En dicha fiesta, como supondréis los que no la hayáis presenciado, se prodi- 
garon las notas de arte y cultura, de acuerdo con la significación de la misma. Dos 
grandes oradores, el ilustre Dr. Cuevas Zequeira, Catedrático de la Universidad Na- 
cional, y nuestro joven vicepresidente segundo, don Nicanor Fernández García, que 
presidió el acto, pronunciaron hermosos, profundos, sentidos discursos. Y aventajados 
artistas — las S ritas, 1, olina Qbrián, Enma Piñeíro, Mercedes Fernández, Angeles Ochoa, 
Rosario Sabat con los jóvenes Antonio Pereira, Tomás Cuervo, Antonio Vidaurreta — 
emocionáronnos sutilmente haciendo música, recitando versos, representando deliciosas 
farsas teatrales 

El curso escolar, acaso está demás decirlo, fue espléndido Los exámenes pro- 
baron la bondad, excelencia del método pedagógico que se sigue en nuestras Acade- 
mias y la idoneidad del nutrido profesorado que dirigen don Abelardo López y don 
Eladio Blázquez. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Los premios a distribuir han sido muchos y valiosos, donados por sinceros, des- 
prendidos amantes de ta enseñanza. jQué consolador es esto y cuánto placer se expe- 
rimenta refiriéndolo! La fábrica de cerveza “Polar'" instituyó dos premios de 50 pesos 
cada uno; los señores J. Calle y Compañía, en nombre de la Sidra “El Gaitero' , conce- 
dieron dos de $25.00; don Abelardo López, el culto competente director, cuatro de 
$25.00 ; los señores don Alberto Peón, don Maximiliano Isoba, don José Suárez Llata, don 
Isidro P. Martínez, don José A. García, don Eladio Blázquez, don Alejandro del Riego, 
don Eustasio Santa na, la Srita. Emilia García Pórtela, más la “Juventud Asturiana' \ 
librerías “La Propagandista \ y “Minerva ", comercios “El Encanto' \ “El Pincel" J 
“La Venecia' y Sociedad “Jovdlanos ", objetos de arte, libros, estuches de dibujo, 
costureros . , * 

A 367 ascendió el número de los escolares examinados, cifra que nos releva de 
encarecer la enorme labor desarrollada durante el curso. 

El presidente de 3a Sección, don Maximiliano ísoba, espíritu selecto, modoso y 
culto, así como el vicepresidente don José García y García, en el que se descubren cua- 
lidades de singular competencia y entusiasmo para estos difíciles menesteres, lo mismo 
que e! Secretario, don Alberto Peón y Ardavín, activo y talentoso, en quienes recayó 
principalmente el trabajo, hánse hecho dignos de aplausos, extensivos también al vice- 
secretario don Carlos Fernández Méndez, uno de nuestros consocios más instruidos, 
más reflexivos, más inteligentes, y al bibliotecario don Anselmo Vega Artime, poeta 
de inspiración fresca, lozana, laureado en diversos juegas florales por la originalidad, 
belleza y sentimiento de sus composiciones. 


Diciembre. Elecciones. Enorme espectaeión, batahola, ardor. Luchan dos 
partidos, con ideologías afines, mellizas, confundibles. Sólo les separan las denomina- 
ciones: unos hócense llamar “centralistas " — partido gubernamental que aspira a seguir 
gobernando. Otros se titulan “progresistas —partido nuevo de la oposición, que 
pretende sustituir al primero. Los centralistas patrocinan a don Manuel Muñiz Díaz, 
para la presidencia, y a don José Antonio Palacio Barro, para la vicepresidencia. El 
Sr. Muñiz Díaz carece de antecedentes societarios, mas figura como socio desde luengos 
años; el señor Palacio, es por el contrario, elemento militante antiguo distinguido, bien 
reputado, en contacto continuo con el Centro, del que fué tesorero y en cuya Directiva 
ha figurado diversas veces. 

Las progresistas presentan a don José Simón Corral, para presidente; y a don 
Marcelino Suárez González, para vicepresidente. El primero ocupa en la actualidad 
un puesto de vocal; el segundo ha pertenecido a la junta de gobierno en época reciente. 

La lucha está equiparada; ambos grupos celebran animados mitins propagan- 
distas, crean comités de barrios; lanzan manifiestos, proclamas; se denostan cordial- 
mente... Y el día de la elección, ponen en movimiento millares de automóviles a 
fin de conducir a toda prisa votantes, . . Los “centralistas ", más ricos o más entusias- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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tas, ofrecen admirable cohesión, haciendo que en apoyo de su candidatura lleguen tre- 
nes especíales que vierten sobre la Habana electores de lejanos puntos. No se recuer- 
da animación tan extraordinaria. El orden es completo. Votan 12,875 socios. Y al 
anochecer, tras horas de intensa, febril ansiedad, sábese el resultado: triunfó la can^ 
didatura de los señores Muñiz Díaz y Palacio. Los candidatos victoriosos y los can- 
didatos vencidos, abrázame fraternalmente. La lucha, cesa. El antagonismo no tiene 
razón de existir. Y todos, "progresistas " y "centralistas , en el minuto solemne de 
proclamar a los electos, júntame en vibrantes, rotundas, ensordecedoras ovaciones y 
gritan: ¿Viva España! ¡Viva Cuba! [Viva Asturias! ¡Viva el Centro Asturiano!... 

Resultaron electos 


Presidente, don Manuel Muñiz Díaz y vicepresidente primero, don José A. 
Palacio y Barro, de cuya candidatura fueron electos trece vocales, por dos años, que 
son los siguientes: 


D. José García y García. 

D. Enrique San Julián Méndez. 
D. Ricardo Suárez González, 

D. Maximiliano Isoba Prado. 

D. José de la Prida Villa. 

D. Carlos Argüelles Quirós. 


D Francisco Pérez González. 

D. Hipólito Reguero Carús, 

D. Gregorio Alonso Alvarez, 

D. Ismael Iglesias Gutiérrez, 

D. Andrés Mon Pérez. 

D. Valentín Menéndez Fernández. 


v D. Manuel Pérez Tárano. 


De !a candidatura en que figuraban como presidente y vicepresidente primero 
los señores don José Simón Corral y don Marcelino Suárez González, resultaron electos 
doce vocales, por dos años, que son los siguientes; 


D. Marcelino García Suárez. 
D Constantino Lueje Puerta, 
D. José Fernández García. 

D, José Alvarez García. 

D. Alfonso Moutas Martínez. 
D. Nicas io Martínez jardón. 


D. Celestino Rodríguez Megido. 
D, Antonio Méndez González. 

D. Res ti tuto Sánchez González. 
D. Luis Menéndez Car reño, 

D. Diego Fernández Fernández y 
D, Ramón Alvarez Tatnargo. 


Las comisiones de glosa, que tan útil y tan callada misión desenvuelven, han es- 
tado así formadas: 

Primer trimestre: Don Angel Medio, don Luís Muñiz, don José María García, 
don Maximino Rodríguez Avila, y don Emilio Fernández. 

Segundo trimestre: Don José R. González, don Carlos Ovi es, don Aníbal Ro- 
dríguez, don José Suárez Llata y don jesús Lacera. 

Tercer trimestre: Don Nicasio Martínez Jardón, don José Casaprima, don 

Juan Rodríguez, don Segundo Pérez Sierra y don jesús María López, 

Cuarto trimestre: Don Olegario junco, don Eugenio González,' don Manuel 

García, don Emilio Fernández y don Manuel Merino, 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


[Qué crueles sorpresas nos depara el destino! Hay algo inconsútil, etéreo, vaga- 
roso, hilos invisibles que tiran de nosotros y nos llevan de un lado para otro, capri- 
chosamente, contra nuestra voluntad. . ♦ Y cuando creemos estar mejor situados en 
la vida, viene esa fuerza extraña, misteriosa, incognoscible, que nadie vio, pero que todos 
presentimos, que todos tememos, que todos sabemos nos acecha y nos arranca inexo- 
rablemente de los brazos de los seres queridos. Así, ese pobre don Andrés Mon Pérez, 
ayer electo vocal de la nueva Junta Directiva; horas ha alegre, satisfecho, fortificando 
sus ilusiones de asturiano con esto y lo otro y lo demás que pensaba hacer tan pronto 
tomase posesión de su cargo. Mas la muerte, no le dejó. La muerte llevóselo antes de 
ver realizadas esas esperanzas. El día de la elección vímosle alegre, bullendo entre los 
votantes. Ocho días más tarde asistíamos conmovidos, tristes, a su entierro. Era un 
hombre bueno, agradable, servicial. Perteneciera ya a la Directiva, mostrando ido- 
neidad, patriotismo, excelente sentido. . . Descanse en paz. 

Con motivo de tan sensible pérdida y no estableciendo nuestra ley electoral la 
elección de vocales sustitutos, se acudió en consulta al Gobierno de la provincia, por 
si fuere legal sustituir al señor Mon, con otro de las aspirantes de su misma candida- 
tura — a solicitud esta consulta de los señores don Félix Fernández Riaño y don Avelíno 
Teja Hévia— contestando aquel organismo oficial en sentido negativo. 

Colofón del año; En 31 de Diciembre de 1924 teníamos 54,401 socios. En la 
misma fecha de 1925, tenemos 60,351. El aumento es, en verdad, sorprendente, admi* 
rabie, confortador, demostrativo del celo y eficacia de la Sección de Propaganda, que 
presidió don Antonio Méndez Méndez, y de la que fue vicepresidente don Avelino 
Can diada, quienes actuaron unidos e identificados con tanto espléndido resultado que 
por primera ve 2 se registra en nuestros anales tan extraordinaria alza en las listas de 
asociados y en época en demasía calamitosa. 

El Sr. CaneUada — hemos hablado ya en otro lugar del Sr. Méndez— es un com- 
provinciano de singulares méritos, que conoce al dedillo ios problemas del Centro, que 
habla con soltura y corrección y que por su talento, valía y entusiasmo, ha merecido 
figurar diversas veces en la Directiva y siempre con personalidad propia e inconfundible. 

Junta Directiva en 1925: Presidente, don Genaro Pedroarias Villoslada; vice- 
presidente primero, don Antonio Suárez y Suárez; vicepresidente segundo, don Nicanor 
Fernández García. Vocales, don José Cuenco Bodes, don Constantino Carneado Gon- 
zález, don Leandro Ci fuentes Alvarez, don Benjamín Fernández García, don Avelíno 
Canellada Alonso, don José Prendes Rodríguez, don Manuel Vígil Menéndez, don Mar- 
celino Cantera Pirez, don José Fernández Gutiérrez, don José María Villamil Fernán- 
dez, don José Fernández González, don Angel Rodríguez Suárez, don Manuel Fernán- 
dez Fernández, don Miguel Méndez Díaz, don Santos Rodríguez Oro, don Salvador 
Alvarez González, don Vicente Hévia Hévia, don Maximiliano Isoba Prado, don José 
Lorido Lombardero, doctor don Manuel González Menéndez, don Manuel Alvarez 
Suárez, don José García y García, don Fermín Suárez Castaño, don Benigno Muñiz 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Alvarez, don Manuel García Huerta, don Aurelio Peón González, don Antonio Martínez 
Rodríguez, don Felipe R. Campillo, don Carlos Pérez Alonso, don José Simón Corral, 
don Antonio Méndez Méndez, don Mauricio de Arriba Rendueles, don José María 
Alvarez Fernández, don Femando Margolles y Arranz de la Torre, don Higinio Gon- 
zález Suárez, don Faustino Grana García, don Valentín López López, don Fermín 
González González, don José Fernández Menéndez, don Juan Arguelles García, don 
Fernando Lobeto Miguel, don Servando Menéndez Martínez, don Hermógenes Foyo 
Díaz, don Francisco García Fernández, don José Muñiz González, don Salvador Ro- 
dríguez García, don José A. Fernández González, don José Martínez Alvarez, don José 
Ramón Fernández Caso, don José María Fernández García. Vocales natos: don Juan 
Bances Conde, don Maximino Fernández Sanfeliz, don José Inclán Galán, don Vicente 
Fernández Ría ño, don Maximino Fernández González y licenciado don Ramón Fernán- 
dez Llano, 

Secciones: — Sección de Intereses Materiales: Presidente, don José Fernández 

Gutiérrez; vicepresidente, don Marcelino Cantera Pirez; vocales, don Leandro Ci fuen- 
tes Alvarez, don Aurelio Peón González, don Servando Menéndez Martínez, don José 
Fernández González, don José Simón Corral, don Femando Lobeto Miguel y don José 
Martínez Alvarez, 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don Constantino Carneado Gon- 
zález; vicepresidente, don Francisco García Fernández, Vocales, don Benjamín Fer- 
nández García, don Angel Rodríguez Suárez, don Salvador Alvarez González, doctor 
don Manuel González Menéndez, don Manuel Alvarez Suárez, don Felipe R. Campillo, 
don José A. Fernández y González, don José Fernández Menéndez, don Manuel Fer- 
nández Fernández, don Valentín López López, don Miguel Méndez Díaz, don Santos 
Rodríguez Oro, don Vicente Hévía Hévia, don Carias Pérez Alonso : don Manuel Vigil 
Menéndez, don Mauricio de Arriba Rendueles, don José Muñiz González, don José 
María Alvarez Fernández y don Fermín González González, Por haberle sido conce- 
dida licencia al señor don Francisco García Fernández, vicepresidente de la Sección ; 
fué designado para sustituirle en el cargo, el vocal don Vicente Hévia y Hévia, quien 
también desempeñó la presidencia de la Sección durante los meses de Octubre, Noviem- 
bre y Diciembre. 

Sección de Instrucción: Presidente, don Maximiliano Isoba Prado, vicepresi- 
dente, don José García y García; secretario, don Alberto Peón Ardavín; vicesecretario, 
don Carlos Fernández Méndez; bibliotecario, don Anselmo Vega. Vocales: don Ma- 
nuel Pérez Tárano, don Benjamín Menéndez, don juán Rodríguez, don Joaquín Abla^ 
nedo, don Enrique Valledor, don José Suárez Llata, don Manuel Barrial, don Ramón 
García, don Ramón Martínez y Fernández, don Ramón Díaz Rodríguez, don Cesáreo 
González, don Manuel Pérez García, don Luis Menéndez, doctor don Ataúlfo Fer- 
nández y Gutiérrez, don Santiago Abascal, don Francisco Rodríguez, don Manuel 
Méndez, don Pedro J. Cano, don Teodoro Bretón Morales, don Anselmo García Barro- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sa, don Mariano Menéndez Antuña, don Ramón Fernández, don Manuel Portilla y 
Fueyo, don Jesús María López, don José R. Viña, don José Fernández, don Bernardo 
Rodríguez, don Manuel Suárez, don José R. Muñiz, don Manuel Ruisánchez, don 
Mariano Cano, don Cándido Fernandez, don Eustasio Santana y López, don Marcelino 
Rodríguez García, don Luis Cuesta y Villa, don Donato Montequín y don Alfredo 
Fernández Méndez. 

Sección de Propaganda; Presidente, don Antonio Méndez Méndez; vicepresi- 
dente, don Avelino Canellada Alonso ; vocal secretario, don Lucio Fuentes Cor ripio ; vocal 
vicesecretario, don Segundo López Díaz, Vocales de la Directiva: don Manuel Gar- 
cía Huerta, don Hermógenes Foyo Díaz, don Higinio González Suárez, don Faustino 
Grana García y don José María Fernández García. Vocales de la Junta General: 
don Basilio Fernández Solís, don Restituto Sánchez, don Jacinto González, don Clau- 
dio Vega, don Nicasio Martínez, don Antonio Sierra, don Ramiro Alonso, don Maxi- 
mino Rodríguez, don Segundo Pérez, don Manuel González, don Carlos Arguelles, don 
Inocencio Lodos, don Secundino Monjardín, don José R. Cuervo, don Salvador Vela, 
don Manuel Plaza, don Alonso Agüera, don Ramón Díaz, don Luis Muñiz, don Avelino 
M. Antuña, don Francisco Soto, don Manuel M, Queipo, don Manuel Valle, don Ma- 
nuel Llano, don Benigno González, don José Fernández, don Manuel González, don 
José M. Prado, don José Alvarez, don Manuel L. Rodríguez, don Manuel Francos, don 
Primitivo Rodríguez, don Aquilino R, Fernández, don Benjamín Pérez, don Manuel 
Vázquez, don Valeriano Fano, don Miguel Cano, don Andrés Fernández García. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don José Prendes Rodríguez; vice- 
presidente, don Ramón Fernández Caso. Vocal secretario, don Alberto Rodríguez 
Fernández; vocal vicesecretario, don Angel Arias. Vocales, don Manuel Pérez Tárano, 
don Marcelino González, don José Sierra Pérez, don Juan Acosta Piedra, don Francisco 
.Muñoz Santiago, don Pablo R. Fresno, don Angel Car reño, don José F. Martínez, don 
Cándido Fuego, don Julio G. Castillo, don Aquilino Iglesias, don José Cavia, don Fi- 
del Alvarez, don José González, don Santos Pavón, don Baldomero Alvarez, don Ma- 
nuel F. Arias, don Aníbal Rodríguez, don José R. González, don José G. González, 
don Ramón Pís, don Salustiano de la Grana, don Antonio Suárez, don Manuel Malgor, 
don José Fernández, don Jesús Garda, don Manuel Menéndez, don Eugenio Pita, don 
José García Martínez, don José R i vero, don Pedro Fructuoso, don Jesús Campa Cue- 
to, don José Rodríguez, don Luis González García, don Ramón M. Huerta, don Vicente 
Cristóbal, don José A. F. Cuervo, don José D. Valdés, don Luis García, don Miguel 
S. Martínez, don José Obanza, don Jesús García, don Manuel Fuentes, don Julio Arias, 
don Ramón Toyos, don Faustino A, Grana, don Constantino R. Busto, don Baldomero 
Fernández, don Manuel Menéndez, don César Cerra, don Manuel Valle Sánchez, don 
Eduardo Cofiño, don Ramón Menéndez, don Eugenio Fierro, don Luis Buria, don Ma- 
nuel Alonso, don Manuel Fernández, don Manuel Vega, don Sergio González, don Je- 
sús Martínez, don Tomás Díaz Buergo, don Ramiro Alonso, don Manuel Sierra Iriarte, 
don José Fernández, don Lau delino García 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


447 


Sección de inmigración: Presidente, don José Cuenco Bodes; vicepresidente, 
don José María Vi 11 amil Fernández. Vocales, don Fernando Margo! les y Arránz de la 
Torre, don Juan Argüelles García, don José Loríelo Bombardero, don Antonio Martí- 
nez Rodríguez, don Fermín Suárez Castaño, y don Salvador Rodríguez García- 

Tesorería: Tesorero, don Leandro Cifuentes Alvarez: vicetesorero, don Fer- 

nando Lobeto Miguel. 


Estadística del Sanatorio: En el año 1925, ingresaron 13,146 enfermos, tenien- 
do el primero de Enero de 1925 una existencia de 732 pacientes, y cerrando el 31 de 
Diciembre con una existencia de 688, 

El promedio de mortalidad, durante el año, ha sido de 1 . 56%. 

El Departamento de Hidroterapia, Gimnástica Médica, etc., etc,, prestó durante 
el año, 125,023 servicios. 

El Departamento de Farmacia despachó durante el año, para el interior del 
Sanatorio, 396,624 fórmulas y para el exterior del Sanatorio 117.140, que hacen un 
total de 513,764. 

El Departamento de Rayos X, efectuó 19,050 trabajos e investigaciones en aumen- 
to considerable sobre el año anterior. 

El Departamento Endocrínico y de Nutrición (nuevo departamento), efectuó 
durante el año, 1,011 trabajos. 

El Laboratorio Clínico practicó durante el año 22,784 análisis. 

El Departamento de Anatomía Patológica, 2,815, lo que indica un aumento con- 
siderable sobre el año anterior. 

El Departamento Quirúrgico, llevado al terreno operatorio nos dá la siguiente 
estadística : 

Operaciones practicadas durante el año, 6,003. 

Fallecimientos postoperatorios, 19, 

Promedio de mortalidad, 0.21%, 

El Departamento de Clínica Quirúrgica Dental, efectuó 24,993 trabajos. 

Un acontecimiento notable para la vida del Sanatorio, ha sido la provisión de 
seis plazas de médicos especialistas y ocho de médicos de guardia. A estas oposiciones 
han concurrido cuarenta y cuatro médicos cirujanos y se han efectuado quince ejercicios 
de oposición 

Las oposiciones consistieron en ejercicios teóricos y prácticos, que junto con 
los exámenes de los expedientes académicos y profesionales de los candidatos, han 
servido para discernir los fallos* 



448 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Los tribunales fueron formados por los profesores de la Casa* cambiando los 
señores Vocales que los constituían, según las materias, pero entrando siempre en 
todos ellos el Director y el Vi ce-Di rector. 

Los resultados han sido brillantes* no sólo por los ejercicios en sí* sino por los 
resultados obtenidos, pues han ingresado en nuestro Cuerpo Médico, los doctores Bisbé, 
Cárdenas, Fortún. Bru, Valledor, como médicos de guardia propietarios ;Dr es. F. Verga- 
ra : Cabrera Calderín y Kourí, como supernumerarios. Los Dres. Pérez de los Reyes, 
Guerra. Silveira y Tiant* han pasado a médicos de visita, y los doctores Jacobsen y 
Aldereguía, han ingresado desde fuera de la Casa. 

Fueron reembarcados por enfermedad, 77 asociados. 




PRESIDENCIA DE D. MANUEL MUNIZ DIAZ 

I 

AÑO 1926 


Divagaciones en torno a la Delegación Gijonesa — Se trata de establecer 
un Sanatorio en Asturias. — La idea en marcha.— Una mocion interesante. 

Se fundara el Sanatorio. — Comisión organizadora. — Un manifiesto. 
Primeros donantes.— Entusiasmo popular --Visitantes ilustres. 
Discursos. — -Nuevas obras en la Covadonga. — Los Médicos 
y nosotros. — Evoquemos a los que se han ido. 

Homenajea Finlay, Delgado, etc— Discrepancias 
con los constructores del edificio social. 

Comisiones de Glosa — Comicios electorales 
Adiós al 1926— Junta Directiva. 

Estadística, 



A LL AMONOS a 41 anos de distancia de la fecha en que fué fundada la So- 
ciedad, y desde entonces, cuántas espléndidas jornadas, qué magnífico con- 
sorcio de voluntad es , cuánto fructuoso laborar hasta advenir la grandeza 
actual, que es maravilla, pasmo de las gentes, . . Las inquietudes, las zozobras, aque- 
llas angustias de los primeros tiempos que amenazaban estrangular su vida, son ya, en 
el rápido devanar de los días, una sombra que se esclarece, que se esfuma, que tiende 
a borrarse definitivamente. Lo mismo ocurre con los éxitos, con los triunfos, con las 
victorias, con estos progresos tan rápidos y francos que nos han llevado en saltos casi 
bruscos, súbitos, de la extrema penuria a la riqueza, a la opulencia. . . Todo se olvida. 
Hoy, viendo la magna Covadonga, en la que se inyecta salud a cuantos arriban a ella 
caquécticos, depauperados, tristes, con lacerias, con dolores; viendo ese gallardo Palacio, 
que se perfila ya Heno de armonía y belleza plástica, en un supremo alarde de buen 
gusto y atuendo, qué pocos los que piensan en quiénes asentaron estas grandezas, en los 
hacedores de tanto esplendor, en aquellos humildes, heroicos, anónimos asturianos que 
eí 2 de Mayo de 1886 suscribían emocionados y nerviosos, el acta de constitución, y qué 
pocos también los que se detienen a reverenciar el recuerdo de los que les sucedieron, 
verdaderos especímenes de la raza algunos, que con su trabajo perseverante, tenaz, 



450 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


meticuloso y con su ejemplo y buena fe, con su desprendimiento e hidalguía, con su inte- 
ligencia y con su corazón, afirmaron, completaron ía obra y le imprimieron rumbos de 
bonanza, por camino ahora llano y cómodo, que permite descubrir amplias y lumino- 
sas perspectivas. 



Este libro, resumen de 42 anos de actividad social, llega en sazón oportuna, 
cuando se corre el riesgo de que el curso fatal e inexorable del tiempo con sus mudanzas, 

con sus transformacio- 
nes, con sus metamorfo- 
sis, hunda en el olvido 
nom br es i 1 ust res , h i s .to- 
rtas ejemplares, hechos 
sobresalientes para ele- 
var a la popularidad y 
a la fama otros nombres 
que actualmente se pro- 
nuncian con simpatía y 
devoción y otros sucesos 
que se comentan con 
apasionamiento Se vive 
mirando hacia adelante, 
sin que las generaciones 
presentes, un poco irres- 
petuosas, un poco revo- 
lucionarias, un poco ico- 
noclastas, vuelvan la vis- 
ta al pasado y tengan 
para lo que fue honda 
simpatía y férvida devo- 
ción. . . No; otras preo- 
cupaciones, otras inquie- 
tudes, otras apetencias, 
hacen que apenas nos 
quede tiempo para me- 

don manuel MUÑiz y DiAz r PRBsmENTE GENERAL ditar sobre el ayer, que 

debiera constituir el acer- 
vo glorioso de la comunidad. . . Las tradiciones apenas significan algo. Se las con- 
templa con indiferencia, unas veces; otras, con curiosidad y recelo. . * Y asistimos al 
espectáculo harto triste, que nos impregna de melancolía, de descubrir cómo a pretexto 
del progreso en las costumbres y en las ideas . se pretende hacer tabla rasa de personas, 
cosas y acaecimientos que encierran la majestad de lo eterno e inconmovible. 



EL L IBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


451 


Pero, nos hemos separado de nuestro propósito, que era indicar que se está abo- 
cetando un profundo, substancia! cambio en nuestra Sociedad. Nuestro mutualísmo 
encuentra exiguos, estrechos los límites actuales— quizá por haber llegado al máximum 
de su expansión en tierra cubana sin que este límite sea de su agrado— y nos dispone- 
mos a ensancharlos sorprendentemente, dirigiendo el pensamiento hacia la tierra natal. 
Nos llama Asturias. El triste caso de nuestros enfermos repatriados, que regresan en 
su totalidad a morir fatalmente, sin la adecuada asistencia médica, propagando a la 
vez su mortífera dolencia, ha movido intensamente nuestra piedad, aconsejándonos la 
fundación del Sanatorio que les ampare 


y cuide con amor y con celo y que atenúe 
el inmenso daño que inferimos a la pro- 
vincia volcando sobre ella, año tras año, 
lúgubres expediciones de tísicos. Un de- 
talle trivial, aparentemente; una cosa 
baladi, si queréis — nada hay pequeño e 
insignificante en la vida— fue la piedra de 
toque de esta singular decisión, acaso 
la mas sustantiva, la más trascendente, 
la de mayor significación histórica en 
toda la existencia noble y levantada de 
nuestro Centro. 

Oíd cómo ocurrió Haremos un rela- 
to breve, sintético, escueto. . (Las gran- 
des ideas no requieren ropaje literario 
para destacarse. Las obras maestras de 
los hombres— y esta del Sanatorio en 
Asturias tendréis que convenir en que es 
nuestra obra maestra—, sólo piden sen- 
cillez, claridad en su exposición. Llegan 
pronto al alma del pueblo. Se identifica 



enseguida el pueblo con ellas). La Sec- 
ción de Inmigración — afortunadamente 


DON JOSE ANTONIO r ALACIO Y BARRO, 
VICEPRESIDENTE PRIMERO 


presidida por don José Alvarez García— pensaba introducir algunas reformas de vital 
importancia en la Delegación de Gijón, a ella adscrita: —Pues que allá se cobran 
vanos centenares de recibos de asociados, sin que éstos perciban beneficio alguno 
por su constancia y fidelidad, estaría muy en su punto brindarles, en recom- 
pensa, un domicilio social amplio y confortable, no el mechinal en que se encuentra 
instalada actualmente la Secretaría, más asistencia médica y medicinas. Acaso esta 
reforma atrajese nuevos socios. Seguramente llegarían a multiplicarse, en cuyo caso 

podrían ser creadas subdelegaciones en otros pueblos de la provincia, también con 
servicio médico. 


452 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Así discurría la meritísima Sección. Y como discurría así, elevó a la Junta Di- 
rectiva un claro, elocuente informe redactado y en parte inspirado por el Oíicíal de Se- 
cretaría don Francisco F. Santa Eulalia y una precisa solicitud de permiso para aco- 
meter la reforma en el sentido indicado. 

La Directiva — sesión de 21 de Junio — discute sosegadamente el asunto, algo 
difícil de resolver. A varios directivos paréceles audaz el propósito* Júzganlo otros 
erróneo, desacertado. Defiéndelo el señor Alvarez García. No desagrada al Vicepre- 
sidente segundo don Nicanor Fernández, . , Las ideas van y vienen en torno a la pe- 
tición y concluyen por concretarse en un dilatorio, formulista “pase a informe de la 
Sección de Propaganda’ ' , en cuya j urisdicción cae de lleno cuanto se desea innovar, al 
decir de los más. 

Y a la Sección de Propaganda hubiese ido, donde quizá finiquitara su corta vida, 
si no hubiere disentido el vocal don José María Alvarez Fernández. Este opina, por 

el contrario, que a quien corresponde informar es a la 
Comisión de Reformas al Reglamento, pues que de cosas 
estatutarias se trata. 

— Lo que solicita la Sección de Inmigración— diec- 
es oportuno y humanitario. Nosotros somos generosos, 
creando Delegaciones dondequiera que así se nos pide 
y hasta levantando Sanatorios lejos de Cuba, como en 
Tampa; pero nada guardamos para nuestra tierra... 
¿Es justo esto? No; no es justo. En Asturias, que es el 
final de cuantos volvemos, unos enfermos e inútiles, otros 
ricos y con salud, los menos, desgraciadamente, no existe 
ni una modesta representación que nos reciba y ampare, 
si lo necesitamos. Y así no debe seguirse. Un principio 
natural de defensa propia aconseja remedio a esta anoma- 
lía, en vez de aumentarla, como se habló por algunos, al 
hacer que desaparezca o sea nula del todo esa Delegación gijonesa. ¿Por qué si hay 
Sanatorio en Santiago de Cuba y en Tampa no ha de haberle en Gijón para enviar a 
él a cuantos la índole de sus dolencias convenga el retomo a la tierrina? 

Alabo las ideas administrativas, mas me permito opinar que es egoísta esa pre- 
tensión de disfrutar los de la Fia baña y los de las delegaciones que pertenecen a i a Ha- 
bana de las trescientas o cuatrocientas cuotas de los socios de Gijón, sin compensarles 
en nada 

Sr. Presidente: — Se cobran dos mil recibos, 

Sr. Alvarez: — Tanto más en mi favor, por cuanto es más notorio el desvío conque 
les tratamos. — El orador hace seguidamente otras atinadas consideraciones, y termina 
proponiendo que la solicitud de la Sección de inmigración pase a informe de la Comi- 
sión de Reformas al Reglamento. 



U. JOSE ALVAREZ GARCIA , 
PRESIDENTE DE LA SEO. 
DE INMIGRACION 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


453 


Apoya estas manifestaciones don José Aivarez García y tras sustancioso debate, 
en el que toman parte el vicepresidente don Nicanor Fernández y los vocales Alonso 
(don Gregorio), Argüelles (don Carlos) y Fernández García (don José), se acuerda que 
la Sección de Inmigración y la Comisión de reformas estatutarias estudien conjunta- 
mente las propuestas innovaciones en la Delegación gijonesa, elevando a la Directiva 
el oportuno informe. 

Se ha hablado ya francamente de erigir un Sanatorio en Asturias* ¿Cuajarán 
en hechos tales propósitos? 

Pronto se ve que sí, que el terreno está abonado y los brazos dispuestos a Ja la- 
bor,.* También ahora, como antes, surge incidentalmente el interesantísimo tema. 
Se pide la supresión de la Delegación gijonesa por inútil, por costosa, por supérflua, . , 
Pide esto la Comisión de Glosa en el informe que eleva a la J unta General de 2 de Agos- 
to. Sólo debe mantenerse allí — propone — un delegado a sueldo, para guiar a los que 
emigran, para recibir a los enfermos que retornan. Un delegado nada más, sin Juntas 
Directivas de relumbrón y pacotilla, que estorban más que hacen. 

Don Nicanor Fernández, Vicepresidente segundo, 
combate ese dictamen, que tilda de desacertado. La 
Delegación presta excelentes servicios, funciona normal- 
mente, desenvuelve su misión fecunda y brillantemente. 

Las deficiencias que se apuntan, no son de ella, sino de las 
propias leyes de migración. Dejémosla, pues, como está, 
dice en síntesis el orador. 

— Ca, ca, eso sí que no — arguye con presteza don 
Luis Muñiz Blanco, sulfurándose un poco. Don Luis es 
radical y aboga por darle muerte súbita a la Delegación, 
organismo pétreo, anquilosado, inservible. Y lo mismo 
opinan don Valerio Toyas, don Alfredo Díaz Quirós y don 
Fernando Llano, interviene Sierra Pérez (don .Antonio). 

Sierra Pérez está suave y meloso como pocas veces. 

Coincide con don Nicanor Fernández y hasta es partidario de que en Gijón haya algo 
más grande que una simple Delegación. Empero, si es forzoso que ésta desaparezca 
i ah! entonces que se nombre un delegado conocedor de la idiosincrasia de los asturianos 
de Cuba, a ser posible, — y no faltarían candidatos con aptitudes — que hubiese inter- 
venido en nuestros problemas, un funcionario recto, diligente, joven, saludable, con 
físico simpático, que entra con mucho en los éxitos de la vida la simpatía personal y sí 
■es piñolés tanto mejor, porque los piño! eses son gente dura y brava, que se las tienen 
tiesas hasta con los reyes, 

Don Luís R, Rodríguez aclara que a pesar de ser miembro de la Comisión de 
Glosa no ha tomado parte en las deliberaciones de ésta respecto a la Delegación por 



IX FAUSTINO GRANA GAR- 
CÍA, PRESIDENTE DE DA 
SEC. DE PROPAGANDA 



454 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO PE LA HABANA 


no haberle sido posible asistir a la sesión en que fue tratado este asunto, el que con- 
sidera más arduo de lo que a simple vista parece, Y agrega: — Es indudable que la 
Delegación no funciona de una manera regular y que a mi juicio no presta los servicios 
que el Centro Asturiano necesita. Se ha hablado de anomalías que de confirmarse 
justificarían la destitución de las personas que la dirigen. Creo— termina diciendo — 
que se hace indispensable el nombramiento de una Comisión especial que estudie el 
funcionamiento de la Delegación, Conocido el informe de ésta, se decidirá lo que proceda. 

Sr, Alvarez (don José Ma.): — A no verlo, creería que no son asturianos asilos 
glosadores como los demás que tratan de que suprimamos la Delegación de Gijón, 
Es doloroso advertir cómo regateamos algunos miles de pesos a la tierra pródiga que 
es nuestra tierra, a la tierra noble donde nacimos creando en día un Sanatorio, una 
prolongación de la Covadonga para atender al restablecimiento de los enfermos que 
aquí no tienen curación No, no queremos dedicarle un puñado de pesetas, pero sí 

devolverle, en vez de hombres robustos que envía, hom- 
bres que se acercan rápidamente a los umbrales de la 
muerte, hombres heridos por la más cruel de las enfer- 
medades, por ese horrible flagelo llamado tuberculosis. 

Espía ya ampliamente sus ideas, que no son otras que 
robustecer la Delegación, ampliándola hasta dotarla de 
Sanatorio y sostiene lo que ya expuso en eí seno de ¡a 
Directiva, de que la Sección de inmigración, conjunta- 
mente con la Comisión de Reformas al Reglamento, 
propongan lo que crean más acertado. 

Intervienen los señores Rodríguez (don Juan) y Mén- 
dez (don Antonio), el primero para expresar su pesimismo 
.en cuanto a la viabilidad de la Casa de Salud, vieja idea r 
allá no comprendida ni acogida con beneplácito por quie- 
nes están en condiciones de llevarla a la práctica; el segundo, para pedir el nombra- 
miento de una Comisión de miembros de la Directiva y de la General, que estudie 
cuanto se ha hablado, así la supresión de la Delegación gijonesa como la fundación 
del Sanatorio. 

El Sr. Campoamor (don José), miembro de la Comisión de Glosa, enumera al- 
gunas de las anormalidades que se advierten en el desenvolvimiento de !a Delegación 
e insiste en la conveniencia de que se la sustituya con un delegado. 

Sr. Rodríguez (don Luis R.) : — Ya hemos oído aquí las explicaciones del señor 
Campoamor, que intervino en el informe de la Comisión de Glosa, y yo realmente no 
debía de hablar, pero no puedo dejar de hacerlo después de haber escuchado ai Sr. Vice- 
presidente segundo y a don José María Alvarez, 



DON AURELIO PEON GON- 
ZALEZ, PRESIDENTE DE LA 
SEC. DE INSTRUCCION 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


455 


Creo que en lugar de hacer la junta Directiva ese informe, la junta General 
debe facultar al señor Presidente para que elija una Comisión mixta compuesta, por 
ejemplo, de cinco miembros de la junta Directiva y cinco de la Junta General, que pu- 
diera tener las atribuciones siguientes: 

Informar a la junta General próxima con respecto a la organización de la De- 
legación de Gijón y al Departamento de Inmigración, en cuanto a su parte económica, 
de aquí de la Habana. Al mismo tiempo, convencidos ya de que hace muchos años 
que el servicio de la Delegación de Gijón es defectuoso, convencidos de que los intereses 
del Centro Asturiano reclaman que sobre ese extremo se adopte una orientación dis- 
tinta, que esa Comisión informe respecto de la posibilidad de establecer en Asturias 
un Sanatorio, obra única y exclusiva de nosotros. 

Simultáneamente con el estudio de la instalación y funcionamiento de ese Sana- 
torio, que la Comisión estudie otro problema de orden más profundo, pues el Centro 
Asturiano no desarrollará en toda su grandeza las ideas 
básicas, las ideas que alentaron y fueron guía y heraldo 
de su fundación, sino establece ese Sanatorio y levanta 
un edificio que proclame lo que ha sido, lo que es, Jo que 
será la Sociedad Centro Asturiano. Cuanto aquí hemos 
hecho, en este país bien amado, en esta tierra pródiga 
y bella, es enorgullecedor, pero yo no deseo cerrar los 
ojos, como no lo desean otros muchos sin ver allá, en 
nuestra querida Asturias, un palacio en el que ondée a 
la brisa leda de nuestra patria, la santa bandera de este 
Centro Asturiano, Por tanto, como se trata de algo más 
hondo de lo que pudiera creerse, y como mis amigos 
entre ellos el Sr, Cima, conocen lo que deseo, creo que 
tan pronto como terminemos el edificio que estamos eri- 
giendo aquí, que no ha de ser sólo nuestro orgullo, sino 
de todos los que viven en este hospitalario país, debemos poner mano a una obra que 
sea timbre de honor nuestro, pero dentro de nuestra provincia, a fin de que nuestros 
familiares y conterráneas admiren también la obra que hemos realizado en esta 
Repúbl ica . (O v ación) . 

Sr. Alvarez (don Laureano): — Admirable. Sí, que una comisión estudie que 
se haga algo práctico en la tierra donde nacimos, y que sea algo que llene la aspira- 
ción de propios y extraños, 

Sr. Presidente: — ¿La Junta General aprueba la proposición de don Luis Rodrí- 
guez de nombrar esa Comisión? 

— Sí, sí, claman cientos de voces. Y por unanimidad, es aprobada. 

Se levanta la sesión. 



D, MANUEL PEREZ TARA NO, 
PRESIDENTE DE LA 3EC, 
DE SANIDAD 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


¿Advertís cómo de un hecho baladí, de una futesa, de una simple disparidad 
de criterio, nace y plasma en un acuerdo de enorme trascendencia, el propósito de crear 
el Sanatorio de Asturias? 

Pugnaban unos por inyectarle nueva vida a la Delegación gijonesa. Pretendían 
otros, por el contrario, suprimirla, y hé aquí que prevalece lo inesperado, lo no presen- 
tido, lo que está por sobre todas esas tendencias y es el hecho más culminante de la 
hora actual del Centro Asturiano, ia nota épica, gallarda, epopéyica que resume nues- 
tros más íntimos, recónditos desvelos, que concita en su derredor nuestra simpatía, 
que refleja el sentir unánime, firme, absoluto, vibrante de la colonia asturiana de Cuba. 

Llegamos al 9 de Noviembre. La Comisión designada por el Presidente del 
Centro ha emitido su informe. Y este informe es el que se va a leer en esta Junta Ge- 
neral. Lo firman don José Alvarez García, don Luis R. Rodríguez, don Rejamín Vle- 

néndez García, don José María Alvarez Fernández, don 
Juan Rodríguez Suárez, don Nicasio Martínez Jardón, 
don Laureano Alvarez Fernández, don Luís Muñíz Blanco 
^ jpl Y don Ramón Fernández Caso. 

Es un trabajo sobrio y sereno, redactado por el joven 
I j y valioso Sr, Santa Eulalia, oficial de la Secretaría, en 

^ ^ Primero: Que se designe un Comité de socios en tu- 

Wi ftj sí astas que para no gravar el tesoro social lleve a cabo los 

trabajos necesarios a fin citar a los asociados a una asam- 
blea en que será expuesta la idea de lo que el Centro 
Asturiano se propone realizar en Asturias, al objeto de 
recaudar la mayor cantidad de dinero que sea posible 
para la adquisición del terreno. 

Segundo: Que se conceda al Comité un amplio voto de confianza para que 

pueda realizar todos los actos que estime necesarios a los efectos de la mayor recauda- 
ción, inclusive la organización de un festival asturiano. 

Tercero: Que la Delegación de Gijón continúe funcionando como hasta la fe- 

cha, en tanto se lleva a cabo la organización y demás trabajos de la Delegación de 
Asturias. 

Cuarto: Que una vez obtenida la finca para el Sanatorio, se proceda a instalar 
la Delegación de Asturias en Oviedo, y la Delegación de Gijón pasará a ser la primera 
subdelegación de la provincia, constituyéndose las demás subdelegaciones que la Jun- 
ta Directiva de la Delegación estime convenientes para el mejor desempeño de su 
cometido." 

La Junta General, identificada con lo que acaba de oír, prorrumpe en aplausos. 
Suena una ovación cerrada, clamorosa, que dura dos, tres, cuatro minutos, Y cuando 


D. JOSE GARCIA Y GARCIA, 
PRESIDENTE DE LA SEG. DE 

intereses materiales 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


457 


hablan defendiendo la fundación del Sanatorio en Asturias los señores La Villa (don 
Armenio), Rodríguez (don Luis), Rodríguez (don Juan), Menéndez (don José Ma,), 
Pérez Tárano (don Manuel), Alonso (don Gregorio), Alvarez (don José Ma,) y Alva- 
res (don Celestino), vénse frecuentemente interrumpidos y alentados por cálidas 
palmadas. 

Puede conjeturarse, a partir de este instante, que será realidad inmediata y 
espléndida lo acordado. Cuantos asturianos y no asturianos, españoles pluralmente, 
tienen noticias de nuestros propósitos, acójeníos con vivo ardor y ensalzánlos sin tasa 
ni medida. La prensa diaria los ha difundido por toda la isla, despertando en las De- 
legaciones de nuestro Centro enorme entusiasmo. Llegan voces de estímulo y adhesión. 

Nuestra Colonia prueba que no es un cuerpo exánime, sin pulso ni nervios, Y 
en este ambiente de ansiedad pujante y renovadora, pocos días después de la citada 
asamblea general, tenemos el orgullo de redactar, por encargo de la Comisión gestora, 
el siguiente manifiesto que alcanza inusitada publicidad: 

A los asturianos residentes en Cuba: 

La Junta General de nuestro Centro Asturiano ha delegado en los que suscriben 
a fin de hacer viable el proyecto de levantar un Sanatorio en Asturias, aspiración a la 
que tristes realidades que nadie desconoce dan enorme impulso y decisiva fuerza 
creadora. 


No es de ahora este deseo. Se apuntó ya en 1898, cuando a virtud de sentimien- 
tos profundamente humanos y respondiendo a prescripciones de la ciencia médica, 
iniciamos la repatriación de los enfermos crónicos o de difícil curación que así lo de- 
seasen y lo aconsejara a la vez la posibilidad de un cambio favorable en sus dolencias. 
Vimos entonces la conveniencia de establecer allá un Sanatorio antituberculoso, sin- 
gularmente, pues que tuberculosos eran en su mayoría los tristes vencidos de la vida 
que devolvíamos a la patria, más la necesidad de engrandecer la Covadonga, de dar 
a ésta el impulso gigante que la transformó en la Casa de Salud mejor del mundo, sin 
hipérbole alguna, y la obligación de liberarla de hipotecas así como al edificio social, 
cuya plena propiedad no llegamos a poseer hasta el año 1914, fueron retardando el 
propósito, haciéndolo punto menos que utópico y poniendo en todos los espíritus el 
dolor de una contrariedad y una desesperanza. 


Estas contingencias desfavorables no tienden a variar Liberada la Quinta — 
nuestro máximo orgullo — de deudas hipotecarias; hechos dueños .absolutos del edificio 
del Centro con su anexo ei teatro, cuya compra y reconstrucción nos exigió cuantioso 
desembolso, nuevas construcciones en el Sanatorio reclamaron otra vez considerables 
gastos, y cuando ya comenzábamos a ver cercana la esperanza de realizar la obra, hé 
aquí que se produce ei pavoroso incendio que redujo a pavesas nuestra casa y que nos 
fuerza a fin de levantar lo destruido, a emitir un empréstito cuya amortización e inte- 
reses pesarán considerablemente en sucesivos presupuestos anuales. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y no puede diferirse indefinidamente la erección del Sanatorio en Asturias. 
Hay razones de alta moral y de salubridad pública que demandan poner manos a la 
tarea, supliendo la escasez del erario social con nuestra munificencia, jamás desmen- 
tida, En lo que al Centro no le sea fácil ni hacedero: adquirir el terreno, edificar pa- 
bellones, etc., reemplácenle, sustituyanle nuestro esfuerzo particular y nuestro concurso- 
colectivo para ofrendárselo todo en rasgo de infinito desinterés y de intenso amor. La 
Covadonga, sin las donaciones de aquellos entusiastas asturianos que asistieron a su 
creación, no hubiese sido la realidad de hoy. El viejo Centro, sin las escarcelas de 
muchos, que se abrieron pródigas y longánimas afrontando los gastos de instalación, 
tampoco hubiese sido otra esplendorosa realidad En todo tiempo fue menester el 
auxilio privado y la acción individual, a fin de reforzar los recursos e ingresos de la So- 
ciedad, facilitando ei progreso de ésta. Por tanto, lo que ahora hagamos será a modo 
de tributo a que venimos obligados moralmente, siguiendo aquellos magníficos prece- 
dentes origen de ¡as grandezas de que disfrutamos en la actualidad. No seríamos dig- 
nos de disfrutarlas, si así no nos condujéramos. 

El problema de nuestros enfermos tuberculosos es algo tremendamente doloroso, 
que mes a mes se agudiza y crece sin que se columbre el milagro que contenga sus es- 
tragos. En los últimos años (dato aportado por el encargado de preparar la Historia 
del Centro) repatriamos 1,879 enfermos, 1,879 jóvenes, en su totalidad desahuciados 
de la medicina. 1,879 vidas condenadas a inmediato fin, al carecer en la penuria de 
sus aldeas y villas de los medios terapéuticos y profilácticos indispensables para ata- 
jar la implacable dolencia 1,879 portadores, oficiales, declaradas del bacilo de Koch. 
sembradores inconscientes de la muerte que, at regarse por la provincia en la convi- 
vencia con parientes y vecinos, no queremos calcular los contagios que habrán difun- 
dido. j Y es imposible retener aquí a estos enfermos! Es imposible retenerlos cuando 
la certidumbre de su gravedad pone en sus corazones ansias de amor de madre y en 
sus pupilas el anhelo de descubrir los panoramas de su infancia. Aún sabiendo que 
van a la muerte, van hacia allá, van en busca del tibio regazo familiar, quieren oír de 
nuevo la frase cariciosa de los padres, sumergirse en el silencio profundo de los valles 
natales, y nada sería capaz de disuadirles de su resolución, que es ¡ay! en ocasiones, 
la voluntad de un moribundo. 

Estamos en deuda con los pobres tuberculosos y en deuda con Asturias. No 
es misericordioso que autoricemos, indiferentes, cruzados de brazos, que aquellos se 
sustraigan a nuestra fraternal tutela, ni es justo que sigamos volcando sobre ésta re- 
mesas de enfermos. Precísase ir resueltamente a la edificación del Sanatorio modelo 
que recoja, aloje y cuíde a los socios de! Centro Asturiano de la Habana y que ponga 
término, en lo que de nosotros dependa, a la angustia con que se ve arribar al Musel 
a estas expediciones lúgubres y trágicas. América le resta al principado savia vigoro- 
sa y brazos laboriosos, y pues que le devuelve, como en este caso, inútiles y caquécti- 
cos, que su dolor no sea aumentado con los riesgos del contagio. No, nó y no. 



el libro del centro asturiano de la habana 


459 


Defendamos a Asturias del azote de la tuberculosis importada. Defendamos 
la salud de sus pueblos, la vida de sus moradores. Que aquellos valles de ensueño, 
que aquellas aldeas, como blancas palomas posadas en el verde de las praderías, sigan 
siendo el pulmón de las gentes que se asfixian en las ciudades, dulces remansos impreg- 
nados de bucólica paz. No hagamos de cada casa un semillero de tísicos. No haga- 
mos que el amor conque nos acogen. Ja sonrisa conque nos reciben, el halago con- 
que nos brindan se conviertan en duda, en recelo, en miedo ante los “indianos " que 
vuelven escupiendo sangre... Son muchos, suman millares los que han retornado 
para morir, contagiando a sus deudos, j Y hay que poner punto final a tanta tragedia 
y a tanto horror 1 

Sólo se consigue esto con el Sanatorio, que regalaremos al Centro. Un Sanatorio 
que nos consentirá mantener la protección sobre los repatriados, no abandonarlos y 
salvar muchas vidas. Los que fallezcan bendecirán ñas por hacerlo bajo el cielo de la 
patria, en los paisajes que les vieron partir jubilosos tras el engañoso El dorado, oyendo 
el tintineo de las esquilas, que tanto hablará a sus espíritus abatidos, aspirando la fra- 
gancia del heno, acariciados por las voces melgueras de los suyos en el flébil bable he- 
cho para la oración y el amor Y no perecerán, además de víctimas de la tuberculosis 
de mal de abandono e indiferencia. No. 

Asturianos, amigos, cuantos paséis ia vista por estas líneas y sintáis la emoción 
del patriotismo, sin que la distancia haya cegado en vuestros corazones las fuentes del 
cariño a Asturias: El Centro Asturiano os pide apoyo. 

Clubs Asturianos: Vosotros, que en toda empresa de cultura y enaltecimiento 
dais la nota vibrante, siendo la heroica avanzada que abre rutas de victoria y esplen- 
dor: El Centro Asturiano espera vuestro concurso 

Reunios todos, id de puerta en puerta asturiana, sacudiendo voluntades, ahu- 
yentando perezas, prendiendo llamaradas de entusiasmo. Que cada uno dé lo que 
pueda. Que nadie deje de contribuir, por muy modesto que sea su óbolo. El Sana- 
torio de Asturias, obra de suprema misericordia y de necesidad social, debe serle ofre- 
cido al Centro para que éste Jo brinde a sus socios que retornan roídos por esa plaga 
que ni perdona ni respeta. 

Cuando lleguen a vosotros las Comisiones recaudadoras de fondos; cuando es- 
cuchéis la súplica de los que impetren vuestra contribución, depositad en las manos 
petitorias el puñado de oro o ei puñado de plata, el montondto de ñique! o la humilde 
moneda de que dispongáis, cuanto vuestra esplendidez y fortuna os consienta. Astu- 
rias sabrá agradecéroslo con el júbilo de los padres a quienes habremos salvado sus 
hijos; con la sonrisa de felicidad de las castas novias a quienes habremos devuelto sus 
prometidos; con la encendida devoción de los que, candidatos a próxima muerte, 
presas fatales de la peste blanca, vuelvan a la salud pictóricos de vigor gracias a vues- 
tro Sanatorio, al Sanatorio levantado y sostenido por el esfuerzo y la bondad de los 
asturianos de Cuba, 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Cumplamos todos con nuestro deber. 

Habana, Noviembre de 1926. 

Juan Rodríguez Suárez, José Alvarez García, Laureano Alvarez Fernández. José 
R. Fernández Caso, Benjamín Menéndez García, José Ma. Alvarez Fernández, Luis 
R. Rodríguez, Nicasio Martínez Jardón, Luis Muñíz Blanco y Ricardo Suárez y 
González. 

La semilla ha sido lanzada al surco. ¿Fructificará? Sí, fructificará de manera 
espléndida. Lo dice la alegría conque es acogida la idea. Lo proclaman las felicita- 
ciones que se reciben en nuestra casa social. Lo testimonia el placer conque fue leído 
el manifiesto. Lo vaticina el entusiasmo astur, que rebasa los límites de lo pondera ble. 
Dondequiera que haya dos asturianos, aíraseles hablar del Sanatorio, cifra y compen- 
dio de sus anhelos, . . Vénle destacarse allá en la lejanía infinita, tras los mares dilata- 
dos y remotos, luciendo sus en ¡ahelgados pabellones sobre el tapiz esmeralda de la 
campiña asturiana. No importa el lugar del emplazamiento. Toda Asturias es bella, 
atrayente, mimosa: toda es saludable y digna del futuro establecimiento curativo. Lo 
que quieren es uno o varios edificios que, a la vez que asilo de amor de los que caen ven- 
cidos en la emigración, ostente en su frontis y en las banderas que ondearán a la brisa 
bajo el cielo de la patria, el nombre del Centro Asturiano de la Habana, es decir, la 
síntesis formidable del esfuerzo honrado y perseverante de los hijos de Asturias que 
luchan en Cuba. 

La Comisión Pro-Sana torio no se concreta a verter lirismos sobre el papeL 
Circula a la vez que el manifiesto, una invitación a las Sociedades y Clubs Asturianos, 
que en la Habana suman más de medio centenar (los hay de todos los concejos de la 
provincia), a fin de que concurran a una junta que se celebrará en la Secretaria del 
Centro. Y a este acto no excusa ninguno su presencia. Preside don Manuel Muñíz 
Díaz, Presidente general, con el Vicepresidente don José Antonio Palacio Barro y los 
miembros de la Comisión. Expone ésta su propósito de iniciar una colecta entre Jas 
entidades convocadas, y halla ofertas, promesas de contribución entusiástica. Quizá 
no se alcance el cuantioso resultado que se apetece— insinúan algunos— por i a crisis 
económica que sufre el país, crisis que es ya un verdadero azote que condena a la mi- 
seria a una gran parte del pueblo, mas sí prometemos no regatear esfuerzos ni 
sacrificios. 

La impresión que produce esta reunión, es confortadora, optimista. Se ha 
hablado poco. En cambio, se han hecho ofrecimientos de subido valor. Adviértese 
que la iniciativa del Sanatorio tiene raíces profundas y poderosas en eí alma popular 
y que se concretará en un resultado definitivo. . .. Transcurren unos días, pocos, los 
suficientes para que la Comisión gestora efectúe algunas visitas, llame a varias 
puertas, solicite ciertas mercedes* * . Se verifica otra asamblea, esta magna, popular, 
en el salón de fiestas del Centro Gallego. Mucha concurrencia. Cordialidad. Patrio- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


461 


tismo. Presídela el Vicepresidente primero don José A. Palacio Barro. Peroran vi- 
brantes, enjundiosos oradores: don Luís R. Rodríguez, don Armenio La Villa, don José 
Ma Alvares Fernández, don Antonio Méndez Méndez, don Faustino Grana y don 
Nicanor Fernández. . , Oyense frecuentes aplausos. Y entre aplausos, dáse lectura 
a la primera lista de donantes: 

Asociación de Naturales del Concejo de lilas, $100; don Laureano Alvarez, $100; don 
José Alvarez García, $100; D Adolfo Alonso, $ !00; D Faustino Angones, $100; D. Juan 
Arguelles Ramos, $250; Da. María Arrojo, Vda. de Pérez, $100; D. José Acebo, $200; 
D. José Arango Rodríguez, $200 ; Empleados del Centro, $300; D. julio Alvarez Arcos, 
$100; D. Oscar Augusto Avala, $150; D. Bernardo Braga Rienda, $200; D. Tomás Buer- 
go, $100; Caja de Ahorros de los Socios de! Centro Asturiano, $1,000; Club Candamo, 
$200; Club Luarqués, $500; Círculo Sálense, $213.33; Club Alláneles, $300; Club Gijonés, 
$100; Club Acebo de Cangas de Tinco, $200; Club Cabranense, $200; Club Concejo de 
Nava, $200; Club Car reño, $200: Club Rtbadeseila, $200; Club Belmontino, $200; Club 
Cud Ulero, $100; Club Grádense, $125 : Club Hijos de la Parroquia de Labio, $125 ; Club 
Piñoíés, $200; D. José Calle, $250; D. Víctor Campa Blanco, $200; D. Alfredo Cañal, 
$200; D. Manuel Campa, $100; D. José Cuervo Alvarez, $100; Círculo Praviano, $200; 
D. Marcos Carbajal y Carbajal $200; Club Tiñe tense, $200; Club Llanera, $100; 
Círculo Avilesíno, $100; Club Allerano, $100; D. Nicanor del Campo Diez, $100; 
D. Manuel Corral Collado, $250; Club Asturiano de Cienfuegos, $435; D. José M_ 
Díaz, $100; ^Diario de la Marina ”, $200; Delegación de San Juan de los Yeras, $150; 
Delegación de Ranc huelo, $426.91; Delegación de Ciego de Avila, $1,000; Delegación 
de Cárdenas, $291 ; Delegación de Bolondrón, $112.08; D. Dionisio Ruisánchez y Com- 
pañía, $100; Delegación de Camagüey, $320.90; Delegación de Florida, $124 85; Dele- 
gación de Morón, $134.20; Sres, Echevarría, Pérez, Inc., $100; D Rogelio Echevarría, 
$100; D. Aquilino Entrialgo, $200; D. Luis Entrialgo, $100; D. Higinio Fanjúl, $200; 
D, Nicanor Fernández García, $100; D. Maximino Fernández San Feliz, $100; D Ra- 
mo^ Fernández Llano, $100; D Celestino Fernández Gómez, $100; D. Fernando Fer- 
nández González, $100; D. José Fernández Gutiérrez, $100; D. José Fernández Rodrí- 
guez, $100; L). Jesús Fernández, $100; D. Maximino González Alvarez, $100; D. José 
Gómez Salas, $1,413.87; Unión Gozoniega, $100; D. Francisco González Longo, $100; 
D* Máximo González Alvarez, $100; D. Marcelino García, $100; D. Amador García, 
$100; D. Marcelino González, $100; Sres. González y Suárez, $100; D. Manuel García 
García, $100; Hijos de Cabranes, $200; D. Ramón (nfiesta, $100: D. Regino López, 
$100; D. Manuel López Díaz, $100; D. Manuel Muñiz Díaz, $250; D. Benjamín Me- 
néndez García, $100; D. Luis Muñiz Blanco, $100; D. Antonio Méndez González, 
$100' D, Domingo Méndez, $100: D. Manuel Menéndez Díaz, $100; D. Anselmo M, 
Meana, $100; D. Octavio Montoro, $Í00; Sres Mestre y Machado, $100; Naturales 
de Vegadeo y sus Contornos, $200; Naturales de Navia, $100; Naturales del Concejo 
de ¡llano, $100; Sres. N. Geiats y Compañía, $100; D José A. Palacio, $200; D Lino 
Pérez, $100; D. Mariano Panieilo, $200; D. Aurelio Peón González, $100; D. Antonio 


462 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Pérez Pérez. $100; D. Vicente de la Presa, $100; D , José A. Fresno, $100; D. Enrique 
Pendas T relies, $250; D. Manuel Ríonda, $500; D. Manuel E. Rionda, $200; D. Ra- 
món Rodríguez Gutiérrez, $200; D. Luis R* Rodríguez, $100; D. José Rodríguez (Pe- 
pin), $100; D. César Rodríguez González, $200; D, Salvador G, Rionda de la Tórnen- 
te, $100; Naturales del Concejo de las Regueras, $100; Sociedad Asturiana de Bene- 
ficencia, $600; Sociedad Casina, $200; Sociedad Collotense de la Habana, $200; So- 
ciedad de Castr ilion, $100; D. José Simón Corral, $250; Da. María Josefa Simón Ví- 
latc, $125; D. Pedro Simón Vilató, $125; D. José Suárez Arango, $100; D. Restituto 
Sánchez, $100; Sres. Sánchez y Compañía, $100; D, José Simón González, $100; So- 
ciedad de Instrucción y Beneficencia Hijos de Cabranes, $200; D. José Solís, $200; 
D, Bernardo Solís, $200; D. José P. Simón Simón, $100; Sociedad de Villayón, $200; 
D. Genaro Suárez, $100; Sociedad Benéfica de Hijos del Concejo de Ponga, $100; 
D Laureano Torres López, $100; The National City Bank of New York, $500; Unión 
de Villavieiosa, Colunga y Caravia, $500; Unión Allandesa, $200; Unión de Bel monte 
y Somiedo, $100; Union de Teverga, Proaza y Quirós, $150; Unión de Naturales del 
Franco, $150; Da. Josefa Vilató de Simón, $125; D. Agustín Varona, $100; D. Eme- 
terio Zorrilla, $250; Delegación de Morón, $134.20. 

La lista es extensa, profusa. Aquí, para no hacerla interminable, hemos copiado 
únicamente tas cantidades de mayor importancia; pero junto a la del millonario, está 
la dádiva del pobre; emparejado con el rico, va el nombre del menestral. Las cinco 
pesetas de éste tienen el mismo valor ideológico que los cientos de duros de aquél. Na- 
die se exime de contribuir, con lo que se prueba que no es un vano tópico la proverbial 
generosidad nuestra. Ni el patriotismo es tampoco un sentimiento desconocido. Así 
lo comprende la colonia, ganada por la emoción de la noticia ai saber que lo recogido 
en los primeros días asciende a $30,000.00, suma fabulosa tenida en cuenta la situación 
de Cuba, al borde de la ruina su comercio y con su colosal industria azucarera, produc- 
ción casi única, en franca, sensible depreciación desde hace años. jEl Sanatorio concita 
simpatías y voluntades, abre amablemente cajas de caudales, desata bolsas, fomenta 
esplendideces, convierte en dadivoso al cicatero, difunde ensueños, propaga entusias- 
mos, aviva nostalgias, prende ansias juveniles y nobles afanes de superación en todos 
los asturianos!... Asistimos a un robusto resurgimiento del espíritu regional, que 
aparecía en reposo. Cuando creíamos tener derecho a unánime pública estimación y 
gratitud, por la obra portentosa de la Covadonga, que tanto bien presta al país, brin- 
dándole el mejor Sanatorio dei mundo; cuando por nuestros sacrificios en favor de la 
cultura, con las admirables Escuelas de Jovellanos, en las que miles de niños y adoles- 
centes de ambos sexos reciben esmerada, insuperable instrucción, y con nuestra mag- 
nífica Biblioteca abierta a cuantos sienten ansias de saber, debíamos alcanzar respe- 
tos y consideraciones; cuando por nuestra contribución a la grandeza monumental de 
la ciudad con nuestro palacio, y a todo lo que entraña progreso, bienestar, público so- 
siego, confraternidad con nuestra conducta de ciudadanos dignos de la ciudadanía, 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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pensábamos estar a distancia de incomprensibles recelos y malquerencias, he aquí 
que notamos inopinada desviación de esos sentimientos a que nos j uzgábamos acreedo- 
res, la que nos hiere en lo mas íntimo, profunda y dolorosamente, . . ¡Y nuestros ojos 
hánse vuelto nostálgicamente hacia el terruño que fué nuestra cuna!, ♦ , En la patria 
de adopción, que amamos tanto como la propia, hay qu lenes nos niegan la paz que 
apetecemos. ¿Tanta será la sin ventura del emigrante hispano que no halle, ni aquí ni 
allá, a lo largo de los años, en la hora que su trabajo rinde sus más opimos frutos y más 
sazonados beneficios a la comunidad, el gesto fraterna! y la voz del hermano que le d én 
gracias y alientos para seguir laborando:. . . Esperemos, . . Algo íntimo nos dice que 
no, que como previo el poeta, cubano por cierto > Hernández M ¿yares, “todo noble te- 
són, al cabo alcanza fijar las justas leyes del destino*', Y tiene que ser así. Las sus- 
picacias que hoy lamentamos cesarán tan pronto como se examine detenidamente, 
con ánimo líbre de prejuicios, el esfuerzo español en Cuba. Alabémoslas — ved qué 
contraste más peregrino — en lo que representan de acicate para nuestro amortiguado, 
dormido patriotismo, pues sin ellas acaso siguiésemos, sólo Dios sabe cuánto tiempo, di- 
vagando inútilmente en derredor a la erección de un Sanatorio antituberculoso. Ahora 
lo tendremos allí donde pareció una utopía de patriotas ahitos de ilusiones, en nuestra 
propia tierra. 

Asturias, que sabe del amor de sus hijos emigrados a América, sabrá asimismo 
del poderío del Centro Asturiano de la Habana en forma tangible, indubitable y gran- 
diosa. Los que han modernizado aquellas poblaciones e impreso en todas partes las 
huellas del progreso: escuelas modelo, caminos espaciosos, traídas de agua, fundacio- 
nes benéficas, etc., etc. ; los que transformaron la aldea asturiana cubriéndola de "villas * 
y residencias confortables, van a ofrendarle colectivamente el máximo esfuerzo de su 
vitalidad: un gran establecimiento curativo de tuberculosos. Es el primer magnífico 
jalón de la lucha que emprenderemos a fin de rescatar al principado de las garras de 
la peste blanca. Nuestra región dá un porcentaje excesivo de enfermos, no obstante 
su excelente clima, porque América, que le devuelve hombres ricos y pródigos, devuél- 
vele también muchos más inexorablemente condenados a morir con sus pulmones des- 
hechos, Crearemos, pues, el Sanatorio de tísicos, Sanatorio para los nuestros que r 
angustiados y roídos por el bacilo de Koch, deseen volver a la t terrina, a cicatrizar 
sus lesiones respirando aquellos aires sutiles y recreando la vísta en la contemplación 
de los panoramas natales, teniendo el inefable consuelo de hallarse cerca de deudos 
y amigos, recibiendo la visita de éstos, que tanto contribuirá a levantar su deprimido 
ánimo y a infundirles e! aliento vital de una curación próxima. Sanatorio también 
para los residentes allá que gusten de formar en nuestras filas y acogerse a nuestros 
postulados. Algo, en suma, necesarísimo: una prolongación de nuestra Covadonga, 
que con el tiempo estamos persuadidos ha de alcanzar excepcional importancia. Con 
hechos trascendentes patentizamos que no es tibio ni infecundo nuestro amor a la región. 

Está iniciada la empresa de mayor resonancia, desde la adquisición del edificio 
social y de la Quinta y la creación del Sanatorio, a los días actuales, l odo ante ella 

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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


se empequeñece y achica. Así como los socios fundadores no pudieron prever el vuelo 
fabuloso que habría de alcanzar su modesto Centro, así nosotros, en este instante de- 
cisivo y solemne ignoramos hasta dónde llegará ía iniciativa que ahora comienza alen- 
tada por donativos y colectas de todo género. Queremos llegar y llegaremos. ¿Adonde? 
A lo más alto. ¿Cómo? Eso, las circunstancias lo dirán El primer paso, paso de vic- 
toria, amplio, firme, seguro, está dado r Y tras de éste seguirán los demás hasta al- 
canzar la meta, que no es otra que consagrarle a la patria, preso el espíritu en el hechizo 
de su recuerdo, nuestro corazón adolorido. r . Mañana veréis, bajo el plúmbeo cielo 
ovetense, ía blanca bandera del Centro Asturiano en majes tu oso palacio. La veréis 
también en el Sanatorio, con sus airosos pabellones ocultos entre rosaledas y fragantes 
pinares. Allá en Vetusta, e! hogar de los indianos, la casa-club ele las horas de paz 
y descanso, el sedante retiro espiritual, con sus salones de lectura y tertulia Aquí el 
lecho mullido, la asistencia al enfermo, rodeándolo de cuidados, haciendo que capte 
nuevamente el gusto de vivir. . . Y en los pueblos de alguna importancia delegaciones 
que sean nexo, lazo de unión y solidaridad entre cuantos engrasen las filas de nuestra 
institución. 

La Comisión Pro-Sanatorio de la Habana, que tan gallardamente inició sus ta- 
reas, está así compuesta: 

D. Luis R. Rodríguez, D. Benjamín Menéndez, D. Juan Rodríguez, D. Maxi- 
mino Fernández Sanfeliz, D. Luis Muñiz, D. Víctor Prendes, D Laureano Alvarez, 
D. Antonio Méndez Méndez, D. Aurelio Peón, D. José Ma. Alvarez, D. Angel García 
Rodríguez, D. Nicasio Martínez Jardón, D. Fermín Suárez Castaño, D. Genaro Ace- 
vedo, D. Antonio Méndez González, D. Pedro González, D. Valentín Menéndez, 
D. Faustino Cortina, D. Antonio A rango. D. José Ramón González y D. Prudencio 
Alvarez García. 

Personas adscritas a la Comisión Pro-Sanatorio: D. Maximino Fernández y 
González, D. Manuel García Rosales, D. Manuel Calvo, D Constantino Arguelles, 
D. Oscar García, D A tan asió Rivera, D. Pablo R r Fresno, por "El Mundo”; D, Fer- 
nando Rivera, por 'Diario de la Marina”; D. Manuel Roldan. por "El País ; D, Joa- 
quín de la Cruz, por "La Discusión ; D. Juan Gómez Sánchez, por ‘La Prensa"; 
D. Manuel Garízoain, por Diario Español ; D. J. Pórtela, por ‘‘Heraldo de Cuba”; 
D Rafael Piñeiro, por "La Lucha"; D. Eduardo Pérez Marzoa, por "El Imparcial”; 
D José Tejeiro Pita, por "El Comercio". 

Mesa del Centro Asturiano: D. Manuel Muñiz Díaz, Presidente; D. Jasé A r 
Palacio y Barro, Viee- primero; D* Jasé Simón Corral, Vi ce-segundo; D. Ismael Igle- 
sias, leso re ro, y D. Enrique Cima, Secretario. 

Y ías subcomisiones en esta fonna; 

Para buscar en Asturias el terreno necesario al Sanatorio: 

Don Vicente Fernández Riaño, don Hilario Muñiz Díaz, don José Fernández 
Castro, don Jesús Fernández Díaz y don José Fernández Suco, 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Sub-Comisión Recaudadora de Tampa: 

Don Laureano Torres, don José A rango, don Manuel Corral, don Manuel Gar- 
cía, don Manuel Llano Tablado, don José Escalante, don Francisco González, don 
José González, Secretario de la Delegación y don José Villazón. 

Sub-Comisión Recaudadora en Gijón: 

Don Emilio Fanjul García, don Higinio Gutiérrez, don Francisco Menéndez 
Carreña, don José G Rodríguez, don Celestino Aguirre, don Simón González, don 
Amadeo Alvarez García, don Donato Arguelles, don José M. Pérez Gayol, don José 
Suárez Gutiérrez y don Segundo Hévia Cañedo. 

Sub-Comisión Recaudadora de Madrid: 

Don Nicolás Gayo Par rondo, don Ceferino González Lorenzo, don Agapito 
Miranda, don Facundo García, don Ramón Cí fuentes y don Celestino Rodríguez. 

Sub-Comisión Recaudadora de Villaviciosa: 

Don José Tra banco, don Bernardo Loredo, don José F, Acevedo y don Ramón 
Robledo, 

Sub-Comisión Recaudadora de Boal: 

Don Eduardo Blanco: 

¡Admirable ejercicio social de 1926! Lo cerramos así, tan faustamente, con esa 
nota de subido, maravilloso patriotismo f Dejemos que las Comisiones trabajen: sus 
miembros van y vienen, encendiendo y avivando el sentimiento asturiano. Arbitran 
fondos, redactan proclamas, escriben millares de cartas, dan conferencias, pronuncian 
discursos... Son todo actividad, compendio de paciencia, de tesón, de valer. Re- 
viven en ellas en trasunto fiel, exacto, aquellas directivas de los primeros vacilantes 
pasos de la Sociedad. Saludémosles sombrero en mano y no interrumpamos su trabajo. 


E! año se inició con dos temas apasionantes, soliviantadores de la paz asturiana. 
Dos temas sin trascendencia, pero que las discrepancias políticas convirtieron en ho- 
guera de escándalos, de amenazas, de provocaciones. Uno la cooperación de nuestro 
Centro a los festejos de Carnaval, haciéndose representar en un llamado ' Paseo ar- 
tístico' con una carroza alegórica. Otro, el proyecto patrocinado por la Directiva 
de reunir en un volumen la Historia social, desde los días iniciales de la Sociedad hasta 
las fiestas de inauguración del Palacio en 1928, 

La opinión estaba dividid isíma, Empero, eran mayoría los partidarios de acep- 
tar la invitación para asistir al "Paseo artístico ", complaciendo así a las más altas 
autoridades de la República y cooperando con éstas y con el comercio a la atracción 
de turistas; y eran más también los simpatizadores de que se redactase e imprimiese 
la Historia, salvando del olvido hechos dignos de perdurar en el recuerdo y gratitud 
de los asociados. 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En realidad, los que impugnaban ambos propósitos , no lo hacían tanto por con- 
vicción íntima, profunda, meditada, de que no debíamos de contribuir al esplendor 
de los Carnavales ni compilar la Historia, como por presumir interesados en dichas 
soluciones a socios que se destacaran en la reciente pasada lucha electoral. Y se hizo 
pugilato personalfsimo lo que no debiera pasar de serena controversia, celebrándose 
dos sesiones harto ruidosas — 1 1 y 16 de Marzo — en las que, al cabo, se impuso la fuer- 
za del número: por mayoría se acordó asistir oficialmente al Paseo de Carnaval, sí lo 
hacía alguna otra Asociación española, y por mayoría asimismo redactar la Historia, 
imprimiendo 20,000 ejemplares, que deberán ser entregados en fecha coincidente con 
la inaguraeíón del nuevo Centro. 

Nos inscribimos, pues, en el Concurso de Carrozas, que fue por cierto, exponente 
de riqueza y belleza, obteniendo halagador triunfo: el Premio Nacional, para el que 
donaba un objeto de arte el Sr. Presidente de la República, Merecimos la más precia- 
da distinción por nuestra original carroza simbolizando la Enseñanza, en la que sobre- 
salían la gracia y hermosura de varías señoritas alumnas de las ‘ Escuelas Jov el I anos 11 


No habrá instalación hídroterápica en los sótanos del edificio social. La obra 
supone un costo de $78,442.00 y ocuparía, además, el espacio que necesitan los estable- 
cimientos comerciales de la planta baja. Esta plausible iniciativa de don Aurelio Peón 
González se ha estrellado con la realidad, Manín amigo, que ya te frotabas las manos 
de gozo pensando en los chapuzones que habrías de darte en la gran piscina proyectada. 
Lamentémoslo, pues, como algo irremediable. 


Enero. . ♦ Mes de vientos frescos, que asustan a los frioleros. Y mes también 
en que nosotros, muy en serio, volvemos a hablar de poner fin al problema que nos 
crea el aumento constante de enfermos tuberculosos. ¿Crees, paisano, que esta vez 
también se convertirá todo en volutas de humo? Nó, no lo creas. La nueva Direc- 
tiva trae el ánimo propicio a la dificultosa empresa y en su sesión de 20 de Enero — ob- 
serva que a seguidas de la toma de posesión — pone mano al asunto, ordenando que pro- 
sigan y se activen las gestiones encaminadas a una acción conjunta de las Sociedades 
Españolas con Sanatorio, a fin de estudiar cuanto se refiere al mismo y proponiendo 
las adecuadas soluciones. 

Elegimos otra Comisión, que forman don José Ma. Alvarez Fernández, quien 
presidió la del año anterior, don Felipe R. Campillo, don Francisco Pérez González, 
don Manuel García Huerta y don Valentín Menéndez Fernández. 

Cabe esperar mucho de estos señores. Poseen entusiasmo, fe, constancia. Co- 
nocen la necesidad profiláctica de aislar a los infelices tuberculosos. Saben cuán fá- 
cilmente se propaga esta devastadora dolencia. Y entienden que si hallan idéntica 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE T.A HABANA 


467 


favorable disposición en el Centro Gallego y Asociación de Dependientes será cosa 
hacedera, sencilla, rápida establecer en un punto alto, ventilado y panorámico un gran 
establecimiento para los socios de las tres instituciones, principalmente. 


Nuestra Covadonga la Augusta es— consiéntasenos el atrevido símil — como una 
mujer hermosa, encantadora por su discreción, por su talento, por su afabilidad, por 
su elegancia* * . Cuantos viajeros de algún renombre pasan por la capital, corren a 
visitarla, a recrearse contemplándola, llenándola de lisonjas, de piropos, de frases 
admirativas. 

Varías honrosas, enaltecedoras visitas recibió durante el año. Enumerémoslas: 
La primera — 19 de Enero — la de don Luis Jiménez de Asúa en quien la juven- 
tud no es óbice para que figure en preeminente lugar entre los penalistas europeos. 
Desempeña la Cátedra de Derecho Penal de la Universidad Central de Madrid y es 
una de las figuras de vanguardia de la España moderna 

El profesor Jiménez de Asúa, — que dejó en Cuba huellas de profunda admiración 
—“fue recibido por la Junta Directiva en pleno y numerosos socios, muchos anhelantes 
por verle de cerca y oír su palabra fluida, armoniosa, sabía, por no haber tenido la suer- 
te de escucharle en las disertaciones que, para estudiantes y público en general, ofre- 
ció en el Aula Magna de la Universidad habanera. 

Recorrió el Sanatorio; gustóle su aspecto alegre, primaveral — jardín de flores 
y residencia de burgueses sibaritas — y escribió lo que leeréis en el álbum de la casa : 
“Al visitar la Quinta de Salud Covadonga he sentido el orgullo de ser espa- 
ñol Los que son capaces de hacer esto tienen tan tenso y vivo el espíritu racial como 
cuando descubrieron y colonizaron estas tierras de luz y de ensueño". 

Antes diérasele efusiva bienvenida en el Salón de recepciones, saludándole 
expresivamente a nombre de la Sociedad y del Cuerpo Médico, nuestro p rol í face tico 
Director Dr. Varona, que habló así: 

La Casa de Salud Covadonga, el Centro Asturiano de la Habana, se sienten 
honrados con vuestra visita a nuestra casa; honra, honor y satisfacción de la cual par- 
ticipan los sesenta mil individuos que forman parte de nuestra patriótica institución. 

Al recibir la visita de uno de los más ilustres representantes de la Ciencia Pe- 
nal española, el júbilo y alborozo es general, la satisfacción es íntima y profunda, por- 
que verdadero mensajero de la moderna intelectualidad española, no sólo vemos en 
vos a un Profesor de la Universidad Centra! de Madrid, sino a un miembro de la fa- 
milia de los Asciepiades, que al profundizar la ciencia penal ha penetrado en el campo 
de la ciencia médica, que es el material científico de este sanatorio. 

Vuestra llegada a Cuba ha sido oportuna, porque ha ocurrido en los momen- 
tos en que en la Universidad Nacional se debatía, rotos los vínculos armónicos entre 
el profesorado y los alumnos, con vigoroso ardor, el problema de las reformas uní ver- 



468 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sitarías; y en ese momento en que estaban distanciados los factores que constituyen 
nuestro superior centro docente, vuestra llegada y vuestra palabra docta ha sido el 
faro luminoso que sirvió para alumbrar el torreón del combate y para contribuir en 
grado poderoso por el entusiasmo que despertaron vuestras enseñanzas al restablecí- 
miento de la estabilidad armónica de nuestra Alma Máten 

Vuestra enseñanza del Derecho Penal moderno que habéis profesado de una 
manera completa durante trece años, vuestros conocimientos que os han permitido 
no ignorar ninguno de los secretos del Derecho Penal, que habéis escudriñado sus más 
hondas interioridades y raíces; que estáis en posesión de los trabajos deLombroso, Von 
Litz y C arrara y todas las modernas escuelas penalistas alemanas; esos verdaderos 
trabajos de disertación psicológicos y biológicos del delincuente, os han hecho trope- 
zar con el enfermo; al descubrir que en la mayoría de los casos el delincuente es un 
enfermo, habéis abierto nuevos campos y nuevas orientaciones al Derecho Penal 
futuro. 

Habéis llegado como conclusión de vuestras conferencias y de vuestros trabajos, 
que deben suprimirse ios actuales jueces, los actuales Códigos y las actuales Cárceles. 
Eso es una verdad, porque sabéis que detrás del delito, detrás del acusado, se encuentra 
en la mayoría de los casos la herencia ancestral patológica; se encuentra el alcohol, 
se encuentra la sífilis, se encuentran las perturbaciones endocrínicas, se encuentra el 
contagio, etc., etc., y entonces penetrando de lleno en el terreno de la medicina moder- 
na, penetráis también en nuestra familia médica. 

Nosotros conocemos, por haberlo visto, ese cuadro tétrico representado por un 
severo Tribunal. Cinco Magistrados, revestidos de sus negras togas, un Fiscal acusa- 
dor con montañas de piezas de autos y un Código sobre la mesa cuyos artículos ali- 
neados a modo de batallones de choque y de combate dirigen su fuego, su ataque, a 
un ser que sentado en el banquillo de los acusados, tiene todo el aspecto de los derro- 
tados por la vida y todas las taras degenerativas de su herencia patológica. 

Al estudiar la influencia del alcohol, de la sífilis, de la herencia nerviosa, del 
contagio físico, del contagio moral, habéis comprobado que esos productos morbosos 
que la sociedad castiga y combate constituyen la materia prima del moderno delin- 
cuente y es por eso que la ciencia penal contemporánea al igual que la ciencia médica 
moderna debe transformarse, debe abrir los celajes del porvenir y de ciencia de defen- 
sa convertirse en ciencia de ataque; así como el médico moderno basándose en los co- 
nocimientos de la fisicoquímica va a combatir y combate las enfermedades por medio 
de las vacunas, por el estudio de las reacciones coloidales; por las transformaciones 
de los fenómenos dei metabolismo, combate y previene las presentaciones de la en- 
fermedad; de igual modo el Derecho Penal futuro por medio del ataque deberá impe- 
dir los matrimonios consanguíneos, los matrimonios de seres que llevan en su sangre 
los productos morbosos del futuro delincuente, que llevan en su sangre las taras here- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


469 


dítarias que darán a su prole, deberá constituir por tratamientos preventivos, la lucha 
contra el delito, deberá el Derecho Penal moderno y futuro evitar el contagio físico y 
moral, deberá someter a tratamientos apropiados ai delincuente y organizar entonces 
una defensa científica del medio social. 

Establecido el Derecho Penal futuro en ciencia de ataque o de prevención lle- 
garíamos a la disminución de la delincuencia, aunque nunca a la desaparición absoluta 
del delito por cuanto mientras exista el hombre sobre la tierra existirá el delito, por- 
que siempre existirán las ambiciones y las pasiones. 

Para llegar a estatuir la ciencia penal en una ciencia de ataque, tendrá que se- 
guir los mismos caminos, los mismos procedimientos que la ciencia médica moderna; 
el estudio cleí metabolismo, el estudio de los fenómenos endocrinoiógicos, el estudio y 
la experimentación por medio de la fisioquímiea, la formación de ligas de defensa, la 
formación de Institutos análogos a los que existen en los Estados Unidos, Institutos 
de prolongación de vida, la formación de Institutos meta- 
bólicos en una palabra : en armónicas relaciones con la 
ciencia médica buscar científicamente las causas deí 
delito, las causas de la delincuencia; su tratamiento pre- 
ventivo, su tratamiento curativo. 

Inútil es, señores, continuar en este terreno de un 
futuro próximo penal, porque sería invadir el campo del 
sabio penalista profesor aquí presente, cuyas conferencias 
hemos seguido con interés creciente, y cuyas enseñanzas 
darán ios óptimos frutos para el porvenir. 

Esta casa que os recibe hoy, señor profesor, es la 
casa fundada por los hijos de Asturias, un grupo de astu- 
rianos que encontrándose en Cuba con el hogar lejano, 
sin medios de defensa para combatir sus enfermedades, 
sin el calor de la familia ausente y guiados por la lev de 
la necesidad y por el cariño de la patria lejana, fundaron esta institución en el 
año 1886; este hogar, fundado en medio de grandes dificultades políticas, sociales y 
económicas, en el correr del tiempo ha llegado a ser la institución poderosa que 
todos conocemos: el Centro Asturiano de ¡a Habana, que con una módica retri- 
bución de sus sesenta mil asociados, con una administración honrada, admirable y 
perfecta de los señores de las Juntas Directivas y de los Presidentes que nos 
han precedido, nos han permitido realizar el milagro por una serie sucesiva de crista- 
lizaciones de nuestro capital, a realizar la obra grande de los asturianos en Cuba , ho- 
nor para los presentes y asombro para los extraños. 

Estos hombres que ocupan los cargos de Presidencia y Directiva los ocupan ho- 
noríficamente, no cobran retribución alguna, tienen la misma fé y el mismo entusiasmo 



DON JOSE FERNANDEZ GD 
TIERREZ, QUE PRESIDIO 
EN 1925 LA SECCION DE 
INTERESES MATERIALES 


470 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


de los iluminados fundadores y el resultado ha sido el poseer esta institución obra deí 
altruismo y el amor patrio, la construcción de este sanatorio, de estos hermosos jar- 
dines, de estos bellos pabellones que sirven de recreo a los enfermos y los acogen den- 
tro de los preceptos de la higiene moderna. 

Un cuerpo de profesores médicos dedicado cada uno a sus especialidades res- 
pectivas, formado en su gran mayoría por profesores de la Universidad* completan 
el brillo científico de nuestros servicios y organización hospitalaria. 

El Centro Asturiano suministra a sus sesenta mil asociados la instrucción, el 
recreo, la asistencia sanitaria en sus enfermedades, obra realizada por los asturianos 
en Cuba y ayudada por millares de cubanos que dentro de ella forman una gran fa- 
milia. Entre nosotros no hay línea de separación, todos los componentes son iguales 
en eí trato social; formamos una sola familia con una idéntica finalidad, elevar la Casa 
de Salud Covadonga y el Centro Asturiano de la Habana a la cúspide de la grandeza 
y de la gloria. 

Cuando retornéis al suelo patrio, no olvidéis nuestra tierra bella y hermosa; 
tierra siempre verde, cielo siempre azul; no olvidéis nuestras playas besadas conti- 
nuamente por las aguas del mar Caribe, recibiendo un día y otro día las brisas del Atlán- 
tico que nos traen el ósculo de amor que nos lanza a través del espacio la nación 
progeni tora. 

Repetid por doquiera que los asturianas en Cuba, mediante las artes pacíficas 
de la paz, del comercio, la industria y la agricultura han agrandado el territorio espi- 
ritual de la nación española. 

El sabio visitante expresóse en aquestos términos: 

Señor Presidente del Centro Asturiano de la Habana: 

Señores : 

Yo escuchaba hace un instante con íntimo deleite las palabras del doctor Varo- 
na, recordando un episodio que pudo terminar en equívoco para mí Hace ya un año, 
en el Congreso Científico Hispano Americano de Lima, desarrollaba unos cuantos te- 
mas, que del mismo modo podrían ser sentados en el área de la medicina, que en la 
del Derecho Penal, cuando en la más enconada de las discusiones que habíamos libra- 
do en las sesiones del Congreso, se me anunció que me esperaba la Academia de Me- 
dicina de Lima, para hacerme miembro de la misma; mas yo temí que un error de in- 
terpretación por el anuncio de las conferencias desarrolladas, fuera causa de que me 
creyeran médico, cuando por desgracia no he cursado la carrera de medicina. Feliz- 
mente, no había tal error y sólo querían de este modo rendir un cariñoso recuerdo a 
quien había querido colocar dentro del seco concepto jurídico penal, lo más jugoso de 
la medicina; pero el doctor Varona, que hace un instante desplegaba esos conocimien- 
tos penales que sorprenden siempre en quien no se dedica a la profesión del derecho, 
no hace otra cosa que enunciar lo que otros muchos médicos han estudiado en Europa 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


471 


Un gran psicólogo alemán, compone en el año 19 un célebre folleto, que llega 
ahora en este año que cursa a la tercera edición de su magnífica obra, titulada "La 
Lucha contra el Delito’ \ y sí desde el presente nos remontamos hasta llegar adonde Lorm 
broso, en el año 1872 que sorprende en el bandido Vitela un apoceta frontal, hasta en- 
tonces no descubierta en los seres humanos, o no vista por los que experimentaban 
en la ciencia médica, vemos la gran afinidad que existe entre ésta y la del Derecho 
Penal. 

Hay una gran renovación en el Derecho Penal en el día de hoy, tan grande y 
profunda, que ha tenido precisión de cambiar las rutas de sus aguas y en ves de irse 
pacíficamente desarrollando en el campo jurídico, ha preferido extenderse sobre el 
campo de la medicina y en el instante actual, no es posible, sin hacer comunes sus pa- 
sos, combatir el delito y aplicar la pena. No sólo Lombroso ha escrito sobre la mate- 
ria, sino que también Gregorio Marañen nos ha hecho conocer por medio de sus ge- 
niales obras, esas funciones psicológicas y fisiológicas que dan los clásicos en sus doc- 
trinas a ios individuos que, de no haber sido por esto, no habríamos llegado a la con- 
clusión de que el delincuente, fuera otra cosa que e! producto de un desequilibrio de 
las glándulas de secreción internas, y de no tener las bases del concepto médico bio- 
lógico, no podríamos realizar tampoco una de las obras más grandes a que se refería 
el doctor Varona, o sea: la prevención del crimen; porque, copiando el axioma que la 
medicina ha colocado ya al frente de sus obras, no basta curar, sino que es preciso pre- 
venir y la ciencia médica viene sustituyendo ía terapéutica por la profilaxia, que es 
superior a la acción momentánea de combate. Lo mismo debemos decir y colocar en 
el Derecho Penal: más vale prevenir que reprimir 

Perdonad que el técnico que siempre vive en mí, y que en este momento ha des- 
pertado el discurso del doctor Varona, tan halagüeño y tan benevolente, haya hecho 
que diese paso a esa personalidad que en estos momentos se estimula para dirigirse a 
vosotros. 

Desde hace ocho meses vengo transeúnte por los países híspano americanos. 
En ellos he aprendido mucho; he aprendido a tener en mi propia raza una fé inque- 
brantable. Hombres que proceden de los pueblos de España en donde no han podido 
adquirir cultura y, acaso, ni la más ligera instrucción, se trasplantan voluntariamente 
a la tierra de la América Latina y allí producen, crecen, accionan, se cultivan, trans- 
forman y son capaces de propagar obras, como este Sanatorio Es en suma un medio 
con el cual se hace que España marche de acuerdo con el peso de su enorme historia. 

Muchos de vosotros dejasteis el solar nativo hace luengos años, en una época 
en que estaba en entredicho la ciencia de España, la España intelectual en suma: por- 
que si es verdad que sin brazos y sin fuerzas un país, como un hombre, no puede vivir, 
por lo mismo que un hombre tiene por cima de su fuerza el pensamiento, así una nación 
debe ser dirigida y orientada por los hombres de ciencia y de esos hombres que pien- 
san en España, se creyó falsamente que habían tenido una época de a dormec imiento 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


y cuando aquellos de vosotros, hoy encanecidos, salieron del país español, siendo mo- 
zos, dejando a España en un momento de crisis, la sorpresa de los que volviesen hoy, 
sería tan grande y profunda como ha sido incluso para los propios pueblos hispano ame- 
ricanos que han podido ver desplegarse la ciencia española en toda su ancha perspec- 
tiva, y conste, que yo, al hablar de esta manera, aludo solamente a esa modalidad tí- 
pica de cada pueblo, que por el hecho de serlo, pone la ciencia universal en lugar pro- 
minente. Porque a ésta no es posible asignarle un sitio limitado por una comarca, y 
los que sólo observan la ciencia francesa o alemana, no ven otra cosa que una direc- 
ción técnica, dentro de la ciencia universal, que no conoce los límites de un continente 
y mucho menos los límites de una nación. Pues bien, cuando hoy España se contem- 
pla con ojos impa reía les, produce un efecto de rejuvenecimiento y renovación que 
causa un mayor efecto a todos aquellos que hubiesen dejado a España hace algunos 
años y la volviesen a ver hoy, sobre todo para los que creen que existían dos Españas, 
la oficial y ia no oficial ; aun cuando esto me parece una ficción, creo que en efecto ha- 
bía en España, como casi en todos los países, una situación o un ambiente revolucio- 
nario que en el buen sentido de la palabra, era capaz de acabar para siempre con el 
excesivo adormecimiento del pueblo español. 

Muchos hombres, formando ya legiones, están dando los primeros pasos en la 
vida científica, otros han sido coronados por el éxito, tal como José Ortega Gasset, 
Así Ortega Gasset se dedica a la doctrina y consigue un gran triunfo en las ciencias 
filosóficas. El modo de Ortega Gasset, es aprovechar y formar en los hombres lo que 
tienen algo de personal y sobre todo aquellos hombres que en la última etapa de su 
vida han llegado al Libro y al Periódico. En Medicina, nombro, entre otros muchos, 
a Gregorio Marañen, hombre joven y de una energía sin igual. Hace poco tiempo me 
decía un compañero médico, muy amigo mío, que Gregorio Marañón irrumpía en las 
Academias y Círculos, lo mismo que Sigfrido, joven y pujante; que con toda esa serie 
de hombres que como él se van formando y que en otros sectores de la ciencia médica, 
constituyen una legión, que son capaces de triunfar contra todos, tal como García Ta- 
pia, que se hallaba en aquellos instantes en que luchaba, rodeado de asechanzas y ene- 
migos; que le habían usurpado el puesto de Director del Hospital; contra todos estos 
hombres-cumbres, no puede la mala intención de unos cuantos. 

Hoy la joven generación en la materia del Derecho cuenta con nombres tan 
eminentes como el de Felipe Sánchez Román; y todos esos hombres van sintiendo por 
España una inquietud insuperable. Las jóvenes generaciones sienten más a España 
como hija que como madre. 

Ahora yo quisiera dirigir dos palabras nada más con respecto a una Institu- 
ción que me parece tan importante y desconocida por los demás pueblos de Hispano 
América, que creo merece la pena de entretener vuestra atención. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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De los países hispano americanos más profundamente trabajados por la eul- 
tura francesa, inglesa e italiana, es la Argentina. El pueblo argentino había ido apren- 
diendo e inculcando en sus ideas de una manera desmedida y en muchos casos irres- 
petuosa, el pensar, el recordar a España como un país que una vez fue firme y fuerte 
y que pudo crear esos otros pueblos de la América Latina, pero que había llegado hoy 
a una decadencia tan profunda que era incapaz de crear ningún otro. Cuando en la 
Argentina requerían un maestro para la enseñanza de sus doctrinas, sólo llevaban a 
un francés o a un italiano y nunca a un español; pero había entre ellos un hombre es- 
pañol, que había ido muy pobre y muy oscuro a la Argentina y que había trabajado 
con energía incalculable, don Avelino Gutiérrez, el cual consiguió en poco tiempo la 
Cátedra de Cirugía y Anatomía en la Universidad de Buenos Aíres, dando con sus 
libros un timbre de gloria al suelo donde nació, dando a conocer que España no era 
lo que el pueblo argentino se creía. Creó una institución que denominó 'Sociedad de 
Cultura Española' y que era con e! solo objeto de conducir uno por uno a las tierras 
argentinas a alguno de los hombres más eminentes de España, nada más que para que 
fuesen escuchados en la Argentina, y de esa manera Ortega Gasset, Moreno y tantos 
otros fueron conducidos años tras años por la ‘'Sociedad de Cultura Española" al suelo 
argentino. 

Habíase hecho en efecto el más meditado estudio y había confiado la ' 'Sociedad 
de Cultura Española" la empresa de elección a la Junta de Ampliación de Estudios, 
que es en España, pese a unos cuantos, la organización más inteligente y más impar- 
cíal que existe, la selección de los científicos españoles, y en efecto, de esta manera la 
"Sociedad de Cultura Española" fue llevando español tras español al suelo argentino, 
consiguiendo en poco tiempo reformar el criterio de lo que de España se pensaba allí; 
ya no era España el país en donde no debían ir a estudiar y perfeccionarse, ya se sa- 
bía que los profesores españoles, que la Junta de Ampliación de Estudios había en- 
viado, eran capaces de codearse con cualquier profesor francés, alemán o italiano, y 
ya muchos jóvenes argentinos que ponen sus ojos en Europa, van sin desdoro a las v le- 
as aulas de las Universidades de Madrid, Barcelona y Salamanca a estudiar Filosofía, 
Derecho y otras ciencias, logrando la "Sociedad de Cultura Española", que las Uni- 
versidades de una manera directa los pagaran, sin necesidad de que fuese la nación, y 
de esta manera fué como las Universidades de Córdoba, Santa Fe y la Plata colocaban 
profesores españoles para que les explicasen las materias científicas y técnicas tan 
diversas. 

Hay que reconocer en esto, que no nos ha olvidado la fortuna, nuestra fortuna 
que ha sufrido tantos reveses entre España y estos pueblos de la América Latina de- 
bido a la avalancha de profesores franceses que eran los que en masa se recibían en la 
Argentina, ios cuales marchaban desprovistos de las ideas de lo que eran en realidad 
los países hispano americanos y que eran incapaces de comprender la cultura ameri- 
cana; siendo éstos tan sumamente apreciados en i a Argentina, aunque algunos de los 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


que iban a dar sus explicaciones lo hacían de tal forma, que los propios estudiantes ya 
las conocían. Uno de los hombres más notables que Francia produjo, cuyo nombre 
no puedo recordar ahora, un hombre de los que Francia tenía como un gran maestro, 
anunció en Uruguay una conferencia de lo que había visto en el vasto territorio que 
baña el mar del Plata Uruguay, visto por un hombre tan eminente, era un gran acon- 
tecimiento y atrajo de manera absoluta una cantidad exorbitante de público 1 y el 
venerable maestro francés, después de recitar con algunas dudas las lecciones que en 
sus años mozos había aprendido en los Institutos, termina su anunciada conferencia 
con estas palabras, que aún recuerdan con indignación los profesores uruguayos: "Una 
de las principales riquezas, son el café y el cacao' Pues bien, el profesor español que 
trasladándose desde el viejo solar a estas nuevas tierras hispano americanas llega con 
fe y amor para dar a conocer sus ideas sobre las diferentes ciencias, tiene un mérito 
a mi. juicio sobre los demás, y es que lo hace con mayor vocación y mayor seriedad, y 
lo hace con seriedad porque sabe que detrás de él está el concepto de España. 

A mi juicio, yo creo que este es el momento de poder reconquistar espiritual- 
mente los territorios que fueron colonias de la metrópoli española, y a la vez hacer ver 
y enseñar a los gobernantes españoles, que estas conquistas se hacen con e] corazón 
y nunca con las armas de la intransigencia, jamás con la pólvora. Así, cuando ya Es- 
paña ha abandonado para siempre los bajos conceptos imperialistas y se dirige con la 
inteligencia y los brazos abiertos a la América, es cuando Cuba, la Argentina, Chile, 
Perú y todas las demás Repúblicas Latino Americanas, empiezan a decir con orgullo 
que se sienten de sangre española. 

Otra visita, la segunda, de significación y relieve, ha sido la del insigne cirujano 
de fama mundial, Dr. Mayo, de New York, quien tuvo para nuestra Casa de Salud 
conceptos muy expresivos y laudatorios. 

Tras el Dr. Mayo fuénos gratísimo recibir a don Vicente Gay, reputado profesor 
de Economía Política de la Universidad de Valladolid. 

El Dr. Gay, recorrió detenidamente el Sanatorio, cuya belleza y grandiosidad 
así como adelantos científicos, le merecieron vehementes alabanzas, y ya en el salón 
‘Asturias”, donde le saludó con inspirado discurso el Dr. Varona, hizo una loa mag- 
nífica del esfuerzo asturiano y del espíritu español, cantando las virtudes de la raza. 

En nombre de la Junta de Gobierno dirigióle patriótico, oportuno y elocuente 
ruego el vocal don Gregorio Alonso, interesando el apoyo e influencia cerca del Gobier- 
no de España del Dr. Gay, a fin de obtener alguna ley que mejore la situación de los 
emigrantes tenidos como prófugos, a fin de que puedan regresar a la patria. 

El Dr. Gay halló atinada y atendible ia petición prometiendo interponer su 
prestigio al expresado propósito. 

Por último, el Dr. don Agustín VaivVerberghen, ayudante del Cuerpo de Sa- 
nidad Militar Española, tuvo la amabilidad de hacernos también una visita, en verdad 
agradable. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Recibido como los demás, con la misma complacencia, y acompañado por la 
Directiva y personal técnico, estuvo en los principales pabellones y luego en el salón 
de actos, donde se cambiaron sinceros y expresivos saludos. 

Huéspedes son estos que nos honran y que llevan a los grandes centros científi- 
cos y culturales la voz de nuestra Sociedad, presentándola como modelo de las mu- 
tual ístas. Debemos, pues, anhelar que sean muchas y frecuentes estas oportunidades 
de abrir nuestra casa a la mirada vigilante e inteligente y al espíritu curioso de nove- 
dades de los hombres de mérito que cruzan por Cuba. 



La admisión de mujeres — qué bello acuerdo éste, qué humano, qué progresivo — se 
ha iniciado ya. A partir del mes de Febrero comenzó la inscripción de coasocíadas, 
estableciéndose un departamento en la Secretaría a cargo de idóneo funcionario. De 
lo esperada que era esta innovación dá idea el crecido numero de solicitudes que se 
recibe a diario y el ir y venir constante de aspirantes a 
ingreso que acuden a nuestras oficinas y se interesan por 
conocer los requisitos exigidos para figurar en las listas 
sociales. 


El 23 de Abril— domingo — celebróse en el pabellón 
' 'Asturias” de la Quinta, ante numeroso público y en 
presencia de la Directiva, el sorteo de inscripción, pasan- 
do de tres mil el número de las que figurarán en concep- 
to de fundadoras de la Sección Femenina, por haber 
hecho su petición de ingreso dentro del plazo concedido 
para figurar en ese a modo de cuadro de honor. 


No se hará esperar ahora, a buen seguro, lo más inte- 
resante, que es la prestación de servicios médico- benéficos, 
ya por intermedio de clínicas particulares en unos casos 


D . D O N A T O A R GU E L LE S 
DEL BUSTO, SOCIO DE 
HONOR 


y en otros estableciendo visitas facultativas a domicilio, hasta que erijamos en nuestra 


Covadonga, como es de rigor, pabellones ”ad hoc” exclusivamente dedicados ai uso 


de mujeres. 


Aunque tarde, hemos oído los clamores que señalaban la incongruencia de que 
abriésemos hospitalariamente nuestra casa a hombres de otras razas y de otras latitu- 
des, mientras la manteníamos cerrada para los seres queridos que representan lo más 
dulce, lo más espiritual, lo más tierno e inspirador de nuestras vidas. No ha sido cier- 
tamente, por misogenia, incompatible, claro está, con el alto sentido de la vida que 
caracteriza a los asturianos, ni tampoco por exagerado misoneísmo, cuando siempre 
hemos dado prueba de amar el progreso. (El Centro Asturiano es un ejemplo constante 
de avance y renovación y su existencia surgió, según se recordará, de un rasgo de re- 
beldía frente a acaecimientos que se consideraban lamentablemente reglamentados y 


4 76 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


encasillados). La verdad es que hasta estos últimos años, por las circunstancias en 
que se desenvolvía la vida mercantil de nuestros paisanos, Cuba no era país favorable 
a la emigración o acceso de mujeres españolas, y ni el número de éstas ni las labores a 
que podían consagrarse, hacían indispensable y perentorio atenderlas como ahora se 
las atenderá. Creció la población femenina española de manera inusitada, revelóse la 
necesidad de que también ellas tuviesen su Quinta, apartándolas de la desoladora pers- 
pectiva de la beneficencia oficial, y nuestro Centro es el primero, entre los de más ca- 
tegoría T en reformar su reglamento y en variar su ‘status", en una cordial Lima bien- 
venida a las mujeres, que son ya, socialmente, lo que eran en nuestro hogar, compa- 
ñeras y coasocíadas. 

Otra vez, por tanto, vamos en la avanzada, con espíritu renovador y comprensivo. 


La "Juventud Asturiana" — todos sabéis qué Sociedad es ésta — nos ha brindado 
un estandarte para el nuevo domicilio. Le costearán sus socios en cantidades no ma- 
yores de veinte centavos por cada uno. 

Se ha aceptado y agradecido el ofrecimiento. Esta muchachada de la Juven- 
tud Asturiana" cómo ama al Centro y con qué alerta sentido se identifica con él y le 
rinde pleitesía! Es, con la Beneficencia y con la Caja de Ahorros, una de las más im- 
portantes e influyentes derivaciones de nuestra institución. Está en la vanguardia, 
laborando por la cultura física y la intelectual y variando sustancialmente las aficiones 
de la mocedad, mediante bellos y rítmicos juegos de destreza y energía muscular. 

Quizá no hemos apreciado aún en conjunto, los beneficios que reporta al Centro 
la vida próspera y triunfante de la "Juventud". Son más y más positivos de lo que pu- 
diera sospecharse, por cuanto al estimular la práctica de los deportes, crea en los in- 
dividuos la necesidad de una existencia higiénica, libre de pasiones deprimentes. Hace 
hombres, en todo e) soberano significado de la expresión, devotos de lo varonil, de lo 
heroico, de lo digno, de lo armonioso. 

Tenemos que recibir con suma complacencia esa delicada, sentimental y patrió- 
tica ofrenda. Ella es un lazo de unión más entre nosotros y esta entusiasta, progre- 
sista "juventud Asturiana" que, con sus victorias, con sus éxitos, a más de honrarnos, 
demuestra que los asturianos somos aptos para toda clase de deportes. 


La Junta Directiva ha aprobado los planos del espacioso edificio que habrá de 
levantarse en el Sanatorio, dedicado a cocina, comedores generales, mayordomía, al- 
macenes, etc., de acuerdo con la moción presentada por el joven e ilustrado vocal don 
Fermín González González* 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURÍANÍO DE LA HABANA 


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Los aprobó el 19 de Abril y el 12 de Mayo verificábase la subasta de construc- 
ción, que fue concedida a los postores Martínez y Rojas, en $165,082.30. 

Una obra más que aumentará la importancia del Sanatorio, en el que ya que- 
da poco por hacer* Todo en él es amplio, suntuoso, magnífico. Salas de ci rujia, 
salas de medicina, pabellones para infecciosos, departamentos de hidroterapia. Rayos 
Roentgen y laboratorio, cuanto, en fin, la medicina moderna puede apetecer, allí se 
encuentra en grado que no admite superación. 

Precisamente, 15 días .después de esa subasta, el 23 de Mayo, entrábamos en 
posesión definitiva de los pabellones "Jenaro Pedroarias", de radioterapia y Rayos X; 
“Maximino Fernández y González”, dedicado a Laboratorio; y los de medicina general 
“Dr. Agustín de Varona" y “Antonio Suárez y Suárez 1 ', últimas construcciones con las 
que se alhajó — no es hiperbólico el adjetivo— nuestro jardín-sanatorio, nuestra casi cíu- 
dad “Covadonga’ , en la que vive una población superior a L200 personas v en la que 
hay, desde que amanece hasta las 10 de la noche en que se cierran las puertas al pú- 
blico, un ir y venir de transeúntes y un rodar de automóviles que aventaja al tráfago 
y movimiento de poblaciones de mucha nombradla 

Exceden actualmente de 25 ios edificios, en su totalidad de vasto perímetro, que 
forman el conjunto de la Quinta, y aún se proyectan otros, como este de cocina y co- 
medores, que será el mayor por el espacio que ocupará y constar de dos pisos, más 
un sótano en toda su extensión. 

Nada nos arredra, ni detiene nuestro impulso. Cuba sufre en estos instantes 
angustioso proceso económico, que repercute también en nuestros ingresos mensuales, 
haciéndolos descender extraordinariamente. Y sin embargo, acometemos costosas am- 
pliaciones en el Sanatorio, a compás de la obra máxima de la hora actúa!, e] Palacio 
del Centro, que yergue su traza española, enmascarada aún por andamios desde los 
que hábiles escultores van plasmando en la piedra bellos ornamentos, en el mismo 
corazón de la ciudad, en su parte más céntrica y vistosa. Maravilla semejante vigor, 
vitalidad tan serena y firme a quienes no conocen cómo se desenvuelven y giran aso- 
ciaciones corno la nuestra, en Ja que cuantos forman directivas y secciones trabajan 
conjuntamente derrochando desinterés, abnegación, idoneidad. Toda labor es gra- 
tuita, No existe, ni sé apetece, remuneración alguna material por tareas que a otros 
que no tuviesen el temple, la fortaleza, el entusiasmo de los nuestros, agotarían en. 
seguida. Los que se cansan, son pronto sustituidos. Los que revelan pereza, pronto 
relevados de servicio Les reemplazan en sucesión ininterrumpida de hombres to- 
cados de idealismo, nuevos luchadores ansiosos de acrecentar la hacienda confiada a 
su administración. He ahí d secreto de esto que se diputa taumatúrgico. Es posible 
que lo sea, por cuanto ]as virtudes de ia raza asturiana: sobriedad, hondo sentido ético, 
espíritu de trabajo, nobleza, idealismo, es difícil de hallarlas reunidas en ninguna otra 
raza. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


A proposición de un mentí simo directivo, don Maximiliano I soba Prado, nues- 
tro Centro provocó una reunión extraordinaria del Comité de Sociedades Españolas, 
a la que asistió expresamente invitado don Vicente Gay, profesor de la Universidad 
vallisoletana— de cuya visita a la Covadonga ya hablamos — recabándose de éste in- 
terpusiera su influencia cerca del Directorio Militar a fin de conseguir alguna disposi- 
ción favorable a los prófugos ansiosos de acogerse a la legalidad y regresar a la patria 

Ei V>i. Gay aceptó hacerse mensajero de las aspiraciones que se le expusieron 
y señaló a la vez el procedimiento a seguir a fin de alcanzar un decisivo triunfo. 

Anotamos el hecho, por lo que tiene de grato para nuestra Sociedad, pues acusa 
su celo y preocupación por cuanto interesa a los asociados y por lo que significa de 
éxito personal para el Sr. Isoba Prado, sin cuya iniciativa acaso no se verificara La in- 
teresante sesión* 


Uno de nuestros más inquietos y batalladores directivos, don Antonio Méndez 
Méndez ha visto desechadas, apenas expuestas, dos proposiciones suyas en relación 
con el edificio social. 

En una abogaba porque se hiciese un estudio y presupuesto de cuatro pisos 
más, pues que la cimentación es para sostener ocho, a fin de obtener renta de estos 
nuevos cuatro pisos, alquilándolos a agrupaciones afines con la nuestra* 

La Directiva no estimó prudente tomar en consideración lo solicitado, por cuan- 
to los trabajos de edificación estaban ya en esa fecha— 12 de Junio— muy adelantados 
y acarrearía graves perjuicios cualquier suspensión o aplazamiento* 

En otra de las mociones, el señor Méndez interesaba que en la torre principal 
fuese instalada una estación de radio, trasmisora y receptora, desde la cual se pudieran 
despachar y recibir mensajes de España, 

Defendióla su autor con tiernos y vibrantes conceptos patrióticos y sentimenta- 
les; oyóseie con agrado y se dispuso que informara acerca de la pract Labilidad de la 
idea la Comisión de Obras que ateniéndose a realidades que hacen imposible el proyec- 
to, dictaminó denegatoriamente. 


La Biblioteca Circulante, tan esperada por los amplios horizontes que abre a 
la cultura de nuestros consocios, será un hecho real, tangible así que nos instalemos 
en casa propia* 

Nuestra Sección de instrucción, en Ja que abundan ios hombres comprensivos 
y liberales, acogió con cariño la audaz— entre nosotros, poco habituados a prescindir 
de engorrosos trámites — la audaz innovación, merced a la cual se llevará a domicilio 
ía lectura, y tuvo la suerte de que la Junta Directiva le impartiese su aprobación, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Así, pues, el ano 1928, ya tan próximo, en que habitaremos nuestro suntuoso 
y cómodo palacio, da ranos la legítima satisfacción de ser los primeros que en Cuba 
establezcan este tipo de bibliotecas que funcionan en Europa con éxito asombroso y 
resultados encomiásticas. 


Los señores médicos de nuestra Quinta, delegando en su Federación gremial, 
nos han hecho diversas peticiones, que no hemos titubeado en atender, en gracia a la 
sincera cordialidad que siempre ha prevalecido entre aquéllos y nosotros. 

Muchas de dichas peticiones han adquirido ahora lo que antes no tenían, carác- 
ter notarial, pues en la práctica venían imperando desde antiguo y por mutuo acuerdo, 
confiado su cumplimiento a nuestra buena fé, que para manifestarse jamás necesitó 
de compromisos escritos y de intimidaciones gremiales. 

En suma salvo leves aumentos en la nómina, esta demanda de ios señores mé- 
dicos, hecha por medio de su Federación, no lesiona nuestra intereses y pone de relieve 
que nos anima, en todo instante, un espíritu benevolente y justiciero, merced al cual 
soslayamos conflictos y divergencias que habrían de ser. a la postre, lesivos para las 
dos partes. 

La conciliadora actitud de la Junta Directiva fue favorablemente acogida por 
la opinión asturiana, que si algo lamentó en relación con este asunto, ha sido que por 
elementos agenos a nuestra colectividad se tratase de fomentar un desacuerdo entre 
el Centro Asturiano y sus facultativos a proposito de un pacto que no encierra en el 
fondo nada que atente a nuestra soberanía y autoridad dentro y fuera del Sanatorio. 

Lo que importa, y esto parece haberse conseguido definitivamente, es que por 
ningún concepto se interrumpa la compenetración e intimidad, hecha a base de mutuas 
concesiones, entre el brillante Cuerpo Médico de la Covadonga y la colonia asturiana, 
que no vé, que no es posible que vea en estos sabios y generosos doctores, en los Varona, 
Fresno, Díaz Albertiní, Menéndez Medina, Montero, Casariego, March, Serra, Toña- 
rely, Romero, Stincer, Ortega — por no citar sino a los de más antigüedad , '—simples 
profesionales atentos a las ventajas de su bien asentada fama, sino a consocios esti- 
madísimos, a amigos fraternales, a camaradas altruistas y entusiastas que contribuyen 
de consuno a la grandeza del Sanatorio, en el que se han hecho algunos y en el que 
todos brillan y se destacan y obtienen merecidos galardones y renombre científico. 

Que este concepto de compañeros cordiales y simpáticos en que tenemos a núes- 
tros galenos es algo propio y sustancial de nuestro carácter, lo prueba el acuerdo to- 
mado por la Junta General de Julio de 1926, concediendo una asignación mensual de 
$250.00 al Dr. Manuel V. Bango y León. 

El Dr. Bango fué el primer Director de la Quinta, en la que prestó eminentí- 
simos servicios. Retirado de ella por espontánea y libérrima voluntad, demostré- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


inosle la pena conque recibimos su resolución, nombrándolo Director Honorario, título 
con el que tendimos a establecer un vínculo perdurable de solidaridad entre él y nosotros, 
además de dar su nombre al pabellón de Grujía. Y ahora, 18 años después de la fecha 
en que nos abandonó, no sólo hacemos más imperecedero su recuerdo y le expresamos 
mejor nuestro afecto colocando su busto en mármol en uno de los parques del Sanato- 
rio, sino que para atenuar las tristezas que indefectiblemente abaten a los que como 
el Dr> Bango llegan a la vejez horros de caudales, porque cuanto poseían, ciencia y 
juventud, lo dieron sin tasa ni medida, votamos esa modesta pensión vitalicia. 

Y es que, médicos, topiqueros, practicantes, oficinistas, cuantos encanecen al 
servicio del Centro Asturiano, no necesitan del concurso de agremiaciones a fin de 
recibir la adecuada recompensa que libertándolos del diario trajín les ponga a cubierto 
de penurias. Sin ley de retiro y pensiones — ley que por cierto con tanto entusiasmo 
prohijamos — es un hecho que no se ha desatendido a ningún viejo funcionario y que son 
varios los que están eximidos de trabajar, recibiendo su mesada correspondiente. 

Esta no es una entidad industrial * El Centro Asturiano es, quiere ser siempre 
una vasta familia unida por consideraciones de mutua ayuda y tolerancia mutua, y 
cuantos le sirven deben tener la convicción de que sirviendo aparentemente a los 
demás, se sirven a sí mismos. Uno para todos y todos para uno, sin recelos ni prejuicios 
estériles y suicidas. 


Hemos perdido este año cuatro Socios Fundadores, Recordémosles: don David 
Fernández, quien residía en Malleza (Asturias), don Alfredo González García, don 
Francisco Arnéiz Collado y don Bel armiño Alvarez Suárez. Cuatro varones de con- 
ducta edificante, de asturianismo ejemplar, fecundo y provechoso, merced a los cuales 
cuajó en realidad que excede a todo vehemente ditirambo el Centro que nos cobija 
y ufana. 

Cada uno de estos socios singulares que se va de la vida, es como si arrancáramos 
violentamente una hoja del libro de nuestra historia. Nos queda su recuerdo; está 
aquí, palpitante y vigorosa, la Asociación que crearon; prometemos imitarles y les imi- 
tamos muchas veces. . . todo real, exacto y en cierta medida consolador; pero ¿y sus 
consejos 7 ¿Y sus prudentes enseñanzas? ¿No nos faltará algún día el estímulo de su 
palabra y de su presencia A * * 

Los Socios Fundadores, son, a la vez que símbolo de una época gloriosa, guías, 
conductores espirituales de la institución, Y es triste, desolador advertir cómo la muer- 
te — recordemos a jorge Manrique — viene tan callando y nos los arrebata,’ sin que 
podamos evitarlo. Deshojemos sobre las cuatro tumbas recién abiertas, las siempre- 
vivas de nuestra devoción y afecto. 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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A virtud de proposición de don Armenio La Villa— espíritu zahori y carácter 
efusivo y fraterno — hemos rendido brillante, notable homenaje a ios insignes médicos 
Finlay, Delgado, Agrámente, Gorgas, Gu iteras y Lazear que contribuyeron a la extin- 
ción de la fiebre amarilla, colocando una tarja de bronce — admirable trabajo en relieve 
con los bustos fielmente reproducidos de dichos hombres de ciencia, obra del escultor 
gíjonés don Rodolfo G, Rapp — en el vestíbulo del pabellón "Asturias" de nuestro 
Sanatorio, 

Simultáneamente con dicho acto — celebrado el domingo 19 de Diciembre — se 
verificó la entrega de los Diplomas de Gratitud concedidos a don Fernando R i vero, 
don Martín Pizarra, don Miguel Roldan, don Celestino Alvarez y don Pablo R, Fresno; 
fueron inaugurados los pabellones “Jenaro Pedroarias", “Maximino Fernández Gon- 
zález* , “Doctor Agustín de Varona" y "Antonio Suárez y Suárez" y se procedió a des- 
cubrir los bustos del exprés i den te don Ramón Arguelles y del Director honorario, 
Dr. Bango. 

Homenajes sentidísimos a personalidades eminentes 
de varía significación, unas por sus servicios a la Huma- 
nidad; otras, por su amor a nuestro Centro, Entre estas 
ultimas, destaquemos a los periodistas Rivera, Roldan, 

Alvarez (don Celestino), Fresno y Pizarra, escritores bri- 
llantes que con celo y constancia insuperables, con talento 
y pasión nada comunes, narran a diario nuestros progre- 
sos y ponderan nuestras fiestas, incensan nuestra mutua- 
1 idad, estimulan a nuestros hombres con sus frases de 
cariño y elogio, describen nuestras emociones y se iden- 
tifican ^on nuestros anhelos, llevando a todas partes, en 
alas de la propaganda periodística, el eco de nuestras 
grandezas* atrayéndonos socios en una publicidad de 
enorme espansión y de avasalladora eficacia sin ia que 
las Sociedades Españolas de Cuba no hubiesen logrado el renombre de que disfrutan, 
la preponderancia de que gozan y quizá tampoco el respeto, la consideración que, al 
ser divulgados un día y otro sus verdaderos fines de instiuccíón y beneficencia para 
todos, tienen ya en el alma del pueblo, lo mismo que en las altas esferas gubernativas. 

Dejemos ahora a uno de esos distinguidos periodistas, al Sr. Rodríguez Fresno, 
de “El Mundo", la tarea de describir esta memorable solemnidad, Ei, con más ame- 
nidad y belleza que nosotros, nos brinda una exacta, fiel impresión de los distintos 
actos: 

' f i 

“Con la brillantez a que nos tiene acostumbrados el Centro Asturiano se cele- 
braron en el día de ayer en el Sanatorio Covadonga distintos actos demostrativos 
todos ellos de la gratitud que esa gran institución le guarda a cuantos saben servirla 
y a los que de algún modo han beneficiado a sus socios. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Se trataba del desvelamiento de los bustos del ex-p residente social, señor Ra- 
món Argüelles, cuya memoria es venerada y del Director honorario de la Covadonga, 
doctor Manuel Rango y León, que supo ofrecer en bien de esa Casa de Salud todo el 
caudal de su ciencia y experiencia, inaugurándose los pabellones que ostentan los nom- 
bres dd actual Director de ese Sanatorio, doctor Agustín de Varona y G. del Valle y 
de los ex-p resi den tes, señores Jenaro Pedr oarias, Antonio Suárez y Suárez y Maximino 
Fernández y González, descubriéndose también una tarja de bronce dedicada a per- 
petuar la memoria de aquel sabio cubano que se llamó doctor Carlos J, Finlav y la de 
sus colaboradores en la labor de hacer desaparecer la ñebre amarilla* que constituía 
terrible azote. 

Todos esos actos revistieron gran solemnidad. 

De los primeros en llegar al Sanatorio Covadonga lo fueron los Embajadores 
de España, Excelentísimo señor Francisco Gutiérrez de Agüera y de los Estados Unidos, 
Mr. Enoch E. Crowder. 

El señor Gutiérrez Agüera como especial deferencia hacia el señor Crowder, por 
tratarse de un acto que se verificaba en una Sociedad española, fue en su busca al edi- 
ficio de la Legación de los Estados Unidos, acompañándolo hasta el mencionado 
Sanatorio. 

Momentos después se hallaba en tan hermoso establecimiento benéfico, el coro- 
nel julio Morales Coello, que asistió en representación del Hon. Presidente de ía Re- 
pública, general Gerardo Machado 

Comenzó a dársele cumplimiento ai programa con el desvelamiento de las bus- 
tos en mármol del ex-presidente del Centro Asturiano, señor Ramón Argüelles y del 
Director honorario del Sanatorio, doctor Manuel Bango y León, que han sido colo- 
cados en uno de los hermosos parques con que la Covadonga cuenta. 

Terminado el desvelamiento que llevó a cabo el presidente social, señor Muñiz; 
los directivos, miembros de la Sección de Sanidad y los invitados recorrieron los pabe- 
llones 'Jenaro PedroariasJ “Maximino Fernández y González" y “Doctor Agustín 
de Varona ' y "Antonio Suárez y Suárez", de los que se hicieron justos elogios, por lo 
espaciosos y bien provista que están de todo lo necesario, así como por las comodL 
dades que le ofrecen a los socios enfermos y los adelantos que contienen. 

De regreso al pabellón “Asturias" los señores directivos y sus invitados se si- 
tuaron frente a la tarja en bronce, que ha sido colocada en la parte derecha de la pared 
de ese edificio, que debía ser descubierta y que perpetúa la memoria dd sabio cubano, 
doctor Carlos J. Finlav y de sus colaboradores. 

El señor Muñiz, Presidente social, corrió d velo que cubría dicha tarja, en la 
que se lee lo siguiente: 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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'El Centro Asturiano de la Habana a la memoria de los doctores Carlos J, Fíntay, 
Claudio Delgado, Arístides Agramonte, William G. Gorgas, Juan Gu iteras y Jesse W. 
Lazear, benefactores de la humanidad". 

La numerosa concurrencia se situó en el salón de actos del susodicho pabellón 
^Asturias", en el que por primera vez aparecían tres artísticos escudos de España, 
de Cuba y Asturias fundidos en los talleres del señor Luis Menéndez Car reño, los que 
también fueron desvelados. 

Ocupó la presidencia el coronel Julio Morales Coello que ostentaba la represen- 
tación del Primer Magistrado de la Nación, general Gerardo Machado, acompañado 
del presidente del Centro, señor Manuel Muñíz Díaz; del Embajador de España, Ex- 
celentísimo señor Francisco Gutiérrez de Agüera, no así del Embajador de los Estados 
Unidos, Mr. Enoch H. Crowder, porque después del desvelamiento de la tarja se vio 
obligado a marcharse por tener un compromiso anterior; el Director Honorario de la 
Covadonga, doctor Manuel Bango; Gobernador de ta Provincia, señor Ernesto López; 
doctor j, A. López del Valle; el Director de Sanidad, doctor Fernando del Pino; el Jefe 
Local de Sanidad, doctor Francisco P, López Silvero; los vicepresidentes del Centro, 
señores José A, Palacio y Nicanor Fernández; Director y Subdirector de la Covadonga, 
doctores Agustín de Varona y G. del Valle y José Antonio Presno; tesorero social, 
señor José Simón; el ex-presidente, señor Jenaro Pedroarias; el también ex-presidente 
social, señor Maximino Fernández Sanfeliz; el doctor Torra Ibas ; y el Secretario General, 
señor Enrique Cima. 

A nombre de i presidente social, el coronel Julio Morales Coello, declaró oficial- 
mente descubiertos los bustos y la tarja e inaugurados los cuatro pabellones de que 
hemos hecho mención, anunciando que se procedería a hacer entrega de los diplomas 
de gratitud a los periodistas señores Martín Pizarro, Fernando R i vero, Miguel Roldan, 
Celestino Alvarez y Pablo R Presno, concediéndole la palabra al presidente de la Sec- 
ción de Propaganda, señor Faustino Grana. 

El señor Grana en su calidad de presidente de ese organismo, que fue el que 
acordó la distinción concedida a los compañeros citados, procedió a hacer entrega de 
los diplomas, después de haber hecho cálidos elogios de los favorecidos, significando 
que la fecha señalada era la más apropiada porque la había consagrado el Centro As- 
turiano para premiar a los que lo han servido o vienen sirviendo y a aquellos que han 
sabido con su ciencia ser benefactores de la humanidad. 

Les recomendó el señor Grana a los señores Roldan, Alvarez, Rivero, Pizarro y 
R. Presno que continúen prestándole su desinteresado concurso al Centro Asturiano 
a fin de que pueda ser cada día más grande, más caritativo y más filantrópico. 

Y formuló votos por la prosperidad de la República y porque el gran ciudadano 
que rige sus destinos obtenga los mayores éxitos, terminando con la ratificación de que 
esos diplomas constituyen la demostración más elocuente de la gratitud que guardan 
el Centro Asturiano y sus socios a esos representantes de Sa prensa. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


A nombre de los señores que recibieron ios diplomas uso de la palabra el com- 
pañero señor Celestino Alvarez, Director de "El Progreso de Asturias", expresándose 
del siguiente modo: 

"Señor Representante del Presidente de la República; Excelentísimo señor Em- 
bajador de España; señor Presidente del Centro Asturiano de la Habana; señores Re- 
presentantes de las Autoridades; señor Presidente de la Sección de Propaganda; señor 
Presidente de la Sección de Asistencia Sanitaria; señores Miembros de la junta Di- 
rectiva; Señoras y Señores; 

Mis compañeros los cronistas delegaron en mí para dar al Centro Asturiano las 
gracias, por esos Títulos de Gratitud, que nos ha concedido por vuestra mediación, 
a propuesta de la laboriosa Sección de Propaganda, la cual se ha excedido al honrar- 
nos de tal modo, premiando nuestra humilde y constante labor en los rotativos de esta 
capital por ser portavoces en toda ocasión de la gran labor que el Centro Asturiano 
rinde en sus jornadas de gloria; de su obra benéfica, cultural y sobre toda ponderación 
humana, en la que toman parte cuantos desfilan por sus juntas de gobierno, y por sus 
cuerpos facultativos y de administración. La prensa si bien es cierto que por nuestra 
mediación pregona a diario en todos los ámbitos de la Rcoública y en el extranjero, 
los progresos del Centro Asturiano, y de su incomparable Sanatorio, es a vosotros y 
a vuestros antecesores a quienes corresponde ese galardón, por la desinteresada gestión 
realizada, por los sacrificios que en cumplimiento de los deberes sociales lleváis a cabo. 

Reconociendo esos méritos, hace muchos años, que nuestro compañero Femando 
Rivero, inició desde las columnas del "Diario de la Marina" la Sección de Sociedades 
Españolas, Sección que ganó las páginas de los demás periódicos y respectivamente 
iniciaron esa labor nuestro compañero Martín Pizarra y Pablo R. Fresno, que cons- 
tituyen la trilogía de los veteranos del grupo de cronistas que hoy laboramos cada cual 
en su sector. 

Lo inmerecido de la distinción de que nos hacéis objeto, avalorará en nuestros 
corazones el agradecimiento de que somos deudores; y esos hermosos títulos serán en 
nuestros hogares inestimable joya que nos hablará de vuestro afecto, de vuestro cariño, 
y de la grandeza y nobilísima misión que realiza en esta bendita tierra el Centro 
Asturiano. 

Habéis escogido un memorable día, para entregarnos tan magníficas preseas, no 
podremos olvidarlo. A ella irá el recuerdo de la inauguración de los magníficos pabe- 
llones que acabamos de admirar y el desvelamiento de los bustos de los patricios cuya 
memoria honra el Centro Asturiano. 

Ante ellos creíamos ver animarse el mármol y el bronce para recibir sus almas; 
y que éstas asomadas a sus ojos y a sus labios saludaban a sus amigos y compañeros, 
y bendecían al Centro Asturiano, por hacerles vivir de nuevo a la refulgente luz del 
día, como viven en la historia para ejemplo y guía de esta generación y de las venideras. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Que ellos iluminen y dirijan nuestros pasos, en la vida social para hacernos dig- 
nos de ellos, a fin de que nuevas páginas de oro, vayan dándose a las conquistas por 
ellos y por nosotros. En nombre de mis compañeros R i vero, Pizarra, Fresno, Roldan 
y en el mío, recibid nuestro eterno reconocimiento, los votos más sinceros que hacemos 
al Altísimo por la felicidad de todos nosotros, por la prosperidad y grandeza del Gen- 
tro Asturiano, de España inmortal, de Cuba idolatrada, y por la de aquella región de 
Asturias, sillar inconmovible en que se asienta el origen de nuestra existencia y de nues- 
tra ciudadanía. 

He dicho '. 

El Dr. Varona, director de la Casa de Salud de! Centro Asturiano comenzó 
con un saludo para las autoridades allí presentes y para todos los invitados y demás 
asociados y familiares de los mismos que ocupaban el espacioso salón, aludiendo a los 
pabellones inaugurados y a los bustos y tarja descubiertos, diciendo que los primeros 
constituyen el homenaje a los socios enfermos y a la vez a varios ex-p residentes y que 
ei busto erigido a don Ramón Arguelles, faro luminoso en la historia social y el que se 
le ha levantado al doctor Bango constituyen la demostración de que el Centro Astu- 
riano sabe ser agradecido. 

(Al mencionarse el nombre del doctor Bango la concurrencia se puso en pie 
y aplaudió al Director de Honor). 

Continuó el doctor Varona manifestando que esos aplausos complementaban 
el homenaje rendido a ese médico ilustre, cuyas orientaciones no han desaparecido 
en la Casa de Salud, porque es necesario seguirlas para que ese Sanatorio sea una ver- 
dadera gloria para el Centro Asturiano. 

Celebró el orador que se hubiere honrado por medio de una tarja al doctor Finlay 
y a otros trabajadores y mártires de la ciencia algunos de ellos, a los que se debe que 
ya las madres españolas al ver partir a sus hijos rumbo a América no tengan temor a 
¡a fiebre amarilla que segaba tantas y tantas vidas juveniles, de ilusiones y de espe- 
ranzas plenas. 

Aludió a la labor científica del doctor Final y y de los que fueron sus colabora- 
dores, diciendo que los primeros de ellos fueron hasta objeto de burlas al referirse a las 
teorías que sustentaban, recordando la segunda etapa emprendida por la comisión 
que estudió los descubrimientos y que siendo director el doctor Bango, la observación 
clínica realizada en ¡a Covadonga le sirvió al doctor Guiteras para publicar un her- 
moso trabajo. 

Agregó que próximamente el Centro Asturiano inaugurará el hermoso edificio 
de su propiedad y que ha de representar el esfuerzo de sus 60,000 asociados que forman 
un verdadero ejército y que ello ha de revelar a los hombres del mañana la grandeza 
de la labor desarrollada, siendo demostrativo a la vez de que no pertenecemos a una 
raza muerta, como se ha dicho, sino a una raza viva, muy viva, capaz de emprender 
y de llevar a feliz término las mayores empresas. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y consideró que la República y el pueblo cubano han de levantar en el por- 
venir un altar de amor a España, por haber sabido encarnar el alma de la Raza. 

Habló el doctor Sánchez Agramóme, que es el único superviviente de la glo- 
riosa jornada que inició y llevó a feliz término el sabio doctor Finlay, para expresar 
que se honran a sí mismo los que honran a los que se han distinguido; que los pabe- 
llones, los bustos y la tarja honran y enaltecen al Centro Asturiano. 

Dijo sentirse satisfecho de haber tomado parte en aquel empeño trascendental, 
por lo que desde lo más profundo de su pecho entona una plegaria de gracias y que 
deben considerarse dichosos los que han vivido lo suficiente para haber alcanzado ese 
homenaje del Centro Asturiano, que agradece por sus compañeros muertos, a los que 
se les ha hecho revivir en el recuerdo. 

Profundamente conmovido habló el doctor Manuel Rango, por las frases de 
elogio y de afecto que le había dispensado su antiguo compañero y amigo el doctor 
Varona. 

Agradeció después al Centro Asturiano el honor que le concedía con la coloca- 
ción de un busto suyo en uno de los jardines, diciendo que si bien es cierto que le de- 
dicó a esa institución muchos años de su vida, no es menos cierto que ha recibido sa- 
tisfacciones, cariños y respetos que constituyen una gran recompensación y como si ello 
fuera poco se le lleva al mármol, no obstante su condición humilde, habiéndosele dis- 
pensado también una pensión vitalicia que mucho le beneficia y que no sabe cómo 
agradecer lo suficiente. 

Y termina dando las gracias al Centro Asturiano por todas las consideraciones 
y los respetos que le han sido dispensados y con un saludo para la presidencia de! acto 
y para los demás concurrentes. 

(La ovación dispensada al doctor Bango fué muy prolongada). 

El Dr. López de! Valle, Director de Sanidad, habló así: 

Sr. Representante del Sr. Presidente de la República, Señor Embajador de 
España, Señor Presidente del Centro Asturiano, Señoras y Señores: 

E! Centro Asturiano de la Habana, rindiendo hermoso culto a la gratitud y al 
amor, ha colocado en sitio de honor de esta Casa de Salud una 'tarja ' 1 destinada a 
perpetuar en el bronce, como ya lo están en nuestros corazones, los nombres de Finlay, 
Delgado, Lazear, Gorgas, Gu iteras y Agramóme. Y este noble rasgo del Centro As- 
turiano, es tanto más de agradecer, cuanto que ocurre con frecuencia que se olvidan 
y pasan a veces inadvertidos los nombres de los hombres que se consagran al bien de 
la humanidad, que dedican las actividades todas de su cerebro a la medicina preventiva^ 
ya que la obra de esos grandes de la Ciencia es tanto más efectiva y salvadora, cuanto* 
menos se manifiesta en las estadísticas y cuadros nosológicos. 



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487 


¡Prevenir! ¡Anticiparse al mal y poner en práctica cuanto tienda a evitarlo! 
¡Suprimir las causas que provocan las infecciones, los accidentes, los quebrantos en la 
armonía fisiológica! Hermosas finalidades de la Medicina Preventiva, que cuando se 
obtienen en toda su integridad, el público no puede darse cuenta ni apreciar en toda 
su grandeza, los previos esfuerzos realizados para la defensa de su salud y de su vida. 
Es un peligro que no se advierte. Es un beneficio, tanto más grande, cuanto menos 
se manifieste en sus resultados adversos. 

Y así como no es fácil en estos maravillosos países tropicales, bañados constan- 
temente por el sol, por este astro esplendente y luminoso que a cada momento, en cada 
instante, con sus mágicos resplandores, escribe poemas de belleza, de calor, de vida 
y de animación; donde vivimos bajo la influencia de esa luz solar deslumbradora y 
magnífica, sentir en toda su intensidad las angustias infinitas de los que viven en los 
países castigados por el frío, así tampoco podemos ahora, que a Dios gracias disfruta- 
mos de un estado sanitario perfecto, libre de enfermedades epidémicas, recordar y traer 
a nuestra mente los tristes días en que la Fiebre Amarilla y otras enfermedades epidé- 
micas nos azotaban y que constituían una amenaza cierta para los nacionales extran- 
jeros que vivían en estas tierras tan feraces y tan fecundas. 

Ahora que la Fiebre Amarilla ba desaparecido por completo de nuestros cuadros 
noso lógicos, que en este país bendito ha desaparecido el fantasma pavoroso de esa 
cruel infección, parecía talmente, como en medio de la placidez sanitaria en que vivi- 
mos, se habían olvidado por completo los nombres de aquellos que de manera tan di- 
recta contribuyeron al exterminio de esa enfermedad entre nosotros, 

Y el Centro Asturiano de la Habana, viene a demostrar con el acto sencillo, pero 
elocuente y sentido que acabamos de realizar, al desvelar la “tarja" que contienen esos 
nombres ilustres y que, reconocido, recoje el sentir de las buenas y de las nobles madres 
españolas, que ven ahora, tranquilas y serenas, partir a sus hijos hacía estas tierras 
maravillosas de la América Tropical, sin que estén amenazadas las vidas de esos "pe- 
dazos de sus entrañas", por una enfermedad que antes los consumía y ios mataba. 

Y parecía natural que aquí, en esta propia Casa de Salud, se rindiera ese tri- 
buto por la razón a que voy a referirme; aquí, en uno de los Pabellones de Covadonga, 
se escribió lo que pudiéramos llamar el último Capítulo de la tragedia sombría de la 
Fiebre Amarilla. Como muy bien recordará el ilustre Director de esta Institución, 
d Dr. Agustín de Varona y González del Valle, allá en los comienzos del año 1902, 
ingresaron en esta Casa de Salud seis individuos atacados de una "Fiebre indetermi- 
nada", cuyo diagnóstico preciso no se podía establecer en los primeros momentos. 
No se pensó en Fiebre Amarilla, ya que se había anunciado al Mundo entero, la erra- 
dicación tota! de esa infección en la Habana. De manera oficial, se había trasmitido 
a los Centros Científicos, que la Fiebre Amarilla estaba totalmente dominada en esta 
Capital. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y sin embargo, señoras y señores, cuando a las pocas horas del ingreso de esos 
enfermos los visitaba la Comisión de enfermedades infecciosas , se pudo comprobar 
que eran casos positivos de Fiebre Amarilla. Los atacados, aunque tenían sus domi- 
cilios aparentes en la Habana, sin embargo, trabajaban y vivían en el vecino Término 
Municipal de Santiago de las Vegas, en una Fábrica de Tabacos. En realidad, la ciu- 
dad de la Habana estaba libre de Fiebre Amarilla. Pero allá, escondida en los campos, 
en una pequeña población muy cercana a la Capital, como haciendo, lo que con j us- 
teza Kean llamó "guerra de las guerrillas' \ estaba la Fiebre Amarilla latente, sostenida 
principalmente atacando a los niños cubanos no inmunes a esa infección. 

Y con motivo de tales casos y al precisarse su punto de origen, fuimos comisio- 
nados el inolvidable Gu iteras y yo, para ir a Santiago de las Vegas y estudiar, sobre 
et terreno, la situación sanitaria de esa localidad en relación con la Fiebre Amarilla. 
Bien pronto, estudiando las estadísticas de defunción de ese Término, oyendo a los 
compañeros que allí ejercían, inspirándonos, por decirlo así, en el "ambiente sani- 
tario reinante , llegamos a la conclusión de que Santiago de las Vegas era un foco de 
Fiebre Amarilla En tal concepto, tanto en esa población, como en la vecina de San 
Antonio de ios Baños, se llevaron a cabo trabajos para la extinción de mosquitos, ob- 
teniéndose, tras titánicos esfuerzos, la erradicación de la Fiebre Amarilla, hasta el 
año de 1904 en que nos fue importada de New Orleans y de nuevo dominada en 1908, 
desde cuya fecha estamos totalmente libres de ese terrible flagelo, 

Y aquí, en este templo científico, tuvo su epílogo aquel drama, que enlutó tantos 
hogares, que sembró la muerte por doquier, y que pesaba como un anatema sobre esta 
tierra tan próspera y tan grande 

Y todos los que conocemos, por haber sido los unos sus discípulos, los otros sus 
compañeros y todos sus admiradores, la obra de Finí ay y de Gorgas, de La zea r y de 
Agrámente, de Delgado y de Gu iteras, no podemos por menos que rendir, emocionados 
y agradecidos, tributo de admiración a sus nombres gloriosos, bendecir sus recuerdos 
y propagar por el mundo entero cuales fueron sus grandes, sus extraordinarios mere- 
cimientos. 

Finlay fué el genio, el que concibió y formuló la doctrina salvadora, el que 'vio" 
a través de su cerebro, la luz de su descubrimiento maravilloso y sorprendente sobre 
el medio de trasmisión de la Fiebre Amarilla, con la doble vista de su concepción ge- 
nial, vio extinguida la Fiebre Amarilla tan pronto se aplicaron sus doctrinas y las bases 
de la profilaxis derivadas de la misma. ¡Fué el descubridor? Tenía a su lado, como un 
colaborador eficaz y valioso, como un amigo de una consecuencia y de una lealtad pocas 
veces igualada, a Claudio Delgado, el hombre bueno, modesto y sencillo, que se dió 
cuento, desde los primeros momentos, de ios méritos, de la gloria, del saber de su Maes- 
tro, al que jamás negó, al que alentó y ayudó en las lloras tristes de prueba, en los ins- 
tantes de angustias, en que todos lo negaban, pero que Delgado afirmaba, pareciendo, 
como que identificado con Finlay, había también podido ver a través de los ojos lu- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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mimosos de su genio, toda la extensión del descubrimiento que Finlay llevaba en su 
cerebro. Canten otros— ya nosotros así lo hemos reconocido y proclamado en justi- 
ciadlos grandes merecimientos cien tíñeos de Delgado, su valer positivo como obser- 
vador sagaz y profundo, como hombre consagrado de lleno al estudio y al trabajo, 
Pero ahora, en estos instantes, debemos presentar a Delgado en un aspecto de valor 
excepcional; como amigo, como un corazón noble y grande, como un hombre de bon- 
dad infinita, que acompañó siempre al Maestro, prestándole convencido y generoso, 
el concurso inapreciable de su gran saber y el tesoro de cariño de su gran corazón, 
Y, más tarde, modestamente, colabora en la aplicación del descubrimiento de su amigo 
Yo tuve la suerte y lo recuerdo siempre con hondo afecto, de convivir durante largo 
tiempo con Delgado, de trabajar a su lado, de tomar parte en su compañía en arduos, 
complicados y difíciles trabajos sanitarios, de concurrir a su lado en lejanos puntos 
de Cuba, para llevar a cabo conjuntamente intensas campañas contra la Fiebre Ama- 
rilla en distintas localidades del interior de la República, Hicimos vida común, de 
hermanos, bajo el mismo techo, residiendo en la propia habitación, ‘cama a cama Y 

Y así pude apreciar que su bondad era de todos los momentos, que el tesoro inagotable 
de su afecto era de todos los instantes y que su saber era de un mérito extraordinario. 
Finlay, con la perseverancia, hija también del genio, descubre y anuncia desde 1882, 
el medio de trasmisión de la Fiebre Amarilla; sienta las bases para su profilaxis, lleva 
a cato, aunque de manera incompleta y en compañía de Delgado, experiencias en el 
hombre para demostrar la verdad de su doctrina. Sostiene la veracidad de su teoría, 
en medio de la frialdad, de la indiferencia y aún hasta de crueles ironías, de los que es- 
cuchan sin comprenderlo: mantiene su descubrimiento sorprendente. 

En 1900, el Gobierno de la Intervención Americana, que por aquel entonces 
y con carácter de provisional, regía los destinos de Cuba, designa una Comisión de 
Médicos del Ejército Americano encargada de estudiar las causas y medios de preven- 
ción de las enfermedades epidémicas que azotaban a esta República en aquellos tiempos, 

Y acto seguido, esa Comisión formada por los doctores Walter Read, James Carral!, 
W. G Lazear y Arístides Agramonte, comienza con maestría notable, a realizar estu- 
dios sobre Fiebre Amarilla. Actúa sobre la doctrina de Finlay, lleva a cabo con una 
competencia extraordinaria, trabajos interesantísimos, que culminaron con el éxito más 
satisfactorio, comprobando en todas partes con detalles de gran valor, hijos de la ob- 
servación y de la experiencia llevadas a cabo por los ilustres miembros de esa Comi- 
sión, la comprobación oficial de la Doctrina Finlay, sancionando así, su inmortal des- 
cubrimiento del medio de trasmisión de la Fiebre Amarilla, Aceptado ya por el Go- 
bierno el descubrimiento Finlay, con la sanción de esa Comisión Oficial, se pusieron 
en práctica los trabajos sanitarios correspondientes, de acuerdo con las bases de la 
profilaxis sentada también por el sabio médico cubano. 

No debemos, bajo ningún concepto ni por ningún motivo; restarle la gloria in- 
discutible que le corresponde a esa Comisión, por sus trascendentales trabajos. De- 



4ÚQ EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 

hemos, por el contrario, proclamarlos muy alto, para que sean de todos conocidos, 
para que cada uno ocupe en las páginas de la historia, el lugar prominente que le 
corresponde* 

Finia y representa la luz vivísima del genio que ilumina el campo de la Medicina 
Preventiva en uno de sus sectores más importantes: el de la profilaxis de la Fiebre Ama- 
rilla La Comisión* es la ciencia aplicada en todos sus recursos; la observación cuida- 
dosa, severa, bien orientada; ia experimentación precisa, terminante; de un mérito 
realmente notable. Debemos siempre, en todos los momentos, mantener unidos en 
nuestra admiración, en nuestra devoción y en nuestro cariño, esos nombres que están 
en la tarja, así como d de los demás miembros de la Comisión. 

Después, terminada la labor de la Comisión, surge, grandiosa, la figura de Gorgas, 
el llamado a aplicar el descubrimiento de Finlay, oficialmente admitido en virtud de 
las experiencias de la Comisión. Y en esos trabajos se destaca Gorgas en todo su valer 
científico, como genial organizador, como director de méritos excepcionales, como 
fundador de las instituciones sanitarias destinadas a combatir la Fiebre Amarilla sobre 
la base de las campañas contra mosquitos. 

La figura de Gorgas nos luce, a los que conocimos su obra maravillosa en Cuba, 
en Panamá, en Si be ría, en el Africa, en casi todo el mundo, verdaderamente grandiosa. 
Fué un hombre que parecía llevar en su cerebro el genio de la organización, del tra- 
bajo, de la actividad. Por eso debemos siempre tenerlo presente, por sus importan- 
tísimas tareas sanitarias. 

Gu iteras es el continuador de Finlay, es el Médico Sanitario cubano de una 
mentalidad realmente superior, un verdadero apóstol de la ciencia, que consagró su 
vida toda al culto del patriotismo, del estudio y del trabajo. Honró a Cuba en el terri- 
torio nacional y en el extranjero. Mantuvo la tradición de honor de su familia, con- 
quistando laureles merecidos en Universidades Americanas, que le proclamaron su 
Profesor. Entre sus importantísimos trabajos científicos, que por su calidad y por su 
cantidad requieren una detenida y especial consideración y estudio, $e destacan sus 
observaciones con respecto a la Fiebre Amarilla en el niño cubano y por su labor ex- 
traordinaria al frente de la Dirección y Secretaría de Sanidad y Beneficencia. Gu iteras 
tiene bien conquistado su puesto en la gloria y en la inmortalidad 

Lazear, otro de los nombres ilustres que figuran en la tarja, fué un mártir de 
la ciencia. Formaba parte de la Comisión de Médicos del Ejército Americano que 
comprobó la teoría de Finí ay. Y un día, en el curso de las experiencias, en los campa- 
mentos especiales preparados para esas investigaciones, en Columbio. Marianao, fué 
picado por un mosquito infectado y murió a consecuencia de la Fiebre .Amarilla. 

De exprofeso he dejado para considerar en último término a Agramonte, Profe- 
sor eminente de nuestra Escuela de Medicina, patriota esclarecido, investigador ilustre, 
ciudadano ejemplar, que por fortuna y para nuestra satisfacción y nuestra gloria, con- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


491 


vive con nosotros. Está aquí ahora, en estos instantes, a nuestro lado, en toda la lo- 
zanía de su vida robusta y fuerte, en todo el esplendor de su inteligencia superior, Agra- 
monte formaba parte de la Comisión Investigadora de Médicos del Ejército Ameri- 
cano. Y debemos considerar esto como un designio de la Providencia. Un cubano, 
Finiay, descubre el medio de trasmisión de la Fiebre Amarilla, Un cubano, Ag ramón te, 
es miembro prominente, acaso y en los momentos más culminantes, el verdadero "eje 
científico" de la misma. Fué en Cuba, donde por primera vez, se llevaron a la práctica 
las doctrinas de Finiay, organizándose los trabajos sanitarios correspondientes y donde 
también, por vez primera, se erradicó de un territorio endémico y secularmente infec- 
tado, la Fiebre Amarilla. 

A nuestra Patria le corresponde esa triple gloria. Más tarde, los trabajos y las 
organizaciones sanitarias implantadas en la Habana, sirven de ejemplo y de norma a 
otras naciones con idénticos fines. El propio Gorgas, que las establece en Cuba, con 
la gloria aquí conquistada, es el designado para dirigir los trabajos de Panamá. Y 
gracias al genio de Finiay, se hace posible la realización de la obra portentosa de inge- 
niería de un canal, que como reza su lema "divide la tierra, pero une al mundo”. 

Finiay y Delgado, Gorgas y Lazear, Agr amonte y Cuite ras, constituyen un sím- 
bolo, una bandera, de lo que dentro de la nomenclatura sanitaria llama con razón To- 
rralbas "el Finlaismo”, es decir, la suma y el resumen de todas las figuras, de todos los 
esfuerzos, que realizaron, dentro de la esfera de su acción, los que contribuyeron al 
dominio de la Fiebre Amarilla. 

Nosotros los sanitarios cubanos, estamos muy profundamene agradecidos al 
Centro Asturiano, por haber rendido con ia colocación de esa tarja, tributo de cariño 
y de admiración a los que consideramos como verdaderas glorias nacionales, a los que 
tenemos como nobles extranjeros que de manera tan directa contribuyeron al bienestar 
y la felicidad de esta tierra. Y este rasgo que tanto lo honra y que tanto lo enaltece, 
no debemos considerarlo en manera alguna, como una consagración definitiva al mé- 
rito, a la memoria y al recuerdo de esos varones insignes, sino que, por el contrario, de- 
bemos tomarlo como un punto de partida para empeños superiores. 

Fuera de aquí, por muchos, se desconoce o se niega el mérito de Finiay. Se si- 
lencia su nombre cuando se trata de la profilaxis de la Fiebre Amarilla, No se habla 
ni se consignan sus estudios, ni sus investigaciones geniales. Y es preciso que los mé- 
dicos cubanos de esta generación, que han vivido estos momentos históricos tan grandes 
para la Medicina Cubana, nos consagremos a proclamar por el mundo entero la verdad 
científica, lo que a Finiay corresponde y lo que a cada uno de sus colaboradores pertenece. 

Hace pocos instantes, hablábamos de símbolos. Y quiero ahora mencionar algo 
que llevo en mi corazón. Me explicaré: Aquí, a nuestro lado, honrando este acto 

con su presencia por tantos conceptos respetable, se encuentra el Dr, Bango, el maestro 
bien querido de varias generaciones de médicos cubanos. Habéis visto como entró en 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


este salón, hace breves instantes, apoyada en mi brazo. Esto trajo a mi recuerdo ho- 
ras felices de la juventud pasada, cuando estudiante, nos conducía y nos guiaba por el 
camino del saber. Era nuestro mentor cariñoso. Han transcurrido ya algunos años. 
Eramos mozos. Cada mañana, al romper el día, un grupo de jóvenes estudiantes, su- 
bíamos a pié tras larga jornada a través de la ciudad, ansiosos, joviales, contentos, 
la áspera cuesta que conducía al Hospital Nuestra Señora de las Mercedes donde cur- 
sábamos las Clínicas. Rendíamos el largo camino, con el corazón lleno de alegría, con 
el alma rebosante de esperanzas, con el tesoro inapreciable de la juventud. Esa era 
toda nuestra riqueza, íPero íbamos confiados y rientes, hacia un porvenir que se nos 
antojaba feliz! 

Al llegar al Hospital nos recibía, también plácido y sonriente, Bango, el Maestro, 
que tenía siempre para nosotros, para sus enfermos, una frase amable, un chiste agudo, 
que hacía retozar la risa en nuestros labios. . . 

Pasaron veloces los años. La nieve de la vida comenzó a blanquear nuestros 
cabellos y las “zarzas del camino" a herir nuestras almas. Eramos ya médicos. Ha- 
bíamos realizado el "ideal profesional". Y, en automóviles veloces, muelle, conforta- 
blemente conducidos, volvimos ios antiguos compañeros, en ocasión memorable, al pro- 
pio Hospital, para escuchar la palabra del que ya no ocupaba la Cátedra, sino que, an- 
sioso siempre de enseñar, ofrecía, espontáneamente una 'conferencia a los que fueron 
sus discípulos. 

Ibamos hacia el Hospital, preocupados con las múltiples atenciones de nuestros 
deberes profesionales. Muchos, entristecidos. Todos silenciosos y agobiados por las 
responsabilidades y naturales complicaciones de esta vida tan intensa y difícil. La 
gran mayoría del "viejo grupo de camaradas", habían acumulado, con su esfuerzo y 
con su trabajo, grandes riquezas materiales. . . 

Pero nos faltaba, por haberla gastado en el andar de los tiempos, eí tesoro, el 
encanto, la felicidad de la juventud, manantial fecundo de alegrías y de esperanzas. . . 

Y al llegar al Hospital, nos recibió el viejo Maestro. Pero ya no reía, como en 
pasados tiempos. Y en vez del chiste y de la anécdota alegre con que antes regocijaba 
nuestras almas, había en su triste rostro y en su palabra huellas de cruentos pesares. . . 

i Triste condición la del humano destino! Los honores, las glorias, las grande^ 
conquistas de la fama y del dinero, todo lo que significa las recompensas obtenidas 
en el recio batallar por la vida, lo obtenemos por lo general, dejando en la subida de la 
dura cuesta, girones del corazón y de ía vida! 

Voy a terminar esta improvisación sentida. Mas no debo hacerlo, sin consa- 
grar un aplauso para el Centro Asturiano de !a Habana, por haber honrado en el día 
de hoy, en el mármol — Bango — en el bronce — la tarja con los nombres de Finlay r 
Gorgas, Delgado, Lazear, Guiteras y Agrámente — y en la piedra—en el edificio Dr. A. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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de Varona que acabamos ele inagurar — los nombres, la historia, la actuación ejemplar 
de médicos insignes y los de Arguelles, Pedroarias, Maximino Fernández y Antonio 
Suárez, en los Pabellones que llevan sus nombres dignísimos. 

Eso es un símbolo, para esta clase de instituciones. Los médicos y los hombres 
del dinero, de la acción social y económica, de la armonía de esas dos fuerzas, de su 
equilibrio, de su conjunción, resultan en definitiva, en todo su esplendor, instituciones 
como ésta gran Casa de Salud Covadonga. 

Y en ningún lugar más propio que aquí — ya que este Centro demostró con sus 
hechos la estimación en que tiene a su Cuerpo Médico — pudiera yo hacer mención, 
sin que nadie piense que lo hago con intención de "dómine *— de lo que deben estas 
Casas de Salud a sus profesionales y de lo que significa en el orden del éxito rotundo, 
la asociación, el consorcio con los elementos sociales, económicos y de acción coopera- 
tiva, de los Centros a que pertenecen. 

"Covadonga , este Hospital modelo, se formó, tomó rápido auge, sorprendente 
incremento, gracias a dos banderas que para crearla y organizaría se levantaron: la 
de Bango, médico de gran fama, de reputación sólida, de generales simpatías, de bri- 
llante actuación profesional, que trajo para dar vida a esta Casa en sus comienzos, 
su nombre, su historia, sus prestigios! 

Con Bango, el científico, había en esos instantes primeros de instalación de este 
Sanatorio, otro hombre excepcional: Segundo Alvarez, el industrial laborioso y digno, 
que había conquistado en el trabajo una riqueza y un nombre respetado de hombría 
de bien a toda prueba, en sus gestiones como Alcaide de la Habana y por los actos todos 
de su vida. 

Y atraídos por la fama de Bango y de sus compañeros médicos de la nueva Ins- 
titución — Covadonga — y por la honorabilidad de Segundo Alvarez y de los demás es- 
forzados miembros de aquella Junta Directiva del Centro Asturiano garantía segura 
del cumplimiento del amplio programa de beneficencia que presentaban — tomó rápi- 
damente "cuerpo la idea", se realizó el ideal generoso, se levantó con extraordinaria 
fuerza inicial esta institución, hasta alcanzar el grado de perfección que hoy admira- 
mos todos en esta Casa de Salud modelo por todos conceptos. 

¡Bango y Segundo Alvarez! 

i La Ciencia Médica y el Capital! 

La primera, acudiendo generosa y solícita a la curación de la humanidad doliente, 
inspirada siempre en el bien de los demás, consagrada, por entero, al sacrificio, la ab- 
negación, el deber! Dedicada a prevenir las enfermedades, las angustias, los quebran- 
tos. Por mejorar la especie humana, en busca de un futuro mejor. Hacer hombres 
robustos, sanos y fuertes. Prevenir las enfermedades, los accidentes, todo lo que que- 
brante la armonía fisiológica, la salud, la vida. Dirigiendo sus esfuerzos a descubrir 
nuevos remedios y tratamientos para asistir a los enfermos, aliviar los humanos dolo- 
res, devolver, con ía salud, la alegría, el bienestar, la felicidad! 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El segundo—el capital— “facilitando, con mano amplia sin tasas que perjudiquen 
ni medidas que cohiban o imposibiliten i a acción, — jos recursos materiales, el dinero — 
para llevar a la práctica las indicaciones médicas, para facilitar a los enfermos una asis- 
tencia adecuada, que cumpla con las prescripciones facultativas y los rodee de los en- 
cantos y atractivos de la higiene, que es belleza, que es bienestar, que es "encanto del 
vivir' 1 por hacer la existencia amable, llevadera y grata. , . 

Y cuando los elementos que con nobles fines logran obtener esos recursos — bien 
"'peso a peso " como en estos Centros — lo que es más hermoso por lo que significa de 
perseverancia en el empeño, de dedicación a un ideal, de hombría de bien y de la fuerza 
del cooperativismo, y como los señores del Centro Asturiano no vacilan en facilitar 
esos poderosos recursos en manos de los médicos para defensa de los enfermos, se ob- 
tienen los resultados rotundos, definitivos, triunfales que se han alcanzado en esta 
Casa de Salud, 

Sean, pues, para Bango y sus compañeros médicos de esta Casa de Salud, para 
los que actualmente prestan en ella sus importantes servicios profesionales, para los 
que los prestaron en otras épocas, para todos esos colegas memísimos, nuestras ben- 
diciones, nuestras frases de más cumplida felicitación y encomio por su brillante labor. 
Sean para Segundo Alvarez y para la Directiva de este Centro en todas las épocas — 
los que laboraron generosos en los días primeros y difíciles de la constitución de la So- 
ciedad, para los que los sucedieron después, para los actuales — nuestros respetos, nues- 
tras congratulaciones sinceras, nuestras gracias como médico, por lo bien que han cum- 
plido, con entusiasmo, amor, altruismo y honorabilidad, los propósitos y fines que 
animan y persiguen estas Asociaciones y por haber sabido honrar en todo tiempo y 
hoy de manera gallarda y expresiva — a sus médicos, a los que abnegados, generosos y de- 
cididos, derraman, como bálsamo bendito, sobre los humanos dolores— para curación 
unas veces y consuelo siempre, el tesoro infinito y bienhechor de la ciencia y de la 
bondad! 

El vicepresidente segundo del Centro Asturiano, señor Nicanor Fernández, dió 
muestras de esa elocuencia que tanto le distingue, diciendo que le había correspondido 
sustituir aí expresidente, señor Maximino Fernández y González, que era el indicado 
para hablar y al que una indisposición no le ha permitido llenar ese cometido. 

Se refirió a que la gratitud florece en el Centro Asturiano, la que se guarda hacia 
el doctor Bango que no sólo llevó a la Covadonga un nombre lleno de prestigios 
sociales y profesionales, sino que en momentos en que el Centro no podía adquirir el 
arsenal quirúrgico que ya posee, le facilitó el que era de su propiedad, agregando que 
la carrera gloriosa de ese facultativo terminó en el sanatorio social más por el peso 
de los años que por otro motivo. 

De don Ramón Argüelles dijo que fue un gran servidor de la institución, pues 
antes de haber presidido la Sociedad ya había cooperado para que tuviera casa social 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


49 ? 


y ya presidiéndola y en momentos difíciles supo hacerse cargo de los créditos que gra- 
vaban la institución, rebajando una suma respetable de los mismos cuando se los hi- 
cieron efectivos. 

Dice que no alude a los diplomas entregados ni a los merecimientos de los pe- 
riodistas que los recibieron porque ya lo hizo ei señor Grana. Caliñcó de verdaderos 
héroes los que figuran en la tarja descubierta, los que nunca alcanzarán el pago sufi- 
ciente a sus esfuerzos y sacrificios de parte de los que vienen de otras tierras a esta 
tan hospitalaria de Cuba, por lo que esa gratitud no puede reducirse a una simple tarja, 
sino que es preciso que las sociedades radicadas en la República le levanten un monu- 
mento a esos grandes hombres de ciencia, con lo que cumplirían con su deber a fin de 
que las palabras de! doctor López del Valle sean algo más que palabras. 

Dio las gracias en nombre del Centro, a las autoridades, invitadas, y a cuantos 
tomaron parte en este acto, llamando la atención de que era ese el primer acto social 
que se veía presidido por los escudos de España y de Cuba y por el de Asturias, que 
tanto hablan al sentimiento* 

Al terminar el acto habló brevemente el coronel Morales Cabello para hacer 
presente a nombre del general Machado que se adhería de todo corazón a ese acto en 
que era rendido pleito homenaje de gratitud a médicos cubanos, españoles y norte- 
americanos que han honrado a su patria, y a miembros de la Directiva y periodistas, 
así como haciendo presente sus simpatías hacia el Centro Asturiano y las demás enti- 
dades de su clase que honran igualmente a España y a Cuba, 

Todos los discursos fueron acogidos por medio de aplausos de lo más entusiastas 
y prolongados ’. 

I 

Don José Ricardo Martínez, ingeniero y arquitecto, que en un tiempo estuvo 
al servicio nuestro, ha vuelto a prestarnos su concurso relevando a don José Gómez 
Salas, el ilustre profesional de cuya idoneidad y competencia hablan encomiásticamente 
las obras construidas en el Sanatorio en los diez años consecutivos que ha desempe- 
ñado el cargo. 

El Sr Martínez (don José Ricardo), será en lo sucesivo — acuerdo de 22 de Sep- 
tiembre — arquitecto de la Casa de Salud; el señor Gómez Salas continuará como di- 
rector facultativo del Palacio social. 


Los pabellones José Inclán'" y ' Ramón Pérez ' habrán de ser, en el entrante 
año, objeto de grandes reformas. 

A la parte del primero que ocupó el departamento de Rayos X, se le adapta- 
rán nuevas habitaciones con todas las comodidades necesarias para destinarlas a pen- 
sionistas; y en el segundo, ya ruinoso, haránse importantes obras de renovación, a 
fin de instalar en él las especialidades de garganta, nariz y oftalmía. 



496 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Estos trabajos, adjudicados a! constructor don Antonio Padial, costarán: 
$34,600 los del "Ramón Pérez" y $16,435 los del "José Inclán". 

A fines de Octubre— el día 20, fecha luctuosamente inolvidable — un ciclón 
de intensidad y área excepcionales hasta entonces, abatió la provincia de la Habana 
y parte de las de Pinar del Río y Matanzas, cruzando el vórtice del mismo por 
nuestra capital, en la que produjo, como en otros pueblos y en el campo, centenares 
de muertes y enormes destrozos en edificios y plantaciones. 

Derrumbáronse millares de casas, algunas de apariencia sólida y firme; volaron 
techumbres, puertas y ventanas; cayeron, !o mismo que a golpes de hacha, corpulentos 
árboles, quedando los parques, sin excepción, lamentablemente arrasados, y en la con- 
fusión y caos de estas horas trágicas y dolorosas, en que sólo se percibía el clamor de 
las gentes pidiendo auxilio unido al ulular de la tempestad, fueron muchas las vidas 
humanas sepultadas entre escombros, muchas, asimismo, las que hallaron su sepulcro 
en el fondo de la bahía, cuyas aguas encrespadas hicieron naufragar hasta a buques 
de alto bordo. 

En nuestra Covadonga, afortunadamente, los daños no han sido considera- 
bles, salvo la devastación de los jardines. Aquellos pabellones, construidos para du- 
rar, con vista a hacerse centenar ios, apenas si notaron el paso del meteoro, recibiendo 
sólo leves perjuicios en su techumbre y cristalería los más expuestos a las furias de! 
temporal. 

Aquella población de mil y pico de personas, en su mayoría enfermos y con- 
valecientes, estuvo bien resguardada del huracán no registrándose accidente alguno 
desagradable, circunstancia que nos compensa con creces del destrozo ocasionado en 
los jardines, tan celosamente cuidados, tan verdes y umbrosos, en los que no quedó 
árbol ni arbusto en pié. Pasarán varios años antes que podamos recuperar la frondo- 
sidad que hacía de toda la Quinta un a modo de palio bajo el que era agradable pasear 
a hurto del candente sol y oyendo la alegre behetrería de los gorriones allí anidados. 

Nuestro Centro, condolido de las desgracias ocurridas, sumióse generosamente 
al movimiento nacional en favor de los damnificados, votando un crédito de $1,000 
e hizo otros donativos a asociados meritísimos que vieron derrumbarse con el ciclón 
toda una vida de laboriosidad y sacrificios. 

Los asturianos residentes en New York quieren formar un Centro filial del nues- 
tro. Anhelan vivir en comunicación con nosotros, ser parte de nuestra Sociedad y 
así lo han expresado, haciéndose intérprete de sus deseos don Armenio La Villa, quien 
en reciente viaje a la ciudad estadounidense tuvo ocasión de verlos reunidos en magna 
asamblea, donde dejó oir su verbo inflamado de conceptos patrióticos. Don Armenio, 
curioso de emociones y saturado de amor a la Asociación, así que pisó New York pú- 
sose en contacto con dichos paisanos, de los que recibió el encargo, en verdad grato y 
satisfactorio de acercarse a nuestro Centro y explorar la acogida que se daría a su pre- 
tensión de que extendamos nuestra influencia moral y material hasta aquella metrópoli. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


497 


Ni qué decir tiene que con infinita complacencia. Y tratándose de conterrá- 
neos con más poderosos motivos, tanto más legítimos cuanto que en otras ciudades 
norteamericanas, Key West y Tampa, tenemos nutridas delegaciones y hasta en la 
última un hermoso edificio social y un excelente sanatorio. 

Bienvenida, pues, a los hermanos emigrados a New York, si al fin se deciden, 
como parecen confirmarlo las noticias recibidas al finalizar el año, a constituir la que 
será formidable Delegación. 

Secundando los esfuerzos que, para cumplir su abnegada misión realiza la Jun~ 
ta de Salvamento de Náufragos gijonesa, hemos destinado 500 pesetas en auxilio de 
su propósito de instalar una estación de radiotelegrafía, que como se comprenderá ha 
de prestar incalculables servicios a los pescadores de la costa cantábrica y buques que 
naveguen por aquellas alturas. 

No mencionamos este donativo sino como muestra del interés conque acogemos 
cuanto redunde en provecho de la tierrina, de la que si vivimos materialmente alejadas, 
en cambio, en espíritu, estarnas en contacto constante, Y en este exilio voluntario 
que nos hemos impuesto, se aprende a venerarla, poniendo en ello fervores de idólatra, 
tiernas saudades y hondas remembranzas. 

La construcción del Palacio Social prosigue aceleradamente. Al cerrar el año, 
están recibiendo los últimos detalles de ornamentación sus cuatro severas fachadas 
con sus respectivas airosas torres. Interiormente, también se advierte este adelanto, 
pudiéndose apreciar la suntuosidad de la escalera principal y la excelente disposición 
de la sala de fiestas. 

Empero, no progresan hacia una conciliación las diferencias que mantenemos 
con la compañía constructora en cuanto a la disminución de obra como resultado de 
haber sido retiradas las fachadas del edificio a la línea del terreno propio — tema que 
nos viene distrayendo desde el comienzo de los trabajos— ni en cuanto a las otras di- 
ferencias respecto al aumento de 72 toneladas de acero estructural sobre las 227 autori- 
zadas por la Junta Directiva. 

Un breve intermedio. Un paréntesis corto, rápido, para evocar a varios con- 
socios que brillaron algún tiempo, se eclipsaron luego y acaso no tarden en volver a 
brillar. Todos los recordamos. Son coetáneas de la mayoría de nosotros Veréis: 

Don Rogelio Cañedo Méndez, ¿Qué se hizo de este hombre tremendo, que fue 
jefe de grupo, que luchó, que intrigó, que riñó formidables batallas, que sentía la noble 
inquietud de los problemas asturianos, apasionándose por ellos, que dispuso hasta de 
una gran revista gráfica a fin de pesar aún más en la opinión pública? Quizá vegete 
en algún pueblo humilde y desconocido, hastiado, cansado, envejecido, añorando las 
días estruendosos en que dirigía elecciones y peroraba con brío y resolución. Pero su 
amor al Centro Asturiano seguirá firme, tenso, vibrante. Los desengaños es posible 
que le hayan restado ansias de lucha, mas no cariño a la Panera augusta, a la antañona 
casa en la que figura desde su juventud. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


¿Qué de don Eduardo Pérez Moreno, expresidente de Propaganda, persona 
cordial, efusiva, simpática? ¿Qué de don Nicolás Menéndez Areces, la suma discrec- 
ción y mesura, carácter suave, apacible, conciliador? ¿Qué de don José Fernández 
González, inquieto, laborioso, cuyo paso por la Sección de Intereses Materiales 
acusa un temperamento decisivo? ¿Qué de su tocayo don José Fernández Gutiérrez, 
expresidente de la misma Sección, grave, docto financiero y hombre de negocios ban- 
canos? . . . 

Llenaríamos una, dos, cuatro, muchas páginas si ahora intentásemos un recuento 
de los que sob resalie ron y cumplida su misión tornaron a ser soldados de ñla nueva- 
mente Los más, volverán mañana, volverán otro día, pues su alto, indeclinable sino 
es luchar hasta caer rendidos. Estos hicieron la grandeza de Centro Asturiano. Unos 
y otros, las que siguen en la vanguardia como los que se han quedado rezagados en el 
camino, deben merecer y merecen indudablemente nuestra gratitud más acendrada. 

La Sección de Instrucción— qué laboriosidad y paciencia la de estos hombres 
que la dirigen y encauzan por derroteros de esplendor — la Sección de I nst moción hános 
honrado, enorgullecido nuevamente, probando la alta categoría de las Escudas dejo- 
v el 1 anos. Fué con motivo de su Exposición Escolar, interesantísimo certamen cuya 
apertura se celebró el 17 de Julio, fiesta que reseña don Fernando R i vero, el delicado 
prosista, redactor del “Diario de la Marina , con estos sonoros y bellos párrafos: 

+l Con una magnífica velada presentó el plantel 'JoveHanos'j del Centro Astu- 
riano, la magna labor de sus escuelas. Los amplios salones de la simpática Sociedad 
Juventud Asturiana, resultaron pequeños a pesar de su gran capacidad, para que los 
concurrentes, en grado máximo, pudieran apreciar cada obra, cada detalle: las mil 
filigranas artísticas que han salido, algunas de manos de pequeñas muñequitas que 
da gloria verlas. 

Brillante labor de los alumnos; brillantísima la de su maestros y directores 
diurno y nocturno, señores Abelardo López y Eladio Blázquez. Plena satisfacción 
disfrutaron anoche los asturianos amantes de sus escuelas, los padres que acudieron a 
contemplar de cerca la obra de sus hijos, en todos los aspectos de la enseñanza. 

Y satisfacción intensa debieron experimentar todos y cada uno de los miembros 
de la Sección de Instrucción al ver el sazonado fruto de sus esfuerzos, de sus luchas, 
de sus anhelos, en una hermosa realidad que en su oportunidad reconoció la primera 
autoridad escolar de este distrito, el doctor Leopoldo Massana, presidente de la junta 
de Educación, 

La Velada: Abrió ésta el Sr. Manuel Muñiz, presidente de! Centro Asturiano, 

con breves palabras. A continuación, el coro de alumnos cantó el Himno Nacional 
que todos escucharon puestos en pie. 

Después, el director de las escuelas nocturnas, señor Abelardo López, pronun- 
ció un hermoso discurso, dedicando un saludo cariñoso a la primera autoridad escolar 
del distrito, que honraba el acto con su presencia; al presidente del Centro y a los con- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




cur rentes, que venían a dar ai tentó con su presencia a los profesores y alumnos del 
plantel “Jovellanos", que durante el curso habían laborado rivalizando todos en el 
cumplimiento de su deber, para que al llegar este momento pudieran admirar el re- 
suítado de aquella labor constante y tesonera que día tras día, noche tras noche, se 
realizó en las escuelas del Centro Asturiano. 

En breves períodos, llenos de floridas imágenes, describió la colaboración de 
sus compañeros y el interés conque los alumnos trabajaron secundando los esfuerzos 
de sus maestros, el cual estaba demostrado en ios trabajos allí expuestos, más elocuen- 
tes en los hechos que en las palabras. 

La mesa presidencial: En la mesa presidencial ocuparon el lugar de honor el 

doctor Leopoldo Massana, presidente de la Junta de Educación; el señor Manuel Mu- 
ñiz, presidente del Centro Asturiano; Aurelio Peón, presidente de la Sección de Ins- 
trucción; Nicanor Fernández, vicepresidente del Centro Asturiano; Fermín González, 
vicepresidente de la Sección de Instrucción; el director de las clases nocturnas, Abe- 
lardo López; Dr. Rafael Pola Montero t secretario de la Sección de Instrucción; el di- 
rector de las clases diurnas, doctor Eladio Blázquez. 

El Programa: Fue cumplido el programa, mereciendo cada número aplausos 

fervorosos, cálidas ovaciones, tributadas a las pequeñas artistas que con verdadera 
maestría tenían a su cargo eí desempeño de los papeles. 

En nombre de la Sociedad J ove llanos habló el alumno señor Germán Gómez, el 
que fué aplaudidísimo por el acierto con que desarrolló su oración, en la que intercaló, 
sabiamente, los aspectos de la fiesta, con la instrucción, el culto a la patria, !a insti- 
tución de ios pueblos de Cuba y España, 

Aplaudidísimo fué el coro de las “Violeteras ' \ representado por las alumnas 
de grado medio 

Nutridos aplausos obtuvo ía Estudiantina de ia Juventud Asturiana que, con 
gran maestría ejecutó selectas piezas de su repertorio. 

Hizo uso de ía palabra el doctor Leopoldo Massana, quien, a continuación de 
su exordio brillante, leyó las siguientes cuartillas. 

“La vida no es otra cosa que sacrificio; díjolo así el Apóstol máximo de nuestra 
epopeya libertadora, y diónos el ejemplo sublime al caer en Dos Ríos, desplomado de 
su brioso corcel defendiendo la independencia patria. Ni el sacrificio tiene límites, 
ni ios pueblos pueden, ni deben detenerse en la marcha progresiva de la civilización, 
porque haya necesidad de realizar esfuerzos, algunas veces superiores a las fuerzas de 
que se disponen; las fuerzas, en esos casos se hacen, y se hacen por la mutua coopera- 
ción, por el interés colectivo de vencer, no para que los hombres obtengan honores 
que paguen el ridículo precio de su vanidad, no para que el lauro de la victoria sea ban- 
dera de granjerias; se vence, para hacer más feliz la humanidad, para que los pueblos 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


vivan mejor, amparados por sus propios derechos; para que la justicia impere, para 
que el amor fraternal no sea una mentira ni se torne en convencionalismo torpe, sea 
culto reverente que conmueva los corazones y nos dispongan al mejor cumplimiento 
de todos nuestros deberes, 

Y producto de esos sacrificios, de una perseverancia sin igual, es, a no dudarlo, 
esta magnífica organización escolar que sostiene con la íé inquebrantable del que sabe 
triunfar, el Centro Asturiano de la Habana, que prestigia nuestra escuela primaria 
y cubre de gloria inmarcesible el nombre de aquel gijonés ilustre que, en el campo de 
las letras y de las ciencias, supo honrar la patria en que naciera, la España de sus 
anhelos. 

Las escuelas Jovellanos 1 ' son modelos y, entre las de su clase, nada hay que 
las mejore. Su labor, es fecunda y efectiva. Sus maestros, trabajan, amando mucho 
lo que producen por el esfuerzo diario de una función ingrata y poco estimada ; pero de 
una importancia extraordinaria y jamás igualada. Aquí, en las aulas de las escudas 
Jovellanos”, se hace patria, se siente el deseo de vivirla feliz, grande y capaz; se man- 
tiene el propósito de ser bueno para que la patria lo sea también, siendo considerada 
por las otras naciones del orbe. Yo he presenciado los exámenes de estas excelentes 
escuelas, y puedo, por tanto, dar la sensación de que si todos los que tienen con qué 
hacerlo, lo hicieran como lo hacen ios españoles, la felicidad de Cuba, impulsada desde 
la escuela primaria, aseguraría nuestro porvenir como unidad civilizada para brindar 
el ejemplo de la más sincera confraternidad a los demás pueblos que nos observan y a 
los cuales debernos convencer de nuestra más plena capacidad para el disfrute de la 
libertad y de la vida propia de pueblo civilizado. 

Gaspar Melchor de Jovellanos, honra de la patria española y gloria de las letras 
castellanas, es algo así como la evocación inminente que da a las escuelas de su nom- 
bre, luz y vida, levantando el espíritu de sus educadores y estimulando, por el esfuerzo 
común de los valores propios, a sus aplicados educandos. Aquí, todos ellos, maestros 
y alumnos, viven íntimamente identificados en ia ardua tarea del aula, reflejando en 
su actuación, siempre brillante, el interés supremo de ser útiles a esta patria, por cuyo 
engrandecimiento tanto y tanto luchan, ya que tanto y tanto la quieren y por su por- 
venir se desvelan. 

La exposición que se presenta ante nuestra vista es valor efectivo que despierta 
el deseo de su más amplia exteriorizae ion, para que el pueblo conozca todo lo que en 
las escuelas Jovellanos ' 1 se hace en beneficio de la enseñanza del niño cubano, lle- 
vando al ánimo de los que piensan en lo futuro incierto que, cooperaciones como ésta, 
que hace más de treinta y cuatro años nos viene brindando el Centro Asturiano de la 
Habana, son las que hacen falta, ya que ellas tienden a reafirmar la independencia 
de Cuba por medio de la instrucción y de nuestras virtudes, para que esa bandera de 
la estrella solitaria y de las franjas blancas y azules, sea bandera de amor y de espe- 
ranza: bandera que una a los hombres todos de buena voluntad para que la amen más 
y sea también mayor la cordialidad entre los que a su amparo convivimos. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Satisfecho puede, y debe estar el Centro Asturiano de la gestión de sus bien 
organizadas escuelas “J ove llanos ; y esta noche de fiesta, de júbilo intenso, deseo ha- 
cer publica felicitación para estos legionarios de la escuela que, sin otro ideal que el 
de ia propia escuela, rinden esta jomada, más que brillante, de gloria, de luz, de pa- 
triotismo y de humanidad. Aplaudirlos, es un acto de justicia; y para ellos tengo yo, 
a más del aplauso, un voto, muy sincero, por su ventura personal. 

Centro Asturiano: recibe en estas palabras mías la congratulación de la Junta 
de Educación de la Habana, por lo mucho que haces y lo mucho que prometes, con 
ei ruego de un estímulo mayor, para que tu obra perdure por todos los siglos, con el 
aplauso de un pueblo, que agradece lo que por él haces 

He dicho". 

Una gran ovación premió su discurso. 

Otro gran acto lo constituyó la velada dei reparto de premios y apertura del 
curso escolar, celebrada el 11 de Septiembre en el teatro Payret. 

Eln el programa figuraban diversos números de canto, verso y baile, que fueron 
del agrado de la concurrencia, más un discurso del doctor don Rafael Guás Inclán, 
profesor de Derecho Penal, discurso bellísimo, que hubiésemos querido insertar ínte- 
gramente, para deleite de nuestros lectores. Lamentándolo mucho, no nos ha sido 
posible conseguir una versión taquigráfica del mismo. 

El doctor Guás Inclán produjo honda impresión por la galanura de sus períodos 
y la profundidad de sus conceptos, recibiendo numerosas e inequívocas demostraciones 
de aprobación y entusiasmo. 

Don Nicanor Fernández, el culto Vicepresidente del Centro, que con don Aure- 
lio Peón, cordialísimo y entusiasta presidente de la Sección y miembros de ésta, presi- 
dió la fiesta, dijo estas sonoras palabras: 

Señoras y Señores: 

Obligaciones del señor Presidente General contraídas con anterioridad a la de- 
cisión de la fecha del acto que celebramos hoy, son la causa de que no se encuentre 
aquí en estos momentos para llevar a cabo ía apertura del mismo, y me ha encargado 
que en su nombre lo hiciera; que en su nombre dé las gracias a cuantos le honraron 
con su presencia y que en su nombre diga cuales son sus sentimientos y cuales son los 
sentimientos de la Junta Directiva ante el resultado del Año Escolar, cuya termina- 
ción y cuya apertura del próximo celebramos en estos momentos. 

Es indiscutible que en el desenvolvimiento social de nuestras Instituciones sue- 
len encontrarse dificultades grandes y sostenerse luchas enconadas; suele uno recibir 
grandes desilusiones, individuales unas, colectivas otras. Colectivas se están reci- 
biendo, acaso continuemos recibiéndolas por algún tiempo, pero siempre encuentran 
compensaciones hermosas que llevan al espíritu aquellas satisfacciones a que el espí- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ritu tiene derecho; aquella grandeva que nace de la grandeza de propósitos que cons- 
tituyen el ser, la esencia, el motivo de la existencia y de la vida de las mismas; que 
es su razón única de vivir y de existir, porque nuestras Instituciones no tienen más 
que eso ; grandeza moral en sus actos más pequeños, y grandeza moral en sus actos 
grandes; grandeza moral en todas las manifestaciones de su vida. Aquí está, en este 
instante, una manifestación de la grandeza de alma que aquéllas encierran, 

A tiempo estamos de recordar estas cosas, porque cuando la injusticia brota, 
cuando la injusticia se produce, cuando las pasiones obscurecen los cerebros y turban 
la tranquilidad de los espíritus, tiene que salir el arranque espontáneo de quien está 
seguro que realiza una labor grande, noble, patriótica, de que sirve por igual los inte- 
reses de la patria ausente y los intereses de la patria a cuyo calor y a la sombra de cuya 
bandera está desenvolviendo su vida. 

Es, pues, este un momento de compensación, de grandes compens aciones. Es- 
tamos en el instante en que vamos a recibir un pago a nuestros esfuerzos y a nuestros 
sacrificios, y esc pago a nuestros esfuerzos y a nuestros sacrificios, esa compensación 
de orden moral y espiritual la tenemos en estos niños y en estas niñas, futuros hombres 
y futuras esposas, futuros ciudadanos de esta patria que en nuestras escuelas empie- 
zan a saber que para desenvolver grandes iniciativas en la vida, hay que empezar por 
elevar el nivel moral e intelectual, y que hay que empezar por sentir y practicar el amor 
a la patria, ya que la patria está unida a nuestra existencia y nuestra existencia unida 
a la existencia de la patria, y es por eso que el Centro Asturiano entiende que sus es- 
cuelas contribuyen eficazmente a que Cuba tenga hijos buenos, preparados, patriotas 
justos y ciudadanos dignos, hombres en fin dignos de un pueblo como este. 

Y voy a terminar, señoras y señores con breves palabras para referirme en pri- 
mer térrmmx a la distinguida personalidad que hoy honrará la tribuna del Centro 
Asturiano. Lo haría llegado el momento de que escalara este sitio que tantos y tan 
ilustres cubanos han honrado con la elocuencia de su palabra y con el vigor de su ta- 
lento, pero no quiero volver a entreteneros después, por el interés legítimo que tendréis 
de oir su palabra autorizada. 

Se trata de un cubano distinguido, que a sus grandes prestigios intelectuales, 
que le han permitido triunfar en plena juventud, une los timbres de un apellido ilus- 
tre, ligado al proceso histórico de este país en los últimos treinta años, por gestos y 
hechos que honran a cuantos los realizan. 

El Centro Asturiano saluda al Dr. Cuas Inclán, y le dice: que agradece su pre- 
sencia extremadamente; que la tribuna del Centro Asturiano se considera honrada y 
enaltecida, tanto por los prestigios intelectuales a que me refería, como por las presti- 
gias de su apellido ilustre. 

Y no he de terminar, señoras y señores, sin tener también un recuerdo de gra- 
titud para las autoridades escolares aquí presentes, y que tantas pruebas nos tienen 
dadas de como aprecian la labor educativa y cultural del Centro Asturiano; sin tener 



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un recuerdo también para esta Sección de Instrucción, y este Cuerpo de Profesores, 
que un día y otro día, se desviven por el mejor desarrollo del plan de enseñanza, y que 
un año y otro, tienen la satisfacción de recoger el producto de su esfuerzo, y este año 
más que ninguno, pues así puede afirmarse después de la Exposición de Arte, así puede 
decirse de Arte, celebrada en los salones de la Juventud Asturiana, Sea para ellos la 
gratitud del Centro Asturiano, el deseo de que continúen esta elevada labor, porque 
ella honra y enaltece al Centro Asturiano, y proporciona como decía antes, estas her- 
mosas compensaciones morales de que tan necesitados estamos al ver con cuanta pasión 
y con cuanta injusticia suele juzgarse nuestra conducta. 

Las Comisiones de Glosa — dedicad a estas Comisiones todos los adjetivos que 
expresan laboriosidad, celo, competencia y habréis sido justos, — las Comisiones de 
Glosa han estado así formadas: 

En el primer trimestre por don José Ramón Viña, don Cef crino Alvarez, don 
Antonio Sierra, don Angel Medio y don jesús Lacera, 

En el segundo trimestre, por don Marcelino Alvarez Fernández, don Luis R. 
Rodríguez, don Alfredo Díaz Quírós, don José Campoamor Méndez y don Robustiano 
Mora . 

En el tercer trimestre, por don Manuel González, don Laureano Alvarez, don 
Luis Muñiz, don Santiago Abasca 1 y don Valerio Toyos, 

En el cuarto trimestre, por don Víctor Pola García, don José Casaprima Rodrí- 
guez, don Carlos Fernández Méndez, don César Cerra Viña y don Federico Cota releí 
Lombardero. 

Diciembre^ — Fin del año con leve movimiento electoral. Los dos principales 
núcleos políticos, " Progresista' 1 y "Centralista" habían llegado a una conjunción, a 
fin de no celebrar comicios, pero esto fue imposible, por haber surgido un tercer grupo, 
denominado ' "Popular que apoyó la aspiración a la segunda vicepresidencia, principal 
cargo vacante, de don José María García Cuervo, distinguido comprovinciano, mas 
ignorado en nuestras luchas societarias. 

Por "Progresistas" y "Centralistas" se defendía la candidatura de don José 
Simón Corral, tesorero de la Sociedad actualmente y socio militante, de los más cultos, 
afables y capaces: un verdadero hombre representativo. 

El acto electoral, verificado el día 5, desenvolvióse discretamente, sin pena 
ni gloria, con este resultado: 

Vicepresidente segundo, don José Simón Corral, de cuya candidatura fueron 
electos diecisiete vocales, por dos añas, que son los siguientes: 

Don Francisco Rodríguez Rodríguez, don Prudencio Alvarez García, don Ca- 
lixto Miranda Alvarez, don Alfredo Fernández Méndez, don César Rodríguez Gonzá- 
lez, don Vicente Hévia y Hévía, don Luis Muñlz Blanco, don José Fernández Martí- 
nez, don Ludo Fuentes Corripio, don Pedro Sánchez Artidiello, don Miguel Méndez 
Díaz, don Manuel Valle Santos, don Benigno Santos Rivero, don Rafael García y Gar- 



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cía, don Manuel Pérez Alvarez, don Luciano Fernández Fernández y don José Casa- 
prima Rodríguez. 

Y de la candidatura en que figuraba como Vicepresidente segundo don José 
María García Cuervo, fueron electos ocho vocales, por dos años, y un vocal por un año, 
que son los siguientes 

Don Angel García Rodríguez, don Fermín Pieiga del Valle, don Valeriano Fer- 
nández Viña, don Ramiro Areees González, don Raimundo García Barrial, don Angel 
Míñagorri Franco, don Manuel Rodríguez Fernández, don Benigno Muñiz Alvarez y 
don José G. García. 

Adiós a 1926. Año tan fecundo y tan provechoso, no se recuerda, Y no nece- 
sitamos advertir que aludimos exclusivamente a la creación del Sanatorio en Oviedo, 
nuestra obra cumbre de la hora actual, la más humana y más española también desde 
que fué inaugurada la Covadonga* 

Los frutos del Sanatorio de Asturias no tardaremos en percibirlos. Serán prin- 
cipalmente, claro está, de higiene y profilaxis públicas, de defensa de la salud, miseri- 
cordes, humanísimos, pero también de un hondo vigor racial, afirmación enérgica y 
rotunda de nuestro carácter. Eso, los resultados inmediatos, lo que se descubre a la 
vuelta de los trabajos de organización que ahora comienzan. Mas habrá otros, que 
distinguimos en la densa obscuridad de lo porvenir. Quizás sean — y esta duda es leví- 
sima, tanto que la sust ituiremos por una afirmación— seguramente serán de más trans- 
cendencia que toda ía vida, pródiga en bienes a la comunidad y a los individuos, del 
mismo glorioso Centro Asturiano. Es decir, que el Centro Asturiano, que modela, 
infunde el soplo de lo vital al Sanatorio ovetense, se hallará no tardando mucho como 
humilde y encogido ante el esplendor de su retoño. Este no ha de necesitar largo tiem- 
po de la ayuda y auxilio de su progenitor y acaso ampare, como heredero de buen 
padre y educado ejemplarmente, a quien le dio el ser. . . Todo es posible. Sabemos 
el dolor conque los hijos de nuestro espíritu como los hijos materiales, son concebidos 
Luego, el rumbo que tomen, si han de escalar las nubes o vivir a flor de tierra ¿quién 
puede predecirlo sin exponerse a error? Pero cuando se viene de casta y existen an- 
tecedentes dignos de emular, la predicción es fácil. Y ese es nuestro caso. 

El actual presidente, clon Manuel Muñiz Díaz, este hombre modesto y tran- 
quilo, tiene motivos para estar satisfecho. Le cabe el honor de haber asistido al alum- 
bramiento de la más espléndida, trascendente y perdurable empresa asturiana. Aun- 
que él no la haya propiciado, que fueron otros ios iniciadores e impulsores, siempre 
podrá exclamar, con justificada vanidad si le viniere en ganas ser vanidoso, que se 
desarrolló y tomó cuerpo y se hizo realidad bajo su presidencia. 

Y su gestión presidencial, aunque sólo fuere por eso, que tiene asimismo otras 
facetas muy encomia bles, merece aplausos. 

1926. . . ¡Buen año! 1926, . * Año del Sanatorio de Asturias. Indudablemente, 
es digno de decirle adiós de rodillas y con el sombrero en tierra. 



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La Junta Directiva de 1926 estuvo así formada: 

Presidente, D. Manuel Muñiz Díaz; Vicepresidente primero, don José A, Pala- 
cio Barro; Vicepresidente segundo, don Nicanor Fernández García. Vocales: don Ma- 
nuel García Huerta, don Aurelio Peón González, don Antonio Martínez Rodríguez, 
don Felipe R. Campillo, don Carlos Pérez Alonso, don José Simón Corral, don Anto- 
nio Méndez Méndez, don Mauricio de Arriba Rendueles, don José María Alvarez Fer- 
nández, don Fernando Margolles Arranz de la Torre, don Higinio González Suárez, 
don Faustino Grana García, don Valentín López López, don Fermín González Gonzá- 
lez, don José Fernández Menéndez, don Juan Arguelles García, don Fernando Lobeto 
Miguel, don Servando Menéndez Martínez, don Hermógenes Foyo Díaz, don Fran- 
cisco García Fernández, don José Muñiz González, don Salvador Rodríguez García, 
don José A, Fernández González, don José Martínez Alvarez, don José Ramón Fer- 
nández Caso, don José García García, don Fnrique San Julián Méndez, don Ricardo 
Suárez González, don Maximiliano Isoba Prado, don José de la Prida Villa, don Carlos 
Argüelles Quirós, don Francisco Pérez González, don Hipólito Reguero Carús, don 
Gregorio Alonso Alvarez, don Ismael Iglesias Gutiérrez, don Valentín Menéndez Fer- 
nández, don Manuel Pérez Tirano, don Marcelino García Suárez, don Constantino 
Luege Puerta, don José Fernández García, don José Alvarez García, don Alfonso Mon- 
tas Martínez, don Nicas i o Martínez jardón, don Celestino Rodríguez Megido, don An- 
tonio Méndez González, don Restituía Sánchez González, don Luis Menéndez Carreña, 
don Diego Fernández Fernández, don Ramón Alvarez Tamargo* 

Vocales natos: Don Juan B anees Conde, don Maximino Fernández San feliz, 
don José Inclán Galán, don Vicente Fernández Riano, don Maximino Fernández Gon- 
zález, don Ramón Fernández y del Llano, don Genaro Pedroarias Vílloslada, don An- 
tonio Suárez y Suárez. 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, don José García y García; vice- 

presidente, don Gregorio Alonso Alvarez. Vocales: Don Carlos Argüelles Quirós, don 
Fernando Lobeto Miguel, don Servando Menéndez Martínez, don José Simón Corral, 
don José María Alvarez Fernández, don Diego Fernández Fernández y don Alfonso 
Moutas Martínez. 

Sección de Asistencia Sanitaria: Presidente, don Manuel Pérez Tárano; vice- 
presidente, don Valentín Menéndez Fernández. Vocales: Don Maximiliano Isoba Prado, 
don Felipe R. Campillo, don Antonio Méndez Méndez, don Hipólito Reguero Carús, 
don Carlos Pérez Alonso, don Ricardo Suárez González, don Mauricio de Arriba Ren- 
dueles, don Manuel García Huerta, don Antonio Martínez Rodríguez, don Juan Ar- 
güelles García, don Valentín López López, don Francisco Pérez González, don Nicasio 
Martínez Jardón, don Enrique San Julián Méndez, don Celestino Rodríguez Megido» 
don Salvador Rodríguez García, don Ismael Iglesias Gutiérrez, don Restituto Sánchez 
González, don José Martínez Alvarez y don Ramón Alvarez Tamargo. 


506 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Por haberle sido concedida licencia al señor don Valentín Menéndez Fernández, 
vicepresidente de Ja Sección , fue designado para sustituirle en el cargo de vocai don 
Antonio Méndez, 

Sección de Propaganda: Presidente, don Faustino Grana García; vicepresidente, 
don José Fernández García; vocal-secretario, don Lucio Fuentes Corripio: vocal vice- 
secretario, don José María Fernández. 

Vocales de la junta Directiva: Don Higinio González Suárez, don Constantino 
Luege Puerta, don José de la Prida Villa, don Luis Menéndez Carreño y don 1 lermcV 
genes Poyo Díaz. 

Vocales de la Junta General: Don Manuel González Menéndez, don José R. 

Muñíz Rojas, don A ve lino Canellada, don Fennín Suárez Castaño, don Manuel Llano 
Ruisanchez, don Alfredo Díaz Quirós, don Inocencio Lodos, don José Cas aprima Ro- 
dríguez, don Claudio Vega García, don José Fernández Díaz, don José Menéndez Prado, 
don Benjamín Pérez, don Ramiro Alonso, don Primitivo Rodríguez, don Víctor Pola, 

don Jesús Lacera, don Manuel ¡nfiesta, don José Ordiales, 
don Segundo Pérez Sierra, don Andrés Fernández García, 
don Aquilino González, don Oscar García, don Domingo 
Díaz Méndez, don Manuel Pérez Alvares, don Manuel 
García Blanco, don Bernabé Fernández Leirana, don José 
Méndez Marina, don Víctor García Lorenzo, don Luis 
Muñiz Blanco, don Avelina Méndez Antuña, don Manuel 
González, don Francisco Soto, don Segundo López Díaz, 
don Gabino Rodríguez Alvares, don Bonifacio Fernández, 
don Juan López Fernández, don Bernardo Rodríguez y 
don Manuel Suárez Rodríguez. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, don Ra- 
món Fernández Caso; vicepresidente, don José A. Fernán- 
dez y González; vocal secretario, don Manuel Malgor 
Alvares; vocal vicesecretario, don José Menéndez Rodríguez. 

Vocales: Don José Prendes Rodríguez, don Alberto Rodríguez Fernández don 
Angel Arias, don Juan A costa Piedra, don Marcelino González, don Manuel Valle 
Sánchez, don César Cerra Viña, don José Sierra Pérez, don Francisco Muñoz Santiago, 
don Ramiro Alonso Vaidés, don José Fernández Martínez, don José Cavia, don Manuel 
Fernández Arias, don Ramón Pis, don Saiustiano de la Grana, don Antonio Suárez, 
don José Fernández Fernández, don Jesús García Pérez, don Pedro Fructuoso, don 
Jesús Campa Cueto, don Luis González García, don Vicente Cristóbal, don José A. 
F. Cuervo, don José Díaz Vaidés, don Luis García, don Julio Arias, don Eugenio Fie- 
rros, don Manuel Vega, don Laudelino García, don Cándido Fuego, don Fidel Alvarez, 



DON RAMON FERNANDEZ 
CASO, PRESÍ D EN T E DE 
LA RFC, DE RECREO 
Y ADORNO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


507 


don Sanios Pavón, don Manuel Menéndez Rodríguez, don José Rodríguez Avila, don 
Angel Vi llaf ranea, don José Obranza, don Ramón Toyos, don Faustino Alvarez Granda, 
don José Rodríguez González, don Joaquín Rodríguez, don Miguel Cano Fernández, 
don Ramón Fraga Peláez, don Ricardo García Rodríguez, don Avelina García Fernán- 
dez, don Carlos Suárez Santos, don José Suárez García, don Francisco Palacio Barro, 
don Fructuoso de la Mata Alonso, don José Suárez López, don Ramiro Sastre, don 
Marino González, don Rafael de! Canto, don Amando Martí, don Eladio González, 
don Alberto Fernández, don Antonio Queipo Martínez, don José Martínez Rodríguez,, 
don José Barros, don Marino García Pérez, don Demetrio Alvarez Rodríguez, don Fran- 
cisco Escandón, don Ramón de la Campa López, don Antonio Tomás, don José Fernán- 
dez García, don Gerardo Guillermo Villa, don José R G. Cotarelo, don Luis B. Véiez 
de Vignier, don Antonio Prieto Fernández, don Julio García Castillo, don Pablo R. 
Fresno, don José Fernández Alonso, don José García Martínez, don Antonio Gil Car- 
bailo, don Antonio Suárez García, don Miguel Suárez Martínez, don Sandalio Rodrí- 
guez, don Jesús García Gutiérrez, don Fermín Fernández, don José María Fernández, 
don Manuel Fernández y don José R i vero. 

Sección de Instrucción: Presidente, don Aurelio Peón González; vicepresidente, 

don Fermín González González; secretario, Dr, don Rafael Pola Montoro; vicesecretario, 
don Jesús Camín Alvarez; bibliotecario, don Eustasio Santana López, 

Vocales; Don José Campoamor, don Manuel González Caso, don Aníbal Pé- 
rez, don Manuel García Rosales, don José Ramón Muñiz, don José P^amón Viña, don 
Manuel Méndez, don Cesáreo González, don Ramón Díaz Rodríguez, don José Suárez 
Llata, don Juan Rodríguez, don Nemesio López, don Manuel Blanco, don Francisco 
Rodríguez, don Bernardo Escobio Alvarez, don Angel Alvarez Polanco, don Ceferino 
Alvarez, don Miguel Méndez, don Faustino Llano Fatal lo, don Angel Medio, don José 
Huerta de la Torre, don Zoilo Menéndez, don Ramón Pernús Llames, don Federico 
Cotardo Lombardero, don Luciano Peón Cuesta, don Santiago Abascal Samperio, don 
José Ramón Moutas, don Celestino Rodríguez Alvarez, don E vello Fernández, don Pru- 
dencio Alvarez García, don Manuel Fernández Granda, don Anselmo Vega Artíme, 
don Amonio Longo, don Manuel Ruísánchez, don Arturo Gutiérrez, don Antonio AL 
varez Alvarez, don Francisco Vega García, don Luis Muñiz, don José Prendes, don 
Valeriano Fernández Viña, don Manuel Menéndez, don Celestino Suárez Fernández, 
don Nicolás Fernández Maldonado, don Baldomcro Artigas, 

Sección de Inmigración: Presidente, don Fernando Margo 11 es Arranz de la 
Torre; vicepresidente, don José Alvarez García; vocales: den Antonio Méndez Gon- 
zález, don José Muñiz González, den Marcelino García Suárez, don Francisco García 
Fernández y don José Fernández Menéndez. 

Fn el mes de Abril ie fue concedida licencia al presidente de la Sección don Fer- 
nando Margolles, habiendo actuado corno presidente desde ese mes hasta Diciembre 
inclusive, el vicepresidente, don José Alvarez García, 



508 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sección de Retiro y Previsión: Presidente, don Gregorio Alonso Aívarez; vice- 
presidente, don José Martínez Alvarez; vocal secretario, don Jerónimo Gutiérrez Fer- 
nández; vocal vicesecretario, don Carlos García Suárez. Vocales de la Junta Direc- 
tiva: Don Antonio Méndez Méndez y don José Fernández García, 

Representantes de los empleados del Centro: Don Enrique Cima Cabal, don 

Francisco Rodríguez Fernández, Dr. Agustín de Varona, don /Antonio Llanos Fernán- 
dez, don Ismael Remis, don Constantino de la Cueva, don Eladio Blázquez Roncero, 
Dr. José A. Presno y Bastionv, don Prudencio Alvarez González, don Manuel Fernán- 
dez Rodríguez, 

Comisión de Obras del Palacio Social: Presidente, don Carlos Arguelles Quirós; 

vicepresidente, don Gregorio Alonso y Alvarez; Vocales: Don José María Alvarez 
Fernández, don Diego Fernández Fernández, don Servando Menéndez Martínez, don 
Alfonso Montas Martínez y don José García y García, 

Comisión de la Junta General adscrita a la Comisión de Obras: Ingenieros: 

Don Miguel Villa Rivera, don Humberto Pollo y Luque y don Enrique Virgilio Pérez. 

Prácticos: Don Fernando Fernández González y don Pedro González Méndez, 

En el mes de Agosto presentó la renuncia de su cargo el presidente de la Comisión 
de Obras del Edificio Social, la que no le fue aceptada, pero debido a que no actuó a 
partir de esa fecha actuó de presidente don Gregorio Alonso Alvarez, 

Tesorería: Tesorero don José Simón Corral; vicetesorero, don Fernando Lo- 
beto Miguel. 

Estadística: Socios en Enero de 1926: 60,351 ♦ En Diciembre del mismo año: 59,005, 

Ingresaren en el Sanatorio 1 1 ,685 enfermos, pero como teníamos en existencia 668 
enfermos, correspondientes al 31 de Diciembre del año anterior, nos dá una existencia 
total de 12,353 socios enfermos asistidos en el Sanatorio, 

El promedio de mortalidad anual ha sido de L82 por ciento. 

El Departamento de Farmacia, despachó durante el año para el interior del Sana- 
torio 341,407 fórmulas y para el exterior 102,774 fórmulas, lo que dá un total de 473,181. 

El Departamento de Rayos X, Pabellón 'Genaro Pedroarías ", efectuó 17,303. 
trabajos, correspondientes a la suma total de sus diversas secciones. 

El Laboratorio clínico y de investigaciones 26,496 trabajos. 

La estadística de las operaciones practicadas durante el año arroja una cifra 
de 5,683 operaciones con un promedio de mortalidad operatoria de 0.39. 

Entre estas cifras operatorias, se encuentran comprendidas 48 operaciones de 
' 'Urgencia A efectuadas por el Dr Elpidio Stineer 

El Departamento de Cirujía Dental del Sanatorio, efectuó 19,987 trabajos* 

Socios repatriados: 99, 




PRESIDENCIA DE D. MANUEL MUNIZ DIAZ 

II 

AÑO 1927 


Un elogio justo. — Todos iguales ante el Reglamento. — Fiesta escolar. 
En recuerdo de Alvarez Prida — No olvidemos a Gaztambide. — Homenaje 
de Aviles a nuestro Centro. — González Curqlejo y otros benefactores 

OPORTUNA DECISION. — ¿SALON COMEDOR O PABELLON DE ClRUJIA? 

LOS HOMBRES PASAN - D. VALENTIN MENENDEZ, D. PEDRO S, ArTIDIELLO 
Y CIEN MAS — El NUEVO P ALACIO SOCIAL: SU INAUGURACION. 

Discursos — -Muertos queridos. — Visitantes ilustres. 
Confraternidad galaico-astur- — Adquisición del 

TERRENO PARA SANATORIO EN ASTURIAS: 

ENTUSIASMO y PROGRESO, — Los PROPULSORES 

del Sanatorio ovetense: D Benjamín 
Menendez García y D Luis 
R. Rodríguez. 

Nuevo Sanatorio en Pampa. 


D. José Simón Corral 
ELECTO PRESIDENTE PARA 1928-29. 

Notas informativas generales. 



}n tramos en el final de este libro. Final sosegado, armonioso, feliz, por resumir 
un período en verdad brillante y fecundo, hito magnífico que habrá de 
señalar, cuando los días pasen y la jocundidad de las horas actuales tienda 
a desvanecerse y desaparecer, que en esta etapa inauguramos nuestro señorial Palacio, 
volviendo a la holgura y contento del hogar propio; que adquirimos ya con todas las 
realidades de un hecho memorable, vasto terreno para el Sanatorio de Asturias, el que 
será edificado frente a Oviedo, en espléndida planicie que, a modo de mirador sobre 
Vetusta la catedralicia, existe en la famosa Cuesta del Naranco, y por último, que las 
mujeres, poesía vibrante de nuestra vida, estas nobles, abnegadas, virtuosas mujeres 
que reinan en nuestros corazones y santifican nuestros hogares, comenzarán a disfru- 
tar de cuanto es, tiene y representa el Centro Asturiano a partir del año entrante. 

Ha sido, pues, el 1927, que ahora se extingue, de consoladores progresos sociales. 
Y cuenta que, al hacer su resumen, no aludimos a otros positivos avances, como el 



510 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


nuevo Sanatorio de Tampa, cuyas obras constructivas ya comenzaron, ni a la Delega- 
ción de Nueva York, iniciada con firmeza y solidez que hacen presumir constituirá, 
no tardando mucho, una de nuestras filiales más numerosa, prepotente y patriótica. 

Todo ha ido desenvolviéndose en plano de cordialidad, dentro de serena y pru- 
dente inteligencia entre directores y dirigidos. La Junta de Gobierno mantuvo una 

A 

cohesión admirable, que le permitió abordar y resolver brillantemente múltiples y di- 
fíciles asuntos y nuestras asambleas generales, compenetradas con esta alta y cuerda 
política, dieron fehacientes muestras de saber disfrutar de la ciudadanía, representada 

por el voto unipersonal y el derecho a la 
crítica de los poderes gubernamentales 
Vivióse un año más de absoluta solida- 
ridad y conciliación, norma caracterís- 
tica, que tantas congratulaciones nos 
vale, de la existencia de nuestra Asocia- 
ción. Hagamos resaltar que, en gran 
parte, contribuyó a ello la actitud siempre 
cordial de don Manuel Muñíz Díaz, Pre- 
sidente, cuya actuación se ha significado 
por su amistad y afecto a todos, sin dis- 
tingo de partidos. El señor Muñíz Díaz, 
que es hombre de gustos y maneras sen- 
cillas, captóse la confianza y respeto de 
los socios e impuso desde los primeros 
instantes la convicción de que nos hallá- 
bamos en presencia de un auténtico 
demócrata y de un espíritu bien ínten- 
cíonado. como no tardó en revelarlo con 
su conducta nobilísima y fraternal, en 
la que aparecen plasmadas virtudes de 
probidad, entusiasmo y patriotismo que 
creyéranse condición primaria de la clase 
tabacalera, a que pertenece, y de la que han surgido las más preeminentes figuras de 
nuestra Sociedad. Su actuación concitó, por tanto, aplausos y congratulaciones since- 
rísimas y espontáneas. Aunque en plano inferior, pero con personalidad propia, tam- 
bién don José A. Palacio Barro, primer vicepresidente, señaló su presencia y acusó 
su carácter. Un poco vehemente quizás, en ocasiones demasiado inflexible, hay en este 
distinguido paisano cualidades de perspicacia, talento y acometividad, inconfundibles 
y únicas. Es hombre de acción, de combate, Y es, por todo, y sobre todo, de un indi- 
vidualismo e independencia excepcionales en estos tiempos. Posee una brillante y 
copiosa hoja de servicios, pues ha figurado otras veces en la Directiva y desempeñado 



DON JOSB SIMON CORRAL. 
vicepresidente: segundo 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


511 


el cargo de tesorero, siempre poniendo a tono, con la firmeza de su temperamento, 
una actividad, buen deseo, asturianismo y desinterés realmente insuperables, Y por 
eso mismo goza de envidiable reputación y generales simpatías. 

En la Covadonga, cifra y compendio de nuestros desvelos, hánse continuado los 
trabajos de mejoramiento. ¿Más aun?, se preguntarán cuántos conocen aquello. 
Sí, más aún, en fiebre de hacer que todo sea allí, si suntuoso y bello, resumen de sun- 
tuosidad y belleza; sí cómodo y práctico, asiento de comodidades y eficacia; si cien- 
tífico y curativo, la última expresión de la ciencia de Esculapio. Y grandes, soleados, 
magníficos pabellones con capacidad en 
conjunto que nos permitirá tener, en 
caso necesario, hasta 1,250 enfermos, o 
más ; dos modernísimos edificios de vasta 
área y elegante construcción, dedicados, 
uno a laboratorio ele análisis e investi- 
gaciones químicas, y otro, a departa- 
mento de Rayos X, radioterapia y elec- 
tricidad médica; alegre, blanca, espaciosa 
casa de baños, con piscina natatoria al 
centro y anexa una sala de esgrima y 
gimnasio; airoso pabellón de cirujía, en 
el que impera la asepsia más escrupulosa 
y se dispone de lo mejor en equipos qui- 
rúrgicos; capilla, en la que dominical- 
mente se dice misa ante altar que esta 
bajo la advocación de nuestra Virgen de 
Covadonga; dos coquetones chalets, que 
no otra cosa representa n f para aislar a 
los atacados de fiebre amarilla y peste 
bubónica; gran departamento de lavado 
a máquina y desinfección de ropas, for- 
mando espacioso taller fabril ; varias casi- 
tas de planta baja destinadas a dormitorio de empleados; kiosco de la peluquería y 
despacho de periódicos, y las dos construcciones de mayor costo y señorío, que adrede 
dejamos para lo último, a fin de que sean a modo de broche de oro conque cerraremos 
esta reseña: el palacio administrativo, situado en el centro del Sanatorio, con su gran 
reloj de esfera lumínica, y el flamante edificio, en las postrimerías de este año de 1927 
felizmente concluso para mayordomía y almacenes de ésta, cocina y comedores gene- 
rales que a más de ocupar considerable superficie consta de tres pisos, siendo el más vas- 
to de la Quinta. En total, las edificaciones que allí se levantan formando un a modo 
de parque de residencias rodeadas de árboles y fuentes cantarínas, ascienden a 34. 



D. CESAR RODRIGUEZ GONZALEZ, 
TESORERO 



512 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


con una población constante, entre enfermos y personal de todo género, superior 
a 1 ,200 almas. 

Las listas sociales, contra lo que pudiera hacernos temer la situación general de 
Cuba, nada halagüeña en cuanto a su vida económica, han fluctuado durante el año en 
derredor de los 60,000 socios y este dato, por sí elocuentísimo, nos exime de insístr 
acerca de la atracción que ejerce nuestro Centro, con sus Escuelas, salas de recreo, 
etc., y su Covadonga la Magna, emporio de la ciencia médica. 

La gente de pluma, literatos, periodistas, simples reporteros, cuantos en suma 
vierten sobre el papel el fruto de su ingenio y nos deleitan con novelas, crónicas, cuentos, 
graves y profundos artículos de economía y política, alados versos, emocionantes dramas, 
festivas comedias, amenas informaciones, todos ganan nuestra devoción y despiertan 
-nuestra simpatía, acaso en recuerdo de que una pluma donosa, ágil y maestra en bien 

decir — pensemos en el famoso artículo "La Solución", def 
"Heraldo de Asturias ', año 1886 — la de don Lucio Suárez 
Solís, ya ido de este mundo, apresuró el nacimiento de 
nuestro Gentío. 

No hay hombre de letras que se acerque a nosotros, 
que no salga complacido, sí lo que nos pide está en nuestras 
manos concedérselo. Es esto tradicional, vieja y noble prác- 
tica en la que perseveramos, satisfechos de serles útiles. De 
ahí que la junta General de 28 de Febrero, con noticias de 
haber permanecido en la Covadonga durante varios meses, 
en el pabellón de pensionistas, el anciano escritor, justo 
prestigio de la prensa cubana, cronista polifacético, de pro- 
fusa y sólida cultura, don Antonio Escobar, haya a cor dado- 
condona ríe totalmente las dietas ocasionadas, expresando a. 
la vez su íntimo y cordial regocijo por haber cooperado de esa manera a que recu- 
perase la salud. 

La misma asamblea de 28 de Febrero tuvo otro rasgo de rancio abolengo espi- 
ritual, digno de la historia de nuestro Centro, siempre munífico y espléndido en obras 
de interés colectivo y de carácter benéfico o educativo: conceder una subvención de 
200 pesos por un año, a la Institución 1 lispano-Cubana de Cultura que, con éxito sin 
precedentes, está desarrollando formidable labor de inteligencia y mutua compene- 
tración entre España y Cuba medíante el intercambio de profesores de las dos naciones 
que ofrecen cursos y conferencias de sus respectivas disciplinas. 

Detalles son estos que acaso consideren algunos pueriles y anodinos; pero en los 
que atiabamos nosotros una gran belleza de forma y de fondo. 

Nuestro espíritu renovador y liberal, que dio acogida, primero, a las mujeres, ha 
plasmado ahora en acuerdo trascendentalísimo: conceder a éstas los mismos, idénti- 
cos derechos, e iguales, absolutas obligaciones que a los hombres. 



D. JOSE G. FERNANDEZ, 
PEES IDE N T E DE L A 
SE C . DE P ROP AG ANDA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


5 13 


Este problema, tan grato, piedra miliar de uno de los avances más positivos 
de nuestro Centro, ha tropezado, lamentablemente, con obstáculos que han ido retar- 
dando su solución. Obstáculos — y es oportuno acusar esta condicional — agenos 
a la voluntad de la Directiva, derivados de las atenciones constantes y cuidados asiduos 
que demandaban la construcción del nuevo Palacio, Jos cuales por ser tan varios y tan 
disímiles, no dejaban tiempo para poner mano a la obra de acoger, en concepto de aso- 
ciadas militantes, a las mujeres. Ya recibido el edificio y vuelta a su cauce normal la 
actividad de los directivos, se va resuelta y decididamente a satisfacer uno de los anhelos 
populares más imperiosos y más humanos. En Enero del próximo año— escribimos 
estas líneas en las postrimerías de 1927 — -serán puestos al cobro los recibos de cuota 
que abren el Sanatorio y e! Centro a Jas que ponen en nuestra vida el aliento vital del 
amor. Las mujeres serán electoras y elegibles, del mismo modo que los hombres. No 
había razón alguna que aconsejase excepcional as de disfrutar del sufragio, por lo que 
los señores don Enrique Cima, Secretario del Centro; don 
Agustín Varona, médico director de la Covadonga, y los 
vocales de la Directiva don Manuel Pérez Tárano y don 
Ramiro Areces González, encargados de adaptar al Regla- 
mento ios preceptos que establecen el Negociado corres- 
pondiente a las hembras, decidieron concederles todas, 
absolutamente todas las prerrogativas de que disfrutamos 
los varones, Podrán, pues, aspirar a puestos electivos e 
intervenir, con voz y voto, en las deliberaciones de la So- 
ciedad. 

Otra vez demostramos los asturianos que vivimos 
de acuerdo con la época. La mujer, en los tiempos actua- 
les, viene patentizando maravillosas cualidades de cultu- 
ra, de energía y de competencia aun para lo más arduo 
y arriesgado. Dirige grandes empresas industriales. Maneja automóviles. Conduce 
aviones, remontándose por el azul espacio. Labora en las oficinas. Cultiva la Medici- 
na, Trabaja en los Laboratorios. Interviene en el foro. Figura en congresos. Es 

parlamentaria A todo llega, nada le arredra y en todo muestra idoneidad, ¿Podría 

concebirse, pues, que no le abriéramos de par en par nuestra casa y la eleváramos, 
socialmente, a nosotros? Será por tanto dentro del Centro, lo que es en el hogar, 
en el trabajo, en la calle, nuestra asociada y colaboradora, nuestra compañera, en suma. 
Y acaso tengamos la suerte de verla tomar parte activa en elecciones, ayudándonos 
con su fino sentido y su tacto selectivo a elegir directivas y hasta formando parte 
destacadamente de las mismas. 

Celebremos con ánimo regocijado la admisión de mujeres y anticipemos a éstas 
cordial, efusiva bienvenida. 



I> t BENIGNO SANTOS 
RIVERO, PRESIDENTE 
DE LA SECCION DE 
INSTRUCCION 



514 


EL LTBRÜ DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Accediendo gentilmente a nuestros deseos, de los que se hizo intérprete el Ayu- 
dante de Campo' de S. M. el Rey y Jefe de Sanidad Militar Española, don Agustín Van 
Baumberghen, que no ha mucho visitó nuestra Covadonga, nos ha enviado su retrato, 
con amable autógrafo de su puño y letra, S. A, R. el Príncipe de Asturias. 

Cuánto hemos agradecido esta deferencia, no necesita decirse. El Príncipe de 
Asturias tiene, no solo por su principado, que le hace grato a nosotros, sino por su jun- 
ventud y gallardía, bien ganado el corazón de los asturianos. Y su efigie exorna hoy 
el testero del salón presidencial, honrándonos extraordinariamente. 


Como cuanto afecta a Asturias repercute decisivamente en nosotros, nos inte- 
resamos cerca de los poderes públicos por la construcción del ferrocarril Pravia-Villa- 
blino pasando por Cangas de l ineo, que habrá de reportar incalculables beneficios a 
extensas y ricas zonas de nuestra provincia, Y aunque por los trámites y actuaciones 
a que están sujetas obras de esa naturaleza, no se haya alcanzado todavía nada decisivo, 

tenemos en nuestro poder alentadora respuesta del señor 
Ministro de Fomento, la que autoriza a pensar que acaso no 
pase mucho sin que sea subastada la ejecución de tan 
importante vía 

En esta gestión, de carácter intensamente patriótico,, 
nos secundó con su prestigio y autoridad el ilustre doctor 
don Vicente Gay, catedrático de ía Universidad de Vallado 
lid, con el que, a contar desde su memorable excursión por 
Cuba, mantenemos afectuosa correspondencia y cordiales 
relaciones. 

El 1 1 de Septiembre celebramos en el Teatro Nacional, 
repleto de público asturiano, el reparto de premios del 
XXXV curso escolar. Treinta y cinco años seguidos 
brindando a todos, socios e hijos de socios, los dones inestimables de la instrucción, 
deben decir algo a cuantos en estos últimos tiempos, presas de lamentable prejuicio 
han propugnado por negamos hasta esta alta virtud de cooperar con el Estado, graciosa 
y libe raimen te, a robustecer la nacionalidad cubana, creando ciudadanos instruidos y 
laboriosos. 

Resultó una fiesta espléndida, tanto por su carácter pedagógico, como por su 
interés artístico, pues tomaron parte en ella, mereciendo infinitos parabienes, notables 
actores, poetas y músicos. Presidióla, con el cuerpo de profesores y miembros relevantes 
de la Sección de Instrucción, el presidente de ésta, don Benigno Santos, hombre devoto 
de la cultura, espíritu fraterno, abierto o los avances de! pensamiento, al que acom- 
pañaba el ilustre tribuno Dr. don Antonio Iraizóz, encargado de pronunciar el discurso 
de apertura de curso. 



DR, D. LUIS, A, BAR ALT* 
SOCIO DE MERITO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


515 


Como en anos anteriores, los Sres. J. Calle y Cía., representantes de la sidra “El 
Gaitero", y D. Nicanor Fernández, de la de ''Cima", han donado dos premios de $25,00 
cada uno, y los propietarios de la librería "La Propagandista", más la profesora doña 
Emilia García de Isoba, libros, estuches de dibujo y costureros. A todos las gracias más 
sinceras y merecidas. 

El curso se desenvolvió brillantemente, registrándose considerable matrícula, así 
clasificada por nacionalidades: niños cubanos, 214; niños españoles, 25; niños de otros 
países, 12, Niñas cubanas, 131 ; niñas españolas, 18; niñas de otros países, 12. Clases 
especiales: alumnos cubanos, 43; alumnos españoles, 6. 

Se expidieron, como resultado de los exámenes, 12 títulos de tenedores de libros, 
tres de éstos a señoritas, nombradas Laura Berta Ivern Díaz, Julia Balbín Villar y 
Angelita Cortina Linares. 

El Dr. Iraizóz, presentado por el señor Santos (don 
Benigno) en concisos y cariñosos términos, fué acogido 
al aparecer en ei palco escénico y disponerse a hablar, con 
estruendosa ovación. Luego, magestuosamente, emocio- 
nando y electrizando al público, dijo este hondo y 
fuerte discurso: 

Señor Presidente y señores miembros de la Sección 
de Instrucción del Centro Asturiano de la Habana; 
señoras y señores: 

Desempeñaba hace pocos años un alto cargo en el 
Departamento de Instrucción Publica, cuando tuve el in- 
merecido honor de ocupar esta misma tribuna en acto 
análogo al de hoy, y como funcionario sentí un verdadero 
placer en consignar aquí, dada la representación pública 
que entonces ostentaba, la gratitud del Gobierno de la 
República y de la Secretaría del Ramo por la obra de cooperación consciente y eficaz 
que el Centro Asturiano de la Habana realizaba en pro de la causa de la educación 
pública en Cuba. Hoy sin cargo oficial alguno, como un simple ciudadano, la de un ciu- 
dadano que acaso en sus bregas no se ha significado por expresarse en ese tono zalamero 
y halagador con que muchas veces se dirigen a los españoles de Cuba, viene esta tarde 
a testimoniar justamente la gratitud sentida de la opinión cubana, de todos aquellos 
elementos que comulgan con las ideas nacionalistas y sienten por esta patria un amor 
apasionado, las gracias más fervorosas, la más sentida admiración y muestras de cariño 
y respeto a una colectividad, como el Centro Asturiano de la Habana, que por medio 
de estas Escuelas enseñan y preparan esa niñez y la estimulan y la honran como lo hemos 
visto en la tarde de hoy en este grato desfile del premio a ia inteligencia. Españoles 
beneméritos, luchadores y tenaces, contribuyen con los cubanos que aman a Cuba, .a 



DON PEDRO SANCHEZ 

artidiello 

PRESIDENTE DE LA 
COMISION DE OBRAS 
EN CUTO PERIODO 
FUE R EGIEID O EL 
PALACIO 


516 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


fortalecer la nacionalidad en un alto sentido de cultura, de progreso y de comprensión, 
para que se borren, de una manera completa y definitiva, todos aquellos resabios de! 
pasado, y abramos las almas a la esperanza más grata y lisonjera confiados en el 
porvenir de la patria libre y redimida. 

Cualquiera que sea la ideología con respecto a nuestros problemas nacionales, todo 
cubano previsor tiene que mirar con extrema simpatía esta obra educativa, esta coope- 
ración eficaz que los Centros hispánicos prestan a la causa de la instrucción en nuestro 
país ofreciendo a la infancia de ambos sexos una integral enseñanza en sus escuelas, 
perfectamente organizadas de acuerdo con las exigencias de la pedagogía moderna. 
Además: hay en el acto que celebramos esta tarde, un hecho sobre el cual quiero pedir 
la reflexión de todos: Son las aulas de Comercio atendidas con devoción y celo por el 
Centro Asturiano, y ya se anuncia en ese mismo prospecto que se os ha repartido 

que piensan acomodarlas a las nuevas orientaciones de la 
enseñanza comercial comprendiendo el vital interés que 
tienen para el desarrollo económico de esta República. 
Cuando nadie prestaba cuidadosa atención a la enseñanza 
comercial, el Centro Asturiano de la Habana sostenía 
dicha Escuela con fe inquebrantable y especial interés , 
impulsando a la juventud cubana hacia un filón de nues- 
tra riqueza completamente desatendido; y no se confor- 
maron con la enseñanza primaría, ya tradicional en su 
Centro, sino que establecieron esa red de disciplinas para 
el mejoramiento de los elementos comerciales. 

Recientemente ha dicho Mr. Tíger, Comisionado 
Federal de Educación de los Estados Unidos, en su último 
informe anual, que considera después de la enseñanza 
elemental como de primera y vital importancia ía ense- 
ñanza comercial en los planteles educativos de Norte América; y llama la atención de 
todo el país para que se busque la manera de perfeccionarla y hacerla más práctica y 
eficiente; a continuación de la obra magnífica y grandiosa de abatir la ignorancia ha 
de venir esta obra del desarrollo económico del país, haciendo que las clases comercia- 
les estén debidamente preparadas, y esa preparación ajustada a las exigencias de la 
comunidad y a las últimas investigaciones sobre la materia. 

Yo pienso que esta actitud constante del Centro Asturiano responde a una in- 
tuición muy exacta de nuestra condición de vida; y desenvolviendo con calor y entu- 
siasmo las enseñanzas comerciales, en su plantel, cumple un alto y previsor pensamiento 
de aquella figura grave v austera — algunas veces injustamente olvidada — la más 
noble y viril que la mentalidad española produjo en el siglo XVI I [ : Gaspar Melchor de 
Jovellanos. La tendencia naturalista que se advierte en los ideales pedagógicos de 



D, LUIS K. RODRIGUEZ, 
PRESIDENTE DE L A 
CO M I s I O N PR O - S AN ATO- 
RIO DE ASTURIAS EN 
LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


517 


JovelIanGS, su repulsa a la cultura humanista predominante en su tiempo, inspiradoras 
de los firmes propósitos que llevó a la práctica en su Instituto Asturiano, señalaron un 
derrotero nuevo, una orientación distinta a la que España seguía en materia educativa, 
j ove! I anos quería el contacto directo del individuo con ía naturaleza y con las neee- 
sidades sociales inmediatas, el abandono de la servil imitación a la antigüedad y la 
dedicación preferente al desarrollo de las propias aptitudes; prefería el conocimiento 
científico a toda la enseñanza formal y verbalista inspirada en los clásicos; que el hombre 
amara y comprendiera la naturaleza que lo rodeaba, para saber explotar sus ocultas 
riquezas, y que del trato vigoroso y directo con la realidad circundante llevara a su 
imaginación impulso creador de modo que fuese hombre eficaz y útil preparado para la 
lucha y el mejoramiento, provechoso a sí mismo y a la sociedad. Tal era su pensamiento, 
que difundió de un modo práctico en su instituto Asturiano y que constantemente re- 
comendaba en sus discursos, informes y memorias. El vio a sus compatriotas inhábiles 
para explotar las propias riquezas del país; la industria 5 
la minería, la navegación, el propio comercio, abando- 
nados unas veces u otras con métodos deficientísimos. 

Y no podemos negar que idénticos problemas sociales, 
peligros análogos a los que advertía jovellanos en el siglo 
XVIII, se nos presentan actualmente en Cuba. Muchos 
filones de riqueza no sabemos explotarlos, y son fuentes 
de energía, de vida, de prosperidad, silenciosas y ocultas 
para el espíritu cubano. Cuando nos preguntamos: ¿qué 
tenemos para vivir?, una voz alarmante y dol orosa nos 
dice: Muy poco. Hemos perdido la tierra. Las grandes 
empresas de servicios públicos' — -ferrocarriles, navegación, 
electricidad, teléfonos- — son capitales extranjeros que nun- 
ca pasarán a manos cubanas. Lo mismo sucede con las 
fortísimas industrias azucareras, y una parte considerable 
de las del tabaco. El comercio, por ciertos prejuicios morbosos y dañina repugnancia, 
lo vio siempre ía familia cubana, torpemente, como algo indigno para sus hijos. La 
minería, muy rudimentaria, también en manos extranjeras, no ya extranjeras en el sen- 
tido político, sino extranjeras también porque no nos identifica ni la sangre que corre 
por sus venas, ni el idioma en que expresan sus deseos, ni los hábitos y aptitudes que 
caracterizan nuestra estirpe, ni el tipo de civilización en que se manifiestan. 

F^r eso es que la obra previsora que desde hace años realiza este Centro Asturiano, 
convocando a la propia juventud de Cuba a que venga a sus aulas a estudiar la carrera 
de comercio, menospreciada por prejuicios tontos, es una obra noble y trascendental: 
tiende a que los hijos se preparen a recibir ía herencia paterna, a seguirle en su propio 
establecimiento manteniendo, y no disipando su caudal, e instruirse eficientemente 
para la competencia, cada vez más aguda, que se opera en nuestros mercados, donde 



D r BENJAMIN ME MENDEZ 
GARCIA, SECRETARIO DE 
LA COMISION PRO-SANA- 
TORIO DE ASTURIAS EN 
LA HABANA 



5 18 


el libro del centro asturiano de la habana 


los métodos científicos expulsan y derrotan los sistemas rutinarios. Síntomas alarmantes 
venimos observando, de una manera clara y firme, de que podemos llegar a perder el 
predominio español en el comercio, ese comercio que está en manos de españoles y que 
podemos decir que luego pasará a manos cubanas, a manas de sus hijos. (Aplausos), 
Fuertes y hábiles entidades mercantiles extranjeras penetran en Cuba de un tiempo 
a esta parte, plagiando la acción comercial española. Tales son los síntomas. Por eso 
decía que era necesario estar ojo avizor ya que tratan de apoderarse de nuestro comercio, 
dominarlo, y aunque actualmente no lo tienen los cubanos, porque en ese giro están 
en minoría, en manos de los españoles, como ahora ocurre, cabe en los nativos la espe- 
ranza de obtener ese sector que constituye parte de su herencia y de su riqueza, que 
en su día le será transmitida, y acaso entonces sepa mirar con orgullo la actividad 
honrosa de su padre que fue base de su fortuna y bienestar, (Grandes aplausos), 

Pero cuando se advierte un mal, cuando se nota un 
peligro, no es con frases más o menos vehementes, ni con 
discursos más o menos retóricos como pueden detenerse 
las consecuencias funestas que hemos visto en el horizonte 
y que tratamos de evitar. De la única manera que en la 
vida normal se conjuran las situaciones difíciles, es pre- 
viniéndolas, Conocimiento exacto de ios factores adver- 
sos, tacto en los procedimientos, decisión y firmeza de 
voluntad. Los españoles comerciantes que se preparen a 
luchar con un sentido renovador y amplio que es el 
secreto de toda la actividad contemporánea. 

Es necesario que el comerciante de ahora trate de 
renovar su propia mentalidad, trate de conocer las nuevas 
orientaciones de su giro, cada vez más científico. Las 
telarañas sobre el escritorio ya no traen suerte, ni el buen 
paño en el arca se vende. Acción, propaganda, limitar la utilidad en aras del aumento 
de clientes, técnica en el arte de comprar y técnica en el arte de vender. Es preciso 
que se propongan luchar con las mismas armas que ellos tienen, sabiendo lo que ellos 
saben, apelando a sus mismos recursos, o inventando otros mejores que ellos no ten- 
gan, pues de otra manera sería una brega desigual en la que no les tocaría más que la 
derrota. No es reconcentrándonos nosotros mismos en una prevención como podemos 
detener el paso del invasor, es saliéndole al paso con armas iguales y de la misma efi- 
cacia de la que ellas tienen. ¿Y dónde se obtienen esas armas? ¿Dónde podemos real- 
mente preparar a nuestros comerciantes y a la juventud que vá a suceder le en los 
negocios para que pueda competir dignamente en el mañana? En esas Escudas de 
Comercio, preparadas y organizadas con la orientación nueva que ahora tiene el sentido 
práctico por encima del sentido libresco que antes se les daba, para que ellos puedan 
competir y triunfar, y ya esas orientaciones las acoge el Centro Asturiano en el folleto 



D. JOSE RAMON GONZALEZ 
SOTO, TESORERO DE LA 
MISMA COMISION PRO- 
SANATORIO 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


519 


con que a todos nos ha obsequiado. Yo lo felicito y creo que al realizar esta labor 
no sólo agrega una página verdaderamente digna en la larga historia de esta colecti- 
vidad, sino que también contribuye a la causa más hermosa que pueden los españoles 
de América difundir en el continente que descubrieron y civilizaron: la de su cultura 
popular y de la de su desarrollo económico. 

Decía mi amigo el Sr. Santos, Presidente de la Sección de Instrucción del Centro 
Asturiano, cuando me anunciaba, muy acertadamente, que yo no me había caracteri- 
zado en las veces que habla molestado la atención del público por ser uno de los eternos 
cantores de la raza. Exactamente; y eso que tengo, como todos ustedes, muy cerca 
la sangre española. Siempre he pensado, con un criterio que estimo amplio y elevado, 
que los verdaderos problemas de España en América no son étnicos precisamente: son 
de otra índole más compleja. Los españoles constituyen en América una minoría, desde 
el punto de vista político, lo que no ocurre si consideramos este problema desde el punto 
de vista cultural. Nuestra civilización es ibérica. Esa civilización nos une e identifica 
y con tal carácter España predomina en la mayoría de las masas componentes de las 
democracias surgidas aquende el Atlántico, Como cuestión de 
raza España encontraría cierta resistencia o frialdad en aquellos 
elementos ajenos al tronco hispánico. Defender esa civilización, 
impulsarla, extenderla, evitar que se deforme por otras influen- 
cias, es labor que realmente enaltece la gloria de España. 

. j 

(Ovación) . 

Asombra cuando se dirige una mirada sobre el mapa y se ve 
que hay un continente donde veinte naciones hablan su idioma; 
veinte naciones que fueron creadas por ella; que hijos de los 
propios españoles han levantado con dolor y con fe todas esas 
patrias Ubres y democráticas de América y no se recuerda en la 
historia caso parecido. Otros colonizadores como la propia Ingla- 
terra, que actualmente tiene una cuarta parte del mundo bajo 
su dominio, no pueden decir lo que España en cuanto a la 
su civilización, pues a pesar de haber perdido su poder político, persiste y triunfa 
en los pueblos que engendrara; siempre habrá un continente que hable su lengua, que 
tenga sus hábitos, sus costumbres, su ideología y, por lo tanto, ella perdura del modo 
más grato y ennoblecedor. (Aplausos). El día que políticamente se separen las colonias 
de Inglaterra, el día que Egipto deje de ser protectorado inglés y que la India se emancipe, 
los egipcios seguirán siendo egipcios y los indios igualmente seguirán siendo indios; 
nunca serán ingleses. La cultura británica es algo superficial en los pueblos que domina. 
La cultura hispánica es algo medular en ios pueblos donde ya no manda. De España se 
han separado sus colonias y, sin embargo, siguen su cultura y civilización. Esa es la 
verdadera grandeza de España. 



D. JOSE MARIA AL- 
VARES!, VOCAL DE 
LA COMISION PRO- 

sanatorio 


fuerza y vigor de 


520 


FL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Luego el problema español y americano con respecto a las diversas tendencias sobre 
las cuales todos los pensadores de una y otra parte, constantemente escriben, observan, 
analizan, es más que de limitaciones improcedentes de razas de la defensa y mejoramiento 
de su cultura, una cultura que heredamos, secreto de la afinidad que emana de gentes 
que hablan un mismo idioma, que tienen los mismos usos y costumbres, que realizan 
en común esfuerzo la obra civilizadora de mejorar, de progresar, de vivir; esa es una 
cultura que nos hace sentirnos como de la misma familia y unirnos cada vez más en 
más estrechos vínculos españoles e ibero-americanos ; y al mantener esta suprema preocu- 
pación en lo futuro, precisa defender esa cultura hispánica de otras que tratan de su- 
plantarla, sin olvidar nunca que otros tipos diversos influyen también en el continente 
americano. Vemos claro el caso en la República Argentina, donde las inmigraciones de 
varios países europeos nos hacen apreciar mejor estas luchas de sentimientos y anhelos, 
a pesar de la raigambre latina que es allí común denominador. Allí chocan la cultura 
francesa, la italiana y la española con sus variadas modalidades; cada una trata de 
influir, como e$ natural, e imponer sus dogmas estéticos, litera* 
ríos, su concepto de la vida, sus gustos, sus aptitudes, sus habites; 
luego e] problema americanista para los españoles y el problema 
hispanista para los americanos que no queremos perder nuestra 
personalidad, pero que tratamos por todos los medios de progre- 
sar y mejorar en todo lo posible, consisten en asimilar todo Jo 
bueno que se nos importe, venga de donde viniere, previa depu- 
ración, con tal que esas innovaciones estén de acuerdo y confor- 
midad con ¡as características esenciales de nuestros pueblos, con 
tos fundamentos perennes que sustentan la cultura española . 
Resistir a las influencias nocivas para poder perdurar. 

El malogrado escritor francés, Luis Hemon, en una intere- 
sante novela “María Chapdelaine”, pintaba un caso espiritual 
análogo al que se presenta a españoles y americanos, a virtud de la lucha de diversas 
culturas que se advierte en América, Es el heroico debate que sostienen los herederos 
de los viejos franceses, dueños que fueron del Canadá, para sustraer su vida y sus 
ideas del prepotente poder británico, de la cultura adoptada por la mayoría de sus 
propios compatriotas canadienses. Los ingleses tienen el dinero, tienen el poder 
público, ias grandes empresas, las grandes industrias, el comercio y la navegación, 
y sin embargo, allá en lo más íntimo de esa colectividad diseminada por los bos- 
ques silenciosos y enormes, hay muchos miles, un núcleo social importantísimo, 
que sigue aferrado a sus costumbres francesas, a sus ideas francesas, a sus dogmas y 
sus rasgos franceses, a la apreciación de su arte y de su historia. Sin tener el dinero m 
el gobierno, esa colectividad, rodeada de adversas circunstancias, sabe persistir, sabe 
perdurar. ¡Cómo defienden su lengua, sus aficiones, sus ideas, sus vicios y sus virtudes!. 
La cultura francesa alimenta su espíritu, le dá vigor nuevo a cada desfallecimiento y se 



D . LAUREANO 
ALVAREZ FERNAN- 
DEZ, VOCAL DE L«A 
COMISION pro- 

sanatorio 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


521 


mantiene por sobre todos los obstáculos. Volvamos la mirada hacia ellos, conservemos 
con el mismo tesón la lengua en que escribió Cervantes, el arte que inmortalizó Velázquez, 
el heroísmo que supo demostrar Bolívar, las ideas que predicó Martí, la virtud de nues- 
tras viejas Dulcineas, y hasta tos defectos que hicieron dolorosa nuestra vida, pero nos 
dieron un sello inconfundible ante la humanidad, y que de nosotras pueda decirse también, 
como Hemon de las suyos: Esas gentes pertenecen a una estirpe que no quiso aprender 
a morir. (Aplausos), 


Quiero para concluir, expresar otra vez a la Directiva del Centro Asturiano, a su 
Sección de Instrucción, al profesorado competentísimo y entusiasta de este plantel, a 
esa niñez y a esa juventud que esta tarde ha pasado vencedora ante nosotros con la 
sonrisa del triunfo bien ganado en las lides de la inteligencia, los parabienes, no de un 
hombre, que no importa, los parabienes de una sociedad que sabe puede tener con- 
fianza en esas escuelas, porque cuanto allí se les enseña, porque cuanto allí aprenden, 
contribuye a moldear su carácter en el amor a Cuba, en la veneración a España 


Regocijo legítimo debe ser para la madre lejana ver sus 
hijos emigrantes y sus nietos de América, identificados en comu- 
nes ideales de cultura, y que estrechados en esfuerzo igual contri- 
buyen de una manera decidida, perfecta y segura, a la obra de 
la estabilización y del progreso de la patria líbre de Cuba, que los 
hijos rebeldes de españoles levantaron un día para gloria de la 
I lumanidad y del Continente y para gloria de la Justicia y de la 
Libertad. (Estruendosa ovación). 


Cumpliendo el compromiso que suscribimos de que todos 



los años sufraguemos un viaje de estudio por ios más importantes 
centros científicos del extranjero a uno de nuestros médicos, a fin 
de que las enseñanzas que reciban nutran ei acervo clínico qui- 
rúrgico de la Covadonga, correspondióle iniciar esta provechosa 


D. FERMIN SUA- 
REZ C AST A ÑO, 
VOCAL DE Li A 
COMI SIÜN PRO- 
SANATORIO 


práctica al doctor don Elpidio Stincer, joven y reputado cirujano, verdadero prestigio 


de nuestro Sanatorio con el que está intimamente compenetrado y a cuya Hombradía 


contribuye con su pericia y celo profesional. 


El Dr. Stíncer, que tuvo la deferencia de visitar nuestra patria chica, recorriendo 
las principales poblaciones asturianas acompañado de la Comisión pro-Sanatorio que allí 
funciona y la que, por cierto, acudió a recibirle al puerto del Musel, estuvo después en 
renombrados establecimientos quirúrgicos de España, Francia y Alemania, durando 
su viaje, en verdad fructífero, toda la temporada estival. 

Ha sido, pues, el Dr, Stincer, el primero de nuestros becarios, constituyendo su 
designación un positivo acierto que habrá de traducirse, sin género alguno de duda, 
en beneficios para nuestra Casa de Salud, que apetecemos no tenga quien la aventaje 
en eficiencia ni en utilidad. 


522 


EL UBFO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Así, prácticamente, no rehuyendo sino hasta adelantándonos a las aspiraciones 
de nuestros facultativos, se deja notar lo identificados que con ellos vivimos, con lazos 
que no son sino familiares, lo mucho que nos interesa su progreso moral y material, 
pues que éste habrá de reflejarse en el Sanatorio, y la sinceridad conque damos cum- 
plimiento a todo aquello en que esté empeñada nuestra palabra de hombres veraces 
e hidalgos. 

Entre las muchas y dianas cartas de gratitud unas, congratulatorias otras y de 
felicitación las más por la obra altruista de nuestra Sociedad, que se reciben en Secre- 
taría o aparecen en los diarios plácenos referirnos a la suscrita por la culta Asociación 
de Repórters de la Habana con motivo de la asistencia que prestamos en la Covadonga 
a uno de sus miembros acogido a la merced que a la misma y a su colega la Asociación 
de la Prensa tenemos hecha desde antiguo 

Los repórters habaneros, no solo dan gracias por las defe- 
rencias tenidas con su compañero, sino que ratifican su devoción 
al Centro Asturiano por las frecuentes pruebas ele afecto que de 
nosotros reciben 

Afecto merecido, hondo y perdurable, pues ni desconoce- 
mos ni olvidamos con cuánta simpatía y con cuánta prodiga- 
lidad se hacen eco los periódicos de nuestras progresos, reseñan 
nuestras fiestas y estimulan con encendidos elogios, nuestros pos- 
tulados. En la prensa tenemos un auxiliar poderosísimo y de 
eficacia imponderable, un vehículo maravilloso de propaganda y 
divulgación, Y en cada periodista una pluma desinteresada y 
generosa, siempre alerta y en disposición de defendernos, si la. 
calumnia que también hiere a nuestras instituciones, nos acecha, 
y si ciertas incomprensiones, que tampoco faltan nos salen ai 
paso ignorando los beneficios que prestan al país las Sociedades Españolas con Sana- 
torio. Son, pues, los periodistas viejos amigos nuestros, cuya amistad nos colma de 
satisfacción y a la que procuramos corresponder digna y merecidamente. 



D t GENARO ACE- 
VEDO SOLARES, 
VOCAL DE LA 
COMISION PRO- 
SANATORIO 


Síntoma de los tiempos, que son de renovación constante y de muy notables 
avances del feminismo en su más relevante significado, es que entre los notarios hono- 
rarios de nuestro Centro, a quienes los socios pueden acudir en consulta seguros de 
ser amablemente atendidos, figura la Sriia. Doctora Rosa María Menéndez Herrero, 
de cuya capacidad profesional se guardan excelentes referencias. 


Aunque es todavía ilusión amable, utópica esperanza quizás, incorporar a la ley 
social preceptos que pongan a cubierto de la miseria y del abandono a los socios antiguos 
que llegan a ¡a vejez horros de dinero y faltos de auxilios materiales, nuestra gran piedad 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


523 


y nuestro espíritu noblemente humano van soslayando ese inconveniente y lo que el 
reglamento no autoriza, porque no ha sido creada aún la soñada caja de protección 
a los ancianos, de que se habló diversas veces, estamos dando acogida en el Sanatorio 
a muchos viejos menesterosos de los que pueden exhibir una ejecutoria de afiliados 
perseverantes y entusiastas, brindándoles decoroso y grato albergue y una cantidad de 
dinero mensual a fin de que subvengan a sus pequeñas necesidades. 

Esta generosa práctica, que se inició a modo de concesión singular a algunos de 
esos ancianas, a los que primero fuéles ofrecido cómodo trabajo compatible con su estado 
físico, relevándoseles más tarde de toda tarea, alcanza hoy una extensión considerable 
merced al capítulo de socorros, cuya amplitud nos consiente derramar un poco de amor 
y de piedad sobre esas vidas que se oscurecen anónimamente y que, sin nosotros, 
habrían de ir a morir a los asilos oficiales o perecer en la vía pública, mendigando un 
socorro, 

No es eso, claro está, lo que en realidad apetecemos y lo 
que, andando los años, cuando las perspectivas sociales sean más 
diáfanas, habrá de hacerse; pero como síntoma y demostración 
de que a todo alcanza y a todo acorre nuestra mutualidad creemos 
que bien merece ser destacado, especialmente en estos tiempos 
en que no faltan personas ilustradas que niegan a las Sociedades 
Españolas con Sanatorio espiritualidad y altruismo, propug- 
nando porque se les declare gubernativamente poco menos que 
perjudiciales al país. Bien que para pronunciarse así se oculta 
maliciosamente que ellas, con sus Casas de Salud magníficas, 
suplen la falta de capacidad y de recursos de los hospitales de 
carácter oficia!, beneficiando al Estado y al Municipio en conside- 
rables sumas y garantizando a las autoridades sanitarias el aisla- 
miento y profilaxis de enfermedades contagiosas, como con sus 
pabellones para ancianos indigentes ahorran a los poderes públicos la creación de 
varios asilos y con sus notables academias y bibliotecas son factores decisivos y 
estimables en la cultura popular, 

Tenemos ya, reanudando el hilo de este comentario, que nuestro Centro viene 
atendiendo prácticamente a los asociados que, en edad provecta, acuden a él, coma 
acudirían cerca de sus padres, buscando una muerte dulce y serena, y que allí en la 
Covadonga remanso de mil dolores y oasis de mil inquietudes, hallan limpia cama, 
nutritivo yantar y amorosa, santa compañía de hermanos comprensivos y tolerantes. 



O. FAUSTINO 
CORTINA, VOCAL 
DE LA COMISION 
PRO-SAN A TORIO 


"Hágase socio de la Beneficencia Asturiana' . He ahí un consejo que, en vistosas 
letras rojas, aparece en los recibos de cuota social de nuestro Centro, Es decir, proteja 
usted a la institución que, en silencio y a hurtadillas de los periódicos, llega con sus 



524 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


dádivas hasta donde no puede alcanzar nuestra mutualidad. Ella atenúa muchos do- 
lores, mitiga grandes desamparos, da alientos, fe, auxilio a miles de menesterosos as- 
turianos. Repatria a unos; brinda de comer a otros, asila a aquellos; satisface el hos- 
pedaje de estotros, y, en definitiva, quita de la mendicidad publica a los pobres seres 
que, en la aventura de América, en este ¡ay! ilusorio EIdorado, se ven vencidos y derro- 
tados, sin tener una mano amiga que se les tienda generosa y hospitalaria. Gracias a 
la Beneficencia, pueden, los que lo desean, volver a la tierrina, y pueden otros ir capeando 
las horas de hambre y aflicción hasta conseguir trabajo, en unos casos, y en otros, salud. 

Pidiónos la Beneficencia la inscripción de ese simpático ruego, y ni qué decir 
tiene con qué placer fue atendida, en noble y sincero deseo de que alcance lo que merece: 
que todos los socios de nuestro Centro lo sean a la vez de ella, ya que tanto bien hace 
y tan misericordiosa labor realiza. 


La Junta General, que sabe de! culto que se debe a la 
memoria de nuestros proceres, ha acogido con notoria compla- 
cencia el propósito de que en la biblioteca y en el salón de sesio- 
nes sean colocados, respectivamente, un retrato y un busto del 
que fue primer vicepresidente D. Emilio Alvarez Prida, aquél 
tevergano insigne, figura aventajada del foro que asistió al albo- 
rear de la Sociedad; que fue después, en los años tormentosos de 
la iniciación, tan dificultosa y comprometida a veces, sereno guía 
y docto consejero, ocupando la presidencia interinamente en 
instantes de supremo peligro y prestándole, al lado del venerable 
don Manuel Valle, servicios de importancia y trascendencia tanta 
que sirvieron para encauzarla de modo definitivo por rumbos 
de bonanza y para asegurarte luego tranquila y provechosa vida. 

Solicitaron esas dos delicadas ofrendas don Inocencio García, presidente de la 
'Sociedad Unión de Te verga, Proaza y Quírós ; D. Ramón Fernández Llano, como 
Socio Fundador y Presidente de los fundadores ; don José Alvarez y Alvarez, com poblano 
del Sr Alvarez Prida, y devoto de! nombre de éste y don Nicanor Fernández García, 
el joven exvicepresidente del Centro. La asamblea, comprensiva y justiciera, subrayó 
con estruendosa ovación la necesidad de enaltecer perennemente, como se pedía, eí 
recuerdo del esclarecido paisano 

Esa actitud de la junta general que, no por esperada es menos acreedora a aplausos, 
a venta y desvanece amablemente la sospecha, acaso suspicaz, que abrigábamos muchos 
de ir atrofiándose de modo rápido el fino sentido de valorización que siempre dis- 
tinguió a nuestra colonia para aquilatar y agradecer el mérito de sus hombres repre- 
sentativos y la calidad del esfuerzo y sacrificios de éstos. Por suerte, aún prevalecen y 



D . PEDRO GON- 
ZALEZ MENDEZ, 
VOCAL DE LA 
COMISION PRO- 
SANATORIO 




CONJUNTO DE NUESTRO PALACIO SOCIAL- — IN AUGURADO EL 20 DE NOVIEMBRE DE 1927— MAGNIFICA EXALTACION 

DE LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA 

(Foto J. C. Argüelles) 


I -ji 

¡ to 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


527 


ojalá Imperen siempre, respeto y cariño al pasado que, en Sociedades como la nuestra, 
se vincula en hombres del tipo del Sr. Alvares Prída, sin los que hubiese sido imposible 
llegar a la prosperidad de los tiempos presentes. La gratitud, pues, a los que laboraron, 
a los que fueron algo más respetable que simples números de orden en las listas sociales, 
es de hidalgos y bien nacidos. Y sería indigno de asturianos, por mucho que el escepti- 
cismo y la frivolidad socaven nuestra nobleza de alma, que llegase un momento que no 
reverenciáramos trémulo y palpitante el corazón, a los que en una forma u otra, con 
un hondo fervor de apóstoles y un sereno concepto del patriotismo, desfilaron por las 
Directivas, pertenecieron a las Secciones, actuaron en las Juntas Generales, prestaron 
su concurso a cuanto sin exceptuarles de abonar su cuota mensual y de ser socios de nú- 
mero, distrajo sus días, ocupó su atención, acarreóles horas de vigilia, impúsoles trabajos 
fatigantes, meticulosos, trascendentales, administrando el erario social con tino admira- 
ble, pulcritud asombrosa y espíritu de desinterés realmente leyendario y epopéyico. 

Lo fundamental no está exclusivamente en la perseverancia del pago de la cuota, 
con ser esto tan encomiable. Lo fundamental es abonar esa misma cuota e imponerse, 
a la vez, tareas y faenas que, por lo engorrosas, comprometidas, agotadoras no se acep- 
tarían de tener remuneración en dinero. Y es sentir el simpático 
acicate de la rivalidad. Y es llevar más allá de ía mente, para 
que nos acompañe perennemente y sea a modo de lámpara votiva 
en e! altar del recuerdo, el ansia de dejar tras de nosotros una 
historia inmaculada que hable de lo que hicimos en aras de ía 
patria y del bienestar de nuestros conciudadanos. Es sobrevh 
virse legando a las nuevas generaciones, con el ejemplo edificante 
de nuestro altruismo, una obra eminentemente humana como el 
Centro Asturiano, en el que no hay divisorias de estirpe, ni de 
riqueza, ni de nacionalidad; en el que los hombres se agrupan a 
fin de hacerse grata recíprocamente la vida, hermoseándola con la 
salud propia, con la cultura y con el cultivo de las bellas artes.... 

Alabemos, sí, la antigüedad en las listas de afiliados, como prueba 
de entusiasmo y constancia; mas no desconozcamos nunca que esta ciclópea empresa 
fue concebida, realizada y ascendida hasta la magnificencia actual por el trabajo, el 
dinero, las fatigas, desazones, dolores, lágrimas a veces de esos cientos de asturianos 
plenos de buena voluntad que, a partir del 2 de Mayo de 1886, han actuado en Juntas 
Directivas, Secciones y Comisiones. Y sin el idealismo de éstos, sin el esfuerzo de éstos, 
sin esa enorme, tremenda, imponderable labor de todos los días y de todas Jas horas, año 
tras año, buscando constantemente bienandanzas y progresos sociales, no habría ahora 
nada, ni siquiera ¡ay! motivo lírico para encomiar la perseverancia en el pago de la 
contribución que corresponde a cada uno de nosotros como socios. 

Cumplamos dignamente, en todo momento, con los que habiendo sido útiles ai Centro, 
cualquiera que fuera su posición, lo son también para nosotros y para nuestros herederos. 



13. ANTONIO MEN- 
DEZ GONZALEZ, 
VOCAL DE LA 
COMISION PRO- 
SANATORIO 



528 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Otra ves como secuela tristísima de la situación económica del país, hemos asistido 
al espectáculo doloroso que ofrecieron millares de obreros españoles vagando por las calles 
de la Habana, sin pan ni hogar, pobres hombres a los que la súbita restricción de la 
zafra azucarera dejó sin trabajo, abandonados a su infortunio sobre las praderías y 
haciendas rurales, hasta obligarles a emprender lenta y inenarrable caminata hacia la 
capital en demanda de auxilio a las autoridades consulares. 

El “Comité de Sociedades Españolas , del que forma parte nuestro Centro, so- 
corrió en lo posible a tan desventurados compatriotas, improvisándoles alojamiento 
en diversos lugares y estableciendo varias cocinas, y con el concurso eficacísimo del 
Consulado fué logrando su repatriación, sustrayéndoles así a la mendicidad pública 
y devolviendo a España millares de hombres robustos y fuertes, cuyos brazos tendrán 
allá f ecu nd a ocupa c í ón r Anota mos es te ep i sod i o — des en v u e 1 to en 1 os m eses d e Agos to a 
Octubre — tomo síntoma de lo difícil que viene resultando la vida del labrantín español 
en Cuba. De una parte, la merma considerable que ha experi- 
mentado la producción azucarera, y de otra que, para las faenas 
de corte y alza de la caña son preferidas los inmigrantes haitianos 
y jamaiquinos, por percibir éstos más exigua remuneración, nues- 
tros compatriotas jornaleros se ven desplazados de las faenas 
agrícolas, que eran el aliciente que les inducía a trasponer los 
mares. Y lo que acaece en el campo, se observa también en la 
ciudad, donde arriban otras inmigraciones, éstas europeas y asiá- 
ticas, que por su frugalidad y métodos de trabajo hacen una com- 
petencia irresistible no sólo a los españoles sino a los nativos de 
Cuba, sin ventajas para la economía nacional ni provecho para la 
civilización. Este fenómeno — del que ya empiezan a preocuparse 
los legisladores alarmados por las contingencias deplorables que 
acarreará en lo venidero — obliga a retirarse de aquí a los nuestros, 
en unos casos, y en otros a que se interrumpa — como ya se muestra ostensiblemente — 
la llegada de emigrantes hispanos. 

¿Cuál será el futuro de ios Centros Regionales si la realidad actual continua?. 
Acaso no sea discreto alarmarse anticipadamente; pero quizás no estuviere fuera de 
tiempo ir pensando en que se nos presentan épocas difíciles, que no lo serán tanto si 
previsoramente legislamos con vistas al porvenir, afirmando sin lugar a equívocos, 
nuestro predominio espiritual y material. 



DON ANTONIO 
ATE! N DEZ M EN DEZ r 
VOCAL DE LA 
COMISION PRO- 
SANATORIO 


Una noción de D. Laureano Alvares Fernández y D. José R. Viña— Junta General 
de 8 de Marzo— ha resucitado viejo problema, siempre por otra parte, latente y de 
actualidad 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


529 


Quieren dichos animosos consocios que allá en ios límites de la Avenida de Buenos 
Aires, hasta donde se extiende amplia y feraz la pradería de laCovadonga, sea instalado 
confortable Asi] o de enfermos crónicos y ancianos inválidos, descongestionando así los 
pabellones de medicina, invadidos por estos pobres pacientes, cada vez más numerosos 
La idea, que no es nueva, mas sí de oportuna resurrección, fue aplaudida, y como 
tal, aceptada para ser sometida a estudio. Ojalá no se pierda en mar de inconvenientes, 
como otras muchas de trascendencia y general interés. 


La iniciativa de construir la Ciudad Universitaria de Madrid ha sido acogida 
por nuestro Centro, como era de prever, con la simpatía y efusividad que le merece 
cuanto implica un progreso patrio y un homenaje a nuestra España. Colectivamente, 
aportamos la suma de $500.00, y particularmente han sido muchos, incontables, los 
asturianos que hicieron llegar sus donativos al 'Comité de Sociedades Españolas' 
encargado de fomentar la suscripción en Cuba, 

Probamos siempre que la ocasión es llegada que no es ficticio ni débil nuestro 
patriotismo, sino robusto y ponderado. Y si, como ahora acaece, 
pudiera parecer exiguo nuestro esfuerzo contributivo, debe tener- 
se en cuenta que pesan sobre el Centro Asturiano considerables 
gravámenes, tantos y tan atendibles, que solo una administración 
severa y meticulosa consiente soportarlos sin desequilibrio de los 
presupuestos, invertidos éstos totalmente en obras de beneficen- 
cia e instrucción y mutual ísmo que son una forma práctica de 
enaltecer a España y perpetuar sus tradiciones en esta parte de 
América. 


Aviles, la poética villa, novia gentil del Cantábrico, al que 
se asoma en riberas de intensa belleza, ha tributado un gran home- 
naje a nuestro Centro. En aquella población de divinas incura- 
bles saudades, todo habla de Cuba y cada piedra, cada casa, cada calle es una evocación 
de esta tierra antillana, pues que la riqueza y el señorío avilesino, son, en su casi tota- 
lidad, producto del trabajo de sus hijos aquí. Del soberbio puerto avilesino salían, en 
tiempos en que la navegación a vapor no estaba tan adelantada, famosos bergantines 
llamados La Eusebia ", “La Dolores'' y otros repletos de pasajeros para la Habana. 
Y desde entonces no ha cesado esa corriente migratoria, ese constante ir y venir de 
avilesinos que tienen a Cuba como prolongación venturosa de su pueblo y en Cuba des- 
envuelven extraordinaria capacidad para el comercio, con breves pero frecuentes escapa- 
torias estivales al pueblo natal. Nadie, habiendo nacido en Aviles, resiste al deseo de 
pasar allá los veranos, tibios y confortantes, plenos de dulces remembranzas, que así se 
adentra en el alma y se agarra al corazón y se adueña del cerebro el recuerdo de los 
porches melancólicos de Rivero y Galiana; el embrujamiento, un tanto ascético y triste. 



P. JUAN RODRI- 
GUEZ S U A R E Z, 

vocal pe la 
COMISION PRO- 
SANATORIO 



530 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


de Las Mean as; la gracia fruc ti fie adora, rumor de frondas y batir de alas, del neme roso 
Parque del Muelle; el tipicismo fuertemente pictórico, soberbiamente único, del barrio 
de pescadores, de ese Sabugo tan noble y fraterno; la estupenda belleza, como un 
gran lienzo teatral de la ría, ancha cinta de plata que se pierde en el mar, teniendo a la 
izquierda la maravilla de la Playa de Salinas, la mejor del mundo. 

Es pueblo de ‘ indianos’’ Aviles. Pueblo tranquilo, suave, culto, hecho para amar 
en él sin atosigamientos el gran bien de vivir, viendo deslizarse las horas en un nirvana 
absoluto. Los aviles inos resultan activos, laboriosos, inquietos, fuera de su Aviles. 
Cuando salen de éste — aventurándose por el Atlántico en viaje de conquista— sólo 
llevan un deseo: regresar pronto, ricos y felices, para luego, adormecidos en la estupenda 
hermosura de su villa, gozar de inefable laxitud. Y son muchos los que lo consiguen. 
Muchos los que, construida la lujosa casa que les cobijará para siemp're — y Aviles logra 
con ésto, modernizar su aspecto urbano — adoptan una actitud casi musulmana, la única 
¡ay¡ acaso compatible con aquella augusta serenidad que fluye de los paisajes de ensueño 
y de los rincones antañones, invitando a la somnolencia, al no 
hacer, presos en la magia de unas horas, de unos días, de unos 
años también, que se van sin que nosotras los sintamos 

No es de ese temple — para fortuna de Aviles- - un periodis- 
ta avilesino que aquí estuvo, que compartió con nosotros, afanes 
y trabajas. Nos referimos a don Julián G, Orbón escritor casti- 
zo, vigoroso, de amplias y sonoras parrafadas, que vive allá ^ lo 
apóstol, encendiendo entusiasmo, avivando voluntades, desper- 
tando, en suma, el espíritu popular e interesándole en problemas 
de innegable trascendencia y de evidente progreso local. Sus 
campañas hánie hecho famoso y proporcionado a Avilés positivos 
beneficios. Pues este carácter excepcional de luchador, que dirige 
un leído semanario, ‘ El Progreso de Asturias", concibió el pro* 
pósito de rendir un homenaje a nuestro Centro, por la iniciativa de crear el Sanatorio 
deí Naranco, y como lo concibió llevóle a cabo, con la resolución y actividad que le 
son peculiares y la brillantez que demandaba el simpático empeño. 

Tuvo éste dos partes: la primera, consistente en solemne velada celebrada el ¡8 
de Agosto en el Teatro Palacio Valdés, que presidió en representación de S. M. la Reina 
doña Victoria Eugenia, la Excma, Sra. Marquesa de Arguelles, hija de aquél benemérito 
D. Ramón Argüe lies, cuyo paso por la Presidencia de nuestra Sociedad se señaló con ca- 
racteres perdurables. En torno a la ilustre dama se congregaron — escribe un periódico — 
las dignas autoridades de la Provincia, la Diputación de Asturias, los Ayuntamientos de 
Oviedo, Gijón y Avilés, la Delegación del Centro Asturiano en Gíjón, la Prensa pro- 
vincial y cuanto tiene en Asturias un nombre y una representación. 

La fiesta constituyó algo imponentísimo, una de esas manifestaciones populares 
que por lo unánimes y sinceras dejan huellas indelebles en la historia de un pueblo. El 



P. VICTOR PREN- 
DES, VOCAL DB 
LA COMISION 
PR O- S ANA TGR I O 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Orfeón Aviles ino, que cantó por modo insuperable, le prestó poderoso realce, como $e 
lo prestó igualmente la notable Banda del Regimiento de Asturias en la interpretación 
magistral de un selecto programa. No fu ó menos atractiva y simpática la intervención 
del gran vate regional Marcas del Tornidío, cuya bella poesía ' Honores y remembrances' 
tuvo felicísimo intérprete en el hijo del poeta, Pepín García y F. del Viso, y en justicia 
cabe decir lo propio del distinguido joven señor Mantecón, que declamó admirablemente 
la inspiradísima poesía de don Emilio Martínez, 1 La Fuente de la vida A 

Don José Francés, el ilustre académico de San Fernando, deleitó al concurso 
con uno de esos refinados y exquisitas trabajos literarios que pregonan la superioridad 
de su espíritu, lo depurado de su gusto y lo claro de su inteligencia, Y el eminente hombre 
público D, Nicanor de las Alas Puma riño, Presidente de la Diputación de Asturias, 
que con tanto entusiasmo cooperó al éxito del homenaje, lo dedicó a nuestro Centro en 
conceptos elevados y párrafos inspiradísimos. La concurrencia ovacionóle largamente, 
aplaudiendo también al Sr. Gobernador Civil don José Ma, Ca- 
ballero y Aldasoro, quien con inspiradas frases abrió el acto, dedi- 
cando un recuerdo de gratitud y alabanza a Su Magestad la 
Reina, tan d ign arn ente r ep resen ta d a po r 1 a M a r qu es a de A rgü eí I es . 'US |P\ 

Entre una ovación clamorosa del público que llenaba hasta ¿. Jpfi 

los topes el suntuoso coliseo, la Marquesa de Argüe! les, en repre- “■ 
sentac ión de la Soberana de España, hizo entrega de un Album ^ J %■; 
a los representantes del Centro Asturiano don Antonio Fernández \ ■ 

Suco y don Emilio Fanjuí, Presidente y Tesorero, respectiva- 
mente, de la Delegación def Centro en Gijóm 

DON AURELIO 

El Album es magnífico y ostenta sobre su cubierta de rica peón günzalez, 

. i / . i t t . i ■ < l í VOCAL DE LA 

piel una artística placa de oro con la siguiente inscripción: comisión pro- 

Al benemérito Centro Asturiano de la Habana, por sus ad- 
miradles obras patrióticas, culturales y benéficas, dedican este recuerdo de admira- 
ción y gratitud los asturianos del viejo y glorioso Principado. 

Aviles, Agosto de 1927, 

Al siguiente día, en el Hotel ‘La Serrana '— y como segunda parte del homenaje — 
se verificó un banquete presidido por la Marquesa de Arguelles, a la que acompañaron 
en la mesa de honor los Gobernadores Civil y Militar, Alcaldes de Gijón y Aviles, Pre- 
sidente de la Diputación Provincial, representantes del Centro Asturiano don A. Per- 
nández Suco y don Emilio Fanjul, ex-Diputado don José María de Saro y don Julián 
Orbón, pronunciando inspirados brindis, en enaltecimiento de nuestro Centro, los señores 
Alas Pumaríño, el Marqués de la Vega de Anzo, D. Nicanor Fernández, el joven ex- 
vicepresidente social y el organizador del acto Sr; Orbón, 

Como se advierte por la reseña transcripta, nuestra Sociedad recibió en Aviles, 
la villa en que más se "siente' 1 Cuba, inusitados honores. Agradezcámoslos, profunda- 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


5 32 


mente lisonjeados, y enviemos a don Julián G. Orbón, cordial y amabilísimo siempre 
que se trata de los "indianos 1 ', y a cuantos le secundaron, con nuestra satisfacción, 
nuestro hondo y perdurable reconocimiento. 


Ahora, interrumpiendo por breves segundos la labor asaz prolija de reseñar acuerdos 
e instantes solemnes de nuestra vida social, refirámonos al regalo hecho por la respe- 
table Sra. Doña María Musset, viuda de aquel Prudencio Moriega, tan grato a nuestro 
recuerdo, que fué tesorero en los años iniciales del Centro: ella guardaba con devoción 
infinita, como herencia de su padre, preciada pluma de oro. Y esta pluma servirá para 
que sea firmada la recepción del edificio social, pues así nos lo ha pedido la distinguida 
dama al enviárnosla en ofrenda lealísima de su corazón devoto de nuestra Sociedad. 

La Directiva aceptó el regalo, cuyo valor espiritual es infinito. Tiene el aroma 
imperecedero de lo sencillamente sentido e interpretado propio de un alma tierna y 
efusiva . 

Un asociado de vanguardia — y entiéndase esto de vanguar- 
dia por la acuciosidad, toda cariño tremante, conque sigue los 
pasos del Centro, que es algo consubstancial de su vida — tan 
adentro le lleva y tanto le ama— D. Rafael Fernández, más popu- 
larmente llamado 'Lalo . háse dirigido a la Junta Directiva en 
solicitud de que en "El Libro del Centro Asturiano ' — este libro 
que ahora vamos trazando nosotros con regocijo y orgullo — no 
se den al olvido los nombres del doctor don Antonio González 
Curquejo, don José González y don Francisco F. Santa Eulalia. 

Pero ¿podría olvidárseles? ¿No se dijo ya, en las páginas 
inefables de la Historia que redactó brillantemente don José G. 
Aguirre cuánto han hecho esos buenos, cordiales, ínclitos señores? 
¿Habrá quién desconozca que el Dr. González Curquejo, en época 
que nuestro Centro veía angustiado cómo algunos proveedores le negaban crédito y que 
en la Covadonga se corría el peligro de que faltasen los artículos de primera necesidad 
— años tristísimos de 1897, 1898 y 1899 — él, propietario entonces de la farmacia "San 
José’’, siguió proveyéndonos de cuanto necesitábamos, sin tasa ni objeción alguna, 
y sin aludir nunca, generoso y munífico, a aquella deuda que iba creciendo y creciendo 
hasta ascender a varios miles de duros? ¿No sería ocioso decir, pues que este rasgo 
ha pasado de una a otra generación, con la misma vivida fuerza de aquel período, 
que cuando, al cabo de los años, se pudo satisfacer al Sr. González Curquejo lo que se 
le adeudaba, este hombre singular hizo una rebaja considerabilísima, porque así se le 
pidió en gracia del enorme esfuerzo que representaba pagarle? El Sr Aguirre, en sazón 
oportuna comentó esto, y lo que él comentó ha seguido perennemente, en florecer de 
gratitud, prendido al corazón de los buenos asturianos, que no lo olvidamos ni podría- 
mos olvidarlo. 



D. LUIS MUÑTZ, 
BLANCO. VOCAL 
DE! LA COMISION 
P R O -SAN ATO RIO 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


533 


Y lo mismo acaece con don José González, dueño de la ferretería "Monserrate'V 
en quien se dio idéntica actitud de suministrarnos todo lo que se le pedía sin inquietarse 
porque la deuda fuese adquiriendo proporciones aterradoras y las perspectivas de vida 
de la Sociedad no se presentasen agradables. El Sr. González, de igual manera, liberal 
y desprendido, avínose al descuento que nosotros le señalamos el día que al fin íuénos 
posible liquidar su factura que, acaso sea inútil decirlo pues que toda la colonia lo sabe, 
jamás nos fué presentada al cobro 

No, no. Los Sres González Curquejo y González (don José), tienen en nosotros, 
socios modernos la mayoría, la misma devoción, el mismo cálido fervor que en los socios 
antiguos. Ellos son. con aquel estupendo Vicepresidente segundo don José García 
Fernández, que puso sus almacenes de víveres, en igual época de la guerra y bloqueo 
de la Habana, a disposición del Centro, evitando que nuestros enfermos pasasen hambre 
y evitando a la Caja social ser víctima del agio que entonces imperaba, ellos son, en 
nuestros libros, hombres -cumbre, hacia los que vá, encendido 
en admiración, fervoroso cariño y perdurable simpatía. 

Así también para Santa Eulalia, aquel sagaz, inteligente 
Secretario, que en juntas generales de fin de año, — años desastro- 
sos, en que los déficits eran tremendos, anonadantes - leía fan- 
tásticos, pintorescos balances, acusando falsas prosperidades, a 
fin de contener la desbandada que, de conocerse la situación real 
de la Sociedad, habría de producirse. El distribuía optimismo, fe. 

El, con gravedad que ahora nos parece cómica — diablo de 
hombre, vivo y revoltoso,— derramaba bellas, perfumadas ilu- 
siones sobre las un tanto inocentonas asambleas, logrando así que 
no cundieran ni el desaliento ni la desconfianza, que hubiesen 
sido nefastos. 

Tampoco vive en el olvido, ni mucho menos. Su retrato figurará en breve en la 
galería de benefactores de nuestra Sociedad que estamos formando. Puede, pues, el 
Sr. Fernández, que exhuma estos gratos recuerdos, sentirse satisfecho y complacido. 



!>♦ JOSE ALYAREZ 
GARCIA, VOCAL 
DE LA COMISION 
PRO - S A NA TO RT O 


Nuestra Biblioteca, por cuya prosperidad y valía se interesan espíritus de se- 
lección y hombres de callado y cont inuo laborar— los Zoilo Menéndez, Santiago Abascal, 
Alberto Rodríguez, Fermín González, Benigno Santos, Dr ; Oscar Sánchez Covín, quien 
dedicó al Museo Escolar del Centro valiosa colección de minerales y fósiles,— ha sido 
también favorecida con el envío de diversas notables obras, regalo de sus autores don 
León 1c has o y don Luis Portal, ilustres literatos y D. Delfín Yebra, distinguido tri- 
buno, — y otras muchas, en cantidad y calidad considerables, como las remitidas por el 
Dr. García Casariego, Da. Domítila García, viuda de Coronado y Dr. D. Peí a yo Casa- 


nova. 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Es agradable consignarlo, más que por su valor material, con ser éste grande, por- 
que revela que, pese a las influencias del medio, ias gentes cultas y devotas de la cultura 
siempre se dan la mano y coinciden en aportar su esfuerzo a la obra, eminentemente 
espiritual, que desarrollan Bibliotecas como la nuestra, abierta a cuantos anhelan ver 
dilatarse ante ellos los horizontes de la instrucción. 


Don Enrique San Julián Méndez, extremo desasosiego, intensa cordialidad, ta- 
lento nada común, este meritísimo miembro de la actual junta Directiva que, dicho sea 
en justicia, está en primera línea entre los que más y mejor desempeñan su cargo, ha 
visto prosperar tres mociones suyas, las tres oportunas e interesantes. Y es porque en 
ellas acertó a aprisionar anhelos populares. 

Se relacionan con asuntos internos de la Casa de Salud, en evitación de algunas 
anomalías advertidas en el turno de consultas de ¡os médicos de guardia y en la quietud 
y reposo que debe guardarse en torno a los pacientes en estado grave, las dos primeras, 
y la tercera con respecto a la escala de descuentos establecida 
para pensionistas familiares de socios cuando hacen uso de los 
dr Laboratorios y departamento de Rayos X. 


¿Qué creeréis que nos ha preocupado tremendamente duran- 
te unas meses del año, fuera de asunto tan fundamental como el 
Sanatorio de Asturias? ¿La pintura del Salón de fiestas? Sí, algo, 
y ya va reseñado en otro lugar. Desde luego que no acertareis 
qué. El tema es menos artístico y más propincuo al conoc imíen- 
to de todos, por lo que encendió apasionados, fogosas debates. 

Vereis. En vísperas de dársele fin al vasto pabellón de 
mayordomía, cocina y comedores generales — dos pisos, sótano y 
amplia escalinata — el edificio de mayor capacidad del Sanatorio, alguien indicó — ¿lo 
indicaron algunos médicos, lo indicaron algunos directivos? — la conveniencia de trans- 
formarlo en sala de Cirugía, con habitaciones anexas para los operados, utilizando al 
efecto la parte superior, perfectamente adaptable sin incurrir en grandes gastas. 

Claro es que, "ipso facto desaparecería la cocina, situada en la primera planta, 
así como la mayordomía, etc. Habría de convertirse, pues, en el pabellón central de 
alta cirugía, reemplazando al de "Bango’ 1 (sala de operaciones) y a los de "González 
Prado 1 y "Fernández Riaño", en que son asistidos los operados. 

Parecióle acertadísima la idea a la Sección de Sanidad; llevóla a consulta de la 
Junta Directiva, y ésta no sin largo y abundoso discutir, impartióle su aprobación por 
mayoría de votos. 

(Mientras, los asociados comentan, discurren, apasíónanse unos por la proyectada 
metamorfosis, vierten donaires y chanzonetas otros ante la inestabilidad de criterio’ 


d, ángel garcía, 

VOCAL r>E LA 
COMISION P R O- 
SANATORIO 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


535 


de la Directiva, y como todo llega, llegó al fin la asamblea general en que habría de 
ser discutido el asunto.) Y la asamblea, por boca de su "leader 11 más autorizado, don 
Luis R. Rodríguez, proclama rotundo ' noli me tangere’ 1 en cuanto a realizar el estu- 
pendo cambio a virtud del cual lo trazado y lo construido para cosas tan agenas a la 
ciencia de Asclepios como salones comedores y unos almacenes de víveres y unas ro- 
jizas cocinas con sus humeros pasarían a ser flamantes departamentos quirúrgicos. 

Este tema, un poco festivo, qué diablos, puso a contribución el carácter astur, 
y en torno a él se ironizó leve y humorísticamente. Por cierto que concluye el año 1927 
sin que ese gran edificio, terminado hace meses, preste los servicios a que se le destina. 
Pusósele el nombre de D. Manuel Muñiz Díaz, el popular y bien quisto presidente de 
estos días. 

Que nuestro culto a los hombres que encanecieron al servicio de la Sociedad, no 
es ficticio ni inconsistente, lo probamos de nuevo a virtud del acuerdo — Junta General 
de iro, de Octubre — de designar con los nombres de don Manuel 
Rodríguez Rodríguez y don Angel Arias Rodríguez, dos calles 

0 avenidas del Sanatorio. 

Los señores Rodríguez y Arias, que tienen el honor de ser 
Socios Fundadores, aún actúan con el entusiasmo de sus años 
juveniles, cuando románticos e idealistas firmaban las bases de 
constitución del Centro y aseguraban la vida de éste con ímpetu 
y fortaleza insuperables. Desde entonces, y cumpliránse en breve 
42 años de aquel 2 de Mayo de 1886, célebre y memorable, ni 
un día, acaso, dejaron ambos de pensar amorosamente en lo que 
es obra suya, magna empresa social que fué adquiriendo, median- 
te sacrificios y desvelos y sangrías constantes al bolsillo de 
todos, insospechado vigor. 

La junta General, conscientede la gratitud que se debe a estos hombres epopéy icos 
que jay! comienzan a desaparecer, subrayó con atronadora ovación el homenaje que 
se rinde, tan merecido como espontáneo y amoroso, a los S res. Rodríguez y Arias Preci- 
samente, en el trimestre anterior — Junta General de 12 de Agosto — una moción acerta^ 
dísima de don Luis R Rodríguez, don Antonio Arango y don José Valdés, habíanos 
hecho evocar el recuerdo de aquel gran asturiano que se llamó don Santiago Alonso 
Gaztambide, figura destacadísima del grupo de fundadores, que presidió con amor y 
acierto la Sección de Beneficencia— hoy llamada de Sanidad— durante el año 1895 y 
varios más posteriores, significándose siempre por su celo y talento, que le hicieron 
acreedor a publicas alabanzas y fervorosas gratitudes. 

Pidieron los señores Arango, Rodríguez y Valdés que en una de las Avenidas de 

1 a Quinta se erija un monolito de mármol o piedra, con una placa de bronce en que apa- 
rezca el nombre del Sr. Alonso Gaztambide — recuerdo en el recinto de la Covadonga 



DON A N T O N I O 
ARANGO ADVA- 
REZ r VOCAL DE 
LA C O MISION 
P R O - S A N A TO K 1 0 



536 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


a quien por la Covadonga dio salud, energías, dinero, horas de intenso trabajo — y la 
asamblea general que en esta piadosa tarea de hacer justicia a los que tanto bien nos 
han hecho, cada vez es más comprensiva, accedió complacidísima, y significando más 
su conformidad, unánimemente y en medio de cálidos aplausos. 


La Sección de Instrucción ha visto perderse, en el abismo de una votación adversa, 
su propósito de crear una plaza de Inspector Técnico Pedagógico de las Escuelas de 
Jovelianos, 


Contaba la Sección con la aquiescencia unánime de la junta Directiva, que aprobó 
lo por ella pensado, y al ser sometido ésto a la sanción de la General, encontróse con 
la sorpresa de que no obstante la docta y bien argumentada defensa de don Maximino 



DON VALENTIN 
menenbez, yo- 
C A L D E L A 
COMISION PRO- 
SANATORIO 


Fernández y González, el ilustre expresidente social; de D. Luis 
R Rodríguez, tan dispuesto en todo instante a compenetrarse 
con cuanto signifique progreso, y de D. Rafael Fernández, peda- 
gogo prestigiosísimo, la asamblea inclinaba su voluntad y sus 
aplausos hácía los argumentos que en contrario adujo D. Germán 
Gómez, joven de arrebatado y abundoso léxico y de ideas tre- 
mendamente demoledoras expuestas con la fogosidad y vehemen- 
cia de un espíritu aun en cierne. 

Triunfó D, Germán Gómez, enemigo de nuevas jefaturas en 
la dirección de nuestro plantel educativo, patentizando este resul- 
tado que la mayoría de los socios militantes consideran super- 
fino, inútil y hasta quizás dado a disensiones entre el profesora- 
do, la Inspección que se proyectaba. 


Abramos un paréntesis, a modo de oasis en la aridez a que nos obligan los t ex tas 
oficiales que venimos extractando, A un lado, actas y certificaciones, para dejar paso 
a breves muestras de gratitud hacia coasociados dignos de más intensa y perenne efu- 
sividad que estas líneas fugitivas e inexpresivas. 

Hablemos de don Valentín Menéndez Fernández, vicepresidente de la Sección 
de Asistencia Sanitaria, ¿Quién descubrió este hombre excepcional para llevarlo a la 
junta Directiva y luego a la vicepresidencia de esa Sección? Quien le haya descubierto, 
prestónos enorme, imponderable servicio. Voluntad como la suya, tan tensa, no hay 
otra. Espíritu de sacrificio, tan recio y sincero, no se encuentra. El, cuando en la mañana 
sale de su casa, no sabe a qué hora retornará, embargado su tiempo en ir de un lado a 
otro, cuidando que los proveedores del Sanatorio cumplan fielmente sus contratos; 
atendiendo a que todo en éste se desenvuelva normalmente; él no tendrá prisa nunca, 
si se trata de desempeñar su misión, y así le veremos constantemente en servicio, prodi- 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


LA SEÑERA TORRE. IJUJU PLASMADO EN PIEDRA, ATALAYA DE LOS 
MARES REMOTOS TRAS DE LOS QUE SE DELINEAN LAS COSTAS 

CANTABRICAS 


(Foto J. C, Arguelles) 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


539 


gando amabilidades, afanándose por corresponder a la confianza de los socios. Y a í é 
que con exceso, a fe que brillantemente, porque antepone los intereses sociales a las 
conveniencias propias, y porque es de esos hombres parcos, sobrios en palabras, pero que 
sienten hondo y lo que sienten allá en el corazón y lo que germina en su cerebro lo tra- 
ducen en actos generosos, y dan cuanto tienen y se entregan totalmente, sacrificando 
dinero, salud, nobles afectos de familia. .. D. Valentín Menéndez, con sus cuarenta años 
y su saneado capital, podría vivir muellemente, sin más afanes que acrecentar la ventura 
de su dulce compañera y de sus hij itos bienamados ; pero no se sabe quién — y alabado 
sea el zahori que le descubrió — llamó a su asturianismo, instóle a venir al Centro y en el 
Centro está destacándose con su conducta ejemplarísima, extraordinariamente prove- 
chosa para la comunidad. Vive, más que en el hogar, donde tantos puros cariños son 
a retenerle, en la Quinta, acorriendo a los menores detalles y abriendo a escondidas de 
miradas indiscretas, su escarcela de rico pródigo a fin de ayudar a más de un infortu- 
nado. Que nuestro afecto no le deje irse, si algún día se cansa. 


Lo mismo, exactamente lo mismo, cabe escribir acerca de 
don Pedro Sánchez Artídieilo, presidente de la Comisión de Obras. 

Esta presidencia acreditóle de sagaz, de meticuloso, de rectilíneo 
defensor de la hacienda asturiana y puso de relieve que acerta- 
mos a hallar el hombre pintiparado para el cargo Son notorias 
sus capacidad y cultura y sus éxitos, que los obtuvo muy repe- 
tidos, han nos evitado jugosas exacciones por concepto de traba- 
jos en el palacio social tasados en cantidades que luego, gracias 
a la perspicacia dei Sr, Artídieilo, a su dominio del asunto y a su 
férreo tesón, fueron hechos en precio mucho más reducido. En 
sólo una de estas nuevas tasaciones, consiguió una economía de 
pesos 11,515,75, detalle revelan tísimo que da la medida de su va- 
ler y actividad. Consignarlo es grato. Y es, sobre todo, justo 
y edificante, débil tributo de agradecimiento a quien tan a 
maravilla interpreta los deberes inherentes a su vocalía. 

Refirámonos, asimismo, a un grupo de socios que, sin haber figurado en puestos 
preeminentes, tienen tan destacada individualidad, cualidades tan características, 
que fuera sensible olvido no traer aquí sus nombres, arropados en cariñosas, merecidas 
loanzas, Unos pertenecen o han pertenecido a la Directiva, otros, simplemente, a 
Secciones, mas en todos se acusa, enérgico y rotundo, un culto idróiatico, de fetichismo, 
de ciega devoción hacia nuestro Centro. Son los que, minuto a minuto, labran nuestra 
grandeza y velan, sin cansancio, por la prosperidad social, laboriosas abejas de esta 
colmena en que todo trabajo, a más de ser gratuito, se ejecuta placenteramente, en 
fecunda rivalidad de diligencia, acierto y honradez. 





D. PRUDENCIO 
ALVAREZ, VO- 
CAL DE L A 
COMISION PRO- 
SANATORIO 


Ahí está, en término primero, un veterano, un socio invariable por su tesón, clon 
Víctor Prendes Rodríguez que conoce al dedillo todas las Secciones porque todas su- 



540 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


pieron de su constancia y fidelidad, al que siempre se le encuentra con ánimos para 
trabajar, hurtándole al cuerpo las horas de descanso que necesita en su profesión de 
tabaquero. Hoy pertenece, para gloria suya, pues que es su orgullo máximo — ¡el único 
orgullo que se permiten estos hombres arquetipos de la raza!- — hoy pertenece a la Co- 
misión Pro-Sanatorio en Asturias, y noche a noche, mes tras mes, le encontraremos en 
Secretaría, consultando y resolviendo con sus compañeros acerca de los mil asuntos 
que reclaman $u juicio y atención. 

De idéntico temple es don Manuel García Rosales, otro socio veterano, tanto por 
sus años de asociado como por sus esfuerzos y luchas, en quien persiste siempre, invaria- 
blemente, pese a las mudanzas de la vida un entusiasmo juvenil y una constancia ejemplar. 
Es de los que jamás se apartan de la Sociedad y sí alguna vez aparentan vivir como al 
margen de los problemas asturianos, un buen día retornan a la arena y vuelven a ser los 
gladiadores gloriosos de antaño.,.. Así, D. Rafael Fernández (Lalo), el festivo aviles ino, 
trovero Incansable, carácter de niño hecho de efusiones y ternezas. Así, D. Federico Co- 
ta relo bombardero, D. Víctor Echevarría Fernández, don José 
Ordíales Menéndez (recia voluntad y ánimo esforzado, con los 
mismos ímpetus hoy que hace treinta años, presto constantemen- 
te al sacrificio y al batallar de las Directivas, por las que ha pasa- 
do igual que por la Secciones patentizando entereza e idoneidad) ; 
D. Andrés Fernández García, avezado a los debates y controver- 
sias, cuyos períodos de directivo acreditarle de inteligente y sa- 
gaz; don Jesús Lacera Rodríguez, gran impulsividad y energía, 
firme y resuelto; D. Manuel Peláez, prolífico discurseador de las 
asambleas, mas pleno de buena fe y deseoso de acertar; D. Rami- 
ro Alonso Valdés, delicado y gentil como un abate renacentista, 
con felices aptitudes para hombre de gobierno; D. Víctor Pola 
García, espíritu inquieto, avisado y jovial; don Higinio Menes 
Quintana, optimista y efusivo siempre; don Laudelino García Gon- 
zález, valioso miembro de la Sección de Recreo y Adorno, igual que don José Sierra Pé- 
rez, cuyo ánimo no decae; don Ramón Fraga Peláez, vivaz y simpático; D. Zoilo Me- 
néndez Moran, temperamento equilibrado, de amplias ideas democráticas y fervoroso 
amor a la cultura, bibliotecario celoso y diligente; don Manuel Merino Acebal, ilustrado 
y distinguido químico, propugnador de la Biblioteca Circulante; don Alfredo Díaz Qui- 
tos, ai que ya no es posible concebirle sino adherido a la Sección de Propaganda, en la 
que es indispensable; don Angel Medio Pérez, mente despejada, recto criterio y notables 
cualidades oratorias ; don José Casaprima Rodríguez, verdaderas dotes de gobernante y 
gran poder díálectico, algo cáustico y mordaz; don Miguel Méndez Díaz, diligente y ser- 
vicial, recto e inflexible administrador ; don José de la Prída Villa, digna y serena vida, 
en cuyo glorioso ocaso aún nos sirve infatigable e inteligentemente; don Nicasio Martínez 
Jardón, carácter resuelto, activo y emprendedor, en quien los postulados de justicia y 



D M a x í m / n o 
FERNANDEZ SAN- 
FELIZ* VOCAL DE 
LA COMISION 

pro-sanatorio 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


541 


mo r al i da d tienen un exége t a dec i d i do ; do n Lu is Men é nd ez Ca r reño — pequen o D i os Vu 1- 
cano — forjador de ensueños y utopías asturianas; don Prudencio Alvarez García, apaci- 
ble rentista, devoto de la meticulosidad y la corrección; don Felipe Rodríguez Campillo, 
continente aburguesado y tranquilo que disfraza un político hábil e inquieto; don Carlos 
Miranda Alvarez, gran mesura y actividad bien orientada siempre; don Vicente Hévia 
Hévia, admirable envergadura de luchador, que en diversos puestos, como la difícil pre- 
sidencia de la Sección de Sanidad que desempeñó algún tiempo, ha demostrado extra- 
ordinaria capacidad; don Luis Muñiz Blanco, otro hombre estupendo por su fervorosa 
dedicación al Centro y por su infatigable optimismo que, presidiendo interinamente la 
Sección de Propaganda, probó completa idoneidad e iniciativas; don Manuel García 
Huerta, excelentes condiciones de directivo, con atisbos de Scherío f folmes y voluntad 
jamás adormecida; don José Fernández Martínez, modesto y valioso, carácter firme, es- 
píritu selecto y criterio ponderado, encanecido austeramente en las luchas sociales, digno 
siempre de loa por su entusiasmo, honorabilidad y energía; don 
Angel Miñagorri Franco, camp echan ía y jovialidad; don Manuel 
González, doctor en Farmacia, conocedor profundo de la Asocia- 
ción y con notable hoja de servicios a la misma; don Alfonso 
Moutas Martínez, dicharachero y amable; don Armenio La Villa 

11 . 

Robaina, original + causeur’J cerebro prolífico, vibrante cariño a yrí 
todo lo asturiano, que conceptúa como propio; don José María ; i 
Fernández García, adscrito de antiguo a ía Sección de Propa- 
ganda, en la que rinde vasto y merítísímo trabajo; don Antonio 
Martínez Rodríguez, de ecuánime temperamento y sólida cultura, 
cortés y deferente, extraordinariamente afectivo; don Antonio D ni casi o mar- 
Méndez González, consecuente v animoso, de claro v sosegado TTNEZ JARüon, 

VOCAL DE LA 

juicio, vocal meritísimo de la Directiva; don Manuel Romano comisión pro- 
x f , ..... „ sanatorio 

Mendoza, petit tribuno de gran tuerza mimetista, que mueve a 

risa y suscita algazaras; don Servando Menéndez Martínez, noble y serena vida circun- 
dada de cariños y simpatías ; don Mauricio de Arriba Rendueles, magnífica consagración 
a los asuntos sociales; don Angel Rodríguez Suárez, ardor y actividad juveniles, larga y 
paciente actuación de vocal; clon Manuel Fernandez Fernández, dinamismo y talento, 
vasto dominio de las finanzas y por raro contraste, brillantes aptitudes literarias; don 
Santos Rodríguez Oro, modestia y amor ai trabajo; don Salvador Alvarez Gonzá- 
lez, excelente sentido práctico no exento de idealismo; don Híginio González Suárez, 
ánimo resuelto y emprendedor; don Juan Arguelles García, decisión y perseveran- 
cia; don Fermín González González, fértil imaginación e ideas fecundas; don Her- 
mógenes Foyo Díaz, franqueza y simpatía; don Ramón Alvarez Tamargo, grafisme 
y contundencia verbal; don Ricardo Suárez González, independencia de carácter e 
individualismo; don Diego Fernández Fernández, mente despejada y ponderación; 
don Ramón Díaz Rodríguez, ímpetu y prac deísmo; D. Eugenio Rodríguez García, 
Socio Fundador, corazón generoso, que en no lejanos tiempos, siendo dueño de la 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


>43 


ningún instante, su favorable posición para satisfacer otras ambiciones que las imper- 
sonales de acrecentar el prestigio, la autoridad y el esplendor de la colonia asturiana, 
Y esa es la loa, justa, merecida a que en. su modestia actual, aspira este hombre que 
vive hoy retirado de aquellas briosas actividades, disfrutando de áureo, sonoro, prís- 
tino nombre y de un concepto social, por tanto, en verdad enaltecedor y ejemplar. 

Pasemos a otros. Y al hacer esta transición, se delinea en nuestra mente la figura 
de don Francisco García Fernández. No está entre los que peroran y discuten en voz 
alta y hacen presente su opinión en juntas y asambleas, Pero labora, sabe ser útil, cumple 
sus deberes de socio militante con loable entusiasmo y fortuna, Fué vicepresidente de 
la Sección de Sanidad y en este y otros cargos expuso virtudes y ganó méritos dignos de 
público aplauso. Y como es amable, discreto, cortés con todos, tengámosle por candi- 
dato a más altos puestos electivos, en los que seguramente habrá de prestigiarnos. 

Don Lucio Fuentes Corripio: un hombre y un nombre- El hombre se nutrió de 
practicismo en la vida agotadora del comercio de víveres. Aquel neñu que hace 20 o 25 
años apenas alcanzaba al mostrador tenía en el cerebro algo más que ideas confusas de 
ser siempre un paria del trabajo. Dióse al estudio; robó horas al sueño; satisfizo su 
apetencia de ilustración. Y de la bodega pasó a la gran enseñanza de los clubs astu- 
rianos y de nuestras juntas generales, interviniendo en sus debates, hasta ír haciéndese 
un polemista hábil, sereno y un muñidor de elecciones realmente activo y certero. He 
ahí el hombre en bosquejo levísimo. 

Y el nombre es también algo serio. El nombre de Lucio Fuentes Cor ripio aparece 
frecuentemente en la prensa, asociado a muy complejos asuntos, Lider de los gremios 
de detallistas, goza de una popularidad enorme ganada a fuerza de labor inteligente, 
previsora, tenaz. Paladín de tan sufridos comerciantes, a cuya defensa vive consagrado, 
casi a diario vse le vé recabando de los poderes públicos medidas de protección y amparo. 
Empero, su actividad no se limita a tal manifestación de ciudadanía: es miembro de 
la Junta Directiva de nuestro Centro, ha presidido admirablemente la Sección de Recreo 
y Adorno, pertenece a varias Secciones, figura en distintos clubs — de alguno, como el 
Cabranense, es Presidente de Honor — y espíritu moderno, ama los deportes con el fervor 
del más consumado británico, ocupando la presidencia de la importante "Juventud 
Asturiana", Todo en éi acusa dinamismo, inteligencia, individualidad y en lo que afecta 
a sus relaciones con nuestra asociación, sincero cariño y encomiable devoción. 

Otro elemento idóneo, talentoso, gran carácter, es don jasé García García, Pre- 
sidió la Sección de Intereses Materiales, y si como vocal de la Directiva patentizara 
previamente cualidades sobresalientes, en ese delicado puesto acabó de demostrar que 
es d ig no , por todos conc eptos , d e 1 a con f i an z a que inspirara. Es d e I os pr i mer os en a s i s t i r a 
junta, y espíritu celosísimo, pone en cuanto interviene verdadero entusiasmo, identi- 
ficándose constantemente con las necesidades sociales que son para él. hombre de partido, 
superiores a ninguna otra conveniencia o consideración particulares, pues que su fina- 
lidad única, sincera, estriba en hacer administración recta e impecable. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Los mismos conceptos podríamos suscribir en cuanto a don Ramón Fernández 
Caso; pero, ¿no silenciaríamos a la vez uno de los detalles peculiarísimos que le con- 
vierten en eje de la popularidad y espejo de la simpatía? Lleva siempre a flor de labio 
un donaire, uno de esos dichos típicos de nuestra tierra tan sutiles y expresivos que 
convierten aún lo más serio en algo ligeramente jovial y zumbón. Este mozo que re- 
zuma salud, que trasvierte optimismo, que tiene una mirada franca y una amplia son- 
risa de hombre bueno, sencillo, ya ha desempeñado, pese a su barbilampiño aspecto, 
el cargo de Presidente de la Sección de Recreo y Adorno, y en verdad que con éxito impon- 
derable, propio de su temperamento batallador que no pugna, antes bien se acopla, con 
la encantadora idiosincrasia que le hace ir por la vida distribuyendo abrazos y prodi- 
gando frases amables y epigramáticas. 

En contraste, don Ismael Iglesias Gutiérrez, joven como él, y como él sencillo, 
caballeroso, democrático, es más reposado, sin ser solemne; más grave, sin engol amiento 
alguno. El Sr, Iglesias Gutiérrez, que pertenece al gremio tabacalero, glorioso en los 
fastos del Centro Asturiano, rinde a diario una labor fatigante, meticulosa, de com- 
promiso y responsabilidad, pues durante casi todo este ejercicio de 192 7 le ha corres- 
pondido cubrir la plaza de tesorero, por licencia del que la ocupa en propiedad, y es 
de ver cómo llega tarde a tarde a las oficinas de Secretaría y va poniendo su visto bueno 
a ios mil papeles que exigen su firma: bonos del empréstito, ingresos en caja, pagos, 
extracciones de fondos, balances, sin menoscabo de sus otras tareas de directivo en- 
cariñado con el puesto y deseoso de dejar huella perdurable por su constancia y talento. 

Y pasemos a don Aurelio Peón González, presidente que fue de la Sección de Instruc- 
ción. Se trata también de un joven, de los que, depositarios fieles del postulado que infor- 
mó la creación del Centro, sabrán continuar la obra sin desvincularla ni torcerla. Su 
apellido tiene merecido ascendiente social y él lo lleva con alto prestigio y dignidad. 

El Sr. Peón González viene a nosotros por impulsos indeclinables de herencia 
y por poderosas afinidades espirituales y así desde niño casi forma en la Sección de 
Recreo y Adorno, de Propaganda e Instrucción. Nadie creyera, viendo su compenetra- 
ción con nosotros, que no se trate de un asturiano de nacimiento. Es habanero, 
mas como si hubiese nacido allá, pues acaso no haya quien le aventaje en entusiasmo 
generoso y desinteresado, en honda ternura y leal identificación con la tierra de sus 
padres. Afable, liberal, simpático, rodéale el afecto popular, y por sus aptitudes está 
indicado para más alta representación que la presidencia de la Sección de Instruc- 
ción, cuyo rango elevó y cuyos éxitos ha propiciado. 

Ahora ¿a quién loar? ¿Sobre quién hacer que se derrame el cariño de los astures 
por sus hombres representativos? ¡Son tantos los dignos de especial mención í ¡Y es 
tan difícil no incurrir en olvidos, en pretericiones, en descuidos L.« En poco estuvo que 
escapara a nuestra justicia, no a nuestro ha'ago, pues que éste no lo necesita, don Faus- 
tino Grana García, expresidente de la Sección de Propaganda. El Sr. Grana García, 
de ayer aún como quien dice en nuestras luchas societarias, báse revelado con persona* 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


545 


lidad neta, vigorosa h por su despejo e inteligencia, por su claro concepto de la ley social 
y por su oratoria correcta y precisa, que no excluye la afición al detalle y a la vez la 
emoción de la poesía. Es uno de los elementos de avanzada de la juventud actual, en 
el que nuestra Sociedad encuentra un servidor culto, digno y esforzado. 

Palabras niel lizas, conceptos idénticos podrían aplicarse a don Benigno Santos 
R i vero, este año presidente de la Sección de Instrucción. No tiene sin embargo, la 
placidez y serenidad de aquél para los debates, pero convergen ambos en un punto 
culminante: amplia capacidad mental, elocuencia e ilustración poco comunes y firmes 
propósitos de que de su paso por el gobierno del Centro se hagan lenguas las gentes. 
Y demás está decir que habrán de conseguirlo. 

Cerremos este paréntesis, harto excesivo. Tres nombres más saltan de la punta 
de la pluma a la albura dd papel. Nombres que corren no en alas de la fama, pero que 
merecen nuestro respeto y gratitud colectivos: don Francisco Pérez González, vocal 
de la Directiva, carácter simpático, campechano, deliciosa ' bonhomíe ", espléndido y 
afectuoso; don José Menéndez Prado, humilde y recatado miembro de Secciones, de 
los que noche a noche acuden a la Secretaría social a rendir algún servicio, porque su 
vida toda y sus apetencias todas están en el Centro, al que aman con ternura de hijos; 
y por último, don José Alvares García, presidente de la Sección de Inmigración a quien 
cabe el honor de haber provocado con su solicitud de ampliar los servicios de la Dele- 
gación gijonesa, el inolvidable debate en que surgió en alumbramiento maravilloso 
el Sanatorio de Asturias. En el señor Alvarez García se adunan talento, actividad y 
desinterés. Es de los buenos, agreguemos a modo de colofón y en resumen justo y de- 
finitivo. 

Pero, al llegar a aquí, asáltanos una leve duda: ¿no habremos dejado en el olvido 
a otros hombres merecedores de especial significación? E incontinenti, pensamos en 
don Constantino Carneado González, expresídente de Sanidad. Tuvo unos días de 
popularidad en los que fue discutido y su nombre sonó mucho; pero luego el silencio 
vino a echar sus sombras sobre todo eso, y este comprovinciano amable, cautivador, 
orientó sus aptitudes hacia la política nacional, figurando como candidato por no recor- 
damos qué partido a una curul edílicia... Lievóselo la política, apartándole de nuestro 
Centro, aunque no es de esperar que definitivamente y quizás no tardemos en verlo 
actuar otra vez con su carácter jovial y su optimismo envidiable. 

Y ya en tren de recordar, tengamos una alusión cordial para don Faustino Cor- 
tina, activo miembro de la Comisión Pro-Sanatorio de Asturias, quien viene desen- 
volviendo valiosa y tenaz propaganda; para don José Fernández Gutiérrez que tras 
reparador período de descanso, aparece entre nosotros armado presidente de un grupo 
político que aspira a hacer esto y lo otro y Jo de más allá si consigue la gobernación del 

Centro Acaso no la consiga, pero lo cierto es que don José Fernández, que presidió 

Ja Sección de Intereses Materiales y que señaló admirables pautas a fin de administrar 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


y dirigir el empréstito del edificio, trusteándolo el propio Centro, tiene madera de go- 
bernante, lo que no es poco. Como no es poco también que jóvenes, casi adolescentes, 
tal don Germán Gómez, avil es i no que repudia toda gerarquía con la sinceridad de 
sus 18 años, ya figuren en las juntas generales y unan sus rotundos, briosos, vibrantes 
discursos a los de Sierra Pérez, Emilio Fernández y otras tribunos populares, desper- 
lando admiración y simpatía. 

No echemos al olvido tampoco a don José Acebo Francisco, opulento industrial, 
político de rara, tremenda energía, que presidió el Comité Progresista ", que fue miembro 
dinámico de la Junta Directiva, y que hoy, por achaques dolorosos de su salud, se halla 
alejado de la vida social activa; ni al joven don Félix Menéndez García y a su hermano 
don Alonso, ambos arrogantes candaminos, en quienes la acción, el nervio, el ímpetu, 
se manifiesta siempre que se trata del Centro, al que están ligados con lazos de amor 
y devoción; ni a don Jacinto González, artífice en madera, astur de los buenos; ni al 
viejo Pendas, artífice del mármol, que a cuestas con sus achaques físicos, aún vibra al 

conjuro del nombre ele Asturias ¿Pero no es tiempo ya de cerrar este capítulo ? Sí, es 

tiempo, y además, necesario: Perdónennos los no citados, aquellos muchos que debiendo 
aparecer aquí, ven sus nombres simpáticos, amables, dignos de pública alabanza, sin 

una leve, nerviosa referencia [Suman tantos, tantos,!... Aunque todos, por espíritu 

de modestia, de sencillez, sabemos que prefieren seguir recoletamente, agenos a publi- 
cidades, dando a la Sociedad cuanto poseen : mente, corazón, alma, sin esperanza de 
otra recompensa que la satísfación íntima del deber cumplido. 

Reciban con estas líneas, afectuoso saludo. 


Junta General de primero de Octubre... 500 o más socios, presididos por la paciencia 
y bondad de don Manuel Muñiz Díaz..,, Varios fogosos oradores van consumiendo 
diversos tumos tratando problemas de poca monta que, en sus labios, dados a la hipér- 
bole, adquieren resonancias de tempestad. 

Don Luis R. Rodríguez, don Armenio La Villa y don Constantino Junco, suscriben 
claro, rotundo informe acerca de !a pintura del salón de fiestas del nuevo edificio. Opinan 
apoyados en el testimonio de reputadas autoridades pictóricas, que el Apeles a quien 
se debe la obra, ha estado desacertadísimo en la interpretación de ciertas escenas pre- 
tensamente asturianas y en el colorido de nubes y paisajes. .. Sierra Pérez rezuma bilis 
al advertir cómo se confirma su criterio, esp layado en asamblea anterior... .■ — ¡Eh, chl 
¿tengo o no tengo razón, señores? — ¿Se reconoce al cabo que hubo harta premura en 
admitir como pasables los chafarrinones del techo? ¿Todavía se me discutirá que la 
Asturias que quiso reflejar el pintor es una Asturias caricaturesca, ridicula, absurda?..,. 
Y contento de su triunfo, mira amorosamente hacia el señor Junco (don Constantino) 
que, hombre versado en pintura, con un buen gusto artístico nativo y una escuela de 
dibujo depuradísima, fue el primero en llamar la atención acerca de las deficiencias 
apuntadas. 



BL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


547 


Se alude al proyectista del Palacio y director artístico de las obras, que aceptó 
el trabajo del techo, impartiéndole su incondicional aprobación, y se le alude no para 
ensalzarle precisamente. Pero don Manuel del Busto viaja en aquellos instantes rumbo 
a España, sin esperar siquiera Ja fecha de entrega definitiva del edificio, ni Ja inaugu- 
ración solemne de éste, en que habría de recibir plácemes y halagos Las censuras, 

pues, por las malaventuras del techo, que acaso sea sustituido o modificado en lo de más 
grueso bulto ya no alcanzan a herir su epidermis, Y la Junta General al saber esto, le 
desea unánimemente feliz viaje. 

En cambio, todo son enhorabuenas para don Pedro Sánchez Artidiello, presidente 
de la Comisión de Obras que ha intervenido en los últimos trabajos del Palacio social. 
D. Pedro, — habla vehementemente don Armenio La Villa- ha revelado positivo ta- 
lento, capacidad indiscutible, honradez suma, entusiasmo sin límites. Es un verdadero 
hombre de acción. Y don Pedro — -agregamos ahora nosotros apologistas sinceros y 
espontáneos — en el breve tiempo de su cometido, que ojalá se hubiere remontado a 
períodos anteriores, dióle un beneficio al Centro superior a $14,000 que, sin su perspL 
cacia, sin su inteligencia, sin su in fatigabilidad, habríamos abonado de más en pago 
de ciertos trabajos justipreciados exageradamente, con desprecio y en perjuicio de la 
hacienda asturiana. 

Lo que pedía el Sr. La Villa con frase precisa y adjetivo justo, que era un voto 
de gradas al Sr. Sánchez Artidiello, conced lóselo la Junta General puesta en pié y atro- 
nando la sala con una ovación cerrada y vehemente. 


Postrimerías de Septiembre El Palacio social — albo monumento de piedra 

con sus cuatro torres escalando las nubes — es ya soberana realidad. La compañía edi- 
ficadora nos advierte que ha dado fin a su construcción y que podemos recibirlo y entrar 
en él a título de dueños. Júbilo, enardecimiento, entusiasmo. ¿Se solucionaron las 
discrepancias que a virtud de mutuas reclamaciones — aumento de materiales y alte- 
ración del valor de éstos, por los constructores; disminución considerable del número 
global de metros edificables, por nuestra parte — veníamos manteniendo unos y otros? 
Sí, concillándose los encontrados intereses gracias a prudente rebaja de las respectivas 
demandas. 

Vamos, pues, en paz, a tomar posesión de lo que tanto nos costó conseguir. La 
cercana hora de hallarnos en hogar propio, no es óbice para que, al disponernos a aban- 
donar el fraterno Centro Gallego, en el que residimos nueve años, se enrosque a nuestra 
garganta y nos haga enmudecer, nostálgicos y tristes, el dolor de separarnos de quienes 
más que hermanos de sangre, son amigos lealísimos, de alma a alma, de mano a mano, 
de pecho a pecho. Amigos que nos han tendido sus brazos en instantes de agobio y de 
pena; amigos que han abierto profundos surcos de gratitud en nuestro espíritu. Allí 
fuimos siempre huéspedes de honor, tratados a manteles limpios, sin reservas mentales, 
en una identificación absoluta, hecha de cariños, dulce y acariciadora. Y al acercarse 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


el momento de interrumpir esta convivencia material, no obstante la satisfacción de 
volver a lo que es nuestro, di j érase que dejamos en el ilustre Centro galiciano algo de 
nosotros, acaso un trozo palpitante de nuestro corazón agradecido y efusivo. 

La Directiva, ni tarda ni remisa, pues participa del anhelo general de que ocupemos 
lo antes posible la nueva lujosísima morada, visita detenidamente ésta, hace diversas 
consultas, asesórase de nuestros técnicos y acepta su recepción provisional. Desde ese 
momento iniciamos con febril actividad el traslado de las oficinas y Escuelas de Jo- 
vellanos que, el 17 de Octubre, ¡unes, quedan ya instaladas definitivamente y prestando 
servicio. Y como no es posible contener la impaciencia de los asociados y del pueblo 
habanero, que apetecen admirar el interior de nuestro Centro, durante 1 5 dias abrimos 
éste a la pública curiosidad y desfilan por él, recorriendo los salones, escudriñándolo todo 
y teniendo para cada cosa encendidos elogios, cientos de millares de personas. Expecta- 
ción mayor no se recuerda. Y más justificada tampoco, pues que la Casa de Asturias- — 
que así debiéramos denominarla siempre — es emporio de fausto, arte y señorío. Todo 
en ella responde al estilo Renacimiento español, desde la sobria y mag estuosa fachada 
principal hasta los más leves detalles del mobiliario, formando el conjunto una autén- 
tica joya de la arquitectura hispana. 

El edificio, de cuatro pisos, con sótano, está circundado de portales, correspon- 
diendo a cada medio punto de éstos artística farola de bronce. Le rematan cuatro 
airosas torres, entre las que sobresale por su altura y elegancia, la que corresponde al 
ángulo formado por la calles de San Rafael y Zulueta. 

Precisamente en el ángulo que ocupa la gran torre y en la parte interior del portal 
se halla la piedra extraída de las canteras de Covadonga y regalada por aquél Cabildo 
Catedral 

Después de trasponer el amplio vestíbulo se llega a la monumental escalera de 
honor, cuyo arranque se halla a un nivel más bajo que el de la primera planta, con 
objeto de dar acceso independiente a los billares. 

Se compone de un amplio tramo central que conduce al café y dos tramos laterales 
curvos que llevan a una gran meseta con acceso inmediato al vestíbulo del salón de 
fiestas.: 

Se ha conseguido con la disposición adoptada, por una parte, imprimir a la escalera 
la monumentalidad, amplitud y el aspecto agradable y muy atrayente que requiere el 
salón de fiestas a que conduce, dadas su magnitud y suntuosidad y por otra parte, poder 
utilizar en la planta baja, para los establecimientos, todo el espacio ocupado por la 
caja de la escalera. 

Está decorada en la misma forma que el salón de fiestas, siendo sus muros imi- 
tación a sillería y sus barandas y gradas de mármol blanco de Car rara. 



JH' LIBRO D EL CE NTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


549 



abovedados porches de NUESTRO PALACIO QUE. 
EVOOatT™?™^ T ; >E CENUÍNA TRAZA RENACENTISTA, nos HACEN 
h * V OCAR TOLEDO, LA IMPERIAL CIUDAD, EN CUYOS MONUMENTOS 
VIVE UN PASADO GLORIOSO 


(Foto J t C r Arguelles} 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


551 


Llama poderosamente la atención por su tamaño y por su arte la vidriera emplo- 
mada que cubre la claraboya de la escalera de honor, que representa la llegada a América 
del insigne nauta Cristóbal Colón, con sus tres carabelas 

Las más acreditadas canteras de Italia, España y Estados Unidos han labrado 
sus mármoles para nuestro Centro. 

En los pisos, zócalos, barandas, pedestales, etc , pueden observarse las distintas 
clases de mármol de Carrara, como son el 1 Blanco” ”Blen Veneziano” y ‘Blanco Pi”, 
el ''Rosa Coralle" de Vícenza; el "Brescía Imperiaie” de Apuane; el “Mola Magro”, 

‘ Real Altico' 1 y "Gris Jaspe” y "Sil ver Cray” de la canteras de Eíspaña y el Napoleón 
Cray de la canteras de Tennensee. E. U, A. 

La cantidad de mármol empleada asciende a 1,250 toneladas. 

La herrería ornamental, así como la lámpara de pié instalada en el despacho de 
la presidencia, copia del célebre facistol de Toledo, obras ambas de notable mérito* 
han sido ejecutadas por el ovetense don Luis M. Car reño en sus talleres “VulcanoC 
de la ! labana. 

El pedestal de la lámpara es de bronce fundido, hierro viejo, patinado, cincelado, 
con pantalla de pergamino policromada, que imita antiguos libros de coro, con crestería 
de bronce 

La partitura de la canción asturiana "Soy de Bravia”, aparece en el pergamino 
de la pantalla 

Cuenta e! Palacio con dos magníficos elevadores, que resultan la última palabra 
en cuanto a efectividad y buen gusto, estando provistos de timbre de alarma y de todas 
las garantías de seguridad necesarias. 

Sus puertas son metálicas, bellamente cinceladas, en las que aparecen con las 
escudos de Asturias, los de Cuba y de España. Lino está situado por el frente que da 
a la calle de Zulueta y otro por la calle de Monserrate, 

Describamos, aunque someramente, el Salón de Fiestas, cuya monumentalidad 
suspende el ánimo y concita fervorosa admiración. 

Tiene una superficie aproximada de dos mil metros cuadrados, con ornamentación 
sobria e inspirada en el Renacimiento español, siendo de planta rectangular, con excedras 
adaptadas a ios lados menores del rectángulo 

En los dos pisos que abarca su altura le circundan dos amplísimas galerías que 
permiten la fácil circulación y cómoda estancia de los concurrentes a las fiestas. En 
los cuatro ángulos de la galería se dispone de igual número de salones que podrán 
utilizarse en días de baile. 

La estructura de! salón la constituyen columnas y pilares, sobre los que descansan 
la segunda galería y techo, formado éste por artesonado policromado y parte central 
abovedada con decoración pictórica, obra del artista Mariano Miguel, en la que sa 
destacan varias figuras sobre asunto regional. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En un extremo del techo y sobre los picachos de Covadonga aparece la figura 
de don Pelayo entonando su plegaria antes de iniciar la lucha en favor de la Reconquista 

Frente a ese grupo vése a Asturias coronando su escudo con los laureles deí tra* 
bajo y la industria, sobresaliendo en la parte baja la figura de Minerva en tanto que 
en un plano inferior aparecen cargadores y mineros en una rampa o muelle y un grupo 
de pescadores dispuestos a embarcar llevando sus artes de pesca. El lado izquierdo 
simboliza una romería, en la que los romeros bailan la danza prima. 

En el centro y entre esas alegorías se hallan los escudos de Cuba y de España, 
sostenidos por la Juventud y la Riqueza y por la Tradición y la Historia, respectiva* 
mente. 

El piso de este salón es de mármol blanco de Carra ra encuadrado en una hermosa 
faja de mármol Botticcino, que contribuye extraordinariamente al embellecimiento 
de la parte ornamental. 

El Café — mejor clásico mesón castellano — está situado en la segunda planta y 
es de considerable amplitud. 

Las paredes revestidas de azulejos, imitación al estilo Tala vera antiguo recogen 
distintas escenas del Quijote pudiéndose leer en cada una de ellas la leyenda corres- 
pondiente. 

En el lugar más visible de la cantina se ha colocado una magnífica reproducción 
del cuadro “Los Borrachos" de Velazquez, estupenda creación de la cerámica española. 

Veintidós espléndidas mesas de billar también estilo Renacimiento español, 
se han situado en el salón que da frente a la calle de San Rafael, en la segunda planta. 

De ellas, diez y ocho son para carambolas y cuatro para el juego de viuda. 

Cada mesa tiene su juego de bolas, tacos, vio! ines de distintos tamaños, etc., 
llamando la atención las taqueras circulares cuyos novísimos contadores mecánicos 
evitan las molestias del antiguo sistema de fichas colgantes. 

En la sala de juego hay instaladas ocho mesas de tresillo y dieciseis para dominó. 
Tanto éstas, como las sillas y las mesas de biliar son de caoba, construidas en los talleres 
del conocido coasociado don Pedro González. 

Hay más: las divisiones que separan el salón de billares de las oficinas y salones 
de juegos, severas, con hermosas pilastras talladas son un alarde de buen gusto y es* 
merada construcción; y otro alarde las españolísimas escaleras auxiliares y las que 
conducen del salón de fiestas a los gríllés; escaleras que han llamado profundamente 
la atención de expertos y profanos por la suntuosidad y el clasicismo con que han sido 
interpretadas. Tienen en su arranque unos muy artísticos pilarotes regionales tallados. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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En el piso correspondiente ai salón de fiestas y en la esquina que forman las calles 
de Zulueta y" San José, se halla el salón de sesiones, que ha sido terminado en forma de 
hemiciclo, siendo su mobiliario de caoba y tan artístico y bien acabado como el dd 
resto dd Palacio. 

En el mismo se cuenta con local destinado a los socios que deseen presenciar las 
sesiones de la Directiva. 

El piso de este salón es de mármol blanco combinado con fajas de Sil ver Cray. 

Hacia el ala derecha del salón de fiestas ha sido instalado con todo lujo de detalles 
el cuarto de toaleta para damas, cuyo mobiliario nada deja que desear. 

Se dispone de das espaciosos locales destinados a guardarropía a la derecha y a 
ia izquierda de la escalera de honor, y a un solo tramo de distancia del salón de fiestas. 

La biblioteca, con espacio bastante, clara, luminosa y aireada, lleva muebles idén- 
ticos a la del Real Sitio de El Escorial, de líneas suaves y acogedoras necesarias a un 
lugar de recogimiento y de paz. 

Los muebles del salón de fiestas hállanse tapizados de terciopelo español, tipo 
viejo, en parte dorados al oro fino y en parte acabados color nogal patinado, con riquí- 
simas tallas y tracerías. 

Los cortinajes responden también a la más fiel reproducción del estilo Renaci- 
miento 

En el despacho de! Presidente se destaca un artístico librero gemelo, separado 
por elegante sofá de piel, sobre el cual fue colocado precioso tapiz de asunto regional, 
construido en la Real Fábrica de Tapices de España. 

La mesa despacho aparece ricamente tallada. Los asientos son de cuero poli- 
cromado con hermosos clavos de bronce patinado. 

El despacho dd secretario y la antesala del mismo riman con el salón de la Pre- 
sidencia habiéndose cedido la parte de belleza a la solidez por tratarse de un local de 
intenso trabajo. 

Los fraileros y sillas del salón café, son de cuero-suda, con el escudo de Asturias 
repujado y tanto éstos como las mesas responden al más clásico estilo de Renacimiento. 

Tiene todo el mobiliario, además de su gran valor artístico, d mérito de ser de 
fabricación nacional, construido en esta ciudad, por la conocida casa de Merás y Rico 

Más de seis mü luces distribuidas en quinientos setenta y ocho aparatos han 
sido instaladas en los distintos departamentos del Palacio. 

Tres lujosas lámparas de bronce fundido, dorado de oro fino, con plaquetas de 
cristal de bohemia iluminan el espacioso salón de baile y en las arcadas altas del mismo 
se han instalado veinte lámparas más de cuarenta luces cada una, también de bronce 
y cristal de bohemia. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En los machones, columnas, techos de las galerías y grillés, y escaleras de acceso 
a los grilles, se han instalado también apliques y lámparas que conjuntamente con las 
tres del salón de fiestas hacen un total de dos mil novecientas setenta y nueve luces* 

La biblioteca, salón de sesiones, sala de billares, oficinas y despacho presiden- 
cial están alumbrados convenientemente, de acuerdo con la suntuosidad del edificio. 

El arte y buen gusto imperan por doquier, y no hay un sólo lugar donde un aparato 
de luz no ponga una nota de refinamiento. 

Toda la lamparería es obra de la casa Terán y Aguijar, de Madrid. 





LA INAUGURACION OFICIAL 

Tácitamente, sin previo acuerdo, habíase convenido en aplazarla hasta Febrero 
o Marzo de 1928, por varias atendibles circunstancias, entre éstas la potísima de 
haber invitado para una fecha aproximada a esa, a los señores D, Melquíades Aívarez, 
el insigne tribuno asturiano; don Nicanor de las Alas Puma riño, presidente de la Exce- 
lentísima Diputación de Oviedo, que tantas y tan efusivas deferencias viene teniendo 
con nosotros; Rector de la ilustre Universidad ovetense y a otras altas autoridades 
regionales a fin de que honrasen y enalteciesen con su presencia una de las horas más 
solemnes y augustas de la Colonia asturiana de Cuba: la de inaugurar su casa solariega 
que, como el Ave Fénix mitológica, resurgía vigorosa y espléndida, con el ímpetu y segu- 
ridad de una afirmación racial, compendio formidable de nuestro corazón español 

Teníamos ansiedad, anhelo infinito de oír la palabra de oro del más glorioso 
orador de habla castellana, que habría de resonar, llena de emocione s patrias y acentos 
de suprema grandeza, bajo el artesón ado de nuestra sala de actos; regocijábamosnos por 
adelantado con las solemnidades, realmente esplendorosas y magnificas a que daría feliz 
pretexto la inauguración; hablábase de hacer llegar hasta su Alteza Real el Príncipe 
de Asturias nuestro deseo de que él también nos acompañase en esas horas de hondo 
deleite, y la ciudad, esta Habana riente, bulliciosa y alegre que nunca se vé triste, 
porque el sol la besa y la ilumina, participaba de nuestros anhelos, sentía nuestras in- 
quietudes y con nosotros confiaba en que habríamos de rodear e! acto de su debida mag- 
nificencia y de su inexcusable importancia social, 

¿Qué sucedió más tarde? Inopinadamente, la Comisión de Festejos dispuso que 
la inauguración se celebrase el 20 de Noviembre en ceremonia sencilla y breve, Don 
Melquíades Alvarez, avisado cablegráricamente de este repentino adelanto de la fecha 
excusó su presencia, por la imposibilidad de abandonar de modo súbito sus intereses 
para emprender tan precipitado y largo viaje; don Nicanor de las Alas Pumariño, en 
nombre de la Diputación, rogó se di feríese algo más el acto inaugura!, con el propósito 
de concurrir; la Universidad, ya que le era difícil por falta material de tiempo enviar 
un delegado, confió su representación al por tantos conceptos insigne español don 
V icen te Lo r íente Cañe io , nu estro que r ido p a i s ano ... Los pe r i ód icos as tu ríanos comen- 

taron esto de muy diversos modos, y un notable cronista, don Dionisio Pérez, escribió 
desde Madrid a un diario de la Habana, lo siguiente, que extractamos de su artículo, 
todo él consagradoa apostillar la inesperada decisión; 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


"No ha repercutido en la prensa madrileña, (yo he conocido el hecho leyendo los 
diarios de Oviedo y de Gíjón,) ia determinación del Centro Asturiano de la Habana, 
que anticipando o suprimiendo las solemnidades inaugurales de su nuevo palacio, ha 
impedido que acuda a presididas Melquíades Alvarez. Se contaba con que la inaugu- 
ración del soberbio edificio no se verificaría hasta Enero o Febrero próximos. Muchos 
asturianos disponían sus asuntos para estar libres de atenciones en esta época y poder 
acompañar al orador y escuchar el discurso que "diría", no para sus conterráneos so- 
lamente, sino para que lo meditase la hispanidad entera. Se hablaba estos días, pre- 
cisamente, en un círculo madrileño de arrendar un trasatlántico y ponerlo en el MuseL 
para que embarcasen con Melquíades Alvarez, cuantos quisieran acompañarle. Se 
me había invitado a ir en esa peregrinación. Se sabía ya de centenares de personas 
significadas de Asturias y aun de otras regiones, que habían ofrecido su concurso eco- 
nómico y su prestación personal para rendir este homenaje al Centro Asturiano de la 
Habana. 

"Y he aquí que un cable llegado a Oviedo señalando una fecha cercana para la 
inauguración del edificio, pone término a estos proyectos y a estas ilusiones: Melquíades 
Alvarez, encadenado a España por tos deberes de su bufete de Abogado, en quien tantos 
españoles han hecho el depósito sagrado de sus intereses, no tendrá nueva ocasión de ir 
a Cuba, ni podrá de viva voz exponer su ideario americanista, con sus consejos consula- 
res y otras intervenciones de las colonias emigradas en la representación diplomática '. 

Si estupor causó allá, en la tierrína, estupor causó aquí el acuerdo, cuyos funda- 
mentos nadie supo o quiso explicar. La voz de Melquíades Alvarez, que habría de 
vibrar libre y soberana para todos los españoles, fue ahogada antes de salir de su gar- 
ganta sonora, por una resolución inspirada se ignora en qué conveniencias. Porque 
es el caso, en realidad doloroso y que hace más peregrino lo acaecido, que a la inaugu- 
ración del edificio no correspondió la de sus salas de recreo, ni Ja de su café, por care- 
cerse de la licencia municipal, departamentos que permanecerán clausurados, soli- 
tarios, en forzosa inactividad, hasta el año entrante. Ni la Biblioteca, tan agena a 
arbitrios y gabelas munícipes, pudo ser abierta al público 

Cortemos estas reflexiones, que nos llevarían muy lejos, volviendo a la inaugura- 
ración de nuestro rico inmueble, para la que se dispuso el siguiente asaz modesto pro- 
grama: 

L — A las nueve de la mañana, la Junta Directiva se situará a la entrada princí- 
cípal del edificio, para el recibimiento de las entidades invitadas. J 

2. — A las diez de la mañana, desde el balcón del piso principal serán izadas las 
banderas cubana y española 

3 —Recepción en el Salón de fiestas. El señor Presidente del Centro abrirá el acto. 

4. — Lectura de cablegramas. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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5. — Discurso del doctor Rafael Martínez 0rti2, representante de! Honorable 
señor Presidente de la República. 

ó. — Discurso del doctor Francisco L. Rodríguez González. 

7. — Discurso del doctor Ramón Za y din y Márquez Sterling. 

8. — Discurso del Excmo. señor Embajador de España. 

9. - — Lunch. 

En horas de ¡a tarde, recepción de las Delegaciones y médicos de éstas en el 
edificio: luego visita al Sanatorio, en el que les saludarán el Cuerpo Facultativo en 
pleno y el alto personal administrativo, 

Y de las ó de la tarde a 12 de la noche, audición musical en el Centro, en obsequio 
de los señores socios. 

COMIENZA EL ACTO 

Las invitaciones sumaban varios centenares: Honorable Presidente de la Repú- 
blica; Cuerpos Col egisl adores ; Diplomáticos, Secretarios de Despacho; Prensa, Asocia- 
ciones Regionales; Clubs asturianos; entidades de crédito; Socios Fundadores, de Honor 
y de Mérito; autoridades provinciales y municipales, etc , etc, 

Ff Palacio apareció ya bien de mañana,- — mañana luminosa, de sol tibio y con- 
fortadora brisa — luciendo en su fachada principal vistosas colgaduras donadas por 
el “Circulo Ovetense" (el primero en hacer esta gentil ofrenda), “Unión de Vil la vi- 
ciosa, Colunga y Caravia \ “Unión de Teverga, Proaza y Quirós”, “Club Grádense* 
y 'Sociedad Naturales de Las Regueras 

Los invitados, llegan... , En la portalada, recíbeles cordial y agradecida, la Directiva ; 
ascienden por la regia escalera, rutilante y perfumada, penetran en el salón . . . Al apa- 
recer el Dr. Martínez Ortíz, ilustre Secretario de Estado que representa ai Honorable 
Presidente de la República, el himno heroico de Bayamo, que insufló el patriotismo 
mambí, deja oír sus marciales notas..,. Luego, instantes después, la Marcha real española 
saluda la presencia del querido Embajador de España, Excmo, Sr. D, Francisco Gu- 
tiérrez de Agüera. Iniciase seguidamente la ceremonia inaugural, ante una concurrencia 
realmente selecta y nutrida, que ocupa 3a hermosa sala y toda la señorial gradería 
Preside D Manuel Muñíz Díaz, nuestro Presidente, quien tiene a su derecha al doctor 
Martínez Ortiz; doctor Miguel Mariano Gómez, Alcalde de la Habana; doctor Ramón 
Zaydín, representante a la Cámara y al Vicepresidente del Centro D. José A. Palacio: 
a la izquierda, al señor Embajador de España, aí Presidente del Casino Español y 
Presidente del Comité de las Sociedades Españolas señor Falla Gutiérrez; Vicepresi- 
dente del Centro Asturiano, señor Simón Corral; doctor Francisco L. Rodríguez y Gon- 
zález, Vicepresidente de la Sección de Recreo y Adorno, y al Secretario General de la 
Asociación, D. Enrique Cima. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


El Sr, Cima Cabal (D, Enrique), Secretario de la Sociedad, abre el acto leyendo 
esta carta del insigne tribuno D, Melquíades Alvarez, dirigida al presidente de la De- 
legación de Gijón: 


Señor don Antonio Fernández Suco 


Mí distinguido amigo: Señalada ya la fecha en el próximo mes de noviembre 
para la inauguración del Centro Asturiano en la Habana, y siéndome completamente 
imposible apartarme de España en esa fecha por exigencias de mis asuntos profesio- 
nales, declino desde luego el honor que me ha dispensado la Junta Directiva del expre- 
sado Centro. 

No necesito significarle eí sentimiento y la contrariedad que me produce esta 
resolución, pues, aparte de ser un orgullo para mí el poder inaugurar la Casa de los 
asturianos en Cuba y de paso admirar lo mucho que se debe a sus energías y a su trabajo, 
sería una ocasión propicia que se me presentaba para conocer aquel país en el que tantas 
huellas ha dejado la raza española. 

Así pues, ruego a usted exprese a todos los socios de aquel Centro mi profundo 
pesar por no ser posible, contrariando mis deseos, deferir a su invitación que tanto me 
enaltece y quedo de usted atento aftmo. amigo s. s, q. e. s. m. 

Melquíades Alvarez. 

El mismo Sr. Cima lee estos cablegramas: 


Oviedo, 17 de noviembre — Presidente Centro Asturiano. Habana. 

Ayuntamiento Oviedo adhiérese todo corazón acto solemne inauguración Centro 
hermanos. 


Alcalde Gutiérrez 


Presidente Centro Asturiano, Habana. 

Delegación Gijón y comisiones sanatorio asócianse cordialmente acto inauguración 
palacio social. 


Antonio Fernández Suco, presidente. 


Luego, el presidente Sr. Muñiz, con voz serena y reposada, dice su emotivo discurso: 

Señor Representante del Honorable Presidente de la República; Excelentísimo 
Señor Embajador de España en Cuba; Excelencias; señores representantes de los Po- 
deres de la República de Cuba; señores representantes de sociedades; señores represen- 
tantes de corporaciones; señores representantes de la prensa; señoras y señores: 



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En esta hora para nosotros tan solemne, por tratarse de la inauguración de nuestra 
casa social, deseo expresaros el agradecimiento de cuantos componemos el Centro 
Asturiano de la Habana, por habernos honrado con vuestra asistencia en este acto, 

Asturias y sus hijos se sienten orgullosos y Henos de fé y de entusiasmos por haber 
podido dar cima a los proyectos que parecieron irrealizables, dotando a la capital de 
esta bella y hospitalaria República de un edificio que representa en lo material y en lo 
espiritual, el esfuerzo de un puñado de hombres del trabajo. 

Bienvenidos seáis a nuestra casa, que es la casa de todos* 

Señores: queda abierto el acto, 

(Grandes aplausos), 

LAS BANDERAS SE ELEVAN A DIOS 


Poco más tarde la Junta Directiva acompañaba a los ilustres representantes de 
Cuba y de España, al balcón central del Palacio, desde el cual y en medio de una emo- 
ción profunda, se izaron las banderas que flamearán al sol en los altos mástiles que 
coronan el Palacio; la española la izó el doctor Martínez Ortiz, Secretario de Estado, 
representante del Honorable Presidente, de la República Genera! Gerardo Machado; 
izó la bandera Nacional el Embajador de España, representante de España, de su Rey 
gentil y del Directorio que la gobierna; grandes aplausos, Himno Nacional y Marcha 
Real Española. 

DON VICENTE LORIENTE 

Representa a la preclara Universidad de Oviedo. Hace esta sonora, concisa y 
expresiva salutación: 

“En nombre de la gloriosa Universidad de Oviedo y de su ilustre Claustro me 
asocio en este día al regocijo de la colonia asturiana y principalmente felicito a las juntas 
directivas que acordaron levantar este palacio, honor de todos, a los que llevaron a cabo 
la obra y a los que la terminaron para orgullo de todos y honor de la Madre España 
que proclamará en todo el tiempo el entusiasmo y patriotismo de los formidables as- 
turianos’ ' . 

(Gran ovación), 

LA VOZ DEL CENTRO 

La ostentó el Dr. D* Francisco L* Rodríguez, Vicepresidente de la Sección de 
Recreo y Adorno. Se trata de un joven, en los umbrales casi de la vida, dotado de sin- 
gulares cualidades de talento y oratoria, quien pronuncia este emotivo y profundo 
discurso : 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Sr. Representante del Honorable Presidente dé la República: 

Excelentísimo señor Embajador de España: 

Representativos de los Poderes Públicos del listado Cubano; 

Excelencias ; 

Señoras y señores: 

Ha sonado para nosotros la hora solemne de las consumaciones anheladas; y, 
anunciando nuestro colosal advenimiento, las campanas de este Domingo de Resurrec^ 
ción dan por inaugurada nuestra casa, mezclando sus jubilosos tañidos, con los úl- 
timos acordes de esos himnos, cadencias del combate y caja sonora del alma nacional 

Ya flamean gallardas en nuestros mástiles, las representaciones tangibles de la 
soberanía de dos Estados, besándose, sin fronteras, bajo la comba maravillosa de nues- 
tro cielo sin igual, 

Y hemos tenido, en esta ocasión, el singular prestigio de contemplar, en tierra 
americana, en expresivo simbolismo, a las representaciones del Jefe del Estado Cubano 
y del jefe del Estado Español, haciendo llegar hasta los cielos, en un filia! abrazo, la 
bandera que, cruzando el Atlántico, descubrió la tierra más termos a y la bandeé que 
pidió Martí para su tumba. 

(Grandes aplausos.) 

Y yo, señores, que he sentido siempre viva complacencia en exteriorizar mis 
alegrías y mis tristezas, mis júbilos y mis abatimientos, siento ahora una rara invita- 
ción al silencio, como si un presentimiento me indicara que mi voz ha de impedir que se 
perciba en esta hora solemne, el himno sutil de la anunciación de nuestro cumplido 
anhelo, rimado en celestial sinfonía por nuestros corazones jubilosos. 

Hubiera sido suficiente que nuestro Presidente os anunciara que quedaba inaugu- 
rada nuestra casa — que es vuestra casa^para que comprendierais a! punto que es 
en efecto vuestra, la casa de los asturianos, tan hospitalaria como ia tierra que le sirve 
de asiento; tan hospitalaria como esta Isla de ensueños y de amores; como su clima 
delicioso; como el corazón de los cubanos. (Aplausos.) 

Sin embargo, para dar una prueba viva de la generosidad de los dueños de esta 
casa, aquí estoy yo, de pie en esta tribuna, agobiado por el honor inmenso de ser eí 
primero en escalarla, para ofrecérosla en nombre de la Institución, ya que ésta, olvi- 
dando por un momento que tiene paladines esforzados de sus asambleas; olvidando 
que hay en su seno inmigrantes, clásicos tipos de sus luchadores invencibles; olvidando 
mi incapacidad y mi falta de preparación, me ha designado, para proclamar elocuen- 
temente ante todos, que en estos Centros Regionales, no hay regionalismos, y que si 
alguno resta todavía, es precisamente, señoras y señores, para tener esta gentileza con 
quien, como yo, es hijo de esta tierra, aunque descendiente inmediato de españoles 
(Aplausos.) 



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FRENTE DE DA ESCALERA DE HONOR DEL PALACIO SOCIAL. CON SUNTUOSIDAD QUE NO NECESITA DITIRAMBOS 


(Foto J. C- ArgüeUes) 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





















. 


el libro del centro asturiano de la habana 


563 


Y qué satisfacción llena nuestra alma en esta mañana otoñal, que se nos antoja 
de radiante primavera, al contemplar la ascensión por esa escalera maravillosa, que 
a nuestro entusiasmo parece que conduce hacia la gloria, de las representaciones de 
los Poderes Públicos del Estado Cubano y de todas las clases sociales del País, cuando 
todavía, [tan corta es la distancia! persisten en nuestra retina y en nuestra mente los 
recuerdos del pavoroso incendio que una década atrás, en una alegre mañana que debió 
parecemos triste anochecer, redujo a cenizas nuestra antigua casa, llevando al alma 
la más angustiosa sensación de desamparo. 

Estáticos y mudos, contemplamos en aquella hora el derrumbamiento de nuestro 
hogar, de nuestro primer nido; y si pudimos, sintiéndonos sumidos en noche de tinieblas, 
preguntar como Cristo al Padre Eterno,— por qué nos abandonaba—, tuvimos el con- 
suelo inmenso, justo es confesarlo, de que nos llegara como llegado de los cielos, como 
eco de corazón hermano ofreciéndonos calor y abrigo, la voz del Centro Gallego de la 
Habana, a cuyas puertas no necesitamos llamar, porque él nos las abrió de par en 
par, para darnos albergue en aquel transitorio desamparo; para darnos consuelo en 
aquellos momentos de dolor y angustias infinitas. (Aplausos ) 

[Gallegos generosos! vuestra conducta a nadie ha sorprendido; sois los de siempre, 
hermanos del caído; amigos en el dolor y en las desventuras; que no en vano nacisteis 
en la tierra que tuvo el privilegio de dar al Mundo a la insigne colaboradora de la “Voz 
de la Cardad ', a la grande, a la inconmensurable Concepción Arenal. (Aplausos.) 

En lo adelante, representativos del Muy Ilustre Centro Gallego de la Ha- 
bana, nadie podrá decir con justeza, que nos separa de vosotros, que nos separa de 
vuestro sobrio y regio palacio, el Parque Central de una de las Capitales más bellas de 
la América: antes bien, que es él quien nos vincula y quien nos une; el parque de aquel 
Apóstol, que fue, por rara coincidencia, cantor sublime de la emigración y del destie- 
rro. 

Y no olvidamos, señores, en esta hora de alegrías, a las demás Sociedades que en 
aquellas de dura prueba, de torturadora angustia, nos brindaron testimonio de su cariño; 
Sociedades hermanas todas, por sus principios y por sus fines; hermanas que consti- 
tuyen el estribo magnífico en que se apoya de este lado de la arcada, el puente mara- 
villoso que une espiritualmente, a través del Atlántico, la joya más preciada del Golfo 
Mexicano, con el Peñón glorioso que inspiró a Campoamor sus célebres Coloras y que 
contempló Cervantes desde las áridas costas africanas. (Aplausos). 

Y en aquella hora de dolor y de tristezas en que vimos derrumbarse nuestra casa, 
pareció una utopía lo que es hoy risueña y subyugante realidad; pero señores es que hay 
vidas que germinan de la muerte; hay derrumbamientos que dan paso a andamiajes 
colosales; hay cenizas de las cuales se resurje como el Ave fabulosa; y las del Centro As- 
turiano de la Habana llevaban en sí el germen fecundo que había de engendrar esta 
brillante joya arquitectónica. 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Y en aquel anochecer del alma, acallando el coro de las lamentaciones sin pro- 
vecho, se alzó hasta los cielos el cántico de los cruzados, que iniciaron su jomada de 
fé por la conquista; el fervor unánime de los asociados, ofreciendo sus corazones petri- 
ficados por el dolor, para hacer posible esta mole de Capellanía, rematada por esa to- 
rre, que como un haz de manos en plegaria, se eleva hacia los cielos en una imploración 
eterna de venturas. 

Tras el insomnio de la noche de ayer, ha surgido el amanecer radiante y hermoso 
de hoy; los sueños de la víspera hanse convertido en realidad, como tocados por manos 
delicadas de hadas invisibles, superándose de tal modo nuestros sueños, que bien pode- 
mos pensar que soñamos todavía. (Aplausos.) 

Nos sentimos orgullosos de nuestra obra; y, con este sentimiento, os ofrecemos a 
todos: a los presentes, al auditorio invisible que me escucha tras el micrófono, a la 
República entera, a las representaciones ante ella de todas las Naciones civilizadas del 
Mundo, este nuevo hogar, esta nueva casa; que es este orgullo en nosotros, sagrada 
virtud propulsora, que hizo posible el gesto de Numancia, y, a veinte siglos de distan- 
cia, el colosal incendio de Bayamo. 

Pero, más que esta obra, que todas podéis admirar, estamos orgullosos, señores 
de algo que hoy puede pasar inadvertido, pero que es otra hermosa y halagadora rea- 
lidad; estamos orgullosos de la Ciudad Escolar que sostenemos, del Plantel Jovella- 
no$ V que en esta casa tiene su asiento y su trono. 

En nuestras aulas, reciben educación millares de escolares que aquí moldean su 
voluntad y forman su conciencia; millares de escolares cubanos y españoles a quienes 
enseñamos a honrar a los mártires de nuestra independencia; que reverencian a Pelayo 
y a Maceo, defendiendo cada uno ia tierra que pisa; millares de escolares que el 27 de 
Noviembre concurren en peregrinaje doliente al Mausoleo de los Estudiantes, a llorar 
los grandes errores humanos, pero que el 2 de Mayo se refugian contentos y regocijados 
en el claustro del abuelo, a escuchar embelesados los relatos homéricos de sus ante- 
pasados gloriosos. (Aplausos.) 

Y, así como la patria muestra orgullosa en sus grandes solemnidades al grupo de 
supervivientes de su épica epopeya libertaria, para que lo reverencien o imiten las gene- 
raciones jóvenes, para quedo admíre el universo entero, el "Centro Asturiano de la 
Habana T y su Junta Directiva os muestran con honor y con gloria, en este acto, nim- 
bado por aureola refulgente, el grupo, aquí presente, de sus fundadores, vencedores de 
la muerte y del olvido. (Aplausos.) 

Nunca envejece el corazón, y si pudiéramos auscultar el de este grupo, casi cen- 
tenario, veríamos cómo se aceleran sus ritmos al recuerdo del 2 de Mayo de 1886, en 
que, jóvenes, contentos y felices, inauguraban el edificio derruido; y pensando, segu- 
ramente, con justificada y melancólica tristeza, en los que faltan entre ellos, en los 
que cayeron en el camino y pasaron a la eternidad, sembrando las páginas de nuestra 
historia social, de nombres para nosotros inmortales. (Ovación,) 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


65 


Gracias a todos; a] Honorable señor Presidente de la República, que se ha hecho 
representar tan dignamente en este acto; gracias, Excelentísimo señor Embajador de 
España, que habéis tenido la gentileza de acompañarnos; gracias a los representativos 
de los Poderes Públicos del Estado Cubano, tan propicios siempre a prestarnos coope- 
ración contra las asechanzas constantes de los enemigos de nuestro mutualismo; gra- 
cias al Sr. Gobernador de la Provincia, también representado, desfacedor de nuestros 
entuertos, panacea maravillosa de nuestras dificultades; gracias al joven Alcalde de 
la Ciudad de San Cristóbal de la Habana, tan solícito siempre con nosotras; gracias al 
jefe de nuestro Ejercito, que ha hecho que la banda de su Estado Mayor, nos deleite 
con las notas de los himnos Nacionales; gracias a las Excelencias, representativas de 
las Naciones deí Concierto Universal, que nos han honrado tomando posesión de nuestra 
casa; gracias a las Corporaciones todas, Nacionales y Extranjeras, que han respondido 
a nuestro llamamiento; gracias a la Prensa, nuestro pregonero excelso, que a estas horas 
con sus ediciones extraordinarias recorre los ámbitos de la República, proclamando 
con benevolencia suma, en timbre de honor, nuestras glorias y nuestras virtudes; y 
gracias finalmente a vosotras las mujeres, las últimas en esta relación de nuestros 
acreedores, las primeras en nuestro corazón y en nuestro afecto. 

Y permitidme que ya que os habéis congregado en esta oportunidad, en tomo 
nuestro, os suplique vuestra cooperación, una vez más, en nombre de la caridad que 
de una manera tan admirable representáis, para consumar otra obra que acaricia nuestro 
sueño. 

Nuestros ejércitos, como las legiones extranjeras, ebrias de lucha y de combate, 
no conocen la tregua ni el descanso; en el monte Naranco, la bandera de la cruz, 
hecha roja por el dolor y ei sufrimiento, nos congrega de nuevo para levantar el "Hos- 
pital de Sangre 4 de nuestros derrotados; una nueva Dulcinea embarga nuestro corazón. 

i Quijote, enristra de nuevo tu lanza, que la obra te cubrirá de gloria!; que esa 
obra, como ésta no es solo de los inmigrantes asturianos, ni de los inmigrantes españoles ; 
es algo más grande, más trascendental y más hermoso: es la obra del hombre en bien 
de sus semejantes, en su lucha por la coronación de sus esfuerzos; es la obra titánica 
y eterna por conquistar, con el auxilio de vosotras las mujeres, el paraíso bíblico—que 
contra mi creencia —dicen que perdimos por vosotras. He terminado. 

(Grandes aplausos.) 

LA VOZ DE CUBA 

El Dr. Rafael Martínez Ortiz, Secretario de Estado, en nombre y en represen- 
tación del Honorable señor Presidente de la República, alzó su voz y dijo así, entre 
frecuentes interrupciones del entusiasmado auditorio: 

Sr. Presidente del Centro Asturiano; 

Sr, Embajador de España; 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Señores miembros de la Directiva de este Centro; 

Señoras y Señores : 

El Honorable señor Presidente de la República, General Gerardo Machado y 
Morales, me ha conferido ayer, por serle imposible asistir a este acto, el honor de re- 
presentarle en él, y puedo deciros que de cuantas veces he tenido ese honor, nunca me 
he impresionado tanto como en ésta; es que yo siento en mis venas correr también 
sangre española. 

Periódicamente voy, en peregrinación sagrada, al lugar donde nacieron mis 
antepasados, en esas propias montañas, sino de Asturias, de Santander, y voy también 
en peregrinación a Cataluña donde recibí mi educación, siendo deudor, por la sangre 
y los conocimientos pocos que tengo, a esa nación española; a esa gran nación que 
muestra las páginas más brillantes de la Historia de la humanidad entera. (Aplausos), 

Señores, no es una exageración lo que acabo de decir; basta abrir esa Historia 
Universal y desde sus primeras páginas tenemos que encontrar, fijado en ellas, el es* 
píritu rebelde a las invasiones extranjeras de la raza hispana, 

índibil y Mandón io, no bien llegados los ejércitos primeros de Cartago y Roma, 
luchan contra ellos a brazo partido hasta perder la vida, como después la perdieron 
cientos de miles de hombres siguiendo unos a Vi nato; cayendo otros en Calahorra o 
en la para siempre inmortal Numanela. (Aplausos,) Y la nación conquistadora 
del mundo, comprendiendo y dándose cuenta de la fortaleza de la raza con que tenía 
que combatir, y apreciando también la necesidad de compartir con ella las glorías del 
imperio, hizo de España no una colonia abyecta; no un pedazo de tierra sometido a 
la explotación romana, sino la primera de todas las Provincias. De allí sacó empera- 
dores como Trajano, que llevaron hasta los confines de Europa, hasta los bordes del 
Danubio, la civilización latina y allí establecieron un nuevo centro, de lo que debiera 
llamarse civilización española, haciendo de Rumania un brillante foco de irradiación 
del espíritu español. Y allí nacieron poetas como Silo Itálico, y filósofos como los dos 
Sénecas, llenando con sus escritos la literatura de Roma. Y después, señores, cuando 
las invasiones de los Bárbaros repartieron el Imperio, en España formóse quizás, el 
más culto de los reinos procedentes de aquellas, y cuando nuevas invasiones de otros 
pueblos corriéndose por el Norte de Africa penetraron en la Península conquistándola 
rapídís imamen te, —como está representado precisamente en el fresco que todos po- 
demos ver pintado en el techo de este salón, — el Duque de Cantabria, descendiente de 
[a raza visigoda reunió en derredor de él en la famosa cueva de Covadonga, a todos 
los elementos del país, lanzando el grito de reconquista en 718 para terminar la obra 
tras más de 700 años de lucha, el dos de Enero de 1492, en la vega de Granada, que 
bordean el Darro y el Genil, al entregar las llaves de la ciudad el ultimo de los reyes 
moros, Boabdil el chico, a los reyes católicos de Castilla, Fernando V e Isabel L 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


567 


Y frescos aun los laureles; en el mismo año, en ese año para siempre eternamente 
célebre de 1492, salen el Viernes 3 de Agosto las Carabelas de Colón que, en el viaje 
más fantástico que han realizado los hombres atraviesan el “Mar Tenebroso” y llegan 
a las Antillas, realizando el hecho más grande que puede registrar jamás la Historia 
entera del Mundo. 

Este acontecimiento, — y voy en este caso a repetir una indicación, que he hecho 
varias veces en Europa, especialmente en la Sociedad Americanista de París de que 
formo parte —se ha, durante mucho tiempo, obscurecido algún tanto, no estableciendo 
como el punto de partida de la “edad moderna” la fecha en que tuvo lugar el descu- 
brim lento de Am erica. Se ha dado como inicio de la era contemporánea la caída de 
Constantinopla en 1453, Yo he propuesto a la Sociedad Americanista, y en la primera 
' Fiesta de la Raza”, en París, que ningún texto de Historia en el cual apareciere esa 
fecha de la caída de Constantinopla como inicio de la era moderna, pudiera aceptarse 
como libro de texto en las escuelas y ni aún siquiera se permitiere en ellas su lectura 
porque la caída de Constantinopla fue un retroceso para la humanidad en tanto que la 
fecha de 1 492 es la fecha del más grande progreso realizado por los hombres. (Aplausos) - 

Inmediatamente después, señores, esta raza hispana realiza la investigación y 
la conquista de todo este Continente inmenso A los pocos años del descubrimiento, 
ya Cortés conquistaba a México; Blasco Muñez de Balboa atravesaba el Istmo y des- 
cubría el Mar del Sur; los Pizarros conquistaban el Perú; Orellana se embarcaba en 
el mismo Perú y por el río Amazonas, entraba en el Atlántico y volvía a España, reali- 
zando un viaje estupendo, que aún hoy, con todos los adelantos modernos, es extre- 
madamente difícil de realizar. Soíís fundaba a Buenos Aíres; el mar del Sur descubierto 
por Balboa y casi desconocido era cruzado por Magallanes y Juan Sebastián Elcano 
por vez primera, llamándolo Océano Pacífico y volviendo a España el segundo de estos 
navegantes con un solo buque de los que habían partido, realizando, por vez primera, 
la circunvalación de nuestro planeta. 

Durante 400 años esta raza organiza una porción de nacionalidades, la madre 
España, tras su fecundísima gestación parece estenuada un poco pero sus energías reales 
son las mismas, su vitalidad no se amengua, y el cuerpo racial dado su desenvolvi- 
miento, se ha acrecentado con el inmenso continente americano. Es seguro que antes 
de un siglo, más de 250 millones de hombres hablarán en él la misma hermosa lengua 
que nos enseñaron nuestros padres y que trajeron a este hemisferio los audaces con- 
quistadores. (Aplausos.) 

¿Qué es este acto, señores? ¿Qué significa esta reunión? ¿Qué ideales evoca este 
momento ? 1 Los mismos de la raza S 

Son tres ios sentimientos que los han creado: el amor de los españoles a sus tra- 
diciones, esto es, el amor a la patria; el amor a España, que en los asturianos es el mismo 
amor que en todos los españoles; el amor al continente que descubrieron sus antepa- 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sados y a estas tierras que ellos fertilizaron con su esfuerzo y su trabajo, en este caso 
el amor a nuestra propia patria. Y como tercer elemento, el deseo de no romper los 
lazos que a todos nos unen; sino por el contrario, fortalecerlos dentro de la paz, hacién- 
dolos más y más sólidos entre todos los elementos que constituyen la raza hispana. 

Adelante, pues, con el empeño, siempre adelante, y que todos vuestros esfuerzos, 
lo mismo los esfuerzos de los de allá, que los esfuerzos de los de acá, se encaminen a 
ser más y más grandes en la Historia Eterna las glorias de la raza porque su recuerdo 
ya no puede borrarse: lo perdurarán el descubrimiento de .América y las tradiciones y 
glorias de nuestros antepasados, que son nuestras propias glorías y nuestras propias 
tradiciones. (Grandes aplausos,) 

EL DR. ZAYDÍN 

Una gran ovación acoge al joven parlamentario. Exprésase insuperablemente, 
de aquesta brillante forma: 

Honorable señor Secretario de Estado, representante del Honorable señor Pre- 
sidente de la República; 

Excelentísimo señor Embajador de España, representante de su Majestad 
Alfonso XIII; 

Excelentísimos señores del Cuerpo Diplomático y Consular; 

Señor Gobernador Provincial; 

Señor Alcalde Municipal ; 

Señor Presidente del Centro Asturiano y señores Presidentes y representantes 
de los Centros Regionales, de la Colonia Española y de las Sociedades Cubanas; 

Autoridades; Señoras y Señores: 

Cuando hace apenas unas horas me comunicara con gentileza sin igual, el ilustre 
Presidente de esta gloriosa institución, señor Muñíz, y quien es alma y vida de la misma 
por el dinamismo espiritual de su intelecto y el temple acerado de su voluntad, su magní- 
fico Secretario señor Cima, el acuerdo adoptado por la Junta Directiva, confiriéndome 
la señalada distinción de que mi voz opaca en sus tonalidades, y mi palabra despro- 
vista de galanura, y mis conceptos improvisados en la barricada de la lucha por la vida* 
acometiese la forzada empresa de recoger en acto tan memorable como solemne de la 
inauguración de este monumento suntuoso, la expresión, real y acabada, del senti- 
miento y de la ideología nacional, significando al propio tiempo lo que representa para 
España, para Asturias y para Cuba, en el devenir de los tiempos, y en la etapa de las 
grandes efemérides, el acontecimiento que marca ¡a magna fecha de hoy en nuestra 
Historia, yo me sentí anonadado y perplejo, Anonadado sí, señoras y señores, porque 
hay honores que se le dispensan a uno en la vida pública, que por lo inesperado y lo 



EL IJBR.O DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


569 


imprevisto, por lo extraordinario y lo emotivo, por el concepto de la propia respon- 
sabilidad, y el límite que cada cual de nosotros tiene señalado como frontera de sus 
esfuerzos y de sus audacias, suelen producir en el corazón trémolos de angustia, en el 
cerebro inquietud mental, y en la conciencia el hórrido temor de defraudar la con- 
fianza y la ilusión que por espejismo de la simpatía o del férvido entusiasmo personal, 
hayan podido poner en la virtualidad de nuestro auténtico valor. De perplegidad, sí, 
de perplegidad porque hace tiempo yo leyera seducido por el halago que importaba a 
mis sentidos, a extremo de considerar que estoy soñando cuando por mor de las cir- 
cunstancias quien pensaba ser mero espectador se contempla íntimamente transfor- 
mado en desmedrado actor, que el mago de la tribuna española, periodista insigne, 
orador estupendo y maravilloso, Catedrático ilustre, asturiano por el nacimiento, el 
corazón y la visión majestuosa de sus ideas y de su verbo inflamado por el fuego de la 
divinidad: Melquíades Alvarez (aplausos) fuera la figura procer, única y soberana, 
que como un símbolo espiritual de la portentosa realidad, levantara en esta tribuna, 
su voz, la voz de Asturias, para que uniendo en sólida comunión el pensamiento y arran- 
cando al corazón la más sensible de sus melodías, al través de los mares, se elevara sobre 
las ondas del espacio, en fantástico viaje de circunvalación mundial, trasmitiendo en 
resonancia inmortal el ideal y el sentimiento de Asturias en España, y de los asturianos 
en Cuba. (Grandes aplausos). Así, en aquel ensueño, estimulado por el deseo y el 
anhelo, proyectó mi mente a manera de cinta cinematográfica el soberbio espectá- 
culo de este día; parecíame ya escuchar la palabra mágica que habría de conmover y 
sacudir y vibrar vuestras almas, porque ella caería, limpia y clara, tejiendo encajes de 
cristales luminosas al paso de los rayos solares de su entendimiento; como el agua de 
los manantiales al caer en las cañadas y en los ríos que entre El Eo y El Deva, cruzando 
el Narcea y el Nalón, riega las vegas, se quiebra entre las montañas, se despeña por los 
desfiladeros, inunda los valles, salpica los castaños y las pomaradas, y abre cabe la 
rivera, el remanso apacible y suave que parece hecho de conchas y arena, brillantes 

como plata, (Aplausos), Y su estro evocaría las etapas de vuestra historia regional, 

despertaría la añoranza de los días infantiles en que jugasteis entre las estribaciones 
pirin alcas hasta aquellas otras de Cabrales, y en que espíritus de aventura, forjadores 
de hazañas, contemplabais en la cumbre de vuestros montes, en la fronda de vuestros 
bosques y en el cauce atormentado o sereno de vuestros ríos, el sol de Cuba que se re- 
flejaba en irradiaciones del mañana, invitándoos a trasponer el océano para como nuevos 
conquistadores del afecto y de la simpatía, encontrar aquí abiertos los brazos hos- 
pitalarios, y virgen nuestra tierra a la caricia vuestra, y resuelto nuestro pueblo, en 
nobleza que resalta, a entregaros con su redención, el sentimiento de humanidad y de 
fraternidad, que como un tesoro derrocha en altruismo singular por magno vínculo de 
la raza. (Prolongados aplausos). 

Pero no fue así ; tronchada la ilusión de oir a Melquíades Alvarez, surgió el anuncio 
venturoso del príncipe de la tribuna cubana, del intemacionalista que no necesita adje* 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ti vos entre nosotros, de Antonio Sánchez de Bustamante ; él habría de ser quien reco- 
giese en nombre del pueblo y de la sociedad cubana, la significación extraordinaria 
de este acto T pero apenas abierta la corola de esta flor de ilusión, se marchitó la espe- 
ranza; y de aquí que para vuestra mala suerte, y para mí quebranto, yo deba susti- 
tuirlo como soldado en trinchera, pero que, infortunadamente no lleva como aquellos 
de Napoleón, en su cartuchera mental, el bastón de Mariscal de la oratoria, Y ahora, 
perdonadme, mi inquietud crece como aquellas aguas del Ni lo que se desbordan y 
cubren los campos del Egipto, porque frente a mí está sentado, modesto en su grandeza, 
el Cicerón nuestro, y yo debiera bajar inmediatamente de esta tribuna para cederle 
el paso y el puesto de honor a la gloria inmarcesible de nuestra oratoria Hispano-Cubana, 
al hombre que en las entrañas y en la médula tiene, por cruce maravilloso, marcado 
el símbolo de la ideología española y del sentimiento cubano; aquel, que es cumbre 
entre las cumbres, sol entre los soles; el doctor Rafael Montoro. (El público se pone 
en pié y ovaciona al Dr. Montoro). 

Españoles, Asturianos, Cubanos: Perdonadme, y echad sobre mi palabra desa- 
liñada e improvisada, la antigua y majestuosa capa de la hidalgía de la raza; y envol- 
vedme en ella, para que entre sus pliegues encuentre el calor de la benevolencia que 
necesito en esta hora para hilvanar mis conceptos y dominar la emoción que me sobre- 
coge por la suntuosidad del acto y del auditorio, en contraposición con la pobreza de 
mi léxico; y así intentaré realizar con la mejor voluntad y deseo el difícil cometido 
que ia Junta Directiva del Centro Asturiano, ha tenido a bien confiarme, como una dis- 
tinción im perdurable para mí recuerdo, para mi devoción y para mi gratitud 

¿Qué significan en nuestro país los Centros Regionales? ¿Qué trascendencia 
tienen en la formación social y nacional de Cuba estas instituciones, vigoroso expo- 
nente de la solidaridad y de la raza? ¿Qué han significado y que habrán de significar? 
Yo creo, y esa creencia mía la abonan en este momento con mayor seguridad aún, las 
expresiones que vertiera hace pocos instantes, el Ilustre Secretario de Estado y hombre 
publico, doctor Martínez Ortíz, que quizás, el único motivo que existe para que yo 
usurpe a los domadores del pensamiento y de la palabra esta hermosa justa, es el deseo 
de la Junta Directiva del Centro Asturiano de escoger para ello a un hombre de la 
nueva generación cubana, pero que a la vez fuera como un símbolo de las dos familias, 
de los dos sentimientos, de los dos ideales, que mezclan y confunden en un solo orga- 
nismo y en un solo abrazo de espiritualidad a España y a Cuba, (Aplausos), Y en verdad, 
si tal fue ía intención del Centro Asturiano, yo puedo sentirme orgulloso, porque soy 
genuino representante de ese idearium, y he proclamado siempre que soy de los cu- 
banos, y muy cubano, que sin arrogancias pero con civismo, sin alardes turiferarios 
pero con entereza ha pensado siempre y ha estimado como cuestión de principios, 
que para demostrar y justificar su patriotismo, no hay que propugnar hostilidad a la 
nación progenitura ni a los que con el esfuerzo y con el trabajo, con la inteligencia y 
la cultura, han propendido al progreso y a la civilización de nuestra república, (Aplausos), 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Por mis arterias circulan confundidas sangre española y sangre cubana; la que 
me ofrendara con su amor mi madre, de abolengo netamente cubano, de pura estirpe 
camagüeyana, que cuenta en su genealogía con antepasados que se remontan a la fun- 
dación de Puerto Príncipe por Vasco Porcayo, con varones ilustres por su saber y su 
heroísmo, por mujeres abnegadas y patriotas, que en tierra extraña armaron expedi- 
ciones para la conquista de la libertad, y en los campos de Cuba, los Loret de Mola, 
los Varonas y otros, hicieron florecer sobre la esmeralda de la campiña la roja amapola 
que nutrieron con su sangre, y sobre sus tumbas, algunas ignoradas, crece la siempre 
viva de! cariño y de la gratitud, porque a la cooperación de su esíuerzo , al sacrificio 
de sus vidas, al holocausto de sus intereses, al arranque nobilísimo de su valor, se debe 
en parte la fundación de esta gloriosa República de Cuba que yo amo con todos mis 
amores, y por la cual, en aras de su independencia y de su grandeza, dispuesto estoy 
siempre a todo renunciamiento y a todo sacrificio, (Prolongados aplausos). 

La Campana de la Demajagua que tocara en una alborada luminosa para la 
historia nuestra, Carlos Manuel de Céspedes, resonó como un eco de redención y de 
libertad en el cafetal y en la hacienda de mi bisabuelo, Carlos Loret de Mola, viejo 
patriota, forjada su alma en el yunque de la revolución francesa, que siguiendo el ejem- 
plo insigne del procer bay arnés, libertó también a sus esclavos y se sumó con sus hijos 
bravos cachorros, a la causa de la independencia de Cuba y hombres, y mujeres, y 
niños, se ofrendaron por la libertad de este pueblo. (Aplausos). Con los centauros de 
Ignacio Agramóme, cruzan la llamada impropiamente pampa camagüeyana, como 
intrépidos ayudantes suyos, dos tíos míos, Luis y Julio Loret de Mola, y cuando en 
singular combate peligra la vida del caudillo, y va a caer en el abismo trágico del des- 
tino, rápidos como flechas cruzan sobre sus corceles de guerra entre las filas españolas 
y salvan con sus cuerpos la vida egregia, y al caer su sangre salpica el cuerpo enérgico y 
vibrante del jefe, y al salvarlo, con su inmolación, salvan a la patria, y del rojo que tiñe 
la tierra fórmase una franja de la bandera cubana. (Aplausos). 

Cuando es necesario recordar el heroísmo de nuestros titanes, inflamar los co- 
razones, avivar los sentimientos, arrancar de nuestra epopeya alguno de sus episo- 
dios, surge enseguida, aquel Enrique Loret de Mola, bravo entre ios bravos, que un día 
de sol y rebeldía, arenga sus centauros, se lanza sobre la caballería española, la misma 
que se batió en Flandes, y Íes arrebata la bandera que en Lepante hiciera cubrirse 
de gloria don Juan de Austria. (Aplausos). Y mi abuelo Manuel Márquez Sterling en 
el Perú conquista el reconocimiento de la República en armas, y aquel otro tío Adolfo 
Márquez Sterling, escritor formidable y abogado de sólido renombre, levanta un mes 
tras otro mes, un año tras otro año, barricadas en su periódico, y es su pluma la que 
se bate por la libertad de Cuba. (Aplausos). 

Pero señoras y señores, también circula en mis venas sangre española, no de 
Asturias pero sí de Aragón, no de Oviedo ni de Gijón ni de Trubia, pero sí de Zaragoza y 
de Huesca y del señorío de mi nombre, y de Juseu, en que se alza todavía la vieja casa 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


solariega del siglo catorce, y perduran como recuerdo de grandeza pasada las ruinas 
dd castillo feudal de mis antepasados, colgadas como un nido de águilas en el picacho 
de la montaña. (Grandes aplausos,) 

Cubanos que me escucháis, alguna vez se me ha tildado por los que esconden 
la mala intención tras la ironía de la frase, de que yo en España he proclamado mi es- 
pañolismo, y aprovecho la tribuna del Centro Asturiano para decir: que todo cubano 
de origen español, legítimo y real, ha de sentirse orgulloso de evidenciarlo siempre, pues 
el que no venera a sus padres, niega a Dios y a la Patria. (Grandes aplausos.) 

Sí en Camagüey y en Oriente, mi sangre cubana se derramara por la libertad 
de Cuba, en Lérida, en Zaragoza, en las Navas de Tolos a, en el Dos de Mayo, donde 
quiera que la invasión trató de oprimir a la raza, mi sangre española se regó para con- 
quistar la libertad. Luego, señoras y señores, mis antepasados son los mismos hombres, 
con el mismo espíritu, con el mismo corazón, con la misma ideología, que en el devenir 
de los años conservan una propia estructura y una sola alma, parecen fundidos en el 
mismo troquel, parecen pertenecer a una misma generación; los de ayer y los de hoy 
son iguales, tienen las mismas ansias, se inspiran en los mismos ideales, han trabajado 
y luchado siempre, indómitos y rebeldes, por la consumación de las libertades y de la 
independencia de los pueblos, llámese España, llámese Cuba, ¡lámese Zaragoza o llá- 
mese Camagüey. (Ovación). 

Recordaba el Dr, Rodríguez, hace unos minutos, con su palabra fácil y elocuen- 
tísima, la Historia del Centro Asturiano, y escuchándolo, venía a mi mente ¡o que en un 
viaje hacia España me contara un asturiano tan reyoyo como cubano. Hace anos, 
que van para 41, un grupo de asturianos, al conjuro de la pluma de uno de aquellos 
periodistas que tienen página especial en nuestra historia, don Lucio Solís, Director 
entonces del “Heraldo de Asturias ", se reunían formando el grupo de los cincuenta, para 
constituir y organizar bajo la presidencia entusiasta y juvenil de don Antonio González 
Prado, lo que pudiera denominar célula progenitora de esta institución. Al año con- 
taban ya dos mil y pico de asociados, y hoy que celebramos éste éxito, si no me equivoco, 
sesenta mil personas figuran en sus listas, de los cuales veinte mil son cubanos tan le- 
gítimos como yo. (Aplausos). Y este recuerdo que yo traigo no es más que la expresión 
fiel y justa, de la historia dd pueblo asturiano Cuando )a invasión romana la última 
ciudad que cae en poder del Imperio es Asturica, hoy As torga, convertida por el domi- 
nador en Augusta; cuando la invasión musulmana irradió todos los valles y todos los 
campos y todas las montañas de España, es en Asturias donde una mujer bellísima, 
garrida moza, rubia como las espigas del maíz, como la sidra y como ei oro del sol cuando 
quiebra sus rayos al través del espacio azul, maltratada y vejada por los invasores, 
promueve entre los asturianos de Cangas de Onís el grito bravio, de honor y patriotismo, 
de vengar el agravio de la doncella, aquella doncella era España, era Asturias misma; 
y es así, como una mujer, es verbo e inspiración del heroísmo hispano que inicia la re- 
conquista en Covadonga, donde en la abertura de una roca se proclama primer Rey a 



_gi. JV3RO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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05110 DtíTAljIjE DE LA MSM A señorial y majestuosa escalera 

(Foto J. c, Argüélles) 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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Peí ayo, y es otra mujer de relieve brillantísimo e imponderable en la historia universal, 
Isabel la Católica, la que, recibe en Granada, la llave del último baluarte morisco, y 
alzando los pendones de Castilla y de Aragón forja la unidad de España, soberana e 
independiente ; y es la misma mujer sublime, que ante la miopía de los hombres, en- 
trega en rasgo de visión pro fótica, sus alhajas a Cristóbal (Tolón para que descubra el 
Nuevo Mundo, y le una a la civilización y a la humanidad, (Grandes aplausos). En las 
cuevas de Covadonga, allí donde el ímpetu de De va ruge como un cañón de gesta, allí 
donde el desfiladero está serpenteado por peñascos y sombreado por tilos, allí donde 
la naturaleza es abrupta, se recoge un grupo de asturianos para no acatar la dominación 
arábica, conservar las costumbres severas, salvar las peculiaridades y características 
de la raza y dar nacimiento a una monarquía nacional, fuerte y gloriosa, peleando por 
la libertad y por la independencia con el mismo coraje y con el mismo denuedo con que 
peleaban los cubanos en la manigua irreclenta. Por eso, siete siglos después, es Asturias, 
principado asturiano, como una satisfacción legítima y un laurel de conquista, de que 
herederos de reyes tengan el nombre y el título de Príncipe de Asturias. (Aplausos). 

El asturiano es sobrio, es trabajador, sabe del sacrificio y del amor a la tierra; 
en sus luchas y en sus empeños y en sus embates del vivir convierte la castaña en pan 
y la sidra en vino; frugal en sus comidas, tesonero en sus empresas, ama sobre todas 
las cosas la libertad y la justicia, el trabajo y la tierra. El asturiano es fuerte y la as- 
turiana es bella, el asturiano es perseverante y luchador, y la asturiana es maga de 
poesía. El asturiano es indómito y rebelde y la asturiana tiene en las profundidades 
y abismo de sus ojos algo tan indómito y tan rebelde com el propio .amor. (Grandes 
aplausos) . 

Pero Asturias tiene para mí como observación de estudios e investigaciones, 
esta señalada característica: El asturiano conserva sus tradiciones, sus costumbres, 

su psicología, sus bailes, su dialecto, pero no trata de desvincularse de España. Cuando 
de España se trata, sacrifica su dialecto, sus costumbres, sus tradiciones, sus bailes, su 
alma y su vida, para adoptar el idear i um de la patria común. (Grandes aplausos), 

Asturias, cuna de la independencia española; Asturias, raza indómita y rebelde; 
Asturias, reina legítima y blasón orgulloso de la nación española; Asturias, nunca ha 
pensado desligarse de España, sino que se ha unido y estrechado a su corazón y se ha 
fundido con su cerebro, para sentir y pensar con la patria, lo mismo en los días del 
combate, del fragor y de la pelea, de la inquietud y del dolor, de la agonía y del sacri- 
ficio, del martirio y del heroísmo, que en los días del éxito, del entusiasmo y de la 
gloria. (Ovación), Por eso es que cuando el asturiano emigra lleva a todas partes como 
semilla fértil izadora de cordialidad y de progreso, su amor a la libertad, al trabajo y 
a la tierra, que en la siembra venturosa recoge frutos de amor a la región, de amor a 
España y de amor a la nación que le abre sus brazos, al inmigrante que viene a con- 
tribuir con su esfuerzo y su inteligencia, al desarrollo de las actividades económicas 
e intelectivas y a confundirse con los naturales por e¡ vínculo de la mujer y Ja procrea- 



576 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


cíón de la especie, con la tierra que le diera alimento a sus necesidades y flores a sus 
ambiciones; por eso el asturiano nunca es elemento de perturbación, ni es inmigración 
indaseable, ni es gente que pueda intranquilizar a los gobiernos y a los pueblos; por 
el contrario; gobiernos y pueblos, especialmente de América, y entre ellos el de Cuba 
les abren las puertas de sus costas, que unas veces acaricia y otras azota el mar An- 
tillano, de par en par, y les invita no con gentileza, sino por necesidad para la forma- 
ción étnica de su estructura orgánica, que se confundan con los nuestros y ofrenden así 
a la Humanidad y a Cuba, hombres indómitos y rebeldes cuando de ía defensa de la 
libertad, del derecho y de la justicia se trate, pero amantes al propio tiempo de la raza, 
de la patria, del trabajo y de la tierra, para en empresa de cíclope esfuerzo, tauma- 
túrgica, sí se quiere, desenvolver las riquezas materiales y espirituales de Cuba a fin 
de vigorizar su poderío y ayudarla a ser en el mundo que España descubriera y con- 
quistara lo que por naturaleza es T perla única del florón republicano de la América, 
engendrada en las entrañas de la España de Covadonga y del Dos de Mayo, de ía Re- 
conquista y de las Cortes de Cádiz, y consagrada por el genio de Bolívar y de Martí, 
lo mismo en los picachos de los Andes, que en la cumbre de! Turquino, lo mismo en la 
cuenca del Amazonas, que en los ribazos del Cauto, (Prolongados aplausos). 

Asturianos; Hoy es un día de grandes emociones para vosotros; de intenso ro- 
manticismo; cada uno de vosotros sois como un símbolo de la Historia de Asturias; 
cada uno de vosotros sois un arquetipo de la raza; cada uno de vosotros sois una sín- 
tesis de su vida. Unidos, en conjunción de voluntades, habéis triunfado con la culmi- 
nación majestuosa de este edificio, pero habéis triunfado más aun por e! programa de 
cultura, de coop crac ion social, de dignificación protectora y de solidaridad espiritual 
que desarrolláis, y estad seguros, de que en esta hora de inefable regocijo, con vosotros 
se alegra también el alma cubana, (Aplausos). Cuando os retiréis de aquí, y al calor 
del hogar, con la mujercíta buena y sentimental, y con los hijos muy cubanos ya, em- 
pecéis a tejer con el hilo de la añoranza, la evocación de vuestros primeros años, se- 
guro estoy de que desfilarán, no solamente vuestros bosques, vuestros ríos y vuestras 
montañas, escenarios maravillosos de maravillosas epopeyas, sino también vuestras 
ciudades, vuestras villas, vuestras aldeas; y desfilarán Oviedo, Gijón, Aviles, Trubia, 
Cangas de Tinco, Sama, Llenes, Vegadeo, Rivadeseila, Villa viciosa, Lúa re a, Navla, 
Cangas de On is y Onís; con su recuerdo cruzará aquella pomarada olorosa y fresca, 
que embalsamó vuestro espíritu del primer amor, ya que en el castaño, cabe su cope, 
la madrecita buena, sosteniendo entre sus manos rugosas las cuentas del rosario, os dió 
al despediros para tierra de Cuba, su ultimo consejo, y en sus suspiros que inunda aun 
la inmensidad de vuestro ser, os trasmitió toda la fuerza de su amor, mientras la lá- 
grima que rompía el cristal de sus ojos, se elevaba hacía Dios como una plegaria que 
os redimiera para siempre de toda penalidad y de todo sufrimiento . . . (Aplausos). 

Cuando se visita a Oviedo, se destaca con mayor relieve aun esta síntesis que yo 
he hecho del carácter astur. El viajero que ha abierto las páginas de la historia llega 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 






EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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con unción, casi religiosa, a fas puertas de la ciudad de Alfonso el Magno; inquieto y 
buceador, anheloso de penetrar en el misterio de la civilización antigua y medía, pre- 
párase a recrear su espíritu, presiente la perspectiva visual en monumentos de grandeza 
que han recogido los anales de las crónicas, y cuál no será su sorpresa y su estupor, 
cuando ai cruzar sus calles, contempla una ciudad moderna en que el humo de las chi- 
meneas cubre el azúl del cielo, el ronco trepidar de las máquinas le habla de fábricas, 
de talleres y de industrias, y que apenas alguna huella señala las maravillas de aquellas 
civilizaciones que le dieron esplendor y resonancia; puede contempíar en su viaducto 
los cuarenta arcos de la construcción romana, algunos capiteles en su Universidad, al- 
gunos bajos relieves en su Casa Ayuntamiento, vestigios de la arquitectura gótica y 
bizantina en sus templos ; y cuando asombrado y perplejo pregunta al natural de Oviedo, 
qué se han hecho de sus abadías del Salvador, de Santa María y de San Miguel, qué se 
han hecho de sus monasterios, de sus castillos feudales, de sus antiguos palacios, qué 
se ha hecho de aquella civilización gótica, bizantina y romana, que en monumentos 
grandiosos perpetúa el recuerdo, contesta sonriente y satisfecho: en las guerras por 
la independencia de España, por la libertad de Asturias, se destruyeron y quemaron, 
y nosotros que no tendemos la vista hacia el pasado, más que para inyectar e influenciar 
nuestros espíritus, sabemos que la gloria de España y la prosperidad de Asturias, no 
está en el pretérito, sino en lo que preparemos en el presente para consagrarlo como 
una realidad en el futuro; y así estas fábricas y estas industrias que usted contempla son 
la España de hoy y ia España del mañana. (Aplausos). Y así Gijón, donde quiero apro- 
vechar la oportunidad para significarle a los cubanos que me escuchan lo orgullosos 
que debemos estar de que el principal capital que ha transformado esta ciudad, que 
ha creado sus industrias, que ha mercantil izado sus iniciativas y sus actividades, es 
cubano, nuestro, y que los españoles, que lo ganaron con su esfuerzo y su trabajo en 
nuestras tierras y que por añoranzas muy legítimas del corazón regresaron a la cuna 
del nacimiento, no se llaman ya españoles, ni indianos, se llaman cubanos porque con 
Cuba sueñan y con Cuba sienten y a Cuba vuelven, que es tal el calor de esta tierra 
que una vez que se experimenta no puede vivirse sin su amor, (Grandes aplausos). 

Aviles, conserva aún más que ninguna otra población asturiana, monumentos 
de arquitectura y del arte de la época gótica, de la que se llama el período segundo; 
hay más riqueza, menos severidad y más capricho; pero para mí, si Oviedo es asiento 
de ¡a libertad de España y su segunda capital después de Cangas de Onís que fue la 
primera, si Gijón es la ciudad industrial que comparte su cetro con Trubia, si Villa- 
viciosa es la comarca hermosísima, Aviles es la cuna de aquellas bellezas que cantara 
el poeta clásico, de las que avivan el alma y despiertan los sentidos. Belleza de mujer 
tan extraordinaria, de la que la cubana puede sentirse legítima heredera, que si las 
proezas y las epopeyas asturianas necesitan para su grandeza y su expresión y su numen 
a un Homero, la belleza aviles ina, requiere la conjunción astral de todos los poetas, 
pues aquél romántico Campoamor no dijo en sus versos todo lo que representa como 



580 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


tipo y como encanto, como hada y como ángel, como ninfa y como ensueño, como hechiza 
y como maravilla, que tal parece que Dios al escoger la seducción en la t érra la hizo 
mujer, mujer avilesina, asturiana, cubana. (Grandes aplausos). 

Por todo esto, señoras y señores, se explica fácilmente, que cuando Cuba trans- 
fórmase de colonia en república, y se opera el cambio de régimen político y surgen las 
nuevas instituciones, y las disciplinas jurídicas de Guáimaro y J imagua yú tienen su 
realidad en nuestra Carta Fundamental, el Centro Asturiano perdura, vive, se acre- 
cienta, progresa, conquista nuevas posiciones y capta mayores voluntades, y como 
en una mañana como hoy, tiene la satisfacción y la honra de izar las banderas de España 
y de Cuba sobre este monumento arquitectónico, gala de nuestra ciudad de la Habana, 
y que sin hipérbole podemos calificar como palacio suntuoso y magnífico. Este espí- 
ritu asturiano de amor a la libertad, a la justicia, al derecho, al trabajo, a la tierra^ 
se hace concebir y sentir en los momentos en que se agitan las pasiones, en los momentos 
en que rotas las cadenas materiales que ligaban a Cuba con España, se pretendía por 

algunos avivar en los corazones la fogata de odios y ren- 
cores, que había quedado sepultada en el océano a! bajar 
del Morro el pendón de Castilla y ondear el de la estrella 
solitaria, que la política de los españoles en Cuba era una 
sola, la misma que proclamara nuestro Apóstol Martí, 
fundirnos todos en el amor a la raza para construir sobre 
rocas inaccesibles a toda influencia extraña, la república 
soberana e independiente, (Grandes aplausos). Los as- 
turianos no hacen más que desenvolver en Cuba repu- 
blicana, la concepción ideológica de su política en la 
propia España. Allá ellos cuando de España se trata, 
olvidan inclusive, que son asturianos. Así aquí, cuando 
de Cuba se trata, olvidan inclusive, que son asturianos. 
Y en esta política hay que hacerle justicia a los demás 
centros regionales de Cuba; ellos se adaptan inmedia- 
tamente ai nuevo régimen, y se colocan como avanzadas de la nueva política que 
España, después del desastre deí 98, inicia y desarrolla en ei Continente americano, 
y son los españoles de Cuba la vanguardia de la reconquista espiritual de América, 
son los españoles de Cuba los primeros en marcar como ruta positiva de la civilización 
actual, el estrechar ios recíprocos vínculos comerciales entre España y América. 
(Grandiosa ovación ) 

En la decadencia del siglo pasado se debaten en España dos programas de po- 
lítica colonia) antagónicos en sus principios y en su esencia; de uno es porta-estandarte 
Cánovas del Castillo y tiene como lema "gastar el último hombre y la última peseta * 
para mantener el dominio material de las últimas posesiones en el Caribe; ei otro, se 



IX VICENTE FERNANDEZ 
RIAÍ5Ü, PRESIDENTE DE 
DA COMISION PRO-SAN A - 
TOHiO DE ASTURIAS, QUE 
F UN C ION A E N O V I R DO 



VESTIBULO DEL SALON DE FIESTAS, GRANDIOSA CONCRECION ARTISTICA, QUE SEDUCE 
POR SU ORIGINALIDAD Y HERMOSURA 


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(Foto A c. Argüelléa) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


583 


inspira en las orientaciones que el genio re i vindicador de Costa, el aragonés excelso, 
determinara como el ideal supremo de la nueva España, y que también sostuvieran con 
su palabra y su talento Pi Margal! , Salmerón y Cas telar, y que tuvo su foco en aquellos 
liberales que dignificaron el pensamiento en las Cortes de Cádiz, y que si no produjeron 
cuanto era de esperarse de sus impulsos románticos, de su fibra intelectual y de su 
acción pública, sin embargo, dejaron a Ja posteridad un semillero de ideas y de prin- 
cipios reconstructivos y renovadores, que a través de un siglo sacudiría la conciencia 
española para triunfar al cabo con los designios de una política internacional, despo- 
jada de ambiciones materiales, pero alumbrada por el fuego espiritual que habrá de 
devolver a la España de hoy, la grandeza, aun mayor, de la España de ayer. Las ideas 
liberales, alimentadas por los principios que proclamara la Revolución Francesa de 
1789, de igualdad, fraternidad y libertad, reconocen el derecho indiscutible de los pueblas 
al gobierno propio determinado por la voluntad de las mayorías* El mismo derecho 
que al través de los siglos ha mantenido la misma España en sus luchas por la recon- 
quista del territorio nacional y la expulsión de los invasores, ya sean estos romanos, 
godos, árabes o franceses, y por eso cuando los cachorros se convierten en leones y re- 
daman su independencia, el espíritu liberal de la madre patria, el del Cid Campeador o 
el de Daoiz y Velarde se levanta, vigoroso y solidario para vincularse a su derecho, 
y la noble leona, grande y magnífica, con gesto de épico romance, desangrada por 
sus propios hijos, se yergue sentimental y romántica, y con corazón de madre dice, 
al fin, a estos otros hijos de la América: Conservad vuestra independencia, consolidad 
vuestras instituciones políticas, flamead al orbe vuestras banderas, prended luminarias 
de civilización por doquier, pero cuando en vuestros senos, enardecidos y alegres, sin- 
táis el amor a la tierra y avivados por el recuerdo de la epopeya, robustecerse el espí- 
ritu de la patria, pensad en aquellas naves de Colón al surcar los mares desconocidos 
y misteriosos que abrieron un nuevo mundo a la civilización intercontinental, en aquel 
gesto de Hernán Cortés al quemar sus naves en Ver acruz para llevar al Imperio Azteca 
los ideales de la Europa, y en Fizar ro y en Almagro, lanzándose intrépidos y audaces 
por la región de los Incas, y contemplad como son los mismos que cruzan los Andes 
con San Martín y Bolívar y se cubren de gloria en A y acucho con Sucre y llegan con 
Maceo de Oriente a Remates de Guane; recordad la historia de España y pensad que 
los comuneros de Castilla os trasmiten sus mismos principios de libertad, y los sitios 
de Lérida y Zaragoza, los mismos heroísmos de la Bayamo inmortal ; meditad siempre 
en que los gérmenes ele libertad y de progreso, de reivindicación y de justicia, surgieron 
como hachones de luz de j a propia Madre Patria, Cubanos, Americanos del Sur y del 
Centro: aquellos que en vuestras venas y arterias corre la sangre española, cantad 
muy alto, y responded con orgullo a la Asturias de Jovellanos, de Toreno, de Campo- 
manes, de Camp oamor: España, es hoy, esp i ritual mente, la misma España de Carlos V, 

porque en ios dominios del corazón no se pone nunca el sol del amor a ella (Grandes 

aplausos). 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Cuando en 1809 los asturianos valientes, arrojados y temerarios, a las órdenes 
de Bárcenas y de Ballesteros, derrotan en la llamada guerra de la Independencia, a 
las huestes i n vaso ras de Ney, de Bossué y de Ke Hermán, lanzándolas del territorio 
que hollaran con sus plantas, la soberbia vencida primero en tierras de España, y su- 
cumbida después en Watterloo, de quien cayera por la osadía inconcebible de compa- 
rarse a Dios, según la frase de Víctor Hugo, el gobierno quiso perpetuar en alguna forma 
imperecedera aquella victoria sobre las huestes de Napoleón Roña parte, y a este fin, en 
[815, confirió la llamada Cruz de Asturias, incrustando en su círculo este lema: 'Asturias 
nunca vencida ', y hoy asturianos, que regocijados y satisfechos, entusiastas y alegres, 
os congregáis para celebrar el acontecimiento magnifico, extraordinario y grandioso 
de haber producido, en vuestro magno esfuerzo, en el mismo lugar en que un incendio 
destruyera vuestra antigua casa, este palacio que parece de cuentos de hadas, resu- 
citando así de entre las cenizas del dolor y del desastre, como nuevo Ave Fénix, el 
canto de piedra que eleváis altivos y orgullosos, podéis repetir el lema sagrado de: 
Asturias nunca vencida' 

Pero, cubanos que venis también a asociaros al placer y a la alegría de los astu- 
rianos; españoles que estáis aquí por solidaridad de cariño, de simpatía y de patria, 
decid como digo yo, que en el frontispicio de este palacio podíase colocar legítimamente, 
lo que debe ser escudo de Asturias, el lema de su medalla, pero en aquesta forma: "As- 
turias nunca vencida y en Cuba siempre vencedora por el cariño ’. Por la grandeza de 
esta institución, por la gloria eterna de Asturias, yo brindo con toda mi alma, uniéndola 
en un hossanna a la gloria y a la grandeza de mi Cuba republicana. (Los aplausos duran 
varios minutos y terminan en una aclamación esplendorosa). 

LA VOZ DE ESPAÑA 

Cuando el eco de los aplausos tributados al doctor Zaydin hubo cesado, el Exce- 
lentísimo señor don Francisco Gutiérrez Agüera, Embajador de España, dio lectura 
a las siguientes cuartillas: 

Nada más grato para mí que haber tenido la intensa satisf ación de inaugurar 
vuestro Palacio y de contemplar embelesado esta voluptuosa paganía de mármoles y 
bronces, de columnas y capiteles, de artesonados y pinturas que ofrecéis a la general ad- 
miración como maravillas de belleza florecidas al impulso de vuestra actividad creadora. 

Porque yo, en vuestro Palacio, veo algo más que su grandiosidad arquitectónica 
y su riqueza ornamental, con ser ambas de valer tan subido. 

En cada bloque de piedra, en cada viga de hierro, en cada grano de arena, con- 
templo el admirable espíritu de asociación, la suma fabulosa de esfuerzo, la formidable 
voluntad y el intenso amor que cada uno de vosotros, pobres y ricos, potentados y 
humildes, patronos y obreros, habéis puesto en esta obra gigantesca de abnegación, 
disciplina y voluntad. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


58 Í 



UN ASPECTO DEL SALON DE FIESTAS, COMPENDIO DE MAGNIFICENCIA ARQUITECTONICA, 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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No os habéis contentado con construir y sostener ese vuestro espléndido Santuario 
de La Covadonga en donde el dolor tiene su refugio y la ternura su albergue. Habéis 
querido también ofrecer al espíritu la misma panacea moral que otorgáis al cuerpo en 
vuestras desventuras físicas y, como por arte de encantamiento, lograsteis elevar para 
satisfacción de vuestro legítimo orgullo, sobre las ruinas de la antigua casona, devorada 
por el incendio, este soberbio edificio, testimonio perenne de vuestra grandeza colectiva. 

Estáis ofreciendo ante este hermoso país, albergue generoso y pródigo de vuestra 
labor y trabajo, el singular ejemplo de vuestro legendario proceden 

Allá en la nuestra España, fuisteis los primeros, con la epopeya del monte Euseva, 
en sacudir dominaciones extrañas, iniciando aquella formidable gesta de ]a Recon- 
quista que tuvo sus comienzos en la famosa Cueva de la Covadonga 

Dotados del carácter indómito del celta, de la fortaleza de cántabro, de la inteli- 
gencia del visigodo y del espíritu independiente y altivo de las primitivas razas rebeldes 
a toda imposición, vencisteis extraños yugos con vuestra constan- 
cia, vuestro entusiasmo y vuestro valor, 

Y no es extraño que llena vuestra Asturias de tradiciones y 
recuerdos históricos, se refleje en vosotros la legendaria manera 
de ser de las pasadas, épocas, de igual modo que vuestro bable de 
tan singular relieve en la pureza de su etimología, ofrece con su 
cadencia rítmica e inflexiones sonoras el testimonio irrecusable 
de vuestro abolengo. 

Yo siento un verdadero orgullo en proclamar en este momento 
solemne que los que como vosotros habéis sabido seleccionar en 
el crisol de los siglos, entre tantos tesoros de experiencia, un tan 
elevado concepto de la vida, sois merecedores de que un Palacio 
como éste que inauguramos hoy, sea testimonio perenne de vues^ 
tra robusta personalidad. Y que con piedra traída de la montaña histórica y labrada 
por el Cabildo de Covadonga como símbolo de aquel espíritu cristiano que animara a 
las huestes de don Pelayo ha de representar para todos los españoles la tenacidad en el 
empeño de mantener con el mayor prestigio y con la mayor espiritual devoción, el 
santo amor a España, 

S* M. el Rey y e! Gobierno de nuestra Patria, me han confiado el cargo expreso 
de hacerles partícipes de la satisfacción que todos experimentamos en estos instantes 
y su deseo vehemente de que cada día sean mayores los progresos y ios triunfos de los 
asturianos en Cuba. 

He terminado. 

El señor Gutiérrez de Agüera escuchó intensa ovación. 



l>, JOSE FERNAN- 
DEZ CASTRO, 
MIEMBRO DE LA 
MISMA COMISION 
P R O -S AN A TORIO 
DE OVIEDO 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


LA RECEPCIÓN DE LAS DELEGACIONES 


A las tres de la tarde se efectuó en el gran salón de fiestas la recepción organizada 
en honor de los representantes de las Delegaciones del Centro en el interior de la Repú- 
blica, bajo la presidencia de don Luis Muñiz Blanco, en su carácter de presidente 
de la Sección de Propaganda, a quien acompañaban en la mesa el presidente de la De- 
legación de New York, D. Sergio González; los expresidentes de la mencionada Sección 
de Propaganda, D, Antonio Méndez Méndez, don José R. Muñiz y D. Faustino Grana; 
el Secretario de la Sección D, José Ma, Fernández; el vocal nato D. Maximino Fernández 
y González y otros señores. 

Concurrieron al acto los representantes y facultativos de 98 Delegaciones, casi 
todas las que componen nuestra Sociedad. 


D. Luis Muñiz, que presidía, dirigióles cortés saludo, agradeciéndoles su presencia* 
tanto más valiosa cuanto que no desconocía el sacrificio que representaba para muchos 
hadarse presentes en día tan feliz del Centro Asturiano, Y a continuación D, Sergio 



D. HILARIO MUÑIS 
DIAZ, VOCAL DE 
LA COMISION PRO- 
SANATORIO QUE 
ACTUA EN OVIEDO 


González, de New York, cuya Delegación preside, dirige breves 
frases a la concurrencia, felicitándose de encontrarse junto a los 
compañeros que representan los demás núcleos sociales, y reafir- 
ma su decisión de trabajar allá, en Norte América para que las 
energías se multipliquen y la prosperidad descienda sobre aquel 
grupo de conterráneos que aspira a obtener grandes triunfos en 
honor del Centro Asturiano de la Habana, 

D Antonio Méndez Méndez .—Habí a de la labor llevada a 
cabo por las distintas Delegaciones; dedica un recuerdo cariñoso 
a todas por la ayuda que le prestaron cuando él tuvo el honor 
de ser presidente de Propaganda y singularmente para aquellos 
que le ayudaron a crear nuevas Delegaciones en dicho período. 
Alude a la importada que en la vida social alcanzan estos orga- 


nismos y refiérese al Sanatorio en Asturias, cuya obra es preciso impulsar decisivamente. 


El Sr. Méndez convence y emociona y arranca cálidos aplausos. 


D. Faustino Grana García — Con la lógica y parvedad que le caracterizan hace 
uso de la palabra afirmando que el Centro ha resuelto un problema y ahora tiene que 
laborar en firme para resolver los que faltan, siendo algunos muy importantes para el 
orden económico y social. 


Se refiere a la protección a la mujer y toca otros temas con la maestría peculiar 


en él. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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EL HI3MO MARAVILLOSO SALON, CONTEMPLADO DESDE OTRO ANGULO 

(Foto J, C. Arguelles) 



FX LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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D. Maximino Fernández González. — A petición de ios concurrentes levántase 
don Maximino Fernández y González, el que comienza lamentando que se le obligue 
a hablar, pues sus condiciones de salud no le permiten estar a la altura de los mereci- 
mientos de los oyentes, ni a la altura del Centro Asturiano en este día. 

Pondera los sentimientos de gratitud que vibran en loor del Centro, tan gratos 
a los asturianos, a los que la hermosura de este país les habla de las bellezas de Astu- 
rias. Dice que se confunden los amores de Cuba y España en sus corazones, y que dentro 
de España anidan los de Asturias, tan querida de todos. 

Se refiere cariñosamente a los fundadores, para los que ha de perdurar eterna- 
mente el recuerdo lo mismo en los que les precedieron que en los que vengan mañana, 
pues no se borrará jamás ei amor étnico de la historio de la institución cuyo Palacio 
se acaba de inaugurar. 

Dice que la obra es producto de una lucha de titanes, cuyo esfuerzo acaso no se 
estime en lo que vale y representa, como el heredero no conoce jamás el esfuerzo de su 
antecesor al reunir la fortuna que recibe, fruto de un trabajo enorme. 

Dedica un bello párrafo al recuerdo de los caídos, que si sienten algo los latidos 
de la vida, estarán orgullosos de la obra de sus continuadores, pues cumplieron afian- 
zando los ideales de aquéllos. Habla de las bellezas del Palacio, de los problemas eco- 
nómicos a que tendrá que hacerse frente, pero confía en que todo marchará a su fina- 
lidad, y que así como los fundadores triunfaron, los que hoy tienen en sus manos la 
obra alcanzarán también la victoria. 

D. Maximino, que escaló como siempre, la cúspide de la inspiración, fue ova- 
ción adísimo. 

UN LUNCH 

Después se trasladaron al Salón de la Cantina y recorrieron todas las dependen- 
cias, sirviéndose un lunch en el salón de juegos de ajedrez y tresillo. La Banda Militar 
de la Marina Nacional realzó la fiesta. 

A LA CGVADOMGA 

Desde el Palacio se trasladaron a la Covadonga. En ésta fueron recibidos por el 
director facultativo doctor Varona; el doctor Fresno, subdirector, y cuerpo médico; 
el administrador, señor García Méndez; el subadministrador, señor Llanos y demás 
personal ; por el presidente de la Sección de Sanidad D. Manuel Pérez Tárano y sus 
compañeros de Sección; por los vicepresidentes don José A. Palacio y don José Simón 
y los miembros de la Directiva; amén de distinguidas personalidades de la colonia. 


592 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En el Salón de Actos les dio la bienvenida el doctor Varona, brindando a los com- 
pañeros de las Delegaciones, cuanto pudieran necesitar para su labor de los laboratorios 
y gabinetes de Rayos X de la casa en beneficio de los socios y de la profesión, que cuando 
quisieran podían venir a realizar estudios, cambiar impresiones con sus compañeros de 
la Quinta, y finalmente les invitó para que acompañados del personal facultativo 
recorrieran las salas de las especialidades que quisieran, pues aquellos podrían in- 
formarles de todo. 

D. Manuel Pérez Tarano agradeció a las médicos y delegados su visita, reco- 
mendándoles que minuciosamente recorriesen el Sanatorio a fin de que llevaran a 
ios socios del interior, voces de aliento y de entusiasmo, la verdad de la misión 
que allí se cumple y como se atiende el enfermo, al objeto de que convencidos de la 
obra social que se ejecuta con el concurso de todos, fuese cada día mayor su interés por 
la prosperidad y grandeza del Centro Asturiano. 



D. JESUS FERNAN- 
DEZ DIAZ. L>E LA 
COMISION PRO- 
S A N ATOfl I O EN 
OVIEDO 


Y tras esto tan grato y sugeridor, médicos y delegados visi- 
taron el Sanatorio, que muchos ya conocían, ponderándolo en tér- 
minos vehementes y apasionados. 

A LA NOCHE 


Las puertas del Centro fueron abiertas de par en par; encen- 
didas las coruscantes lámparas, que derramaban sobre la calle 
torrentes de plata, y una multitud enorme en lento, inacabable 
desfile, multitud densa, compacta, poseída de inusitado entu- 
siasmo, invadió nuestra casa, en la que orquestas y bandas de 
música ponían ia sonoridad de sus notas. 


epilogo 


Dura fue la brega; pero, al fin, el Palacio está hecho e inaugurado. Es nuestro 
blasón, nuestro himno inmortal de piedra , que dirá a las generaciones venideras como 
dice a las presentes: Esta es Asturias y esta vuestra morada: Pasad adelante. 

No transcurre año sin que la muerte, inexorable y fatal, produzca en nuestras 
filas sensibles dol orosísimas bajas, como complaciéndose en arrebatarnos asociados que 
nos son justificadamente queridos y útiles. 

Tal don Eduardo González Bobes, orador magnífico, hombre culto, espíritu 
selecto, que ha laborado intensa y activamente en pro de la asociación; que pasó por 
diversos puestos directivos; que figuró en múltiples comisiones; que hizo oir su verbo 
inspirado y grandilocuente en gayas fiestas y en ardorosas asambleas populares; que fué 
nervio y músculo de altas, briosas y viriles campañas sociales, A fines de Septiembre, 
en día memorable para su ovetensismo: el 21, festividad de San Mateo — apagáronse 
aquellos escrutadores ojos y cesó de latir aquel corazón generoso. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


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S QUE, CON OTRAS DOS DE 
N NUMERABLES DE MENOR 
1GANCIA, QUE LE DECORAN, 
NACION Y GRANDEZA 

{Foto J. C. Arguelles) 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


595 


González Bobes, por la amplitud de su cerebro y la integridad de sus ideas; por el 
ardor conque desde niño casi intervino en nuestros problemas, ocupaba relevante po- 
sición, conceptuándosele uno de los “leaders" más ponderados e inteligentes. Pasarán 
muchos años antes de que su recuerdo se diluya en la vorágine del tiempo. Para evocarle 
quedan aquí, en estas páginas, afortunadas iniciativas suyas, como la de declarar fiesta 
del Centro Asturiano el 12 de Octubre, día de la Raza, solemnizándolo con una velada 
literaria. 

También perdimos a don Víctor A, López. Todos le recordaréis: era un anciano 
de gallarda presencia, que figuró mucho y muy merecidamente en la Junta Directiva, 
ocupando diversos puestos. Destacábase por su laboriosidad, claro y recto juicio, vigo- 
rosa inteligencia y maneras delicadas y afables. 

Otra defunción, asaz lamentable, fue la de don Guillermo de la Riestra Sarasúa. 
ovetense, que acertó a sobresalir por su ilustración y su bondad, habiendo actuado en 
la Junta de Gobierno y Secciones con personalidad y relieve propios. 

Estaba aun en plena juventud y de su madurez intelectual cabía esperar esplén- 
didos frutos para honor y satisfacción de los suyos y prestigio del Centro Asturiano, 
de! que era uno de sus más leales, generosos y entusiastas panegiristas. 

Los asociados nuevos ven caer estos luchadores sin sentir en el espíritu el fuego 
de la congoja, indiferentes casi siempre ante esas vidas que sólo alentaron por la gran- 
deza del Centro. Y será ello, no lo dudamos, signo de los días actuales excesivamente 
frívolos y fugaces, pero no lo es menos de un síntoma fatal, que acabará por matar 
toda noble ambición y todo fecundo empeño. 

Otras pérdidas, también muy sensibles, registramos: la de ios Socios Funda- 
dores D. José García Mata y D, Manuel Rodríguez García. 

Paz a sus restos y bendiciones a su memoria. 


Dediquemos un recuerdo, en sección aparte y exprofeso hecha para él, a otro 
muerto ilustre, al Licenciado don Ramón Fernández y del Llano, expresidente, Pre- 
sidente de Honor y Socio Fundador. 

En ocasión de celebrarse la solemnidad inaugural de! Palacio, advertimos que 
faltaba en ella la figura simpática, llena de prestancia, del Presidente de Honor. Es 
que está enfermo — se nos dijo — aclarando la ausencia de don Ramón. Sí, D. Ramón 
yacía en aquellas horas en una cama de la Covadonga, abatido, sin esperanzas de alivio. 
Y de allí no salió sino para el triste, inexorable viaje postrero, que todos hemos de em- 
prender algún día. 

La muerte realza la personalidad de este hombre, de gran significación en nuestra 
colonia, que pasó por la tierra desgranando donaires y que supo tomar de la vida sus 
facetas más risueñas. Acaso^ en el fondo, fuese un esceptico y un triste; pero, si lo ha 


596 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


sido, acertó a disimularlo siempre, sonriendo constantemente, brindando a diario el 
halago de su conversación salpimentada de gracejo y siendo un niño grande, amable, 
dadivoso, amenísimo, propicio a efusividades. 

Por sus méritos sociales, honrárnosle y nos honramos concediéndole el título de 
Presidente de Honor, nuestra máxima distinción. El presidía ía Sociedad el año 1918, 
cuando sobrevino el incendio que nos dejó sin albergue propio, y gracias en parte a su 
serenidad y a su dominio de las leyes, salvamos dignamente aquella situación y ven- 
c irnos luego con idéntica fortuna, las consecuencias de la crisis económica como re- 
saltado de la paz mundial. Y antes — no se olvide que era Socio Fundador’ — y después, 
ya concluido su dilatado período de gobierno, continuó interviniendo en los problemas 
del Centro y apasionándose extraordinariamente por algunos, como el de la construc- 
ción del edificio, en que mantuvo inflexible y recto el criterio de que no debía hacerse 
sino un verdadero Palacio, sin teatro. Y esta opinión fue la que a J cabo prevaleció. 

El Sr. Llano falleció el 26 de Diciembre, siendo tendido su cadáver en el salón 
principal del Centro, donde se le rindieron guardias de honor por la Directiva en pleno, 
miembros de las Secciones, empleados de la Secretaría, amigos y deudos,.... Y el 27, 
en horas de la tarde — tarde grisácea, neblinosa, con frecuentes chubascos — allá fuimos 
en inacabable manifestación de duelo, acompañando sus restos hasta el Cementerio, 
cuantos 1c queríamos y le admirábamos: La colonia asturiana en su totalidad y selecto 
núcleo de las demás colonias regionales españolas, así como brillante representación 
de la sociedad habanera a la que estaba vinculado. 

Sirvan estas líneas de postumo homenaje a tan esclarecido conterráneo, cuyo 
corazón palpitó de continuo por la grandeza y honor del Centro Asturiano, 


Las Comisiones de Glosa han estado formadas así : 

Primer trimestre, D. Víctor García Lorenzo, D. Francisco Vega García, don 
Antonio Sierra Pérez, don Fermín Suárez Castaño y don José Inclán Suárez. 

Segundo trimestre, don Miguel Junco Llano, don Constantino Junco Sordo, don 
Maximino Pérez Pérez, don Basilio Fernández Solís y don Germán Gómez Fernández. 

Tercer trimestre, don Faustino Grana García, don Maximino Rodríguez Avila, 
don Manuel Rodríguez Suárez, doctor don Manuel González Menéndez y don Manuel 
Romano Mendoza. 

Cuarto trimestre, don Carlos Fernández Méndez, don Adolfo F. de Arriba, don 
José Llamedo de la Vega, don Mauricio de Arriba Rendueles y don Higinio Menes. 


La Delegación de New York, ya constituida y funcionando brillantemente, crece 
de día en día, tanto que aquellos entusiastas paisanos hánse dado a pensar en la con- 
veniencia de tener, igual que los de Tampa, su Casa de Salud propia. Quizás no tarden 
mucho en satisfacer ese legítimo anhelo, pues que les acompaña un espíritu animoso 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


597 



GALERIA SOBRE LA ESCALERA DE HONOR, CON LA POLICROMADA 
CLARABOYA EN QUE APARECEN LAS NAOS COLOMBINAS, AL VIENTO 
DEL ATLANTICO COMBADAS SUS VELAS, ARRIBANDO AL NUEVO MUNDO 


(Foto J. C, ArgüeUes) 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


599 


y patriótico, vencedor de obstáculos, por muy insuperables que se presenten. El caso 
es que lo que se inició a virtud de espontáneas gestiones, y por tanto, más plausibles, del 
batallador coasociado don Armenio La Villa, está adquiriendo insospechada grandeza 
y definitiva estabilidad, para orgullo de nuestro Centro que vé ensancharse así su in- 
fluencia moral y material, que, en síntesis, es pujanza y fortaleza española. 

Preside la Delegación don Sergio González, carácter entero y liberal, de gran pre- 
dicamento entre los españoles e hispa no-americanos residentes en la metrópoli yanqui 
Lleguen hasta él y sus colaboradores nuestras voces de estímulo y nuestros votos porque 
perseverando en la asociación, den cima al magno programa que, a manera de lábaro, 
les ha hecho buscarse y crear tan pujante rama de nuestro Centro. Con Sanatorio y 
con oficinas bien instaladas, la casa de Asturias en New York tendrá un alto valor ideo- 
lógico y una fuerza incontrastable, pues que habrá de servir de lazo de unión entre 
cuantos aman y oran en español, allí residentes, hoy abandonados a sus propias fuerzas 
y en medio por completo extraño. 


Gallegos y asturianos hemos confraternizado nuevamente, muy de corazón, a 
pocos dias de haber abandonado nosotros aquella noble, acogedora, amorosa Casa de 
Galicia donde durante nueve años, protegidos por la hidalguía de los hijos de Suevía, 
tuvimos instalada nuestra residencia oficial. 

Debióse ello a una oportuna, feliz iniciativa de D. Luis R. Rodríguez» ese for- 
midable espíritu efusivo» tan inteligentemente alerta siempre en cuanto afecta a nuestra 
colectividad. Estaba reunida la Junta General por vez primera en el nuevo palacio: 
tarde del 23 de Octubre. Todavía muchos socios absortos y suspensos ante la belleza 
del lugar que no contemplaran hasta entonces no habían tomado asiento, cuando se 
oyó la voz, matizada de emoción, del culto y distinguido paisano. 

Lo reseña así, mejor que pudiéramos hacerlo nosotros, un popular cronista: 

Una vez que se le dio lectura a la convocatoria y a propuesta del señor Luis R. 
Rodríguez, la junta general por unanimidad y puesta de pié tomó el acuerdo de que una 
comisión del seno de la misma ponga en manos deí Presidente deí Muy Ilustre Centro 
Gallego, señor Jesús María Bouza, un mensaje de gratitud de los socios del Centro 
hada esa colectividad hermana, no solo por ía amorosa acogida que le dispensó al Centro 
Asturiano en situación tan difícil como lo fue aquella en que las llamas redujeron a 
cenizas y a escombros la casa social, sino también por las deferencias de toda índole, 
que se han venido recibiendo durante los nueve años en que esa entidad asturiana tuvo 
instaladas sus oficinas en la Casa de Galicia, 

A propuesta también del señor Luis R. Rodríguez, se acordó que en lugar apropiado 
del palacio social sea colocada una tarja de bronce en la que se hagan constar la fecha 
en que ocurrió el incendio, aquella en que fueron instaladas las oficinas en el Centro 
Gallego y la que corresponde a la instalación de las dependencias sociales en la Casa 
de Asturias". 



ÓOQ 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA RABANA 


El primer acuerdo ya tuvo cumplimiento. Nuestro presidente Sr. Muñiz y varios 
directivos y altos funcionarios de Ja Sociedad pasaron al Palacio gallego, donde se les 
acogió con aquella llaneza y amabilidad que hacen de ios gallegos prototipo de caballeros 
Y entre visitantes y visitados cruzáronse cariciosas, fraternas palabras, salutaciones 
que surgían de lo hondo del alma, anudándose más sólidamente los lazos de raza y 
patria. Nuestra gratitud — les dijimos en definitiva, de palabra y por escrito — será 
eterna Galicia y sus hijos reinan en el corazón de los asturianos. 

Días después, el honorable Comité Ejecutivo det Centro Gallego visitaba, en 
reciprocidad de sentimientos, nuestra casa. Y nuestros brazos se abrieron amorosos 
para darles la bienvenida a tan ilustres heraldos de la hermana Galicia. 

Nos separamos en lo material; pero en espíritu, estamos cada vez más identi- 
ficados. El Centro Gallego es Centro Asturiano. El Centro Asturiano es Centro Gallego. 
Que así debemos vivir siempre quienes nacimos en la misma gloriosa tierra y tenemos 
mellizos sentimientos y aspiraciones, Todo por España y para España. 


El Sanatorio de Asturias está aproximándose, en estas horas ultimas de 1927, 
a definitiva concreción. Viejo anhelo que el tiempo fue avivando, halló el año anterior 
y en parte también en éste, el soplo vital que habría de traducir en una acción rápida, 
vigorosa y firme, lo que sólo era vago y generoso propósito, dulce esperanza, ilusión 
de espíritus tenidos por utópicos. La utopía de ayer, es hoy un hecho evidente: ya ha 
sido adquirida en Oviedo, cabe el Monte Naranco, frente a la bella y señorial ciudad 
que Clarín llamara Vetusta, la pradería en que serán edificados los pabellones de la 
naciente Casa de Salud. 

Todo va por caminos y cauces lisos, llanos, expeditos, gracias a que nos alumbra 
y guía la más tesonera y recta de las voluntades. Nadie, en esta obra augusta del pa- 
triot í $m o a stu ri an o , rehu y e su con cu rso . Nad i e , n i por exc epc i ón , m uest ra d i se r epanc i a 
Aunáronse como soldadas a fuego las voluntades y la empresa tuvo desde el primer 
día la más exaltada y fecunda solidaridad, coadyuvando a su éxito absolutamente todos 
nuestros conterráneos desde los más empingorotados y opulentos a los más modestos 
y humildes. 

Ahí están, proclamándolo, las listas de donativos, compactas, densas, en que 
junto al óbolo del obrero, de la infeliz sirviente, de la humilde ama de casa, aparece 
el del hombre afortunado y rico, el del oficinista, el del sufrido bodeguero.... Nombres 
que pasarán a las páginas áureas y tersas de un gran Libro de Honor que, a fin de que 
no sean olvidados, habrá de confeccionarse, guardándole en historiada vitrina de genuína 
factura española. 

Aquí en Cuba, donde más directamente se siente y comprende la necesidad de 
este nuevo Sanatorio, no admira que hallase tan unánime y eficaz concurso. Lo que 
conmueve, sorprende y gana nuestro corazón, inundándolo de gratitud, es advertir 








LA MISMA CLARABOYA EMPLOMALA, OBBA DE ALTO VALOR ARTISTICO Y PATRIOTICA SIGNIFICACION 


HONRA DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA 



i Foto .í. C. Arguelles) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL. LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


603 


qué poderosos estímulos recibimos de Asturias, con qué dulces y acariciadores concentos 
nos hablan aquellas autoridades, principalmente la Diputación provincial que, amén 
de disponer un crédito de 50,000 pesetas, dirigió una circular a ios Ayuntamientos 
instándoles a contribuir a la colecta por ella gallardamente encabezada y exponiéndoles 
las ventajas que habrá de reportar a la salubridad de la región que sea creado el Sana- 
torio, a fin de recoger y amparar a los enfermas del pecho y de otras afecciones tras- 
misibles que el Centro Asturiano de la 1 tabana repatría y que al esparcirse por sus res- 
pectivos pueblos, llevan hasta los más apartados lugares, tenidos muchos en concepto 
de altamente salutíferos, e! contagio de sus dolencias adquiridas en ios trópicos. Y al 
citar a la Diputación no es posible que pasemos más adelante sin traer a estas líneas 
el nombre de su ilustre presidente, D. Nicanor de las Alas Fumar íño, alma selecta, vo- 
luntad generosa, inteligencia despierta en quien encontramos una tan leal, sincera 
compenetración y un tan eficaz, fuerte, sólido apoyo que juzgamos inexpresivas, torpes - 
sin relieve ni color cuantas frases laudatorias pugnan por saltar a nuestra pluma a fin 
de expresarle el afecto que le debemos por su franca, amicísima y entusiasta coopera- 
ción. Llegúele la trémula, emocionada voz de los asturianos de Cuba en forma sencilla, 
como surge de lo hondo y musitan los labios; Gracias, muchas gracias. 

La Diputación en primer término, y los Ayuntamientos principales, secundan 
nuestro esfuerzo y contribuyen a su éxito con desinterés y espontaneidad. Y lo mismo 
diversas corporaciones y entidades particulares, que percatadas del fin altruista que 
perseguimos, hánse puesto a nuestro lado y sumado a las listas de adheridos. La sus- 
cripción de allá promete ser tan cuantiosa, o más que las de Cuba y l ampa. 

También recibimos gratas nuevas de la Argentina y Uruguay, cuyos núcleos 
asturianos, en fecunda identificación con nosotros, se han apresurado a suscribir sendas 
cantidades y a brindarnos su apoyo. 

No estamos solos. Nuestro rasgo de af ilinación social llevando hasta Asturias, 
que tanto las ha menester, las ventajas del mutualismo que practicamos, despierta 
fervorosos aplausos y concita unánimes simpatías. Porque ai oír nuestra demanda, 
se interrogan ias gentes: — ¿Qué quiere el Centro Asturiano de la Habana? ¿A qué 
aspira?— Sencillamente, a ensanchar su esfera de acción, estableciendo en la tierrína 
una prolongación de su casa social y de su Quinta Covadonga, es decir, ofreciendo a 
los indianos allá retirados y a cuantos se le adhieran, un dilecto, acogedor lugar de 
cultura y recreo y un amoroso, muelle refugio, si lo apetecen y necesitan, en las horas 
tristes de enfermedad y abatimiento. Y por sobre todo eso, que es tan humano y fra- 
terno, el proyecto básico, la intención máxima, el santo empeño del Sanatorio que 
evite e! éxodo luctuoso de los tísicos regados por aldeas y quintanas, por ciudades y 
villas, de cuantos tornan de Cuba a aquellos pueblos de égloga y salud minado su or- 
ganismo por crueles enfermedades. Los que regresen de aquí como los que allá se acojan 
a nuestro postulado, todos hallarán calor de hogar, cariño de hermanos, reciprocidad 
de amigos, limpia mesa y blando lecho, consuelos espirituales y bienes materiales. 



604 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La tuberculosis es, en nuestra provincia, terrible flagelo, pavorosa pandemia, 
la más mortífera de la afecciones, y el Centro Asturiano aspira a ser la avanzada que 
destaque Asturias en su lucha contra el bacilo de Koch. A combatirle vamos con las 
armas modernas de la terapéutica y de una voluntad irreductible alentada por millares 
de corazones patriotas y abnegados. 


Y estas ideas llegan al gran público asturiano, las percibe el pueblo que, con su 
fino instinto compréndelas nobles y elevadas, y día a día ganan adeptos y suman 
propagandistas y apóstoles que facilitan nuestra labor y aceleran la implantación y 
realidad del proyecto. 



Podemos enorgullecemos, estar satisfechas, plenamente satisfechos de cómo todo 
en esta empresa concurre al mismo fin de hacerla practicable. Caminamos de acierto 
en acierto; presídenos, guíanos, una a modo de clarividencia que nos permite escojer 

con raro, singular tino, los hombres aptos para llevarla a 
cabo. Aceptada por la junta General la urgencia de es- 
tablecer en Asturias el Sanatorio, se pensó que sólo dos, 
tres, media docena acaso de socios, aceptarían y conduci- 
rían el propósito juzgado dificilísimo, casi imposible, a vías 
de hecho. E incontinenti, aparecieron en todos los labios 
en pasmosa simultaneidad de criterio, los nombres de don 
Luis R. Rodríguez, don Benjamín Menéndez García, don 
Antonio Arango y otros, como los únicos capaces de to- 
mar a su cargo la empresa y no sentir nunca desalientos ni 
desmayos, Convengamos en que, aparte de los antece- 
dentes de los tres y de los demás que componen la Comi- 
sión Pro-Sanatorio, hubo mucho de intuitivo- — ¿y por qué 
no decirlo? — de providencial en la elección. 


D. CALIXTO LOPEZ. UN 
TIEMPO MIEMBRO DESTA- 
CADO DE LA DIRECTIVA 


El pueblo no suele equivocarse. Y así en este caso, con estupenda lucidez, quiso 
que dichos señores fuesen designados miembros principales de ella, persuadido de que 
habrían de aportar a la misma su formidable temperamento de luchadores, su conta- 
gioso entusiasmo, su comunicativa actividad, su tesón y fortaleza. 

Aportaron, siguen aportando mucho más. Noche a noche, desde que surgió la 
iniciativa, se les vé en el Centro cambiando impresiones, estudiando procedimientos 
de propaganda, preocupándose de aumentar la recaudación.... No es posible pedir más 
diligencia, mayor acuciosidad, más invulnerable constancia que la de don Luis R. Ro- 
dríguez y don Benjamín Menéndez García, presidente y secretario de la Comisión, en 
quienes está vinculada toda la labor, por lo menos la de más responsabilidad y trabajo. 


Bien que les secundan otros hombre mcritísimos, como los 5 res. Acevedo (don 
Genaro), Méndez y Méndez (don Antonio), Menéndez (don Valentín), Cortina (don 
Faustino) Martínez jardón (don Nicasio), Muñiz Blanco (don Luis), Suárez Castaño 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


605 





11111 




DETALLE DE DA DECORACION PICTORICA DEL SALON DE FIESTAS, 
EVOCANDO EL TRIUNFO DE LOS NUESTROS SOBRE LA MORISMA 

EN COVADONGA 


(Foto J H C Argüelles) 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


607 


(don Fermín), Prendes (don Víctor), González (don José Ramón), Fernández San- 
fcliz (don Maximino), Rodríguez (don Juan), Peón (don Aurelio), Alvarez García (don 
Prudencio), Méndez González (don .Antonio), González (don Pedro), Alvarez (don 
José Ma.) y Garda Rodríguez (don Angel), mas es lo cierto, sin que esta afirmación 
tienda a empequeñecer el mérito de los restantes, que el éxito de la empresa, este afor- 
tunado avanzar del Sanatorio de Asturias, cuyos contornos adquieren cada día más 
plasticidad, no hubiese sido tan hacedero, tan fácil, tan brillante a no haberse con- 
tado con los Sres. Rodríguez (don Luis) y Menéndez García (don Benjamín), caracteres 
recios, viriles, almas templadas en el más fervoroso asturianismo, temperamentos so- 
ñadores y románticos que, a la vez que sienten hondo, piensan alto y acompañan el ritmo 
de sus corazones al vuelo de su inteligencia y transforman una aspiración que se pensó 
irrealizable y engañosa en algo que vive, que toma cuerpo, que se espande y que es hoy 
al concluir el año 1927, una afirmación rotunda y una realidad palpable. 

También nos guió excepcional fortuna al designar la Comisión que habría de bus- 
car en Asturias el terreno para el Sanatorio: D, Vicente Fernández Riaño, don Hilario 
Muñíz Díaz, don José Fernández Castro, don Jesús Fernández y don .Antonio Fernández 
Suco han puesto en la empresa cuanto valen y significan, que es mucho, más su fírme 
deseo de hacerse acreedores a honda, inextinguible gratitud. Y a fe que lo lograron, 
pues que no cabe pedir ni mayor acierto que el suyo, ni más diligencia y patriotismo 
que el por ellos revelado, ya que, a poco de confiárseles tan espinoso encargo, conse- 
guimos una opción de compra sobre la finca que luego, por decisión unánime de nuestra 
junta General de Abril se acordó adquirir definitivamente. 

La elección de esta finca constituye un acierto extraordinario, representa una 
verdadera fortuna, es algo que excede a cuanto podríamos apetecer y esperar. Reúne 
todas las condiciones exigibles: amplitud; altura conveniente, a resguardo de los vientos; 
posición climaterápica envidiable, suelo seco y soleado; manantiales de agua potable 
y acceso a la misma por excelente carretera desde Oviedo, de cuya ciudad sólo la sepa- 
ran unos tres kilómetros que forman un encantador paseo. 

Es conocida por la posesión de Lillo, debiendo este nombre al de la parroquia 
a que pertenece y a ser la de mayor extensión y riqueza en arboleda de aquellos con- 
tornos, pues la componen una vasta meseta — desde la que se contempla como en es- 
pléndido mirador, extendida a sus piés, la bella capital de Asturias— más alfombrada 
pradería, a trechos nutrida de árboles frutales ; que asciende hasta el alto de la famosa 
cuesta de! Naranco. En conjunto, su tamaño aventaja con mucho al de la actual Casa 
de Salud de la Habana, consintiéndonos esta amplitud dedicar parte del terreno a pi- 
nares, cuyas emanaciones beneficiarán poderosamente a nuestros enfermos. 

Esta propiedad, inmediata a la antigua iglesia de Lillo, hoy monumento nacional, 
tiene antecedentes que le dan gran valor histórico, pues en la magnífica casa solariega 
que se yergue en ella, tuvo su corte el rey Ramiro I, famoso por sus luchas contra los 


moros. 



LL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


ÓOS 

Claro es — y volvamos a lo que más debe interesamos — que la Comisión, al po- 
ner sus ojos en tan envidiables terrenos no lo hizo sólo guiada por su simpático deseo 
de adquirir lo mejor dentro de la necesidad de que fuese en sitio próximo a un centro 
de población importante, a fin de facilitar el suministro de víveres y medicinas al Sa- 
natorio y de disponer de brillante cuerpo facultativo, sino alentada asimismo por irrecu- 
sables referencias y dictámenes médicos que señalan aquél lugar como ideal para la fun- 
dación en que estamos empeñados. Se atuvo, por tanto, a informes de tisiólogos de 
sólido renombre y autoridad como el Di\ Verdes Montenegro (verdadero prestigio de la 
medicina española) y Dr, Miranda, éste de Oviedo, Son del primero las siguientes 
manifestaciones escritas de su puño y letra: 

"El sitio del emplazamiento me parece excelente, pues se halla en las condiciones 
de mediana altura y suficiente aislamiento de la población, que es para estos centros 

tan recomendable, sin que por eso sea este alejamiento tan 
grande que dificulte ser asistido por médicos competentes. 

"Creo que constituirá una excelente estación para 
la curación de los enfermos que, debilitados por eí clima 
de Cuba, vengan a España, y considero que ha sido una 
excelente idea la de emplazar el Sanatorio en Asturias, 
que además de sus buenas condiciones, reúne la condi- 
ción moral, tan importante, de volver a su patria chica a 
los enfermos, lo cual bastaré por sí sólo para levantar su 
ánimo, cosa tan importante en toda clase de afecciones". 

Por su lado, el Dr. Miranda, en minucioso informe 
declárase francamente partidario del Sanatorio en Naran- 
co y refuerza sus alegatos con preciosos detalles de orden 
técnico, para concluir así: 

"1, Por su disposición topográfica, parece predestinado por la Naturaleza para 
un grupo de edificaciones sanatoriales (rodeadas de jardines) que guardarían entre sí 
el mismo nivel sin necesidad de costosos desplazamientos de tierras. Dispone de can- 
teras superiores y subsuelo fírme con capa superior de tierra muy fértil en toda la llanada 
Como dato más lisonjero consignaremos que el abastecimiento de agua (factor impor- 
tantísimo) está asegurado incluso para el riego, estanques, surtidores, etc,, por ma- 
nantiales de gran estimación por su reconocida potabilidad, que brotan a 25 metros 
de altura sobre el nivel edificable y 200 de recorrido por tubería. 

"2, — En el orden higiénico también satisface sobremanera, pues está toda la 
finca orientada al mediodía, al abrigo de los vientos fríos y predominantes en una altura 
de 500 metros sobre d nivel del mar. 



D. JOAQUIN ABLANEDO 
FERNAN D E Z F QUE EN 
TIEMPOS MOZOS FUE 
PRESIDENTE DE VARIAS 
SECCIONES 




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EL "SALON DE CONFERENCIAS", A HURTO DE OIDOS INDISCRETOS, DISPUESTO A LA VIEJA USANZA HISPANA, g 

CON SILLONES PE HISTORIADO CUERO Y MESA DE FILIGRANADA LAEOR ESCULTORICA § 

(Foto J. c< Arguelles) 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


611 


"3. — La influencia psíquica, por lo acariciador que resulta para el enfermo el 
hallarse en el corazón de su propio solar que ya de suyo representa un dechado de belleza 
natural, por su vegetación esplendorosa. En la loma de Naranco el espíritu más apa- 
gado se expansiona y reanima contemplando a Oviedo (donde confluyen las principales 
vías de comunicación de la provincia) que se vislumbra desde allí con multitud de 
detalles urbanos, que contrastan con la agreste magnitud de numerosas montañas que 
llenan un horizonte amplísimo de sublimes atractivos." 

Se fue, por tanto, a la adquisición después de bien compulsados todos los antece- 
dentes precisos a fin de hacer una compra que llenara nuestras aspiraciones. Nada se 
dejó al acaso, y merced a este espíritu metódico y previsor de los comisionados, cuya 
abnegación no necesita encomios, el Centro Asturiano puede ufanarse legítimamente 
de instalar su Casa de Salud en el sitio más adecuado y más panorámico de la pro- 
vincia. 

La escritura ha sido firmada el día 5 de Julio de este año de 1927, ante 
el Notario don Secundino de la Torre, de Oviedo, a cuyo bufete concurrieron la señora 
Estrada (vendedora) con su apoderado el Sr. Arias de V el asco, los miembros de la Co- 
misión Sres. Fernández Castro, Riano, Muñiz Díaz, Fernández Suco y Fernández 
Díaz, más los prestigiosos consocios, a la sazón en la capital asturiana, don Juan Ro- 
dríguez Suárez, don Laureano Alvares Fernández y don César Rodríguez, éste teso- 
rero del Centro en uso de 1 i cencía. 

Fué un acto sencillo, breve, aunque en realidad, emocionante, por tratarse del 
primer paso en fírme para la instalación de nuestro Sanatorio. La cantidad abonada 
por la finca asciende a 140,090 pesetas, habiéndose tenido que agregar a dicha suma, 
estos otros capítulos: derechos reales, 6,720 pesetas; costo del primer plano de ios te- 
rrenos, 371 ; costo del plano del proyecto de abastecimiento de aguas, al ingeniero señor 
Linares, 1,500; proyecto definitivo del piano topográfico y fotográfico, 1,500 y hono- 
rarios notariales, con todos los gastos, F909. — En junto, 152,000 pesetas. 

Posteriormente se completó la adquisición con varios terrenos colindantes, de 
pequeño valor monetario, mas considerados indispensables a fin de redondear nuestra 
magnífica propiedad, que adquiere así una magnitud extraordinaria. 

Loemos el esfuerzo inteligente, cauto, tenaz de la Comisión que allá supo inter- 
pretar con tanto tino y gallardía nuestros anhelos. Démosle un cordial abrazo y un 
justo, elocuente, sonoro voto de gracias. 

El Sanatorio de Lillo, la nueva Covadonga, verdadera fuente Castalia de salud 
y alegría para los que en América luchamos y luchando caemos vencidos, extenuados 
por los ardores del trópico, está acercándose a su formación definitiva. Hoy es la finca 
ya adquirida. Mañana, en este nuevo ejercicio de 1928, quizás comencemos a levantar 


612 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


palacetes a fin de alojar a nuestros coasociados, Así cabe esperarlo dei empuje y for- 
taleza con que acometimos tan trascendental progreso y tan renovadora conquista, 
la de más espiritualidad, humanitarismo y significación racial desde la fundación del 
Centro a la fecha. 

No cerremos este capítulo sin consignar que, aparte de las suscripciones pro- 
movidas por la celosa Comisión Pro-Sanatorio, hemos obtenido pingües ingresos con 
diversos festivales, especialmente con uno celebrado el 8 de Mayo en los jardines de la 
gran fábrica de cerveza * La Tropical , imponente romería de carácter asturiano, pin- 
toresca y sugestiva, llena de color y tipicismo, a cuyo éxito coadyuvaron los Clubs 
todos y diversas entidades comerciales e industriales identificadas con nuestra colonia 

Hacerlo constar es de justicia, como también la 
conducta altamente desprendida y generosa de don Julio 
Blanco Herrera, gerente de la expresada industria, quien 
además de poner a nuestra líbre disposición aquellos edé- 
nicos jardines y de colmarnos de agasajos y obsequios, 
inclusive regalando todo el enorme consumo de cerveza 
helada que hubo en la fiesta : — imaginad a cuánto ascen- 
dería pensando que concurrieron más de 1 0,000 personas 
y que el día era, como cubano, soleado y caluroso, — ade- 
más de eso, que es tanto y que tan dulcemente nos ata 
a él con lazos de gratitud imperecedera, llevó su esplen- 
didez hasta el punto de satisfacer, por su entrada, lo mis* 
mo que si aquéllo no fuese suyo, la suma de 1 00 pesos, 
j Rasgo filantrópico y evidente demostración de cariño a 
nuestra colonia! 

Asimismo debemos gracias, tanto más sentidas cuanto que a la sazón acababa 
de llegar de España, al notabilísimo actor asturiano, intérprete magnífico del teatro re* 
gionah D, Isidro Carballido, quien a los pocos días de desembarcar y de enterarse de 
nuestro proyecto organizó una brillante fiesta en ei J eatro Payret, colocándola bajo 
los auspicios de la Comisión Pro-Sanatorio, que se hizo cargo de los ingresas obtenidos, 
negándose el simpático artista, así como sus colaboradores, a recibir estipendio ni 
remuneración alguna por su trabajo. 

Para el año entrante, ya se tiene en organización otro acontecimiento de carácter 
típico y romerií, este en la fábrica de cerveza "Polar", cuyos nemerosos jardines, destru- 
idos por el ciclón de 20 de Octubre de 1926, están siendo objeto de bellísima y costosa re- 
construcción. Es deseo de la gerencia, también extraordinariamente afectuosa y des- 
prendida con nosotros, que sean abiertos de nuevo al público con ese festival Pro-Sana- 
torio que, a juzgar por los preparativos ya iniciados, revestirá una importancia excepcío- 
naíísima, además de ofrecernos, sin duda alguna, cuantiosos ingresos. Basta para anti* 


y con nuestras propósitos. 



I> + ANTONIO FERNANDEZ 
SUCO, PRESIDENTE X>E 
DA DELEGACION DE 
GIJON 



DESPACHO PRESIDENCIAL, EN EL QUE TODO: BIBLIOTECA, MESAS, SILLONES, TAPICES, LAMPARAS ES DELICADO 

HOMENAJE AL MAS PURO ESTILO RENACIMIENTO ESPAÑOL 


CN 

Vó 


(Foto ,L C. Argüelles) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



615 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


cípar este resultado la oferta, en verdad inusitada, hecha por don Emeterio Zorrilla, ad- 
ministrador de dicha industria cervecera, de aumentar las utilidades de la futura fiesta 
con un donativo suyo ascendente a 500 pesos. Y esto también enciende, con luz 
inextinguible, nuestra devoción hacia el ilustre donante 


Don Luis de Zulueta, insigne pedagogo y escritor y don Gregorio Maranón, sabio 
médico, han visitado nuestra casa social y recorrido nuestro Sanatorio. 

Recibíamos estas amables visitas en los primeros días de Diciembre. Ambos 
vinieron a Cuba bajo los auspicios de la 'Institución Hispano-Cubana de Cultura ' 
entidad que está revelando el florecimiento cultural de la España moderna, y sus 
conferencias de carácter eminentemente doctrinal y científico causaron intenso asombro 
e insólita admiración. 

Marañen y Zulueta recogieron honores y aplausos para la ciencia española 
y para España que $e orienta, tras un pasado glorioso que amortiguó sus facultades de 
investigación, por las amplías rutas del saber humano, descollando ya por el número 
de sus filólogos, artistas, médicos, ingenieros, químicos, etc. Las diversas conferencias 
que pronunciaron aquí en la Habana y en otros pueblos de la isla, tuvieron la virtud 
de congregar a millares de oyentes, estáticos y arrobados ante ía hondura de pense- 
miento y delicadeza de expresión de los dos eminentes profesores. Con embajadores 
así de tal talla y envergadura científica, al margen de ¡a acción política y oficial, cómo 
se ensancha nuestro ánimo y fluye nuestra gratitud hacia cuántos, en un sentido u 
otro, hacen que el nombre de nuestra patria sea pronunciado con cariño y afectuosidad. 
Consagremos un homenaje de simpatía a la "Hispano-Cubana de Cultura' que, en un 
solo año de vida, ha hecho desfilar por su tribuna, a la vez que nombres de esclarecidos 
cubanos, nombres tan destacados en las luchas del pensamiento español como los de 
Femando de los Ríos, Casares, María de Maeztu, Araquístain y ahora Zulueta y Ma- 
rañón. 

La estancia aquí de éste último coincidió con el Congreso Médico Nacional, en 
cuyas deliberaciones intervino y fué figura principalísima el Dr. Marañón, que con los 
doctores Calatayud, insigne radiólogo; Florestán Aguilar, una de las más relevantes 
personalidades de la medicina dental y doctor Poyales (éste asturiano, del concejo 
de Villaviciosa) optalmólogo de crédito bien cimentado, formaron la brillante repre- 
sentación de la ciencia española en el indicado Congreso. Los Dres Calatayud y Poyales, 
honráronos asimismo con su visita y tuvieron para nuestra Casa de Salud halagadores 
conceptos y cálidas celebraciones. 

Otras visitas al Sanatorio, éstas en los comienzos de año, fueron las del sociólogo 
y catedrático de la Universidad de Granada, don Fernando de los Ríos, tan admirado 
en las altas esferas del pensamiento europeo; D, Luis Araquístain, notable escritor. 



616 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


bien conocido por su vasta cultura, y la Srita. María de Maeztu, una de las mujeres 
de más amplio saber y talento de la hora presente, profesora de la Escuela Superior 
del Magisterio español. 

Ocioso, superfino es subrayar cuánta satisfación experimentamos al acoger y 
agasajar a estos compatriotas esclarecidos, que nos traen, con la extensa perspectiva 
de una España para muchos desconocida por su reciedumbre, vigor mental y progresos 
materiales, el genuino pensamiento español que señorea en las Universidades, labora- 
torios y centros fabriles y ocupa puesto de honor en las avanzadas de la civilización 
occidental 


Nuestros coasociados de Tampa poseerán, no tardando mucho, un bello, amplio, 
moderno Sanatorio, El actual es insuficiente para llenar las necesidades de aquella 
pujante Delegación por lo que, desde hace años, venían apeteciendo la construcción 
del que ahora será pronto edificado en lugar propicio de la ciudad. 

La Delegación de Tampa ha pasado por crisis tremendas, que estuvieron a punto 
de hacerla desaparecer En unos casos, las huelgas de obreros tabaqueros (núcleo prin- 
cipal de asociados) y en otros paralización y cierre de cigarrerías y manufacturas de 
tabacos, es lo cierto que con frecuencia lamentable se ha visto descender el ingreso por 
cuotas hasta provocar peligrosos déficits,,,. Empero, a todo acorrió nuestro Centro, que 
tiene en esta Delegación algo más sustancial e ideológico que una simple dependencia 
suya. Tabaqueros eran los organizadores, en su inmensa mayoría, de nuestra Sociedad, 
muchos de los cuales posteriormente viéronse obligados a fijar su residencia en dicha 
ciudad yanqui, sin que, por razones del traslado ni por las muy poderosas de la crisis 
de trabajo, que les forzó a emigrar, dejasen un momento de seguir en nuestras filas 
con el mismo entusiasmo, perseverancia y voluntad que en los días iniciales, Y cuando, 
por su número, pudieron constituir una delegación, hánla constituido potente y dis- 
ciplinada, afirmando allí entre gentes de origen británico, la influencia de la raza es- 
pañola. Sufrieron reveses; alcanzaron triunfos; fuéles posible, a poco de perder entre 
las rojas lumbraradas de un incendio, magnífico edificio social, reconstruirlo con mayor 
holgura y suntuosidad, tanto que es hoy uno de los más ornamentales y su teatro anexo 
—Teatro del Centro Asturiano, que así se le denomina— el más elegante y favorecido, 
por el que desfila cuanta compañía o artista de notoriedad llega a Tampa. Y también 
levantaron la modesta Casa de Salud que ahora está abocada a desaparecer, susti- 
tuida por otra de factura más siglo XX. 

Claro es y acaso esté demás puntualizarlo, que siempre han contado con la aquies- 
cencia, ayuda y protección material en forma longánima de nuestro Centro. Lo mismo 
que actualmente, en que a fin de que construyan el Sanatorio se ha dispuesto situarles 
125,000 pesos, que con 50,000 que posee la Delegación, hacen un total de $ 175,000 
en que está presupuestada la obra. 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


617 



GRAN LAMPARA DE BRONCE DEL DESPACHO PRESIDENCIAL* COPLA DEL 
RAMOSO FACISTOL DE LA CATEDRAL DE TOLEDO, EN CUYO PERGAMINO 
APARECE LA PARTITURA DE £ LA PRAVIANA ’ 1 POPULAR COPLA ASTUK 


(Foto J. C. Argüe lies) 












EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


619 


A todo son acreedores los entusiastas as tu res de Tampa, presididos desde hace 
tiempo por don Laureano Torres, quien con su capacidad, con su prestigio, con su 
energía, está conduciendo los destinos de la Delegación por senderos de éxito y pre- 
ponderancia, Es grato reconocerlo y propiciar la vida próspera y fecunda de tan im- 
portante sector asturiano, mediante el cual se mantiene allí vivo y animado el espíritu 
español y la lengua de Cervantes, 


Domingo 4 de Diciembre, Día electoral. .Amanecer claro, luminoso, con sol 
acariciador, que aprovechan nuestros "progresistas", 1 centralistas", 'circunstanciales' 
y ‘populares" para poblar de automóviles raudos, veloces, las calles de la ciudad en 
busca de electores. Desde un mes antes, o más, no se habla sino de votos, de candi- 
daturas, de fusiones, de zancadillas, de martingalas a fin de derrotar al contrincante. 
Toda la colonia se interesa y preocupa por la renovación de la Junta Directiva, en la 
que hay que elegir un presidente, un primer vicepresidente, un segundo vicepresidente 
(el Sr. Simón Corral, que ocupaba este puesto y que podría desempeñarlo un año más 
ha hecho renuncia deí mismo por ser aspirante a la presidencia) y 26 vocales, Dánse 
mítines, eonstitúyense comités electorales, por distritos y barriadas; gimen las prensas 
lanzando proclamas; exprimen el magín muchos periodistas inventando párrafos ele- 
gantes y convincentes a base de programas de gobierno y denuestos a los adversarios, 
y quien más, quien menos, afiliase a un grupo, define sus simpatías y es actor en la sim- 
pática contienda, cuya virtud máxima consiste en estimular el entusiasmo regional 

Luchan de un lado, el "Comité Central" (grupo poderoso, acostumbrado a vencer, 
gente avezada al mando de la Sociedad, que usufructúan honorablemente desde luengos 
años) con sus aliados "Comité Circunstancial'' y "Comité Popular,’’ De otra parte, 
solo, sin derivaciones ni alianzas con afines, presentando un frente único, compacto, el 
"Comité Progresista" que ya ha ido a los comicios otras veces, algunas con éxito 
completo y siempre con considerable pujanza y lozanía. 

Por "centralistas" y allegados se defiende el nombre de los Sres. D. Domingo 
Méndez Martínez para presidente; doctor don J alio* Al varez Arcos, para vicepresidente 
primero y don Claudio Piquero Lanielia, para vicepresidente segundo, los tres bien 
reputados y queridos. 

Los candidatos "progresistas" son: a )a presidencia, don José Simón Corra!; a 
la vicepresidencia primera, don Nicanor Fernández García; a la segunda vicepresidencia, 
don Aurelio Peón González. 

El Sr. Simón Corral, que fue candidato a la misma presidencia en las elecciones 
de 1925, ocupaba en la actualidad la segunda vicepresidencia; don Nicanor Fernández 
García, tribuno conceptuoso y elegante, ha sido asimismo vicepresidente segundo y 
don Aurelio Peón González, presidió el año anterior la Sección de Instrucción. 



620 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La batalla es ardorosa, porfiada. Desde las ocho de la mañana hasta las seis 
de la tarde, en que se cierran las puertas del Centro, afluyen a montones electores de 
toda la ciudad e inclusive de pueblos tan distantes de la Habana como Pinar del Río, 
Cárdenas, Matanzas, Caibarién, Colón, etc. Hay orden y tranquilidad, que no excluyen 
los grandes apasionamientos y los vítores estentóreos según aparecen votantes de uno 
u otro grupo. Depositan su sufragio 12,267 asociados, así divididos: por los "progre- 
sistas' \ 6,262; por los “centralistas", 6,005. Y al proclamar el triunfo de los primeros, 
cuya mayoría es de 257 sufragios, una delirante ovación es el premio a Ja triunfal jor- 
nada, en la que, acabado el escrutinio, no hay ni vencedores ni vencidos, sino asturia- 
nos unidos en su gran amor a la Sociedad, alfa y omega, principio y fin de nuestros des 
velos y cariños. 

Los candidatos de una parte y otra, horas antes rivales, se abrazan. El público 
que llena el vasto salón de fiestas en que se verificó la justa comicial, aplaude entu- 
siasmado, Y oyénse discursos impregnados de nobleza, de honda raigambre patriótica, 
que pronuncian el Sr. Muñíz Díaz, presidente de! Centro; el St\ Palacio Barro, vice- 
presidente primero; el Dr, D. Julio Alvarez Areos y don Luís R. Rodríguez, Tam- 
bién habla el Secretario del Gobierno Provincial don Ernesto López, para enaltecer 
la cordura y sensatez de los asturianos, cuyas elecciones resultan ejemplo de civismo 
y democracia 

Los vocales electos, son: “progresistas 1 \ señores don Faustino Grana García, 
D. Higinio González Suárez, D. Fermín González y González, LX José Ma. Fernández 
García, D. Arturo Gutiérrez Pérez, D, Jesús Lacera Rodríguez, D. Anselmo García 
Barroso Rodríguez, D. David Martínez García, D. José Ma. Martínez Fernández, don 
Antonio Martínez Rodríguez, D, Emilio Fernández García, D. Emilio Pérez Bermúdez 
y don Maximino Rodríguez Avila, éste por un año. 

“Centralistas" don Andrés González Blanco D. Faustino Cortina Fernández, 
D. Miguel Junco Llano, D. Manuel Junco Vela, D. Cándido Menéndez Peña, D. José 
Ramón García y García, D. Germán Gómez Fernández, D. Jesús María López Fer- 
nández, D. Joaquín Díaz Ceforio, D, Alvaro Fernández García, D Francisco Hévia 
Fernández, D. Manuel González Caso y D. Fernando Collar Hernández, 

Con esta elección se inicia una era de gobierno que habrá de ser como las pasadas, 
fructuosa, brillante, pero que diferirá algo de las anteriores en cuanto a Iniciativas 
y proyectos, ya que se trata de elemento joven, animoso, decidido a perdurar por la 
bondad y excelencia de sus métodos administrativos y por los avances que incorpore a 
nuestro mutual ismo. No debe, sin embargo, echarse a vuelo las campanas, teniendo 
en cuenta que se tropezará ahora con escollos tan temibles como la deuda contraída 
para edificar el palacio social, cuya amortización e intereses pesarán enormemente sobre 
los próximos y futuros presupuestos. Tendrán, pues, los noveles presidente y vice- 
presidentes que atenerse a la desoladora realidad de una hacienda que llega a sus manos 




UN ATOPADISO RINCON DE LA BIBLIOTECA AMUEBLADA SOBRIAMENTE Y PROVISTA 
DE MILLARES DE ESCOCIDOS LIBROS 


(Foto J. C, Argüeltes) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


623 


en nada próspera y saneada situación, mas como no carecen de impulsos y energía , 
cabe esperar alumbren nuevos ingresos que atenúen el desequilibrio presupuesta! que 
indefectiblemente se presentará. 

Entre los vocales electos, figuran varios que ya significaron su personalidad en 
anteriores directivas: don Faustino Grana García, hombre laborioso, de juicio lúcido, 
culto, orador de períodos claros y precisos; don José María Fernández, muy entendido 
en achaques de Propaganda, a cuya Sección viene perteneciendo desde hace años; don 
Jesús María López, que en no lejanos días presidió la Sección de Intereses Materiales; 
don Antonio Martínez Rodríguez, don Higinio González Suárez, don Fermín González 
González, don Maximino Rodríguez Avila y otros, todos de bien probada suficiencia. 

También aparecen, entre los noveles, elementos que se han distinguido en la 
agitación de las asambleas generales, como don Jesús Lacera, don Germán Gómez, 
don Miguel Junco Llano, don Faustino Cortina y algunos más. 

Resúmen estadístico del año: enfermos asistidos en el Sanatorio, 14.278; fórmulas 
despachadas, 126.698; exámenes radiográficos, S.687; servicios de! departamento de 
fisioterapia, 20 399; servicios del laboratorio clínico, 26.665 ; servicios del anatomo-pato- 
lógico, 409; servicios del pabellón de hidroterapia, 4.334. 

Socios embarcados, 81. — Socios fallecidos, 41. 

Socios en 3 1 de Diciembre de 1927, 60.278. 

Junta Directiva de 1927: Presidente, D. Manuel Muñiz Díaz; vicepresidente 
primero, D. José Antonio Palacio Barro; vicepresidente segundo, D. José Simón Corral; 
tesorero, D. César Rodríguez González; vicetesorero, D. Ismael Iglesias Gutiérrez. 

Vocales: Don José García y García, D. Enrique San Julián Méndez, D. Ricardo 
Suárez González, D. Maximiliano Isoba Prado, D. José de la Prída Villa, D. Carlos 
Arguelles Quirós, D. Francisco Pérez González, D. Hipólito Reguero Carús, D, Gregorio 
Alonso Alvarez, D. Valentín Menéndez Fernández, D Manuel Pérez Tara no, D. Mar- 
celino García Suárez, D. Constantino Luege Puerta, D. José Fernández García, D, José 
Alvarez García, D. Alfonso Moutas Martínez, D. Nicasio Martínez Jardón, D. Celestino 
Rodríguez Megido, D. Antonio Méndez González, D. Restituto Sánchez González, 
D. Luis Menéndez Carreño, D. Diego Fernández Fernández, D. Francisco Alvarez 
Tamargo, D. Francisco Rodríguez González, D. Prudencio Alvarez García, D. Calixta 
Miranda Alvarez, D. Alfredo Fernández Méndez, D. Vicente Hévia Hévia, D. Luis 
Muñiz Blanco, D. José Fernández Martínez, D. Lucio Fuentes Corripio, D; Pedro 
Sánchez Artidíello, D. Miguel Méndez Díaz, D. Manuel Valle Sánchez, D, Benigno 
Santos R i vero, D. Rafael García García, D. Manuel Pérez Alvarez, D. Lucio Fernández 
Fernández, D. José Gasapríma Rodríguez, D. Angel García Rodríguez, D, Fermín 
Pieiga del Valle, D. Valeriano Fernández Viña, D. Ramiro Areces González, D. Rai- 
mundo García Barrial, D. Angel Miñagorri Franco, D. Manuel Rodríguez Fernández, 
D. Benigno MuñÍ 2 Alvarez y D. José G, García. 



624 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Vocales natos: Don Maximino Fernández Sanfelíz, D. José Inclán Galán, don 
Vicente Fernández Riaño, D. Maximino Fernández González, D Ramón Fernández 
y del Llano, D. Genaro Ped roanas Villoslada y D. Antonio Suárez y Suárez. 

Sección de Intereses Materiales: Presidente, D. José García García; vice, don 

Gregorio Alonso Alvarez. Vocales: D César Rodríguez González, D. Ismael Iglesias 
Gutiérrez, D. Pedro Sánchez Artídiello, D. Hipólito Reguero Carús, D. Diego Fernández 
Fernández, D Restituto Sánchez González y D. Alfonso Moutas Martínez, 

Sección de Sanidad: Presidente, D. Manuel Pérez d araño; vice, D. Valentín 

Menéndez Fernández. Vocales: D. Vicente Hévia Hévia, D. Ricardo Suárez González, 
D. Enrique San Julián Méndez D Francisco Pérez González, D José Fernández 
Martínez, D. Manuel Valle Sánchez, D. Rafael García García, D. Alfredo Fernández 
Méndez, D. Celestino Rodríguez Megido, D Nicasio Martínez Jardón, D. Ramón 
Alvarez Tainargo, D. Calixto Miranda Alvarez, D Prudencio Alvarez García, D Mi- 
guel Méndez Díaz. D. Lucio Fuentes Cor ripio, D. Manuel Pérez Alvarez, D. Fermín 
Pieíga del Valle, D. Ramiro Areces González, D. Angel Míñagorri y Franco y D Benigno 
Muñiz Alvarez, 

Sección de Inmigración: Presidente, D, José Alvarez García; vice, D Antonio 

Méndez González. Vocales: D. Marcelino García Suárez, D, Constantino Luege Puertas, 
D Carlos A. Argüelles Quirós, D. Angel García Rodríguez, D Valeriano Fernández 
Viña y D. José G. García, 

Retiro y Previsión: D. Gregorio Alonso, D José Fernández Martínez, D. Ramiro 
Areces González y D. Lucio Fuentes Corripio. 

Sección de Propaganda: Presidente, D. José Fernández García; vicepresidente, 
D. Luis Muñiz Blanco; presidente de Comisión de Delegaciones, D, José Casaprima 
Rodríguez; vicepresidente de Comisión de Delegaciones, D. Raimundo García Barrial; 
presidente de la Comisión de altas y bajas. D, Luciano Fernández Fernández; presidente 
de la Comisión de estadística, D, Manuel Rodríguez Fernández; presidente de la Co- 
misión de reclamaciones, D. José de la Prida Villa; secretario, D Alfredo Díaz Quirós; 
vicesecretario, D. José María Fernández García; vocales: D. Fermín Suárez Castaño, 
Dr. D. Manuel González, D. Manuel F. Fernández, D, Bernabé F, Leirana, D. Manuel 
González Caso, D. .Antonio Sierra Pérez, D. Manuel González Suárez, D Avelino 
Can diada Alonso, D, Antonio Martínez Rodríguez, D. José Menéndez Prado, D. Jesús 
Lacera Rodríguez, D Manuel Llano Ruisánchez, D José Ordiales Menéndez, D, Se- 
gundo Pérez Sierra, D. Benigno Suárez García, D Manuel Menéndez Menéndez, don 
Manuel Romano Mendoza, D. Jesús González Méndez, D. Miguel Roza Cerra, D. José 
Ramón Muñiz, D. Andrés Fernández García, D. Ambrosio Sánchez Cuanda, D. Ramiro 
Alonso Valdés, D. Nemesio López García, D. Piiginio Menes Quintana, D. Manuel 




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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


627 


González Fernández, D. Manuel Plaza Arias, D. Gumersindo Pérez González, don 
Claudio Vega García, D. Domingo Díaz Méndez, D. Juan López Fernández, D. Manuel 
ínfiesta Alvarez, D. Víctor Prendes Rodríguez., D, Valeriano Fano Suárez, D. Gabino 
Suárez Ledón, D. Francisco D. Palacio Barro y D, Víctor Pola García. 

Sección de Instrucción; Presidente, D. Benigno Santos R i vero; vicepresidente, 
D. Luis Menéndez Carreño; secretario, D. Alberto Rodríguez Fernández y vicesecre- 
tario, D. Manuel Menéndez Menéndez, 

Vocales: D. Fermín González y González, D. Aníbal Ferreiro. D. Manuel García 
Rosales, D. Manuel Méndez Queipo, D. Ramón Díaz Rodríguez, D. Juan Rodríguez 
Suárez, D. Francisco Rodríguez Martínez, D. Bernardo Escobio Alvarez, D. Angel 
Alvarez Polanco, D Angel Medio Pérez, D. José Huerta de la Torre, D. Zoilo Menéndez 
Morán, D Federico Cotarelo Bombardero, D. Santiago Abascal Samperio, D, Celestino 
Rodríguez Alvarez, D. Antonio Longo Longo, D, Manuel Ruisánchez González, don 
Antonio Alvarez y Alvarez, D. Nicolás Fernández Maldonado, D. Baldomcro Artigas 
Soler, D. Jesús Mesa Bousoño, D. Salvador Díaz Rodríguez, D. José López Fernández, 
D. Eduardo Rodríguez y Fernández, D. Maximino Toxquella Rodríguez, Dr. D. Rafael 
Fernández Menéndez, D. Amador González Muñiz, D. José Suárez Santos. D David 
Sánchez Rodríguez, D, Rafael Sánchez Alonso, D Faustino González Menéndez, 
D; Manuel González Suárez, D. Oscar Sánchez Covín, D. Manuel Pérez García, 
D. Abelardo Pérez Calleja, D Armenio La Villa Robaina, D Luis Planas Domínguez, 
D. Guillermo Venta Argüelles y D. Lorenzo Muñiz Pérez. 

Sección de Recreo y Adorno: Presidente, D. Maximiliano Isoba Prado; vicepre- 
sidente, Dr. D, Francisco Rodríguez González; secretario, D. Manuel Malgor Alvarez; 
vicesecretario, D. José Barros G ancedo. 

Vocales: D. Ramón Fernández Caso, D. Marcelino González Martínez, D. Jasé 
Sierra Pérez, D. Juan Acosta Piedra, D. Francisco Muñoz Santiago D. José Fernández 
Martínez, D. Cándido Fuego Blanco, D José Cavia González, D. Eladio González 
Rodríguez, D. Manuel Fernández Arias, D. Antonio Suárez Rodríguez. D. José Fer- 
nández y Fernández, D. Jesús García Pérez, D Manuel Menéndez Rodríguez, D. José 
García Martínez, D. Pedro Fructuoso Val des, D Jesús Campa Cueto, D. José Rodríguez 
Avila, D. Luis González García, D. José Díaz Valdés, D. Luís García López D. Miguel 
Suárez Martínez, D. Jesús García Gutiérrez, D Faustino Alvarez G randa, D. César 
Cerra Viña, D. Eugenio Fierros Suárez, D. Manuel Vega Pérez, D. José Fernández 
Alonso, D. Laudelino García González, D. Alberto Fernández Linde, D. Amando 
Martí Brito, D Aveíino García Fernández, D José Suárez López, D Ramiro Sastre 
Ruines, D. Antonio Queipo Martínez, D Demetrio Alvarez Rodríguez, D. Antonio 
Tomás Blanco, D. Luis B. Vélez de Vigníer, D, Angel Villafranca Mico, D. Manuel 
Fernández Marcos, D. Eustaquio Iglesias Escajadillo, D. Eugenio Pita Riveira, D. José 



628 


EL LIBRÓ DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


García Montes, D. Rosendo Rodríguez Menéndez, D, Jesús Ci fuentes Pascual, don 
Ramón Fraga Peláez, D. José Manuel Guañe : D. Faustino González Caso, D. Aquilino 
González Rodríguez. D Laureano Alvarez y Fernández, D José D, Rodríguez, D. José 
Marzol Marcos* D. Serafín García del Cueto, D. José Rodríguez Fernández, D José 
Suárez García, D. Francisco Menéndez Riesgo, D. Ramón Pis Valdés, D. José Fer- 
nández Viña* D. Aníbal Rapado González, D. Julio Arias Rodríguez* D. José Prendes 
Rodríguez, D Enrique Salazar Parejo, D. Manuel Menéndez Finca, D. Emilio Vegas 
Quirós, D. Manuel Martínez Rodríguez, D. Fidel Alvarez Suárez y D, Manuel Fer- 
nández y Fernández. 






EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




Nueva valorización de propiedades 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


63 í 


Resumen del progreso de la Sociedad desde su fundación a los días actuales. 


1 

AÑOS 

ACTIVO 

PASIVO 

CAPITAL 

socios 


30 de junio 

1886 




200 


l jt 7 í , , 

1887 

94,865.26 

76,908.06 

¡ 7 , 957.20 

2925 


í? )•. fí 

1888 

95,913,43 

67,692.67 

28,220.76 

2766 


P P S ? T t 

1889 

112,890.87 

71,475.16 

41,415.71 

2634 


P P r.í: í * 

1890 

133,619.38 

77,462.83 

56,156.55 

3145 


? J 3 ?■ 3 3 

1891 

241,573.28 

63,714.95 

104,624.34 - 1 

4401 

"d 

J P * ? p 3 

1892 

361,643.09 

101,083.06 

140,490.22 

4882 


5 í U 3 3 

1893 

361,643.09 

200,172.88 

161,472.21 

7280 

iñ 

? ? 3 , j T 

1894 

405,090.79 

171,463.12 

187,696.24 

6819 

cd 

4-f 

C 

1 * 

3 3 p 3 

1895 

376,875.67 

219,988.20 

185,102,59 

6830 

O 

o 

P í P ? 3 J 

1896 

429,997. 1 1 

167,311.98 

209,563.69 

5994 

JÜ 

3 ? 3 3 3-í 

1897 

436,898.74 

255,714.52 

174,282.59 

6608 

*L> 

7 j ' ? y 33 

1998 

446,366.09 

273,212.38 

189,736.50 

4984 

"D 

i:> j 3 3 .3 

1899 

441,783.3! 

269,266 65 

172,516.66 

5184 

a 

\Q 

> í jí 3 j 

1900 

475,403.32 

269,266.65 

173,153.71 

8720 

u 

jí »i ** 

1901 

359,159.36 

272,309.65 

206,136.67 

10985 

N 

c 

J 3 Íí y 3 

1902 

578,412,31 

282,280.00 

249,912.93 

13008 

cc 

G& 

í > ? í I J 

1903 

657,745.50 

317,492,29 

296,132 31 

14028 

v- 

O 

n rr 3 

1904 

667,949.65 

271,739,59 

340,253.21 

15608 


i j P.J J ? 

1905 

522,222.58 

269,835.65 

396.210.06 

18748 


31 de Dícbr 

1906 

1,278,763.68 

284,705.50 

910,050.82 

25014 

o 

T ? JJ 

1907 

1,376,128.98 

247,162.24 

910,050.82 - 2 

27891 

T3 

3 

Tí í! ? J 

1908 

1,474,978.23 

287,740.25 

994,058.18 

28318 

73 - 

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1909 

1,524,311.96 

245,957.36 

1,078,557.67 

28756 

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1910 

1,610,834.98 

253,695.58 

1,187,237.98 

29680 

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1911 

1,606,478.84 

116,068.27 

1,278,354,60 

32006 

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1912 

1 ,777,954,95 

117,799.20 

1,357,139.40 

33560 

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?J í J XX 

1913 

2,271 ,595.44 

456,277.26 

1,490,410.57 

36168 

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1914 

2,473,726.97 

268,285,27 

1,660.155.75 

36523 

N - : - 

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1915 

2,550.545.32 

615,361.29 

1,815,318.18 

37281 

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1916 

2,582,838.06 

543,580.44 

!, 793, 441, 70 

40983 

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1917 

4,885,560.76 

515,317.62 

1,935,184.03 

42502 

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1918 

4,701,640.41 

292,144.67 

2,039,257,62 

44716 


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1919 

4,949,349.70 

297,571.31 

4,370.284.14 - 3 

47603 

1. I i. 1 

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1920 

5,089,337.56 

340,942.13 

4,409,495.74 

51169 

“■ N rv T' 

XX H li 

1921 

5,179,886.47 

331,601.68 

4,608,407.57 

46545 


J J XX M 

1922 

5,203,311.43 

248,290.31 

4,757,735.88 

44162 


i- 7Í 

1923 

5,428,862.82 

169,813.48 

4,955,021.12 

48592 


k 

1924 

7,040,217.32 

47,606.32 

6,728,500.00 - 4 

5440! 



192$ 

9,428.320.81 

2,073.096.93 

6,992,611.00 

60351 


Jí 33 ” 

1926 

9,719,558.71 

3,221,891.33 

7,355.221.88 

59005 


1J M M | 

1927 

10,091.686.28 

.2,543,709.95 

7,547.976.33 

60278 

31 Diciembre 1927. 



Manuel Calvo, 



Vicesecretario Contador, 






NUESTROS ORADORES 


No son solamente grandes comerciantes, grandes industriales, grandes organi- 
zadores y grandes hombres de negocios los asturianos que residen y trabajan en la 
América; son también grandes oradores, esto es, artistas de la palabra. 

Las juntas generales que se celebran en ei Centro Asturiano, esencialmente de- 
mocráticas, donde todos tienen derecho a emitir sus pensamientos, sirven de estímulo 
y acicate para los que han nacido con el divino don de la oratoria. Esta es la razón 
de que se hayan formado en el seno de esas juntas muchos oradores distinguidos y 
algunos positivamente notables. 

A la prudencia, ^previsión y constancia de todos sus asociados en general debe 
sin duda el Centro Asturiano de la Habana su actual florecimiento; pero hay que reco- 
nocer que su marcha ha sido frecuentemente alumbrada por el luminoso verbo de sus 
oradores. 

Siempre ha sido, repito, nuestra Sociedad fecunda en tribunos admirables. Todos 
guardamos indelebles en nuestra memoria los preclaros nombres de Saturnino Martínez, 
Segundo Alvarez, José González Aguirre, Lucio Suárez Solís y otros; pero no es ahora 
nuestro propósito el de hacer la apología de los oradores del pasado, sino el de trazar 
algunas breves "siluetas’ de nuestros oradores del presente. De unos y otros se encar- 
gará, a su tiempo, la Historia del Centro Asturiano de la Habana, de grabar los nombres 
en sus páginas de oro. 

D. Rafael García Marques 


Es la figura más venerable de nuestra casa. Los años han blanqueado su recio 
bigote y su cabello, pero no han conseguido abatir ni su cuerpo ni su espíritu. Cuando 
dirige la palabra a ía asamblea su cuerpo se yergue, su rostro se enciende y se ilumina 
y con entonación siempre robusta, pronuncia una de esas oraciones que abruman al 
adversario y admiran a los oyentes con la experiencia y sabiduría que en sí contienen. 


La palabra de don Rafael es siem- 
pre escuchada con recogimiento 
religioso, solo interrumpido por 
las ovaciones fervientes. ¿Se nota 
algún defecto en ia oratoria del 
señor García Marqués? Señores, 



nada es perfecto en la vida. Mas 
lo único que el "cronista se atreve 
a señalarle es que acaso pone de- 
masiado fuego en todas las partes 
de sus discursos, lo que los priva 
del encanto que produce ¡a varie- 


dad de matices, De todas modos, eí "cronista" experimenta una íntima satisfacción 
al tributar al Sr. García Marqués este humilde homenaje. 


634 


EL IJBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D. Maximino Fernandez y González 


Señores ¿qué sucede en la asamblea? Un asunto de gran transcendencia trae 
algo nerviosos los cuerpos y confusas las almas. Se pide una votación y la mayoría 
se muestra propensa a caer en un error, quizás funesto. Entonces se levanta un hombre 
de escasa estatura, calvo, de frente pensadora, con el rostro cuidadosamente afeitada, 
lo que pune más en evidencia sus facciones de hombre sagaz y profundo. Es don Maxi- 
mino Fernández y González, actual primer Vicepresidente del Centro Asturiano. 


Con ademán sencillo y voz clara y 
vibrante don Maximino pronuncia 
una de sus improvisaciones magní- 
ficas, impecables, de Jas que arran- 
carían el aplauso en los más encum- 



brados parlamentos. La junta se- 
ducida por la magia de su palabra 
y por la fuerza incontrastable de 
sus razonamientos, se recoje, medita 
y reacciona y acaba por adoptar 


un acuerdo que pone en salvo los grandes intereses de la Asociación. El "cronista" 
lamenta que la brevedad que ha impuesto a su trabajo ie impida poner más de relieve 
las eminentes cualidades que adornan a este ilustre orador* ¿Sus defectos? .El cro- 

nista no ha reparado más que uno, y es,... que don Maximino Hlibla algunas veces con 
un escarbadientes en la comisura de los labios. 

D. Dionisio Peón y Cuesta 

"Señores, no tenía el propósito de intervenir en este debate, pero hay circuns- 
tancias en la vida en que el hombre, consciente de los ineludibles deberes que le impone 
la misión que le ha confiado el Gran Arquitecto del Universo"**.... Esto acaba de decir 
un hombre corpulento, de bigote y cabello gris, de presencia simpática y nobilísima. 
jSaludí ;Es don Dionisio Peón! Con su palabra unas veces robusta y tribunicia y otras 
afable y confidencial, don Dionisio se convierte a menudo en árbitro de la asamblea. 


De este predominio que ejerce este 
gran orador nunca tiene aquélla que 
arrepentirse, porque Peón siempre 
pone su claro talento y su gran pru- 
dencia al servicio de la Sociedad, a 



la que ama con amor paternal ; y el 
que así ama no yerra. Don Dio- 
nisio Peón es hombre de vasta cuL 
tura; sabe de filosofía, de historia, 
y conoce al dedillo los clásicos 
españoles, y aún en sus horas de vagar suele componer versos satíricos notables por su 
gracia y su agudeza ¿Deficiencias de este orador? Le pondremos una 1 'porque no 
digan . No peca su oratoria por "deficiencia", precisamente, sino por "exuberancia , 
debida, sin duda, a su maravillosa facilidad de expresión. 


D. Amalí o Machín y González 

Amalio Machín nació para ocupar puestos en las cumbres, como las águilas. Fué 
desgracia suya el haber nacido en estos tiempos. Si hubiese venido al mundo en el 
siglo VI II se hubiese batido al lado de Don Pelayo entre los riscos de Covadonga, y los 
viejos cronicones hablarían de sus proezas. 



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‘ .'tí'*'*'; 






SALA DE SESIONES PE LA JUNTA. DIRECTIVA, MUY ORIGINAL 
DOfí EL MOBLAJE DE RANCIO ABOLENGO 


ASÍ POR SU DISPOSICION, COMO 
HISPANO 

(Foto J< C> - 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 










EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


637 


Fue Secretario General del Centro Asturiano durante muchos años y ahora es 
Administrador del gran ' Diario de la Marina'. ¿Lo veis? ¡Dos cumbres! La 
ciencia y experiencia que adquirió en la Secretaría le han habilitado para tratar los 
asuntos de i Centro con competencia 
insuperable. Su palabra es sencilla, 
elegante, amena, cuando discurre 
sobre temas administrativos: pero 
cuando se ventilan cosas tocantes 
cimientos literarios. Es prosista notable y poeta delicado y tierno ¿Tiene algún defec- 
to? Lo tiene, es decir, lo tuvo ... . Lo tuvo cuando le dio por escribir ' Doloras" a imita- 
ción de Campoamor. Una mente vigorosa y original como la suya no tiene derecho para 
imitar a nadie Pero este es asunto completamente ajeno a su oratoria adm irable, que es 
lo que aquí nos interesa. 

D. Eduardo González Bobes 

— ¡Pido la palabra!" — dice una voz ron quilla en medio de Ja Junta. Aquella voz 
produce rumores y espectación. El que ha pedido la palabra es un “muchacho de 
edad indefinible, de escasa estatura, cerebro prominente, de rostro flaco y con cuatro 
pelos rubios mal cuidados por bigotillo, ¡Salud también, compañeros! Es don Eduardo 
González Bobes, que dentro de ese tan a nuestra vida social. Este 

cuerpo menudo guarda un espíritu hombrecito de voz acre se crece 

y un corazón atléticos. Pidió la pa- : 4 j poco a poco y acaba por convertirse 

labra porque se está ventilando una cn lJn co ^ oso n0 me canso 

de las grandes cuestiones que afeo ^ nunca de escuchar a este orador por- 

que siempre encuentro en sus discursos imágenes bellas y oportunas, ideas y sentimientos 
elevados expuestos con diafanidad y elocuencia incontrastables. El “cronista* se com- 
place en repetir aquí los aplausos que siempre le prodiga en las asambleas. ¿Sus defec- 
tos ? No tiene más que el de tomar demasiado a pecho las interrupciones de proceden- 
cia sospechosa y obscura. 

D. Manuel Perez Taran o 

Confieso que cuando D. Manuel Pérez empezó su carrera oratoria en el Centro 
no me resultó muy simpático ? ni por su figura, ni por su voz, ni por sus ideas. Pero 
con el tiempo ha mejorado grandemente en lo físico y hasta en lo moral Ha engordado, 
y sus ideas son moderadas. Eso lo energía cuando el caso lo requiera 

traen el tiempo y las experiencias de Cuando se acalora “saca" una voz 

la vida. Es uno de nuestros orado- I tonante que impone, y.... hasta se 

res más ecuánimes, sin que esto pone feo. Figura en el actual Do- 
quiera decir que carezca de gran ** bienio — 1926 — como Presidente de 

la Sección de Beneficencia, lo que le obliga a estar constantemente en la lucha, porque 
la tal Sección es el “caballo blanco 1 de todas las quejas y acusaciones, más o menos in- 
justas. Para defenderla se necesita un hombre enérgico, honrado y justiciero, y ese 
es don Manuel Pérez Tárano, 



al sentimiento patrio su voz flamea 
y estalla. Cada período de su dis- 
curso es coreado por una ovación 
j ust. i c ¿era A demá s de gran or ador, 
Amallo Machín posee vastos cono- 


638 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D. Ramón Fernandez Llano 


— ' Señor Presidente y señores de la Junta General; la cuestión que aquí se debate 
tiene que ser examinada bajo sus dos aspectos fundamentales: el aspecto puramente 
sentimental y el aspecto puramente jurídico 11 No hay para qué conocer de ante- 

mano al que acaba de pronunciar estas palabras para adivinar en él a un letrado. En 
efecto, lo es, y de alto prestigio el conceptuoso y reposado. Esto en 

Sr. Fernández Llano ; y es, además, los exordios, porque luego, en el 

uno de los oradores más promínen- transcurso de la oración, también se 

tes de nuestra casa social. Su voz exalta y se acalora y se come al- 
es de agradable timbre y su decir J gunas sílabas dominado por la emo- 

ción, El Sr, Fernández Llano tiene una muy brillante historia dentro del Centro Astu- 
riano y por eso su palabra influye poderosamente en las decisiones de las Juntas Gene- 
rales, Por lo regular este notable orador ha figurado en estos últimos tiempos como 
leader' de la oposición; pero el ‘cronista”, "ministerial " recalcitrante, reconoce en la 
oposición del Sr. Fernández Llano aquella altura nobleza y sincero patriotismo que 
nunca dejan de ser fecundos en bienes. 


D Juan Rodríguez 

Anciano benemérito de la Casa, pues ya cuenta por docenas los años en que viene 
luchando por su engrandecimiento. Habla siempre con vehemencia juvenil /'porque 
le sale de adentro ', y esta es la causa de lo trémulo de su voz y de la humedad de sus 
ojos y desús labios. Su blanco cabello, siempre alborotado, y su costumbre de señalar 
a lo alto con el índice de la mano brazos. Gusta donjuán — como to- 

derecha le dan cierto aspecto de JÉF & dos los viejos — de recordar los tra- 

apóstol y de profeta, A veces es bajos y afanes que realizó en pro 

peligroso sentarse a su lado por el del Centro Asturiano, y como la 

vigor y celeridad con que sacude los Junta los reconoce, le aplaude con 

justicia. Habla con frecuencia de "echar la llave a la Caja del Centro pero al mismo 
tiempo pide que no se escatime nada en el "confort ” y la buena alimentación de los 

enfermos No es fácil conciliar lo uno con lo otro, pero la Junta aplaude a D. Juan, 

y e! "semblancista” une con gusto sus aplausos a los aplausos de la Junta. 


D Manuel García Rosales 


Hace años que anda mohíno, cabizbajo, como alicortado, pero en sus buenas 


tiempos fue orador bizarro, contun- 
dente, de frases rápidas, decisivas y 

aptitudes resueltas Iba, juro a | 

Dios, para "leader" y se nos quedó ^ 
en el camino, aguardando horas más 



felices, a lo que parece. Cualquier 
día, cuando menos lo esperemos, el 
señor Rosales tomará la palabra, y 
después de un serio toser y gallear 
la cabeza, como advirtiendo: — 'di, 


jóvenes, aún hay que tenerme en cuenta, — reanudará sus cívicas gestas oratorias. — O. G. 



UN ANGULO DEL MESON O CAFE, CUYAS PAREDES ESTAN ILUSTRADAS CON ESCENAS DEL QUIJOTE EN AZULEJOS 
SEVILLANOS: EN EL QUE LAS LAMPARAS DE NOBLE VEJEZ ; LAS HOLGADAS SILLAS DE CUERO REPUJADO Y 
BLASONADO; LA VIGUERIA DEJj CASTELLANO TECHO Y LAS RECIAS CANCELAS DE HIERRO CONTRIBUYEN A 
DAR UNA INTENSA IMPRESION DE ESPAÑOLISMO MUY SIGLO XVIII 

(Ft>to J H O* Argüelles) 


! 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 63Q 






, 


















EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


641 


D. Enrique Cima y Cabal 

— Señor Presidente, pido la palabra.- — ¿Para qué la quiere su señoría? — ¡Hombre! 
íVaya una pregunta,...! ¡Para hablar! — No puede hablar su señoría. — ¡Pues protesto! 
Su señoría ha confundido ese sillón presidencial con d trono del Zar de todas las Rusias. 
(Rumores, aplausos y risas). El que acaba de contender tan rumorosamente con la 
Presidencia es el inquieto y batallador Enrique Cima. También este orador es de los 
de edad indefinible. Lo mismo pue- fisonomía por lo cual su gesto es casi 

de tener veinticinco que cincuenta JKT ' tan temible como su palabra. La 

a ñ os . D e reg u ! a r es t a t u r a . d e ros- eloc u ene i a de C i i n a es a c c i d en la d a 

tro largo, pálido y todo afeitado, e irregular. Ha comenzado su pero- 

Hay algo de mefistofélieo en esta - ración con voz enfermiza, pero ¡cui- 

dado con él! De improviso nos sorprende con un arranque grandilocuente o con un 
epigrama mortífero. Ha progresado mucho en estos últimos tiempos, adquiriendo 
aplomo y cierta elegancia en el decir. Su único defecto, o mejor dicho, su debilidad 
consiste en considerarse siempre aludido en los discursos del Sr. González Bobes, 

D Vicente Fernandez Riaño 

Cuando el nombre del Sr. Fernández Riaño empezó a sonar para Presidente del 
Centro Asturiano, alguien se acercó a mí para preguntarme: — ¿Pero Ud, cree que Vicente 
con su carácter tan superficial y jaranero sirve para Presidente?— ¡Sirve!- — ¿Pero Ud. 
lo conoce ? — Le digo a Ud que Riaño será un gran Presidente. No me engañé ni podía 


engañarme porque no soy de los que 
juzgan a los hombres por la super- 
ficie* Su inmensa obra ahí está pre- 
gonando la amplitud de su espíritu, 
la reciedumbre de su voluntad y su 



pat r i ot ismo no supe rado . Pero tan- 
to como en su labor inmensa, grave 
y silenciosa, yo le admiro en la pre- 
sidencia de las juntas generales 
¿Es orador? Sí lo es. No hay en su 


palabra entonaciones tribunicias, pero sí una amable sencillez y diafanidad cautiva- 
dora. Si la persuasión es el fin de la elocuencia, Fernández Riaño es todo un orador. 
Nadie como é! conoce la psicología del 'opositor ’ 1 más obstinado. Con una frase le 
desconcierta, le extravía y le vence. Tal es el don de gentes de nuestro Presidente 
actii^l que aún aquellos que con más furor le acometieron en la junta son los primeros 
en adelantarse luego a estrechar su mano. No tiene enemigos. 


Las "semblanzas" que anteceden han sido escritas hace ya algunos anos, habiendo 
fallecido algunos de los más ilustres oradores que en ellas figuran, como D. Amallo 
Machín, D. Rafael García Marqués, D, Dionisio Peón, D. Eduardo G. Bobes y don 
Ramón Fernandez Llano, de quienes se conservará en el Centro Asturiano grata y perpe- 
tua memoria. Por fortuna, los más aún continúan ilustrando nuestras asambleas con su 
elocuente palabra. Las "semblanzas 1 que siguen corresponden a los oradores que han 
surgido después, aunque algunos son de los veteranos que no habían sido anotados entre 
los primeros por descuido del autor; por eso tengo el mayor gusto en incluirlos en esta 
segunda "serie". 


642 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D Luis R. Rodríguez 

—“Señor Presidente, señores de ia Junta Directiva y señores de la Junta General. 
A mí me extraña muchísimo que algunos señores socios del Centro Asturiano traten 
este asunto tan a la ligera cuando en él se ventilan grandes intereses morales del Centro 
Asturiano y cuantiosos intereses materiales del Centro Asturiano. Porque el Centro 


Asturiano. ... Así suele expresarse 
el orador que más ha batallado qui- 
zás por el auge y la gloria de nues- 
tra Institución: don Luis R Rodrí- 
guez. Tan encariñado está con ella, 


wm 
... .. . 


que hasta en sueños debe de pro- 
nunciar el nombre del Centro As tu- 
riano. Alto, flaco, pálido y nervioso, 
todo su cuerpo vibra cuando una 
oposición poco razonable pone en 


peligro alguna parte de los intereses sociales. Fuera de estos casos su oratoria es apa- 
cible y sesuda. Conoce el pasado, conoce eí presente de nuestra Sociedad como ninguno 
y presiente para ella un inmenso porvenir. Sobre ello trabaja y en ello inspira todas 
sus oraciones. Por eso en esta casa se le quiere y se le admira 

D. Antonio Mendez Mendez 

Aunque su cabello es blanco don Antonio no es ningún viejo. Esto se nota en 
la pulcritud de su persona, y sobre todo, en el esmero con que peina “la raya al centro’ b 
No es un orador de ‘ primera’ , aunque pudiera serlo si le fuera posible corregir su pro- 


nunciación un tanto dificultosa y su 
ad emán u n poc o desm adej ado . 1 ha- 
bla con la cabeza inclinada hacia el 
hombro derecho, y tiene un movi- 
miento peculiar de hombros y de 



brazos como si fuese a quitarse la 
chaqueta. .. pero no se ía quita. Es 
D. Antonio Méndez hombre de 
grandes iniciativas y es en la actua- 
lidad un dignísimo miembro de la 


Junta Directiva del Centro Asturiano, donde se le estima, sino por su brillante oratoria, 
por su clara inteligencia y su buena voluntad. Se le han confiado y se le confían las 
más importantes comisiones y en todas ha eonseguidograndes éxitos para la Institución. 


D. Avelino Canellada Alonso 


Un cabo de tabaco en la comisura de los labios, la faz risueña y el gesto avizorante 
de quien está a cubierto de sorpresas. ., Habla bien, con aplomo, sin entretenerse en 

divagaciones, pues es hombre de acción y de lucha De estas luchas sacó a más de 

amigos y simpatías, seis meses de inacción en una cama, duros tormentos y a modo de 
corolario leve cojera “per ínsecula nuestro buen Canellada marchaba 

seculorum ’, triste remate de un via- j|P confiado en la estabilidad de su au~ 

je que, en servidos de propaganda íjv, * M tomóvil, que dando una trágica 

del Centro, vi ose i n te ru impido en t|ÍJ. jfrcT voltereta, púsole a pocos pasos de 

plena carretera de Güines, cuando la tumba. Olvidado el accidente, 

soldada la pierna malherida, restañadas otras quebrantaduras y adormecidos otros molb 
miemos, este hombre chiquito y servicial sigue su sino, que es trabajar por la grandeza 
de la Sociedad, siempre con un tabaco humeante a flor de labio. — O. G. 




¡'i-í.-'jv 

í-tifT&í 


DETALLE DEL ARTISTICO MOSTRADOR DEL CAFE, CON EL CELEBRE CUADRO *t LOS BORRACHOS' 
VELAZQUBE, REPRODUCCION ADMIRABLE DE DA CERAMICA SEVILLANA 


DEL GLORIOSO 


£ 

I 


(F oto J. G Argüelles) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


645 


D. Gregorio Alonso 

No figuró don Gregorio en la primera ‘ tanda'' de nuestros notables oradores por 
un descuido o un olvido del autor de estas "siluetas' ", falta que ha lamentado después. 
Pero nunca es tarde si la intención es buena. Muchos años hace que este celebrado 
orador viene tomando partéenlas juntas, siempre con el aplauso de los que le escuchan. 
Es, sin disputa, el orador más 'lírico ‘ de la Casa, tanto por los brillantes conceptos que 
emite, como por su voz musical y 
armoniosa. En efecto, por ahí se 
le llama el "Mirlo de la Quintana ". 

Pero, si se ha de decir la verdad, en 
la mayor parte de sus discursos no 
rre con gran acierto y serenidad de juicio. La prueba está en que tuvo a su 
cargo la Presidencia de la Sección más prosaica y menos lírica de la Casaría de Intereses 
Materiales. En suma, que por su cultura y porte distinguido a don Gregorio se le 
confían las más delicadas comisiones "representativas " en las que siempre deja a la 
altura debida el nombre del Centro Asturiano. Le repito aquí mis aplausos con el mayor 
placer. 

D. José Fernandez Martínez 

El Sr. Presidente Tiene la palabra el señor Palomo. 

E] orador: — Señor Presidente, yo no me llamo "Palomo", sino José Fernández 
Martínez, para servirle. Me extraña que su señoría me llame "Palomo" cuando sabe 
lo poco amigo que soy de andar con ‘arrullos gubernamentales 

La asamblea ríe y aplaude. El orador que así acaba de dialogar con la Presidencia 
es un hombre corpulento con tendencias a la obesidad, de rostro más ancho por abajo 
que por arriba, nariz ligeramente corva, ojos pequeños, pero vivos, y de color sano. Es, 
pues, el aspecto físico del señor Martínez de los que nada revelan mirados desde el punto 
de vista intelectual ; pero con él las apariencias engañan. En efecto, don José Fernández 
ha pedido la palabra para combatir 
un acto de la Directiva que no le 
parece bien ; y ya desde los primeros 
momentos nos sorprende con la 
exactitud de su palabra y la clari- 
nuestro orador gusta de la oposición, pero no hasta el extremo de hacerla por sistema. 
Alaba o censura, según su leal saber y entender. El Sr. Fernández y Martínez, al 
igual que otros beneméritos asociados, no ha nacido para orador, pero el entusiasmo y 
el cariño que siente por el Centro Asturiano le ha hecho "romper a hablar", y lo hace con 
el gusto y el aplauso de todos. ¡Milagros del entusiasmo y de la féL.. 



dad de su juicio. Nada de palique 
inútil ni de perendengues retóricos. 
Váse derecho al asunto y sin el me- 
nor embarazo para llamarle pan al 
pan, y vino ai vino. Se conoce que 



tiene de "mirlo" más que la ento- 
nación. A lo mejor no se “anda 
por las ramas' ' y se ciñe al tronco, 
esto es, a la parte sólida y práctica 
de los asuntos, sobre los que discu- 


646 


EL LTBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D Carlos Fernandez Mendez 


Aspecto serio, docto, de clérigo indulgente y amable. Sí, sí, buena amabilidad 
nos dé Dios, Bajo aquella mirada suave y serena, que velan unas gafas un poco imper- 
tinentes, se agazapa un espíritu sarcástico, volteriano, terriblemente demoledor.... De 
ahí que, con harta frecuencia, veamos al señor Méndez solicitar la palabra, y a seguidas 
de mesarse los ralos cabellos que acusan una calva incipiente, disparar verdaderas cata- 
pultas sobre la junta directiva apro r han provocado un sin fin de mur- 

vechando los menores incidentes, mullos, de protestas, de interrup- 

El fuerte del señor Méndez son el eiones, muy a lo clásico "calar el 

ataque, la controversia, la discre- M r chapeo, requerir la espada e irse", 

panda.... para cuando sus conceptos ¡Y la del humo, hermanos! D. Car- 

los, quebrantada la tranquilidad de las asambleas, vuelve a ser el buen clérigo de todos 
bien quisto, que se retira a su apacible hogar, dejando a los demás la tarea de des facer 
el entuerto provocado por sus palabras. Y durante una temporada no se haré visible. 
Es a modo de relámpago en noche estrellada y sus apariciones tienen mucho de meteorices 
e intermitentes. — O. G, 

D. Fermín S. Solis 

Surge en medio de la Junta una cabeza pequeñuca, de pelo 1 rizoso' \ con un rostro 
casi todo narices. Parece una cabeza parlante de las que se exíben en las ferias pero 
no hay tal. Dentro de aquella cabeza hay algo; hay cuando menos, una idea altísima 


del respeto que se debe a la "Ley 
Social", — -"Lo que se pretende ha- 
cer, señores de la Directiva y seño- 
res de la General, será todo lo bene- 
ficioso que sus señorías quieran para 



el Centro Asturiano, pero eso barre- 
naría e! Reglamento y yo no puedo 
estar con forme con esas barrenas ... 
Es en vano que los más aguerridos 
tribunos de la Casa se desgañiten 


para convencer a Solis, Su cráneo será pequeñuco, pero es redondo y macizo. No es 
lo que se llama un orador de fuste, pero habla con desembarazo, y suele explicar con 
lucidez alguna buena idea, por lo que no he vacilado en destinarle su correspondiente 
espacio en esta "galería". 

D. Armenio la Villa 

Cuello duro y puntiagudo — lo que acusa un carácter — perfil clásico de banquero 
semita, con unos lentes prismáticos, que lo ven todo, signo de actividad cerebral como 
testimonio de cansancio ocular; gesto amplio, voz arrebatada : una mano que se mueve 


nerviosamente, oprimiendo blanco 
pañuelo; este pañuelo, que acaricia 
el rostro y seca la sudorosa testa. .. 
y ya teneis al Sr. La Villa, cubano, 
oriundo de Pilona, barriada de Ovie- 


do (señas geográficas proporciona- 
das al solicitar su inscripción en el 
Círculo Ovetense), que es elemento 
imprescindible en las asambleas as- 
turianas por la fogosidad de sus 
discursos, el buen criterio que informa éstos y la simpatía que emana del orador, cuya 
impulsividad es siempre de carácter patriótico y democrático.-— O. G, 




M tf^ E n ORT!Z - SECRETARIO DE DIAZ, PRESIDENTE, CON D RAFA! 

ítÍ"L LA ’ D ' JOSE A ‘ PALACIO barro, VICEPRESIDENTE 7n t DEL HONORABLE PRESIDENTE DE la RBP 

D. la^eano A SffSSB* hspa^ 0 ^ SoSS 1 ^ 0 

EEA " ~“i srrss 1 ® £"°“ 




ÍFoto J, c. Argüe l les ) 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


649 


D. Emilio Fernandez 

Todavía el Sr. Presidente no ha declarado abierta la sesión cuando don Emilio 
pide la palabra. En efecto es siempre el primero que habla en las Juntas y.... el último 
que io deja. Su oratoria casi siempre áspera y destemplada corresponde a su espíritu 
escudriñador y cicatero — “Señor Presidente: aquí lo que queremos es que ' haiga ' mo- 
ralidad. Por eso necesito que el Don Emilio siempre está en la opo- 

señor Presidente me explique quien dr * hflPlk s ^ c ^ n P or q u e nació para eso. En 
se ha comido las dos canastas de !_ gobierno se asfixiaría. Cuando 

"güevos" frescos que ayer había en se írrita infunde pavor a la asamblea 

el almacén de la “Covadonga'b... con su gesto feroz y el fulgor sinies- 

tro de su ojo único... Con todos sus defectos, hay quien cree que don Emilio es 
indispensable en las juntas, porque dice que los empleados y los “directivos'' procuran 
no incurrir en equivocaciones ni negligencias “por no oir" luego a don Emilio. . . En esto 
consiste su utilidad 

D Laureano Alvarez 


Hasta ahora no lo he visto y oído más que en la oposición. Habría que oírlo y 
verio en el gobierno, en el que suele cambiarse mucho de actitud y de tono, por aquello 
de que “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Por de pronto es un polemista de cuidado 
No tira arañazos, sino estocadas. Es persuasivo y a ratos avieso, pero no se le puede 


negar que estudia, que indaga y que 
se interesa profundamente por los 
asuntos del Centro Asturiano Yo 
le aplaudo algunas veces y le aplau- 
diría con mayor gusto sí don Lau- 



reano se empinase algo menos al ha- 
blar, y no prodigase tanto sus son- 
risas sarcásticas. . . salvo que lo haga 
para lucir sus hermosas dientes de 
oro, lo que no es de creer, pues se 


trata de un hombre modesto y sencillo. D Laureano tiene una voz tremebunda, 
que resbala por el salón con acentos de huracán y si con la voz espanta, con los hechos, 
en cambio, gana voluntades, porque es generoso, manirroto quizás, en prodigar su dinero 
y ofrecer su cordial amistad. 

D. Nicanor Fernandez 

Es uno de nuestros más jóvenes oradores y acaso el más tribunicio Lo de tri- 
bunicio se explica no solo por la entonación, más o menos elevada que da a sus discursos, 
sino por su propia figura Con un poco más de corbata y algo más de tupé se podría 


colocar su retrato entre los de ios 
grandes oradores del tiempo de 
Mendizábal sin que se notara el 
anacronismo. Dígolo por su pre- 
sencia física: pero su espíritu per- 



tenece a nuestros días, y puede que 
a ios futuros. Por sus propios mé- 
ritos y con la satisfacción de todos 
ocupa en la actualidad la primera 
Viccp residencia del Centro Astu- 


riano. Su notable elocuencia, su ilustración, su afabilidad y don de gentes le llevarán 
algún día a figurar dignamente entre los asturianos que más honran a su tierra. 
Así lo desea el autor de estas ligeras “semblanzas" 


650 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D. Antonio Sierra Perez 


No tengo el gusto de saber en qué parte de Asturias nació este orador, pero es muy 
posible que haya venido al mundo en alguno de los concejos más bravios. Digo lo tanto 
por su aspecto físico como por su * genio 11 oratorio. Eí hombre no es de muy aventa- 
jada estatura que digamos, pero su gesto, cuando habla, se parece al de un caudillo 
celta ofendido, o al de un campeón de "cibiello y montera" frente al adversario. En 


cuanto a su ' genio se ve que nado 
para la oposición, pues todavía no 
!e hemos oído pronunciar una pala- 
bra de encomio para el gobierno de 
la Sociedad. Es claro que el go- 



bierno no ha de hacer todas las co- 
sas mal ; pero los oradores de! tem- 
ple de Sierra Pérez necesitan que los 
gobernantes no hagan nada bueno. 
No tendrían entonces ocasión para 
lucir sus facultades oratorias. Así y todo, la junta aplaude con frecuencia al señor 
Sierra Pérez porque sabe que éste ama al Centro Asturiano con verdadero amor; 
y que hay hombres así, que manifiestan su cariño, unos con caricias y otros con puñe- 
tazos. Por eso este distinguido orador cuenta con nuestras simpatías, 

D. José María Alvarez 

Yo no conocía a este orador, pero cuando le vi por primera vez en una de nuestras 
juntas al punto murmuré para mí: — Este es un nuevo orador. ¿En qué me fundaba? 
En lo abultado de su cráneo, en su calva pensadora, en su barbilla saliente y en el notable 
desarrollo de su mandíbula inferior. Cierto que no todos son calvos nuestros buenos 


oradores, pero lo son algunas de los 
más d íst ingu idos . Fij á ndose u n po- 
co, casi todos los oradores presentan 
algunos de éstos rasgos fisonómicos 
Habló don José María y tuve la 



satisfacción de ver confirmadas mis 
conjeturas frenológicas. Me gustó 
extraordinariamente por el aplomo, 
la claridad, la lógica y e! buen sen- 
tido de su peroración . Así como es 


de lamentar ia verbosidad exuberante de algunos con este orador sucede todo lo 
contrario. Habla pocas veces y como forzado a hacerlo. Sin embargo, su palabra 
ha salvado muchas veces las confusiones que dominaban en la asamblea. .. A ver si 
esta "semblanza le sirve de estímulo al elocuente don José, 

D. Alberto Rodríguez 

¿Merece D. Alberto Rodríguez figurar en esta galería? En puridad, no; pero 
¿quién nos garantiza que la nervio- 
sidad de D. Alberto durante las jun- 
tas generales, su cambiar de sitio, 
su ir de un lado a otro, hablando 
con aquél, cuchicheando con este, 
aplausos, de protestas, de murmullos, de silencios solemnes y profundos, que la de don 
Emilio Fernández, pongamos entre nuestros tribunos?— -O. G. 



riendo con el de más allá, no son 
formas expresivas y elocuentes de 
oratoria, oratoria silenciosa, mansa, 
pero no menos convincente y per- 
suasiva y a veces concitadora de 



EN LA CITADA FIESTA DE INAUGURACION: INSTANTE EN QUE EL ILUSTRE POLITICO CUBANO DR, D. RAMON 
&AYDIN Y MARQUEZ STERLING PRONUNCIABA SU MAGNIFICO DISCURSO 

(Foto J. C. Arguelles) 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


653 


D. José Ramón Rodríguez Viña 

T ampoco el aspecto físico de este distinguido asociado dice gran cosa, así, a primera 
vista . Es verdad que en su cara redonda hay algunos asomos de perspicacia y agudeza, 
pero lo cierto es que la primera vez que lo vi en una junta levantarse "para hacer uso 
de la palabra”, no pude por menos que murmurar para mí: — Vaya, este socio nos va a 
decir algo sobre la despensa de la "Covadonga\... Tiene facha de detallista,... jMe equi- 
voqué de medio a medio! Se esta- materialistas. Ello es que aquel 

ba discutiendo uno de los problemas .. p¡|. J oven de aspecto vulgar, que aquel 

de orden moral que a cada rato se Y**" I Rodríguez Viña discurrió muy se- 
les presentan a las Instituciones rena, muy atinadamente sobre el 

Regionales, aunque se las acuse de caso; y con sus argumentos facilitó 

la solución del problema. Luego en otras juntas le oí disertar sobre temas diferentes 
relacionados con la administración del Centro Asturiano y cada vez me he ido conven- 
ciendo más de que el Sr. Viña es uno de los oradores que estudian y tratan de los asuntos 
de nuestra Casa con mayor competencia, sinceridad y cariño. El "semblancísta", aunque 
no le ha tratado con frecuencia, siente por el Sr. Rodríguez Viña verdadero afecto y 
simpatía, deplora que este "retrato le haya salido tan informe, incompleto e incoloro; 
pero confía en que le ha de salvar la buena intención. 


Otros muchos nombres de oradores meritísimos vibran ahora en los puntos de 
mi pluma, pero no me es posible continuar estas "siluetas" por falta de tiempo y de 
espacio Citaré tan solo para lamentar su ausencia de nuestras juntas los nombres de 
Bances Conde, Al varez Arcos, j uan G, Fumar íega, José Fernando Fuente, todos maestros 
en el arte del bien decir y que tan beneficioso influjo ejercieron en nuestras asambleas. 

Tenemos, en fin, un "Parlamento" no inferior en elocuencia a los de algunas na- 
ciones, y acaso muy superior a ellos en la pureza de sus intenciones y en el desinterés y 
nobleza de sus pensamientos. 

Y ahora no he de terminar estos "bocetos incoloros sin anotar una observación 
que acrecienta en grado sumo el extraordinario mérito de nuestros oradores. Salvo 
alguna que otra excepción estos hombres no han recibido en su niñez otra instrucción 
que la que puede proporcionar el humilde maestro de aldea, 1.a variedad y solidez de 
conocimientos que desplegan en sus oraciones a nadie se los deben más que a su natural 
inteligencia, a su voluntad indomable y a su ardiente amor a la sabiduría. Mucho 
puede valer un brillante título académico, pero estos "títulos de suficiencia” ganados 
en el mostrador o en el taller, en medio de las asperezas de una vida obscura y fatigosa 
no pueden valer menos a los ojos de quien sabe estimarlos en toda su importancia y 
su grandeza. 


M. Alvarez Marrón. 




SOCIOS 


FUNDADORES 







D, QUIHINO GARCIA 
MENDEZ 


No. 1 

D. RAMON BLANCO 
M EN ENDES 


No, 2 

D, FAUSTINO BER 
MUDEZ CASTRO 


D, FRANCISCO PE- 


D. CELESTINO FER- 


REZ FERNANDEZ 


NANDEZ GOMEZ 


ÍI) No nos fue posible obtener e! retrato de D. Bernardo del Rusto Obaya, precisamente el No. 51, último 
en el orden cronológico de los supervivientes. 


I 4 . 

í LOS SUPERVIVIENTES DEL 86 I 


A lo largo del camino han quedado muchos. De aquellos cien hombres 
a 1 e r ta — a n ten as p rod ig i os as que r eeog ier on una asp i r ac i ó n soci al — -sólo 5 1 
contestaron i presente! al pase de lista de principios de año de 1928. Faltan 
pues, la mitad, hundidos en e! misterio del no ser, después de habernos dejado 
a fin de que los recordemos perennemente, esta su portentosa obra comenzada 
el 2 de Mayo de I886 t 

He aquí los 51 heroicos supervivientes. Venerarlos e imitarlos y pedir 
que no se produzcan nuevos dolorosos claros en sus filas debe ser y es, indu- 
dablemente, la aspiración general de los asturianos, 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





ó>8 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 





No. 12 

IX VALERIANO LO- 
PEZ RODRIGUEZ 


No. n 

D, CANDIDO SU A- 
HEZ GONZALEZ 


No. 14 

D. CONSTANTINO R + 
CAMINO 


<F 
* 
* 


No. 7 

D. FRANCISCO R- 
FEKNANDEZ 


No. Itf 

L>, PRUDENCIO FER- 
NANDEZ GARCIA 


No, II 

D, JOSE DIAZ 
MENENDEZ 


No. 9 

D. SEGUNDO HE VI A 
CAÑEDO 


No. Si 

D. SATURNINO MI- 
GUEL TORIBIO 


No. fi 

D, ANTONIO LORO 
GONZALEZ 






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B . J 


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BL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D. JOSE PARDO 
GARCIA 


D, ANGEL ARIAS 
RODRIGUEZ 


D. EUGENIO HODRI 
GUEZ GARCIA 


No. 29 

D. R ALBINO RODRl 
GUEZ LOPEZ 


D. HONORIO FER- 
NANDEZ AL VAREE 


D. FAUSTINO AN- 
GONES RUBIERA 


D, ANTONIO A1ES 
TAS SUERO 


D. ALEJANDRO T 
CORRI PIO 


D. JOSE FERNAN- 
DEZ GONZALEZ 





£L LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


D. JOSE RODRIGUEZ 
FERNANDEZ 


D. JOSE ERARA 
GUTIERREZ 


D. ANGEL CEPA 
FERNANDEZ 


No, 3S 

D. FERNANDO FUE 
YO CASAL 


D. EDUARDO ZA- 
RR AC I N A F U E NTE S 


D. RAMON GARCI \ 
FERNANDEZ 


D. RICARDO BA 
RRIAL DIEGO 


D. RAMON DIAZ 
BENITO 


D. JOSE ARROJO 
MARTINEZ 


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D. JOSE BLANCO 
FERNANDEZ 


D. MANUEL PEREZ 
PEREZ 


D r MANUEL RODRÍ 
Ü U EZ R O D R IG UÉ Z 


D* JUAN GONZALEZ 
FERNANDEZ 


D. ANGEL CASA 
NUEVA FABIAN 


D. FERNANDO GON- 
2 A LE Z M A R T IN EZ 


0, FRANCISCO VE 
GA PORTILLA 


D. MANUEL SOMA 
VILLA BORBOLLA 


D, EUSTAQUIO A. 
FORCELLEDO 








VOCALES DE LA JUNTA DIRECTIVA 

EN 1927 









EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


LOS VOCALES DE 1927 


Pongamos ahora, al final de estas páginas, a quienes por figurar en la 
junta Directiva de 1927 en concepto de vocales les correspondió ei insigne 
f honor de recibir e inaugurar el espléndido Palacio Social. 


Merecen este leve, sencillo y afectuoso recuerdo en gracia a su impon- 
derable labor. No están, empero, todos. Ha sido imposible vencer la resis- 
tencia de algunos a “posar ' ante el lente fotográfico que habría de reprodu- 
cirles aquí. Que así son de humildes y recoletos Lamentémoslo, pues que 
esta galería de personas discretas, trabajadoras, que forman ei gobierno de 
nuestro Centro, aparece incompleta, mutilada, cuando tan grato nos fuera 
presentarla totalmente, sin excepciones ni ausencias. 


EL ANGEL MlfrAGO 
Rfíl FRANCO 


D. BENIGNO JVTUÑIZ 
ALVAREZ 


D. RICARDO SETA 
REZ GONZALEZ 


D. FERMIN PIEIGA 
DEL VALLE 


D. MIGUEL MENDEZ 
DIAZ 


D. RAMON ALVAREZ 
TAMA RGO 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



D, ISMAEL IGLE- 
SIAS GUTIERREZ 


D, ALFONSO MOL- 
TAS MARTINEZ 


D, VICENTE HE VI A 
HEVIA 


D r DIEGO FERNAN 
DEZ FERNANDEZ 


D. FRANCISCO PE 
HEZ GONZALEZ 


D. X.UIS MENENDEZ 
CARREJO 


D. PEDRO SANCHEZ 
ARTIDIELLO 


D JOSE DE LA PR[. 
DA VILLA 






EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


00 / 


IX LUIS MUÑ1Z 
BLANCO 


DR, IX RAMIRO 
ABECES GONZALEZ 


DR. IX FRANCISCO 
B> RODRIGUEZ 
GONZALEZ 


D r VALENTIN M 
FERNANDEZ 


D. N1CASIO MAR- 
TINEZ JARDON 


D, JOSE FERNAN- 
DEZ MARTINEZ 


D. JOSE ALVAREZ 
GARCTA 


R. PRUDENCIO AL 
VAREZ GARCIA 







D, ANTONIO M EN 
DEZ GONZALEZ 


D. ANGEL GARC ! A 
RODRIGUEZ 


D. FERMIN SUAREZ 
CASTAÑO 


D- ALFREDO PER 
NANDEZ MENDEZ 


D. ENRIQUE SAN 
JULIAN MENDEZ 


D, RAIMUNDO GAR- 
CIA BARRIAL 


D. CELESTINO RO- 
DRIGUEZ MEGIDO 


D. JOSE CAS APRIMA 
RODRIGUEZ 


D, HIPOLITO RE 
GÜERO CAR US 







AUTOGRAFOS 





EN EL ALBUME DE LA COVADONGA 

Las generaciones venideras verán en el acto realizado hoy por el Centro Asturiano, 
que aparte de nuestra trabajosa vida mercantil nos preocupaba también el bienestar de 
nuestros hermanos. 

Marzo 14 de 1897. 

El Marques de Arguelles, 
Presidente, 


Hago bueno y ratifico con la mayor satisfacción cuanto en estos solemnes mo- 
mentos he dicho al Centro Asturiano y al numeroso público en la alocución que por 
encargo y en comisión del limo. Sr. Obispo de la Habana les he dirigido. 

Viva el Centro Asturiano, Vivan los hijos de Asturias. 

José María Palacio, 

Rector del R. Colegio de S. G. de Belén. 


He tenido el gusto inefable de acompañar a una bellísima miniatura de mujer 
asturiana a la fiesta que motivó la inauguración de la Covadonga. 

Se parecía a una hija mía, 

¡Dichoso el día que yo pueda contar en la gran sociedad asturiana los nombres 
de muchas hijas y muchas madres. 

Marzo 14 de 1897. 

José G. Pelaez. 

Lo que hace dos años era un sueño es hoy una realidad. 

Marzo 14 de 1897 

Rafael G. Marques. 

Todas las obras grandes se deben a la iniciativa del pueblo ; ésta es fruto de algunos 
obreros secundados por el ilustre asturiano don Manuel Valle y Fernández. 


Manuel A. del Rosal. 


672 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA RABANA 


Emigrante de las playas asturianas, mi esfuerzo personal, mi actividad y escasa 
inteligencia, dedicadas fueron al progreso moral y materia! dei país. 

Si la historia ha de ser fie i la fundación deí Centro de Dependientes y este gran 
monumento social honra y gloria de Asturias en América, atestiguaran estas mis frases. 

Marzo 28 de 1897. 

Feo, Sta. Eulalia. 


Ei pueblo que descuella en la virtud del trabajo, es capaz de acometer y dar cima 
a toda noble empresa. De! grado en que poseen esta virtud los hijos de Asturias, es 
un elocuente testimonio “La Covadonga", erigida en días muy tristes para la Patria, 
días tristes, que en nada han influido a debilitar la inquebrantable fe y entusiasmo de 
los asturianos en la perpetuidad de sus obras. 

J. M, Villa verde. 


Esta obra honra a la ciudad de la Habana, y a los asturianos que la han llevado 
a cabo. El germen que hoy existe augura un gran porvenir. 

Habana 7 de Abril de 1897. 


Dr. Gonzalo Arostegui. 


He contemplado con admiración hada ios asturianos y con patriótico entusiasmo 
esta magnífica quinta, demostración fiel de que aun después de abatida del Morro la 
bandera española alienta vigoroso y potente el genio español en Cuba. 

Juan Corzo, 

Felicito a la Sociedad de Beneficencia Asturiana por el admirable orden y dispo- 
sición de las salas de enfermos, servicio sanitario y de administración que tiene esta* 
blecído en la hermosa quinta Covadonga, 

Habana 20 de Marzo de 1900. 

José Felipe Sagrario, 

(primer Cónsul que representó a España en Cuba 
después de la Guerra de independencia.) 

Asturias entre las provincias de España es Principado; la Covadonga entre las 
quintas de salud es realeza ; con razón los asturianos llevan en su escudo el Alfa y Omega. 

Fray Paulino Alvarez. 


Esperaba mucho y a pesar de eso, he quedado sorprendido. Los asturianos de 
ía Habana, pueden sentir orgullo al contemplar su grandiosa obra. 

Dr. Luis de Baralt. 




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CON SUMA INSPIRACION. EN N¿H¿ ra QUE «ARL 


(Foto J. £_ ArgileHes) 





CE NTRO AST URIANO DE LA HABANA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


675 


La unión hace la fuerza. Eso se ve de un modo irrefutable en la quinta Cova- 
donga. La asociación de fuerzas ha creado un Sanatorio modelo y, si se puede decir, 
de un lujo que hace recordar el Imperio Romano. 

Oscar At agüere, 

Delegado de Colombia, — Doctor en Medicina 
y Miembro de la Universidad de Berlín, 

En este magnífico establecimiento los asturianos han bien cumplido y cumplen con 
la divina palabra: '‘Lo que se dé a estos pequeños, se me dará a mí". 

Florear. 

P, L. Chapelle, 
Arzobispo de Nueva Orleans y 

Delegado Apostólico de Cuba 

Con toda mi efusión por la admirable creación en la Habana por ios hijos de As- 
turias. Ellos dan el ejemplo de lo que son los pueblos cuando se obedece y se trabaja 
por la civilización. La unión hace la fuerza* 

Junio 31 de 1903. 

Dr Edmund Brurt. 

Mi joven edad me ha permitido ver en mis últimos estudios todo lo confortable 
que encierran los hospitales modernos, y me inclino delante de la instalación admirable 
y curiosa de la Asistencia Sanitaria Asturiana. Por el progreso de una solidaridad 
digna de servirnos de modelo. 

Dr. J. Busbec. 

Habana 31 de Enero de 1903, 

Covadonga. Ejemplo y admiración sin par del Santuario más perfecto donde se 
administra la caridad y se alivian las dolencias de la humanidad. 

Dr Rivas. 

Yo he tenido ocasión de visitar este brillante Sanatorio en el que fui sorprendido 
por el progreso de la medicina en este joven país. Yo no conocí hasta ahora nada igual 
dentro ni fuera de Cuba 

Junio 30 de 1903. 

Dr Chas W. Hall. 

bodas mis felicitaciones por la obra admirable creada en la Habana por los hijos 
de Asturias, que han dado un ejemplo: Que todos los pueblos aún aquellos que se dicen 
los más ilustrados debían estudiar y seguir su obra: “La unión hace la fuerza . 

Habana 31 de Enero de 1903. 


Edmund Bruvert. 



676 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


En nombre de ‘TdAuviat RivebJ que me ha suplicado expresara a ia sociedad 
asturiana y cubana sus sentimientos de pena de no poder venir ellos mismos y dirigirse 
al Presidente y sus miembros para felicitarlos por su obra soberbia y darles las gracias 
por la manera tan hermosa y agradable con que fuimos recibidos. 

Habana 31 de Enero de 1903. 

U. Uluvier, 

Jefe de Estado Mayor de la 
División Naval de "L Atlantíque - 

Estoy encantado de mí visita al establecimiento fundado por la Sociedad Astu- 
riana, las maravillas que los miembros de esta Sociedad han sabido realizar son la más 
grande demostración de lo que se puede obtener por la Asociación y la solidaridad. 

Dr. Curícier. 

Obra espléndida de la solidaridad de un grupo de hombres relativamente corto, 
muestra la Quinta del Centro Asturiano cuán alto precio tiene y cuántas maravillas 
puede realizar aquella virtud, la primera de las virtudes sociales, 

2 de Octubre de 1903, 

E> G ÍBERO a. 


Que esta Quinta sirva en el transcurso de muchas generaciones de ejemplo a los 
españoles, del poder benéfico de sus grandes hermandades. 


J. S, de Toca. 


8 de Noviembre de 1905. 


Sirvan estas líneas para reflejar la grata impresión de un representante de la vieja 
Asturias, ante los esfuerzos coronados de tanto éxito de la Asturias Nueva tan vigorosa 
como estrechamente unida a su fecunda madre 

8 Nov. 1905. 

Marques de Lema. 

iCovadongaí A los recuerdas de gloria que tu nombre evoca en toda alma española, 
yo he de añadir otro desde hoy 

Allá en nuestra España, eres el símbolo de la nacionalidad; aquí en esta hermosa 
tierra, perdida para la patria, eres un rincón de la noble Asturias, de ¡a madre común 
de todos los españoles, 

[Bendita seas, Covadongaf 
Octubre de 1905. 


Pedro González Muñoz. 




PRESIDENTE GENERAL DEL CENTRO, D. MANUEL MUÑIZ DIAZ, CON EL VOCAL NATO, D. ANTONIO SUAREZ 
I SLAKKZ, A SU IZQUIERDA ■ VICEPRESIDENTE PRIMERO, D. JOSE ANTONIO PALACIO BARRO, A LA DERECHA 
T MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA, MOMENTOS ANTES DE RECIBIR EL PALACIO SOCIAL 


cr 


(Poto X C> Argüe! Ies) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


679 


En la quinta *'Covadonga " la ciencia ha esculpido la ultima palabra, y yo la admiro 
estupefacto. En ella se rinde culto al progreso de la higiene moderna, en su grandioso 
edificio, por su belleza lujuriante que la corona, la eterna caridad fraternal, y el patrio- 
tismo que encierra. 

Mayo de 1906, 

Lorenzo Schiappa, 
Secretario de la Embajada 
Extraordinaria de la Santa Sede. 


Quinta de Salud Covadonga, 

Siente con noble intensidad sus padecimientos el que se enferma lejos de la Patria 
y del hogar doméstico. Loor a esta Asociación que rodeando de comodidades al pa- 
ciente, y, prestándole todos los auxilios de la ciencia, atiende piadosamente las angustias 
de tan dolor os a situación 

J. Ríos Rivera, 
General de! Ejército Libertador 

La quinta "Covadonga” es un milagro de la caridad, y del amor fraternal en el que 
se venera y se bendice a Dios. Su nombre es áncora capaz de todas las cosas grandes 
e inmortales. Por eso digo que nadie debe desesperar de la humanidad 

Lo ha demostrado el Centro Asturiano en la concepción y ejecución de esta obra 
digna verdaderamente de un pueblo fuerte. 

5 de Mayo de 1906. 

J Aversa, 

Enviado Extraordinario 
de la Santa Sede 

Quedo sinceramente agradecido al señor Bances Conde, por su bondadosa cortesía 
en ofrecerme la oportunidad de esta visita. La Quinta Covadonga, que es magnífico 
establecimiento de salud, perteneciente al Centro Asturiano, pone a la vista, de relieve, 
bajo el aspecto más útil y humanitario, las inmensas ventajas que se derivan de las 
grandes asociaciones inteligentemente organizadas y honradamente dirigidas para bene- 
ficio nuestro y de los asociados. Estos, en caso de enfermedad, encuentran aquí sin 
diferencia alguna de posición social, cómodo albergue, asistencia eficaz y los recursos to- 
dos de la ciencia al día con los adelantos modernos y las mejoras introducidas en esta clase 
de establecimientos. 

Me es grato consignarlo así en las presentes líneas, acompañándolas con mi cordial 
felicitación a los encargados del instituto en el orden profesional y administrativo 
Mayo 30 de 1906 

T. Estrada Palma, 

(Primer Presidente de la Rep. de Cuba) 



680 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Ante el milagro de los hombres 

Llora de dicha el pecho religioso 
viendo este asilo a la piedad labrado, 
besa los pies de amor arrodillado 
a quien lo alzó hasta el cielo milagroso. 

Dios está aquí : su pecho portentoso 
le muestra abierto cual misal sagrado; 
leed en su gran libro idealizado, 
bondad, amor, virtud, todo lo hermoso. 

Sublime Asturias de ánimo indomable; 
tu erigiste este triunfo incomparable 
dd humano dolor a la memoria. 

Quien buscó a Dios, aquí lo ha visto; 

¡si templos no tuviese Jesucristo, 
fuera este templo digno de su gloria! 

Salvador Rueda. 

Visitando el Sanatorio “Covadonga ", he tenido el honor de ver la afabilidad de 
los médicos y en particular del De Fresno, y he recorrida el maravilloso Sanatorio donde 
todo está perfectamente instalado. 

Septiembre 30 de 1907 . Dr. Aetex Renal. 

Me siento orgulloso de poder admirar la bella Casa de Salud " Covadonga ", y de 
expresar mis mejores sentimientos y un vivo recuerdo de la Francia donde hablaré de 
esta casa. 

Conté Amiriol Grasset. 

Dios bendiga esta Casa y el sagrado trabajo que está llevando a cabo. 

Bon aventure F. Bruderick. 

Jefe de los servicios municipales de New York. 

He tenido ocasión de visitar este hospital siendo un visitante de la ciudad de Nueva 
York; fui sorprendido en extremo al notar los adelantos en Medicina y Cirugía en esta 
joven República, 

Charles M. Hall 

jefe de los Servicios Sanitarios del Estado 

Toda mi felicitación para la obra admirable creada en la Habana por los hijos de 
Asturias: ellos han dado un ejemplo de solidaridad mutual ist a. 

Edmundo Bruldbael, 
Ministro de Holanda 




RECEPCION A LAS DELEGACIONES EN EL SANATORIO: EL DR. VARONA, CON EL VICEPRESIDENTE SR SIMON 
CORRAL Y IX MANUEL PEREZ TARA NO, A SU DERECHA; A SU IZQUIERDA, EL SUBDIRECTOR, DR. FRESNO 
Y EL DR. MENENDEZ MEDINA. PRESIDIENDO EL SIMPATICO ACTO 

(Foto J. O. Arguelles) 


§ 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


683 


En nombre del Almirante Rivert que me ha encargado de expresar a la sociedad 
asturiana y cubana su vivo sentimiento por no poder venir él en persona, yo dirijo al 
señor presidente y a sus miembros mis más sinceras felicitaciones por su obra grandiosa 
y mi agradecimiento por la agradable forma en que hemos sido recibidos. 

L. Olivierr, 

Jefe de la División del Atlántico. 

Admirable Sanatorio 'Covadonga \ lleno de poder y ciencia es alto honor para mí 
al tener e! gusto de visitarlo 


H. Dum, 

Profesor de Cirugía de Chicago, 


A! dejar esta Casa, donde prometo volver, quiero expresar a sus fundadores, co- 
laboradores y directores la admiración profunda que he recibido a! visitarla; es un mo- 
delo de instalación científica la más perfecta que yo he visto 


Leopoldo Mar villa in. 
Miembro del Instituto de Francia 


Altamente impresionado en mi visita al emporio "CovadongaA no quiero dejar de 
expresarlo de semejante manera 


Dr. Gravemann, 

Médico del Acorazado Príncipe Alberto, 
de Rusia. 


Una admirable institución que refleja el crédito de los que son responsables de su 
dirección 


Dr. Kítmann, 

Oficial de Salubridad Publica 
de Nueva York. 


Yo debo señalar que nunca he visto un establecimiento mejor instalado: él supera 
a todos los que he visto hasta el presente. 


Dr Friedich Heiyz, 
Médico del Barco Escuela 

^Elizabet \ de Alemania. 


ti! más deliciosamente situado hospital privado que jamás yo he visto, es un mo- 
numento fraternal de los españoles en América. 


Dr. Herbert, 

Jefe de los Laboratorios del Departamento 
de Sanidad de Pensil vania. 



684 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Con nuestra admiración más completa por la obra concebida y realizada. Nuestro 
voto muy querido de franceses sería que en nuestro país se pudiese hacer algo parecido. 

Hemaitz Boayer, 

Pastel r Valer y Radgt. 

Representantes ante el V Congreso 
Médico Nacional, 

Socorrer a nuestros semejantes es un deber que tenemos que cumplir en este Mundo, 
y yo no sé de ningún ejemplo más hermoso que el que ofrecen en la Habana, socorriendo 
a sus hermanos desvalidos, las sociedades españolas, entre las cuales figura de un modo 
prominente el Centro Asturiano, con el sostenimiento de su Quinta "Covadonga'b 

Sept. H908. Charles E. Magoon, 

Gobernador Provisional de Cuba. 

E! Centro Asturiano es una institución que hace gran bien a este país, y su magní- 
fico Sanatorio, haría honor a cualquier nación, aun tratándose de las que en esa materia 
han llegado a lo más alto, 

Sept. 184908, Julio de Cárdenas 

En este hermoso asilo, me siento acariciado por brisa suave de hospitalidad, cultura 
y caridad, tríptico que encierra el ideal de todo artista que sienta con generosidad humana. 

25“1Ü“Ü8. E. Borras, 

Después de haber visitado las principales capitales de! mundo, puedo afirmar que 
he visto muy pocos sanatorios comparables a la Quinta "Covadonga", y ninguno que 
la supere ni moral ni materialmente. Reciban sus asociados y los Directores de tan 
hermosa obra el testimonio de admiración muy profunda de 

Sept. 184909. Pablo Soler, 

Ministro de España. 

Al visitar este admirable sanatorio de “Covadonga \ he sentido orgullo de ser 
español, y pena de no ser asturiano. 

16 de Nov. de 1909 J. A, Gavestany* 

El Delegado de la República del Ecuador admira a las instituciones de esta dase 
que honran y enorgullecen a Cuba P Dr. Bartolomé Manfue, 

Delegado del Ecuador* 

El calificativo de + regio que tantas veces se ha empleado para designar personas 
sin más títulos que su nacimiento, debe reservarse para estas grandes obras de Huma- 
nidad, de cooperación y de respeto a la ciencia; porque ellas son las que verdadera y 
legítimamente "rigen y saben regir' 1 la vida de las colectividades iluminadas por e! 
ideal. ¡Loor a los asturianos, y sus colaboradores de Cuba, por este grandioso monu- 
mento de la Quinta Covadongal 

1 3 de marzo de 1910. 


Rafael Altamir a. 



GRUPO DE MEDICOS Y REPRESENTANTES DE DELEGACIONES EN LA ESCALINATA 
LA ADMINISTRACION DEL SANATORIO 


(Foto J* C. Arguelles) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


687 


Este milagro de la Asociación corre parejas con aquel otro del Monte Auseva. 
j Y luego dicen que la Virgen de Covadonga ye pequen ína y galana ! 

Pedro González Blanco. 

El sentimiento que despierta la Casa de Salud "Covadonga” es el de la admiración 
por lo que pueden la ciencia, !a caridad y el espíritu de asociación cuando coadyuvan 
a un fin noble y elevado. 

C. Quiroga. 

Como recuerdo de mi visita a "Covadonga" modelo de quintas de salud y del 
cariñoso recibimiento que he merecido por su ilustre Director y Cuerpo Médico, 

A. de Mariategui, 

22-12-1913. Ministro de España . 

Honor y gloria a mis paisanos, que en su Quinta Covadonga mitigan el dolor, 
y asisten a los enfermos dando con ello realce y esplendor a nuestra querida provincia. 

E. Cavaníllas, 
Cónsul de España. 

Un recuerdo de amistad y simpatía después de un recorrido por el Hospital "Co- 
vadonga A del cual quedé maravillado y admirado. 

Enero 9 de 1918, 

J. Ammee. 

Con nuestra admiración, la más completa, por la obra admirable que han realizado 
con nuestros saludos sinceros de Francia: nuestro deseo será que dentro de nuestro país 
podamos hacer algo parecido, los saludamos de todo nuestro corazón. 

Pasteo r Vallery Radgt, 

Mmeiluos Boyer, 

Recorriendo la República de Cuba para estudiar todas las cosas interesantes, he 
encontrado esta Casa de Salud, que es un establecimiento admirable, instalado y regido 
por los más recientes métodos de higiene. Estoy encantado de experimentar un gran 
interés por esta visita que me recuerda perfectamente el lugar de mi nacimiento, que 
es el gran Lazareto de Pauvillac, dirigido durante veinte años por mi padre, el Dr. Er- 
nesto Rerchón. 

Estoy bien preparado para apreciar esta Casa a la que deseo la suerte más gran- 
diosa en su asistencia a la humanidad. 

Carlos Berchon, 
Miembro del Instituto de París, 



688 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Vuestra obra admirable está reemplazada por lo que el hombre llama la caridad, 
donde es la necesidad de ayudarse , esta casa es de una gran alma y de un buen destino 
su porvenir brillante; a todos Ies deseo salud y prosperidad en esta obra admirable y 
deliciosa de la 'Covadonga' . 

Daisly G. de Soler. 


Encantado de la visita, deseo prosperidades eternas a este establecimiento be- 
néfico que hace una hermosa obra de caridad y de amor. 

Habana 1 1 de Julio de 1920. 


Honorio Cornejo, 
Comandante del Acorazado 

Español Alfonso XIII. 


Como se moja el que entra en el mar, se honra el que entra aquí, sólo a fuerza de 
tanta honra como irradia esta magnífica institución, obra de asturianos, pero gloria de 
España y de Cuba. 

25-4-20. Manuel Linares Rívas 


Excedería a toda ponderación si quisiera consignar las impresiones que me ha 
producido la visita a esta Casa. En mis largos viajes por Europa, nada he visto que 
pudiera, por su organización y grandiosidad, asemejársele a la Quinta "Covadonga". 
Elonra además, al Centro Asturiano, como obra social y humanitaria, preclaro ejemplo 
de imitación en todos ios países 

Julio, 5, de 192L El Conde de la Vinaza, 

El ejemplo que el español fuera de España, en Cuba ofrece al español que llega 
de España, es un noble ejemplo de estímulo y acción. Si el español en España laborase 
con el optimismo, la fe patriótica y el espíritu de continuación con que han laborado 
los hombres que han alzado esta casa, España conquistaría su prestigio histórico. 

Sep. I de 1922. 

Marcelino Domingo. 


El Presidente del Comité Organizador del Congreso también agradece vivamente 
la acogida afectuosa del Presidente de] Centro Asturiano y del Director del Sanatorio 
‘ l Covadonga’ T a los miembros del Congreso. 

El Presidente del Congreso y representantes de la Argentina: 

Dr, Lureeerny. 


La impresión que me ha hecho la Quinta "Covadonga" es la de ser, como diría 
un norte-americano, un establecimiento A. No. L 


Dr. Juan j. Malvaly, 
Delegado de Costa Rica. 




LA. COMISION PRO-SANATORIO DE ASTURIAS REUNIDA INSTANTES DESPUES DE HABER AUTORIZADO 
LA ADQUISICION DE DA FINCA EN EL MONTE NAKANCO, DE OVIEDO 

fPotn J. C, Argüellea) 


EL LIBRO DHL CEN TRO ASTURIANO DE LA HABANA 



EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


691 


He terminado mí visita a esta Quinta de Salud gratamente impresionado por los 
magníficos resultados que ios asturianos han obtenido, asociándose para instruir a sus 
miembros, prevenir sus enfermedades, curarlos cuando desgraciadamente no han 
podido evitar, y recrear el ánimo de sus socios 

La Asistencia Médica me ha sorprendido de tal manera que dudo pueda encon- 
trarse instituciones que la superen. Todos estos elementos puestos a disposición de 
los miembros con liberalidad y no como una caridad, sino como un derecho, adquirido 
por el procedimiento mutualista: honor a sus fundadores y a sus honrados adminis- 
tradores. Dr. J E, Monjaras. 

Secretario General del Consejo Superior 
de Salubridad Pública. 

Sí Tolstoi pudiese ver sus grandes doctrinas puestas en la práctica en la Quinta 
Covadonga de los Asturianos, admiraría la sencillez de esta grandeza cristiana. 

Yo, descendiente de asturianos, siento admiración y orgullo de ser español y de 
ser hijo de descendientes de Covadonga. 

El Marques de Tabuernija, 

Ante una labor tan enorme como la del Centro Asturiano, se comprende lo que 
sería España, si los españoles de España tuvieran la cohesión y el entusiasmo, la labo- 
riosidad y la honradez patriótica de los españoles de Cuba. 

Francisco Villaespesa. 

Como Gobernador Militar de Asturias, siento mi orgullo satisfecho al contemplar 
la obra de los asturianos en Cuba. ¿De qué no serían capaces los asturianos? Sólo 
de una cosa, de olvidar a la tíerrina. 

El General Bermudez de Castro, 

Recuerdo de mi visita a la Casa de Salud “Covadonga orgulloso como español, 
con toda mi admiración por la obra de los asturianos en tierra española, 

21 - 4 - 23 , 

Jacinto B enavente. 

i Covadonga! No hay palabra que mejor pueda sonar en los oídos de un Cardenal 
español, porque ella resume toda la historia de la religión y de la patria. Aquí, además, 
no sólo es un símbolo, sino una espléndida y consoladora realidad, pues el Centro As- 
turiano con la grandiosa obra de esta Quinta ha esculpido una página de gloria, con- 
tinuadora de aquella que comenzó en la estrecha cueva del Auseva. 

Dejemos aquí consignada nuestra admiración y gratitud como español al bene- 
mérito Centro Asturiano, y como Prelado nuestra cordial bendición para el Director 
y Junta Directiva y los socios todos del Centro Asturiano, como igualmente par a los 
abnegados médicos y dichosos enfermos. 

Dic, 14 de 1923. El Cardenal Benlloch, 

Arzobispo de Burgos. 



692 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


La visita a la Quinta “Covadonga ", fortifica el espíritu y hace sentir la inmor- 
talidad de la raza. 

Dic. de 1924. E, M. Tqrner. 

La Quinta “Covadonga” es la mejor institución que he visto para recobrar el 
enfermo la salud. Profesores, pabellones, jardines, recursos que confluyen todos a! 
mismo objeto para el máximo y rápido éxito, hasta el punto que nada se puede hacer 
mejor en el día para honra del Centro Asturiano y para honor de la nación española. 

Después de visitar esta quinta, siente el que suscribe no ser asturiano. 

Dr. José Copina Castellvl 
Tercer Delegado de España, en el Congreso de 
Medicina celebrado en la Habana. 1924. 

Una de las instituciones más admirables de Cuba Española, es la Covadonga. No 
es una esperanza “Covadonga' J sino sublime realidad. 

¡Ah, si pudiera trasladarse o plagiarse a los altos de la Moncloa! 

Dr. R, Molla, 

Delegado al Tercer Congreso de Medicina 
celebrado en la Habana. 1924, 

Cuando he visitado hospitales he sentido siempre entre las diferentes impresiones 
una predominante de tristeza La quinta 'Covadonga” por su hermosura, y lo per- 
fecto de su instalación, aiej a esta impresión. Honra a los asturianos, honra a los directo- 
res y honra a España demostrando las condiciones de la raza. 

Marzo 5 de 1925. Dr. José Casares Gil. 

La “Covadonga”. Es un triunfo de las ideas modernas, que con la Asociación 
suplen lo que la caridad no logra hacer. Cuando esté terminada, será honra de! país 
y de sus directores, a quienes felicito con toda mi alma. 

Abril 7 de 1925. E. de la Peña, 

Una institución modelo para aliviar al enfermo y obra que debía ser imitada por 
todas las personas de corazones buenos y piadosos. 

Marzo 7 de 1904. Dr. J, E, Taylgr. 

Una institución superior. Ha sido un privilegio el visitarla, deseándole a sus 
superiores toda clase de venturas para el mañana. 

Chicago Marzo 31 de 1905, Dr. William Fullee. 

Muy agradecidos por la atenta hospitalidad y lecciones instructivas que hemos 
obtenido de la elegante y bella Quinta del Centro Asturiano. 

Sept. 7 de 1899. Dr, C. L, Fairbash, 

Dr, John W, Ross, 
Capitanes Médicos de la 

i , i Marina Americana, 



(Foto ,1, C Arguelles) 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 






* 


I 





EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


695 


Una institución digna de toda admiración. 

Marzo 2 de 1902. 

Brooklyn, N. York. Mr. y Mrs. F. Heo-Heflx. 

Dios bendiga esta casa y los trabajos sagrados que aquí se realizan a diario. 

B. F. Broderjck, 

Md.N. Y. 

He tenido la ocasión de visitar esta casa de Salud, y siendo de New Nork, puedo 
decir que estoy sorprendido de ver tantos adelantos en la Medicina y Cirugía practi- 
cados en esta pequeña República, creyendo que la tónica y facilidades empleadas aquí 
son las más adelantadas que he visto en este u otro país. 

Enero 30 de 1903. Dr. Charles W. Hall, 

Jefe de Cuarentena de N. York, 

El más bello y ordenado es este Sanatorio de todos los que hasta la fecha he co- 
nocido , 

L. Mary Norton. 

Que progresos como estos continúen alentando esta noble obra que tanto bien 
le está haciendo a sus asociados, a la comunidad y a la patria. 

Chicago, enero 26 de 1924. Dres, E Watson, A. G. Cox r 

y E. P, Whiyney. 

Quisieron los nostálgicos soñadores que cuarenta años ha fundaron esta colee 
tividad, añorar el recuerdo amado de la Patria, bajo un humilde techo que ¡es sirviera 
de refugio en sus males espirituales, y el Destino — siempre inescrutable — inmortalizó 
sus anhelos e ilusiones con una estupenda obra de amor y caridad casi universal 

El suntuoso Centro Asturiano y la nunca bien ponderada casa de Salud “Cova- 
donga” sostenida por el esfuerzo de sesenta mil hombres, que laboran todos para uno j 
y uno para todos, son hoy la deslumbrante apoteosis de aquella sublime idea, que las 
generaciones futuras sabrán mantener incóíumne, testimonio de la identificación de 
Españoles y Cubanos. 

Habana Noviembre 20 de 1925. Enrique Cima, 

Secretario General. 

El Centro Asturiano prospera y progresa sin palacio social y no puede dejar de 
progresar y prosperar teniendo como tiene su incomparable Covadonga el más grande, 
más hermoso y más completo de ios Sanatorios del Mundo y al que seguiremos pro- 
veyendo de todos los adelantos científicos de futuro, así como de la más perfecta or- 
ganización hasta verlo convertido en ia maravilla por excelencia de la Perla de Jas An- 
tillas, pues esto es cuestión de honor para todos los asturianos y no lo sacrificaremos 
por nada. 

Habana Noviembre 21 de 1925. Francisco García Mendez, 

Actual Administrador del Sanatorio Covadonga 



696 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Muy grata impresión llevo de mi visita a la Quinta de “Covadonga \ Que la 
Virgen cuyo nombre lleva este plantel benéfico, no se aparte de él. 

Marzo 31 de 1926, Esperanza Iris, 

Narcisín, 

Carmela Monte, 

Curan Udes. a los enfermos y mejoran la moral de los que tenemos el privi- 
legio de ver de cerca esta admirable obra de Asturias. 

27 de Mayo de 1926, J . de Torres, 

José Lamoll V. 

Las colonias son prolongaciones de España que, cuando son tan admirables como 
esta, engrandecen a la Patria. ¡Covadonga! Nombre sagrado y de gloria en la His- 
toria de España, está aquí sostenido con toda la gran evocación, por los nobles hijos 
de Asturias, Ellos saben mantener y acrecentar el patrimonio de nuestro glorioso 
solar 

25 de Noviembre 1925. Carmen de Burgos "ColombimeE 

La caridad, entendida en el sentido de una ayuda generosa, es un concepto útil 
y explicable en una Sociedad asentada sobre un injusto reparto de la riqueza y aun así, 
perjudica a quien la otorga y envilece a quien la recibe habitualmente Visitando esta 
Institución se comprende como pueden existir sus mismos generosos resultados fun- 
dados en un régimen de cooperación y precisión entre todos los hombres de buena vo- 
luntad. 

18 de Diciembre de 1925. M. Manzawera del Campo, 

Encargado de los negocios de México. 

María Zab aleta, 
Carmelina Ros, 

C, Aguilar, 

Al visitar la Quinta de Salud “Covadonga'J he sentido el orgullo de ser español. 
Los que son capaces de hacer esto, tienen tenso y vivo el espíritu racial como cuando 
descubrieron y colonizaron estas tierras de luz y de ensueño, 

Plabana 19 de Enero de 1926. Luis Jiménez de Asua. 

En la Quinta ”Covadonga” se siente irrefrenablemente el deseo de gritar ‘"Viva 
Asturias ” y desde los más remotos días de la Historia española, es sabido que gritar 
"Viva Asturias” equivale a decir muy noble y reciamente “Viva España”. 

Habana 19 de Enero de 1927, Manuel Aznar. 

Sí quieres conocer quienes te aman, deja correr el llanto del dolor. Dolor y 
liento cobija esta Casa, que cura con ciencia y con piedad. 

Habana 24 de 1 1-1926, 


Vicente Gay. 





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CROQUIS DEL MAGNIFICO SANATORIO ACTUALMENTE EN CONSTRUCCION PARA NUESTRA 

DELEGACION DE TAMBA. (S, U. OF A h ) 




EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 



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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


699 


La beneficencia proclamada desde muy antiguo, como una de las más excelsas 
virtudes, culmina en la Quinta “CovadongaQ en donde se funde el sentimiento de amor 
al enfermo y a la Patria, sentimiento que se siente con mayor intensidad cuanto más 
lejos de ella nos encontramos. 

Gloría y honor a los Directores. Agustín Van-Hanmb e rgben , 

Teniente Coronel Médico y ex-Gohernador Civil. 


Hijo de padre Asturiano y de madre Cubana, nacido en Galicia, proclamo con 
mi sola presencia en esta Ciudad Sanitaria de la Quinta “CovadongaQ orgullo de la 
colonia asturiana de Cuba la solidaridad sentimental de todas las Españas, de una y 
otro lado del mar, aureolada por la beneficencia, realizada de modo procer, digno del 
principado de Asturias. 

20-V-26, José G. Acuña 

Redactor del 'Diario de la Marina' 

Después de una visita a la Casa de Salud "Covadonga , he tenido ocasión de 
admirar la obra de su noble solidaridad, formada por algunos hombres generosos y de 
voluntad, 

27 de Junio de 1926, Marje Durand, 

Recuerdo de una visita en ía que el Representante de una Nación amiga de Es- 
paña y de Cuba, tuvo la suerte de disfrutar de una acojída amistosa y cordial deseando, 
el que firma, 3a prosperidad de que los esfuerzos de unos hombres de gran corazón y de 
inmensa voluntad son tan merecedores. 

27 de Junio de 1926, E, Durand, 

Encargado de negocios de la 
R. Francesa en Cuba. 

Al volver a ver, al cabo de muchos años de ausencia, la magnífica Institución de 
la 'Covadonga " me he quedado maravillado de sus adelantos y organización. Quiera 
Dios ayudarla en sus benéficos propósitos, 

Dr + J, Ruiz Ariza, 

Director del Hospital de Bañes (Oriente) . 

Quedará como recuerdo imborrable de mí visita a Cuba, la lección de optimismo 
que me ha proporcionado el conocer este esfuerzo maravilloso del Centro Asturiano, 
compendio admirable de virtudes hispánicas, de valor humano. Espero y ansio que 
España llegue a ser en grande lo que la quinta 'Covaóonga representa ya hoy en este 
bello solar cubano. 

Habana 1 5 Enero de 1927. 


Fernando de los Ríos. 



700 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


Con un abrazo del alma como despedida para todos los asturianos de Cuba y mis 
votos de prosperidad ininterrumpida del Centro Asturiano en su nuevo y espléndido 
palacio social y en esta sin igual "Covadonga," 

Habana 4 de Agosto de 1926, 

A. de Mariategui, 
Ministro de España 

Lleno de profunda admiración, felicito a la Beneficencia Asturiana que bajo la 
advocación de "Covadonga T sigue manteniendo el prestigio racial de España como 
Madre progeni tora de 20 naciones americanas. 

Habana 19 de Septiembre de 1926. F, G. de Agüera, 

Embajador de S. M. 

Acepto gustosísimo el honor que se me dispensa al poder expresar por escrito la 
admiración que me inspira esta prueba perenne de la aptitud de la raza para los grandes 
empeños colectivos. 

Habana 17 de Abril de 1927. O. Maura. 

Conde de los Andes 
Julio B. Herrera. 

La visita a esta Quinta es una prueba de generosidad y de esfuerzo colectivo 
ejemplar. En todas las ocasiones oportunas he de divulgar cuanto he visto y apren- 
dido en esta Casa. 

22-V-27. Dr. L. Saye. 

Felicito sinceramente al Centro Asturiano, por la admirable obra realizada en 
este Sanatorio "Covadonga" espléndida muestra de lo que puede ser el espíritu de 
fraternal unión y solidaridad social. 

5-XI 1-1927. Luis de Zulueta. 

Con el mayor respeto saludo a esta admirable Institución, orgullo de Cuba y del 
Mundo y admiro conmovida el esfuerzo heroico que realizaron sus fundadores y que 
hoy continúan con generoso amor sus hijos. 

Mayo de 1927, María de Maeztu. 

Con toda admiración saludo a la Institución magnífica que acabo de visitar. Le 
deseo una vida próspera y fecunda. 

Habana 14-12-27, G. Maranok 

Solamente Asturias con su señera Covadonga puede dar al mundo hijos tan 
preclaros y hermanos tan unidos, por eso, rendir admiración a esta admirable Insti- 
tución, hace sentirse orgulloso de ser español. 

Habana 14-12-192 7. 


Dr. Poyales* 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


701 




D. ANDRES R ¡EN DUELES, 
TESORERO 


D, A N TERO FERNANDEZ, 
VI CE TE SOR ERO 




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NUESTRA DELEGACION EN TAMPA, (U S of A.) 


COMITE EJECUTIVO 


LA LAUREANO TORRES, 
PRESIDENTE 


D. JOSE GONZALEZ, 
SECRETARIO 


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EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


702 . 

VOCALES DE LA JUNTA DIRECTIVA 
DE LA DELEGACION DE TAVÍPA 





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El- LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


70) 




704 


EL LIBRO DEL CENTRO ASTURIANO DE LA HABANA 


COL O F O N 


Todo llega Todo. Y ha llegado el instante de cerrar este volumen, síntesis des- 


si es algo ante la grandeza de fa obra ejecutada. Gran parte está por recoger, aquel le > 
que por no haber traspuesto los umbrales de la popularidad, no mereció pasar a los 
libros de actas, de los que extrag irnos lo más significativo; porque ¿quién ignora que el 
Centro Asturiano es labor silenciosa, humilde, recoleta, hecha de sacrificios y renun- 
ciaciones, de amorosas cuitas y nerviosas inquietudes, de muchos que no quisieron o 
no supieron hacerse notar individualmente'? Empero, lo comentado acaso sirva para 
que no se olviden nombres y acaecimientos dignos de eterno recuerdo, que tuvieron su 
hora de actualidad. Si ello se consigue, el mérito de este libro y la conveniencia de 
su aparición, estarán holgadamente justificados. 

Sólo se ha pretendido esa modesta finalidad. El Centro Asturiano al imprimirle 
únicamente quiso fijar hechos, evocar episodios y salvar del anónimo en que iban cayen- 
do, a asociados que en una forma u otra, Je ofrendaron energías y entusiasmos 
desde su fundación a la fecha. Es trabajo de exaltación de valores, no de crítica ni de 
análisis. Y lo único sensible es que no figuren en sus páginas todos los que, por sus 
méritos, hánse hecho dignos de nuestra gratitud; mas ¿cómo conseguirlo sin darle 
ilimitadas proporciones y sin que, a la postre, se incurriese, asimismo, en dolorosas inad- 
ver ten cías? Con te n temo nos con 1 a cer t í d u m bre d e qu e hemos proc u ra do ac e re a rn os a 
la perfección, siguiendo los datos, en verdad pobres e inconexos, puestos a nuestro 
alcance. Aquellos que debiendo aparecer aquí, no aparecen, o aparecen sin el vigor 
debido, ténganlo así en cuenta para no creerse preteridos deliberada y conscientemente. 
En nuestra empresa nos guió exclusivamente el anhelo de ser con todos cordiales y justos 
sin preferencias ni distingos. Y si algún mérito se nos adjudicara quisiéramos que éste 
alcanzase en totalidad, por serles debido, a D. Luis R. Rodríguez, D. Carlos Méndez 
Fernández, D. José Blanco Fernández, D Antonio Arango AJvarez, D Enrique Cima 
Cabal y D. Martín del Torno y Aparicio, que formaron la Comisión de lectura, quie- 
nes con sus evocaciones y añoranzas, con su experiencia y dominio de la vida societaria 
asturiana, con su conocimiento de los hombres y de las cosas, con su ¡mparcial y desa- 
pasionado espíritu, fueron consejeros ponderados y doctos de nuestra tarea, colabora- 
dores insustituibles, amables y vivientes archivos de consulta y camaradas frater- 
nales. 

Sea, pues, El Libro del Centro Asturiano a modo de breviario en que se 
inspire nuestra conducta futura, tomando por ejemplo a los Socios Fundadores y a los 
que recogieron su herencia. Que cada día que nazca haga florecer en nuestros corazo- 
nes idéntico desinterés, patriotismo y entusiasmo a fin de ofrendárselos a nuestra Aso- 
ciación, en la que vive España y aíienta Asturias, para hacer más amplio y luminoso, si 
ello fuese posible, el apostolado de confraternidad humana que es eje y guía de nuestros 
fines sociales. O. G. 


vaída de 42 años de intensa vida societaria. Lo que en él se dice y se comenta apenas 




Marzo 31 de 1928, 




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El libro del °entro Astu- 
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